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clrI Sosn r Avl'ot,,l¡ lloutrÍctrItiz


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CULTURA Y
RESISTENCIA
EN MEXICO
r-faÍi¡--)
ICNACIo SoSA Y ANTOII\E RODRiCI FZ
(EDrroRns)

CULTURA Y
RESISTENCIA
EN MEXICO

Nosrxol,ro
Edi¡iot¿s
ÍNDICE

PRESENTACIÓN. Cultura y resistc¡cia eo lUéxico


Iard¡io Sah) Attoir¿ ka¿ngs.<

RUÑAS Y IÍONUMENTOS DE LA PROITIET]DA GR.ANDEZ{ 19


Noias pda un¿ tectur¿ de la resistenciá á tr¿rés
de 1á composició¡ y recomposición de1 espácio
urbeo en el serenio de lósé López Portilio

63 A fILA1dS DE
LA I{ET'IORIA DBL 4l
PONL{TOWSKA, TAIBO tr, MONSIVÑS Y VOLPI

CULTU&A NIUSICAL Y RESISTENCIA EN T{ÉXICO, 1968 1933 55


L, mu"rá popJl¿r y Io' Tedo, de cor rn c¡cron maqv¿

¡ENIINISIIOS EN MÚ'1CO 79
De l¿ contracultura a 1á institucion¿lización

CONSIDELdCIONES SOARE LA
DR O 2013. NosrtroNro Ediciones ENSAYÍSTICA DT] MUJERES EN MÉXICO

CurDADo DE L! ED¡cróN Y n!oG&\FiA:


IIOT{O-RESISTENCL{S EN MÉXCO, 19?1-1988 115
Estrat%ias par¿ sáül delos sótanos
RÉUSIóN Y P¡¡!^MC'ÓN DET 1trTO:
clandestlnos de la vida social
Almr Rosa Chárez Nledelf¡
Chnsú¡n ElÉgo Sán.hez Gacla

"CAjDOS DE SUEÑO Y E5PEIT¡NZAS., 131


I{oümientos guerriileros de los sesentz eo dos ¡ovelas
Impreso v iecho e¡ }fé¡co la
neic n s: M¿bond d¿ la E ,ra dt /a¡J$t|! y and¡ ¿¿r alúd
r-*e lrbro oo Fued. lóiócopL'do n' rca'odu' o
rr Ii¿litb Negí,
toBlo o cjrL;cñre por ruñeln mcJioÓ mdttulÓ iin
h.rrc;ác ón ú. é«to d.lo§ «lúo(!'
III GENE(ACIóN t47
UNA C ARTA DE AIIOR A
L^ riá^ poéro en Lo¡ ,1¿t4lt6 ü,¡rier de Roberto Bolaño
PRESENTACIÓN
Cuitura y resistenci¿ en Nféxico
FN I6t]
RI]SISTI.]NCIA DESQUICLADA
T.L F]ÉRCftA II .ÜMIN,IDA DE D¡VID TOSCANA Ig,d,;o Sorry Ai/aire R ¿ng"¿z
K»!n"¿ Vdi¿d P'eeb¿

