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BREVE INTRODUCCIÓN A

LA AUTORIA Y
DESTINATARIOS DEL LA
EPISTOLA A LOS
HEBREOS
por:
Sebastián García Ramírez

ASIGNATURA: Ep. Hebreos


NOMBRE DEL PROFESOR: Héctor
Escobar
FECHA 10-12-2017
FACULTAD DE TEOLOGÍA
DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
BOSQUEJO

INTRODUCCIÓN....................................................................................................................1

I. AUTORÍA ...........................................................................................................................2
A. San Pablo .................................................................................................................................. 2
B. Apolo .......................................................................................................................................... 5
C. Bernabé...................................................................................................................................... 6

II. DESTINATARIOS ........................................................................................................7


A. Roma .......................................................................................................................................... 9
B. Jerusalén ................................................................................................................................... 9

III. POSIBLE IMPLICACIÓN PRÁCTICA .............................................................. 10

CONCLUSIÓN.......................................................................................................................... 11

BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................... 12
INTRODUCCIÓN
La epístola a los Hebreos ha sido uno de los libros del Nuevo Testamento más
interesantes, y que más atención ha suscitado entre los eruditos. Esto se debe,
principalmente, al enigma que existe referente al autor y los destinatarios. El libro
contiene una gran riqueza teológica, pastoral y de aplicación práctica, que, a cualquier
tipo de creyente, tanto a conocedores de la Biblia como a fieles que recién han leído por
encima la carta, atrae. La exaltación de Cristo que es ofrecida, el énfasis en el nuevo
Pacto, y la continua exhortación a permanecer, a madurar y a seguir hacia adelante, hace
que la lectura de este libro sea amena y contemporáneo para nosotros.

A continuación, ofrecemos una breve introducción a los tal vez, temas más
controversiales para aquellos que se adentran en su estudio, esto es, la autoría y los
destinatarios. No pretendemos realizar un estudio exhaustivo, sino más bien exponer de
forma panorámica aquello que se ha aportado desde la teología a estos dos temas
fundamentales.
I. AUTORÍA
Como occidentales que somos, hemos tenido la tendencia de querer esquematizar las
teorías, a pretender tener todo bajo control, a buscar la lógica de su estudio, la coherencia
y el orden en cualquier ámbito en el que se encuentre; ya sea en una profesión, arte,
ciencia o en lo académico. Cuando sentimos que desconocemos algo, que aún no hemos
sido capaces de encontrar una respuesta absoluta, tambaleamos. Buscamos distintas
hipótesis, diferentes métodos o supuestos para intentar encontrar una respuesta que calme
nuestro deseo de tenerlo todo en orden.

Lo mismo sucede con la autoría tanto de los libros tanto del Antiguo Testamento, como
del Nuevo. La teología se adentra en la precisión de quien fue el causante de ciertas
doctrinas, que había en su pensamiento, que pretendía, cuál era su motivación a la hora
de escribir etc. Es un goce descubrir y tener la certeza de poder descansar con cierta
absolutez en la autoridad plena de algunos autores.

En el caso de la carta a los hebreos, no es posible afirmar con rotundez que se sabe a
ciencia cierta quien fue el escritor de tales escritos. Se ha abierto una baraja de posibles
candidatos a ser los responsables de este gran tratado teológico-pastoral; entre los que se
encuentran, por ejemplo: Pablo, Lucas, Apolo, Bernabé, Aquila, Priscila, Pedro, Judas el
hermano de Jesús, Clemente Romano, Silas etc. Sin duda alguna será de gran interés
conocer en base a que datos diferentes pensadores atribuyeron estos escritores a estas
personas. Aunque nosotros nos ceñiremos a Pablo, Apolos y Bernabé.

