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El mto zi /Phllppe LacoueLabarthe y Jean-Luc Nancy trsduccn y epogo do Tuan Carlos Mavens Romo, — 2" eden, — Tub (Barcelona) “Antepos Editorial, 2011 98 p.; 18m. — (iba A 47 Conciencla) Ta org: “Le mt nt” ISON acraeeatt ' Nasoalscil ~Geencias, 2 Men peas XX 1. Nan. Jeanine" Mars Rem Juan Cros ond ye Hl Tha WV. clea notas de Pasages,! Benjamin recopiaba esta fra (de un libro aparecido en 1932): «Bl gesto sim- Jaentronizacién de la diosa Razén en Nuestra Se- Paris parece haber tenido, para el mundo occiden- significacién andloga a la del abatimiento del roble fotan por parte de los misioneros cristianos, pues ni ni ahora hubo un rayo vengador que viniese a ful- alos blasfemos», Benjamin comenta: «(La hora de la Primer ec ea Andopos Eaton 2002 ”, para esos dos gestos historicos fundadores, pa- peas sae ‘sonar al mismo tiempo! El nacional-socialismo se en- ‘Tho rina: Le mye net (© Fs, de FAube, 1991, del primero y Jung del segundo». a ‘cdiosa Raz6ne era la tentativa de un mito de lo no- ISBN: 974.86 7658644 }0 de un culto sin divinidad: tentativa imposible, pero Pil eee ee aba de definir, en su imposibilidad mis- Da ey ir Atop Bo no por allo deja de defini, en su impos (Ra Sc) abl Ls 9720 te HP a tna exigencia absoluta de la razén modema, lade so- Inpreee: Nowra. Vial 8 Moma Resa ‘en la imposibilidad de recurir a un ms all mitico. Timpson Espa» Priva in Spe * El texto que sigue retoma, desarrllandolo un poco mis en esta Tadosondarchos servos Eta publican no pte er epduiliem ho ‘ceasin, el prefacio preparado para Is edicién rumsana de este libro (t= See ero thsi de Nica Dumiacey de Cprian Mia, Cup Napes Ea Site oe eee ore ea fun Dacin 9) presen dels editors 1, Passages, Pars, Cerf, 1989, p- 418. El nazismo, precedido y luego acompafiado en ello por el conjunto de los fascismos, partié en efecto del deseo de venganza» respecto de este atentado a la grandeza sagra- da, y de una venganza que debia restaurar la posibilidad del ito, y de una salvacién encontrada en él Lo que se percibe ‘como la pérdida de una vida inmersa en la certidumbre in- flamada de los mitos engendra una amargura y un resenti- miento, en la experiencia de una incapacidad de afrontar la ‘modernidad, 0 por el contrario una exaltaeién en la volun- tad de hacer de esta modernidad una nueva potencia miti- ca, Se quiere entonces el eretorno» a una identidad ya dada de antemano en su substancia y en su figura: pueblo, jefe, patria, raza, suelo y sangre, naturaleza, comunidad. Este libro trata de analizar la procedencia, la estructura y la significacién del elemento mitico en el nazismo. No es solamente un trabajo de explicacion historica y filosofica: es, ‘una puesta en guardia contra todo aquello que, setenta afios mis tarde, puede nutrir de nuevo —y nutrir, en efecto, ‘como es sabido, de un extremo al otro del mundo— las te- rribles amenazas del mismo espititu de venganza erguido contra la razén. Una determinada racionalidad es percibida como destructora de las identidades, yno siempre va errada esta pereepci6n. Sin embargo, es con més razéin, y no con, ‘menos, 0 mejor atin con una razén més exigente como se puede encontrar la via de una identidad cuyo deseo no sea, al mismo tiempo, el de a exterminacién de los otros. ‘PHILIPPE LACOUE-LABARTHE JeAN-LUC NANCY PREFACIO A LA PRIMERA EDICION EN FRANCES La priméra versién de este texto data de hace once . Una segunda version ha sido redactada hace tres, tuna publicacién en Estados Unidos. El texto ha sido te revisado y modificado para la presente publi- ion