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Breve. introduccién tedrica Paca abordarla, pircicemos de algunas ideas de Klein (1959) sobre las raices infanciles del psiquismo adulco. Ella pcopone un modelo basado cp el psicoanilisis de nifios y la obsecvacién, de bebés, segin el cual un adulto revive en su felacién co’ ” tras personas, sicuaciones y emociones muy tempranas. En e! caso de Ia relacién psicoanalicica, el pacience adulto revive en relacién con, su analista «ales situuciones en el proceso que lenominamos transferencia, pcoceso que crasciende el i rerapéucico, repiciéadose en las elaciones dela persone con el mundo externo. Por ello, para comprender lo que le pasa a un aduleo en general y a.un licenciado universiracio novel en par- ticular, conviene tener presences aquellas expeciencias cem. pranas Con el nacimienco y con la vivencia de la sicuacién postna- | tal, el bebé experimenta ansiedades persecucorias. Con ello queremos decir que percibe, cada sicuacién displacencera como causada por fueszas hostiles que no puede entender nj controlar, Sies arendido con pronrivud, sise le brinda caciao y calor, el bebé sencisd que cales est(qulos provienen de fnerzas bondadoses. Con ello esta estableciendo sus primeras «rclacio nes cle objeto, Lahipécesis de Klein esque el bebé posee unainnara per- <0 2B E (La motivacion para la reali { i I Distincos aspectos de la motivaci6n p: tas «pricticas» en celacién con la «posicién» y las ansiedades respectivas ara cidu de una actividad como la pedctica clinica, debe buscarse en la relacién que se establece. Cts decie, cracindose de una relacisa fundamentalmence prow gonizada por un psicblogo en fase de formacién por una pac fe, y wna insticuciéa por ta ora, cs allé donde deben busca as respectivas motivaciones. Ba la selacién psicdlogo-jnsticuci6n, previa la cealizaci6n de las mencionadas pricticas, cacontcaremos las motivaciones ea forma de suposiciones basadas por una y occa parce en ta experiencia anterior y en Jas peopias necesidad Motivaciones desde Ja insticucién En cl amplio espectro de }a arencién piblica y privada de la salud mencal, hay instiruciones que manifiestan cxplicicamen: te que no esperan de los psicdlogos en pricricas ninguna tarca en, forma de ayuda, susticucisn 0, colaboracidn laboral. Por jemplo, en el Hospical dé dia Torre de la Creu (Sant Joan. Despi, Barcelona), y paca auestea sorpresa, se nos explicd que 39 a4 i 2CO8 MSviles para eal disp IP el desco de ayuilar 4 los labor. Tal acriey, i sional pq com © presences Parable cop €5, a saber ~Obliga a definiey Girl ante yn pace ado para 2 aixtoc Psa" ina ver &Constitiye el cjercicio dé una carea profesional ao vincula- da directamente con ta asistencia. Esto. aeatifica y ayuda a statir e! ceabajo como vatiado, Permice al profesional establecec una relacidn con un estt- diance (generalmence dispuesto, agradecido, acento) mriis la atencion a pacientes (que suelen ser ducos, enferinos, difiiles.) [Categorias actividad de los profesionales, debido a rego nocimienco social de la area docente. Motivaciones desile el psicblogo £© Por otra parce, la motivacign del practic: 6 Sin embargo, convended repasatts, Tres aspectos hemos de fog a fimsiderae: los de la rarea, los cécnicas y lor personbles nee parecerfa eviden- Aspectos de la tarea Lntee éstos, el contacto con Ia parologia y-el enisenamiento écnico son primordiales. T dedeo de ver ur pacience, deeseu charle, de presenciar una entrevisea, hecho araméace posible para un eswudianre de una Facultad de Psicologia, reviste caracteristicas de temor y curiosidad que accesariumence inter | actuarin en la motivacién Previa. Tal deseo se verd frustrado ‘Ven la gran mayoris de los casos. Y no deja de ser extraio y Sugerencecl hecho de que en nuestra Universidad se impacce lina especialidad clinica sin concemplar. el contacto con tal aetividad a lo largo de toda la carrera 4 Lagicamente, ef desco de la mayoris de los araduados os encontrar una tarea remunerada que al mismo tiempo le per vice continuae su formacisn, como ocutre con ottas profesio, nes, como ett el caso de fa medicina. No siendo asi en un atexgg ¢ las Ciencias de la Salud como el nuestro, ¢l graduado had continvat su formacién cnriqucciendo un curriculum cup Jestino de momento le ¢s incierto, pero intuye