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ANARQUISMO Y : HOMOSEXUALIDAD ANTOLOGIA DE ARTICULOS DE LA REVISTA BLANCA, GENERACION CONSCIENTE, ESTUDIOS ¥ INICIALES (1924-1935) RICHARD CLEMINSON HUERGA @ FIERRO editores 1995 ee ene Diseiie de A. Hucrya Mustain de prada de Lai Avencibia, ote de autor: Simon Rett © Richard Gleminson, 195. © 1095, Huenga v Ferre editores, / Murcia, 24 bajo 2R08s Madi Espana etl: 91/457 63 61 Fax 01/ 467 68 99 LS BN: BA88560414 Depista Leyal: M87. 418195 fompreso in Espana/ Printed and made iy Spain Ninguna pare de esta publicacidn, include el diseTio de ts ceubierts, puede ver reproducida, almacenada o transmitida sna nk por ningzin medio, ya sen eletreo, eo, de grabacién o de forocopia, ‘sin permina previo de hi editorial, AcRADENUESTOS Cualquier tabajo como éste conlleva consigo muchas deudas personales. Me gustaria agradecer, por Jo tant & todos y todas Joevas mibitantes de la Gonfederacion Nacional del Trabajo que tne han proporcionarlo ayuda y en especial a José fimenes y su Compafigra Aurora y sus dos hijas [rene y Alba. También agra: ence a Joss Chasco Arréniz y May Quintana por haber puesto sh piso ch Barcelona a mi disposicion para poder hacer la inves Tigucion necesaria para este trabajo, Tomo esta oportanidad idualmente para reflejar mi agradecimiento al personal de ta BE Heigtecs Nacional de Catakanye, de la Bibliotera Figueres de Ba Celona, de [a Biblioteca Pablica Ards y del Arxiu Histovic de esa Seisina ciudad, y, en este altimo, especialmente: a Alicia Torres Deniz, de la seccion de microfilms. Agradezco también a Mara Teress Sanches de la Universidad de Bradford, Inglaterra. por haber teido las pruchas de este fibro, y por haber corregido mt patellano, Finalmente, me gustaria agradecer a Antonio Rucrga ‘Murcia a Ediciones Libertarias por haber publicado este libro. Depreator Esto libro se lo dedico a Andrem, jor toda su conprension. aude y ‘amar. Sin deste libro no ubia sido posible ee ANARQUISMO Y HOMOSEXUALIDAD { Antologia de articules de la Revista Blanca, Generacion Consciente, Estudios e Iniciales (1924-1935) UNO Introduccién I. Definiciones GuaLquir ESTUDIO QUE intenta abordar el tema de la bomosexualidad no puede dar comienzo sin haber previamente profundizado algunos de los debates que sc estan. produciendo en ta actual in- vestigacion en Ia sociologia y en la historia social. ‘Aunque el propésito de este estudio no es el de analizar a fondo estos debates, nos conviene suge- rir un marco teérico para centrarnos y para enten- der mejor los textos que a continuacién se expon~ dran. Igualmente, nos ayudara a entender Jos dis- tintos elementos terminoldgicos que se utilizaran para denominar el fenémeno de Ia shomosexwali- dad». Fenémeno que ha sido el protagonista de mu- choy estudios, los més recientes de los cuales ya 15 han rechazado la tesis «esencialista» segiin la cual siempre ha habido chomosexuales» 0 egays» en la historia humana''. Mas bien al contrario, abundan cada vez més los estudios que intentan compren- der y colocar el erotismo entre personas del mismo sexo, sin que éstos sean necesariamente Foucault, M, op. eit, 126, * Foucault, M, op. eit, 126-128. 18 racterizacién de este individuo, o grupo de indivi duos, sin embargo, no puede conseguirse sin rele- cionar su creacin con los otros tres: sin la exal- taci6n de ciertas formas de economia sexual, no se puede decrepar otras formas «perversas» 0 «contra natura». anvertidos u Homosexuales? Como hemos constatado, hacia finales del siglo XIX se concreta y toma forma y fuerza el andlisis del adesviado» en gentral, y de ciertos grupos en parti- cular. El «invertiddy, término utilizado por primera vez. por Havelock Ellis, se bas6 en unos postulados segin los cuales cualquier persona podia ser «desvia- da» de la via de expresion sexual correcta y normal, s decir, el erotismo hacia personas del sexo diferen- te («opuesto»). Si una persona fucra desviada de esta forma de expresién sexual, era «invertida» y hacia lo que les correspondia a los miembros del otro sexo. Esta inversion de roles sexuales cra a veces patolégica o congénita, otras veces «adquirida-, xpor vicio» o por mala compaiiia. Ellis después cre6 una diferencia entre la «inversion» y la chomosexua- lidad, la primera siendo para él congénitay la segun- da adquirida®, Karl Heinrich Ulrichs avanz6 ideas sobre la posibilidad de que un homosexual pudiera albergar en su seno el alma del otro scxo; en el caso de un hombre homosexual un alma de mujer en el cuerpo de un hombre". Como en tantos otros fend- * Weeks, J, Coming Out, op. cit, 62. ve fsta fue la idea de Rarl Heinrich Ulrichs. Ver Weeks, J, Co- ming Out, op. cit, 26-7. También de interés en este contexto es Weeks, j Sex, Politics und Society, op. cit., Cap. VI, «The Construc- tion of Homosexuality, 96-121 19 menos biolégicos o sociales, y sobre todo con lo refe- rente a la herencia de caracteristicas, dos tendencias luchan por ganar el terreno al otro: la teoria de la congenitabilidad y la de los factores ambientales. Seguin circunstancias politicas, cientificas y de otra indole, la fuerza de ambos varia de pais en pais, y ademas, temporalmente. En los medios del anarquis- mo espaiiol, veremos que eran corrientes ambas ideas ala vez. Mientras que las denominaciones que recibieron estos individuos podian variar desde «pervertido», , Nosotros, 22, 11/3/37. eae Dr, Vachot, «El nudism, ke moral yl saludo, Pisin de yar de 1982 S gue Dr. ais fia Nozer, ¢Necesidad de la proces consclente ylinitadae, Geamractn Conant junio de 1925, 25 la medicina en general y sobre grupos de , Solidaridad Obrera, 191, 30/6/31 Puente, Isaac, «Utopia hoy, realidad mafanas, Eugenia, 41, julio de 1924. 