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233750 Ww < © sl < Za D < = 1 233750 y = 66 BEE QQ & Las NALGAS Marinas. BUTTE. I Mavarg —Coruscante! Atrabiliaria! —Rollizota y con dos mellizas de una vez, dirias mejor. —Dos que parecen cuatro!... —Cuatro y repique! —Carrasquillas! Como que merecen re- pique general... de mis manos en esas di- vinales campanas carnosa: —jjAy, aaaay!! Judios! Que me estais sacando brillo a mis pobrecitas asentade- ra: —Lydia!... Lydia! —-No me llames Lydia que me deshon- ras.., Mal picador! Torero de invierno! Vamos, Lydia!—interpuso el segundo de los bohemios, el escultor Hugo Larro- ca, agarrando de un brazo a su congénere, el nervioso Marcos, no tan artista como Larroca: pero si bohemio también, a ma- cha martillo, ¥. 32342 Ys Gc) —Y ¢por qué ha sido el enojo, so tite- demandé Hugo, sin dejar de mol- dear el barro que ante si tenia en casi in- forme monton en uh taburete alto de vara y media lo menos. Bah! Esa: que asegura que no posa mas contigo para esa nalgas que nunca le dejan satisfecho ni harto. Ni harto de contemplar las fas! e “apoyo Lydia, tapandose momentanea- mente la rotunda, desmigante y rolliza grupa, para lo cual solo tuvo que tirar un pafial de !a cami i ai! De modo que esa desgalicha- ona «finuras» cree poseer el pos- propésito para mi ¢no?... —Eso! El] mas rollizo! --cAlzas la cortina 0 qué Lydia}... Que es tarde, —Y vaa llover—dijo por lo bajo Marcos, isime y sin otra intencion que la de pes que ya habfan menu- > carrillos postrimeros de Ja Ahora sonaron en la puerta unos golpes algo discretos, pero continuos. .. Traeis dinero 0 cosa que lo valga? —Soy yo el propietario... No hay que ge *asustarse. Una especie de descarga cerrada de gol- petazos aplicados a las puertas, a las me- sas, a todo lo que era de ‘propiedad de aquel casero maldito cuanto odiado... iQue no se puede he dicho, concho! — apoyo con voz estentorea Hugo Larroca, cesando en su parte de ruidosa jrotesta con los bartulos cel trabajo. no yengo a nada malo, pipiolos mios!... jartistas de porvenir!... diablejos inconsutiles —Diga su objeto puesl... Que Lydia se va a resfriar el cutis, si no se va enseguida, iejo espantajol... ‘ iJi, ji, jilridse el extraordinario don Abilio, mirando por el ojo de la Have.— Ya veo. que ese centro peliculistico “> digno de ser ésculpido en marmoles... —Bien! Pero no abrimos!... Racion de vista si te apetece!... Y gracias El escultor, continué su tarea, después de lanzar un: —Vuelva mas tarde, don Abiliol... Viejo satiro!... —zVoy bien ahora, nenilla?... (Voy bien despidiendo a tu eterno moscén? —iVas que de primera, Marquillos!... iQue te dé un beso chupado en los mis~ mos hociquillos por apuesto y buen mo- -4- zo\... }Olé los hombrecitos con. melenas —iOle las mujercitas con gluteos, pre- sumiendo!,.. |Chas! 1Chaaas! —Nena! Que te quiero mas que a las ninfas de-los bosques y mas que a las nue- ve musas del Parnaso y mas que... —iRepufio! Os estais callados o cierro, que eso ya pasa de palique amoroso... Val que ya me amosco yo! Lo que se dice amoscao por completol... —Por que eres-un voceras! Miral Y ra- bial—concluyé Marcos besando otra vez y de un modo atin mas insinuante y lubrico asu erdtica novia, que con las robustas caderas en pompa, estaba provocativa en grado superlativo. !