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Hay violencia que mata, hay violencia que da vida. Hay violencias brutales que
irrumpen, que nos indignan, que nos conmueven y cuestionan nuestra llamada humanidad.
Violencias fáciles de señalar aunque no siempre de solucionar.
La psicología al servicio del marketing. Las carreras de marketing no tienen idea del
inconsciente, ni del sujeto, pero sí saben qué cosas inciden en él, aunque ignoren por qué. No
importan las causas sino los bolsillos, después de todo su formación es la caza feroz de las
presas. ¡Tan feroz es, que hemos debido crear la liga de defensa al consumidor! Basada en
una nueva moral, el consumismo ya tiene su propia moral.
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Cuarteto de Nos
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Charles Chaplin parodiaba nuestro futuro el cual nos convertía en un engranaje más de la máquina
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Tanto la ciencia como la biomedicina no escapan a ella.
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“Cuentos chinos” –Pág. 70- A. Oppenheimer. Ed. Sudamericana.
“-No se ven cadáveres. Sólo coordenadas vacilantes e impactos que parecen certeros. Es
como un juego de niños…
-Claro, porque la CNN tiene los derechos de pantalla de esta guerra, de la próxima y de la
siguiente…
(…)
-…mientras aquí seguimos diciendo bobadas sobre el sesenta y ocho…
-…en cambio hoy no mueven un dedo, mientras que ahí fuera, los niños…
-No se puede comparar. Nosotros teníamos al menos una perspectiva y algo así como un
planteamiento revolucionario, mientras que ésos, sólo con sus velitas…
-(…), se hubiera podido negociar mucho más y ejercer presión con un boicot económico (…),
porque con la guerra…
-¿Qué guerra? El show que ha organizado limpiamente la CNN con el Pentágono y que ahora el
ciudadano de a pie ve en la pantalla parece unos fuegos artificiales, expresamente
escenificados para el cuarto de estar. Todo limpio, sin muertos. Lo ven como si fuera ciencia
ficción, masticando palitos salados.
(…)
-Sin embargo, en la CNN proyectan otra película muy distinta…
-A ver si lo entiendes de una vez. Ése es el futuro. Antes de que empiece siquiera la guerra,
se venden los derechos de pantalla al mejor postor.
-Hoy día, hasta se puede prefabricar algo así de antemano, porque no hay duda de que habrá
otra guerra.”5
“Soñar no cuesta nada, soñar con los ojos bien abierto, soñar y nada más” entona un
jingle publicitario, ¡qué ironía! Pero no es cierto, soñar siempre cuesta, todo tiene un precio,
nada es gratis en esta vida… “y después nos pasarán la cuenta, y nos pasarán la cuenta…” con
su voz grave como salida de un pozo gorjea esta sentencia Paco Ibáñez. Aunque a veces no
sepamos, ni qué ni cómo, siempre se paga… ¡de tantas maneras!
Hoy el objeto tiene marcas, nombres, apellidos. Por ejemplo: un calzado deportivo ya
no es un simple calzado deportivo, es mucho más. Sus formas, sus líneas determinadas, los
hacen rápidamente reconocibles, ¡no recubre mi pie, recubre mi alma y también nos erotiza!
Igualmente no es suficiente mostrar por si sólo el producto, se plantea que hay que construir
un escenario, una escenografía, una escena se podría decir, pero no cualquiera; los objetos
no se deben disponer según me parezca, es necesario conocer la lógica de los objetos -la cual
incide en nuestros comportamientos sin nosotros tener idea de su existencia- para su
combinatoria, siendo de suma importancia los colores, los aromas, las luces, la música, la
arquitectura del espacio… para hipnotizarnos, seducirnos y convertirnos mágicamente, como
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Günter Grass, “Mi siglo -1991, Pág.385-”, Ed. Alfaguara.
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Algunos economistas dicen que es cuestión de tiempo, aunque no hubiera una huelga al consumo, una
economía sostenida en estos pilares está condenada a un desastre mundial sino se la retoma desde otra
perspectiva. ¿Es posible que el hombre se aburra de consumir? ¿Es posible crear una estructura
económica diferente? Y no me refiero a que no se pudiera inventar una nueva. Dejemos abiertas estas
preguntas.
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¡No voy a entrar aquí en disquisiciones más profundas de si el hombre es libre de elegir o no, no hace
al caso!
en los cuentos de hadas, en un objeto más de la escena. La metamorfosis de la ficción
kafkiana se vuelve realidad pero en vez de tirarnos como a un resto se nos consume como
objetos preciados.
Ya llegará el tiempo en que las parejas vengan con fecha de vencimiento, esperen,
esperen un poquito, y no piensen: “¡otra locura más de este demente!”, ésta la dijo en los
60, Aldous Huxley, es de su cosecha. Llegará el día en que si una pareja perdura,
sospechemos: ¡algo no anda bien! Nos susurraremos al oído codeándonos y señalando con un
imperceptible movimiento de cabeza en dirección de los subversivos infractores.
El objeto no debe durar, use y tire, cambie por otro. Lo nuevo convoca a lo nuevo a
advenir, no necesariamente a la calidad. Hay algunos que ya tienen el tiempo de uso
determinado y luego se rompen. Hay otros que debemos cambiar por obsoletos, estos cada
vez más nos obligan a hacerlo, de lo contrario nosotros quedamos obsoletos y fuera de la
cadena, somos eyectados como desechos de la civilización8. El entramado social se ha ido
configurando de un modo que ya no podemos decir, así como así, a este juego no juego más.
No quedar fuera es estar obligado a alienarse en el sistema y el sistema es un gran Otro voraz
y siniestro. Engulle sujetos en su cita transportadora, y devuelve objetos9. A la alienación
propia se le enlaza una alienación ajena. Los llamados ataques de pánico, puestos de moda,
como las nombradas epidemias de depresión no dejan de denunciarlo desde un real corporal
que vivencia lo comprimido y lo ominoso de esta cárcel sin muros. ¡Qué no cunda el pánico,
no desesperéis, las pastillas y los tratamientos sobre la conducta ya cabalgan en nuestra
ayuda, no hay peligro de que el sujeto advenga, el incendio ya será sofocado y el gran Otro
salvaguardado!
¡Uy, que tarde se ha hecho!, no sigo escribiendo más, justamente el otro día me
encontré con un colega amigo, mientras revolvíamos la mesa de saldos de fin de temporada
en una tienda muy chic, y mientras nos enfrascábamos hablando de prendas y precios ahí
frente a nuestros ojos un cartel, en vivos colores, rezaba descontamos el IVA… indicando el
día soñado. Por eso los dejo, porque hoy es ese día, la noche de los descuentos en los centros
comerciales –no me gusta utilizar nombres foráneos, como ven, tengo mis pruritos- ha llegado
¡alabado sea el señor, ha llegado el día!
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¡Cuántos vienen a pedirnos que lo ayudemos a ingresar en la misma!
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Algunos me podrían objetar que nunca perdemos la calidad de sujetos, bueno para el psicoanálisis esto
no es así, también habría que delimitar que se entiende por objeto, cuestión que no abordaré aquí
porque trasciende el cometido de este trabajo.