Sie sind auf Seite 1von 3

TIEMPOS VIOLENTOS

por Alejandro Ojeda Abi-Saab


agalma@adinet.com.uy

“Y oigo una voz que dice sin con razón


‘Vos siempre cambiando, ya no cambias más’
Y yo estoy cada vez más igual
Ya no sé qué hacer conmigo”1

La violencia y sus diferentes rostros. La violencia en “Tiempos modernos”2, la


violencia post-modernista. La violencia es atemporal, atraviesa los tiempos pero cambia en
sus formas, en sus expresiones, aunque algunas puedan mantenerse de época en época.

Hay violencia que mata, hay violencia que da vida. Hay violencias brutales que
irrumpen, que nos indignan, que nos conmueven y cuestionan nuestra llamada humanidad.
Violencias fáciles de señalar aunque no siempre de solucionar.

También hay otras, la violencia convertida en engranaje de maquinarias discursivas,


que se tornan invisibles ante nuestros ojos, la que pasa inadvertida ante nuestros censores,
la que no puedo discernir tan fácilmente a través de mi pensamiento. Una violencia
sutilmente aplicada a partir de estudios de mercado, de investigaciones sobre el
comportamiento de conductas. Descubriéndose que puedo desear lo que no deseo, elegir sin
saber por qué y para qué, aunque más de una vez crea que sí. ¡Vaya paradoja! Está claro que
Freud ya se les había adelantado y lo llamó inconsciente.

La psicología al servicio del marketing. Las carreras de marketing no tienen idea del
inconsciente, ni del sujeto, pero sí saben qué cosas inciden en él, aunque ignoren por qué. No
importan las causas sino los bolsillos, después de todo su formación es la caza feroz de las
presas. ¡Tan feroz es, que hemos debido crear la liga de defensa al consumidor! Basada en
una nueva moral, el consumismo ya tiene su propia moral.

La gran revolución no es ni la industrial, ni la tecnológica, la gran revolución es la del


consumo3. Casi todo pasa bajo esta óptica, nadie escapa a ella, todo es factible de compra y
venta. Hasta quienes la aplican están presos en sus redes. Todos somos potenciales
consumidores. No hay quien no genere adicciones. Nada más hay que despertar el consumidor
que hay en cada uno de nosotros. Sólo es cuestión de encontrar la horma adecuada para
nuestro zapato.

Ya nadie se avergüenza, ni ve como una inmoralidad, o una falta de ética ciertos


planteos. Las ideologías han caído. Ya no importa el Hombre Nuevo o mejor sería decir el
Hombre Nuevo -el Hombre del Mañana- es el Consumidor Nuevo. En Shangai conviven muy
cerca una estatua gigantesca de Mao, con dos esculturas realizadas en 1999 –monumentos en
tamaño natural, cada una a los extremos de la principal peatonal comercial, enmarcan
Nanjing Road- en honor al consumidor. “Mientras -diariamente- miles de turistas chinos
llegados de todas partes del país se toman fotos al lado del monumento al consumidor con sus
nuevas cámaras digitales, Mao permanece solitario, mirando al río, con un aire que uno no
puede evitar interpretar como melancólico.” 4

Ya no consumimos ideologías, por ahora dejaron de ser rentables, ya no facturan. Las


guerras sin soportes ideológicos dan mejores divisas, venden más.

1
Cuarteto de Nos
2
Charles Chaplin parodiaba nuestro futuro el cual nos convertía en un engranaje más de la máquina
3
Tanto la ciencia como la biomedicina no escapan a ella.
4
“Cuentos chinos” –Pág. 70- A. Oppenheimer. Ed. Sudamericana.
“-No se ven cadáveres. Sólo coordenadas vacilantes e impactos que parecen certeros. Es
como un juego de niños…
-Claro, porque la CNN tiene los derechos de pantalla de esta guerra, de la próxima y de la
siguiente…
(…)
-…mientras aquí seguimos diciendo bobadas sobre el sesenta y ocho…
-…en cambio hoy no mueven un dedo, mientras que ahí fuera, los niños…
-No se puede comparar. Nosotros teníamos al menos una perspectiva y algo así como un
planteamiento revolucionario, mientras que ésos, sólo con sus velitas…
-(…), se hubiera podido negociar mucho más y ejercer presión con un boicot económico (…),
porque con la guerra…
-¿Qué guerra? El show que ha organizado limpiamente la CNN con el Pentágono y que ahora el
ciudadano de a pie ve en la pantalla parece unos fuegos artificiales, expresamente
escenificados para el cuarto de estar. Todo limpio, sin muertos. Lo ven como si fuera ciencia
ficción, masticando palitos salados.
(…)
-Sin embargo, en la CNN proyectan otra película muy distinta…
-A ver si lo entiendes de una vez. Ése es el futuro. Antes de que empiece siquiera la guerra,
se venden los derechos de pantalla al mejor postor.
-Hoy día, hasta se puede prefabricar algo así de antemano, porque no hay duda de que habrá
otra guerra.”5

