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Las normas y los límites no son un medio para controlar a los niños o

conseguir que éstos obedezcan a los adultos, sino un método que les ayuda
a integrarse en la sociedad.

Si queremos que los niños exhiban determinados comportamientos,


relacionados sobre todo con los hábitos cotidianos de convivencia o con
tareas a las cuales no pueden negarse (recoger los juguetes, el baño
diario...), es importante que les trasmitamos lo que tienen que hacer, cómo
hacerlo y qué consecuencias acarrea hacerlo o dejar de hacerlo.

A los niños les gustan los límites, hacen que se sientan seguros. Pero
también intentan ponerlos a prueba para ver si estamos hablando en serio.
Cuando los niños fuerzan los límites es importante que padres y profesores
nos mantengamos firmes y no cedamos a todo tipo de chantajes afectivos.

Los límites no son sinónimo de castigo sino de enseñanza, marcan lo que se


espera de nosotros y así nos es más fácil agradar a los demás con nuestro
comportamiento.

Además, ayudan a los niños a asumir el control de su comportamiento y a


ser responsables de sus acciones (no olvidemos, que la resposabilidad se
aprende). Por tanto, podemos estar seguros de que los niños de todas las
edades deciden cómo se comportan y ajustan su comportamiento en
función de las respuestas que reciben o de las consecuencias de sus actos.

Para los niños, uno de los principales motivadores de conducta es la


atención. De este modo, si les prestamos atención cuando realizan una
determinada conducta, ésta tenderá a repetirse. Pero cuidado, cuando se
pelean entre ellos y les regañamos también estamos prestándoles atención
y, en este caso, no nos gustaría que volviera a repetirse la conducta que,
inconscientemente, acabamos de premiar. Por ello, es importante que
prestemos atención a las conductas que deseamos se repitan y se la
retiremos a las que no sean de nuestro agrado.

NORMAS Y LIMITES

- Dan seguridad, pues nos marcan hasta dónde podemos llegar.

- Nos muestran conductas socialmente admitidas, aprendiendo a diferenciar


así las que no lo son.
- Marcan lo que se espera de nosotros y, así, nos es más fácil agradar a los
demás con nuestro comportamiento.

- Ayudan a los niños a controlar progresivamente su comportamiento,


favoreciendo su proceso de socialización.

- El niño tiene que tener claro aquello que puede hacer y lo que no, de modo
que hay que poner límites.

- Deben ser cuidadosamente seleccionadas, deben ser necesarias y claras,


razonables y fáciles de cumplir.

- Algunas pueden ser compartidas (negociadas) y no impuestas. Es


importante explicar la norma y el porqué.

- Otras deben son necesariamente impuestas (es muy difícil llegar a un


acuerdo sobre a qué hora se han de acostar, cuántas golosinas se pueden
comer...).

- Es necesario repetir periódicamente las normas, los límites y las


consecuencias de no cumplirlas o saltárselas.

- Debemos aplicar dichas consecuencias, previamente acordadas, evitando


las reprimendas e ignorando las protestas (rabietas) en los casos de
quebranto de las normas.

La Importancia de la Rutina Diaria y de los Límites

Los niños que crecen sin una rutina diaria o sin límites están
constantemente buscando y probando hasta donde pueden llegar
especialmente si están haciendo algo que les gusta. También se resisten a
asumir sus responsabilidades como recoger sus juguetes, hacer las tareas,
etc.

Madres y padres tienen que invertir mucha energía en lograr que estos
niños obedezcan y cumplan con sus responsabilidades. Les hablan, les
gritan, los regañan...y, a menudo, terminan por castigarlos. Y todos
terminan exhaustos: los niños por estar retando a los padres, y los padres
por tratar de que los niños los obedezcan.

"La rutina diaria es para los niños lo que las paredes son para una casa, les
da fronteras, da un sentido de orden a su vida."

Los límites le indican al niño que toda actividad tiene una duración. Como la
palabra denota: "puedes, hasta acá - pero más allá, NO."

Ejemplos de límites:

Puedes jugar afuera hasta la cena

Puedes ver televisión de las 4 a las 6 de la tarde


A las 7:30 de la noche tienes que acostarte

La rutina diaria se va estableciendo a los pocos días de nace. Más adelante,


poco a poco, se van introduciendo algunos límites.

