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Coro
Salve, oh Patria, mil veces!, Oh Patria!, V
gloria a t, ya tu pecho rebosa!, Nadie, oh Patria, lo intente. Las
gozo y paz, y tu frente radiosa sombras
ms que el sol contemplamos lucir! de tus hroes gloriosos nos miran,
Estrofas y el valor y el orgullo que inspiran
I son augurios de triunfos por ti.
Indignados tus hijos del yugo Venga el hierro y el plomo fulmneo,
que te impuso la ibrica audacia, que a la idea de guerra y venganza
de la injusta y horrenda desgracia se despierta la heroica pujanza
que pesaba fatal sobre ti, que hizo al fiero espaol sucumbir.
santa voz a los cielos alzaron, Salve, oh Patria...
voz de noble y sin par juramento, III
de vengarte del monstruo sangriento, De esos hroes al brazo de hierro
de romper ese yugo servil. nada tuvo invencible la tierra,
Salve, oh Patria... y del valle a la altsima sierra
IV se escuchaba el fragor de la lid;
Cedi al fin la fiereza espaola, tras la lid la victoria volaba,
y hoy, oh Patria!, tu libre existencia libertad tras el triunfo vena,
es la noble y magnfica herencia y al len destrozado se oa
que nos dio el herosmo feliz: de impotencia y despecho rugir.
de las manos paternas la hubimos, Salve, oh Patria...
nadie intente arrancrnosla ahora, VI
ni nuestra ira excitar vengadora Y si nuevas cadenas prepara
quiera, necio o audaz, contra s. la injusticia de brbara suerte,
Salve, oh Patria... gran Pichincha! prevn t la muerte
II de la Patria y sus hijos al fin;
Los primeros los hijos del suelo hunde al punto en tus hondas entraas
que, soberbio, el Pichincha decora cuanto existe en tu tierra, el tirano
te aclamaron por siempre seora huelle slo cenizas y en vano
y vertieron su sangre por ti. busque rastro de ser unto a ti.
Dios mir y acept, el holocausto, Salve, oh Patria...
y esa sangre fue germen fecundo
de otros hroes que, atnito el mundo
vio en tu torno a millares surgir.
Salve, oh Patria...
HIMNO AL MAESTRO
Letra: Pablo Hannbal Vela
Msica: Enrique Espn Ypez
Coro
Gratitud al Maestro, que alumbra
nuestra vida y la llena de estrellas;
gratitud de la Patria que, en ellas,
ve otro cielo, en palabras de luz.
Solo
Oh Maestro que ests en la Ctedra
de tus labios queremos la aurora;
tu palabra es la luz que se aflora
y amanece en las cumbres del bien!