“Soñar no cuesta nada, soñar con los ojos bien abierto, soñar y nada más” entona un
jingle publicitario, ¡qué ironía! Pero no es cierto, soñar siempre cuesta, todo tiene un precio,
nada es gratis en esta vida… “y después nos pasarán la cuenta, y nos pasarán la cuenta…” con
su voz grave como salida de un pozo gorjea esta sentencia Paco Ibáñez. Aunque a veces no
sepamos, ni qué ni cómo, siempre se paga… ¡de tantas maneras!

Igualmente hagamos el ejercicio ¿Qué sucedería si se declarara huelga al consumo?


Nuestra querida aldea global, entraría en crisis, colapsarían nuestros sistemas económicos,
nuestras lógicas económicas se derrumbarían6 ¿y entonces? Seguramente acudiríamos a leyes,
el consumir dejaría de ser un derecho de elección7, pasaría a ser una obligación, imaginar
esto es como imaginar que los laboratorios, cada año, generaran alguna pandemia para
vender sus productos ¡qué gran negocio!... Es más, llegaríamos hasta cumplir el sueño de
Marx, donde habría igualdad en nuestras economías –aunque reconozcámoslo por un camino
impensado por él-, ni ricos ni pobres, ni explotados ni explotadores –si bien se podría
convertir esto mismo en un nuevo negocio, muy lucrativo, por supuesto, en el cual un
documento contractual determine lugares-. Todos en igualdad de condiciones para consumir.
Después de todo, se necesita dinero para consumir, o tener ciertos poderes adquisitivos para
adquirir. “Imaginemos un mundo sin fronteras…”… ¡Os no asustéis sólo son sueños, y nada
más…! Mejor retornemos. ¡Atrás, atrás mente traviesa, tú y tus jugarretas!

Hoy el objeto tiene marcas, nombres, apellidos. Por ejemplo: un calzado deportivo ya
no es un simple calzado deportivo, es mucho más. Sus formas, sus líneas determinadas, los
hacen rápidamente reconocibles, ¡no recubre mi pie, recubre mi alma y también nos erotiza!
Igualmente no es suficiente mostrar por si sólo el producto, se plantea que hay que construir
un escenario, una escenografía, una escena se podría decir, pero no cualquiera; los objetos
no se deben disponer según me parezca, es necesario conocer la lógica de los objetos -la cual
incide en nuestros comportamientos sin nosotros tener idea de su existencia- para su
combinatoria, siendo de suma importancia los colores, los aromas, las luces, la música, la
arquitectura del espacio… para hipnotizarnos, seducirnos y convertirnos mágicamente, como

5
Günter Grass, “Mi siglo -1991, Pág.385-”, Ed. Alfaguara.
6
Algunos economistas dicen que es cuestión de tiempo, aunque no hubiera una huelga al consumo, una
economía sostenida en estos pilares está condenada a un desastre mundial sino se la retoma desde otra
perspectiva. ¿Es posible que el hombre se aburra de consumir? ¿Es posible crear una estructura
económica diferente? Y no me refiero a que no se pudiera inventar una nueva. Dejemos abiertas estas
preguntas.
7
¡No voy a entrar aquí en disquisiciones más profundas de si el hombre es libre de elegir o no, no hace
al caso!
en los cuentos de hadas, en un objeto más de la escena. La metamorfosis de la ficción
kafkiana se vuelve realidad pero en vez de tirarnos como a un resto se nos consume como
objetos preciados.