t77
BIBLIOG!.AFÍ,{ L PRESENTE LIBRo es e1 resultado del Seml.ariol
.rlrua . tol,t.ci.n l\Lxico: do d.. d., d.,.si.-
DTSCOG¡AFÍA teocia (1968 1988), orsaruzxd¿ por la Univesité de
Liége, Lx U¡ivesidad Nicional ]\utó¡oh, de M¿xico, l¿ U¡irü
sjté Ch¿rles de Gáulle Ll-[e3, Emb,iada de N1éxico o BAgica,
Cerrrc o Lrdd.. cn CNiL,.'uon,, L¿ngle rr Lé"re L¡ú;ens
. (cEcILLn), Rc]eúons i¡ton¿úo¡ales, Páris, que tuvo como pro-
pósito e¡plora¡ el fenóheno de la tesisre¡ci¿ cuLrur¿l e¡ }tóxico
dumntc et periodo scñálado. Los parri.ipantes cn el Sehha¡io,
¿¡¿lizaron los !ínculos cntrc cultur¡ y poliúc¡ en Nléxico co¡ el
prupusiro ao Jr c\rltJ.l¡ (rl,ur¿ \ d pol..c¿ hcg. ñon , A . iu.
como el lector podrá d\-ertir, atraüza( las ña¡ifestecio¡es de
qüe.es las resistcn.
A t¡¿r¿s de los mütipLcs sig¡ificados dc resistedcir se puede¡
cst¿blecd 1xs reldones cxistentes e¡tle cnltu@ y polírica. Los
estüdiosos de ésá. co¡!'e¡cidos de la ¡ecesid¿d dc limirarl, como
obieto dc cstBdio c¡fati,a¡ la autonomíx det f¿ctor polÍtico. Se
resisten a pondehr la i¡1pom¡cia de los factorcs clntür.lcs, til
\r, porquc ¿ üavés dc éstos se cstxblcce¡ líneas de conti¡uidad
enüe los problemás acntales y los que distintls socicdades enfre¡-
t2ro¡ e¡ or(os liempos.
El de1 fenómcno de 12 resistencia hueslt¿ los vjgoro
sos
^nálisls
l¿os e¡Úe polítio y crüturz etr ú escen¿rio, eo cl quc cl quc
se desarroll¿ el dram¿ contcmporá¡co de la d.slgu,ld^d, no ,sí e]
dc la igu1ld¡d, entrc sobernxntes ! sober¡¿dos. Asimhmo mlcs
tra que en 1, conflicri!-2 relacióh ent¡e quienes ma¡d¿n y quicncs
obedecen, los prineros no apela¡ a la cspad¿ como rázón de se¡
de su dohinlo, sino a un discurso que, co¡rcrtido en relató. per-
siguc explicár cl origen, 1á necesidád r l¿ conveniúci2 de la sitIa
Cuando éstos sentaron las bases que permitieron a los palses occidentales, esta-
ción de desigualdad en la que viven los dominados'
de blecer la igualdad, no sólo entre los hombtes, sino entre los ciu-
;;p;" las f,temisas del discurso del dominador y se aProPian dadanos y los gobernantes. Por eso resulta soqprendente que en
.lfuJ, a .orr-fli..o sobre el papel que desempeña
la fierza' en el
imperante' se diluye y' México, en los doce años que se estudian en este Coloquio, aque-
áG" ¿" f" desigualdad en-el-ordán social llos intelectuales y políticos que habían sido educados en los prin-
,ólá ," hace visible en asPectos Puntuales que no ponen en riesgo
cipios de la igualdad, no tuvieran un programa específico para
al sistema Político.
hegemonía' estableceda y sólo se refirieran a ella como una meta que se en-
El control a tfavés del discurso político, esto es, la
contraba al final del desamollo económico. Más sorprendente,
-r.r,.u la eftcaciay las ventaias de apelar a los factores culturales
coercltlvos sl para el estudioso de la historia, resulta que, los intelectuales libera-
al mismo tiempo que muestra que los instrumentos
ticonrol, en el corto plazo' a-latgo les y políticos cdollos, conociendo Ia forma en la que la igualdad
bien son útiles-pata mantener
que-produce cada enfrent¿- se desarrolló, sacudieran los hombros cuando se les prcguntaba
plazo son inoperantes por el desgaste
por las medidas que debían tomarse para poner fin a tan vergon-
