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Béla . AP Its CASO AMBATIELOS GRECIA v. REINO UNIDO EXCEPCION PRELIMINAR 1° ULIO 1952 SENTENCIA 19 MAYO 1953 Big CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA Causa n? 15 1 de julio de 1952 CASO AMBATIELOS * (Grecia i | Clause fe Moticia”, Existenia: de ia controversia en 6) 5° cade la Declaracién de 1926. El hecho de no baber'e agotado \ foe reoursos internos. Retardo en el planteamiento del caso ante Ja Corte. «Veni eceng Gl stn, abv, 1a ase dwn seal, PS ee eae ee de Bein, ma docente $e} Taste ae SlesRalacones Taternacfonsles "Dr. Mario Antelo™ a : clacinesTneranioals 2" arg rnin at aus cereros® eh Recwetl 1953 de Is C.J-T. uM 96 Caso Amparistos FALLO Presentes: Sr. Guenneno, Vicepresidente, en ejercicio de la presidencia en esta causa; Sir ARNOLD McNam, Presidente; Sres. Ate vanez, asevanr, Hackwormm, Winaanskt, KiAssrA, Basa, Rea, Hsu Mo, Lam Canneo, Sie Bonzo, Rav, Sr. Anmano-Ucox, Magistrados; Sr. Srinoroutos, Magis. trado ad hoo; St. Hamnno, Secretaria, ee En el caso Ambaticlos, entre el Reino de Grecia, representado por al Sr. N, G, Léux, envisdo extraordinatio y ministro plenipoten- casio de Su Majeed Rey doo once en, lo Paine jos como agente, asistido por , al Sr. E, Venous, encargado de negocios ad interim de Grecia en los Paises Bajos, como. agente edjunto, Y por al Sr, Hennr Rotin, profesor de derecho internacional de Ia Unik versidad do Bruselas, ex presidente del Senado helen, * el muy honorable sir Frank Sosxtce, Q.C, MP. ex attorney: general del Reino Unido, oi Sr, C. J. Cozonn0s, Q.C, LL. D, del foro inglés, como coisejeros, r l Reino Unido de Gran Bretafia ¢ Irlanda del Norte, representado por ; al Sr. V. J. Evans, consejéro legal adjunto del Ministerio dé Relaciones: Extoriores, A como agente, asistide por al Sr, G. G. Frramauatcs, .M.G,, suboonsejero legal del Minise terio de Relaciones Exteriorea, como agente adjuinto y consejero, Y por Sr. JE, 8. Fawésix, D/S.C del-foro inglés, Corre INTERNACIONAL DE Jusricta, FALLO ve el Sx. D. H. N. Jomson, consejoro legal adjunto del Ministerio de Relaciones Exteriores, como contejeros,: LA CORTE, asi compuesta, dicta et fllo siguiente: En vintud de su {allo del 1 de julio de 1952, 1a Corts, al pronun- ‘ciarse con respecto a Ia excepeién preliminar opuesta por el Gobierno ddel Reino Unido de Gran Bretafa ¢ Irlanda del Norte a in solititud ‘del Gobierno Real de Grecia, se declaré competonte: para decidir si ol Relno Unido, estaba obligado someter a arbitraje, com arreglo @ la Declaracién anexa al Testado de Comercio y Navegacidn del 16 de julio de 1926 entre Gran Bretaia y Crecia, In controversia zelativa la valider de Ia roclamacién Ambatielos, en cuanto dichs reclamacion ae bese en el Tratado de Comercio y Navegaciin emtro les, mismes Partas contrataates. En el mismo fallo, la Corte habia xeservado para tuna ordenanze posterior [a fijactin de los plazos de proscntacién de una raplica por el Gobierno helénico y de wna diplica por el Gobierno del Reino’ Unido, El 18 de julio'de 1952 se dict6 la ordenanza, Réplica y diplica ‘se presentaron dentro de los plazos establecidos, a saber; 3 de octubre de 1952 y 6 de enoro de 1953, y en esta iitima fecha, la cuestién, tal somo babia sido definida por la Corte en su fallo dol 1 de julio de 1952, ‘estuvo-pronta para:ser‘ofda en sudiencia Ta Cott, presidida por el vicepresidente, con arzeglo al articulo 13; patzafo 1, del Reglamento, y contando en sus estrados con la presencia ol profesor Jean Spiropoulos, desighado magistrado ad-hoc por -el Gobierno helénico, eelebré audiencias los dias 28, 24, 25, 26, 27, 28 7 30 de marzo de 1953 para ofr los alegatos pronuisisdos, en nombre del Gobierno helénico, por el Sr. enti Rolin y sir Frank Soskice, cconsojeros, ¥ en nombre del Gobierno del Reino. Unido, por el Sr. G. Gs Fitamaurice, ageate adjanto 7 consejero, y los Stes. J. E. 8, Faweett consejero, y W.cV. J. Evans, agente, El Gobierno hhelénico presenté en la réplica las conclusiones six Fry ‘ THELOS 98 coe 2, so AMM pacity que Ix velaancién Arbasiln, Sued ay coe si Ba tpeta do 186,00 parecer sor"onrabe PUN? fac wn wR i ge sa eovtee th bite, de ennformidad con, Decaracién de 2926, 16 2 on ee slides do i reclamnion Ae eal oes aun neta tot ones ce pen aspen a Saaetn coo SNE 13 finales. 4. qx a los Dares 1s planes do presentseion de 1a xéplica y la ‘taplica sobre el fondo de Is cont MET Gobierno ad Reino U Hones siguientes: : pi Gobierno del Reino Unido concls Corte deberin detrar y decidir que Net i someter a axbitraje, de conform omroversia ent a8 partes ‘Amabatilos”. te al corso de Tos alegatos orale Ian condisinen orntnidas om TA. 30068 se formulé Ins conclusionts sii a ae ve que el Gobierno del Reino Usido m6 Mh, ciligada # someter autor ane argh, «12, Delarsifn: 0 1006, ts steoersin = clea, Tats de seaman apes * * 2 vende en ot Teatado, de 1886. i woe oie we Tefmacin ast Gobierno beénioa ov sents ee la reinoastin Amibtilos Ds sepa ads sete 6, gin, 1. SD en ase "6 porque. se. trataria do-uné reclamacion formolada sobre Fyatado de 1886: y 20 estaria amsifiestamente prvada de toda rela | et Gobierno hslénioo confirm’ y al Gobierno det Reino cH ae pelénico fuera nen nei eer ers manifiestamente. esta Teslamacion tage de 1886. 4: Que Te - ena nig de 1886 en ol caso do que s6 SA teuyo fundamento real se encontrar o= sion Ambatielos "$610 deberia reputarse fundada or os de una teclamacion Conre unrrsivatzviense 5. Que considerando: eb punto 4 anterior, latedlamacién Anibat {alos noes una reclamacién’cuyo fundamento réal-se" enoventre ext oh Tratado de 18%, en virtud de’ uno. cualquiera In" totalidad’ do loz ‘motives siguientes: com i ‘2) la reclamiaéidn Ambatiélés to esti contemplads’ por‘ @ Tratad ») aun tuando todes los heokos'alegados por el Gobierno helénicg ffuerainZiertes, no habria habido 'violacidn, del Tratedas* : “2) no ée'agotaroni los recursos internos; ” 12) i GeclatnaeSin, Ambaticlos'—en la tedida ‘et gue’ tiene algunié viliaen, 1b je’ é iegado por’ el Gobierno’ del Reino Unido se baat fen los principios generales del derecho internacional, ¥tslee principios tno se eneuehtran ingorporados af Tratado de 1886." ‘5. Si contrerianente a los puntos 4 y 5 antes expieson, s0,coi? sidera que In reclomacién Arbatilos se basa en’el Tratelo do 1896, fd Gobierno del Reino Unido no staré cbligado w sovieter'a arbitra Ti controversia ielitivd a la valides de la reclamaciéh "eff virtud de wie! éualquiora o'la totalidad de los iotivor siguioites: ; fa) no haber agotado lod recursos intecads;, 1b) relitdo. injutifcado en ‘interponer. Ja reditilaelén, sobre, If ‘bose del findamento que actualente se ilegas 4) retardo injustificado y abuso dal, pracedimienta, ante la Comte date yu si bin Ta referencia det gio a Ia jursdccién oblgstria de la Corte habria sido posible en cualquier momento dexpnés del 10 de ‘Geiembre! de 1026, tal referencia +6 verifies réciéa el 9'de abril de 1951, To conngatente, el Gabierno del Reino Unido soleta a la Corte quieras Declarar y detidir “ Que el Gobierno del Reino Unido"sie esti obligads & semeter anbitraje, de conforinidad con la Declafatisi ‘dé 1926, 1d controves Teativa @ Ia valider de la xeolamacién’ Amnbaticlos”. : El Gobierno helénico, al iniciar actuaciones et'9 de’abril'de 195% contta el Reino Unido do Gran Bretaia ¢ Irlanda del Norte con ree ppéctod. una reslamatién: én favor deb sefior Ambatielos: exhorté ate Corte acdeclarar y decidir “que debe aplicarse en el: presente easo°el procedimiento arbitral previsto’ por el Protocols “Final ' del ‘Tratalo tbe 1886". Eq las aciuaciones posteriores, el Gobierno helénieo solicit ala Céxte qui ella misma desidieta acerca de In volides de Ia resla~ rmikcién Ambatilos Ea virtud de av fallo del I de julio de 1952; lu-Gorte'se declaré. 