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Quizás debido a prejuicios culturales que se han ido generando, y a la búsqueda de

productos fáciles de consumir, agradables al gusto y con una manipulación mínima, se


ha subestimado la importancia de la fruta y las hortalizas para la nutrición y la salud en
general. Por ejemplo, la fruta requiere ser comprada, transportada y manipulada.
Normalmente hay que pelarla, cortarla y prepararla, mientras que un postre lácteo sólo
requiere abrir la tapa y consumirlo. Esto supone una clara desventaja, ya que esa
búsqueda de la comodidad se ha introducido en nuestra sociedad de forma imparable.

Conforme se acelera la transición alimentaría hacia alimentos con gran contenido de


grasas y azúcar en todo el mundo, muy agradables al paladar, con texturas blandas,
como la bollería o los alimentos preparados listos al uso, tipo snack, existe el peligro
de que la fruta y las hortalizas queden marginadas en la alimentación de las personas.
Entonces ¿por qué no se consume más fruta y hortalizas? Los obstáculos al consumo
van desde un clima inadecuado para la horticultura, prácticas agrícolas deficientes y
pérdidas post-cosecha, hasta la pobreza, costumbres culturales y el auge de los
«alimentos cómodos».

No obstante, esta situación no es sólo propia de nuestro país o de los de nuestro


entorno. Así, los agricultores de bajos ingresos de Etiopía sencillamente no pueden
permitirse perder cultivos hortícolas a causa de plagas y enfermedades, y prefieren
producir en cambio cereal y leguminoso de menor riesgo. Aunque en el oriente del
país hay una producción hortícola comercial, casi toda se exporta. El resultado es que
los etíopes consumen menos de 100 gramos de fruta y hortalizas al día (un tomate
mediano). Sin embargo, en otros países africanos del Sur de África, se consideran
comida de pobres.

En los países desarrollados, sin embargo, a parte de la comodidad de uso, también


influye de forma significativa el precio. Muchas frutas tienen precios elevados, que
pueden superar los de la carne de pollo o los de muchos embutidos y postres
preparados. Si a eso añadimos que se suelen estropear con cierta velocidad, ninguno
de estos elementos está ayudando a una recuperación del consumo.

Según estudios se tiene que el consumo mundial de fruta y hortalizas está muy por
debajo de los 400 gramos diarios por persona. Esto se debe a que en los últimos 50
años ha disminuido el consumo de cereales y leguminosas, se ha incrementado el de
los aceites vegetales, el azúcar y la carne, mientras que la fruta y las hortalizas apenas
han aumentado. Se estima que en todo el mundo la gente sólo consume entre el 20%
y el 50% del mínimo recomendado.

Esto ha impulsado ha hacer muchas investigaciones y se ha llegado a la conclusión de


que el consumo diario de productos vegetales, en cantidad suficiente y en una
alimentación bien equilibrada, ayuda a evitar enfermedades graves, como las
cardiopatías, los accidentes cardiovasculares, la diabetes y el cáncer, así como
deficiencias de importantes micro nutrientes y vitaminas. La Organización Mundial de
la Salud (OMS) coloca el escaso consumo de fruta y hortalizas en sexto lugar entre los
20 factores de riesgo a los que atribuye la mortalidad humana, inmediatamente
después de otros más conocidos, como el tabaco y el colesterol.

Debido a esto actualmente se esta haciendo mucha propaganda y motivación en


cuanto al consumo de grupos de alimentos como frutas y verduras, se está colocando
en el ojo del huracán de la alimentación saludable y, debido a los esfuerzos para
recomendar una adecuada proporción de nutrientes que puedan asegurar una mejor
calidad de vida y una óptima seguridad de los alimentos que se consumen. Mientras
las sociedades subdesarrolladas tienden a las dietas vegetales, conforme aumenta el
nivel de vida también lo hace el consumo de alimentos de origen animal. Pero lo que
parece claro es que todas las personas deberían consumir más fruta y hortalizas,
especialmente en países en los que, como España, el desarrollo ha supuesto una
modificación importante de los hábitos alimentarios.
La situación descrita anteriormente motivó a la Organización Mundial de la Salud
(OMS) y a la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), a lanzar en el 2003 la iniciativa global para la mayor producción y consumo de
frutas y verduras. Esta iniciativa se inscribe en el contexto de la Estrategia Mundial
sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud aprobada en el 2004 por la
Asamblea Mundial de la Salud.

Se persigue tres objetivos concretos, crear atención e interés en los beneficios de


salud de un mayor consumo de frutas y verduras; promover una mayor producción y
disponibilidad de las mismas y estimular el trabajo científico en las áreas de
producción, distribución y mercadeo de frutas y verduras.