Iri.",". V"ntui" añadida del meniionado discurso' es que el ritrno' zosa situación, para, después de fruncir el seño, tespondieran que
contrastante
,,rrrr", l"ato, con el qoe operan los factores culmrales'
ofrece al domi- la :úruca responsable de la desigualdad era Ia "tradición"; dando a
,."t^ *pia.r.o., 1, s" á"s""wtl"t la política' le
entender que la fuerza de los hombres del ayer, es superior a la
no utroul ttt forma precipitada'
-'- -f^' el tiempo necesario Para
nador, -
voluntad de los hombtes de hoy.
upt.uiión de términos como dominadotes y dominados
Este punto de coincidencia de muchos políticos y académicos
pr.u de la relación política, muestra que esos vocablos
"f-ioafitis formados en afamadas instituciones educativas, en culpar al pasa-
I" ,"fi"r". a una sociedad en la que no opeta una visión democrá-
y la subordinación do de las desigualdades del presente, muestra que la mentada
tica, igualitaria, sino otra, en la que laientqttia
el empleo de üchos autonomla de la política no basta para explicar los sucesos del
,o.r p.i".ipal baremo. En otias palabras'
presente y que es necesario apelar a los factores culturales para
"i
términos muestra que el análisis se refiere a una sociedad de ma-
la retórica oficial esclarecer los motivos de los que resisten. Los gobernantes de la
triz colonial .o^o lo mexicana que, aunque
sociedad mexicana finisecular, consideraban los valotes motales y
insist en que su sistema político ábtd""" a premisas democráti- culturales como entidades abstractas, temas de debate académico,
cas, éstas no cortesPonden a la visión de los
individuos y grupos
pero no normas pata gaiar sus acciones. Para el mismo periodo,
que la comPonen.
polí- muchos intelectuales, estaban convencidos de que su obieto de
En el actual contexto, en el que la obra de los científicos
iomentaristas políticos- se orienta deseo era el deiar constancia en publicaciones en las que el pauón
ticos, así como los textos de los
el rub-ro.{e para medit Ia excelencia era el estar al corriente de las últimas
al análisis del fenómeno de la democracia, sea. baio pubücaciones, de los textos más significativos, así como de los
de consolidación
uansición a la democracia, sea baio el nombre
debates que se generaban en el ámbito académico internacional.
i. h d"*o..acia, pudiera Parecer anacrónico' o sólo de interés
evitar esa La actitud de unos y otros muestran que la cuestión sustantiva del
rli".r.i", el analizai el fenómeno de la resistencia'Pata
señalar el hecho de que si tan- mundo moderno, la igualdad, no forrnó parte del debate político
ertónea imptesión, es conveniente
basan en la ni tampoco del académico mexicano en esos años. Fue obra sí, de
to el liberalismo como de la dcm«¡cracia moderna' se quienes resistieron a un discurso que ptoclamaba que México, pot
que este pfln-
idea de la igualdad natural entrc los hombres' Para
v se conviftiera en fin, se había transformado en un país moderno. Quienes resistie-
.ifi" "ur"i"nara el reino dc la abstracción revolucio- ron reclamaron que, el discurso de Ia modernidad, para ser cierto,
tuvieron que realizar las
párru pu., la vida tcrtenal' sc
requería de medidas pata integtzt a quienes eran considerados
que representan el
fá[ri.ut, inglcsa, amiricana y francesa'
'rr",
diferentes y pot ello, se les excluía.
otto del mundo- modctno. L¡¡ ircs fcvoluciones en
coniunto