¢si2.1. Mephisto me valga!... Lo que es el sdtiro de don Abilio ha tenido que largarse sin otros provechos que ver y chillar... Pero lo qué es este bohemio que viste-y calcalza!... |Mira!! ¢Ves?.. 1Ya estal! Al pronunciar estas dos palabras, en tono sonoro y convencido acababa de plan- tificar ocho o diez besucones morrocotu- dos en las pomposidades de la socia que posaba {para eso posaba seguramentel... I! En el Gato verde, cafetin arrinconado y poco frecuentado por la gente adinerada y corriente, viéronse aquella noche Marcos Delage y su compafero de domino predi- lecto, Moisés Cebado, treinta y ocho oto- fios; aun moceando, listo, con agallas y no mal parecido. A mas de todo ello, catedratico’en la Normal de Maestras de geografia fisica. Un talentazo incomprendido como se suele decir, Que es eso que estas leyendo ahi con tanto interés, querido Cebado? ~Demonio: Una gran cosa! Un espeluz- nante viaje en perspectival “n busca del vellocino de oro? —No acertaras, ni que lo arriesgues en cien veces. —iCaray! Pues no me estas intrigando nada, hijo... de tu madre? —Dime: Te vienes? —Segun y conforme. Expresate sin fra- ses hecha —Ofrecen diez mil plwnas en un pre- mio. —Y quien hace esa barbaridad? —La Academia de Ciencias de La Hayal age —Puede que no la haya. —No chirigotées... que te estoy hablan- do de la capital de Holanda! —1Viva el queso de Holandal... Que es el de bolal... —¢Crées una bola mi informe cientifi- co?,.. Eres un percebs Me voy! —No: guasitas a parte... Soy incapaz de pasar el charcho. Te lo juro, aunque con desesperaci6n. —Ni ante la perspectiva de cautivar las diez mil del ala? Es Eso es tentadorcilla, pero... con la probabilidad, mejor con la realidad de echarte al coleto una docena de indias blancas por dia jso ave fria? —No: de pingitino no tengo nada, te lo prevengo. Hablando dé otra cosa ¢has visto estos dias a mi colega? —tAh! Te refieres a Hugo Larroca Ayer le eché la vista encima. —Y donde? ¢en un cine, achuchdndose con su aglomerada? —No: lo que es mejor 0 peor para Si... Pues meconsta que te gusta arabiar la mocita. En un reservado de cierto resto- ran del muelle de la Muralla, montando a la alta escuela —jPufales!... ¢¥ se atrevian en un res- toran asi? : —El amor libre se‘atreve a todo... Ya lo s ; por cierto que ella le‘animaba con brazos y piernas de un modo harto hibri- co, y mira si extremarfan sus expansiones alipticas que qja, ja, ja, jat —jHola!... ¢Te ries o te burlas... sim- plemente de la parejita? Mas bien lo primero, querido Marcos... Vaya un grupo para un museo libertino. —jCaray, pero qué cosa apocaliptica su- cedidles?... Cuenta: Me tienes como el que se halla en el fondo de un pozo'y con’éb agua al cuello! Desembaula lo que sea ya, so nitidal i — Nadal... ;Una hecatombe o*poco me~ nos! Pero una hecatombe' de esas ‘tan fre- cuentes en las alcobas! —|No entiendo! ~-Porque eres un ofuscad6. en: materias galantes, ;Bueng! Pues figurate a ella en brazos del galaa; y a éste “estrechandose cuanto podia contra el exhuberante ‘cuer- po de la diosa Cibeles, 0 poco menos, que por tal diosa tenemos todos, ‘como’ sabes muy bien aesa rutilante y calida Lydia, la modelo y querida (todo en una pieza) del bueno de Hugo Larroca. Se —jEh! jAlto ahi! ;;Queridall’Con que équerida has dicho?... ;jTomat! jPor calum~ niador!... Y toma jpor morralt 1§- Las dos tomas que propind el atribulado Marcos Delage, su interlocutor no fueron ciertamente de magnesia granulada, preci samente. —jBien! Atiende hasta el fin y veras. —jHabla!... que ya te escucho. Moisés. —Pues, Ella con esos pechos de pe- cado tan respingones tan firmes, casi por completo al aire libre; con los ojos comién- dose a su galancete, que, te repito vi muy bien y muy requeteclaramente no era otro que Hugo La Roca; azuzandole, ademas con las manos en la espalda y cuello, exci- taba de tal modo modo al escultorcillo que jpongdmonos en su lugar!... no sabia co- mo componerselas el hombre para calmar los impetus y satisfacer las intemperan- cias de la pecadora en un sitio tan