27 Isaac Puente, como otros médicos y psicoana- listas radicales, entendia perfectamente la profun- didad de la revolucién que se proponia, En un escrito que nos recuerda la obra del psicoana- lista austriaco marxista Wilhelm Reich, Puente cribe: Base del placer ongdnico mis intenso, verdadero lit rmotiv de la vida, cl orgasmo venérca, obtenido por la copulacién de ta pareja humana, va siendo reivindi- cado en cl siglo de le revolucién sexual en que vivi- mos. Mas profunda que la revolucién politica y so- cial, la operada en las ideas sexuales, tiene una abun- dante bibliografia, y esti socovando los prejuicios y la ignorancia en que la ha tenido sumida nuestra ci- vilizacién cristiana..." IV. La visi6n anarquista: camino a una nueva socieda Hemtos visto que amplios sectores del anarquismo y anarcosindicalismo albergaban ideas y practicas re- lacionadas con la edificaci6n de una nueva sociedad, basada en principios bien distintos a los que sostenia el capitalismo. Esto no deberfa de sorprendernos mucho: el movimiento anarquista, con el énfasis que daba al individuo, al grupo, a ta colectividad y a Ta regién, se mostraba abierto a la recogida de ideas ra- dicales sobre las relaciones humanas y personales. El movimiento espaiiol habia heredado ampliamente de las ideas de los primeros socialistas ut6picos tales como Saint Simon y Charles Fourier, y las nuevas for- mas de vivencia eran vistas como una practica socia- Puente Isaac, Tratamiento de la impotencia sexual, Estudios, 1935, 6. lista que se podria realizar en ta sociedad capitalista y autoritaria, preparandose siempre para el adveni- miento del «gran dia» en que aquélla seria barrida para siempre. En este sentido difieren mucho los anarquistas de los marxistas que se dedican tanto al aspecto econdmico de las cuestiones. Bara los marxisias es paiioles en los aiios treinta, el vegetarianismo, el nudismo, y los aspectos no puramente econdmicos de ia vida sexual se veian como asuntos de menos importancia en la lucha contra el capitalismo. Es esie aspecto el que al leer Jas revistas de los anar quistas espaiioles de los afios treinta mas nos choca —su visidn de la nueva sociedad y su capacidad para considerar los pormenores mas rec6nditos de Ia nueva sociedad—. Para el movimiento libertario estas cuestiones eran tan importantes como la forma de organizacién que oftecta a Ja clase obre~ ra para conseguir cl comunisme libertario. De hecho, los dos estaban interligados en el pensa- miento y Ia accién de los anarquistas. Dado que ¢l anarquismo espaol era capaz de absorber y abor dar varios conceptos y planteamientos que iban reivindicacién puramente econémi- ca, pudo apoyar a proyectos come el de Francesc Ferrer y Ia Escuela Moderna y el establecimiento de la primera organizacion neomalthusiana de Es- paiia™, Puesto que los anarquistas «parecen haber sido de los primeros cuyo movimiento de masas ha captado la relacién existente entre la psicologia de Ja familia, la personalidad revolucionaria y la liber- tad politica», aquéllos nos ofrecen una interpre- tacién del tema sexual de mucha profundidad y lena de ideas nuevas, como veremos a continua- cidn. » Ver Abellé i Gill, Teresa, op. cit, sobre el neomalthusia- nistag de Lluis Bullf Kaplan, Temma, Origenes sociales del anaxguismy en Andalu- sie, Critica, Barcelona, 1977, 105. 29 Es interesante, por lo tanto, constatar que el sex6- Jogo Wilhelm Reich, al contestar a objeciones de anarquistas a sus teorias de liberacion sexual * en- tendia lo mismo: Siempre han sido los anarquistas de todos los gru- [pos socialistas quienes han puesto més atencin a Ia liberacién y la revolucién de la vida personal y a la creaci6n del eg eso pronto exan én sexual”. itu revolucionario, y que por inaron el problema de la libera- V. La Seleccion de articulos Esta seleccién de articulos de revistas anarquistas cspafiolas que trataron de una forma u otra la homo- sexualidad se basa en cuatro revistas. La seleccién aqui se ha hecho de acuerdo con los temas o la pre- sentacion de la homosexualidad y no por revistas. Se hha escogido esta forma de presentar estos escritos al lector por mayor facilidad segiin el tema y su trata- miento, y porque agrupar en apartados segiin prove- niencia de revista habria ocasionado fragmentar de- masiado los articulos. Sin embargo, como sc pucde suponer, a veces hay mezclas de opiniones e incluso contradicciones dentro del mismo escrito. No se puede suponer, por lo tanto, que los puntos de vista reflejados en los articulos dentro del mismo aparta- do son iguales o incluso semejantes. Al final, se ha © Para un estudio sobre cl efecto de sus ideas cntre las face: zas de la izquierda en Espaiia ver mi «First Steps Towards Mass Sex-Economic Therapy? Wilhelm Reich and the Spanish Revolt lions, Anarckise Studies, I, 1, 1998, 25°57. * Karl Teschitz (pseud6nimo de Wilhelm Reich), «Aus der internationalen Sexpol Diskussion», Zeitschrift fir politische Prycho- logie und Sexualakonomie, TI, 1/2, 1936, 43. 30 hecho un andlisis de su contribucién al debate sobre Ia homosexualidad en los afios treinta. La Revista Blanca La primera revista que hemos seleccionado para el andlisis del discurso sobre la homosexualidad es la Revista Blanca. Segim George Woodcock la Revista Blanca fue «la revista anarquista teérica mas impor- tante en Espafia» ®. Creada en 1898 como una res puesta a los cambios que se hacian sentir tanto en la sociedad espanola como en el anarquismo espaiiol y hasta mundial, se bas6 en la revista parisiense la Revue Blanche" y tavo dos épocas de edicién: desde 1898 hasta 1904 y de 1924 a 1936, con una tirada maxima de 6.000 ejemplares®. En su primera época la revista estaba a cargo de Joan Montseny y Teresa Mane para ser cedida a su hija en la segunda época, Federica Montseny i Mafié. En ambos casos, aunque parece que la Revista Blanca no tuviera una politica de redaccién muy estricta, el respeto con el que era recibida en los circulos del anarquismo y anarcosin- dicalismo es indudable. La concepcién y el nacimiento de la Revista Blanca no se dieron por mera casualidad. Puesto que el impe- rio espafiol acababa de sufrir una tragedia