A. San Pablo1
Desde tiempos pretéritos se ha adjudicado este tratado teológico-pastoral al apóstol Pablo.
Prueba de ello, y en el pasaje en el que se basaban era la mención que hay a Timoteo en
Heb.13:13 Sabed que está en libertad nuestro hermano Timoteo, con el cual, si viniere
pronto, iré a veros (RV60). Esto da a entender de que el autor tenía cierta relación cercana

1
No ofrecemos todas las evidencias tanto a favor como en contra de la posibilidad de que Pablo haya sido
el autor; puesto que nos llevaría bastante más espacio del requerido. Sin embargo, en la bibliografía dejamos
algunos libros de referencia en donde se aborda el tema con mayor exactitud.
con Timoteo, y posiblemente haya sido alguien próximo tanto al autor como a los
destinatarios. Según las demás cartas de Pablo, se aprecia claramente tal relación de
amistad, discípulo e hijo espiritual de apóstol. Hay más objeciones que aluden a que la
carta posiblemente fue escrita por él, sin embargo, no remitiremos de forma breve, al
testimonio de algunos padres de la iglesia.

Según Samuel Pérez Millos, el testimonio más antiguo que alude a tales escritos al apóstol
se halla en el Codex Chester Beatty, alrededor del siglo II, Orígenes2 escribía lo siguiente:

La índole estilística de la epístola que se titula a los hebreos, no presenta


aquella rudeza de palabra de quien se declara imperito en el decir (2Co. 11:6),
es a saber, en la manera de decir; sino que aquella carta es muy griega en la
composición de las palabras, lo cual concederá quienquiera que con pericia
pueda juzgar de la diferencia de expresiones. Pero también todo el que haya
leído atentamente los escritos apostólicos concederán que las ideas de la carta
son admirables y que en nada ceden a ningún pensamiento de los libros
apostólicos. Las ideas son ciertamente del Apóstol, la dicción y la
composición son de otro, que quiso recordar lo del Apóstol, como quien
escribe las palabras del Maestro. Por esto, si alguna iglesia tiene esta cara
como de San Pablo, hay que felicitarla por ello; porque no sin causa nuestros
mayores nos la entregaron como carta de Pablo. Pero quien la ha escrito, en
verdad solo Dios lo sabe.3

En la iglesia oriental (Atanasio, Cirilo Alejandrino, Cirilo Jerosolimitano, Crisóstomo,


Gregorio Nacianceno, etc.) citan la carta directamente, y dan por entendido que esta
pertenece a la autoría de Pablo. Agustín de Hipona no tiene problemas en citar la cara
como inspirada por Dios, y escrita por la pluma de Pablo. Sin embargo, plantea también
la opinión de los que opinan que no.4

En los concilios que se celebraron en áfrica en el año 209 en Hipona y 397 en Cartago se
habló acerca de la posible autoría de Pablo: “Epístolas de Pable Apóstol, trece; del mismo
a los Hebreos, una.”5

2
Considerado como el teólogo y erudito bíblico más respeto e importante de la iglesia primitiva entre los
padres de la Iglesia.
3
PÉREZ MILLOS, Samuel. Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento: Hebreos,
Barcelona: CLIE, 2009., p.18-19.
4
TURRADO, Lorenzo. Biblia comentada VI: Hechos de los Apóstoles y Epístolas Paulinas, Salamanca,
BAC, 1965., p. 727.
5
Ibid., p. 727
Aunque tal vez algunos de los padres de la iglesia reconocieron tales escritos provenientes
de la mano de San Pablo, posteriormente surgieron críticos que comenzaron a percibir
ciertas diferencias entre los escritos de Pablo, y los de Hebreos. A continuación,
expondremos un cuadro echo por el cardenal Albert Vanhoye, en donde encuentra
algunas principales discrepancias entre ambos escritos.

