Sie sind auf Seite 1von 10
Aaa, Revista de Filosofia, ° 14, 1997, 17.26 Respuesta a lo extraiio. Rasgos fundamentales de una fenomenologia responsiva Resumen: La fenomenologiaresponsva procede, de una parte, de una experiencia defo exrato, gue en su “ausencla encamnade” se reise a toda apropizcsn, y. e orre, de un responder, que no se limita a Werar simplemente laguna de saber, sno que écepa Is pre- tensiones y oltecimientos exafcs, Preiension Gene ‘agueldcbe sentido de liamamient yexigenia, Dado {ue el responder cancieme. no so al habla, sno tam- bign ala acid ya la conduct sensorial a responsi- dad posee ua alcance semejant aa intencionalidad y laregularidad con las que entra en eompeteneia, Una “apropiads loyica del respuesta comprende omencos tales como la singulrida del acontever dela respues- ‘a, [a inludibldad del tener-que-responer, ls poste- orided (oprér-coup) de la respuesta y In aimetna enue pretensia y sespuesia Palabras clave: pretnsin, responder, aftcién ai- BERNHARD WALDENFELS” Résumé: Une phénoménologie dite “responsive prend son départ dune part de \enpérience de Pérranger qu par suite de son ‘absence en chaic et ‘en os resist toute sorte de appropriation, d'autre prt d'une maniére de répondre qui ne se borne pas 3 donner des informations exigées mais qui accbde aux appels ou demandes de l'autre, Parce qu'on peut répondre non seulement par la parole mais aussi par des actions et par des gests corporels la “responcvitéest coextensive & Vincentionnalité et ls réglarté qu'elle concurrence. Une logique de la teponse comprehend des moments divers comme Ja singolarté de Vappel Vngvitabilté et apres coup de la réponse et V'asymmétric entre appel et reponse Mots clés: Appel/demandelrevendication, afection, asymm, range, réponse, ‘responsive metia,extafieza.esponsividad. * Direceién para correspondencia:Ruly-Universitt Bochum, tnsitut fir Philosophie, Universitas. 130, Geboude GA 3136, D-4878 Bochum (Alemania) [N. de! T.: Aforumadamente, Bembard Waldenfels ao es ya on desconocio cen el bilo de Is Filosofia en lengus espacla: ha impardo conferencis y patcipado en congress em Amética Lina y Espata, y empieza a aparecer también uadveciones al castellano de algunos de sus abaloe, La conerencia ‘que aqui waducimos, pronunciada en Japéa en fechas recientes, constiuye una buena inoduseién alos motives fandamentales dl pensamicnto de Waldenfes, en el contexto de las diversas corintesactuales de a filosois. Si 'A. Weller ha reratado certeramente a Theodor W. Adomo como «abogado de lo no-déntico>, bien se podria ‘preeentar tambign a Waldefels como vn abogado de lo extrafo y deensor de una rsionlidadresponsiva, que 32 ‘oracerza precisamente poe erginarse en Ia ineludiblenacesidad de responder a la pretension de Io estan. La ‘preocupaciéa de Waldenels por los problemas del dslogo posriamos remontala incluso as primera publicacisn, sobre «el preguntsr socritico» (1961); pero foe en so memoria de cftedra (Zwischenreich des Dialogs Sozialphenomenciogsche Untersuchungen in Anshly an E, Huser, \9T1) done ocyps por extenso dees arino Intermedio de dislogon exe sent» en el qne peters yrspeta tienen su orgen. En 1980, con Der Spietraum des ‘Verhaens, una ecopilacién de trabajos con titulo de resonancias merle pontyanas, Waldenelspropugnaba sit al ‘pensamiento en cel tone de juzgo dea conduc», como lugar de encuentro necesario entre diferentes tondaneies coments de invesigaién en las ciencias huranasy la fenomenologa. afin de evtar viejo y muevos dualsmos Puss, a fenomenologia que Wallenfels leva décadasejercendo es un pensamiznto que sigue inpicandoseen Huss ‘ero que entonca, sobre todo, con ls aportacions de sus isipulefranceses, prncipmente M, Merleau-Ponty’y Levinas, y eon la obra de auiores como MI, Foucault y J. Dera, als que Waldetelsentende coma on ret &. Io fenomenologia «pensar sus propos linites. En 1985, una nueva ecopilacin de trabajos (Un den Netzen der Labenswet) ‘nos perm revorrer las Iaberinicasoredes» de un mundo de la Vide concebido de forma ineductbernete purl Pero los rasgoe de la racionalidad responsiva no comenzarian a ditujase con mayor carded hasta Ordnung im 18 Berard Waldenfels El responder del que se hablard a continuacién no alude simplemente a una