100 Caso Aneoarrenos » incompetente, para. decidir sobre el fondo: de ln eolam set el ne Cetaba cbligedo someter a athitzaje, con arreglo a la Declaracion Qe 1926, In controversia relativa a la validen de la reclamecién, en cuanto dicha reclamacién ae base en el Tratado de 1886. nto caso, a diferencia del de las Concesionss Movrommatis en Palestine, deoidide por la Corte Permanente do: Justicia Internacional fen 192A, deriva sw pectliaridad del hecho de que la Corte std Tamads prommnciaese, no con respecto a su compotencia en, uaa controversia detorninads, sino ‘cerca de si una controversia debe someterse al al teaje de otco tribunal, Me ia y el Reino Unido basaron st argumestacion on li Deel rcidn de 1926 y en el fallo de In Corte del 1 de julio de 1952. La Declaracién de 1926 es del tenor sigtient ‘Queda bien entendido que el Tratado de Comercio y Nevegecion cqire Gran Bretafa y Grecia del dia de hoy no obsta a que puedan Froesatarse ‘reelamaciones en nombre. de petronas privedas .quo) se * Thasen en las disposiciones dol Tratado Comercial anglo-griego, de 1886 1 yg. que toda controversis que pudiero surgir entre nuestros des go- TBiertos respécto de In validez de dichas reclamaciones sea. someti ft abitraje, « solcitud de tino de los Gobiernos, con azzeglo a lo dis Jew por ef Pratobcls del 10 de sioviembre de 1886, ance a dicho ‘Tratedo.” E] Tratado de 1886, mencionsdo en la, Deelaracién, de 1926 con- tiene, entre otras, In siguiento disposietn: ae “toda las. controrecisn que paren evetaree rvpecto de la fnterpretacign o efecucién del pretente Tratado, o de les, consequencias de cualquier viplacién del mismo, seria. sometidas.a la decision de ‘comisiones, de arbilraje, uaa vex agotadoe lor medios: de solucionatlas. Frecemanic hor un arreglo amigeble, el xuultado do dicho arbitraje sec4 obligatorio, para, ambos Gobierno.” + Ge-conctayé.a Declaracién de 1926: para salvaguardar los: intes cee de ln Tastes con elacion a lex reclamaciones en nombre. de ‘Jersones privadas basadas en‘ el Tratadovde~1806, para. las eualos no Rubiera habido, recurso, alguno al extinguirse dicho Tratado; y con 4 jek Protocolo en.caso: de que los-dos Gobiernos.no-tlegaran au arreglo “amigable por medios-dicectos: Mientras las controversies para las que I Protocolo preveia el arbitraje eran dé un aleance.relativamente: mis igenecal, lns-que. conteropla Ja Declaraci6n- se-refieren: silo, a veclama- as Conre INTERNAGIONAL DE JUSTIGIA. HALLO Jun ‘clones ‘ont-nombre’ de personas privadas que se Thiseh en ol ratio Ge 1886. Peroen ambos casos, Jos misrios.motivos impilsaron a les artes y'se adopté el mismo método de exbitraje, : La parte dispositiva del fallo de la Gorte del 1 aé julio de’ 1952 “que {la Corte] no-es competente para decidir ‘sobre el fondo de Ja reclainacién Ambatielos; qe e comipetente para dedidir si el Reino Unido” esté obligadé 1 soméler a arbitraje, con aireglo la Déelaractin de 1926, Ia contrés vversia relativa a ln validez do Ja reclemaci6n Ambatielos, en cuanto ‘cha reclamacién ce base en el Tratado de 1886." Al promunciarse en esa forma, te Corte formulé dos decisiones. La primera de ellas, de carécter negativo, es que el fondo de Ix recla racién Ambaticlos escape a In competencia de la Conte. Lt segunda; de cardcter positivo, asigna a la Corte una competetcia limitada en & caso Ambaticlos: la de decidir si.el Reino Unido esta obligado a acép tar el arbitraje, ‘como Grecia Jo requiere. Esta competencia Limitedit de la Corte debe distinguirse dlaramiénts. de Iz éompetencia de ta comi« sin arbitral. Para disipar toda duda posible en cuanto alos dominios respectivos de In Corte y-de la comisién arbitral, la Corto dijo en su fallo: “La Corte debera decidir si existe una gontcovérsia entre las Pactes fen al sentido dela Declaracién de, 1926. Si In: Corte. Negara a la con- clusién de que existe tal controversia, a la comisién de arbitraje corres- ponderé promunciarse sobre el fondo de la misma”. La Corte’ debe abstenerso de decidir definitivamente toda cuestién de hecho o' de derecho relativa al “fondo do la controversia” o a lw “‘validen de Ia roclamacién”. La Corte usarparia In competencia de Ie comisién arbitral si intentara pronunciarse sobre: tales cucstiones, Su misién habra terminado on el momento éri que decida sia controversia. existente entre Grecia y el Reino Unido con respecto a la valides de: Ja reclamacién Ambatielos, constitaye 0 no una controversia’ relativa ‘a una reclamacin en nombre de una persona privada-que se hase ext lis -disposicionés idet Tratado de. 1886 y.si, en’ conséeuéncis, existe unis obligacién para el Reino Unido-do aceptar el arbitraje. Las palabras “ext cuanto dicha reclamacién se base en el Tratado de 1886", quie figuran’en la parte dispositiva del fallo del 1 de julio: de 1952 deben entendereo on el mismo sentido en uc $6 emplean. Suz objeto os el de indioar el cardoter. que debe presenter li reclamacidin nar, 5 2EASO-ADEBATIELOS ietos para que puna ser objeto de arbitrale de conformidad vee nctin-de 1926. No aignifican que ls. Com debe llegar @ ora iqas Ia reelamiciéa Ambaticlos se! fonda ‘verdadera- sclustyatado de 1696. Si 1s Corte hubiera entendo ave £8 fe ‘fo, no ae habria declarado incompetente Pars decidir acerca 1 de Ia redameaci6n. ‘en werd exist una contzoversia on l end de la Deslaracién SoG depends de la cuestin do eaber i le reclamactin formaulada A Gobierno helénico reine Tos. elementos Trequeridos para ol arbi A joe ay Pants szordaron exigr ex viet ide dicha Declaracién, ‘Coca primera conclusion el Gobierno hléioe 12% prime facie J dun Ambatclos no parceetia or extae & las disposiciones cae te 1805, La Corte comprends qu objeto de esta com Trane moivar 1a conclusion principal det Gobierno helénico, en ie nd.el Reino Unido osté obligado a 2002, cl arbiteaje. Pero ‘gore tembién que Ia raaéis, enunciads em eit forma: negativa, BO aificiente, ‘Paras pri l Gobsor’-del Reine Unid sles 1 lo reclamacién nig bo eo una roslamactsn ayo anderen eal fe encentre ado de’ 1886, y que antes de que ls Cone ‘pueda promunciarse TMD aeiteaje deberi.daterminet, of beep Ut Snterpretacion Tr peclarscién. de 1926 y como cuetion de fondo; si la reclamacién asa efectiva y-gentinamente en ae oie bus en Ise Gules del Tetado.. de 1896" hao Tle elma ‘fectivamente podsian sustentare: ex cl 18 epads Tent. Conforms x su contexte estas palabras ments Tr enn» Sap refcine Mad de 1806, podrian en definitive admits 0 recho see vey gue dices diposcfooes ae Interpretaren eo un sentdo.0 104 Caso Axmatisxos + en otro, El hecho de que la comisién arbitral pudiert considerar « pos: teriori que na reclamscién, aparentemente fundada en el Tratado, no = auetenta on a, no bestaria'para exclucla do Ia categoria’ do reclama- ‘cones quo, a los fines del arbitraje, deberian considerarse contempledas ‘en Ios términos de Ia Dedlaracién de 1926. Para decidir en esta causa si la reclmnacién del Gobierno helénico ‘en nombre del St, Ambatielos se “funda” en el Tratado. de 1886 