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En primer lugar, hay que distinguir entre el sentido habitual en que se usa este término y el
sentido técnico, que es el que nosotros vamos a tratar. Una falacia, en el sentido habitual, es
una mentira o una falsedad; nosotros vamos a ir más allá de eso, una falacia es una
afirmación o argumento que no es correcto no por su contenido, sino por la forma que
tiene. Esto quiere decir que una falacia puede mostrar una verdad empírica, real, pero de
forma incorrecta, veámoslo con el siguiente ejemplo:
Argumento A Argumento B
Todos los felinos tienen pelos Todos los felinos tienen pelos
un gato tiene pelos, un perro tiene pelos,
luego un gato es un felino luego un perro es un felino
Aunque la conclusión del argumento A (que los gatos son felinos) es verdadera, el argumento
está mal construido. Fijaos que la forma de éste es igual que la del argumento B
Hay muchas formas de clasificar las falacias; si miráis por internet encontraréis decenas de
esquemas, enumeraciones, denominaciones y demás para cada una de ellas. Como esto es
sólo una pequeña introducción tan sólo estudiaremos unos cuantos tipos que dividiremos en
dos clases: falacias formales e informales. Simplemente os dejaré la definición y algún
ejemplo de cada uno de los tipos.
FALACIAS FORMALES
Son aquellas en las que el error está en la forma lógica del discurso (como en el ejemplo de
arriba) Al escucharla si no estamos atentos parece que afirman algo muy “lógico” y razonable,
pero realmente no es así. Las más habituales:
Petición de principio: consiste en que para afirmar algo usamos como premisa (como
elemento de justificación) algo que es o forma parte de lo que queremos demostrar. Es
una falacia muy escurridiza, pues a veces es complicada de detectar.
El ejemplo típico es si llueve el suelo se moja; el suelo está mojado, luego ha llovido. El
argumento es incorrecto porque la consecuencia (el suelo mojado) se puede deber a
otras causas, como que lo hemos regado. Otro ejemplo más cercano a nuestras cosas
de clase y que tiene la estructura típica del lenguaje común sería: Hija, si te duele la
cabeza es porque has tenido clase de filosofía, porque dices que cada vez que Manu te
explica a un filósofo complicado vienes con jaqueca... Por supuesto que una clase de
Filosofía puede provocar dolor de cabeza, pero ello no implica que todos los dolores de
cabeza de alguno de vosotr@s se deba a sesudos razonamientos metafísicos.
Negación del antecedente: es parecida a la anterior en cómo suena, pero el error lógico es
distinto. Consiste en que decimos que A causa B, así que si no sucede A, tampoco B.
Un ejemplo sencillo es : Si no estudio mucho (A) no aprobaré filosofía (B); pero como he
estudiado mucho voy a aprobar filosofía. Es una falacia porque el hecho de que no
suceda A no obliga a que no suceda B; puede darse el caso de que uno estudie mucho
pero suspenda por ejemplo porque se pone malo antes del examen o porque su
profesor es injusto y mala persona. Trasladándolo al ejemplo de la falacia anterior, el
hecho de que no llueva no obliga a que la calle no se moje...
FALACIAS INFORMALES
Son aquellas en las que la naturaleza errónea del argumento no está en la estructura
lógica del lenguaje, sino en la manera de ser de la misma realidad. Lo que se hace en
estas falacias es mostrar realidades o justificaciones que parecen evidentes pero que se
construyen sobre errores en el modo de ser de las cosas. Son, en mi opinión, las más
peligrosas, porque han calado tan hondo en nuestra visión del mundo que muchas de ellas las
hemos acabado aceptando en forma de tópico y porque en ocasiones estamos tan poco
pendientes de los discursos que nos rodean que al final hay sectores comunicativos totalmente
basados en falacias (la publicidad, por ejemplo) sin que sintamos ningún escrúpulo al respecto.
Otro aspecto relevante de este tipo de falacia es que, al no poderse analizar formalmente, en
ocasiones es difícil delimitar el tipo del que hablamos -es por esto que hay tantas formas
distintas de clasificarlas- aunque en el fondo eso tiene poca importancia. Veamos los tipos más
habituales de falacia informal.
Falacia ad populum: sin duda alguna la más extendida y usada; consiste en afirmar que algo
es correcto o válido porque mucha gente así lo dice o hace. Ejemplos típicos:
● Mamá, déjame llegar a las 5 porque a todos los de mi pandilla les dejan.
● Cien millones de fans de Justin Bieber no pueden estar equivocad@s.
● A Benardo se le da fatal la filosofía, pero es que a todos sus compañeros les pasa lo
mismo.
● La mayoría de los españoles votó a favor de la constitución, así que no vengas con
ideas para cambiarla.
Es una falacia tan extendida y aceptada que ni siquiera nos chirría al oído e incluso hay quien
no es capaz de entender el error en el que se incurre que es, simplemente, que la repetición
de un hecho u opinión no convierte a ésta en razón o causa de nada.