histérica * Woodcock, G, Anarchism, Penguin, Londres, 1970, 848. © La Reme Blanche fue dirigida por Alexandre Natason y “haba prestado singular atenci6n a algunos aspectos de la inte- Iectnalidad expafola y habia tributado un cardial recihimiento 3 los perseguidos politicos que huyendo de Esparia se dirigian al pais vecino», Tavera Garcia, S, «Revista Blanca: Andlisis historico de una publicacién anarquista, 1991-1986», Tesina, Universidad de Barcelona, 1975, 5. © Montseny, F, ccelona, 1987, 56. is primeros cuarenta arias, Plaza y Janés, Bar- ar con la pérdida de los restos del wltramar, una vez enorme y poderoso, al perderse Cuba y las Filipinas, la desilusién y la desmoralizacién eran corrientes en la Espafta del fin del XIX. El que el viejo imperio decaia poco les importaba a los anarquistas espaiioles en si; mas bien al contrario, resultaba ser otra oportunidad. para forjar otras organizaciones y desarrollar el con- cept anarquista como ideologia politica coherente. ‘El movimiento anarquista en Espafia habia expe- rimentado avances y retrocesos espectaculares desde que habia empezado a arraigarse en los afios 1860. Crecieron organizaciones tales como la Federacién Regional Espafiola (1870-1874) y la Federacién de Trabajadores de la Regién Espatiola (1881-1888), las dos adheridas en su dia a la Asociacién Internacio- nal de los Trabajadores (AIT), para después hundir se y transformarse en otras organizaciones de mas 0 menos duracién. La Revista. Blanca en sus primeros aiios roflejaba el debate que crecéa en el seng del movimiento anarquista en torno a los «terroristas» es ver- dad decir que los hombres y las mujeres que habian creado la Revista Blanca ?, que la represin no nos Tevaré a parte alguna sino que solamente: abrira el camino a las soploneriasy cl chantaje. Declarando que no se conde- ha a un jorobado de nacimiento porque tiene esa con- dicién, el castigo para él es una injusticia, una iniqui- dad: «:Por que, pues, debemos despreciar a un bom bre que se comporta como una mujer, si ha nacido jer a medias?» Lo tnico que se debe de hacer es prohibir la propaganda pablica del homosexualismo para que, presumiblemente, no se contagie, Lorulot, no obstante, abre una ventana a la esperanza avanzan do la posibilidad de una cura inediante la intervencion quirtirgica de acuerdo con las teorias de Sergi Voro- hoff y su método de injertar testiculos «sanos>. Entre- tanto, se promuncia en contra del hipnotismo para los invertidos que no lo scan ede ocasién> o por «viciom. En las dos preguntas en e] Consultorio de Fstudias se nota el mismo énfasis en el grado de degeneracién. En los dos casos que representzn homosexuales masculi- nos se contesta que hay cura posible si la pervurbacién no es demasiado profunda. Se espera que la ciencia " Vease por ejemplo Federica Montseny, «Feininismo y Hue nanitarismos, en la Revista Blanca, 38, 01/10/24. "André Lorulot, -Perversiones y desviaciones del instinto sexual, ¢Es necesario reprimir la pederastia?», Inidales, 9, sep- tiembre de 19%8. 100 pueda curarlo todo. En las palabras de Lorulot en el a= ticulo anterior: «Bendito sera el dia en que la ciencia nos desembarazara de todas las perversiones y de todas Jas taras que desnaturalizan y ensucian el amor!” En el articulo de Campollano vemos Ia teoria ¢ sica anarquista sobre los efectos de Ia antoridad constituida en gobiernos. En «La esterilizacion eugé nica y los legéfilos» el autor critica las nuevas leyes ais’. Para él, como para los anarquistas en gencral, las leyes siempre han sido un arma de los poderosos contra los mas débiles, y, ademds, no hace mas que dejar en su sitio las verdaderas causas del problema. Es decir, en vez de derrumbar el derecho a le pro- piedad privada, se esteriliza en Alemania a les men- digos; en vez. de climinar la prostitucién se esteriliza a los sifiliticos y en vez de quitar los cuarteles, presi dios, tabernas y burdeles, se esteriliza a los homo- xuules y a los invertidos. Este escrite, de alto énfa- sis humanitario, contrasta con algunas de las ideas reflejacias en la prensa de los neo-trotskistas "Kee. "Huby dos leyes nazis ret ce 1955 y la otra de 1985, La primera permitia la esterilzacion de ciertos grupos con enfermedacles supuestancnte congenitas la segunda la esterilizacién de grupos raciales. Nentro del jaw emupuje hacia Ta esanitacion~ de Ia raza se establecieron ‘amipos de concentracién y de eliminaci6n. Ver en Adetans, el distio del Bloc Obrer | Gamperol Feder Gon Comunista Ibérica, det 7 de marzo de 1931, donde en un até ‘culo entitulado «La Barberie hiteriana:, se relata la construc el proceso contra Thaclmann y otros revolucionarios alemanes ‘cow estas palabras: «Contra Thaelmann se est montando un proce- so monstrunso, para él cual servirin de testigos agentes provocador res. prostitatas, invertidos y otra basura social. Tambien de interés fen el periédien seinanal del BOC, La Batalla, son lox comentarios {de J. Maurin, uno de los principales tesricas de la orgznizacién, {que en un artéeulo llamado aL. crisis del fascismo aleman» escribe 1h siguiente: «La corte de Hite, los arios cle primera fils exponian ala luz piiblica sus perversiones, sus ongias de Sodoma», en wes Jo que vino a ser el habitual de los comunists y estanistas en cuan- toa la homosexualidad, actitud que algunos partides de esta 1 dencia arin albergan en sus senos, (La Baalla, 192, 7/7/54) 101 Para terminar, y para de una forma anticipar las conclusiones que vendran expucsias 2 final de este libro, cabe mencionar la esperanza que brinda F Marti Ibafiez tanto a los homosexuales como a la so- ciedad en general. Para él, el mejor «tratamiento» de los invertidos y homosexuales es «la santa Liber- tad» y como prevencién Ia recta educacién infantil. Ova vez, estas ideas actiian de acuerdo con las bases anarquistas: lo mejor para solucionar los problemas humanos es fa libertad, no las leyes; es la educacion y la ensefanza y no