Hay dos grupos de mamás que me preocupan porqué ambos grupos tienen
dificultades con el empleo de los límites y el establecimiento de una rutina
diaria. Estas mamás son:

Las que creen que decirle un NO a sus hijos los daña o que el estructurar el
día de sus hijos, los oprime.

Las que no saben cuando emplear un NO oportunamente o mantener una


rutina, porqué están tan agobiadas por el trabajo fuera de casa y dentro de
la casa, y no se dan a basto con todo lo que tienen que hacer.

Sin embargo, los dos grupos de mamás quieren lo mejor para sus hijos. Las
primeras suelen leer mucho, les gusta estar informadas y dicen que pueden
criar a sus hijos sin restricciones para así no coartar su creatividad y
espontaneidad. Estas madres deben saber que a medida que sus hijos
crecen van a pasar trabajo adaptándose a una realidad exterior conformada
por varias normas y límites. Y que un poco de rutina diaria y límites no
dañan, al contrario, todo niño necesita límites, éstos le dan al niño
seguridad.

A las mamás del segundo grupo: tienen que esforzarse en introducir una
rutina y ciertos límites en la vida de sus hijos y mantener dicha rutina y
límites, para así aliviar la tensión en la familia y para que sus hijos mejoren
su rendimiento en la escuela.

Pueden establecer la rutina diaria y ciertos límites a través de la "Reunión


Familiar". Escuchen a sus hijos, busquen sus opiniones y su cooperación,
hágalos participes de las decisiones acerca la rutina diaria y los límites y
tendrán su cooperación y compromiso. ¡NO ES DIFICIL! Y SUS HIJOS SE LO
AGRADECERAN.

Somos padres y educamos a nuestros hijos. El educarlos significa que


internalicen ciertas normas, las cuales van a ayudar a que nuestros hijos se
conviertan en un seres sociales, útiles y productivos y que la familia a la
cual pertenecen funcione bien.

Como siempre, hay distintas maneras para lograr esto. Una manera es
buscar la cooperación de nuestros hijos, hacerlos sentir que son parte de un
grupo que los quiere, la familia; que los valoramos como personas; y que
para que la familia este contenta y funcione bien es importante que ellos
cooperen y asuman ciertas responsabilidades.

Otra manera de lograr que ellos cumplan con ciertas tareas es utilizar la
recompensa.
El método de la cooperación y responsabilidad requiere tiempo, paciencia,
interés y esfuerzo por parte de los padres. Requiere que los padres piensen
en su familia como en un equipo.

La recompensa, en cambio, es un método que no implica mucho esfuerzo


por parte de los padres. Los padres fiscalizan y otorgan la recompensa. La
recompensa como el castigo, son instrumentos del sistema autocrático. E,
igual que el castigo, la recompensa es cómoda, práctica, rápida y efectiva
para controlar la conducta de nuestros hijos.

¿Pero qué ocurre cuando premiamos o recompensamos la conducta de


nuestros hijos? Primeramente, nuestros hijos cumplen con la conducta
únicamente para obtener el premio o recompensa prometida. En otras
palabras, estamos acondicionándolos a que actúen "bien" únicamente para
recibir la recompensa. No los estamos educando a comprender e
internalizar el valor de la "buena" conducta. Les estamos enseñando que su
conducta positiva tiene un precio y nosotros estamos dispuestos a pagar por
ella. Con el método de la recompensa la actitud de materialismo crece
monstruosamente.

Es importante aclarar que en el método de la cooperación y responsabilidad


también existe una especie de recompensa. La recompensa en este caso
está en la sonrisa de aceptación de la madre cuando el hijo asume y cumple
con alguna responsabilidad; la mirada orgullosa del padre; el sentirse a la
par con los hermanos mayores; el sentirse como un miembro valioso y
querido de la familia; el sentir que pertenece y que es querido.

CARTAS

Los Hijos de Margarita

Margarita tiene 4 hijos entre los 7 y 11 años. Margarita trabaja medio día, o
sea que, en la tarde, cuando los niños regresan de su escuela, ella está en
la casa. Margarita tiene una bombonera, llena de chocolates de diferentes
marcas. Si los niños han comido bien, ella les reparte chocolate. Al terminar
las tareas de la escuela, ella les da chocolate. Por las mañanas, a los que
han ordenado su cama les da chocolate. Cuando sale al supermercado
siempre anda buscando marcas nuevas de chocolatitos para colocar en la
bombonera. El esposo de Margarita está muy contento con ella y como
funcionan las cosas en su familia.