Las teorías de marketing se han dedicado a estudiar la estructura del objeto, ¡a no


olvidar!... los hechizos, los encantamientos, desde tiempos inmemoriales, es a partir de
objetos. Ni qué hablar, la primera en la serie, la manzana de nuestras perdiciones.

En el 2007 se le otorgó el premio Nóbel de economía a Leonid Hurwicz por su “Teoría


de Juegos” en la cual “Se trata de establecer estructuras que incentivan a los jugadores para
que se comporten según los objetivos del diseñador” ¿¡Qué les parece!?

Ya llegará el tiempo en que las parejas vengan con fecha de vencimiento, esperen,
esperen un poquito, y no piensen: “¡otra locura más de este demente!”, ésta la dijo en los
60, Aldous Huxley, es de su cosecha. Llegará el día en que si una pareja perdura,
sospechemos: ¡algo no anda bien! Nos susurraremos al oído codeándonos y señalando con un
imperceptible movimiento de cabeza en dirección de los subversivos infractores.

El objeto no debe durar, use y tire, cambie por otro. Lo nuevo convoca a lo nuevo a
advenir, no necesariamente a la calidad. Hay algunos que ya tienen el tiempo de uso
determinado y luego se rompen. Hay otros que debemos cambiar por obsoletos, estos cada
vez más nos obligan a hacerlo, de lo contrario nosotros quedamos obsoletos y fuera de la
cadena, somos eyectados como desechos de la civilización8. El entramado social se ha ido
configurando de un modo que ya no podemos decir, así como así, a este juego no juego más.
No quedar fuera es estar obligado a alienarse en el sistema y el sistema es un gran Otro voraz
y siniestro. Engulle sujetos en su cita transportadora, y devuelve objetos9. A la alienación
propia se le enlaza una alienación ajena. Los llamados ataques de pánico, puestos de moda,
como las nombradas epidemias de depresión no dejan de denunciarlo desde un real corporal
que vivencia lo comprimido y lo ominoso de esta cárcel sin muros. ¡Qué no cunda el pánico,
no desesperéis, las pastillas y los tratamientos sobre la conducta ya cabalgan en nuestra
ayuda, no hay peligro de que el sujeto advenga, el incendio ya será sofocado y el gran Otro
salvaguardado!

Freud inventa el inconsciente, en tiempos de ideologías e introduce la subversión del


sujeto. Los tiempos de Lacan serán otros y si bien retoma y sigue teorizando la
conceptualización del sujeto por fin cuestionado, se da cuenta que no alcanza –es necesario
pero no suficiente- ya no nos alienamos en ideologías, de ahí su invención del objeto pequeño
‘a’. No sólo se trata de la estructura del sujeto y su lógica sino también de la estructura del
objeto y su lógica. No es que el sujeto determina el objeto. La nueva topología que
introduce le permite llegar a esto: es el objeto que posibilita o no el nacimiento del
sujeto, así como los enlaces a través de su estructura con otros sujetos. Lacan está a tono
con su tiempo, en el psicoanálisis la subversión también debe pasar a nivel del objeto.

¡Uy, que tarde se ha hecho!, no sigo escribiendo más, justamente el otro día me
encontré con un colega amigo, mientras revolvíamos la mesa de saldos de fin de temporada
en una tienda muy chic, y mientras nos enfrascábamos hablando de prendas y precios ahí
frente a nuestros ojos un cartel, en vivos colores, rezaba descontamos el IVA… indicando el
día soñado. Por eso los dejo, porque hoy es ese día, la noche de los descuentos en los centros
comerciales –no me gusta utilizar nombres foráneos, como ven, tengo mis pruritos- ha llegado
¡alabado sea el señor, ha llegado el día!

¡Y qué joder, uno es humano! ¡Chau!

8
¡Cuántos vienen a pedirnos que lo ayudemos a ingresar en la misma!
9
Algunos me podrían objetar que nunca perdemos la calidad de sujetos, bueno para el psicoanálisis esto
no es así, también habría que delimitar que se entiende por objeto, cuestión que no abordaré aquí
porque trasciende el cometido de este trabajo.

Das könnte Ihnen auch gefallen