En septiembre del 2004 la OMS llevó adelante el primer taller sobre la iniciativa
mencionada en el Centro por Salud y Desarrollo de Kobe, Japón . Allí se dieron cita
representantes de diversas organizaciones internacionales y científicos que trabajan
en alimentación. Entre ellos, Ministerios de Salud y Agricultura de varios países, el
International Food Policy Research Institute (IFPRI), el Programa Mundial de
Alimentos, la Comisión Económica Europea de las Naciones Unidas y un delegado de
los grupos promotores de 5-al-día.

La IF&V de la OMS/FAO es parte de otros esfuerzos globales por mejorar la


alimentación y nutrición mundial como son la Conferencia Mundial de Nutrición de
1992 y las Metas de Desarrollo del Milenio del 2000. Para alcanzar los objetivos antes
descritos el taller descrito arriba desarrolló un marco estratégico para promoción de
frutas y verduras (el marco de Kobe), que sirve como documento de referencia para la
IF&V y está disponible en 4 idiomas.

El marco Kobe distingue cuatro escenarios principales:

• Productores rurales dependientes del autoconsumo;


• Consumidores «mixtos» que dependen del autoconsumo y de mercados
locales;
• Consumidores dependientes del mercado de alimentos y
• Consumidores institucionales como en los lugares de trabajo y escuelas

En cuanto se debe respecto al análisis de la demanda tenemos los siguientes puntos


generales en cuanto a los productos mas notorios en nuestro mercado colombiano:
• El consumo de fruta se ve afectado por las temporadas de
Vacaciones, verano e invierno. En vacaciones se consume las frutas de jugo como
mora, lulo y tomate de árbol; en invierno se prefieren
Las frutas de pasaboca como la granadilla, manzana y fresa.
• La mora es un producto muy perecedero y requiere un manejo
Delicado, haciéndose necesaria una cadena de frío.
El lulo es muy apetecido por su sabor en cualquier época del año,
Pero su constante escasez y alto costo aumentan su precio por lo que
Disminuye su demanda, sobre todo por parte de las empresas
Procesadoras. Un punto importante para tratar es disminuir los costos de producción y
mercadeo del lulo.
En cuanto la demanda a nivel de supermercado encontramos que:

• Prefieren manejar pocas cantidades de fruta con el fin de ofrecer al consumidor


productos frescos. Su demanda en términos de Kg./semana no varía
significativamente.
• Algunos supermercados se surten de bodegas comercializadoras y otros
manejan sus propias bodegas. Estas instalaciones manejan volúmenes
mayores de fruta ya que son distribuidores.
• El lulo es la fruta de mayor demanda en fresco por los supermercados del Valle
del Cauca. En el Eje Cafetero es preferido el tomate de árbol por su fácil
manipulación.

Con respecto a la demanda de empresas procesadoras:


• la mora es la fruta más consumida por las empresas procesadoras.
• Algunas empresas manejan contratos de compra que incluyen asistencia
técnica para incentivar la producción.
• G
 eneralmente estas empresas manejan lulo, mora y tomate de árbol, sin
embargo la mora y el lulo presentan mayor interés agroindustrial

En cuanto se debe a la carne actualmente se están ejecutando algunos proyectos que


son entre otros:

— Estudio Prospectiva de la Cadena Cárnica Bovina: proyecto liderado y ejecutado


por FEDEGAN y CORPOICA y apoyado para su ejecución y socialización por el CN-
CCB con recursos del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural MADR. Busca definir
productos que permitan incrementar el consumo de carne a nivel nacional y abrir
mercados internacionales generando mayores ingresos para toda la cadena
aumentando la competitividad del sector.

— Caracterización y evaluación de la cadena de carne bovina en Colombia: proyecto


liderado y ejecutado por el Centro de investigación y Desarrollo de la Universidad
Nacional con recursos del MADR el cual ha sido apoyado por el CN-CCB y pretende
hacer un diagnóstico de la situación actual de la Cadena Cárnica Bovina Colombiana.

— Definición de Comités Regionales: gracias a la elaboración de una matriz en la que


se tiene en cuenta variables como Inventario Ganadero, créditos exclusivos para el
sector pecuario relacionados con ganado de Ceba y doble Propósito, centros de
Comercialización de ganado en pie., los gremios Ganaderos donde se tuvo en cuenta
los datos de afiliados a Asocárnicas, Asosubastas, Fedefondos, Unaga, Fedegan
(Asociaciones de ganaderos nacionales y Tecnigan), MADR (gestión agroempresarial
y Secretarias de Agricultura), el PIB Pecuario, los centros de consumo, animales
sacrificados, el estado de la vías, el uso de suelo y los centros de transferencia
tecnológica. Con los resultados obtenidos se definieron los comités regionales que se
deben establecer. Estos Comités tendrán responsabilidades importantes para el
desarrollo nacional de la ganadería siguiendo los lineamientos de política definidos por
el CN-CCB, pero definiendo su propios planes de acción, deben hacer diagnóstico
regional y definir PEGAS regionales (Planes estratégicos de la ganadería). Todos ellos
tendrán representación en el seno del CN-CCB.