Como animalitos de laboratorio, los hijos de Margarita trabajan para la


recompensa. Y algunos de Uds. dirán, "Pero si funciona, ¿porqué no?"
Porqué con este método los niños están aprendiendo que cada tarea o
responsabilidad tiene un precio y van a asumir la responsabilidad si hay
retribución. Este método refuerza lo individual y no el sentido de grupo o de
familia. Las responsabilidades se asumen por la recompensa y no porqué el
vivir en familia requiere que cada uno coopere con la familia y asuma sus
responsabilidades.

Los Hijos de Pedro y Adriana

Pedro es hijo único y Adriana proviene de una numerosa familia donde todos
colaboran y se ayudan. Desde novios, cuando hablaban de tener familia,
Adriana y Pedro estaban de acuerdo que querían crear el mismo ambiente
que existía en la familia de Adriana.

Los primeros hijos de Pedro y Adriana fueron Juan y Felipe, con un año de
diferencia. Desde un inicio Pedro y Adriana se tomaron el tiempo de
enseñarles a sus hijos a guardar sus juguetes y luego a ordenar su
habitación. Felipe, el que nació de último, era más lento y un poco más
rebelde. Así que sus padres esperaron que él, a su manera y discutiendo,
cumpliera con sus tareas. Desde el principio, cada vez que cada uno de los
niños cumplía con lo esperado sus padres lo felicitaban, o lo miraban
complacidos. Los niños se sentían tomados en cuenta, estimulados y
deseosos de agradar a sus padres. Y Felipe sabía que sus padres estabn
dispuestos a escucharlo cuando el no estaba de acuerdo con alguna tarea. A
medida que fueron creciendo Pedro y Adriana les explicaron que todos en la
familia tienen cosas que hacer y revisaron cuales eran las tareas de cada
quién. Felipe cumplía con sus responsabilidades pero seguía haciéndolo a su
manera, seguramente para diferenciarse de su hermano mayor. Cuando
Felipe tenía 5 años nació Elena. El criar a Elena resultó tan fácil para Pedro y
Adriana que se reían sorprendidos. Elena se insertó fácilmente en el
ambiente de cooperación, de estimulo y de responsabilidad que ya existía
en la familia. Y Felipe, sorprendió a sus padres al demostrar un gran afecto
por su hermanita y un gran deseo de cuidarla y de jugar con ella

EL CASTIGO

El castigo puede ser corporal (una zurra, una pela, una cachetada, unas
nalgadas, unos correazos) o puede ser la prohibición momentánea de algo
placentero (la televisión, un juego electrónico o jugar afuera). Lo importante
para los que castigan es que el castigo sea algo que le duela al niño.

Hay que admitir que el castigo es un método rápido, seguro y efectivo para
disciplinar a un niño.

Pero reflexionemos en lo siguiente:

El castigo da validez al temor, al dolor, a la intimidación y a la violencia


como métodos aceptables para la resolución de conflictos.

El castigo crea:
sumisión - el niño siente miedo

rebeldía - el niño siente rabia hacia la figura de autoridad por su poder.

El castigo excluye otro tipo de comunicación entre padres e hijos. Como, por
ejemplo, una comunicación que permita una verdadera comprensión de la
situación y ayude al niño a encontrar alternativas

A menudo, través del castigo damos rienda suelta a nuestras propias


frustraciones, las cuales tienen poco que ver con el niño que estamos
castigando; de manera que el castigo resulta mucho más severo de lo que
se merecía la falta cometida por el niño.

Si un niño ha sido castigado frecuentemente es probable que él también


utilice el temor, el dolor, la intimidación o la violencia para controlar a otros.

Hay padres que castigan inmediatamente después del hecho, mientras que
hay algunos que tratan de evitar el castigo y optan por hablarles a sus hijos
y les aconsejan y aconsejan, y hablan y hablan sin mucho resultado y al
final, ya cansados y desesperados, los castigan, y hay otros padres que a
veces castigan y otras veces no, dependiendo de cómo se sientan en ese
momento.