en Editions de i Aube, En 1991, més todavia que en 1980, un estudio titulado El mito nazi» podria parecer presentar antes que nada el, interés ce un estudio hist6rico. Desde luego no es es0 lo tenemos en mente, Porlo demas, ya hemos subrayado Ja primera ocasiGn de este texto que no haciamos un ibajo de historiadores, sino de filésofos. Esto significa, otras cosas, que las preocupaciones (enyjewx) de este bajo se ubican en el presente, no en el pasado (pero noes por un affn de claridad que simplificamos asf la voca- mn dela historia.). ¢C6mo lo que esté en juego lo esti en tro presente? Es lo que trataremos de exponer breve- Mente continuacién. De manera general, nuestro presente dista mucho de 1. ). Bl nazismo puede sin duda todavia mostramos c6mo el ‘moderno no ha llegado a identificarse en la «demo- también, aunque de otra manera, a propésito de la técnica». Desde hace ya mas de un siglo, este undo sufri6 la una y la otra como las necesidades de una ‘que ya no es su obra (una historia que ya no es el 13, ‘ito del Progreso de la Humanidad o de la Fundacién dela Sociedad Razonable), que no es entonces ya una historia, es decir, que ya no produce ni evento ni advenimiento:* que ya no produce inauguracién, apertura, nacimiento 0 renacimiento, Ahora bien, el mito siempre ha sido el mito de un even- toy de un advenimiento, el mito del Evento absoluto, fun- ddadlor. Las sociedades que han vivido del mito y en el mito han vivido en la dimensién de una eventualidad constituti- va (deberiamos decir «estructural» si eso no fuera parad6ji- co). Ahi donde el mito es buscado, es el evento lo que se desea, Pero lo que el nazismo, quizés, nos ensefia, es que el evento no se fabrica, Las sociedades estructuradas por’un mito no habfan jamas fabricado, calculado ni construido su fundacién: lo inmemorial era una propiedad intrinseca de los mitos. Lo inmemorial no se fabrica: también es futu- 10, también esa verdad actualizable del mito. ‘Lo que nos falta (porque algo nas falta, nos falta lo pol tico,** no lo negamos) no es entonces ni la materia, ni las + Traduzco évéaement por evento, y no por acontecimiento, que es ims usualy transmite eon mayor elardad al lector hispano la idea de ‘algo que ocurre en eltierpo, para conserva el juego etimolgico del or- sina, ain ecuperable en nuestra lengua, entreele-verire (venir fuera de, salirde, crocer, tencr deselace,suceder) yl ad-venire (lear, v nos que han daclo el francés avénementy el espanol advenimierto, que significan algo qu inaugurauun tiempo (. del 7) “+ aLa politicos, ast,con un arieula neu para traducr el articulo -masculino que el original francés tia, precisamente a falta de un arte colo neutro en esa lengua. «Le politiques, me expica Jeaty Lie Nancy luna suerte de neologismo, en boga a partir de los setenta (Piere Kaul ‘man, Linconscient di politique, Pari, PUF, 1979) a causa de una inqule- ‘ud que se genera entonces en torno al origen y a ks esencia de la politica. Deslindindose de I politica emprica o conereta, pues, quiere teste neutro hacer referencia, en este eas0, a eda forma moderna de La tesencia de lo politicos. En Le fiction du politique (Heidegger, Uart et la politique), Lacoue-Labarthe se explica también a est respect lo poiti- 14 para fabricar un mito. Para eso, siempre hay sufi- baratijas, suficiente kitsch ideol6gico disponible, ‘como peligroso. Pero nos falta discernir el evento os en los que se inaugura en verdad nuestro por- Bistos no se producen desde Iego en tun retomo de ‘Ya no vivimos ni en la dimensi6n ni en la I6gica Existimos en lo tardfo, en