1l
10
tengan m catáctet conflictivo y que, el grupo dominante apele a
Es por eaa razó¡ que, en aras de Poner de telieve el vínculo Ia línea evolutiva como el eie en de su discurso.
.i.rl*., y política, en estas líneas, se emplea el término de Un ultimo comentario de porqué se emplea el término resis-
"rr,r"
resistencia prtu ahd"g"ido de la connotación
exclusivamente
y revolución' tencia. El fenómeno de la resistencia no tiene como fundamento
política. de los términás oposición, desobediencia
'Erto, ,ro.rblos el principio de igualdad entre el gobetnante y el gobemado, catac-
se emplean pata describit dos vías; distintas' Par
terístico de la democracia modema, sino que se basa en la inme-
Á.^ro", el poder; iadamentaia y la exttapadamentada' Quie-
la
morial experiencia que muestra que el gobernarlte se aprovecha
.r., r"rist".r, en camblo, no aspiran a convertirse en grupo domi- de la servidumbre del pueblo. El acto de resistir oo se basa en l¿
es la búsqueda
nante, sino en recuPerar el dominio de sí mismos; aspiración de una sociedad democrática o de una libertaria en la
sí mismos lo que
á"f páa". del indiüduo o de los 8ru!9s -s9'lre que todos son iguales o aspiran a sedo. Tampoco se basa en la
, turt"iraa la resistencia y que tt ¿if"l de entender porque',al
del poder teoda del pacto social y la obligación de obedecer a la autoridad
contrario de las luchas pofttus, no persiguen desplazar que de él se deriva, porque la lógica de quienes resisten sobre el
Pot ello no resofta exraña la insistencia de la
a los gobernantes. árigen del poder es semeiante a la que expresó Étienne de la
la que pretenden
resistácia en el término dignidad, pues éste es Boétie, en s.¡t Dismr¡o de la seruidanbre uoluntaria.
que se
ulrun y la que define su ácción' Dignidad es el vocablo De la Boétie afttmaba que "no hay necesidad de combatir a es-
^r inalrri¿rro o al grupo que tiene resPeto. de sí mismo; del
;f.;; En otras te solo tirano, no hay necesidad de dertotado, es derrotado por sí
,á.p",o que tiene u ,,ra áot"t, creencias y convicciones' solo con tal de que el país no consienta a su servidumbre; no hay
p"t'ub.rr, ,qoellos que resisten, Io hacen Para fecuperat la
-posi-
y que les es que quitarle nada por sí, con al que no haga nada contra sí mismo.
iiJ" h qo" 1o. hace dueños de su destino
"tlgi";l, Son los pueblos mismos los que se deian, o más bien se hacen
negada por los dominadores. devorar, pues deiando de servir se übrarían de é1. Es el pueblo el
"et es necesario señalado' es el único cu-
aár*i.ro resistir, esto que se subyrrga, el que se degüella, el que pudiendo elegir entre set
yo énfasis no descansa en el supuesto de una línea evolutiva' atra-
o siervo o ser übre, abandona su independencia y se une al yugo".l
so-desarrollo, tafi c m pot1ti"itt", marxistas imaginados
de la modetniza- El argumento de la Boétie, se emplea aqujpara mostrar que en
realmente existentes y seguidores de la teoría los factores culturales se encuentran las tespuestas a las preguntas
ción; esta línea, batemo de las ciencias sociales' si bien sirve para
que enfren- básicas de por qué el hombre obedece y por qué el hombte deci-
establecer un corte que sePara los distintos problemas de resistir. Encontrar una respuesta a esas interogantes requiere
,.t,igr,t y los problemas que vive la sociedad
üron las sociedades que se anaücen los factores culturales, entendido éstos como la
moderna, en cambio, .ündo se apüca a una sociedad como la suma de valores, creencias y símbolos que le permiten al indivi-
a la mencionada
nuestra en que conviven gruPo§ que, de acugr{o duo y a los grupos sociales entender su situación en el mundo y
distintas' muestra que
líne¿ evolutiva, serían ubicados en etapa§ que le sirven, además, como pautas para orientarse y resolver los
los motivos de individuos y
ácha tínea es Poco útil para entender problemas derivados de la convivencia.
Esie probleml t'xuevo' como lo de-
;;;.. subaltetnos. :: Enríquez' Los grylu Resistir, en síntesis, es la acción de situatse en uno de los lados
irof*., el texto de don Andrés Molina
de la relación dominantes-dominados y rcchazat la hegemonía de
j*,fn*^ nacionales, en el que estudió, hace poco más de un siglo' Ios primeros sobre los segundos. La hegemonía se eierce mediante
por
los problema§ que se dcrivan de una sociedad comPuesta un discurso en el que el dominante tiene como propósito conven-
y gtuPo§ que no ticnen noción de la propiedad y.otros
individuos
privada cl obietivo de su existencia' En
áJl, i,t"pi"aad
;;;;;*" I Éti".rne
un contexto asl, no resulta cxtraño, que las relaciones políticas DE LA BoÉTrE, Ditcano de la sentidumbrc aoltntaria, Eütodal
Trotta, Madrid, 2008, p. 29.