Ta inculcaci6n y la obligaci6n. 102 André Lorulot «Perversiones y desviaciones del instinto genital. (lis necesario reprimir la pederastia?s Iniciales, 9, septiembre de 1932 No £5 NADA raro que las personas normales sienten legitima repugnancia por toda clase de amores con- wa naturaleza. La idea de un seudo coito entre ma- chos debe inspirar, forzosamente, gran aversion a todo hombre bien constituido. Pero, ¢debemos de- ducir de ello que sea absolutamente necesario repti- mir tales actos? Opino que no. El homosexualismo esti mucho 103 mus extendido en Alemania que en los demas paises embargo, se considera entre los germans, como un delito. La represién contra esta tendencia —como Ia represion de una tendencia cualquiera, politica, filosdfica y hasta religiosa— s6lo puede fa- vorecer las tentativas de chantage y las odiosas soplo- nerias, También en este punto quiero citar una opinién del doctor Nazier, quien estudié este problema con un espiritu realmente emancipado, que dice: «En el fondo, el gran peligro, el Gnico peligro del homo- sexualismo es el proselitismo. Ya hemos dicho que no puede ser homosexual todo el que quiere, pero si bien es cierto que se precisan predisposiciones, no Io es menos que hay muchos grados en tales predis- posiciones. Muchos invertidos latentes, permanece~ rian en este estado latente toda su vida y podrian le var una vida normal si no se interpusiera en su cami= no la tentacion del ejemplo». Rimbaud, por ejemplo, fue homosexual de oca~ sion, victinna de un vicioso. KL mismo Verlaine se aco- gia al amor de los hombres tinicamente porque era demasiado feo para obtener éxito entre las mujeres. Ya sabemos, ademas, hasta qué punto tenia pertur- bado el instinto moral aquel poeta. En el prélogo vibrante y bellisimo que Emilio ‘Zola escribié para el libro del doctor Laupts expresé- hase el fundador de la escuela realista en los siguien- tes términos: «No podemos condenar a un jorobado de nacimiento por el hecho de serlo. Por qué, pues, debemos despreciar a un hombre que se comporta como una mujer, si ha nacido mujer a medias?» Si el invertido es un enfermo (0 un degenerado, que en el fondo es io mismo), no sélo no es adecua- do cl castigo, sino que constituye un intolerable acto de injusticia, una escandalosa iniquidad. No puede considerarse a un individuo responsable de un esta- do de cosas que no ha creado él. De modo que la sociedad debera limitarse a tomar medidas preservativas. Impidase la propagan- 04 da piiblica de tales pricticas, la publicidad desinora- lizadora, pero respétese la libertad individual, pues: to que cada individuo tiene derecho, en su vida pri- vada, de portarse como mejor le parezca, a condi- cion, claro esta, de no perjudicar a otro. () Puede curarse la homosexualidad? Hast hace muv poco tiempo se creyé que el ura- nismo era incurable y que todo esfuerzo que se in- tentara para llevar al invertido hacia una vida sexual normal, estaba destinado al fracaso. Se llegé a recurrir al hipnotismo y a la sugestion pero estos procedimientos no eran realmente efica- cos mas que en contados casos; en homosexnales de cocasién. Por lo que respecte a los invertidos natos, la sugestion no cjercia ninguna influencia en su tem- peramento. Las admirables experiencias de injertos humanos han ebierto una nueva perspectiva, que hacen bo- nor a la pléyade de sabios de diferentes paises que li 1 practicado, A pesar de las burlas con que fue~ ron acogidos sus primeros ensayos, han sabido llevar a cabo tna labor dificil, que muy pronto producira sus frutos. De momento, y de manera sumaria, sefialaremos la aplicacion del isjerto en el tratamiento de la in version sexual. De todos es conocido el caso célebre de aquel invertido a quien quitaron un testiculo t berculoso, para reemplazario con otro sano. El in viduo perdié inmediatamente sus inclinaciones fe ineninas y sus preferencias homosexuales. El injerto del testiculo habia modificado completamente todo su mecanismo sexal. El Dr. Sergio Voronoff, que hizo dar a la ciencia 105 dle los injertos un paso considerable, recordé una observacién realizada por el profesor Marro, de, Turin: «Un nifio de nueve aiios, que poseia un testiculo hipertrofiado, aparentaba tener yeinte aiios debido a los pelos que poblaban su barba, a la energia que Te caracterizaba, a su inteligencia y a sus inclinacio- nes sexuales. Le extrajeron el testiculo hipertrofia- do, sustituéndolo por otro normal, y el chico hallé huevamente sus caracteres morfol6gicos naturales y Ja mentalidad de un nifio de su edad. La Presse Me dicale publicd en su niimero de diciembre de 1923 la fotografia de una nia de tres afios, cuyo sistema pic oso era abundantisimo, los senos voluminosos y con menstruzcién regular. Esta anomalia era debida a una hipe:trofia del ovario. (Contado por él Dr. Voir venel.) Por esios ejemplos podemos vishumbrar la posibi lidad de curacién del uranisme por métodos que son cada dia mas perfectos. Cuando el mecanismo de a libido sea mejor conocido, ya no estaremos tan desarmados frente a las desviaciones del instinto, que ocasionan tantos sufrimientos individuales y so- iales, ;Cudnitos invertidos que aspiran a la curacion quisieran poder amar como sus semejantes, y dejar de ser, eu la humanidad, una categoria excepcional, wwratolégica y despreciada! jBendito sera el dia en que la ciencia nos desembarazara de todas las per ersiones y de todas las taras que desnaturalizan y ‘ensucian el amor! 106 Consultorio General Revista Blanca, 352; 18, octubre de 1935 UNs LecToRs PREGUNTA, «La considerarfamos una enferma que deberia ser sometida a watamiento, para normalizar la fun- cidn de sus Srganos sexuales, a fin de que sus senti- tientos no se dirigiesen contra natura.» En el Consultorio de Estudios se pregunta lo si- guiente: egTiene cura un invertido sexual de 28 afios?» 