el después histérico. no impide que la extremidad de lo tarcio sea tam- ‘punta de lo nuevo. Es incluso exactamente eso lo corresponde pensar: PHL: »yI-L.N. i —eseribe—, para traducirel prio: ta politika y hacer referencia tela delas cosas dela politica; et infra WN. dl 7) El texto que sigue fue, en su origen, una ponencia breve, pronunciada el 7 de mayo de 1980 en jo organizado por el Comité de Informacién so- Holocaussto, en Schiltigheim, sobre «Los mecanis- fascismo». En el marco fijado por ese tema, no nos ppresentar otra cosa que el esquema de andlisis aiuieren ser més ampliamente desarrollados.! Si, en a presentacién, hemos modificado un poco nues- ‘no ha dejado porello de ser esquematico. Ph. Lacoue-Labarthe ha presentado algunos de estos desarolos fiction du politique, Pats, Bourgois, 1988 yen Musica ita (figures 7), mismo editor, 1991; J-L, Nancy en La communauté dé- ¥en La comparuiion (con Jean-Christophe Baill), del misino ‘en 1986 2“ed on 1988) yen 1991, Juan Manuel Garrido prepara te, para la editorial LOM de Santiago de Chile, na version lade La comunidad inoperante. 17 ppere de nosotros, en consecuencia, una descripeién factual de los mitos 0 de los elementos miticos del nazismo; ni una descripcidn de la exhumacién y de la utilizacién, por parte del nazismo, de todo un material mitol6gico antiguo, con- sidlerado en particular como especificamente germano. ‘Que se lo espere tanto menos cuanto, hecha la parte dle Ja ignorancia (hemos leido poco de la abundante y moné- ‘ona literatura de la 6poca), nosotros consideramos ese fe :némeno relativamente superficial y secundario: como todo nacionalismo, el nazismo ha tomado de Ia tradicién que se apropiaba, Ja tradicion alemana, un cierto néimero de ‘elementos simbdlicos, entre Jos cuales los elementos pro- piamente mitol6gicos no son los (inicos, ni, es probable, los més importantes. Como todo nacionalismo, dicho de otro ‘modo, el nazismo ha exaltaco de un modo nostalgico la tradicién histérico-cultural alemana 0 mas ampliamente germénica (todo aquello susceptible de ser integrado en ‘un germanismo). Pero en esta exaltacién —que reanima tanto el folclore como el Volkslied, la imaginerfa campesina del post-romanticismo y las ciudades de la Hanse, las ali- gas» (Biinde) estudiantiles anti-napolednicas, las compora- , las Grdenes caballerescas, el Santo Im- perio, ec:—, una mitologia (digamos, la de Erda, de Odin y de Wotan), desde hace mucho tiempo fuera de uso, a pesar ‘de Wagner y algunos otros, no peda contar demasiado ex- cepto para algunos intelectuales y artistas, si acaso para ciertos profesores o educadores. En pocas palabras, tal rnero de exaltacién no tiene nada de especifico (no ms que la exaltacin de Juana de Arco por el Estado francés de Pe- tain), Lo que debe interesarnos aqui, empero, es la especi cidad del nazismo. Y ella debe ocupamos de tal suerte que el cuestionamiento de una mitologia, de sus sospecho prestigios y de sus cbrumas», no sirva, como sucede a ve de expediente facil y, en el fondo de procedimiento di- al menos, llanamente, anti-ale- fohablaremos aqui defos mitos, en plu- Ginicamente del mito del nazismo, © lista como tal. Es decir, de la mane- jal-socialismo, usando o no los mitos, in, en Ja funcién y en la seguri- {que nos guardaremos bien de des- Tnazismo, en el sentido en el que un jente fino (el de Roland Bar- ando conjuntamente los instrumen- {del marxismo (brechtiano) y de la se- jar los mitologuemas que estructuraban, inconsciente socio-cultural de la peque- poesa, Frente a un fendmeno de una am- nasividad como