manera particular en {que podemos comportamos unos frente otros; se refiere, més bien, al auténtico modo en que nos ‘encontramos con lo extrafio como extrafio, Extrafteza y respuesta se corresponden, en efecto, de tal manera que lo extraito nos desafia en la medida en que rehye nuestro acceso y excede incluso la comprensidn, La pretensi6n extrafia a 1a que respondemos y el acontecer mismo de la respuesta no forman una correlacién como sentido e intenciGn, como néema y néesis en Husserl; no son superados en una unidad o totalidad. Una fenomenologia que parte del hecho de que, por més que intentemos hacerle justicia, siempre estamos de alguna manera en denda con lo extrafo, se convier- te en una fenomenologia responsiva’, que va més allé, tanto de una fenomenologia de la intencio- nalidad como de una hermenéutica de los textos. En cuanto a lo extrafio, es evidente que, como parte contraria de lo propio, pertenece a los problemas més actuales del mundo de la vida moderno, postmoderno o hipermodemo, Sin embar- ‘g0, no deberfa hablarse en seguida de una moda. Ni basta tampoco con que lo incluyamos simple- mente entre los problemas de politica de extranjerfa que se originan con la apertura de las fronteras nacionales de los paises y 1a mezcla de formas culturales de vide. Lo extrafio no es un mero sintoma de una creciente multi— ¢ interculturaidad. Los fenomenslogos pueden sefalar que desde hace mucho tiempo, desde Husserl, Scheler, Heidegger y Schiitz hasta Sartre, Merleau-Ponty, Levinas y Derrida, la experiencia de lo extrafio forma parte de los temas fundamentales del pensamiento fenomenolégico. Palabras como «interculturalidad>, «intersubjetividad» e «interaccin» seguirén siendo palabras vacfas, mientras el «inter», el «entre», no sea pensado expresamente y mientras no se avance hacia una esfera intermedia, que es contraria a todos los centramientos. Cuando el fenomendlogo y psiquiatra japonés Bin Kimura pone en conexién este «entre» con el japonés «kin', se muestra entonces que el mencionado «entre» adquiere incluso una coloraci6n intercultural. El camino de Oeste a Este y el camino de Este a Oeste no son uno ni el mismo camino que recorriésemos en distinta direccidn, como piensan algunos planificadores de la cultura mundial Por tiltimo, una palabra sobre el motivo de lo extrafio en e] pensamiento occidental. No es de niingsin modo cierto que este motivo de lo extrafo forme parte del contingente fundamental de la filosofia occidental: lo extrafio no entra en el niicleo del pensamiento, hasta el siglo XIX como planteamiento, y en mayor medida hasta el siglo XX. El hecho de que lo extraiio tan s6lo poco a ‘poco rebase el umbral de la problematizacién se explica por una mutacién dentro del pensamiento “Zwielc (V980), done se os desafaba a descubee et wnden en la medial» ya epensar el concept fundamental de ‘orden en el umbral enue su presencia y su asencia. Los trabajos preparataio de esta cba. eflexiones Sobel suet, la ‘experiencia, logo y Ia cei, epareen en Der Stachel des Fremden (1990, bajo el motivo comin de haber surico ‘espoleadas po y que balbucean cosas incomprensibles. Esta consideracién en blanco y negro ‘no empezé hasta la Grecia del siglo V y no se la puede pensar sin una determinada monopolizacin del «logos». El secular blindaje de la cultura japonesa contra las influencias extraias es va harina de tro costal. No existe «lo extrafion, sino que hay estilos de extrafieza, Como diria Husserl, la extrafieza se determina ocasionalmente, en relacién a un correspondiente aqui y ahora. Un «extraiio en general» no situado se parecerfa a una «izquierda en generabv: un pensamiento monstruoso que confunde determinaciones de lugar con determinaciones conceptual. El lugar de lo extrafio se muestra, ademas, como lugar de un tipo especial. que no se deja inscribir en una red de lugares en la que nos movemos libremente, puesto que s6lo se lo puede alcanzar traspasando un umbral; por lo tanto, no es en absoluto alcanzabie totalmente. Conforme a ello se afirma en Husserl que el ser de lo extrafio consiste en una «accesibilidad verificable de lo originalmente inaccesible» (Husserliana I, p. 144). En esta determinacién paradéjica es decisivo que lo extrafio no sea determinado, como