107 «Si desea curarse y siente deseos de regeneracién seguramente que si, @ menos que su organismo ten- ga tal desviacin de sus caracteristicas y hondas per- turbaciones endocrinas que lo impidan. El tratamiento principal ha de ser psiquico o mental y muy preferentemente hipnoeducacién, es decir, e] inculcarle mediante las sugestiones adecua- das los principios de normalidad sexual.» studios, 122, octubre de 1933.) cePuede curarse un homosexual?» a corregir, 0 eliminar si queréis, los efectos de la des gualdad social mientras deje intactas las causas que los producen? gNo seria esto objeto para que con nuaran repitiéndose eternemente? Es de suponer que si. Yen tal caso, el remedio ser4 mil veces peor que el mal. (a) Los méviles principales de esta legislaciéu no fue- ron mas que liberarse del lastre pesado € improduc- i ada vez ins sobre las instituciones del 2Se llegar al extremo que el partido dominante en el Gobierno considere degenerados, idiotas y locos a cuantos con sus programas se hallen en desacuerdo? Parece cosa algo fuera de tcdo razonamiento. Pero, puede asegurarsenos que los politicos razonan...? se) Peake leyes, Legéfilos, pedid leyes que os permi- tan esterilizar, castrar' 0 degollar a todo aquel que "La ley alemana no s6lo dice: “Esterilizacion cugénica» sino qu desee (desexuar, castrar), en el e250 de los deyenerades se- xuales: (Nota del eutor) ho sirva para el militarismo y la guerra. Pero conti nuad propagando y haciendo Ia guerra entre los pueblos para que ésta os facilite, con sobrada abun- dancia, locos. ciegos, sordos. epilépticos y toda clase de carnaza intitil, incapaz de valerse de por si, y mucho menos de servir a los suyos, para que pods continuar sin interrupcién «experimentando» por toda la eternidad. Esterilizad a los mendigos y a todos los que paca vivir dependen de las instiniciones de la caridad Pero dejad intacto el derecho «inviolable» de la pro- piedad privada, para que estos infelices no tengan donde poder trabajar y ganarse la subsistencia. Esterilizad a los morfinémanos, los alcoholizades, los idiotas, todos los enfermos derivados de clos desastrosos. Pero no intentéis supritni culizar siquiera, el libre ejercicio del comercio de drogas y alcoholes, porque saldréis malparados. Esterilizad a los sifiliticos, los afectados de hemo- fila, los que arrastyan la pesada cruz del dolor por el calvario de todos los sufrimientos de su vida. Pero no toquéi hn para obstaculizar ese trafico indigno: no intentéis estancar esa fuente de ingresos generosos donde el monstruo Fstado sacia sused, Esterilizad a todos los homosexuals, todos los de- gencrados ¢ invertides por vicio. Pero dejad en pie cl cuartel, ef presidio, fas tabernas y los burdeles, porque os dirain que todos funcionan dentro de la més estricta legalidad. Esterilizad a todos los tuberculosos, los idiotiz: dos por el hambre, la miseria y el exceso de trabajo; os leprosos y los cancerosos. Pero no os atrevais a re- clamar el saneamiento de la fibrica, la construccion de un hogar decente y habitable, mejor alimenta- ci6n y alivio en las extenuantes faenas del trabajo ex- plotado, porque iréis irremisiblemente a parar al Presidio o la horea, Pedid, cémoda y tranquilamente, leyes, que po ello no correréis ningtin peligro y éstas os permiti 12 rin el exterminio de los viejos, de los incurables!, de los haraposos y de Ios mendigos de la caridad publi- a, para que cl Estado se ahorre los gastos de manu- tencion de Asilos y Hospitales y para que la miseria triunfante no se vea campar perenne por las calles de las ciudades, por considerarla una ofensa y un uk traje a los buenos gustos de los verdaderos causantes de ella, Que Ios hombres de ciencia exijan el libre ejere- cio de las funciones de profilaxis social, practicadas en bien del género humano, pero que no pidan mas eyes que recarguen sobre los hombres el ya insopor- table peso que nos agobia. No olvidando aquello de: «La mejor de las Teves, seria una que anulara todas dems» Se ha intemtade “ian veces hacer Teves a ests objeto en E, lads Unido (Note ter iB Félix Marti Ibanez «KL estilo amoroso» Estudios, 143, julio de 1935 EN su -ESTILO AMOROSO- (studios, 143, julio de 1935), Félix Marti Ibariez sugiere que el estilo de amar puede derivar por tres senderos: (a) el que siguen las personas que saben cudles son sus auténticas apetencias amatorias, (Normalidad se- xual.) (b) El de los que falsean y suplantan, por mo- tivos de cobardfa o ignorancia, su estilo de amor. (Derivando con ello hacia la neurosis sexual, ‘igi- us dex, incapacidad fisiea de amar) (c) El de los que desvian la ruta por senderos que les son mas cémo- dos. (Perversiones sexuales: Homosexualismo, feti- chismo, masoquismo, etc.) La prevencion de tales anormalidades sera la recta edncacion sexual infantil, para dotar al individuo de un limpido estilo de amor y no dejar que adquiera sus conocimientos amorosos en Ja escucla de la hi pocresia y la ignorancia que fomenté la moral catéli- ca, La curacién de los trastornos sexuales produci- dos por estas causas sera dotar al enfermo de un nuevo sentido de la vida y del amor y, sobre todo, de reciedumbre moral precisa para no atender en tales asuntos mas voz que la de su conciencia y la del respetoy tolerancia hacia los deri. Gon lo cual quedara demostrado una ver. mas que en las enfermedades sextiales de los hombres, como en las enfermedades politicas de los pueblos. el ingjor watamiento es Ia santa Libertad, Horizonte ideal hacia cl que deben encaminar los pueblos para resolver sus angustias historicas como los hombres para solucionar la triste pequeiiex de sus dolores mortales. 