las del nazismo, un anali- ono tendria estrictamente ningtin interés clemos apostarlo, alguna pertinencia? a jtologiass en el sentido de Modevonir, en nesires dias, parte integrante de una cu Tnismes smedios» que secretan e508 pth ental la demuncia de ls itsy, de ls imgenes» de Me a sapariensias, rma parte desde aore dl ssa Midos medios, de sus imagenes y des apariencia, Lo que Mictt que cl mio verdadero, stay un, seen relacién al ave five tonfeacion, se mantiene enum retro mas stl desde re, las, toda i escena (sein lo necsste,en cuanto mt Foe tion.) Igualmente, se ver que el mito nazi se ns mitolopicas determinadas, tanto de ls Rsloyns germanicas como de 8 ota 19 _gins of totalitarism. Es decir, la ideologfa como la légica, jéndose totalmente (y proviniendo de una voluntad cde cumplimiento total), de una idea que «permite explicar el movimiento de la historia como un proceso tinico y co- herentes.* ¢El movimiento de la historia y el proceso logi- co de esta nocién, —dice todavia Hannah Arendt—, se su- pone, deben corresponderse punto por punto, de tal suerte ‘que todo lo que sucede, sucede en conformidad con la logi- cadeunaidea» interesa y nos retendré, en otros términos, ¢s la ideologia en cuanto, por un lado, se propone todavia ‘como una explicacién politica del mundo, es decir, como quiere, de la Weltges- chichte, entendida menos como historia mundial» que como «mundo-historia», mundo que no esta hecho sino de 10, y de su necesidad auto-legitimante) a partir de Gnico: el concepto de raza, por ejemplo, 0 el concepto de clase, incluso el de chumanidad totaly; y en cuanto, por otro lado, esta explicacién o esta concepcién del mundo (Weltanschauung: vision, intuici6n, aprehen- si6n comprehensiva del mundo —término filosético del que el nacional-socialismo, lo veremos més adelante, ha hecho gran uso) se quiere una explicacidn o una concep- cin total, Esta totalidad significa, por lo menos, que la ex- plicaci6n es indiscutible, sin defecto y sin tacha, contraria- mente a los pensamientos de la filosofia de donde ella toma, empero, sin rubor la mayor parte de sus fuentes, pero que se caracterizan por el estilo arriesgado, y proble- ‘itico, por la «inseguridad», como dice Hannah Arendt, The origins of tofaiarism. Los autores remiten a la version francesa de 1 Boar Davey Fy Lt tlie, Pe 1, Soul, 1972, ols de esta obra en Taurusy cen Alianza WN. 20 niento, (De lo que resulta, por lo demés, én rechazada por los idedlogos que jaa la incertidumbre ya las vacilacio- sintelectualidad»: 1a historia de los fil6- en el nazismo es suficientemente cto.) ‘mostrar rigurosamente, auf, qué relacio- Ia ideologia, asf concebida como Weltans: eso que Hannah Arendt llama la «domi- “es decir, ante todo con Jo que Carl Schmialt, fa la vez en el discurso propiamente fascista olini y de Gentile) y en el concepto jéingeriano i6n total» (eneargado de dar una primera de- {ela técnica como potencia total y mundial), lla- tstado total. {que mostrar rigurosamente, adem: al debe ser concebido como Estado-Sujeto (ese ate de la naci6n o de la humanidad, de la clase, ‘odel partido, siendo 0 queriendo ser sujeto abso- etal suerte ques, en thtima instancia, enla flosofia izada del Sujeto donde la jen este pensamiento del fa) en cuanto subjetividad presente a si misma, so- nt y finde la representacon, de a certidumbre y Voluntad. (Pero habria que fn efrvola flowofla quc devine idcologiainaugura én, y al mismo tiempo, este fit de la filosofia del que ger, Benjamin, Wittgenstein y Bataille han dado tes ‘miiltiple pero simultaneo,) ibria que mostrar