a menudo es usual entre los hermenéuticos, como carencia, como déficit, como si se tratara solamente de que algo todavia no 0 ya no nos €& conocido, aunque por sf mismo y en sf mismo seria cognoscible. De la extraiieza como tal forman parte, més bien, la ausencia, la iejania y Ia inaccesibilidad, como sucede con el pasado, que no es concebible sino en sus consecuencias 0 en el recuerdo. Lo extrafio no se encuentra en otra parte, se determina a si mismo como en otra parte, como atopia, al igual que Sdcrates aparece en Plat6n como atopos, como sin-lugar. Extraieza significa que algo 0 alguien nunca esta completamente en su sitio Esta extrafieza no empieza fuera de mf mismo, empieza en nosotros mismos en forma de una extraneza intrasubjetiva, asi come intracultural. No solamente hay otro, un segundo yo, un alter ego; mids bien, vale la frase de Rimbaud , Husserl, de un ehecho absoluto», Sarre, de una enécessité de fain». La pretensién extrafia se asemeja, en esta su radicalidad, a instancias tradicionales como la aspiraciGn a la felicidad, el instinto de conservacién, el imperativo categérico y Ia libertad, que, si se dan, ninguna depende de nuestra eleccin, y todas se sustraen a una prueba de legitimidad. Segtin la concepcién de Platén, no esté en nuestro poder aspirar a la felicidad, igual que para Kant no depende de nuestro arbitrio e] que atendamos 0 no a la ley moral. Esto, de lo que parte y ha partido ya siempre nuestro hablar y decir, no se deja observar, juzgar y realizar como algo que se encuentre ante nuestros ojos o en rnuestras manos, aflora Gnicamente en la medida en que decimos y hacemos algo. Es remitido a una forma indirecta de hablar y de comunicar, que permanece ligada al silencio. Esto vale también para el torbellino con que nos atrae lo extrafio y, en especial, una cultura exirafia. Ciertamente que, tan pronto como se alcanza el nivel de un «didlogo intercultural», entre las culturas tienen lugar también procesos de aprendizaje; pero un torbellino es tan dificil de dominar como el asombro 0 1a locura del amor. Con inquietudes de este tipo, tan s6lo se puede o aventurarse 0 rebuirlas. Los avontecimientos singulares no s6lo se presentan con una pretensién ineludible, sino también con una irrecuperable posterioridad (Nachtriiglichkeit)" que socava el primado de un presente originario. El presente no €s una nada, como piensan algunos postmodemnos que to volatilizan todo; pero tampoco se contenta consigo mismo. El responder sucede aqui y ahora, pero empieza en otra parte. La posterioridad lleva, segtin Derrida, a que lo originario aparezca s6lo esustitutoriamente>, ‘a saber, apoyado en suplementos que acarrean wna cadena interminable de «repeticiones origina rigs», Esta misma posterioridad remite a aquellos sucesos traumaticos que, seguin Freud, s6lo son comprensibles en sus repercusiones. Si se quisiera hablar aqui de distorsién comunicativa, se le uitaria importancia al asunto; se pasaria por alto, de ese modo, que la organizacién de un campo ccomunicativo no tiene lugar por la via de acuerdos comunicativos, al igual que la constitucién de wn pais no es implantada ella misma por un acto constitucional, ni su cumplimiento tiene entrada é1 mismo en los parégrafos de la constitucién. La fundacién de un orden es un acontecimiento que no €$ parte del orden que ella posibilita. En este sentido, cada nacimiento, en el que se inaugura un nuevo mundo, tiene rasgos de un renacimiento, puesto que sdlo es comprensible con posterioridad, Libertad significa, en este sentido, no la capacidad de comenzar simplemente en uno mismo, sino cn otra parte. Quien ctee poder comenzar en sf mismo, rept Gnicamente lo que ya es, de modo 9 La frase wes necesario que q> se dee traducir con ayuda del operador de posibilidad M come «no M (no @)v. 10 (N det F. : Ege trio de cuto psicoamaiicn, que aparece ya ene] Proyecto de una paicologia para neurilogos. se deriva del adjeivo y adverbio aachraglich, empleado también con frecuencia por Freud y que posse un doble significa: s refere. tanto a algo posterior, que viene despues 0 més tarde, como a algo complement, suplemen- tao o adicional. Ninguna ce las psibles versiones castelans del témino eeiterecoger a la ver ambos matices