13
t2
creeflcias' argumentos' que, efl su discurso, se preciaba de representar una síntesis de la
cef, flo con las arfnas, con las ideas, valores
El que resiste es el que se historia nacional y que tenía como propósito la grandeza del país".
á".i., con los elementos de la cultura'
", en el mundo' ya que resistir y Nestor Ponce (LIRA, Université Rennes II), en su texto "La
ha e*plicado a sí mismo su situación
de acuerdo a los filólogos' resis- memoria del 68 a través de Poniatowska, Taibo II, Monsiváis y
;i;rr'r" son equivalentes Porque' Volpi", propone una teflexión sobre memoda e historia acerca
ti",," * oágtt en sitaare' es decit' posición' El
Jt ,rocablo'qo" y de del movimiento estudiantil mexicano de 1968. Entre las numero-
"s."tit,", p.r"d" u."p*t, á *utto de supropia tradición
[". "" depende sas ptoducciones üterarias, ensayísticas, visuales y musicales que
los valores áe su coltora, q"" 'o siruación desventaiosa
cita en bibliografla y que dan cuenta de una minuciosa investiga-
;;l ri,i" al que fue arroiado en el momento de su nacimiento'depeto una ción sobre el tema, Nestor Ponce elige cuatro libros esctitos por
dependa
Io que no acePta e§ que su situación de desventala
cuando así ocurte' advierte que el ordena- cuatro destácados intelectuales meicanos de distintas generacio-
tradición aiena ya que
nes y publicados en distintos momentos Post-Tlatelolco¡ I-a noche
*i".r,o voluntad de otro hombre de imponerse'-U"g'-
"*p."rriu
áo ..," iorr,o, resistir, puede interptetarse como
un reclamo a de Tkteloho (1971) de Elena Poniatowska; 68 (1993; 2008) de Paco
^ "l de la sociedad obedece a Ignacio Taibo II; La ina§nación 1 el poder snd historia intelexual de
la afirmac^ión de que el or?enamiento
involuntarias dela nat:u¡raleza'
f968 (1998) de Jorge Volpi; E/ 68, Ir tradición de la resi¡tencia
fie¡¡:zas a las fuerzas
que aborda- (2008) de Catlos Monsiváis. Su planteamiento es el siguiente:
Los participantes en el Seminario y los problemas
Ignacio Sosa Letras' UNAM)' a "¿Cómo se construye una memoria ante la tentativa de olvido
.orr, ,oá lo siguientes: @ilosofía.y
los promovida por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y los gobier-
;;;;; or, íraliri, de la función que cumplen las ruinas v
'monumentos en la Ciudad de México, en su participación intitu- nos sucesivos, aflte una preflsa que mayoritariamente echó un
propone manto de silencio ante el acontecimiento? ¿Qué papel desempe-
lada "Ruinas y monumentos de la promeida.gandezl"
sobre la noción de resistencia' Su ñan las artes y los intelectuales ante esa poütica de silencio? ¿Qué
,r.ru ."fl"*i¿., política y cultural
en el sexenio de es la memoria?". Muestra las telaciones que se establecen entre el
anáüsis ," .".rt" en dos Proyectos que surgieron
de las zuinas del relato memorialístico y el trabaio histotiográfico.
J"Jiop* Portillo ltcllZ-l'»ez¡: La restauración
Ricardo Pérez Montfoft (CIESAS, México), en su participación
TemploMayot, catgo del antropólogo^Eduardo Matos Mocte-
^ del Paháo de S"n Lázaro' a cargo del "Cultura musical y tesistencia en México 1968-1988: la música
zvrí y el monumento popular y los medios de comunicación masiva", tras dibujar una
son las
u.qoL"oo Pedro Ramítez Yázquez Demuestra cuáles ndiografia detallada de lo que fue la música popular en los años
caso de las ruinas'
án'rflau¿". políticas de dichos ptty""tot' En el
sesenta en México, se centra en la canción de protesta, "la nueva
," i"á,0 á.,rp".u, la gande)a del poderío-mexica; en cuanto al
señalar la puianza canción mexicana" y en los canales altetnativos que permitieron
Palacio de San Lázarcl st erección Pretendía
si pueden leerse como la su difusión. Frente al auge de la música tropical, del bolero y de la
d.i .ir.".n, político. íus rt'ioas, Éien
rartcheta, fue el rock y sus derivaciones nacionales e internaciona-
sobte el vencido, también señalan la presen-
victoria del vencedor les la música que pudo competir con los éxitos populares en los
una resistencia, de una tensión latente que el discutso do-
cia de
El palacio-de medios de comunicación masiva. Paralelamente, y sobre todo a
minante, al integradas en su retórica, intenta anular'
de la Candelaria de los partir de los acontecimientos del 68, se estaba forjando otro tipo
i^rLár ro,ubi"cado en la popular colonia de los de música conocida como "canciones de protesta", "canciones
Patos, se ideó como i"ttno de restaurar la tota unidad
y el pueblo' sociales" o canciones comptometidas" que no pudo contaf con
o.rbiernos de la revolución mexicana
una difusión masiva. Fueron lugares como las "peñas" los que
"-e;d"r Ig"acio Sosa afirmando que él sexenio de López Porri-
de un régimen permitieron atribuide un espacio de expresión, seguidos por los
llo "r.prcsá¡rtó-la penultima etapa dc lalar8l;. agonía conciertos en los sindicatos, mítines y festivales. El carácter con-