con anreglo a lo dispuesto por la Declaracién de 1926, no es necesario que Ta Corte Hogue a la conclusién —y en verdad no tendria competencia para ello— de que In interpretacién dal Tratado segiin el Gobierno elénico aon Ja corrects. No obstante, Ia Corte debe asegurarse do que Jos argumentos esgrimidos por el Gobierno helénico con xespecto ‘a las disposiciones del ‘Tratado que —segin alega— sirven de fundamento ts It reclamaciin Ambatielos son lo suficientemente ateadibles como para llegar ala conclust6n de que la reclameciéi se funda en el Tratedo. No hasta que el Gobierno’ zeolamante establesea una relacién lejane centre los bochos de Ia seclamacion y el Tratado de 1886. Pero al mismo Hempo no-es necesario que este Gobierno demuestre en Ia presente ceaisa que use pretendida violacién del Tratado tiene un fundamento juridico incontestable. La validez, de los argumentos csgrimidos por {dl Gobierno helénico, asi como tz de los argumentos del Gobierno del Reino Unido deberd sex determinada por Ia comisién arbitral cuando se pronuncie sobre el fondo de la controversia. Si Tlegara = parecer ique ls interpretacién dada por el Gobierno hielénieo de las disposi- ‘iones que invoca, fuera una de las interpretaciones posibles —aunque no ecesariamente la corresta— entonces ‘deberia considerarse que Ia yeclamacin Ambatiolos es una redlamacién que’ se funda en el Tratado ae 1886, En ottas palabras, si resulta quo el Gobjerno helénico se basa er tuna interpretacién defendible del Tratedo, es decir, ea una intexprete- ‘cid que puede sosteneree abstracsin hecha de si luego prevaloce 0 20, existirian motives razonables pore Uegar a Ia conclasién de que sx reclamacién se basa en el Tretado, Pateve que este ctiterio también fue contemplado por el consejero del Reino, quien mantfesté: “1, No estamos pretendiendo, por elerto, que la Corte debe decidir sila reelamacién es vilida © no; es decir, bien fundada en el Tratado, porque esta materia pertenese evoncialmente al fondo... No pretenx Gemos que ls Corte debe-considerar si Ia reclamacién es bien fondées 7 Jo que-decianos es que por In menos debe considerar si Ta reclamacién cs fondée” TLa.Corte herd uso de sus facultades de apreciacién para resolver ‘el problema juridico sometido a su consideracién por las partes, a saber, ‘i la controversia que ias separa os do tal carécter que pueda referirse ala Declaracién de 1926; poro no podria extender sus facultades de apreciacién hrsta el punto de decidir sobre el fondo de la controversia. Ein opinién de la Corte, esta forma de proceder es la que corresponde fale intencién de las Partes de deferir al procedimiento arbitral todas Jas controversies que pudieran suscitarse en cuento « Ia validex de las eelamaciones en nombre de pertonas privadas-que se basen en el ‘Tratado Comerciel anglovgriego de 1886, La Corte no se aparta del principio, bien establecide on derecho fntemacional y aceptedo por su propia jurisprudencia asi como por la de Ia Corte Permanente do Justicia Internacional, en cuya virtud no puede obligar a un Estado a someler sus controversias a arbitraje contra su voluntad; pero observa que en el presente caso se trata de saber si-el consentimiento do las Partes a someter determinada cate: {gorin do litigios al azbitraje, puesto do manifesto al firmar la Decls- rracién de 1926, se extiende 0 no a la reclamacién Ambatielos. ‘He agui los articulos del Tratado de 1886 quo invoca al Gobierno, helénico: Articato I Habeé entre’ los dominios y posesiones de Tas dos alten Partes ‘contratantes libertad reciproca de comercio y nevegeciée. Los sibditos de cada una de las Partes podrin entrar Ebrexiente con aus buques ¥ ‘eargamentos a todos Tos Tugares, puertos y ros de los dominios ‘5 osesiones de la otra a los que los nativos eatin o puedan estar auto- Hrados a Entrar, y gotarin respectivamente do los mismos. derechos, rivilegios, libertades, franquicias, inmunidades y excepeionas on: ma- teria de comercio y navegacién de que gocen © puedaa gozar los nativos, sin que'deban pagar tasas o impuestos superiores « los que étos paguen, 7 eaterdin sometides a las loyes'y reglamentos en vigor. Articale X Las Pastes contratantes convienen en que, eh. todas Tas cucttiones relatives al comercio y Ja navegacién, todo" privilegio, franquicia © Shmunidad. quo una de Iss Partes contratantes haya ya acordado 0 acordare'en adelante a los stbditos y ciudadanos de otro Estado se Are" ety 106 Caso. Ascnartezos’ ‘extender inmediatamente y sin nccesidad de declaracién previa: a‘los sibditos y ciudadanos de la otra Parte contratante; su intescién es cde que el comercio y la navegacién de ceda pats sea tratado por el ‘otro como To hace con la Nacién més favorecida, Articulo XID Los slibditos de cada una do las partes contratantos, en cunnto 20 ae conformen a las leyes del pais: 1. Tendrén plena Libertad, con sus familias, de entrar, viajar @ residir en cualquier parte do lot dominios y posesiones de la otra parte contratante, 2, Podrén alquilar 0 poseer las casas, {abricas, almacenes, négo- ios y locales que pudieren necesitar, 3, Podrin ejercer su comercio personalmente © por medio de los agentes que consideraran necesatio emplear, 4, No estarin sometidos, en cuanto a sus-personas 0 bienes, 0 con respecto a sus pasaportes, comercio o industria, a impuestos de indole general o particular, gravamenes u obligaciones de cualquier especie que sean distintos de los que se aplican o padieren sex aplicados « los racionales, o de un monto mayor. Articuls XV Deberén’respetarse Tas viviendes, Fabrieus, almacenes y negocios de los sibditos de cada una dé Iai Partes eontratantes,en. los dominios y potesiones dela, otra, asf como todas los edificios que les portenex- ‘can y 2° destinen a la habitacién 0 al comerci No se permitiri proceder a allanamientos ¢ visitas domisiliarias de tos" diches viviendas y edificios, o al examen e investigaciin. de ibros, papeles o cuentas, salvo bajo las condiciones y en la forma preserita por tas leyes pera los sibditos del pais. ‘Los sibditos de cada ima de lat partes contratantes' goxarin de + libre scceso a los tribunales judiciales en los dorainios y poseaiones ae Ia otra para la defense en juioio de sus derechos, sin otras condli- ciones, restriociones o tasas que las impiuestas a los nacionales y, como fstos, tendrén plena libertad para cacoger on todas las causts x sus abogados, procuradores mandatarios entre las personas admitidas al ejercicio de estas profesiones, segin las leyes del pats. Basindose en le cléusul de ta nacién mis favorecida contenida fen al artionlo x, el Gobierno helénico invocs el articulo 16 del-Tratado Conte Inrennactonat. ps Jusricis. Fano 107 ‘de Paz ¥ Comercio entre el Reins’ Unido y Dingmarca del 18 de-febrero de 1660-1661, citado en inglés por el Gobierno helénico de Is siguiente forma: [traducido al castellano] : “Para todos los litigios y controversias pendientes en la aclualidad ‘© que sobyevengan'en el futuro, cada Parte hard de forma que la justicis y el derecho sean administrados prontamente a los sibditos y nacionales de la otra paste, de conformidad con las leyes y reglamentos de cada pats sin demoras © gastos tediosos e ities.” EI Gobierno heléniso ha invocado cliusulas similares: de otra tratidos concluidos entre el Reino Unido y otros Estados, a sabir: —Articulo 24 del Tratado de Paz y Comercio cori Dinamazea del 11 de julio de 1670, en cuya virtud las partes “tratardn de que se adininistre justicia y equidad a los sibditos y nacionsles de la otra”, —Articulo § de lot Tratados de Paz y Comercio con Suecia del 11 de abril-de 1654 y del 21 de octubre de 1661, que dispone:, “En caso de que los sibdites y macionales de ambas Parlos... 