Sie sind auf Seite 1von 10

Control de lectura

Nombre de la escuela: CBTIS No. 78 Grupo: 3J

Nombre del alumno: Ramírez Salazar Alondra Guadalupe

Fecha: 01 de octubre del 2017

Título de la lectura: Lo que los jóvenes preguntan

Objetivo de la lectura: Aprender a comunicarme mejor con mis padres y demás familia, al
igual que conocerme mejor como persona, entender mis sentimientos, y mejorar mi
autoestima. Como sobrellevar el estrés que en ocasiones causa la escuela, y lo correcto sobre
el amor, sexo y moralidad. Entre otros temas.

Ideas principales de la lectura: La familia, Los sentimientos, La escuela, Amor y sexo,


Adicciones

Resumen: Es solo natural que uno quiera que lo comprendan. Y si tus padres critican lo que
a ti te gusta o lo que consideras importante, eso pudiera frustrarte mucho. Muchos jóvenes se
retiran así emocionalmente a su propio mundo privado cuando parece que los padres no los
comprenden. En un estudio extenso de jóvenes, el 26% de los entrevistados admitió: “Trato
de estar fuera de casa la mayor parte del tiempo”. Proverbios 20:29 dice: “La hermosura de
los jóvenes [o las jóvenes] es su poder”. Pero esa fuerza o “poder” puede colocar la base para
toda clase de conflictos entre tus padres y tú. El proverbio continúa: “Y el esplendor de los
viejos es su canicie”. Quizás tus padres no estén ‘canosos’ literalmente, pero son mayores, y
su manera de ver la vida difiere de la tuya. Ellos se dan cuenta de que no todo en la vida tiene
resultado feliz. Puede que alguna mala experiencia personal haya templado el idealismo que
tuvieron cuando eran jóvenes. Debido a esa sabiduría que han adquirido por experiencia
puede que tus padres simplemente no se entusiasmen como tú en cuanto a ciertas cosas. Sí,
entre el “poder” juvenil de uno y la “canicie” de los padres pudiera haber una brecha enorme.
Así, muchas familias están profundamente divididas por asuntos como el vestir y el arreglo
personal, el comportamiento con personas del sexo opuesto, el uso de las drogas y las bebidas
alcohólicas, el tener que llegar a casa a cierta hora, los compañeros de uno, y los quehaceres
domésticos. Sin embargo, la brecha entre generaciones se puede cerrar. Pero antes de que
puedas esperar que tus padres te comprendan a ti, tú debes esforzarte por comprenderlos a
ellos.

Como adolescente, a veces pudiera parecer que tus padres te tienen bajo un agarro sofocante.
Parece que cada vez que dices: “Quiero”, inevitablemente te responden: “No, no puedes”. Y
nada de tu vida parece escaparse de los “ojos inquisidores” de tus padres. Los jóvenes
también se quejan de que sus padres no los respetan. En vez de confiar en ellos, los declaran
culpables sin darles la oportunidad de explicar que sucedió cuando algo resulta mal. En vez
de deja que tomen sus propias decisiones, les imponen muchísimas reglas. Una de las
experiencias más dolorosas de los hijos es ver que se rompe el matrimonio de sus padres. El
divorcio de los padres de uno puede parecerle a uno el fin del mundo, una catástrofe que
traiga sufrimientos que duren toda la vida. Suele inundar a los hijos con emociones como
vergüenza, ira, ansiedad, temor de verse abandonados, culpa, depresión y el dolor profundo
de la pérdida… hasta un deseo de venganza.

Si tus padres se han divorciado recientemente, puede que tú estés entre los afectados así.
Después de todo, lo que nuestro Creador quería era que fueras criado por un padre y una
madre. (Efesios 6:1-3.) Pero ahora te falta diariamente uno de tus queridos padres. A menudo
los padres han ocultado bien sus dificultades. Los padres se hace culpable de infidelidad
sexual. Dios sí permite que el cónyuge inocente obtenga un divorcio. (Mateo 19:9.) En otros
casos, “ira y gritería y habla injuriosa” han llevado a la violencia, y han hecho que uno de los
cónyuges tema por su bienestar físico y el de sus hijos. (Efesios 4:31.) Es cierto que algunos
divorcios se obtienen sin base sólida. En vez de buscar solución a sus problemas, algunos
obran egoístamente y se divorcian porque son ‘infelices’ o `ya no están enamorados’. Esto
desagrada a Dios, quien “ha odiado un divorciarse”. (Malaquías 2:16.) Jesús también indicó
que algunos disolverían sus matrimonios porque sus cónyuges se harían cristianos. (Mateo
10:34-36.) Cualquiera que sea el caso, el que tus padres hayan decidido permanecer callados
o den solamente respuestas vagas a tus preguntas en cuanto al divorcio no significa que no te
amen*. Puede que el mismo dolor que sienten les dificulte hablar sobre el divorcio.
(Proverbios 24:10.) Puede que también se les haga difícil y embarazoso admitir sus fallas
mutuas.

