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Mirad cul amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios.

(1
Juan 3:1).

Reflexin: No existen palabras para describir el amor de Dios, un amor tan puro,
tan genuino y tan extraordinario que no tiene comparacin, su amor es tan perfecto
que como seres humanos no somos capaces de explicar con palabras el amor del Padre,
es simplemente un amor inefable, un amor que va ms all de nuestro entendimiento
porque solo Jehov Dios puede brindarnos un amor tan divino. El amor de Dios
transciende las definiciones humanas, porque como seres humanos nuestro amor se ve
condicionado por una serie de requerimientos que cumple ese ser querido al que
decimos amar. Nuestro amor se basa en sentimientos y emociones que pueden variar
con el tiempo. Pero el amor del Padre permanece intacto, Romanos 8:39 dice: ni lo
alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podr separar del amor de
Dios, que es en Cristo Jess Seor nuestro. Nada puede separarnos del amor de
nuestro Padre celestial. Aunque nos alejemos de l, aun cuando nos apartemos del
camino, l siempre voltea su rostro hacia nosotros, y nos espera con los brazos
abiertos, nos dice: ven hijo mo te estoy esperando para brindarte mi amor, para
consolarte y curar tus heridas, te estoy esperando para que mores conmigo y
brindarte abrigo. Nuestro Padre Celestial nos brinda un amor puro y sin
condiciones, as que no tengamos miedo, ni vergenza de acercarnos a Dios, l no ve
las cosas que nosotros vemos, l solo ve un hijo arrepentido y se alegra porque
ste regres a casa. Confiemos en el infinito amor de nuestro Padre e incluymoslo
en nuestras vidas. No estamos solos, Dios nos ama y est a nuestro lado. Nunca
dudemos de su amor incondicional. Dios te Bendiga.

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