0 los que actian ‘en ou nombre ante cualquier tribunel judicial para obtener la satis- faccién de sus exédites © por cualquicr otro motivo legitimo, favieren nevesidad de reeurvir ante un magistrado, este recurso les sera com dado, segin la equidad de su causa, pronta y amigablementes.. —Articilo 10 del Tratado de Comercio eon Bolivia, del 1 de agosto de 1911, por el que se reserva el derecho do ejercer la proteccién diplomética en enalquier caso evidente de,““denegacién de justicia” © de “‘violacién de los principios del Derecko internacional”, El Gobierno del Reino Unido cuestiona, en primer lugar, le exts- titud de la versién inglesa del texto original en latin de algunas de las roncionadas cléusulas; en segundo, sostiene quis no se puede invocar dl articule x del Tratado de 1886, gue se refiere a cuestiones de co- mereio y navegacién, para reclamar los beneficios de disposiciones de ‘otros tratados relativas al procedimiento judicial, desde que en ol “‘ratado de 1886, éste forma la materia de un articulo separado, El Reino Unido apela también a otros argumentos tendientes a demostrar ‘que si ee comprobaran los hochos alegedos por ol Gobiento helénico constituirian una ‘enegacién de’ justicta, y ‘que el alegato de densg ign’ de justicia debebasarse cn’ los principios generales de derecho fnternacional ¥ no podria fundarse en el articulo x del Tratado de 1886 relativo al comercio y. a la navegacién, - Por su’ parte, ‘el Gobierno helénico ha sestenido que un ltigio originado en un contrato comercial podria considetarse como una cute a ‘in relativa’ al’ comerdio 'y' de esta forma estaria comprendida: da il euadro de la expresin “todas las cistiones felatives al comercio.y Ja navegacién” a Ia que'se aplica la elausula do la naciGn mas favorecicia del articilo’ x del Tratido de 1886. La obligncién contraida por el Reino Unido con respecto a otros Estados de admiinistrar en todo litigio por parte de sus tribunales “Justicia y derecho", o “Justicia y equidad”, ‘es considerada por el Gobierno helénico como un “favor” que debe beneficier a los nacfonales riegos por aplicacién de la.cléusola de-la nacién mis favorecida del articulo x. * Con resjesto él Tratado anglo-bolivieno de 1912, el Gobierno-helér nico argumenta que impone al Reino Unido, asi como a. Bolivie, la ‘obligacidn de aplicar los “principios de derecho “internacional en el tito de los nacionales de Ia otta parte contratante, 22" EL artioulo xv, pirrafo 8, dol Tratado de 1886, estableze “libre acceso a los tribunsles judiclales”. El Gobierno del Reino’ Unido insiste i na Snterpretacién vestringida del término “libre neceso"; ha de considerarse, segin sostiene, que este derecho se acordé plenamente al sefior Ammbatielos por el'hecho de'habérsele permitido comparecer ante lis tribunales ingleses péra Ia defense do sus derechos en un mismad pie de igualdad con los nacionales briténicos. Por su perto, ef Gobierno helénicd se bara en otra interpretactén de los términes “bre acceso”. los tribuncles judiciales y argumenta qite"por derecho de “libre acceso” debe entenderse Ja peaibilidad para tun litigante extranjero de defender sus derechos ante Ios triburiales del ligdr sin restriceiones impuestas por Jas autoridades administratives. Con arreglo a lo alegado por el Gobierno heléuico, el sear Ambaticlos no gozé-de “libre acceso” ante los tribunales debido que le adminis- tracidn britinica “retuvo” prachas consideradas esenciales para su cass, ‘Teniendo en cuenta les argumentos do las partes relatiros al al- cance y efectos de Ia cléndula de la nscién més favorecida del articulo x aol Tratado de 1886, asi como In divergencia de opiniones aoeren del sentido- dela expresiéa “libre aéceso a los tibunales judiciales” que figura'en el articulo xv, pérrafo 3, del mismo Tratado, y considerando en paiticular In interprotactén que. haco de estas dispoaiciones el Go- bierne helénico, Ia Corte debe concluir que se trata de un caso on Hus cl Gobierno helénico presenta wna’ reclemacién en nombre de una persona privada “que no béaa en las cléusulay del Tratado ‘Comercial angloigriego de 1886”, y. que In controversia entre las Partes pertenece ‘que, segin la Declaracién de 1926, deben ser somotidas a arbitroje. ; Por consiguiente, Ia Corte debe decidir que el Reino Unido esti obligado a cooperar con Grecia para consfituir unt comisién de arbi traje, con axreglo al Protocolo ‘de 1886, segim lo. dispuesto por Ia Deolaracién de 1926, Quedan por examinar los argumentos del Gobiorno del Reino Unido en cuya virlud wipoco estaria obligado a someter, a arbitraje la controversia relativa a a valides de la-reclamacién Ambaticlos, aun ‘cuando se comprobaren los hechos elegados por el Gobierno helénico, por las xazones suplementaries siguientes: 1) que el eciior Ambatiolod no: agois los recursos intemos; 2) que hubo retardo injustificado: en interponer Ja reclamacién sobre Ia base del fundamento que aotualmente se alega; 8) que hubo retardo injustifado y abuso del procedimiento ante Ja Corte dado que si bien la referencia del Iiigio a la jutiadic obligatoria de la Corte babria sido posible en cualquier momento después del 10 de diciembre de 1926, tal referencia se verified reciéa 19 de abril de 1951. Con respecto a los dos primeros’argumentos, basta a la Corte ob- Servar que se trata de medios do defensa'referidos:w la-admiatbilidad do Ia reclainacién Ambaticlos-y que de’ ninguna: miinerd so relacionay con Ia cuestign de eaber sila retlamacién se basa en el Tratado de 1886. Las. euestiones que dichos argumentos’ plantean son totalmente ajenss a Tos términos de la Declarscién de 1926, cuya interpretacién.constituye el quehacer actaal de Ia Corte. Por tales motivos, la Corte no emite ‘opinién alguna con rexpecto a la validex o el efecto legal: do dichos argumentos, {Las mismas consideraciones se aplican también sla cuestia del retardo planteado en. el tercer arguszento, Con respecto al probleme del abuso del procedimtento ante le Corte contenido en dicho arguman- to, Ia Corte no considera que el Gobierno helénico haya procedide in- Asbidamento al promover actuaciones contra et Reino Unido al 9 de abril de 1951, de conformidad con disposicfones pertieates del Este tuto y el Reglamento de la Corte, La Corte considera innecesario prohurciarse con respecto ‘a las conélusiones 8 y 4 del Gobierno helénico, Por estas razones 4 no CaS0 Aupatievos LA-€ORTE or dies yotos contra cuatro, ‘ecide die el Reino Unido esta obligado a someter’ a arbitra; de conformidad con Ia Declaracién de 1926, la eontroversia veleine 4 In valider, seguin el Tratado do 1886, de le reclamacida Ambatishe Redactado eu franois y en inglés, dando-fe el texto inglés, en el Pac lacio do Ja Par, en La Haya, el dieciaueve de mayo de mil’ novecion. tor cineuenla tei, en tres ejemplares, de los cusles uno se depo. sitard en Tos archivos. de. Ia Cotte y los ottos dos serin trasraltdes respectivamente, al Real Gobierno Helénico yal Gobierno del Reino Umiide de Gren Bretaia © Irlends- del Norto, ‘Firmedo:) J. G Guersero ‘Vicepresidente (Fimedo:) E, Hassno | - Senretario Sir AnwoLp Mc Nam, presidente, y