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El “Derecho Penal Económico”, según se sostiene en doctrina, participa solo en parte de los principios del
derecho penal y en ciertos aspectos se separa de éste. En general esa separación implica la relajación de
ciertas reglas del derecho penal común
Tal autonomía parece hoy una realidad, puesto que si se revisa la forma como se trata esta disciplina en
diversas universidades del extranjero (principalmente España y Alemania), una de sus características es
que ha sido dividida su estructura penal en parte general y parte especial. Asimismo, un sector de la doctrina
la trata como autónoma al extremo de estructurarla en función a nuevos principios, añadiéndose a ello el
hecho de que pocos juristas han cuestionado su presunta autonomía.
Pero por otro lado hay una afirmación de que el llamado derecho penal económico, no constituye en la
actualidad un “nuevo” derecho penal especial autónomo respecto del derecho penal común, sino que se
halla regido por los mismos principios jurídico-penales que el derecho penal común u ordinario y encausado
a través de idénticas instituciones dogmáticas, claro está con particularidades propias de su “adecuación”
al objeto de regulación.
La posición negatoria de la existencia de la autonomía del derecho penal económico fue sostenida por
Sebastián soler. Su principal argumento es que la noción de delito económico es falsa porque no está
construida sobre la noción de bien jurídico, es decir que en su opinión mal puede existir esa clase de delitos
a puesto que no están destinados a la protección de bienes cuyo contenido de injusto sea consagrado por
la sociedad. En otros términos desde su punto de vista las acciones reprimidas por esta rama del derecho
penal no son disvaliosas desde el punto de vista ético social. (Righi, 1991)
En síntesis se puede afirmar que el derecho penal económico existe y que sus normas están destinadas a
la protección del mismo bien jurídico además de ello que es una especialidad porque tiene características
propias que no son las comunes en los restantes delitos que ellos se verifica porque las soluciones
tradicionales de la dogmática penal si bien son aplicables en gran medida no dan respuesta adecuadas
algunos problemas propios de esta rama del derecho penal es por ello especial sin llegar a ser autónomo.
CONCLUSIONES
El derecho penal económico si bien en nuestra legislación no es autónoma, existe, y a tal punto de que en
la actualidad se ha venido dando mayor importancia ya que estos delitos han ido en mayor crecimiento,
delitos que afectan a un gran número de personas y trae una gran repercusión en lo economía. Observando
nuestro Código Penal podemos darnos cuenta de que ha ido modificándose de acuerdo a los tiempos,
circunstancias etc.
Como lo mencionamos el Derecho Penal interviene en las conductas ilícitas contra el orden económico
cuando las demás ramas jurídicas no sean capaces de originar su cumplimiento. Es por ello que muchas
conductas que son delitos, no se sancionan como tal, sino que por tener un carácter subsidiario se opta por
una sanción, que en estos casos puede ser una sanción administrativa, quedando impune muchas de estas
conductas delictivas.
También concluimos que los delitos de cuello blanco son los que más afectan y causan daños al orden
económico pero que quedan impunes por muchos factores entre ellos las influencias, el nivel económico,
la corrupción que existen por parte de nuestras autoridades.