Vale la pena que nos preguntemos: ¿Porqué tenemos que educar a nuestros
hijos utilizando el castigo? ¿Es que así nos criaron y estamos repitiendo
costumbres sin reflexionar mucho en ellas? ¿Será que hay momentos en los
cuales ya no aguantamos a nuestros hijos? ¿O quizás nos agarraron
cansados? ¿O de tantos problemas que tenemos, la desobediencia de los
hijos es uno de los pocos que sí podemos controlar, y lo hacemos a través
del castigo?

Hay castigos que también causan miedo. Preguntémonos ¿porqué queremos


que nuestros hijos sientan miedo? ¿Será que es más fácil controlarlos?
¿Será que cuando ellos sienten miedo nos sentimos poderosos?

Ahora bien, ¿es el castigo nuestra única opción para enseñar a nuestros
hijos a respetar ciertas normas o habrán otras opciones?

Consecuencias

El adulto tiene el rol de educador

El adulto acepta al niño pero no su conducta

Para el adulto esto es un proceso de aprendizaje

El adulto está interesado en la situación y en su resolución

El adulto observa y trata de no implicarse emocionalmente


El adulto es comprensivo

El adulto respeta al niño

El adulto permite que el niño estudie la situación, que escoja y que aprenda.
El deja que el niño decida.

El castigo

El adulto tiene el rol de juez, de policía

El adulto rechaza al niño por "portarse mal"

Para el adulto esto es un proceso acusatorio

El adulto está interesado en retaliación

El adulto está implicado emocionalmente

El adulto está enojado

El adulto empequeñece al niño y lo irrespeta

El adulto decide - el adulto castiga

El método de "las consecuencias"

Promueve en el niño la comprensión de su propia conducta.

Promueve en el niño el entendimiento de que toda acción tiene un resultado


y que hay resultados o consecuencias que son agradables y otras que son
desagradables

Motiva al niño a escoger una conducta socialmente aceptable.

Advertencia:

"Las consecuencias" solo funcionarán si los padres

Están dispuestos a invertir tiempo en un manejo distinto de la disciplina

Están dispuestos a compartir su autoridad con sus hijos

Permiten que sus hijos participen un poco en su propia disciplina

Permiten que sus hijos se responsabilicen por su conducta

Y si existe un respeto mutuo entre padres e hijos.


Veamos algunos ejemplos para entender mejor de que se trata todo esto.

Amelia

Amelia tiene cinco años y va a un pre-escolar de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. Su


madre, Luisa, trabaja por las mañanas en una escuela cerca del pre-escolar.
Todo funciona bien en esta familia, salvo que Amelia tiende a olvidarse su
lonchera con su almuerzo y merienda y la madre entonces tiene que dejar
su trabajo, que, gracias a Dios, es relativamente flexible, para buscarle su
almuerzo.

Amelia es la última hija de Luisa y Luisa está frustrada porqué quiere que
Amelia se encargue y se responsabilice de algunas de sus cosas. Con sus
otros hijos nunca tuvo este problema. Y desde que Luisa regresó a trabajar
y todos tienen que salir al mismo tiempo, las mañanas se han vuelto un
tanto caóticas. Luisa prepara las loncheras y cada niño agarra la suya y se
montan al automóvil. En el corre-corre a Luisa se le olvida a veces de
recordarle a Amelia que recoja su lonchera y Amelia la deja. Luisa ha
hablado con Amelia, le ha dicho lo ocupada que está por la mañana antes
de salir y que ella quiere que Amelia ayude, colabore, encargándose de su
lonchera y de su morral y que le quite esa responsabilidad a Luisa. Pero
Amelia se olvida su lonchera si no se lo recuerdan.

Es evidente que Amelia está usando "la lonchera" para conseguir la


atención de su madre.

Luisa se da cuenta, y no quiere caer en este juego - porqué la atención que


ella le puede dar a Amelia en estos momentos no es de buena calidad,
siente más bien resentimiento hacia Amelia y siente que el problema de la
lonchera es una carga adicional para ella.

Luisa piensa que ya está harta y decide que va a castigar a Amelia


quitándole su programa favorito de TV cada vez que se olvida la lonchera.

Pero en vez del castigo, Luisa tendría que emplear "las consecuencias
lógicas" y luego buscar ocasiones para estar a solas con Amelia y darle la
atención que está pidiendo (quizás leyendo un libro con ella, o haciendo
algo que las dos disfrutan.)