Todos necesitamos amigos. Pero cuando uno es joven, puede que los amigos ejerzan mayor
influencia en cómo uno se viste, actúa y piensa que los padres de uno. Entonces, ¿quiénes
deberían ser tus amigos? ¿Y hasta qué grado deberían sus opiniones moldear tu vida?

En la escuela, ¡y nunca he conseguido un solo amigo! ¡Ni siquiera uno!”. Puede que a veces
a ti también te haya parecido que no sirves para hacer amigos. Pero ¿en qué consisten
realmente los amigos verdaderos? ¿Y cuál es el secreto tras conseguirlos? Un proverbio dice:
“Un amigo es siempre afectuoso, y en tiempos de angustia es como un hermano”. (Proverbios
17:17, Versión Popular.) Pero la amistad es más que simplemente tener un hombro sobre el
cual llorar. ¿Permitirás que el orgullo te lleve a rechazar a alguien que se interesa tanto en tu
bien que te dice la verdad? Proverbios 27:6 dice: “Más se puede confiar en el amigo que hiere
que en el enemigo que besa”. (Versión Popular.) Por eso, el amigo que deberías buscar
debería ser alguien que pensara rectamente y hablara con franqueza.

Mientras algunos jóvenes están en el desarrollo, la influencia de sus padres en ellos


disminuye, y el deseo de ser populares y de que otros jóvenes los acepten aumenta. A otros
sencillamente les parece que tienen que hablar con alguien ‘que los comprenda’ o que haga
que se sientan amados o necesitados. Cuando no hay esa clase de comunicación en el hogar,
como suele suceder, los jóvenes la buscan entre otros jóvenes. Además, muchas veces los
jóvenes ceden a la presión de sus compañeros porque no confían en sí mismos y se sienten
inseguros.

La influencia de otros jóvenes en uno no es necesariamente mala. Un proverbio dice: “Con


hierro, el hierro mismo se aguza. Así un hombre aguza el rostro de otro”. (Proverbios 27:17.)
Tal como un cuchillo de hierro puede aguzar o afilar otro cuchillo que esté embotado, así la
compañía de otros jóvenes puede ‘aguzar’ tu personalidad y hacerte mejor persona… si tus
compañeros piensan y actúan de manera madura y saludable.

¿Cómo reaccionaría yo?


Aunque es fácil decir: ‘No le tengo miedo a lo que los demás piensen!’, el mantener esa
postura cuando uno está bajo la presión del grupo es un asunto muy diferente. Por ejemplo,
¿qué harías tú en las siguientes circunstancias?

Uno de tus compañeros de clase te ofrece un cigarrillo frente a otros jóvenes. Tú sabes que
no debes fumar. Pero todos están mirando para ver qué harás…

En la escuela las muchachas conversan sobre el hecho de que tienen relaciones sexuales con
sus novios. Una te pregunta: “Tú no sigues siendo virgen, ¿verdad?”.

Querías ponerte un vestido como el de las demás muchachas, pero tu mamá dice que está
muy corto. Te parece que el vestido que te has puesto por la insistencia de ella te da la
apariencia de una niña de seis años. Tus compañeras de clase se burlan de ti. Una te pregunta:
“¿Por qué no ahorras el dinero que te dan para comer y te compras algo que puedas usar? No
tienes que decírselo a tu mamá. Lo único que tienes que hacer es guardar aquí en la escuela
la ropa que quieres usar”. ¿Es fácil enfrentarse a situaciones como esas? No; pero si temes
contrariar a otros jóvenes, terminarás contrariándote a ti mismo y contrariando tus normas y
a tus padres. ¿Cómo puedes fortalecerte para resistir?

Puede que tú te hayas envuelto en disputas similares cuando uno de tus padres, un maestro o
un patrono criticó algún traje que llevabas, uno de tus favoritos. Tú lo considerabas informal;
para ellos era desaliñado. Tú lo considerabas a la moda; para ellos era demasiado llamativo
o sugestivo. Hay que reconocerlo: los gustos varían, y tú tienes derecho a tus propias
opiniones. Pero ¿significa eso que lo que se haga, sea lo que sea, está bien cuando se trata de
cómo vistes?