PABLO EL AUTOR DE HEBREOS


Estilo impetuoso e irregular Estilo cuidado y tranquilo
Le gustan las oposiciones enérgicas Le gustan las transiciones suaves
Suele situarse en primera fila Se borra detrás de su obra
Defiende su autoridad apostólica (Gál.1, No pretende ser apóstol (Heb.2,3)
1.12; 2 Cor.11)
Suele usar: "en Cristo", "Cristo Jesús", No utiliza esas expresiones; compone
"Jesucristo nuestro Señor" o "nuestro fórmulas originales para preparar el
Señor Jesucristo" nombre de "Jesús" (Heb 2,9; 3,1; 4, 14; 6,
20; 7, 22; 12, 2.24).
Para citar el A. T. dice con frecuencia: no usa esas expresiones; de ordinario usa
"la escritura", "está escrito" simplemente el verbo "decir"
Nunca habla de "sacerdote", "sumo habla constantemente de "sacerdote",
sacerdote", "sacerdocio" "sumo sacerdote", "sacerdocio"6

También presenta algunas similitudes que se pueden hallar tanto en los escritos de
Hebreos, como en los paulinos:
 La nota acaba con un saludo final típicamente paulino (Heb 13, 25; cf. Col 4,18;
Tit 3, 15).
 La nota de envío habla de Timoteo (Heb 13, 23), que es probablemente el
compañero de Pablo (l Tes 1, 1; etc.).

6
VANHOYE, Albert. El mensaje de la carta a los Hebreos, Estella, Verbo Divino, 1980., p. 6.
 Hay en el N. T. 65 palabras que sólo emplean Hebreos y san Pablo; por ejemplo,
"combate", "orgullo", "profesión de fe", etc.
 La doctrina de Hebreos sobre el sacrificio de Cristo (9, 14; 10, 10.12; 13, 12)
encuentra su mejor preparación en Ef 5, 2.25 (cf. Gál 2, 20).
 Fuerte polémica contra le ley:
Gá12, 16-21; 3, 19-25- Rom 4, 14-15; Heb 7, 12.16.18-19.28 10, 1.8-9; 13, 9-
5, 20; 8, 3 10

 insistencia en la obediencia redentora de Cristo:


Rom 5, 19; Flp 2, 8 Heb 5, 8-10; 10, 9-10

 Forma de expresar la gloria de Cristo:


Col 1, 15-17 Heb 1, 2-3
Flp 2,9; Ef1,21 Heb1,4
Col 2, 15; Ef1, 21 Heb 1, 4-14
1 Cor 15, 27; Ef1,22 Heb2,8
1 Cor 15, 25 Heb. 10,137

B. Apolo
Apolo sería una de las personas a las que posiblemente se le adjudique esta epístola. El
reformador del protestantismo, Martin Lutero, fue el primero en ofrecer esta posible
opción. Como base a su hipótesis, se basa en el pasaje narrado en Hechos 18:24:
“Mientras tanto, un judío llamado Apolos —un orador elocuente que conocía bien las
Escrituras— llegó a Éfeso desde la ciudad de Alejandría, en Egipto” (NTV). El término
“elocuente” pretende dar a entender que era alguien instruido, capacitado y culto;
cualidades que se encuentran en la epístola por parte del autor. También, en el verso 26,
y a favor de Apolo, se puede mencionar la relación de este con Priscila y Áquilas, amigas

7
VANHOYE, Albert. El mensaje de la carta a los Hebreos, Estella, Verbo Divino, 1980., p. 6.
de Pablo: “Cuando Priscila y Aquila lo escucharon predicar con valentía en la sinagoga,
lo llevaron aparte y le explicaron el camino de Dios con aún más precisión (NTV)”. Lo
que da a entender de que eran conocidos, y que la idea de que un hombre preparado y
capacitado como lo era Apolo, podría perfectamente haber escrito un tratado teológico en
su momento.8

El hecho de que Apolo fuese de origen judío, se preparase intelectualmente en una de las
mejores escuelas helenísticas como Alejandría, tuviese una gran preparación a cerca de
las doctrinas del Antiguo Testamento, una capacidad de oratoria y retorica maravillosa
para la predicación, puede ofrecerse para fácilmente apostar en favor de Apolo como
autor principal de Hebreos. 9