publico ytan comprometido como aquel restoran del Gato... azul. —jiVerde, hombre!... El Gato Verde, como ella que es una gata con todas las uaas, mas verde que la propia Mesalina, la romana historica del cuento, que en paz descansel —Eso,es. Pues yo que les atisbaba, casi sin querer, desde un cuarto donde estaba durmiendo la siesta, que sabes no me falla ninguna tarde, puesto que.su puerta habia quedado algo entreabierta y la, mia tam- =9= bién. jNada! casualidades que ocurren Yo que, te repito, aquella gloria maciza de encantos carnales moviéndose en ella tan pegados al cuerpo del feliz artista en .ba- rro—digamoslo asi—vela como por mo- mentos la parejita iban encalabrinandose y ialal y jatiza! ty dale! ty vueltal y jesta posturita estard mejor!... Y asi en -esta otra simularemos mejor la bestia con dos espaldas de que hablan el Aretino y otros autores igualmente libidinosos, y yo te aseguro que me estaba maliciando o te- miendo alguna barrabasada, cuando, a lo mejor de aquella tarea de titanes, vay la cama que era de madera, lanza al aire al- gunos crugidos, muchos menos que rugi- dos y berridos—y perdona lo escueto de la expresion — lanzaban ellos y Icataplum! ichin! jchin!!! ella que se viene al santisi- mo suelo, en compaiia de los aguerridos beligerantes... |Ja; ja, ja, ja! Aquello si que fué escandaloso y bochornoso y fuera de abono, como las funciones de: beneficen- cia, créemelo a mi |chiquillo! 1a fe de Moi- sés Cebado!,.. Nada, que valid la funcién la entrada, hastayen andanada inclusive, tanto por lo menos, como en una corrida con seis de Palha y estoqueados: por los mas fenomenales:fendmenos de la tauro- maquial... I \quella hecatombe lubrica sirvio para que el excelente bohemio renegara de |_y- cia y de toda su casta. - ¢Qué temperamento era aquel tempera- mento de mujer, que se entregaba al pri~ mer quisqtie que se presentaba? Vamosal decir que Hugo Ld) Roca no era precisamente un quisque, sino mejor un ventajista, un arrivista, el ‘ltimo que Uega, quecon el incomprensible sexo be- llo puede realizarsé aquella conocida sen- tenciabiblica (los ultimos seran los pri- mers). El hecho tué que al conocer su fracaso como. novio oficial, o. por seguir el simil anterior/:no querer ejercer mas de sobre- saliente de espaca, nt aun de .banderillero con aquella Lydia, que parecia tener azo- gue en el cuerpo, por la facilidad con que despachaba.a ‘sus bureles, y por otra parte, deSeando poner aquella valla tan socorrida entre gente despreciada por su suenho do- rado, opté, oportuno por participar si era factible de aquel pellizco. tan sabroso de las 10.000 beatas, aunque Ja lucha para ad- quirir su posesion resultara un tanto difi- cil y peligrosa. Adelante se dijo el pintor~ )” j —1Nadali.. Que esta moneda. es; falsa.-. _-deciamos ese...-ese’ marinerito-y yo... 10h! {Venl: Ven, muchacho. Siguié inquiriendo:con; los ojos-los con- fornos voluptuosos, que mal disimulaban Jos:arreos maritimes, de:aquel! lindo, ex- huberante: cuerpo: de ‘mujer. Esta: acabo por depositar‘su-mano entre las del--ho- landés,-" 7 Aw Mae > a _—Pues siis.no ‘soy marinero, que soy ae eapitanl =, Sion —=Una-sirenita: una poca désvengonza- do? ¢No> ake . eae ae —1Esoli.. Usted‘ lo ha dicho; pero. « Este fero;: resultaba ‘puesto: alli, entre los ojos admirados de Staniglas y su.ca~ chondisima personilla; todo un poema erd- tico en labios-dé Lydia... «(sisi EO IV Ya estaban en la isla de Borneo, ¢ magnifica porcion de tierra de. tas Filipi- nas, que tantos fesoros guarda‘en su:seno, en minas, yen otros encantos naturales. - Pero la isla de Borneo tenia fama por los extraordinarios mariscos que en sus pla- yas se alcanzaban. \ Por. sus «estrellas de mas», sus «fayentes», sus megillones enor- mes, raros, sus percebes sabrosisimos, et- cétera,.que no hemos de convertir estas pa- ginas {rivolas en un tratado de zootegnia. Lo mas notable de cuantas rarezas yi ri- quezas naturales del pais consistia en sus” hermosisimas algas marinas, cuya pesca era continua; entre los filipinos indigenas. Pero a nosotros lo que ngs interesa: son los‘ espectaculos mds atractivos siempre aplicables al placer de los ojos y a esta ex~ traordinaria CovEcoi6n’ PLaceR. He aqui que una tarde de Mayo, didfana, serena, inenarrable de belleza y» encanto, en-dos canoas:de vapor, las del Coimbra precisamente iban ya en’ busca de algas, cuantas mas bellas y mas ricas mejor, la tripulacién y los excursionistas europeos. —jMiral {Miral... jEs maravillosa! —1Ya veo yal.,. Esos riquisimos encajes -19- que forman las algas ahi, casi a flor de agu: iQué coloracién y que! Oh! Algo gue no es alga... Ahora... -Ahora si que ha declinado usted con propiedad, mister; enhorabuena... —No hable muy altivo.., que nos vamos diversionar! —Pero ¢qué pasa sepamos? --Tampoco veo a que vienen tantos as- pavientos—aséverd Lydia que habia ya re- cobrado las ropas y el aspecto de su sexo natural y propio, x —jSu camara fotdgrafica, Helder!—or- dené Stanislas a su teniente dea bordo. Helder preparé su. Kodak maravilloso, cuyo objetivo era de una nitidez especiali- sima. 3 El espectaculo era para enternecer la retina mejor templada. En las arenas de la playa, una enorme extension por cierto y metidas hasta mds arriba de la espalda, o sea la cintura, quin- ce a veinte espléndidas desnudeces femeni- nas daban la esplendorosa pompa a. nues~ tros asombrados europeos. ~¢Pero esto ser algo>... ¢Qué tal, sefior bohemio pintamonas? —jAlgosl... jalgosl... iquerido Stanislas! Me declaro adorador ferviente de esos di- vinos nalgatorios!... Eso es mucho mejor =18 = que las algas marinas... Esto pueden ser mis deseadas Nalgas marinas, caballero: Voy a tomar apuntes rapidos, —jEso! jAqutesta!... Apunte su lapisera a todos estos volumenes tan 'Ticos en lineos!.. Aquella coleccion de lufas filipinas tan dislocantes de estatuaria como de colora- cién [caso extrafio!parecian: clavadas alli en la arena. —Y algas habeis encontrado muchas?” -—jMas dé mil kilos, profesor!.». De to- dos colores, formas y para todos los gus- tos... —Asi jtodo en un’ dial... jSanta Rita, ~ patrona de imposibles! Bendita seas, tu que hoy 22 de Mayo ‘nos vienes a Visitar con dones tan exquisitos como deslam- brantes..: & Esta ferviente invocadion a Santa Rita dirigiala el alegre profesor Moisés, al cielo, pero sin apartar la vista de las soberanas popas que en la playa segifan ‘inmoviles. Popasrutilantes, muslos magiificos, llenos de éspansién y dé curvatura dislocante, ~ turgentes y amplios. i Todo se les veia a aquellas apreciabilisi- mas criaturas, todo menos el rostro. —jEs que lavan arenillas, de oro! Y por eso estan “con toda su atencién en su ta- rea... Adlos: dos imeses escases, habian regre- ‘sadow Malaga‘la bella, récibia albordzada a la “expeditién™ oeeanogratica, presidida y equipad’. por el-opulento Mr. Stanislas Pevck. ‘ seas . La pe ‘de algas se hizo énel Club-Sirena resultocun: éxitazo: Una ‘varie- dad infinita’ de, aquellas’ hermiosas y/raras plantas maritimas’ poblaba: las’ witrinas. ificacién,; cuyo “+humorismo por’ él profesor Moisés Cebado, tenia no paco-que admirac. * éEres tu ef que ha hecho esos clichés, -Heldet?