que una uid peictia colaborack en ef furuto para poder cjeree 4 Aspectos tecnicos Blaspecto técnico es también primordial, La distancia entre ctitud de escucha comprensiva estudiada cn las textos 7 i realidad cc la persona queesté deanze nuestro‘con an prob a eoncrero, solicitanco una ayuda, es abisimal. No cs d ncia se angustic ante f extrafiat que el profesional sin expe posibilidad, mientras que la sealizacion de préctic responsabilidad ccrapéucica recac €0 tro profesional, cont aye a calmac tales ansiedades (Lous y Mir6, 1987) ¥ de ello depende Ia adquisicion de Ia capacidad [ planccando wna estrazegia durante [a propia envrevt pendiendo de lo que la persons consultante aos wns bal y no-verbalmente, de ls emociones que nos despicrte, ae Tos ilenciose incluso de las omisioncs gue podames observa sen que Aspectos personales ista motivacion tenia, d¢ aprendizaje de Ia eposicidne tet péatica, también esti fatimamente ¢clre jonada con ft ot rotivaéién spersonals aa que hactamos referencs, nis ari Mian tarea como-ia de la psicoterapia, tan imbricada con personalidad y lahistoria del psicdlogo, en que sus ansiedad 42 ins conocidas y sus nticléos incon ca ple “ences ms remoros estin accién y compromeren y facilican permanentemence el andlisis de la sicuacién de la persona corguleance, |: cidn de peicticas jug eranquilizador fund ia fantasia del peacticance un papel gacn ta meacal. En esce terreng, incluso la motivacién para la eleccidn d. carrera podria examinarse. Pero creemos que la misma sigue presente en el practicance, dependiendo de dades bfsicas de cada persona y de Ia esteuctura de sus Fantasias morivacionales. Ese papel c técnicos y de ear farara accivids anquilizadoc sapone los aspectas pero incocpora el eje fundamental dé su terapéufica: los conflictos y la personalidad del psicétogo, como parte ‘del ingerumencal que usacé en el anilisis de cada siruacibn, y que ducance el periodo de pric cas podri ser pensado como en un wbanco de pruebase, sin riesgo paca los consulcances. Fantasia subyacence a la motivaciéa para peuctica Cuando el graduado comienza a pensar en la realizacién de prdcticas que le permican aleanzac el ‘aivel de experiencia imprescindible para ejercer profesionalmence, se despierean en él an conjunto de fancasfas propias de Ia sicuacién. “= Lnidea de que uno alcanzacé tal nivel incorpota la fancasta 4 | Omniporcate de que tendéemos enconces capacidad de «cu ram. Légicamence, cl grado de presencia de eal fantasia depen der§ de la petSonalidad del practicanté, peco él objetivo'de fa | labor de encrenaeienso en ilima instancia es é5: aprender la bor cucativa de los maestros, y ello visto desde el aprendiz es wif afte en cierto sentido migi¢a, por el que una persona, 43 é { rablando y escuthands 2 ott, log Regonocer qhic ello tiene grandes J tarea del practicante, én fecha con Ia aciones set’ partedeieg 4 pipotente ‘Al migmno tiempo este sentimiento incorpors Iz Fanta wigtente cm que podremos cOmeter errotg reparatoria cc pero nos capacita oe otra parte, fa intceaccién con pacien Femos para intentar subsanaclos 4 p cs desvcla tent res de escisién y [Fagiientacién cn ellos y cn une mismo. P ‘ai que por nuestra intervenci6n on paciente [eds PSH que equivocados en el diagnésticn erzems las intervenciog @ simplemente que la dindmiea de Ia relacién corapéuticiag nos vaya de las manos, se N9s aparece como el riesgo de ef quecerle. Al mismo tiempo, el contacto con Iriocurto as dg a reades onentales puede generarnos el temor del cont ‘Al especto, el acervo cultural popela esti leno de chi inc bremjenacién mental de Tos profesionales que cabin cn los manicomios. 4 Tee cae fancatas estarén presentes ¢n a persona @ ci6a de pprdcticas cinieasy act comienzaa pensar ena real Tin de una fortha u ora, dependicndo de [a ya menciong F: siedades y orgauizacién de tigi, en algunos casos impulsanclo cas y en otros dificulrnola vpvtamente la cealizacifn de prdetcas wo permit prender y mane) tales fantasia, ya que C0 sélo pucde a aoee mediante ja realizacion del propio anilisis, en proceso continuado deelaboracién y reclaboraciéa elas festaciones transferencalgg pias vivencias a thavés de las oman! No obstante ello, la realizacisn de p Ih relacion psicblogo/paciente sdes! esta (que 09 €8 poco, pero es bastante MENS qi esalieai6o) del