15
t4
testatario de esta música Ia condenó a quedarse
en una especie de por muieres: Sor Juana Inés de b Cr'¡z en el siglo XVII y más
de la década de los ochent¿' mo- recientemente Rosario C¿stellanos a quien dedica Ia investigadora
clandestinidad hast¿ mediados
como EugeniaLeí¡' ex integran- un espacio importante para señalat una toma de palabra en defen-
meflto en que ciertos cantantes,
ligado al Partido Comunista Mexicano' sa de los derechos de la mujer y los de la escritora en el campo
i" a"f g."pt Víctor Jara,
lo, *"diot masivos de comunicación' literario mexicano. Este artículo militante da cuenta de la evolu-
urJr,
"nt Estela"r,Serret (uAtu-Azcapotzalco, México) abre su artículo ción del ensayo escrito pot muieres que, al no tener ya que justifi-
la institucionaliza- car su presencia ni su legitimidad en las letras mexicanas, se en-
Feminismos en México: de la contracultura a
México, como en el resto del mundo' no se camina hacia su inserción en la ensayística, liberado de su diferen-
.i¿r, ,.lrarrrdo que en
un feminismo sino de vados feminismos y dé- cia sexo-genérica, o sea de una ienrqrazación i¡fenoizada.
p""1. frrUfr. dÉ
ha aportado Antoine Rodriguez (CECILLE, Université Lille 3) centra su ar-
muestra cómo su presencia, aunque poco visible'
Se centra tículo "Homo-resistencias en México, 1971-1988", en las estrate-
cambios significativos en el eiercicio dc la democracia'
de los años sesent¿ aladé- glas para salir de los sótanos clandestinos de Ia üda social en los
.., to. f"*i".rismos de la segunda ola,
iincolación con la ilquierda pxa movimientos de resistencia homosexual mexicanos, y muestra
cada de los ochenta, y su
naeaa
proceso de formación de su tostro corltem- cómo fueron haciéndose del espacio público para luchar conta la
anahzar "el compleio
conribuyeron a ampliar la marginación, el silenciamiento y l¿ homofobia dominantes. La
;;;;""- Los fimioi.mos mexicanos de poder y de visibilidad de los homosexuales mexicanos, como efl el caso de
visión de 1o político y cuestionar cualquier forma
en el ámbito públiio como en el de la vida Ios homosexuales estadounidenses y europeos, pasó por dos tipos
opresión femenina
de canales: las manifestaciones de ctácter político y los medios
plJra, Junto con el movimiento homosexual' los movimientos cultutales. El artículo sigue cronológicamente los pasos de la
que se entendía
feministas intentafon reformular los términos en
Insertados en una corriente contracultural' visibilidad homosexual mexicana y señala cómo se fue operando