los sefiores BaspevAwr, KtaRstap ¥ Reap, magistrados;.prevaligndose:del derecho que les confiere artioulo 57 del Estatuto ecompatian’al fallo sa opinién disidente eon juata, (nieialado:) J. GG. Unicialads :) EB. 1 be! | CASK [lo | PAZ, eee _d 4, DECLARACIONES, OPINIONES INDIVIDUALES ¥ OPINIONES pisioznres, — Una declaraci6n, dos opiniones individuales y cin- co disidentes se dgregaron al fallo, Ello nos jermite individualizar 4 los magistradgs que yotaron en favor dela competencia sobre el fondo (Fondo\de ln gontroversia) que son sin duda Alejandro Alvarez y Spiropoulos™, asf como también a los que se opusie- yon a la competenpia limitada de Ja Corte (para decidir respec- to de le obligacién de arbitraje), Evidentemente, se trata de los magistrados’ MeNdir, Basdevant, Zoricic, Hsu Mo y Klaestad. a) Declarazign del magistrado Alejandro Alvarez, El ma- gistrado Alvarez afirma haber “suficiente fundamento” para que la Corte pueda entender con xespecto al fondo de la recla- macién Ambatidlos, Es lamentable sin embargo que no aclare de qué fandamepto se trata, Para quienes ban seguido de cerca, sin embargo, las|doctrinas y le actuacién del magistrado Alvarez el fundamento es dbvio: la interpretacién del Tratado de 1926, como de cualquier tratado, debe ser hecha de forma “que las instituciones y los preceptos juridicos siempre estén en armonia ccon las nuevas dondiciones de la vida de los pueblos”, Puesto que en punto a [recursos jurisdiccionales la sicologia actual de Jos pueblos estéjen favor de su extensién, la Corie debe pues afirmar su competencia para decidir respecto de la reclamacién y no dejar que alguien golpee sue puertas sin que so le dé le posibilided de sér|ofdo™, En cuanto a la teoria de Alvarez nos 2 Si bien Willaia W. Bishop oplon qué se trata do los magistrdos Levi ‘Comino 7 Spiropoulfs, Ambutefos Case (Jurisdiction), en “The American Jourpsl of Intemational Law) (1952), t. 46, D, 731, nota 20 Competenta| de ta dsamBlea Cone aiambros an Nacioned Unides (opinisa isi 3 eipecto de la admistin de nuevos te del ronpitcado Alejandco Alvaton). 3b susrayono Hanes, Le droit international nowotau (Petia, Pedone, 1959), 30 Caso AlmmatieLos remitimos a nuestro comentario en el caso Pesquerias"’. Como yeremos el acierto de: Alvarez reside en que si a la postre la Corte se pronuncia en favor de su jurisdiccién esta decisién ~segiin nuestro entender— no puede fundarse de lege lata: pa- receria que el mévil de los jueces fuera realmente no dejar huérfano al recurrente de toda posibilidad dé recurso jurisdic. cioval, 8) Opiniones individuales, a) Del magistrado Levi Carneiro, El magistrado Levi Carneiro sefiala algunas divergencias secun. darias y asimismé hace notar cientas consideraciones que influ Yoron sobre Is actitud que adopté respecto de les cuestiones plan- teadas, En primer lugar, se refiere a la decisin de la Corte de no acumular le excepcién al fondo, tal como lo habia solicitado sub- sidiariamente el Gobierno griego, Reconoce que tal acumulacién sélo debe ordenarse excepeionalmente, “cuando sea absolutamen. te nevesario”. Pero ello no hubiera obstado a que se realizara tune consideracién sumaria, superficial 0 prime facie de algunas cuestiones pertenecientes al fondo™, Las. “cuestiones” que se reflere este magistrada se relacionan con el problema de determi- nar si la xeclamacién Ambatielos se basa realmente en el Tratado del 10 de noviembre de 1886, La Corte no ha resuelto esta cues. tién y deliberadamente la ha dejado para Ia segunda patte del ivicio. Creemos que en esto el fallo es acertado. El magistrado Levi Carneiro parece no distinguir bien entre la, excepeién de incompetencia'y la excepeién de inadmisibilidad de la demanda, En esta causa, la Corte decide acerca de si es competeate 0 né para entender respecto de controversias.basadas en el tratado de 1886. Sélo cuando resuelva esta excepeisn preliminar puede pa. sara decidir si-en el caso particular la reclamacion Ambatielos Bt Yer pas, & Recueil 1952, j. 48, Bn verdad, te Corte Internacional a realizado veees este exam sin leger at acuomulacign “eon el fondo. Pero ae ha totede ae eliminares. V, Lautewacnn, op, city p. 113, HExcepcidy rannauivan, ComsnTanios at se hasa o-no.eh el Tratado. Ya no decide respecte de - tena sing do fa admis? de dea ST Car Rare teens AE TE CORETETT Ehocarse al fon- do de la reclarpacién basando su competencia en’ su jurisdiceién prorrogade, afima que le verdadera fundamentacion debio ser, ‘no tanto Ia falte down acuerdo inequivoco entre las partes, euan- to la falta de tin compromiso entre ambés'Gobiemnos: “Las de- claraciones del los agentes, y aun de los consejeros, durante el curso del proce|limiento, pueden bestar para determinax la compe- tencia de le Copte, por prérioge de jurisdiocién. En este caso, sin embaigo, la Carte proclama la competencia dé 1x comisién-arbi- tral fundada e el protocolo de 1886, Considero que la Corte no puede aceptar| que una cldusula de este atuerdo intergubera. mental, sea abtogada por declaraciones de eonsejeros y que en virtud de — mismas declaraciones Ie sez trasferida la co petencia :para Hecidir In controversia’ ‘mos; esta ohservacién es atinada en cuanto —se-nos ocurre— trasparesta ef verdadero mévil de I Corte: Lo que ocurre-en inaterja de fortum prorrogauum es que se trata de un eampo en que la, Corte ayanze con precaucién por razdines obvias. Presta a admitir le prétroga en cuestiones triviales, es mucho mds remisa cuando, se trata’ de-establecer competencia sobre un asunto que de otra forma escaparia totalmente-a su aleance, La decisign de la Corte relativa al axgumento britinico de que no existe Wiolacién del Tratado de 1886 retiene luego Ta atencién del dpinante, Critica aqui el argumonto de le Corte de ino tritirlo “pgrque no hs sido debatido plensmente por las par- "es" ¥ est en'fo cierto: “Estino —dice— que ello no justifos- rfa que so dejara la cuestién sin decidir, si tal decisién fuera oporttina. En tealidad, Ja Corte no puede resolverle en este mo- mento porque forma parte del mismo fondo de Ta causa. Tanto "Como ya lo manifesta- © GD hcoven della dstzcién, « veces extemedsrsenta sui, , le expaseto yor Tosti, ps. $391 8.246,, 4 Recueil 1952, p. 51. 32 Caso. Ancaartezos més cuanto que no es necesario para.afirmar Ia competencia. de 1a Corte™, Con respecto « In pretendida incompattbilidad entre una decisign de la Comisién arbitral que denegara su competencia y otra de la, Corte que Je afirmers, su opinién es decisiva: “El iinieo punto que deberd decidir la Corte seré el de la competen- cia de esta comisidn, Es evidente que luego de ello, Ja misma comisién no se podré declarar incompetente [... ]. Si la comi- sién, cuya competencia seré asf fijada por la Corte, rehusa tomar esta decisién, 1a Corte deherd ordenar la constitucién de una nueva comisién”™, Como veremos luego se trata de una afirma- cin bastante discutible pues no se tonforma a la norma procesal consuetudinarie de que todo tribunal internacional es juez de su propia competencia™, Finalmente, el magistrado Levi Cameiro efeotiia algunas consideraciones respecto de Ia naturaleza juridica de la, Decla- racién. Coincide con el. parecer de Ja mayorfa de que se trata de una cldusula interpretativa del Tratado: “habiendo sido fir- mada por los mismos representantes de los dos gobiernos signa- tarios del tratado de la misma fechs, tome Ia significacién de uuna interpretacién auténtica que se’ incorpora al tratado”™ Pero efectia una chservacién adicional en apoyo de su tesis: “Si no se Ia adoptara, no habrfa procedimiento preestablecido para resolver la controversia entre los dos gobiernos acerca de la interpretacién y la eplicacién de esta declaracién...”