Falacia Ad hominem: extendidíma también, y a la que somos especialmente proclives los
españoles, a saber por qué. Se da cuando se descalifica a una persona para rebatir su
argumento o bien se argumenta descalificando a la persona y no a lo que ha hecho o
dicho.
Ejemplos:
• Cómo quieres que me guste la Filosofía, si Manu parece lelo...
• Mira pija de mierda, no me venga con que defiendes ideas de izquierdas
• No hay más que ver la mirada bobalicona de Rajoy para adivinar que este país se
hunde sin remedio...
• Zapatero peor no lo pudo hacer, qué se podía esperar de un tío tan inculto...
Falacia ad vericundiam: este tipo de falacia a veces se subdivide en varios, pero por
simplificar las cosas yo os doy una definición general: es la falacia que consiste en que
apelar a la autoridad o a la consideración social o histórica de una persona para
justificar una afirmación, ejemplos:
● Nietzsche estaba loco porque me lo ha dicho Manu el de Filosofía.
● Los de Quitalascabrasdenmedio son todos medio analfabetos, si lo sabrá mi padre, que
es de allí...
● Como dijo Aristóteles, todo el mundo es curioso por naturaleza.
Falacias de “falsa causa”: este es el nombre que se puede poner a un montón de falacias,
casi todas con extraños nombres latinos, -no sequitur, post hoc ergo propter hoc y otros por el
estilo- y las agrupo bajo el nombre de “falsa causa” porque todas consisten en una
interpretación errónea de la causalidad; lo que se hace en ellas es confundir a la gente
mostrando lo que parece una relación de causa-efecto entre dos hechos cuando
realmente esa relación es otra con la que nuestra intuición puede confundirla. Los casos
más típicos son inferir de dos hechos que se suceden el uno al otro o que coinciden en el
tiempo que tienen relación entre sí, ejemplos:
Falacia del falso dilema: aunque a este tipo no se le presta mucha atención, quiero que lo
aprendamos porque es un argumento erróneo y malintencionado al que hoy en día, con la
crisis que arrastramos, mucha gente recurre para justificar sus injusticias. Consiste en
hacer pensar que ante una situación determinada tan sólo hay dos alternativas, cuando
no es así. Lo que hace quien la usa es presentar sólo dos alternativas: la primera, una
terrible desgracia y la segunda, su idea. En la realidad, excepto en entornos formales o muy
medidos, no hay nunca sólo dos opciones para cualquier cosa. Esta falacia a veces es terrible
porque conduce a personas agobiadas o poco reflexivas a tomar decisiones absurdas como
mínimo. Veamos ejemplos:
● El primero, las justificaciones que muchos políticos, de PSOE o PP, han venido
haciendo en los últimos años para justificar los recortes (ojo, yo no entro en la
conveniencia de éstos, sino en la forma de su defensa) así, extraigo un párrafo de una
noticia en la que se comparan las justificaciones de ambos
(http://www.lavozdegalicia.es/noticia/politica/2012/07/11/zapatero-rajoy-similitudes-
justificar-recortes/00031342030015031763729.htm)
Recortes «imprescindibles», dijo Zapatero en 2010; medidas que «no son agradables, pero son
imprescindibles», que «duelen», pero que son «la única opción» existente, ha advertido Rajoy. Para
ninguno de los dos fue sencillo ser portador de negras noticias: «No es fácil para un Gobierno dirigirse en
estos términos a la Cámara», aseguró Zapatero; «Yo soy el primero en estar haciendo lo que no le gusta»,
ha admitido hoy Rajoy.
● Otro ejemplo es eso que nos ocurre cuando queremos convencer a alguien de que
necesitamos algo que nos vamos a comprar y para justificarlo lo comparamos con otro
producto peor. Tengo dinero ahorrado, mamá, déjame que me compre el Iphone, que
los los Samsung son una mierda. Hay otras opciones, entre ellas la de no tener
smartphone o móvil, que ni se contempla.
COMPLEMENTOS Y EJERCICIOS
2. Pon ahora un ejemplo de cada uno de los tipos que he explicado y comenta dónde
está el error, como he hecho yo en los de arriba.
3. Hay muchos tipos de falacias que yo no he querido explicar en estos apuntes pero que
son igual de interesantes. Vamos a trabajarlas para exponer en clase como yo diga en
su momento, pero ya os digo cuáles son, para que lo tengáis presente porque se os
preguntará por ellas igualmente en el próximo examen.
a) Falacia ad ignorantiam
b) Falacia del muñeco de paja
c) Falacia de la pendiente resbaladiza
d) Sofisma patético (Sofisma significa falacia, más o menos)
RECOMIENDO
• Para estudiar este tema hay multitud de páginas y anotaciones dispersas por internet,
pero a mí me gusta usar como referencia la página USO DE LA RAZÓN
(http://perso.wanadoo.es/usoderazonweb/html/index.htm)