16 CUATRO La intersexualidad Introduccion HABIENDO REFERIDO ANTERIORNENTE a la obra ¢ ideas del cientifico espaiiol Gregorio Maraién al analiza las ideas de Félix Marti Ibanez sobre la homosexual dad, presentamos aqui dos textos de interés en este sentido que fueron publicados en Generacién Cons ciente y Estudios. El primero es el segundo articulo de los cuatro que el doctor Maraiién escribié sobre sus nuevas teorias de «intersexualidad» y «bisexualidad original», seleccionado para sus aportaciones sobre el fenémeno homosexual. * Su primera contribucién en este sentido fue fa correspon iente al_niimero 81 de marzo de 1926, con el misma tittle ‘Termind esta etapa en juni del suisnans a, 117 En este articulo entrevemos algunas de las ideas que iban a formar la tesis principal de su obra poste- rior La Evolucién de la secualidad » los estados interse- xuales*. Antes de analizar de cerca estas tesis seria conveniente repasar répidamente algunos datos bi- bliograficos de Maraiién. | Nacido en 1887, en 1908 ya se licencié en medici- na en Madrid, para efectuar en Alemania mas estu- dios con Paul Ehrlich sobre la sifilis, cuyas ideas intro- diujo cn Espana mediante su (Quemoterapia moderna se- ‘pin Ehrlich. Tratamiento de la sipiis por el 606°. Public6 ‘obras no solamente en el campo cstrictamente médi- co, sino también en el de andlisis de figuras literarias ‘como Don Juan y su importancia en el cariicter espa- fal. De mas interés en el contexto de este estudio, sin embargo, seria su participacién en la Liga Mundial por la Reforma Sexual sobre Bases Cientificas, esta- blecida formalmente en 1928 por el doctor Magnus Hirschfeld y otros’. Esta Liga, que agrupé a muchas fuerzas y personalidades progresivas, tavo como mi- sién abrir las inquictudes y anomalias sexuales a la luz de la ciencia, asi como intentar repartir conoci- niientos sobre la anticoncepcién y las enfermedades venéreas. En el Congreso que establecié Ja LMRS las metas siguientes fueron adoptadas: La LMLRS. tendra como meta establecer en todos los paises una nueva actitud hacia la cuestiGn sexual, basada en los descubrimientos cientificos*. = Gregorio Marafién. La molucién de la sexwatidad y fos stadas ftmseeuales, Morata, Madrid, 1929. "Gregorio Maraiién, Quemolerapia madera segiin Ehrlich. Tro- tanienio te la sifilis jr ol 606, Editorial Vidal. Madrid, 1920, Vease Gary D. Keller, ihe Signifvanue and Inpact of Gregorta Mara ‘dn, Bilingual Press, CUNY, Nueva York, 197, 154 " EL imaales niamero & de diciembre de 1980 en su «IV Congreso cde la Liga mundial por la yeforma sexual» menciona ls presencia de Maration cn aque] congreso en Viena. Véase también las actas en So uainot und Seruakeform WLSK 1930, ElbemiihhVerlag, 1931 »'Eso« son los principios adopiados en el Congreso de In us La LMRS intenté establecer en cada pais donde tenfa afiliacién una revistaportavoz de esa seccién que se llamaria Sexus, reflejando el nombre de la re: Vista trimestral de la Liga internacional. En el pri- mer niimero de esta revista, y parece que tinicamen- te salieron dos nimeros en Espaiia, como miembro del comité de redaccién junto con Hildegart Rodriguez y Luis Huerta, entre otros", Para Maraiién, cada ser al principio de su vida, disfruta de una biserualidad inicial y primitiva y es solamente después, en la nitiez y adolescencia, que se va imponiendo al individuo los signos de uno uw otro sexo. Es decir, al principio, antes de nacer, el humano en gestin puede ser masculine o femeni- no, segtin Ta fuerza de cada sexo. En cl ser normal se podra diferenciar facilmente el sexo y aquél tendra Jas caracteristicas apropiadas de su sexo. Sin embar- Ko, en casos anormales, por falta de diferenciaciéi sexual, ¢s decir de indiferencia sexual, habré indivi duos que o son cintersexuales», hermafroditas © in- vertidos. Para Marafiéu hay varias formas de rectifi- nie cl injerto de glindulas de un sexo, para efectivarnente «cambiar» cl sexo del individuo, siguiendo los experimentos de Steinach y Lipschutz, o mediante la recta educa por hombres inteligentes. De esta forma, Maraiién LMS de 1928 y contenidos en Sexual Keform Congress, WLSR, Proverdings of the 3rd Congress, Regan Paul, Co. Lid, Londres, 1930, 591. Sexus. Organo de la Liga Exparila pare la reforma sexual sobre bases cenifieas, 1, octcbre/ noviembre 1982. El segunda nimero salié en abril/mayo de 1988. Parece que esta Liga en Espaia two una vida corta y ile poco éxito. Segiin Max Hodann, rniem- bro de fa LMRS, la erecta mepanola acesé toda actividad dew pués del asesinato de Hildegart en 1983) (History of Madern Mo ‘ais, Willian Heinemsmn, London, 1987, 308). Para nis porme- ores sobre Hilddegart Rodriguez Carballeira ver Geraldine Scan- Jon, La Polémica Femirisia on la Esparve Contemportinea, Siglo X52, Madrid, 1978-y Eduardo de Guzman, Aurarn de Sangr dle] Toro, Madrid, 1972, ng indica su preferencia por las tesis biolégicas avanza- das por Magnus Hirschfeld para explicar la existen- cia de formas invertidas e intersexuales’, “Tres afios después de la publicacién de estos articu- los por Gregorio Maranén aparece en Estudios una contribucién por el profesor Luis Huerta" referente al libro de Maraién La evolucién de la sexwalidad. Para Luis Huerta el mensaje principal de Marafién en fo que se refiere a los delincuentes y a los «anor males» sexuales es que mientras que Cesare Lombro- 50 nos ayudé a ser comprensivos con aquéllos, con Marafién dejamos de ver al homosexual como un «ser perverso, un réprobo o un energiimeno». El re- medio para Ja homosexualidad es, pues, una mayor cultura huinana y una mas perfecta organizacién sa- nitaria social. Es este diltimo aspecto que formaba la base de la reforma anarquista sexual de la revolu cidu social que tuvo lugar a partir de julio de 1936. Gomo veremos # coutinuacién, a la ciencia se le do- taba con un poder limpiador que nada n dria detener. cl caso de detractores de esta idea de Hirtelifeld, contemporineos 2 él, ver el libro editado por Harry Oosterhuis y Hubert Kennedy, Homosexuality and Mal: Bodin, in PreNazi Germany, Hatvingion Park Press, Nueva York/Lon: ares, 1991, donde la oposicion significativa del grupo de Adolf Brand, anarquizante en algunos aspectos, est devalada. Luis Hucrua Naves ern jofe de la scceién de eugéniea de la Gaceua Midica Bsprsiala y exalumno de la Facultad