. “No podria admitir que el Reino Unido y Grecia, después de haber eonelufdo, con cuarenta afios de intervalo, dos tratados —que se han sucedido sin interrupeién—, dominados por la misme preocupacién de garantir y favorecer a los nacionales de cada pais en el territorio del otro y habiendo previsto expresamente 35 Thy pm SL y 52 Ch Venus (The jurisprudence of the World Court Leyden, Sijthoit, 1685), p. 159) qulen afirms que “nunes puede ser alezude ns Inuficiensia de argumentacign para eliminar an punto que podria eet ea af rine ‘scisiva pars daterninar ta sovidiceiin de la Corte” 3 Th, p, 82 HV. respecto del crigen y formeciéa de esta norma el clisico libro de 8, Poums, La jrstice inernationcle (Paris, Hachette, 1920), po 18 y sm 38 Recueil 1952, p. 88 {| | | fBsseectbr san: Coxereasoe 33 en los dos attds Ia solucién amigable de las controversias [...] se enenentreh en desacuerdo respecto de la eplicacién de uno de estos tratados sin que haya solucién para esta divergencia, ni mediante arbitraje ni por recurso ante algiin érgano de Le justi- cia internacional”, Tal afirmacién es soxprendante, porque durante Ja vigeneia del primer tratado, Tas fisuras propias del procedimiento |arbitral habrian impedida de todos modos la solucién jurisdiccional si una de las Partes no prestaba su cola- horacién park Ja formacién de le comisién exbitral, EL toma ot harto conocido! en nuestra asignatura como para que insistamos fen él y constithye el leit motin de toda una opinién consultiva de la Corte, | B) Del'mugisirado Jean Spiropoulos. A. pesar de que aparen- temente disctopa con una parte del dispositivo del fallo, el ma- gistrado ad lhoe griego sélo trata de sefalar su disconformidad con la redaccign dada a su conclusién n? 2 que “parece imponer a le parte adtofa la obligacién de establecer que Ia reclamacién Anmbatielos 4e/basa en una disposicidn del ‘Tzatado de 1886". Pera Spitopoulos, esta cuestién debié ser resuelta por Ja comisién de javbitraje y no por la Corte, puesto que “la obliga- cién del Reito| Unido de aceptar el arbitraje es independiente de la cuestién del saber si dicha reclamacién’ se funda, en efecto, en el Tratado de 1886, Tal obligacién existiria aun cuando no s¢ fundara en efpeto en el tratado en cuestién”**, Pero entoncos, qué papel debe desempesiar a Conte? Avesta pregunta, que él mo se fofmula, responde: “debe tenerse presente qué cuan- do un Estadg fe ha ligado por una cldusula de arbitraje oblige- torio —y el} yrotocolo de 1886 es buen ejemplo de ella— en principio ng bxiste para este Eetado ninguna posibilidad de declinar una feria de recureir al arbitraje. Sélo en el caso totalmente exdepeional de que’ la invitacién a recurrir al arbi- trae conajegpre un abuso manifiena del Ratado sequters, no | 2 1, yu 54 7 4, 2° fantptelin te low taos de por con Bigs, Hunpia y Rieane, Recut 180 13 “hard 9. anna 4 Caso Aupartezos serfa obligatorio el reeurso al arbitraje, Tal abuso se daria, pot ejemplo si, sin existir una controversia real, una de las par- tos pidiera Ia conetitucién del tribunel arbitral. En efecto, en tal caso, hay que reconocer a Ia parte advexsaria el derecho a rehusarse a designar su érbitro. En caso de que Iegara a ale- garse tal hipdtesis, ella podria ser naturalmente objeto de exa- men por parte de Ja Corte cuando ésta se pronunciara agerea de Ja validez de la presente demande del Gobierno helénico”®, En esta opinién, Spiropoulos se antiofpa al problema que va a debatirse posteriormente, al considera la Corte el fondo de la causa (obligacién de arbitraje). En efecto, para obligar al Reino Unido a someterse al arbitraje, gbesta que Ja Corte He- gue a la conclusién que no haya un “abuso manifiesto”” por parte de Grecia? ;Debe ir mas adelante y analizar si prima facie exis. te una controversia basada en alguna de las clausulas del ‘Trata- do de 1886? zDebe realizar un estudio éxhaustivo de la cuestién juridica y llegar en abstracto a le conclusién de que la demanda de Grecia est fundada en derecho dejando a la comision arbitral la apreciaciin de los hechos? gCabe admitir que la Corte se atribuya las funeiones del praetor y deje a la comisién arbitral que desempofie el papel de judex? El magistrado.Spiropoulos ee pronuncia por la primera de estas alternativas, pero —dada la redaccién del fallo— opina que la Corte parece inclinarse por Ja hima de ellas, Como veremos, esta opinién sex por tanto ampliamente aprovechada por el Reino Unido'en la segunda fase del juicio. ©) Opiniones disidentes. a) Del magistrado sir Arnold McNair, presidente de la Corte: Para sir Arnold la Declaracisn de 1926 no formasia parte del Tratado de 1926 y por tanto la Corte careceria de competencia para entender en la causa. Sus argumentos, sintéticamente expuestos, son los siguientes: Para saber silos instrumentos que acompafian a wn tratado lo inte- gran realmente hay que referirse a la intencién de las Partes: no surge simplemente dei hecho de que hayan sido ratificados en for- ma global, como ovurre en el presente caso. 2Cémo se averigua 18 Ib, p55, UL Excerciéw pRezinavan, Comewranios 35- oul foe) intencién de las Pastes? En primer lugay, hay que atenerse i Jo que Jas mistmas Partes expresaron al reapecta. Act ocurre, por ejemplo, con el articulo 92 de Ja Carta de la O.N.U,. cuando eptablece que el Estatuto de Ja Corte “forma parte inte. arante de esta Carta”. Como en el Tratado de 1926 no existe una cldusula de este toner, se ha sugerido que le verdadera intencién, en lo que ataiie al Reino Unido, podria deducirse de su instrumento de ratifies, cién, Aunque éste ka sido uno de los principales argumentos de Jn Corte, ol presidente MeNair Jo rechaza: “Las pattes formales ae os tratados y de los documentos relativos as elabors: cién [...] contienen muchas expresiones de carécter areaico y puramenté rutinario, y no ereo que sea posible inferir de le expresion) «tratado cuyo texto es, palabra por palabra, como sigue», la|intencién de les partes contratantes de incorparar to- dos los dopumentos que la siguen al tratado’™*, Tanto mas cuanto que la férfnula empleada por el Reino Unido constituye un ritual ancestral due data de por lo menos 600 aiios atrés, Son izos los indicios que deben tenerse en cuenta y que demuostran la tesis contraria. Aunque —como dice “no abe darse demjsiada importancia a la coheréncia del lenguaje™®, ol hecho es que cuando los articulos del Tratado de 1926 se refie- ren a disposiciones del mismo tratado las pelebras empleadas son “el presente Tratado” o “este Tratado”, mientras que cuan. do-la Declaracién a él alude dice: “EI Tratado de Comercio y Navegaciéa entre Grecia y Gran Bretafia del da de hoy”, dando @ entender) por consiguiente que-se trata de una cosa distinte y aparte, En canto @ Ia naturaleza juridica de la Declaracién, sw argumentacion esta dirigida a demostrar que no se trate de one cldusula interpretativa del Tratado de 1926, Al respecto afirma: “La DeclaraciGn es evidentemente un documento eliptico y pare. ce haberse \debido al deseo de ambas partes de evitat que le expiracién del Tzatado de. 1886, entonces inminente, pudiera i Bia 962, Tes 5. 