Veamos, entonces......la consecuencia de olvidarse la lonchera es quedarse


sin almuerzo y merienda.
La próxima vez que a Amelia se le olvida su lonchera y llama a su madre al
trabajo, Luisa le dice a la niña que ella no puede buscarle la lonchera, que lo
siente mucho, pero que está muy ocupada. Esto se lo dice sin rabia,
tranquilamente, pero se lo dice con firmeza. Amelia se sorprenderá mucho y
pasará hambre ese día.....

Al recoger a Amelia en el pre-escolar y luego en la casa, Luisa no menciona


ni una palabra acerca de la lonchera, más bien actúa como si no hubiera
pasado nada. Pero Luisa busca un rato en la tarde o al anochecer para estar
a solas con Amelia haciendo algo agradable para ambas.

Al día siguiente Luisa prepara las loncheras para sus hijos como de
costumbre. Amelia tiene que tomar una decisión: Si no toma su lonchera
pasará hambre; en cambio si se la lleva comerá.

Cuando Amelia se lleve la lonchera a su pre-escolar Luisa le puede decir a


Amelia lo contenta que está porqué ella, Amelia, tambien ayuda en la
mañana encargándose de SU lonchera y está colaborando con la familia.

Victor

Victor tiene tres años. Cada vez que se pone los zapatos se los pone al
revés. Su madre se desespera y le dice: “Caramba, Victor, cuando
aprenderás a ponerte los zapatos correctamente?” y procede a sentarlo y a
cambiarle los zapatos. A veces se desespera tanto que le da unas nalgadas.

En este caso la madre trata de corregir una conducta de su hijo y termina


pegándole. Esta es una interacción negativa entre madre e hijo en la cual él
logra la atención de su madre al enfurecerla y ella lo minimiza al decirle lo
torpe que es y al final la madre, impotente y frustrada, lo castiga pegándole.

El caso de Víctor también es un buen caso para utilizar "las consecuencias"


Preguntémonos, ¿cuál sería la consecuencia de usar los zapatos al revés?
Sentir incomodidad en los pies. ¿Y cuál sería la consecuencia de usar los
zapatos correctamente? Andar cómodo.

La madre de Víctor tiene que desinteresarse y olvidarse de los piés de Victor


y de sus zapatos y dejar que Víctor decida por si mismo....(y la verdad es,
que los pies no se le van a dañar si usa los zapatos al revés por unas pocas
veces.)

Víctor se extrañará muchísimo frente a la actitud de la madre. Ya no hay


quien le diga como ponerse los zapatos. Ya el ponerse los zapatos al revés
no enfurece a nadie. Ya nadie se fija en sus zapatos y está libre de decidir si
se quiere sentir cómodo o incómodo.

Ahora bien, en el momento en que Víctor se pone los zapatos


correctamente, la madre tiene que decirle lo bien que se ven sus zapatos.
Esto es sumamente importante.

Esa interacción negativa entre Víctor y su madre y la necesidad de


castigarlo se eliminan cuando la madre deja que Víctor se de cuenta por si
mismo de las consecuencias de usar los zapatos al revés y usarlos
correctamente y lo deja que tome la decisión correcta por si solo.

Carlos

Carlos tiene cuatro años. La casa donde vive tiene un jardincito al frente y
luego está la calle. A Ana, su madre, le gusta que Carlos juegue en el jardín,
pero a Carlos le gusta jugar en la calle. El abre la puertecita que da a la
calle y sale. El padre de Carlos cambió la cerradura de la puerta y ahora
Carlos se trepa y salta a la calle. Ni los regaños, ni los castigos (nalgadas)
surten ningún efecto.

Ana no quiere seguir luchando con Carlos, ragañándolo y castigándolo,


porqué siente que la relación entre ella y Carlos se vuelve tensa y negativa
en esos momentos. Ana decide probar con el método de " las
consecuencias".
¿Cuál sería la consecuencia lógica de jugar en la calle? Que un conductor
descuidado lo atropelle o que él, descuidado, corra frente a un automóvil.
Pero es imposible que a esta corta edad Carlos entienda lo peligroso que es
jugar en la calle. En este caso hay que modificar "la consecuencia".
Veamos....

La madre le pregunta a Carlos si quiere jugar en el jardín, Carlos le dice que


sí y Ana lo saca, pero tan pronto su madre entra a la casa, el niño se trepa
por la puertecita y sale del jardín a la calle. Su madre lo agarra de la mano
pacientemente y sin enojo (esto es muy importante) y le dice: "Puesto que
no tienes ganas de jugar en el jardín, no puedes estar afuera. Cuando estés
dispuesto, avísame."

