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¡Bah! No tengo ganas de Sobre las dos de la tarde Bueno, anda a ver a la señora.
hablar. empezó la lluvia ¿Y qué pasa mañana?
Ay –dijo Martina- igual no Pedro se echó a reír y ¡Bah! No tengo ganas de
para. descargó el saco en la hablar.
carbonera. Estaba negro de Ay –dijo Martina- igual no
carbón, desde la frente a los para.
dedos de los pies, que
asomaban por las sandalias.
Le tendió el papelito. Martina
se secó las manos en el
delantal y subió corriendo la
escalera.
Ya me figuro que algún día
parará, so tonto. Digo, que
igual no para mañana.
La señora asomó detrás del
paipay, con su remoto anuncio
de tintorerías, año 1932, en
rojo, globos y niño-niña de
largos rizos.
El ojo de porcelana azul de la Bueno, anda a ver a la señora. Sobre las dos de la tarde
señora brillaba Señora, el carbonero. empezó la lluvia.
desconsideradamente en la ¿Y qué pasa mañana? Ya me figuro que algún día
masa de polvos blancos, y la parará.
onda untuosa caída sobre la La señora asomó detrás del
inexistente ceja depilada. paipay, con su remoto anuncio
de tintorerías, año 1932, en
rojo, globos y niño-niña de
largos rizos.