Sin embargo, y aunque la propuesta expuesta por Lutero parezca atrayente; el hecho de
que esta oferta no cuente con el apoyo de ningún padre de la iglesia o anteriores maestros
importantes, el planteamiento de Lutero se desvanece históricamente. También el hecho
de que no se cuente con ningún otro aporte literario por parte de Apolo, hace que se dude
de su autoría. Puesto que tales aptitudes se pueden encontrar en una gran cantidad de
maestros contemporáneos a la época apostólica, cualquiera pudo haber sido el autor de la
carta. De este modo desaparece aparentemente la posibilidad de que Apolo hubiese
escrito el tratado teológico en el que nos sumergimos 10

C. Bernabé
El primero en proponer a Bernabé como posible autor, fue el padre de la iglesia Tertuliano
(siglo II y parte del siglo III); quien veía en él las capacidades suficientes como para haber
sido tranquilamente el autor principal. En su hipótesis se basaba en el texto de Hechos
4:36: “Por ejemplo, había un tal José, a quien los apóstoles le pusieron el sobrenombre
Bernabé (que significa «hijo de ánimo»). Él pertenecía a la tribu de Leví y era oriundo de
la isla de Chipre. Vendió un campo que tenía y llevó el dinero a los apóstoles (NVI)”. El
hecho de que Bernabé perteneciese a la tribu de Levi, hace entrever que le era común lo

8
KUSS, Otto y MICHL, Johann. Carta a los Hebreos, cartas católicas, Barcelona: Herder, 1977., p.31.
9
VANHOYE, Albert. El mensaje de la carta a los Hebreos, Estella: Verbo Divino, 1980., p. 7.
10
Ibíd., p.7.
relativo al sacerdocio levítico. Por otro lado, provenía de la isla de Chipre, en donde se
cree que aprendió perfectamente el griego de la época.11

En hechos 14:14 se le llama junto a Pablo, apóstol: “Cuando lo oyeron los apóstoles
Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces
(RV60)”. Posible argumento para hacer notar su autoridad frente algunas iglesias y
regiones donde el cristianismo estaba expandiéndose. (Hechos 4.36, 37; 11.24, 26–30).12

Sin embargo, el hecho de que tampoco se encuentre evidencias de algún otro escrito suyo,
hace que esta objeción se quede en la duda, ya que no se evidencian más argumentaciones
a favor de él como causante de, como se conocía en la antigüedad, “a los hebreos”.13

II. DESTINATARIOS
De la misma manera en la que no es seguro afirmar con total rotundez quien fue el escritor
de la carta, nos es igual de complicado averiguar a qué comunidad iba destinado el escrito
a los hebreos. Y como es de esperar, gran cantidad de propuestas han sido expuestas y
analizadas; las regiones varían, y algunos proponen desde, Jerusalén, Alejandría, Chipre,
Asia Menor, Corinto, la comunidad del Qumran, hasta Roma, etc.

Dado que en la carta no se encuentra ningún nombre en concreto a quien pudiese ir


dirigida, ni ningún lugar, ni una comunidad, es imposible determinar un lugar específico.
Por lo tanto, es menester buscar su procedencia desde fuentes externas. Por ejemplo, a
partir del siglo II se ha conocido esta carta con el nombre original: “A los Hebreos”.14
Así la conoció Clemente de Alejandría y Tertuliano a finales del siglo III.15