36 Caso Amnarerios afectar en forma adversa a las reclamaciones que se «hasaran> ‘én Gl, asi como al procedimiento arbitral previsto para ellas. No ‘veo emo las disposiciones del Tratado de 1926 hubieran podido perjudicar les reclamaciones chasadas> en el Tratado de 1886 porque, en mi opinién, tales reclamaciones adquirieron una exis- tencia independiente del Tratado cuya violacién las origind. Ni Ja extinoién del Tratado de 1886, ni la entrada en vigencia del de 1926 hubieran podido afectar le supervivencia y Ja validez de les reclemaciones cbasadas» en una violacidn del Tratado de 1886 que ya hubieran ocmmrido, En.otras palabras, considero que le primera frase de la Declarcién fue, aunque prudente, innecesaria, y se inserté ex abundanti,cautela, Por otra parte, la segunda frase dé la Declaracién, vale decir, In frase que se xeficre al procedimiento arbitral, fue necesaria para preservar dicho procedimiento, porque de otra forma habria caducado al extinguinee el Tratado de 1886, Lo que hizo que la primere frase de la Declarncién fuera prudent, y nevesavia la segunda, no fue el Tratado de 1926 sino Ja extincidn inminente del Tratado de 1886, que tavo efecto el 28 de julio de 1926, debido a su denun- cia por el Gobierno helénico. La Declaracién no toca o concieae a nada que esté contenido en el Tratado de 1926 sino que regula ‘algo que le es extemno y colateral™, Como argumentos adicionales, desde este punto de vista, tenemos: 1) El hecho de que el Tratado tenga un lapso de vi ia establecido (tres afios) de forma tal que si la Declaracién fuera realmente una cléusule del Tratado hubiera podido cadu- -ear, junto con él a los txes aiios: “Habria sido muy inconveniente y contrario a las intenciones de las Partes que el provedimiento arbitral mantenido expresamente por la Declaracién se extin- guiera al mismo tiempo que el Tratado dé 1926”". 2) El hecho de que las Partes hayan establecido dos pro- ‘cedimientos distintos para la solucién de conflictos, uno en el “‘Tratado y otro en In Declaracién: “La Declaracién contiene su propio mecanismo para la solucién de conflictos entre los dos gobiernos respecto de reclamaciones que surjan en virtud del $0 Tp wD | Broerciéw rmeuicivan, Contswrantos 37 Tratado de 1886, esto es, el procedimienio arbitral previsto por el Protocole |del 10 de noviembre de 1886 anexo a aquél, El hecho de qué las Partes mantuvieran este mecanismo especial are aplicar h las mencionadas reclamaciones hace muy dificil creer que el mecanismo general del artienlo 29 del Tratadé dé 1926 estuvo destinado a aplicarse a controversias relativas a reclamacioned de ese tipo”, 8) Delimagistrado Jules Basdevant. El eminente internacio- lista francés se ocupa también de Ja cuestién crucial, que es le de determinar sia Declaracién es parte integrante del Tratado de 1926. Pata ello hay que xemitirse, como es natural, a la inten. cién de las|Partes, Solo que para averiguay cuél fae hay que efectuar und distincién, que jugamos bastante acevtada, aunque para Hudson| podria tener “‘canscouencias trascendenies y sun perhurbadoras!"®, Para Basdevant hay que distinguir entre “la sustancia inisina del acuerdo internacional”, quo esti dada por Ja redaecién; y la firma, en cuanto “enuncia Ja voluntad de Nes Estados contratantes” y la ratificacion, en cuanto “la voluntad asf expresada se confirma por Ja autoridad competente con mixas a davle fuerzd jusidica’™, y “las operaciones materiales de os- critura, imprebisn, notificacién de una parte a la otra, ete.; ope- raciones qué no contribuyen a la formacién de la voluntad de los Estados dontratantes, Lo que generalmente ocurre es que quienes tienen competencia para formar, expresar o confirmar ésta voluntad no participan en esas opesaciones materiales; éstas revisten por'lo general formas que provinen de la tradicién, soguidas escrupulosamente y, por tanto, ciegamente, por les fun- cionarios onéazgados de esta tarea material”, La consecuencia es que “no jpodria atribnirse a los detalles de forma que se supexponen dsi a la operacién juridica de eonclusién det tratado tuna influencja decisiva cuando se trata de determinar, en caso aoa “The dete fla of taco Lae osama! Coa, 9 Recueil 932, p69, #1, pe. BF y 70, 38 Caso Ampantaros de duda; ei sentido real del acnerdé logrado, el cardcter que Ine Partes entendieron dar al acuerdo que concluyeron”™. Por lo tanto, hay que atenerse fundamentalmente @ lo mani- estado por quienes “tienen como misién expresar la voluntad de los Eetados™, Y en este sentide es de particular importancia que “hayan proferido emplear en el articulo 29 In expresion Gcléusulas del presente Tratado> y no una expresidn mds am- plia; dar al acuerdo relativo a las reclamaciones basades en ol Fyatado de 1886 la forma de una disposicidn distints y no 1a de aun articulo del Tratalo de 1926; titularlo Declaracién y no “Articulo Adicional; que eteyeron eonveniente signarlo aparte del Tratedo y ao mencionerlo en él, a diferencia de lo que oourre ton la lisa aduanera aneza, Del examen de todos estos elemen- tor —si se efectia con el propétito de destacar Jo que natural- qaente heefa apareeer la iniencién le los tinioos que tendrfan valved para enunciar le volustad de sus gobiernos respectivos, tin dejazse influir por lo que es exierior a la formacién de esta ‘yoluntad-— surge que la Deck a tado y no una de sus cldusulas o disposiciones : También se Loge a ota conclusiin, segiin Basdovant, si se 1 fondo de lo con eon at props de determine Sy a pesar de su precentacién separada, la Declaracién no cons- aaa suerte de dinposicin somplementaria del Tratado @ Ts que hubiera convenido la denominacién act Astioalo Adicional i ‘Al respecto concuerda con MeNair y afirma: “Le Declaracién “ty 1986, considerada con relacidn al fondo, no constituye un sto explieativa del Tratado de 1926, sito un acuerdo que regle aor festo de In caducidnd del Tratado de 1886; eaducidad que vei serulta de Ta denuacia de que fue objeto. Desde el punto Se vista del fondo, todavia con mayor claridad que formelmente, Ja Declaracién es distinta del Tratado: No se Ia puede considerar ‘como, ni aun se Te puede asimilar, a una clansula del Tratado, jaracién es un acto distinto del Trax Tam) considera el BI, p10. 8 Th, pe 1. 84 Th pe 70 y Th I I Excerciéw prenumtnan. Comenranios 39 Por consiguiente, la cléusula jurisdiccional inserta en el articulo 29 del Tretddo no es de aplicacién a ella”, ¢ ¥) Del magistrado N. Zoricic. Para saber si ana Declaracién forma pastelono de un tratado bay que referirse —a falta de reglas al rospecto— a las circunstancias de cada caso en pat ticular, “Estas circunstaneias pueden comprender ciertos ele- mentos de forma, pero lo que tiene mayor importancia es el contenido dé la declaracién en ewestién”®*, Para Zpricic Jos elementos de forma no son coneluyentes “Lo que verdaderamente importa son los términos del texto & interpretar def como la intencién de les Partes y los fines a que debe servir el texto”™, Del andlisis de los términos empleados, de Ja intencién de Jas Partes y'los “fines” concluye que la. Declaracién, “lejos de constitatr una reserva al Tratado de 1926 [...] es una reserva 8 la expiracién del Tratado de 1886, 0, en ottos términos, une. prérroga pareial del Tratado de 1886, en cuanto mantiene las reclamaciones fundadas en el Tratado de 1886, asi como el axbi- traje previsto para su solucién’™*, En