Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Despert una maana, tan poco humana e igual de autmata que otros das y
comenc a vestirme para lo de siempre.
Haca esto como tantos otros das, que no me inmut cuando se asomaron
rpidamente un par de ojos de ojeras profundas y violceas en un espejo
arrumbado al fondo del ropero.
Segu despus con la tarea de tomar las llaves, el dinero y dems cosas
cotidianamente olvidables, cuando not que en cada espejo de la casa se
reflejaban de forma insistente los mismos ojos.
Pero cmo?... En verdad eso era yo?... Qu haba pasado con aquella
mujer que alguna vez so que sera?
II
Ese mismo da, ya ms tarde en la oficina, mientras haca mi trabajo como de
costumbre, ocurri otro suceso aterrador: de pronto sent que no poda
respirar.
Era como si una mano incorprea me presionara la nariz y, aunque nada
dola, por ms que inhalara a profundidad no senta que mi cuerpo se
oxigenase.
Medit lo que haba ocurrido esa maana, la forma en que reconoc mi rostro,
la falta de aire y en sntesis, la falta de bro en mi vida. Comprend que todo
era una manifestacin de que algo en m se estaba muriendo.
III
Camin varias calles, ignorando el rumbo y la hora.
Iba concentrada en el crujido de la hojarasca bajo mis zapatos, en el viento
que respiraba festivamente.
Desacostumbrados a deambular sin itinerario, los zapatos que deban llevarme
a la cima, finalmente sucumbieron. En otro momento de prisas me habra
enfurecido, pero me caus tanta gracia ver los tacones aprisionados entre las
rejas de una coladera que re, re mucho, re liberadoramente.
IV
Para la maana siguiente, haba escogido lo mejor de todo aquello que tena
guardado y que no haba apreciado de m.