rigurosamente, en fin, quela lgica, cf, Hans Sluga, Heidegger, suite sans fin», open, Paris,P.O.L, "3, 198 de la idea 0 del sujeto, que asf se realiza, es para empezar, como se puede ver gracias a Hegel, la l6gica del Terror (que sin embargo, en sf misma, no es propiamente fascista, ni totalitaria) yes a continuacién, en su titimo desarrollo, el fascismo. La ideologta del sujeto (lo que, quizas, no sea sino tun pleonasmo), eso es el fascismo, valiendo la delinicién, Por supuesto, para el dia de hoy. Evocaremos todavia este unto: pero va de suyo que la demostracidn que requiere excede los limites de esta exposicién, Si queremos, sin embargo, insistir un poco sobre este motivo, es en realidad para marcar nuestra desconfianza y nuestro escepticismo, tratsndose del nazismo, respecto de Ta acusacién apresurada, brutal y las mas de las veces cic- 4, de inacionalismo. Hay, por el contrario, una légica del fascismo. Esto quiere decir también que una ciertaligica es fascista, y que esta l6gica no es simplemente ajena alla l6gi- ‘ca general de la racionalidad en la metafisica del Sujeto. No decimos eso sélo para subrayar hasta qué punto una cierta oposicién asumida, a veces en la ideologia nazi, a veces a ropésito de ella, ente el mythos y el logos, oposicion en apariencia elemental, es en efecto muy compleja (habia que releer a este respecto, entre otros, varios textos de Hi ? O auin, que la Historia en su ‘depende de una ciencia, sino de una mitologi. jemos aqu{ otra cosa que desglosar muy esque- mente un anlisis dificil y complejo, que deberia tuna capa hist6rica del todo precisa —entre la his- Jas mentalidades, a historia del arte y del pensa- "yl historia politica: se la podria lamar, a falta de iejor, la historia de los ficcionamientos. a Noblesse de esprit trad. . Delmas, atts, Albin Michel, 1960. 29 Al principio, y para decitlo de manera abrupta, hay esto: desde el derrumbamiento de la cristiandad, un espe tro ha obsesionado a Europa, el espectro de la imitacién Lo que significa, para empezar, Ia imitacién de los ant. Buos. Se sabe qué papel ha desempetiado el modelo an. tiguo (Esparta, Atenas o Roma) en la fundacién de los Es tados-nacién modernos, yen la construccién de: Del clasicismo de la época de Luis XIV hasta la puesta a la antigua de 89 0 al neoclasicismo del Imperio se desplie- ga todo un trabajo de estructuracion politica, donde se rea- lizan a la vez una identificacién nacional y una organiza. ccién técnica de gobierno, de administracién, de jerarqui- zacién, de dominaci6n, etc.’ En ese sentido habria que in ttoducir a imitacién historica, como Marx lo habia pensa. doya, entre los conceptos politicos, En la historia de esta Europa presa de a imitacién, el dra- ma de Alemania no es simplemente el de estar parcelada, al Punto, la cosa es conocida, que apenas y existe una lengua. alemana, y que ninguna obra de arte «representativa» (i cluso la Biblia de Lutero dificilmente puede ser consider: como tal) ha visto atin el dia, en 1750, en esta lengua, El drama de Alemania es también el de suftir esta imi tacién en segundo grado, y de verse obligada a imitar esta imitacién de lo Antiguo que Francia o Talia no cesan de exportar durante al menos dos siglos. Alemania, en otros términos, no esté sélo privada de identidad, sino gue le fal- 9, Durante todo este perfodo, Alemania no tiene Estado, como ess bido. Comesponde mas bien alo que Dirrenmatt ha poside describir de la siguiente manera: «Losalemanes no han tendo nunea tn Estado, sino {inicamente el mito de un imperiosagrado. Sa patitismo siempre ha sido