practicante Wega a estar presente. LOE Tonesibuird uo sblo ya a calmar fas ansieds i veacticas pecmite ViPehOe le fuera, donde s6ig i es menciongey, Ade a sino que le pecmicira obscrvarse a sf mismo como «ccepcor de una parte de la cransterencia del pacience, su propia actirud contratransfecencial y el juego cmocional vivido en la cncrevis- ta, Todo esto con la ayuda de un docente de excepci6n: el terapeuta que dirige la entrevista, quien con su experiencia y conocimieatos, tended ch cuenta fa reacomodacién de la sicua- cin por la presencia del practicante y poded posteriormente “comentacla, indicando los aspectos cebticos y cécaicos vistos én el paciente y en el contexto roral de la encrevisea En octsiones esto no serg observable. Pacientes poco éxpresivos, 0 ancdinos, 0 excesivamenite centrados en cernas formales, podrin enmascarar las ansiedades que les despiertan el hecho le ser atendidos por dos personas, de las que s6i0 una de elias habla El otro exccemo del espectro de posibilidades sec cl caso de un pacience psicdtico cayas proyecciones masivas se arom, cen reparciéndose, entre verapeuta y-observador En medio, una amplia gama de pacientes poded ser obser vada proyeccando sobre ambas personas aspecros diferences de si misenas, hablando o micando al observador en momentos concrecos de In enteevisca cs Una pacience ambulacoria grave, a cuyas encreviseas clini- cas con el profesional que la atendia asistiamos regularmence, hablaba al terapeuta como si esmvieran a solas, sin girarse siquiera hacia el observador mis que paca el saludo. Trarando de no interferir, €ste 96 Ia miraba a los ojos, sino que fijaba fa vista én on punco de la pared ceréano'2 ella. Séio una vez se gic6 a mirarlo, sonticnce, Relactbs un*pequeto accidence durance un juego erdxico con su marido. Creemos que se maniféscabs all, eas este cambio ciecuns tancial, la consciencia que siempre habia hubidlo de nuestra presencia, que s6lo habia aflorado,en ua mcmenco en que la péSyeccién sobre'una rercera persona quitaba a la relacin cerapéucica vind intimidad incémoda. 45 ( | iste vivenciar casi-desde-fucra la relacisn terapéuticn ese’ presente cn fa fintasla motivacional de fx que hablabamo Poder patticipat de esta relaci6n cn tales condiciones, adem de aminorar {a ansiedad del observador, permite aprender’ algo que esté también como aspecto central en Ia motvacibig del practicante: 2qué pasa en Ia entrevista’, équé puede decir git hacet cl consultante?, équé responderd cl terapeuts? Desde el apcendivaje tebrico, todo ello ya csté contestadoga en textos de autores muy conocidos, como Mackinnon yg Michels (1971) 0 Bleger (1971), pers leerlos no ayuda mucha acalmar la ansiedad ni teduce Ix motivacién paca peacticar: ai contrario, conocer cainto sc desconoce, conduce al incremen: to de ambas. Aptoximacién a la clinica y posicion depresiva La intuicién nos hace suponer que los casos we libro» son pred cisamente cso. Que en Ja consulta, frente aun pacience, sec ae muy dificil diseriminac una pacologia de otra en base al relatos que hace cl consultanee de sus dificultades, Las préctieas, que incluirsa sesiones clinicas y supervisio- | aes, serdn factor clave en la aplicacién de lo estudiado en los cif textos, con cllo. también Io serdn en la comprensién dle qué | podemas ofrecetle al preicnte, qué porlemos hacer para) cntenderle, emo podemos ayudatle - Sentir que’ disponemos cle elementos para oftecerle 25 quica nos lo-demande, que podemos entender en alguna ncdida lo que le ocurte, que podemos ayucarle de alguna manera a comprender sus propias dificultades y a tolerart ger una forma de iniciar la, tarea reparatoria para ta que} rigs preparamos. 4 Seatir que podemos dar algo de nosotros, y que si nos equivocamos podremos rectficar y reparac el dao comecido al mismo tiempo que podemos colecar nuestro sentimiento de culpa, nos centraré en una posicida en Is que predominarén estas ansicdades, las ansiedades depcesivas Asi comiienza el camino hacia el encuentro de la ota «posi cidnm, de ki posicién depresiva en el ejercicio profesional, de forma de vivir mas arménicamence, consiguiendo mis eficacia en la tarea y ceduciendo celativamence la ansic fia que n0s pr persecuco duce el enfcencaraos con los conflictos ajenos

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