de sinniicado. En francés, se ha waducido Nachndglchia: por la expresién «aps-coup» (xa destieripos), adopieda incluso por psicoanalistas 6 otros émbitos idiomsicos, y que aparece ambign en Derrida (fr. «Freud y In escena dela cescriturae en La eseriuray a diferencia), en elacin con el concept de un esuplemeto onginario»] 26 Bernhard Waldafels que, precisamente, no comienza. Respuesta significa la renuncia a una primera —y con ello a una ‘iltima— palabra. Con el aplazamiento de pretensin y respuesta va de la mano una asimetria insuperable, que esequilibra irresistiblomente el dislogo tradicional, encaminado a objetivos comunes u orientado segiin reglas comunes; asimetria que deja atris también a exigencias de igualdad como la de la regla de oro. Como muestra Levinas, la asimetria no se debe a que, en un didlogo establecido, los papeles estén desigualmente repartidos, sino a que pretensiGn y respuesta no convergen hacia algo ‘comin, Entre pregunta y respuesta no se da un consenso, como tampoco se da entre rucgo y satisfaccién. Chocan entre sf una con otra, como dos miradas que se cruzan. Slo cvando propio y ‘extrafio son contemplados a la Iuz de un tercero que hace equiparaciones y, en caso de conflicto, procura un equilitrio, eaen el aceptar una pretensidn extraia y el obsequio de una respuesta en la Grbita de un toma y daca recfproco. Bl punto de vista de un iercero que posiblita el derecho y la justicia es, de alguna manera, indispensable. En la medida en que en el habla y la accion estan ya siempre en juego formas repetibles, reglas generales y leyes, estf también en juego un tercero, © algo tercero, Pero, en la medida en que la pretensidn extrafia es sometida a una ley general y es equiparada, de esta manera, a lo que no es igual, la justicia contiene siempre un momento de injusticia. El intento de producir una simetrfa definitiva entre propio y extrafio ¢ igualar a ambos el ‘uno al otro, se asemejarfa, al fin y al cabo, al intento de equlibrar presente y pasado, vigilia y sueto ‘0 vida y muerte, como si se pudiera cruzar a volunted en ambas direcciones el umbral que separa tuna cosa de otra, Lo extraio no permite eso; se parece a ocurrencias que nos vienen, cbsesiones que ‘nos agobian, 0 suetios de los que nunca despertamos del todo; proviene de un irrevocable en otro tiempo y en otra parte Si alejamos de este modo el responder, del sentido dado y de las reglas establecidas, debemos, cn efecto, éistinguir entonces entre un responder fundamentalmente repetitivo 0 reproductivo y ot fundamentalmente innovador 0 productivo. Para el responder ordinario y normal, vale el tener un sentido y seguir determinadas reglas; pero no vale lo mismo para un responder a pretensiones insospechadas, que rompe un orden existente y cambia también las condiciones de la comprensién y del acuerdo, Alls donde el orden de las cosas se tamtalea, se abre un hiato entre provocacién extrafa y produccién propia. Tropezamos aquf con la paradoja de una respuesta creativa, semejante a la paradoja de una expresi6n creativa en Merleau-Ponty". La pretensién no pertenece a un orden en el que el responder esté encuadrado 0 al que esté sujeto; més bien, la pretensicn se convierte en pretensién s6lo en la respuesta que ella provoca y a la que ella precede irrecuperablemente. El responder camina, por consiguiente, sobre un estrecho filo, que separa la mera servidumbre y a condescendencia, del capricho y de Ia arbitrariedad, Quien aguarda respuestas acabadas no tiene nada que decir, porque todo esté ya dicho. Quien, a la inversa, habla sin responder, tampoco tiene nada que decir, puesto que para no hay nada que decir. Inventamos To que respondemos, pero no quello a lo que respondemos y que le da peso a nuestro hablar y actuar. Kyoto, abril, 1996 [Traduccién del aleméin, de José Marfa Mufioz Terrén") LL Chr «Das Paradox des Ausdrucks», en Deutsch-Frangische Gedankengiinge, | 12 Direceién para correspondencia: Usiversiad de Almeria, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Eaveocié. ‘Area de Filosofia; E-04120 La Cafaca de San Urbano (Almeria) Espa. Agradezco al profesor Waldenfels Que haya tenido fa amabilidad de rvisar la taduecén y supese algunas modiicacions.

Das könnte Ihnen auch gefallen