romntico,en todo caso antiseanita,y tambien pladosoy response dela autoridad» («Sur le sentiment patrotiquer, Liberation, 19 de abel dle 1990 —tradvecin de un texto aparecido en Dotuartnte ut Asses ‘hen, Bonn, Bouvier, 1983) 30 de su medio de identificacién. ‘vista, no es nada sorprendente que la 0s y Modernos se haya prolongado tan inia, es decir, al menos hasta los ea xix. Y riamos perfectamente describir| ictal aleman como la larga histo- acion de los medios de identificacién. (Es qui- Jo que define en parte el contenido de las a faltado entonces a Alemania, pricticamen- 1,0 es ser el sujeto de su propio devenir (y la en cuanto metafisica del Sujeto, no se ‘cabo ah{ por azar), En consecuencia, lo que ‘querido construir, es tl sujeto, su propio su- ‘su voluntarismo intelectual y estético, y es0 tun poco antes de 1930, sefialaba como una ‘arte» en ese eco de la edad barroca que repre- soos el expresionismo. i lemanes ha sido siempre el no llegar a ser artis- y constantemente tal aplicacién, y antas expec- certs que esahaenjacgourecuade su identidad (0 el vertigo de una ausencia de — puede d duda, que lo que ha jo, desde ese punto de vista, la historia alemana, es splacable logica del double bind (de esta doble con- j6n contradictoria, por la que Bateson, siguiendo en sud, explica la psicosis). En el sentido estricto del Ja enfermedad que habra amenazado siempre a ién del medio de identificacién, simultaneamente, debe y no debe pasar por la imitaci6n de los antiguos, es decir, an tes que nada de los griegos. Debe hacerlo porque no hay ‘otro modelo que el de los griegos (una vez derrumbada la trascendencia religiosa, con las estructuras politicas que le corresponden, se recordar que es el pensamiento alemén, ‘quien ha proclamado la «muerte de Dios», y que el roman ticismo medio se fund6 sobre la nostalgia ce la cristiandad, medieval). No debe hacerlo porque ese modelo griego ha servido ya a otros. ¢Cémo responder a ese doble imperati- vocontradictorio? Se habrén dado, probablemente, en el conjunto de la cultura alemana, dos salidas: una salida teérica en primer lugar, es decir, para ser precisos, especulativa. Es la salida proporcionada por la dialéctica, por la légica del manteni- miento y de la supresién, de la elevacién a una identidad superiory de la resoluci6n, en general, de a contradiccién. “Hegel es su representante més visible y (quizés) el mas ri- guroso, pero no tiene, en la época misma del «idealismo especulativos, el monopolio del esquema general de esta solucién. Que, por otro lado, le abre en particular el cami- no a Marx, Esta salida dialéctica representa sin duda, con- trariamente a lo que pensaba Nietzsche (del que, sin em- bargo, es sabido hasta dénde le lev6 la obsesién de la iden- tidad), la esperanza de una «salud». Pero no podemos dete nemos aquf sobre esta primera via, Por otta parte, se habra dado la salida estética,o la es- peranza de una salida estética; ya ella queremosatenemos, [Pues no esti por casualidad en la «enfermedad» nacional- socialista. ¢Cuél es su principio? Es el del recurso a otros griegos istintos de los que habfan sido utilizados hasta entonces (es decir, hasta el neoclasicismo francés). Ya Winckel mann habia dicho: «Necesitamos imitar a los antiguos 32, 1¢s posible, inimitables».!