En lo que se debe al consumo de leche tenemos que para el año 2003, según cifras
de Fedecoleche, en el país operaban 78 firmas, distribuidas en 88 plantas, las cuales
alcanzaban a procesar diariamente cerca del 93% de leche, un poco más de seis
millones 800 mil litros por día.

Sin embargo, no se podría afirmar con certeza cuánto de esto va a parar al mercado
institucional ya que no toda la leche que es procesada se destina a la producción
líquida de leche, sino por el contrario, este bien apenas representa entre ocho por
ciento y 10 por ciento del volumen total, mientras el 90-92 por ciento se orienta a la
producción de derivados. En otros términos, de los 7.743 mil litros diarios procesados
en el año 2004, aproximadamente 6.992 litros fueron absorbidos para la producción de
bienes derivados y el restante 807 litros se consumen en la producción de leche ultra-
pasterizada. En ese sentido, se evidencia la gran diversidad de portafolio de productos
que cuenta en su conjunto la industria. A su vez, la mayoría de empresas de la
industria láctea se han integrado con la comercialización de productos, desplegando
su propia red de distribución o utilizando transportes refrigerados con particulares.
Esto es entendible, si tenemos en cuenta que buena parte de los consumidores están
acostumbrados a comprar estos productos en tienda de barrios. Según el estudio
Calderón-Orjuela de 2005, cerca del 65 por ciento de los consumidores frecuentan
estos establecimientos por cuanto son los más cercanos a sus lugares de trabajo o de
residencia, mientras un 7,5 por ciento y 0,7 por ciento los adquieren en supermercados
y plazas de mercado. Como se dijo, el estudio no hace referencia al mercado de la
restauración, la hotelería, etc., pero se puede concluir que ocuparía alguna tajada
importante de consumidores dentro del 30 por ciento restante.
Por su parte, una compañía como Alquería, productora de leche con sede en Bogotá y
líder en el segmento de leche en bolsa, está destinando alrededor del seis por ciento
de su producción al mercado institucional y aunque pueda parecer un número
relativamente pequeño, las ventas de leche y cremas de leche a ese sector
representan, para esta sola organización, aproximadamente la no despreciable cifra de
15.000 millones de pesos mensuales.

De hecho, para el sector institucional no hay productos muy diferentes de los que se
presentan para el consumidor final: en el caso de las leches en bolsa, estas vienen en
el mismo tamaño de un litro, por ejemplo. La única diferencia es que, esta no viene
estampada, para disminuir el precio un poco.

La crema de leche, en el caso de Alquería, sí viene en empaques de cuatro litros, más


grandes de lo común, sin embargo no es una práctica generalizada en todos los
productores.

Competencia del mercado

Entre los Objetivo del Consejo Nacional de la Cadena Cárnica esta el de Ser un
órgano consultivo del gobierno en todos los temas relacionados con la cadena cárnica,
para consolidar la posición competitiva de la carne bovina colombiana tanto en el
mercado nacional como internacional.

Según lo anterior se tiene como Visión para el año 2014

• Aumentar la capacidad de carga de 0.7 a 2 cabezas/ha.


• Lograr consumo percápita de 20 kilos como mínimo
• Ofrecer producto que garantice alta calidad e inocuidad al consumidor.
• Establecer normatividad sanitaria y ambiental adecuada para las cambiantes
necesidades y exigencias tanto nacionales como internacionales.
• Consolidar el mercado de la carne tanto a nivel nacional como internacional
que garanticen la competitividad del sector.

Atendiendo a todo lo anterior y gracias a la concertación entre los actores públicos,


representados para nuestro caso por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, y
el sector privado, representado por la Unión Nacional de Asociaciones Ganaderas
Colombianas UNAGA, La Federación Colombiana de Ganaderos FEDEGAN, la
Federación de Fondos Ganaderos FEDEFONDOS, la Asociación de Subastas
Ganaderas de Colombia ASOSUBASTAS, la Asociación Colombiana de Industriales
de la Carne ACINCA, la Asociación Nacional de Empresas Cárnicas ASOCARNICAS y
la Asociación Nacional de Industriales ANDI se concertó en el año 2004 el “Acuerdo de
Competitividad de la Cadena Agroalimentaria de la Carne Bovina” que pretende
adelantar un trabajo coordinado entre todos los eslabones de la Cadena e incluye los
siguientes acuerdos que permitan:

1. Mejora de la productividad y competitividad.


2. Desarrollo del mercado de bienes y factores de la cadena.
3. Disminución de los costos de transacción entre los distintos agentes de la cadena.
4. Desarrollo de alianzas estratégicas de diferente tipo.
5. Mejora de la información entre los agentes de la cadena.
6. Vinculación de los pequeños productores y empresarios a la cadena.
7. Manejo de recursos naturales y medio ambiente.
8. Formación de recursos humanos.
9. Investigación y desarrollo tecnológico.

L.L.G

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