+-demandaba la impénitente Lydia al holandés, teniente’ dea bordo, del cual se habia encaprichado. = s — Oh! Siv.. esos posteriores’de filipinas ache me deleitan. Fijate en la combinacion: Al- gas y nalgas; plantas. y carne: como si di- jéramos plato del dia en este restaurant Malaguefio:; popas en su propia yerba ¢te ha gustado, nenillae —jHablas muy bien el espafiol!... Pero me gustas mas tu [perdido! —iMarcos estard muy enojado conmigol.. —iBah! deja a Marquitos... Este con, las cinco mil beatas que le ha regalado Moisés esta que no ve dos sobre un burro... jArre alla, bohemio! —Segiin eso ¢ha cambiado modelo? —Si y ya ves que esa Pastora que posee esta vez no me puede ni descalzar a mi. ¢Pues qué son estos bajos para echarlos a los tocinos? e —iOh! Estos bajos y estos altos y estos medios; todos los rincones _y los encantos de Lydia constituyen el mejor asunto para - un tapiz de Fragonard o de Wateau. —Si, ya se... Unos.tios con la mar de .gracia libertina. —{Tu eres libertina, cielin!... Por eso te adoro ty por las nalgas! ¢Marinas? —Marinas y terrestres... Son unicas y por ahi pecaria yo si tu me lo dejaras. —De hecho o de dicho. — {Déjame que te vea una vez mas esas =31- Pigeuberanciag, tan turgentes, tan’ mérbi- las! Pero qué bien hablas el espafiol... jrico mio!’ «;Turgentes, morbidas!!» —Por que he sido recriado en Santan- der desde muy joven y luego volvi a mi pais para mi servicio militar. ¢Medejas que te saqué unos clisés, précidsa> omo ‘quieras. ¢Estamos' bien aqui> ivinamente'’mira, tengo una idea —jA°verterlal... ¢Ves estas guirnaldas tan bonitas> —Si! flores y plantas de papel ¢no? ~iCa!" Son ‘algas ’sécas... pero secadas artificialmente y dispuestas para el comer- ciov.. 1Té yoy a envolver el ‘cuerpo con es- tos lindos adornds! -—|Ah! Muy genial, en efecto. Paso a ali- gerarme de'ropa. } : A los dos'minutos hallabase Lydia tum- bada en la’‘étomana, completamente en cueros., Sus espléndidos pechos emergian desafia- dores, emolientes, llenos dé turgencia, del plegado de los brazos;’ hermosisimos ‘tam- bién, y que cruzados bajo los senos, daban la visi6n de que estos salieran a tomar el fresco en la tribuna, aquella tribuna carno- 233 = sa y apetecible. u Sus espaldas de carnacién soberana y tonalidades alabastrinas tenian hoyuelos divinos, nidos de,besos, lengtieteos y otras caricias, Sus muslos de lubricos contornos, guardaban una simetria tan amable con el resto del cuerpo que aquella modelo, resul- taba el complemento de la mas acabada y bella arquitectura femenina en todo su es- plendor. En la postuta adoptada por Lydia sin que nadie se la indicara daba frente a un ancho espejo muy bajo, por el que se veia entera, yientre, pechos y muslos: sus ador- nos de algos, o sea los adornos auperpues- tos, parecian completar y maridarse linda- mente con los adornos naturales de ella, su encantadora cabellera que le llegabaa las corvas, de tonalidades. rubias: atercio- peladas. Pero donde las algas coincidian con las ampulosas y turbadoras y mas turbadoras aun, nalgas de aquella nereida~mujer re- sultaban las tales algas-nalga con inusitado realce y de un encanto supremo. Prepara— ba Helder a la modelo con toques y entre- toques habiles y espasmédicos con sus de- dos brujos: sus besos en la nuca y espaldas fueron prédigos y la,esencia de la pasion enorme, erdtica por esencia. ~23- La buena moza cerraba los ojos de gus- to... Pero separaba Jas piernas y dejaba que el objetivo del Kodak de Helder la hi- ciera divinas cosquillas antes de obtener aquel espléndido clixe. * A los ocho dias eseasos la exposicion del Club-Sirena, de Malaga, situada en la es- paciosa Caleta, de aquella hermosa capital andaluza, gano en encantos cuanto podia esperarse de la imaginacion mas exhube- rante y del deseo mas lubrico. En dos sa- Joncillos, muy bien ornamentados, con ‘4ncoras, modelitos dé