° Pero que- ie, justamente, podia ser imitado de ra que diferenciara radicalmente Jos alemanes han descubierto, al eculativo y de la filologia romantica siglo xvi, en Jena, entre Schlegel, (en el sentido propio de esos térmi- lla, del rigor virily heroico, de la ley, ‘yma Grecia ocuita, nocturna, som- lumbrante), que es la Gre sunanimistas, de los sacrificios san- nbriaguez. colectiva, del culto de los Madre —en.pocas palabras, una la cual la primera se ha edificado con iéndola»), pero que ha permanecido presente hasta el hundimiento final, dia y en las religiones de misterios. de este desdoblamiento de «Gre- iento alernin desde, por ejemplo, el de Séfocles o la Fenomenologia det er, pasando por el Mutterrecht de Ba- Rohde, o la opasicién de lo apolineo y ictura El nacimiento de a tragedia. Un poco: no todas las des- ple Grecia concuerdan entre si—lejos a otto los principios de evaluacion arte del tiempo de manera muy sensi- (abusivamente) una especie de pro- no procederé de otra manera—, se dela pintura ydela csculturade los griegos» 33 puede avanzar que este clescubrimiento implica en general lun cierto nsimero de consecuencias decisivas. Nosotros vamos aretener cuatro: 1) Este descubrimiento permite, evidentemente, pro- mover un modelo histérico muevo, inédito, y desembarazat| ica (la Grecia francesa, ¢ incluso, més antiguamente, la Grecia romana y renacentista). Lo que au- ala vez, una identificacion de Alemania con Grecia. Hay que notar que esta identificacién se fundar para em- ppezar en una identificacién de la lengua alemana con la ler ‘gua griega (en principio, todo es, po : so significa que serfa erréneo pensar demasiado sim plemente que la identificacién se ha hecho, sis pecto de la otra Grecia, la Grecia 0 bido siempre un poco de eso, pero, por un cierto ntimero de razones de las que vamos a hablar, nunca ha habido ex- ‘0 eqanid-enuos omtens ug “oLtoIwoyRuep! oMuE [ap & von jut pepausp! e] ap emnjosqe stsaynue P| Pepropn! yap 2224, “oursizeu pp eStA ap oyund [a apsap ‘nb o] 9p UO!eENpEAa ‘wun 9p up!ooaNIp ua oper onisant reBuojord Bpod 2S, “oust OuatoUay fap anb wig spur ‘oUF UAST are 2189 9p popyqisod ap sauorsxpA0d Se] ap seunde ap SIs “gue un sanosou ap vqeacdsa as ‘—ensenu ¥] ap SpuIIpe souofongunuos sexo vypuaudutos anb £ ‘(ors J>P OF J -9p) 19Kpr] ouTger Pp UoPSANp y ofeq ‘Ospn! pHLHCD ‘god opezreio omnbojoo un— owxai op uorsiaA wrowLAd B| {9p se] uaxong anb souorarption so] wo ‘olDo UE ZU OUST er jap wantuosnre peprogtaadso 2] opedsa spUL opspasuic sourgjqey ou gnb 20d ajrowanuansayy opequnsard vy sou as EULA Ua OFXA aIS@ 9p UOToLde BIOTIC | IPSC, ss -esuad jo woo 4 ‘ebuen epuau0e vf woo asreponb £ opae| ouo “eAUE ‘9 peprsouno y 539] apand wiaspoy anb ouosza%e 0 opafaie oouNo> ‘ous “ou cropepins fe sey aad eyes anb ey owed 9p anb 0 “3s ad an Aay anb a sod opiquapaid orofous Jp outo9 20}9 FP aaA}O 28 Ot ‘oZoppid un an ojrpsp sy a] ueIseq wk < cAOpe UR-OpEA ap 9H ‘onl uo epipour | uo ‘spare ‘ueroduioy 9s SEASON SENSOON, 1 yapuodsaxi09 9 ‘anb oueur ven! “yosoyg otLIM Ns v eqap & ‘ouTYPoUILI -ULO.UE ap ‘“JOFNpeN oxeUL ap BAGO .;BTeY BasMBULNSAL OO -odure) eqap ou 1o}onpen [a ‘ojdusala ns opuamnsis ‘sezinb ‘sau0peuoysty ap vigo taotp outoo J9084 # ‘osed anb of 12) -eysu09 ¥ EITM] 9S Ou ‘peprEqesuodsas ns &.1aqap ns oad -sai fe opuostunse & ‘aquasaucl ns uo opaean visa asanb o|e ‘soquoF? ‘0xqt] 9189 9p sa10yne so] ou1OD Jsw A ‘se SUMO seno ua 4 endual eno ua oysand o ‘oppnpen ey anb oxy [Pp We ‘eprpot rua 0 soKeur te ‘ophouionua eX e150 OU pond ou Jojonpen un anb ugiquiey .ea.tasqo aque ‘ofeq, “to uls “X “aupsaud Jap PepoLiqos vy op & sauorsuoUNp sey 9p o1qy] un ua jepadso uo ‘uorsTuLENU e| op oBue pe uedeD “$9 1UOUUDyFP cag UM v eae 2s saromne o zoHNE Ns ap opuarata ou anb seaqoed sey ‘oBojoxd ua 0 oBopda us YOLINAVAL Tad OOOTda

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