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Estudiante: Johana Calderón Curso:

Tema: Elogio de la ociosidad Profesor:

INTRODUCCIÓN

El tema fundamental del presente ensayo habla sobre la necesidad en la población


trabajadora de poder tener más tiempo libre, debido a que del que disponen es mínimo con
respecto a la minoría de la población ociosa, gracias a su estatus social. Esta necesidad de
igualdad ociosa para todos, daría bienestar físico y psicológico a toda la población sin
discriminación social y daría la posibilidad a cualquier individuo de desarrollar sus proyectos
intelectuales o simplemente de disfrutar de la variedad que el ocio nos dispone, para elegir la
forma de vivir sus vidas a través del tiempo libre.

La tesis que Bretand Russel propone la reducción de las 8 horas laborales a 4, debido al
exceso de trabajo de muchos, lo cual no les permite ser libres respecto a su vida y sin embargo su
tiempo libre lo dedican al ocio pasivo, tanto físico como intelectualmente. Por otro lado existen
muchas otras personas, que también tienen un exceso de ociosidad, debido al desempleo, razón
por la cual no disponen de recursos económicos para satisfacer sus necesidades básicas como:
alimentación, vestimenta y salud y mucho menos de los suyos, por lo que su interés en el ocio se
basa en la búsqueda de la supervivencia del día a día. Para solucionar esta problemática Russel
propone; que si el trabador con exceso laboral, asume suministrarse el consumo básico de
alimento y primeras necesidades para él y para los suyos, a cambio de un sueldo más bajo y con
4 horas laborales; y si el individuo con exceso ocioso sin recursos para sobrevivir, acepta las
condiciones laborales y cumplir con ellas diariamente a cambio de un pequeño salario y 4 horas
laborales, el problema estaría resuelto para ambos lados. Es decir el primer grupo tendría tiempo
para disfrutar de la familia y realizar actividades que contribuyan al buen vivir, mientras que el
segundo grupo sin empleo lograría satisfacer sus necesidades básicas.
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DESARROLLO

Creo que se ha trabajado demasiado en el mundo, que la creencia de que el trabajo es una
virtud ha causado enormes daños y que lo que hay que enseñar en los países industriales
modernos es algo completamente distinto de lo que siempre se ha enseñado.

Según (Gálvez Muñoz , 2015) menciona que:

Es preciso desprender al trabajo de su manto virtuoso. Se ha trabajado demasiado y la


creencia de que el trabajo es una virtud ha causado ya enormes daños. El amor al trabajo
no representa ninguna virtud. Sólo una vez que nos hemos liberado de la idea, como decía
Russel, de que mover materia de un lado para otro es uno de los fines de la vida humana,
comprenderemos que hay otras muchas cosas por hacer. (pág. 1)

En cierta manera el trabajo es necesario para mejorar las condiciones de vida de los seres
humanos, pero probablemente si deseamos una vida plena debemos dejar de preocuparnos en el
trabajo como si fuera todo en la vida, lo ideal sería trabajar lo suficiente, es decir obtener
recursos económicos para sustentar las necesidades básicas personales y de los suyos mas no
considerara al trabajo como si fuera una virtud.

La jornada normal de trabajo de un hombre en esos tiempos era de quince horas; los niños
hacían la misma jornada algunas veces, por lo general trabajaban doce horas al día. Cuando los
trabajadores mencionaron que tal cantidad de horas era excesivas, les dijeron que el trabajo aleja
a los adultos de la bebida y a los niños del mal, poco después de que los trabajadores urbanos
hubieran adquirido el voto, fueron establecidas por ley ciertas fiestas públicas, con gran
indignación de las clases altas. La burguesía decía para qué quieren las fiestas los pobres,
deberían trabajar.

Hay muchas otras cosas que hacer aparte de trabajar. Aunque, como también señaló
Russell, la idea de que el pobre deba disponer de tiempo libre siempre fue escandalosa para los
ricos. No fue hasta que emergió el floreciente negocio del ocio pasivo, cuando algunos
emprendedores comenzaron a ver con buenos ojos el descanso de los asalariados.
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Bretand Russel utiliza dos ideas conceptuales para clasificar el trabajo:

El trabajo físico: El cual es realizado por cualquier individuo de cualquier tipo y solo
existe como requisito trabajar duro y en exceso, la mayoría de estas personas son incultas; ya que
este trabajo se basa principalmente en modificar la disposición de la materia y la superficie de la
tierra. Este trabajo lo considera desagradable y mal pagado.

El trabajo intelectual: El cual es realizado solo por personas capacitadas


intelectualmente para desempeñar con éxito su cometido o que tengan dotes empresariales, la
mayoría de estas personas gozan de una gran cultura; ya que este trabajo exige con eficacia el
mandato de los trabajadores y la dirección de la empresa a los mayores niveles de beneficios.
Este trabajo lo considera agradable y muy bien pagado.

Según (Neffa, 1999) el exceso de trabajo ha provocado que:

Los placeres de los trabajados sean pasivos es así que se dedican a ver películas, observar
partidos de fútbol, escuchar la radio. Esto resulta del hecho de que sus energías activas se
consuman solamente en el trabajo; si tuvieran más tiempo libre, volverían a divertirse con
juegos en los que hubieran de tomar parte activa, como por ejemplo, jugar futbol, básquet
es decir deportes que desgastan energía. (pág. 11)

Parece cada vez más evidente que estamos asistiendo a una transferencia de beneficios
cada vez mayor al capital, por no hablar de la escandalosa y ruinosa corrupción de parte de sus
élites, que los avances científico-técnicos no están sirviendo para mejorar de forma proporcional
las condiciones de vida de trabajadores y asalariados, que el paro está sirviendo como valiosa
herramienta de ajuste y negociación para los empleadores y que los ciudadanos en paro, por
efecto de esa superstición que supone que la laboriosidad es virtuosa, quedan además de
empobrecidos despojados de esa supuesta virtud.
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CONCLUSIÓN

El trabajo humano no sólo es una actividad que despliega el esfuerzo humano, sino
también la expresión de un saber hacer acumulado, de la habilidad personal, del aprendizaje
realizado en el seno del colectivo de trabajo, que pone de manifiesto la autonomía, la
responsabilidad, la creatividad y las capacidades de adaptación de que disponen los trabajadores
para hacer frente a los desafíos cotidianos que les plantea la actividad.

Hoy en día es el momento de ir pensando en reformas, pero no de estas a las que nos
tienen acostumbrados los estrategas del hemos salido de la crisis y apenas hemos dejado la mitad
atrás, sino una reforma que contemple el trabajo como lo que es una necesidad para vivir. Que se
comience a pensar cómo invertir la dirección de cierta proporción del flujo de beneficios hacia la
sociedad en su conjunto y que permita jornadas laborales reducidas y el pleno empleo.

Hay muchas otras cosas que hacer aparte de trabajar. Aunque, como también señaló
Russell, la idea de que el pobre deba disponer de tiempo libre siempre fue escandalosa para los
ricos. No fue hasta que emergió el floreciente negocio del ocio pasivo, cuando algunos
emprendedores comenzaron a ver con buenos ojos el descanso de los asalariados.

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