buques, admirable- mente reproducidos y: vistas panordmicas de diversas partes del mundo, veianse en- tre otras maravillas unas ricas variedades de algas, en cuadros,.de Filipinas, de la India, de las Américas ‘centrales. Pero lo que constituian el Clou de la exposicién resultaban, los dos saloncillos intimos del Club. Enel primero velanse reproducidos al éleo los 20 mas exquisitos. nalgatorios que puede sofiar una imagina- cién libertina, sin‘ adornos de’ ninguna clase, semi bafiddos por las trasparentes linfas oceanicas. Una maravilla de compo- sicién y que llevaba este rotulo NALGAS MARINAS. Aquelasunto extraordinario honraba el pincel de nuestro amigo Marcos - 24- Delage. Finalmente, lo que hemos dicho conte- nia el ultimo sabroso envio del inteligente amateur Mr. Ruben Helder, de la marina holandesa, eran seis hermosisimas amplia— ciones de desnudos femeninos, todos in- terpretando posturas de Lydia (ya su amante definitiva en. la actualidad). Las primeras series de algas, que en los salo- nes contiguos destacabanse, comenzaban en la serie A. E. F. etcétera. De modo que entre las ultimas seis positivas, tan ricas en carnacion, como espléndidas en noyedad de combinacién eran las algas_ que conve- nian a las letras desde lal, a la N, inclusi- ve, de tal manera que causaba una sensa- cién de picante coincidencia la ultima de las ampliaciones, la espléndida gtupa que sobresalia del magnifico cuerpo de Lydia, ostentando por todo rétulo, en punto visi ble el siguiente: Serie N-ALGAS MARINAS., proceden- tes del Océano Pacifico; costas de la isla Borneo (Filipinas). Y no era sino la coin- cidencia de las algas hermosisimas que adornaban el posterior digno de estudio y admiracién de la exmodelo del bohemio Marcos: Delage. 5 FIN aT OP OCC OO HOO OOOO EEO ESE OE SES OOOO sy ——— PUBLICACION SEMANAL LEA USTED LA HERMOSA COLECCION PLACER CACHONDA Y SABROSA — CADA TOMITO 10 CTS. La primera noche de amor.—Suspiros tiernos. - Fie- bre de amor.—La mujer del projimo.—Goces supremos. Picardias de novios.—Horas placenteras.—Carinitos de mujer. — Amor en globo. — Mistcrios del lecho NO conyugal. —Granujadas amorosas. — Amores crucles Trapisondas de mujeres. —Los amores de Fausto.—His toria de tres amores.—Una boda extravagante, — San- gre ardiente.—Enredillos de hembras. Palomitas tier- nas.—El beso del camino. — Un maridazo. -~ Las hijas de Venus.--Centro Galante.—Delicias de! amor.--La mujer ajena.--La Sabrosa.--Secretillos de alcoba, - La Isla del amor.~ Un matrimonio modelo. —La Virgencita Las nenas cachondas.— Mujeres tunantes-- Canalladas de Cupido.--Travesuras de un conejo.--Diabluras de- liciosas. Paquita la blanda.—Lechos voluptuosos. - Don Pepito se las trae.—Toma tripita.—Un catre ca- chondo.—Los labios de Isabel.—Noches sicalipticas Mordiscos femeninos.—jVenga cadera! El bosquecillo de Venus.—El sexo débil.-Una_ tia sin vergiienza.— Caer de espaldas.—La danza de la popa.—Muslografia fisica.—Boquitas de pifién.—Ombligos movilizados. Los agujeros de Trini.—Vahidos ‘sicalipticos.—Las ro- cas peludas.—Vaivenes caderiles. - Memorias de un lu nar. — La saeta de Cupido. — jVivala faldamenta! — Ajetreos amorosos. — Lamentos de un somier. — Un Canuto libertino.—Las NALGAS marinas. COLECCION iVIVA LA GRESCA!! La iltima palabra del despiporren — 10 tomitos Riquisima presentacion — Cada tomito 2O Cts. Publicaciones Alegres Barcelona - Buenos Aires . ° ° ° . . . . ° . + . . + ° . . ° + . . . . ° ¢ + e ° ° ° e 7 ° ° . ° ° ° . ° ° ° ° ° ° ° ° ° ° ° ° ° ° ° ° . PO COCOCO HOSED OES COCO OCOOOO OOO > OOOO EEE SOS CC OCC OOOO OOES POO eeeresoecrersesesorcoocoocoos®

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