“Lo que uno usa habla del verdadero yo y de lo que uno piensa de sí mismo.” Sí, tu manera
de vestir pasa a otros un mensaje acerca de ti. La ropa puede decir si uno es concienzudo y
estable y si tiene normas elevadas de moralidad. O puede demostrar que uno es rebelde e
inconforme. Hasta puede servir como identificación. Para identificarse, algunos jóvenes usan
ropa rasgada, estilos “punk” o ropa costosa de marca. Otros se visten con la intención de
atraer a personas del sexo opuesto o para lucir mayores de lo que en realidad son. En vista de
eso, es fácil entender por qué es tan importante para los jóvenes la ropa que usan. Sin
embargo, John T. Molloy, autor del libro Dress for Success (Vístase para tener éxito),
advierte: “La ropa que usamos crea pro linda impresión en la gente que nos ve e influye
mucho en cómo esas personas nos tratan”.

¡No es de extrañar que tus padres se preocupen tanto por cómo vistes! Para ellos es más que
únicamente una cuestión de gusto personal. Desean que transmitas el mensaje correcto, uno
que te refleje como persona equilibrada y responsable. Para muchos jóvenes, la ropa que
usan declara su independencia e individualidad. Como joven, tu personalidad es inestable:
cambia y se desarrolla constantemente. Por eso, aunque quieras “decir” algo tocante a ti
mismo, puede que no estés muy seguro de lo que debes decir o cómo decirlo. Como resultado,
algunos jóvenes se visten extravagantemente, escandalosamente. Sin embargo, en vez de
establecer su ‘individualidad’, lo que hacen es mostrar a las claras su inmadurez… sin
mencionar que también ponen a sus padres en una situación embarazosa. Otros jóvenes
sencillamente imitan a sus compañeros; parece que esto les da un sentido de seguridad y los
identifica con el grupo. Por supuesto, no es necesariamente incorrecto el querer estar en
armonía con la gente.

1 de cada 4 adolescentes padecerá algún tipo de depresión antes de llegar a ser adulto. ¿Cómo
puedes saber si lo tuyo es depresión? Pues bien, entre los síntomas están los siguientes:
cambios bruscos de humor y de comportamiento, deseo de aislarse, perdida de interés en casi
todo, importantes alteraciones en el apetito y el sueño, y fuertes sentimientos de inutilidad o
culpa. Claro, casi todo el mundo experimenta algunos de esos síntomas en un momento u
otro. Pero si notas que te duran m ´ as de un par de semanas, quizás te convendría hablar con
tus padres y consultar a un especialista. Un profesional puede decirte si tu tristeza tiene causas
médicas.

“Prefiero morir a seguir viviendo.” Abrumados por el sufrimiento, muchos jóvenes llegan a
creer que no tienen motivos para seguir viviendo. ¿Conoces a alguien que haya dicho algo
parecido? ¿Quizás tú mismo? Tal vez quieras saber qué hacer para combatir esos
pensamientos. Antes que nada, analicemos que los causa. Hay diversas razones por las que
alguien querría quitarse la vida. Para empezar, vivimos en “tiempos críticos, difíciles de
manejar”, que ejercen mucha presión en los jóvenes (2 Timoteo 3:1). Además, muchos
sienten que no valen nada debido a los errores que han cometido y que nada en este mundo
merece la pena (Romanos 7:22-24). A veces sucede que han sido víctimas de alguna clase de
maltrato o abuso. Otros incluso piensan en suicidarse a causa de un trastorno emocional o de
otro tipo.

Pocas cosas en la vida te afectarán tanto como la muerte de uno de tus padres. Es probable
que tengas que enfrentarte a sentimientos que hasta ahora eran desconocidos para ti. Es
posible que tus sentimientos vayan y vengan como olas que rompen contra la costa cuando
menos lo esperas. Esta reacción también es normal. Hasta puede ocurrirte muchos años
después. Sea cual sea la forma en que tú reacciones, aquí te damos unas sugerencias que te
ayudaran a sobrellevar mejor la pérdida. Sin duda alguna, te sentirías mejor si le abres tu
corazón a Jehová. No creas que la oración es una simple terapia para sentirte mejor. Es la
forma que tienes de pedir ayuda al “Dios de todo consuelo, que nos consuela en toda nuestra
tribulación”.