11
KISTEMAKER J, Simón. Comentario al Nuevo Testamento: Exposición a la epístola a los Hebreos,
Grand Rapids (Michigan), Desafío, 1991., p.,21-13.
12
PACE, Martel. Hebreos, una introducción: ¿Quién escribió Hebreos?, La Verdad Para Hoy, 2005, p.,1.
13
Ibíd., p.1.
14
Nombre no puesto por el autor de la carta, sino por compiladores que dedujeron que se dirigía a una
comunidad hebrea, esto ese pensaba por el contenido de la carta.
15
TURRADO, Lorenzo. Biblia comentada VI: Hechos de los Apóstoles y Epístolas Paulinas, Salamanca,
BAC, 1965., p. 722.
Se pone en duda, no solamente el lugar geográfico al que iba dirigida la carta, sino
también se llega a especular acerca de qué tipo de comunidad iba destinada; algunos
aluden, y sin dejarse guiar por el título de tal, que iba a un tipo de creyentes gentiles, y
que no precisamente debían pertenecer a la nacionalidad judía.16

Los que creen que los receptores de la carta eran judíos o de procedencia hebrea, se basan
en la constante mención y alusión a los escritos veterotestamentarios y las referencias a
los ritos culticos que se regían en aquel entonces. Sin embargo, algunos creen que esto
no son pruebas suficientes para dar por validez que los destinatarios eran de procedencia
hebrea. Comenzando porque en el texto no se haya ninguna llamada a “los hebreos”,
como por ejemplo, se observa cuando Pablo hace mención a la iglesia de los Gálatas
(Gál.3:1;1.2), ni mención a los judíos e israelitas, esto no se percibe en ningún momento
con nuestra epístola estudiada. Por lo tanto, observan que es más adecuado titular la carta
“a unos cristianos”, puesto que la constante llamada por parte del autor es a perseverar en
la fe y en el seguimiento a la persona de Jesucristo, llamada que se hace actualmente a
todo creyentes, sin importar su procedencia o etnia. 17

La gran cantidad de posibles comunidades a la que iba dirigida la carta varia bastante,
algunas de las más sugerentes son las siguientes:
- Judeocristianos de Palestina (sobretodo, Jerusalén)
- Sacerdotes judíos convertidos
- Judeocristianos fuera de palestina
- Judeocristianos de Roma
- Etnocristianos de cualquier lugar
- Etniocristianos que vivían en Italia o Roma.18

16
VANHOYE, Albert. El mensaje de la carta a los Hebreos, Estella, Verbo Divino, 1980., p. 4.
17
Ibíd., p.4.
18
KUSS, Otto y MICHL, Johann. Carta a los Hebreos, cartas católicas, Barcelona: Herder, 1977., p.34.
A. Roma
Los que presentan a Roma como posible ciudad destinataria, se basan en Heb.13:24:
“Saludad a todos vuestros pastores y a todos los santos. Los de Italia os saludan” (LBLA).
También el término poco usual para ser utilizado en designar a los líderes19, es el mismo
término que se halla en los escritos de Clemente y el Pastor de Hermas. Dan que pensar,
planteando la ciudad de Roma como posible ciudad principal.20

B. Jerusalén
Los que apuestan en favor de Jerusalén, lo hacen movidos por el sentimiento religiosos
que presenta el autor: el culto, Antigua Alianza, continuas menciones a escritos
Veterotestamentarios que serían difíciles de comprender para personas de no procedencia
judía.21

Sin embargo, y en contraposición de esta ciudad, se dice que la situación de Jerusalén en


aquel entonces estaba embarcada por el templo, y no se encuentra ninguna mención en la
epístola de él. El autor pone en primer plano a tratar y a interpretar lo relevante al
tabernáculo, y aunque tanto el templo como el tabernáculo eran temas primordiales en
Jerusalén, aquí solo encontramos referencias al tabernáculo.22

19
Heb.13: 7. 17.24.
20
KUSS, Otto y MICHL, Johann. Carta a los Hebreos, cartas católicas, Barcelona: Herder, 1977., p.34.
21
TURRADO, Lorenzo. Biblia comentada VI: Hechos de los Apóstoles y Epístolas Paulinas, Salamanca,
BAC, 1965., p. 723.
22
BRUCE, F.F. La epístola a los Hebreos, Gran Rapids (Michigan): Libros Desafíos, 1987., p.32.
III. POSIBLE IMPLICACIÓN PRÁCTICA
Tras haber analizado de manera breve, tanto los principales candidatos a la autoría, como
los posibles destinatarios de la epístola a los Hebreos, hemos decidido añadir un apartado
en el que podemos sacar algunas enseñanzas prácticas y de relevancia para el creyente de
hoy en día.