Tan pronto Carlos exprese su voluntad de quedarse en el jardín, Ana lo saca


y si Carlos sale a la calle, la madre lo mete a la casa y le dice, sin
disgustarse (muy importante), que probarán nuevamente mañana. La
madre no quiere que esto se vuelva un juego para Carlos.

En este caso la madre le quiere hacer entender a Carlos que la


consecuencia de jugar en la calle es quedarse en casa.

Tan pronto acepta decida Carlos quedarse en el jardín. La madre le dice lo


contenta que ella está de que a él le guste jugar en el jardín y que esto la
ayuda mucho porqué ella tiene mucho que hacer .....Ana le explica a Carlos
lo que ella hace mientras él está en el jardín, como, por ejemplo, planchar,
cocinar, coser, revisar el internet, etc.

Fíjense que es la actitud de Ana hace que esto sea un verdadera


consecuencia lógica. Ella está dispuesta a esperar. Ella no siente enojo, ni
se impacienta porqué para ella esto es un proceso de aprendizaje y sabe
que esto toma tiempo.

Advertencia: Deja de ser una consecuencia lógica si la madre, impaciente y


enojada le dice a Carlos, amenazándolo: "Muy bien Carlos, si no te quedas
en el jardín y sales a la calle - te meto a la casa. ¡Eres un niño muy
desobediente!"
¿Y cual es la diferencia entre la consecuencia y la amenaza del castigo en
este caso? Con la consecuencia no hay esa impaciencia, ni ese sentimiento
enojo y de desagrado hacia Carlos, no hay mensajes negativos dirigidos
hacia el niño, que hieren su autoestima, como existen en la amenaza del
castigo.

Disciplina Positiva – Niños sin Problemas

La base de la disciplina positiva está en:

creer firmemente que todos en la familia son importantes

transmitirle a los hijos que Uds. los quieren y que ellos son muy importantes
para Uds.

transmitirles que la familia funciona si todos colaboran

transmitirles que cada uno en la familia tiene responsabilidades y tareas


que cumplir

y, por supuesto, mostrar respeto por los hijos

Durante la infancia los padres tienen que:

establecer una rutina diaria (lean el artículo No.5)

poner límites justos

proporcionarle a cada hijo su espacio personal

tener normas claras

en vez de utilizar el castigo, dejar que el niño sienta las consecuencias de


sus acciones (lean los artículos No.7, 8 y 9)

en vez de utilizar las recompensas para premiar los trabajos cumplidos,


motivar a los hijos a colaborar por el bien de la familia (lean el artículo
No.10)

A medida de crecen los hijos los padres tienen que:

aprender a compartir su poder dentro de la familia y dejar que los niños


muestren su iniciativa y opinen

promover una comunicación clara

escuchar a los hijos y analizar sus sugerencias (lean el artículo No.12)


Recuerden que:

El gran motor que facilita la conducta positiva de un niño es el QUERER


PERTENECER a su familia.

Otros impulsores de una conducta positiva en el niño es el SENTIRSE


QUERIDO y SENTIRSE TOMADO EN CUENTA por sus padres.

A medida que crece, el niño se da cuenta de qué cosas agradan a papá y a


mamá y va querer agradarlos para sentirse querido y sentirse tomado en
cuenta.

Por ejemplo:

Si el niño nace en una familia donde todos tienen responsabilidades


definidas y el ser responsable es algo valioso para los padres, el niño se
esmerará en ser responsable porqué de esta manera agradará a sus padres
y se sentirá importante.

Si el niño nace en una familia donde es importante ser ordenado y respetar


el espacio personal y las pertenencias de los otros, el niño se esmerará en
ser ordenado y respetuoso de las cosas de sus hermanos y de sus padres,
porqué de esta manera agradará a sus padres, se sentirá parte de la familia
y valioso.

Lo arriba expuesto es un descripción del clima y del ambiente en el cual se


da una DISCIPLINA POSITIVA.

Sin este ambiente no se puede dar una disciplina positiva.

Cuando el niño se siente tomado en cuenta, útil y valioso no tiene porqué


recurrir a conductas negativas para llamar la atención o expresar su rabia.

El sentirse tomado en cuenta hace que los problemas de conducta


desaparezcan.

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