Siendo realistas, es imposible terminar tus estudios sin experimentar cierto grado de estrés.
El problema surge cuando te sientes tan presionado que crees que vas a estallar. Como
escribió Salomón, un rey de la antigüedad, “la mera opresión puede hacer que un sabio se
porte como loco” (Eclesiastés 7:7). ¿Cómo puedes evitar llegar a ese punto? Aprendiendo a
controlar el estrés.

Hacer algo que va en contra de las leyes físicas —por ejemplo, desafiar la ley de la
gravedad— tiene sus consecuencias. Lo mismo pasa cuando haces algo que va en contra de
las leyes morales, como la que prohíbe la fornicación, lo que incluye tener relaciones antes
de casarse. La Biblia dice cuáles son las consecuencias: “El que practica la fornicación peca
contra su propio cuerpo”. Muchos jóvenes que tuvieron relaciones sexuales sufren alguna de
estas decepciones: REMORDIMIENTO. La mayoría de los chicos y chicas que han tenido
relaciones sexuales antes de casarse comentan que luego se arrepintieron de haberlo “hecho”.
DESCONFIANZA. Surge la duda de con quien más habrá tenido relaciones la otra persona.
DESILUSION. En el fondo, lo que las chicas quieren es alguien que las proteja, no que las
use. Y a muchos chicos les pasa que, después de haberse acostado con una chica, deja de
gustarles porque ya no la respetan.

En la pubertad, los impulsos sexuales se vuelven tan fuertes que hacen que muchos jóvenes
caigan en la masturbación. Habrá quien te diga que no es tan grave, que nadie sale
perjudicado. Sin embargo, existen buenas razones para que evites esta práctica. La
masturbación ni amortigua ni elimina el apetito sexual, sino que lo aviva. Pero eso no es todo
lo que hace:

 Fomenta actitudes totalmente egocéntricas. La persona se centra solo en su propio


placer.
 Convierte a las personas del sexo opuesto en objetos, o simples herramientas, para
satisfacer los deseos sexuales.
 Provoca una forma de pensar egoísta que dificulta tener relaciones sexuales
satisfactorias en el matrimonio. De modo que es mejor tratar de desarrollar
autocontrol que masturbarse para aliviar los deseos sexuales reprimidos.

Hoy está muy de moda el sexo de una noche, sin compromisos ni ataduras emocionales. Hay
quienes incluso alardean de tener “amigos con derechos”, amistades con quienes acostarse
sin las complicaciones de una relación formal. No es extraño, pues, que alguna vez te sientas
tentado a tener sexo por diversión. Analiza tus conversaciones, tu comportamiento y tus
compañías, así como los lugares a los que sueles ir. Pregúntate: “¿Es posible que, sin darme
cuenta, este dando pie a que otros crean que quiero tener relaciones sexuales?”.

¿Hay algo que puedas hacer para que uno que valga la pena se fije en ti? Que hacer

 Conócete a ti misma.
 Aprende a respetar a los demás
 Vístete bien y cuida tu higiene

El amor de verdad se basa en un profundo conocimiento del otro. Según la propia Biblia, es
más que una emoción: “Es sufrido y bondadoso. [...] Todas las cosas las soporta, todas las
cree, todas las esperas, todas las aguanta. El amor nunca falla” (1 Corintios 13:4, 7, 8). Quien
realmente ama no actúa de esta manera porque sea ingenuo o ciego, sino porque conoce a la
otra persona.

Por muy enamorado que estés, es natural que te asuste la idea de casarte. En vista de la
cantidad de matrimonios infelices. Has encontrado a la persona perfecta para ti. Llevan algún
tiempo saliendo, y no cabe duda de que están enamorados. Hasta es posible que ya estén
pensando en el matrimonio. Pero antes de dar un paso m ´ as en esa dirección te asalta la
duda: ¿De veras estamos listos para casarnos? ces y divorcios que hay, es lógico que uno se
lo piense dos veces antes de dar semejante paso... ¿Cómo puedes saber si estás listo? Lo m ´
as importante es abrir los ojos a la realidad y dejarse de fantasías.

 “Nos amamos, y con eso basta.”


 “Somos perfectos el uno para el otro porque concordamos en todo y no discutimos
por nada.”
 “Cuando me case, podre tener relaciones sexuales todas las veces que quiera.”
 “Solo seré feliz si me caso.”