Comenzamos por hacer referencia a lo visto hasta ahora, es decir, es imposible saber a
ciencia cierta quien fue el autor, y quienes fueron los destinatarios de “Hebreos”. Tan
solo nos queda tomar una actitud de humildad y expresar aquellas palabras que con mucha
razón escribió Orígenes: “Pero quien la ha escrito, en verdad solo Dios lo sabe”. Esto nos
tiene que llevar a todos los creyentes de la actualidad a reconocer que no tenemos la
última palabra con respecto a la verdad, la doctrina, el dogma, las interpretaciones
bíblicas, el pecado, aspectos morales y éticos etc. Por no alargar más la lista. Siempre es
mejor saber reconocer a tiempo que no se sabe algo, a pretender defender a ultranza
ciertas prácticas y creencias que son subjetivas con apariencias de objetivas.

Tristemente es la realidad en la estamos sumergidos en algunas congregaciones; pastores


autoritarios, doctrinas que se defienden a como dé lugar sin dar pie a la discusión o la
reflexión por parte de creyentes que opinan diferente o tienen una perspectiva distinta a
la establecida. De este modo, lo único que se consigue procrear es un ambiente de
sectarismo, anulando todo pensamiento distinto, y tachándolo de herejía o que pretende
causar daños a la fe los creyentes.

Lo único que nos queda para un posible cambio en nuestras iglesias locales es invertir
tiempo en el estudio, la reflexión teológica, y la estimulación del pensamiento. Abrir las
diferentes opciones en cuanto un tema a tratar, y que cada creyente se sienta libre en
opinar diferente, siempre y cuando se actúe en amor y en un espíritu de unidad y reflexión
entre los hermanos. Finalizamos pues, invitando al lector a que, de la misma manera en
la que no se puede realizar una declaración fija y absoluta frente a los temas que hemos
abordado anteriormente, examine si está tomando ciertas posiciones sectarias frente al
libre pensamiento creyendo poseer la verdad en la que tantas personas estamos en busca.
CONCLUSIÓN
Habiendo finalizado el presente estudio, alentamos a todas aquellas personas que desean
adentrarse en el estudio de los libros de la Biblia, a que se sumerjan en el maravilloso
mundo de la teología. Que estudien, examinen, y retengan lo bueno para sus vidas y
desechen todo aquello que no fomenta la unidad y el amor entre los hermanos.
BIBLIOGRAFÍA

BRUCE, F.F. La epístola a los Hebreos, Gran Rapids (Michigan): Libros Desafíos, 1987.

PACE, Martel. Hebreos, una introducción: ¿Quién escribió Hebreos?, La Verdad Para
Hoy, 2005.

PÉREZ MILLOS, Samuel. Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento:
Hebreos, Barcelona: CLIE, 2009.

KISTEMAKER J, Simón. Comentario al Nuevo Testamento: Exposición a la epístola a


los Hebreos, Grand Rapids (Michigan), Desafío, 1991.

KUSS, Otto y MICHL, Johann. Carta a los Hebreos, cartas católicas, Barcelona: Herder,
1977.

TURRADO, Lorenzo. Biblia comentada VI: Hechos de los Apóstoles y Epístolas


Paulinas, Salamanca, BAC, 1965.

VANHOYE, Albert. El mensaje de la carta a los Hebreos, Estella, Verbo Divino, 1980.

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