esto coincide con las opi- niones anteriores de McNair y Basdevant, pero agrega argumen- tos adicionales. En primer lugar, el hecho de que por nota del 6 do agosto de 1940 el Gobierno helénico manifestara que “Ia comisién arbitral es Ja inice autoridad competente en la ma- teria’”®®, Luego hace referencia al problema de la doble jurisdio- cidn (la de Ja Corto Intemacional y la de la comisién arbitral). Dice al respboto: “En vano se trataria’de encontrar una delimi- tacién entre la competencia de la Corte y la de las comisiones de arbitraje proyistas on la Declavacién, en el sentido de que la Corte seria competente adlo para decidir si las Partes estin © no obli= gedas a recurtir al’ arbitraje de 1886, en tanto que las comisio- nes arbitrales tendrfan entonces competencia para resolver las coutroversias| relativas a la validez de las reclamaciones funda- das en el Tiatado de 1886, Tal delimitacién de competencias ® ep D Ih pe pares ® p wf To “e 40 Caso Aumartetos ‘no encuentra fundamerito ri en él articulo 29 ni en la Declar cidn, puesto que ambas prevén la competencia sin ninguna calif cacién, O bien la Corte es competente para interpretar y aplicar In Declaracién 0 bien no lo es. Si lo es,-no puede limitarse « ejercer solamente una parte de su competencia y quedarse alli. Pox el contrario, por lo menos la Corte deberia decidir si se e- avon las condiciones de la Declaracién —lo que es une cuestién de fondo—, vale decir, si en particular 1a reclamacién se formu- 16 y presenté conforme a la Declaracién; si el Gobierno heléni- co no esté inhibido de presentarla en ‘razén de su demora en hacerlo (cuestién que por lo dems el fallo ha decidide); si se trata de una reclamacién que se funda en el Tratado de 1886, y asi sucesivamente”®, Por su parte, las comisiones de axbitraje po deben cefiirse a pronunciarse respecto de la validex de las reclamaciones, ‘‘por e] contratio, todo examen de Jes condiciones de aplicabilidad de la Declaracién pertenece @ la competencia exclusiva de las comisiones de arbitraje previstas en el Protocolo de 1886 [...]. Se sigue de ello qne toda actividad de la Corte yelativa a la Declaracién y fundada en el articulo 29 del Trata- do de 1926 deberie conducit necesatiamente a una sperposi- cin y confusién entre Ia competencia de’ la Corte y la de las comaisiones de arbitraje previstas en’ la: Declaracién; confusién extraordimaria que, en mi opinidn, las Partes ciertamente no habrian querido crear”™. 3) Del magistrado H, Klaestad. Si bien, por Jas xazones de forma y de fondo ya apuntadaa en las'opiniones anteriores con Jas que este ragistrado concuerda, hay que concluir que la-De- ‘laracién no Zorma parte del Tratado de 1926, aun plantedndose le Bipétesis contraria es posible deducit que tampoco cabria. 1a jurisdiccién de la Corte, Segin Klaestad, le cléusule arbitral provista en la Declaracién es una clausuila especial y “com arre- glo a los principios generales dé interpretaci6a, prevalece sobre Ja oléusula general de athitraje”™. Pero este magistrado prosigue su interesante estudio hipo- 0 Th, ay 79. Tbs pe 1 Caray EXcEPCi6w PRELTMAWAR, Coameivranios aL téiico y Supowiéedhora que el articulo 29:pudiera aplicarse a la Declaracién yjque la Coxte taviera jurisdiceién para interpretar y aplicar esta Declaraciéa y decidir si el Gobiemo del Reino Unido esié obligado a someter esta dispute a la comisién arbi- tral. Pero entonpes se establecerfa una dualidad de jurisdiceién. “Existrfan pate una misma controversia dos formas diferen- tes de arbitraje, Las cuestiones relativas a la inteypretacién o aplicacién de la, Declarucién y a una parte del Protocolo de 1886, inclusive la ehestién de Ia competencia de Ia comisién sxbitral, deberia referinge « la Corte, mientras que otras cuestiones que surgieran de la|misma disputa, inclusive la apreciacién del fon- do, deberian someterse a la comisién de arbituaje. Asi, por ejem- plo, una controversia que se refiriera a Ja valider de una recla- macién deberia plantearse ante esta comisidn, como Jo establece expresemente!le Declaracién; pero Ja ewestién de si le diferen- cia se refiere ch realided a la valides de a reclamacién, deheria planiearse ante la Corte, siendo que se trata de una condicién pera la sumisién al axbitraje e involuera una interpretactén © aplicacidn de/la Declaracién™. Debe descattarse que las Partes heyan querido tal situacién. Y ello por dog motives fundamenteles: a) por el earéeter axti- ficial, complicado, insélito, de 1a misma situacién y el dezroche de tiempo que|signifiea; 5) porque segin un principio recon cido de dere¢hp internacional un tribunal internacional tiene In atribucién de determinar su propia competencia, Por consiguien- te, perienecetia a la misma comisién arbitral decidir si es com- ‘petente para pritender en una controversia que le fuera sometida, Slo podiia denegee 4 le comisién ol ejercicio de dich com- ‘petencia en bese @ uma disposicién clara y expresa al respecto, Pero ni el artjculo 29 del Tratado de 1926 ni la Declaracién contienen tal| disposicién limitativa. Resulta diffeil suponer que Yas artes, rpérced « las disposiciones del drticulo 29, hayan quetido con{etir también a la Corte Permanente de Justicia Internacional competencia part decidir si una cohtroversia per~ tenece a la ¢dmpetencia de la comisién arbitral, exponiéndose eb a Bl covorysodeyp se] Sepoy ¥ seatiefax supszaAozitog © world sv Sonwvanartog “WKIAYEENE NOrDAIOXE j | “opm, 1 EPP | as ° | opep ‘eon esseiapreuoo oqop 6% OMOAIE Top TENGE ws Engpp vf onb oxoey ua ‘vemnderp op voyyoadeo aveye wun eroqfos ‘as sub oysond ‘qeroodsa wprsnyfo run asreapretoo vyreqoP Up! “exvppoq] vy wo visesUT ofenicue ap epDSUETD ¥f “9OT P OPHPL pp aired wreuuioy uorere[seq vy enbune ‘onb esopysto> oven to peisoyyl opusisyeur [o ttoo wpronoucs ‘onsowrEU tuo owunfuos we opesapisuoo “Jg6T P OPEIBAL [a 6z oTnoHIe PP ajquuozes vomeordioyus wun op esteassep vipod wows Canary op onb jouorouurarus zopopad ey wo oitjgsuy we) se jeup oyoturtpooord eI, “Somuarayep sedera sop uso op spavsl ¥ sox “anstp soporpat sop sod wijonsax exany wisronozyuoD pussys X vO ‘wun peprfeos wo s8 anb oj onb uosejsimb somerestuoo sore Sol donb op uqonad vangur oitourmnposcy Let ON “OBBT 4P 019908 “oag Te offoaty uoo aszmmnsuos wpragep onb ofeatque ap Woystez0o 3] P sownsrp ouPAi9 un wo!oewefsox wicsHE w] OP ZOPITPA EL § dytosofax BIBTOAO:IUOD BL zILeFEL Wo BpIAsISIOO on “UgzON|OS vy BP b20y epunfios ef eyswzuett09 “uotoeute|ser wl wpivaje ab owserqoS) yop aoaey wo eyoneor opis eAeq UgTOEUIETPAL HL OP PEPETITENET PL wpHoFor wssr9A0ruOO Bf on zea eu, “OBBT AF OPHEAL PP non soy 2p StmB[e to out 0 weed a6 1S op ‘SepUAtzE suuosrad ap a1quiow Ua OU 0 owuasard os 18 ap ‘uorovurejoos vum OM O aistxa 1 9p woRsano BL eANEqap 8 21207) BI aT “otMBTN{psv0Ad oyqop pp ongosuy sevopre9 yw Prouosayer aoe wenquiea ‘oHor] (9 “gsowsodosd sopusu croiap wred ggg ep opereay, [ep vyouedys vf zeFuojod op pri 2 oam onb opwiedas 40d opzanse un oXmansuo9 worK SPUt +926 weraadzayut Bjnenyjo wun ap BET Bs OU, :OPEL “ony, [op ouede walLo; OU WOFDErRpsOG] ef ‘TeLoUEISHS Of UG ( sspiouiaque souoruido se] x0)03 [2 opednso souiay sou wh soysho sof ap ‘Sowatmndze son vo equocued yourid puny 98 vowapistp meg “ony RSH Cpoustow por (2 + gaSoqsendo SopeL -qnsex w rafoy] uepand sopeunqen sop soy onb op ofsops Te oun sod somavany 0s¥) aw

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