Toda la felicidad del noviazgo puede convertirse en profunda tristeza tras una ruptura, se
comprende que te angusties, pues el amor es un sentimiento muy intenso. Así lo describió el
rey Salomón: “El amor es tan fuerte como la muerte” (El Cantar de los Cantares 8:6). Por
eso, es posible que este desengaño sea una de las experiencias más dolorosas que hayas
vivido. Tal vez sientas que una parte de ti ha muerto y hasta estés pasando por algunas de
estas etapas típicas del duelo:

Negación: “No puede ser. En un día o dos, todo volverá a ser como antes”. Rabia: “¿Cómo
pudo hacerme esto? ¡Lo odio!”. Depresión: “A mı nadie me va a querer”. Aceptación: “Me
dolió muchísimo, pero estoy mejor y sé que saldré adelante”. Lo bueno es que llegar ´ as a
aceptarlo. El tiempo que eso tome dependerá de varios factores, como cuánto tiempo
estuvieron juntos y lo sería que llego a ser la relación.

¿SABES que estas son algunas de las razones por las que muchos jóvenes fuman? Por
ejemplo: Para experimentar cosas nuevas. “Me preguntaba como serıa, así que le acepte un
cigarrillo a una compañera de clase y me lo fume a escondidas.” Para aliviar el estrés y ser
como los demás. “Los chicos en la escuela decían: ‘¡Que estrés! Necesito un cigarrillo’. Y al
terminarlo exclamaban: ‘¡Ahora aguanto lo que sea!’. Yo quería sentir ese mismo alivio.”
Para bajar de peso. “Algunas chicas fuman para no engordar. ¡Es mucho más fácil que hacer
dieta!”

¿Crees que serıa divertido beber con tus amigos? Pues no eres el único. Por desgracia,
numerosos jóvenes abusan del alcohol. En muchos casos, además, desobedecen las leyes de
su país sobre el consumo de bebidas alcohólicas. Por eso es importante que te preguntes:
“¿Cuál es la verdadera razón por la que me atrae la bebida? ¿Realmente sé lo que me podría
pasar si bebo demasiado?”

Síntesis: La familia es una de las mejores cosas que Dios pudo habernos brindado y lo más
importante, y por eso los jóvenes debemos valorar, respetar, comprender y llevarnos bien con
nuestros padres a pesar de que en ocasiones ellos no nos comprendan, debemos hablar con
ellos, hacerles saber lo que nos sucede, ya que si no comentamos nada seguirán los problemas
familiares, y no habrá solución para ellos. Los hermanos en ocasiones resultan “molestos”
para nosotros ya que sentimos y pensamos que se meten mucho en nuestras vidas o algo
parecido. Los sentimientos son virtudes que de igual manera Dios dio a las personas para
sentirse más humanos, con el fin de cuidar y valorar a las personas que más amamos en la
vida, pero que también pueden llegar a confundirse en algunos casos o no lograr entenderlos,
haciendo así desesperarnos por no saber o no tener en claro algunas cosas. En la escuela
muchas veces nos estresamos, y ese estrés nos lleva a pensar cosas que pueden afectar en
nuestro futuro, como por ejemplo el dejar los estudios, crear conflictos con mis compañeros
o profesores, aislarnos de las personas con las que convivíamos, entre otras cosas.

Al escuchar la frase “amor y sexo” pensamos inmediatamente en relaciones sexuales entre


parejas, cuando no siempre es así. El sexo como varias personas creen, no es una “necesidad
del ser humano”, ya que, si fuese así, la mayoría de los jóvenes no se arrepentirían o
decepcionarían después de hacerlo. La industria del espectáculo se encarga de que el sexo
entre adolescentes se vea como una diversión sana o una prueba de amor verdadero. Pero eso
es un cuento. El chico o chica que trate de convencerte de que tengas relaciones con él o ella,
está pensando solo en sus intereses, no en los tuyos.

Adicciones: Muchos jóvenes se acercan a ellas por sentirse a la moda, superiores que otros,
o en otros casos simple y sencillamente porque no encuentran otra salida a sus “problemas”,
pero sabemos que a pesar de eso las drogas no son una solución para nada, al contrario, se
vuelve un problema aún más grave de los que dice tener, por eso si aún no eres adicto, evita
las tentaciones, aléjate de los lugares, situaciones y personas que podrían tentarte a ser como
ellos.
Bibliografia

Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania., (1989), Lo que los jóvenes
preguntan, Nueva York, E.U.A.,

Das könnte Ihnen auch gefallen