Lowrnacional de Peidologia de Brusclos adensis de ejercer su profesin en Madrid, Contributa a Estud’os y a Eugenia entre otras publicacio- nes y publied varios libros sobre la paidoterapla y la eugenica Ver por ejemplo «Cultivo a la paternidads, Fugeaia, 12-14, febre- roabril, 1993; «Herencia 0 “wanspulsi6n”», Estudios, 65, enero, 1929; fa Eaneasion Secwal det aio ¥ dol adolescerte, Instituto San per, Madrid, 1980, Este dltina, con prologo del Doctor Madra- 20, quiria el wutor publicarlo en 1921 pero no habia casa dium Fe que aceplara, Fue coneedide wn premio por la Sociedad Es- pails de Higicne en 1929. Como hemos constatado Luis Huer & estaba implicady igualmente en la Liga Espafola para la Re forma Sexual y su publicacién Serus, Ver nota 4 arriba, 120 Dr. Gregorio Maranén «La educacion sexual la diferenciacién sexual» Generacién Conseieni (Cownxvacioy) Los rasgos de la. bisexualidad en los recién nacides Asi vemos vr el nifio al nacer, por estar atin muy cerca dese instante en que se decidié el triunfo de Di mio de los sexos, conserva todavia muchos rasgos de Ja primitiva bisexualidad. Cuando el recién nacido asoma por primera ver. al mundo, desde el vientre materno, con un gesto que un profesor nucstro no ahito ciertamente de ciencia, pero leno de ingenio natural, nos describia comparandolo al de una cabe- za que asoma por un estrecho ventanillo y se tierce hacia el cielo para ver si el tiempo es bueno o malo, cl padre y ia familia que rodean a la madre doliente, y el propio téenico que dirige el trance. no aciertan ‘a saber si aquel rostro arrugado ¢ inexpresivo perte- nece a una hembra o aun varén. Hay que aguardar a que salga por entero para declarar el sexo det in- fante, Después durante toda la mifez se puede ir si- guiendo cl trabajo de lenta imposicién del sexo ele- gido sobre el derrotado. E! desarrollo muscular, los ypulsos funcionales, las modalidades psicolégicas y afectivas van cada dia matizandose con tonos mas puros de feminidad o de varonia, Pero es preciso lle- gar a la batalla de Ia pubertad para que el venci- miento de uno de los sexos sea absoluto, y ¢] otro se enseitoree definitivamente del espiritu y del cuerpo. Y asi transcurre la faventud y la madurez, en la cual la definicién sexual llega a su apogco. Entonces ya no hay dudas. La cabeza que al nacer no decia nada, basta ahora para decirlo todo. Sobra todavia. Un solo rasgo, unos dientes, imos ojos, una barbilla, a través de un antifaz, nos denuncian el sexo. Menos alin: una mano que saluda de lejos. el ritmo de unos pasos, la voz y Ia risa, todo en suma; porque cada de- talle de la anatomiz y de la fisiologia del adulto esta impregnada de su sexo, y sobre todo, si el observa- dor es del sexo contrario, el propio instinto olfateara sin ningiin anilisis el rastro especifico, por tenue que sea. Pero esto no es definitive, a pesar de las aparien- cias. Con los progresos de la edad, el vigor del sexo triunfante se debilita, y con suavidad o con convul siones acaba por extinguirse. Y por fin llega a la 122 vejer, y en ella la diferenciacién sexual se atemtia mas todavia. En la extrema ancianidad, como en la primera infancia, otra vez se nos haria preciso inda- gar minuciosamente el sexo, a la vista de un ancia- no, si no fuese por los vestidos que lo demuncian. La coexistencia de los dos sexos Y esto que ocurre en el curso normal de la vida se hace mucho més patente en condiciones patolé- gicas. Los médicos veinos de continuo hombres 0 mujeres que a consecuencia de enfermedades que debilitan o destruyen sus Srganos especificos. pue- den egar no sélo al estado eunocoide, de indife- reucia sexual, sino a estados claramente inversivos, que no podrian explicarse sin admitir la existencia soterrada de esos gérmenes heterosexuals. Citare- tnos algunos. En los afios que preceden a a puber- tad, no es raro ver que tal nidio adquiere una obesi- dad peculiar, verdaderamente afeminada, que coin- cide con una sitbita parada en el desarrollo de sus organos especificos, con un atiplamiento de la voz y una tendencia manifiesta, en los ademanes, en la afectividad, en la psicologia entera, hacia el sexo contrario, En la crisis de la decadencia es atin mas frecuente ver fenémenos semejantes a los que acabamos de describir, sobre todo en las mujeres. En muchas de ellas la feminidad parece que se agota en estos aiios de la menopausia; y rebrotan como los gérmenes de cosechas antiguas en un campo sin cultivo, los carac- teres masculinos: el vello de la cara, la corpulencia del tronco, la voz, que se hace mas grave, y el genio, que se endurece; todo deouncia, en suma, al varén dormido, que despierta. Con mayor claridad, naturalmente se observa la 123 inversién en ciertos casos de tumores de la region suprarrenal que originan la transformacién inespe- rada y casi completa de un morfologia de mujer en tuna morfologi: maseulina, y en algunos de estos, casos se ha podido hacer la contraprueba de extir~ par el tumor y presenciar el retorno a la feminidad primitiva, Los estudios recientes, por gjemplo los de Krab- be, han puesto de manifiesto que esos tumores capa- ces de transformar una mujer en wn casi varén, son tumores originados en gérmenes del otro sexo, que cada uno lleva en potencia, y que por razones pato- Jogicas que se nos escapan, pueden llegar a adquirir inusitada importancia. La hipétesis de los dos sexos rexistentes, uno frondoso y otro mezquine y soju gado, cs, pues, mas que una hipstesis, una realidad En estos casos. Mi discfpulo Vara Lopez ha publicado recien mente tres casos de mujeres de apariencia de femini- iad perfecta, 0 casi perfecta, en las que por motivos accidentales, se les encontré en cl abdomen peque- fos tumores perdidos, que resultaron ser glandulas miasculinas. No baremos ahora mas que indicat la importancia de este hallazgo que probablemente po- dria ser repetida con mucha mayor frecuencia si se fiase, no ala casualidad, sino a una investigacin