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El desarrollo del multimedia: un desplazamiento de la correlacin de fuerzas

El concepto del multimedia como revolucin y los trminos asociados al mismo

(convergencia y autopistas de la informacin) pueden naturalizar una serie de
procesos, empresas, mercados y modelos de desarrollo que no necesariamente
propiciarn el cambio econmico, social y cultural.

Es verdad que en este fenmeno subyace un ncleo tecnolgico comn (la traslacin
de todas las formas de informacin en bits digitales, DIGITALIZACION ), pero no hay
cambios tecnolgicos o econmicos tan revolucionarios para transformar totalmente
un sistema establecido.

Para pensar la incidencia potencial de la digitalizacin hay que diferenciar los

procesos que se ocultan tras el trmino 'multimedia' o 'convergencia':
la convergencia de las redes,
la de las formas de medios de comunicacin,
la de los modos de consumo de medios,
la de los modos de pago
y la de los mercados domsticos y comerciales.

Al hablar de convergencia de emisin y telecomunicaciones se piensa en un nico

conducto que suministre todos los servicios electrnicos a hogares y empresas (lo
cual podra ampliar la diversidad de informacin y entretenimiento, pero tambin
conducir al control monoplico, el aislamiento y la fragmentacin social).
Sin embargo quedan importantes barreras tecnolgicas que impiden la convergencia
uniforme, adems de barreras econmicas, culturales, sociales, polticas y
reguladoras.

La repercusin potencial de los gneros multimedia ms notable sobre el contenido

es la interactividad.
La digitalizaciones posibilitan la interactividad persona-mquina y persona-
persona.

El mayor reto para el mundo multimedia est en el conflicto entre el mercado de

consumo masivo de las industrias de la edicin, el cine, la msica y la
radiodifusin, y el mercado de empresas de la industria de las telecomunicaciones.

Garantizar el acceso a las redes no garantizar la pluralidad de servicios a menos

que se evite la concentracin del control del contenido a la que el sector seguir
propenso.

No se puede dejarlo todo en manos del mercado, no hay que permitir que las empresas
trans-media usen el argumento de la revolucin tecnolgica para eliminar las
actuales regulaciones de la propiedad transversal de los medios.

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