de- tallada y sistematica. Los fisidlogos, por su parte, han logrado e! com- plemento experimental de estas observaciones en la especie humana. Los trabajos recientes de Steinach, de la escuela de Lipschutz, de Costa y otros, han probado de una manera concluyente que cuando se castra a un animal queda en un estado eunocoide 0 asexuado; y entonces s¢ le injerta una glandula es- pecifica del otro sexo, aparecen los caracteres del sexo contrario; de suerte que, a yoluntad, podemos cambiar el sexo de la bestiecilla, y aun producit un estado de hermafroditismo, de bisexualidad si el in- jerto se hace a la vez con las glandulas de los dos ‘sex08 124 Para mi, no tiene duda esta hipétesis de la bi ualidad inicial de los organismos. Una observa- cidn atenta del problema en un material muy nume- Toso me ha convencido de ello, y creo que se trata de un concepto fundamental para Ia comprensién de la mayoria de los problemas sexuales. Ahora bien, esta bisexualidad supone un grado transitorio en la evolucién de las especies vivas. No 5, pues, una monstruosidad como se suponia, aunque socialmente y clinicamente, pueda adoptar modalidades moustruosas. Mas desde el punto de vista biolégico no podemos considerarla sino como una forma intermedia del desarrollo, como un es- calén previo en Tx ascensién de las especies hacia su perfeccin; como un estado, en suma, que desa- parccera cn el porvenir, sobre todo si Jos hombres ho entorpecemos cl impulso progresivo de la natu- raleza En pro del auge de la individualizacion sexual El conseguir una mayor diferenciacion sexual en nuestra especie humana, es decir, un predominio cada dia mas firme de la personalidad del sexo, por la cxaltacion del sexo legitimo y la abolici6n de los restos heterosexuales, es, pues, todo un programa pe- dagégico, si bien la generosidad de la intencién esté todavia muy lejos de Ia eficacia de muestros medios para conseguirla. Pero es evidente que a medida que esa diferenciacion sea mas grande, la vida sexual de los hombres sera mas diafana y mas simple, Antes de pasar adelante, quiero hacer notar que este enunciado, sobre cuya trascendencia me per- mito insistir, no es nuevo en la historia de la cien- cia. Aparte de los mitos antiguos antes recordados, muchos natralistas y filésofos del siglo pasado, 123 como Darwin, Weissmann, Weininger y otros, ha- bian insistido sobre el mismo tema. Singularmente las tcorias de Weininger alcanzaron una boga que ahora vuelve a reavivarse. Para este autor, que veia los problemas con aquella agudeza mezclada de ar- bitrariedad que da el hallarse en el umbral de la lo- cura, las desdichas sexuales de la humanidad de- pendian del bisexualismo originario de los hom- bres, «Todo individuo, decia, tiene tantas partes de yarén y tantas de hembra, y segiin el mas o el menos de ambas serd incluido en uno u otro sexo.» Esto es exacto —acabamos de verlo—, y Weininger lo vio de un modo genial. Pero el malogrado fil6so- fo vienés era un solitario patolégico y un terrible antifeminista; y partiendo de la superioridad del sexo masculino, apice del reino animal, suponia que si las mujeres eran dignas de estima, era slo por la intensidad de los clementos varoniles que guardaban; y, en cambio, lo que impedia al hombre clevarse hacia Ia perfecciOn, eran los elementos de mujer que lleva escondidos. De esto deducia que el progreso de la Humanidad se haria por la elimina- cién de esos gérmenes femeninos que conducirian a una generacién de varones sexualmente puros, in mezcla alguna de mujer y liberados de la preo- cupacidn del sexo. ‘Nuestro punto de vista es bien distinto. Cree- mos en fa necesidad de una diferenciacién sexual progresiva, pero no sélo en el hombre sino tam- bién en la mujer. Nadie puede sostencr hoy dia que la esencia de la masculinidad sea superior a la de la feminidad. Son simplemente distintas; y su excelencia depende, justamente, de su distincién, que debe Ilevarse hasta su roaximo. El varén debe- 14 sofocar, como decia Weininger, los restos que tiene de mujer, y exaltar los elementos propiamen- te varoniles; pero, paralelamente, la mujer debera sofocar cuanto tenga de varén y exaltar su femini- dad; para alcanzar Unos y otros el auge de la indivi- dualizacién sexual, que da el maximo de garantias 126 para que el cumplimniento del instinto de repro- duccidn no se convierta en manantial de desdi- chas. Las perversiones humanas no sou sino una copia de las de las bestias Para explicarnos bien el por qué de ligar el pro- greso sexual con Ia diferenciaci6n sexual, es preciso que recordemos que el estado de bisexualidad abso- luta, de hermafroditismo, s propio de las especies inferiores de casi todas las plantas y de muchos ani- males de las dltimas tramas de la escala zoolégica: fatelmintos, gu crastiiceos, etc. La diferencia- Gién sexual, el dimorfismo sexual, va marcindose a medida que ascendemos por las especies y aleanza su maximo desarrollo en los mamiferos stiperiores. Por lo tanto, como dice un autor reciente, «todo tento de la naturaleza o de la cultura para borrar la diferencia entre lo especificamente masculino y lo especificamente femenino tiene que considerarse como un atentado al progreso biolégico de la Hu- manidads. (Bloch) Todavia en muchas especies animales inferiores, ya con individualidad heterosexual, la diferenciacién morfol6gica de los sexos es ain oscura. En las espe- cies Superiores, esta diferenciacién alcanza los gra- dos de intensidad que todos conocemos, que a veces se revisten de aparato teatral como el plumaje bri Hante de los machos de muchas aves, la melena so- berbia del ledn, etc. Pero la diferenciacién casi abso- lutay la que puede establecerse comparando rasgo a rasgo toda la anatomfa, y toda la fisiologia, y aun toda la psicologia del macho y de la hembra, se Jogra solo en la especie humana. La evolucién del instinto, no hay que decirlo, 17

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