;il;i;;uaüdad. se plan- un cambio entre una primera etapa de tesistencia radical, "revolu-
íos f.minismos, así como el resto de la nueva izquierda,
en las mentalidades' El artículo de Estela Serret cionaria", y una progresiva normalización.
i.u.o. o., cambio
dio lugar a una Edith Negrín (Investigaciones Filológicas, UNAM), en su parti-
también muestra cómo poco a Poco el feminismo
y fue enttat'do en la academia' Para su insti- cipación sobre "'Caídos de sueño y esperanzas'. Movimientos
ensafstica
"r..i*t"
tucionalización fue necesario cambiar de nombre'
como lo revela guerrilleros dg los sesenta en dos novelas mexicanas: Memoria de la
po..¡.*pto el Progtama Intetdisciplinario de Estuüos de la Mu- lnrrro d, losjustos y Las atltas del albd', a patat del anáIisis de dos
de México' novelas que relatan dos momentos diferentes en la lucha guerd-
Jer (lmu) del Colegio
' birrrá Castilleia (Facultés Univetsitaires Saint-Louis' Bruselas) llera en México, Menoria de la Guerra de lot justos de Gustavo Hira-
de muieres en les (1996) y l-as arrnas del alba de Cados Montemayor (2003),
en su texto, CoÁideraciones sobte la ensayística
muestra el valor testimonial de la üteratura y su capacidad a im-
M:;i.", pri" a" la observación de que la producción ensayística mascuü- ponerse como acto de resistencia cultural frente al intento de
;;;i;¿t ocuPa url lugar muy infeiior a la.producción
género literario' Quizás por- ocultación de las instancias dominantes. Ambas novela§ dan
,ru írt ,rrtologíus dedicadas a este
"., "adorables Schere- cuenta de la gesta guerdllera de aquellos jóvenes que, insatisfe-
q". á f"g^t qoJr. l" asignaba- a-las
;s¡ri1l11s'
siglo xx, se limitaba a la pro- chos con las organizaciones tradicionales de izquierda e influidos
).adas", ñr.," t, ptimeralnitad del
destaca la idea por el impacto de la tevolución cubana, vieton en la via armada
ducción ficcioni. Del ardculo de Diana Castilleia
una maneta de un medio para un posible cambio social. Memdria de la g.ten'a de los
..t* t que el ensayo ha sido gara las escritoras jutÍot gnvita sobte la trayectoria de un personaie que se comPro-
masculina en el campo üterario'
,"íir,i. .o.rtra Ia dominación
ptccursoras del ensayo escrito metió con la l)ga Comunista 23 de septiembre y constituye una
Diana Castilleia menciona a doc

t7
16
de los años
desmitificación de la visión romántica de la guertilla
al cuartel militar de
s"*n,u. l-as arma¡ del alba da cuenta del asalto
grupo de militantes el23 de
il;;á Madeta (Chihuahua) Por un por su
RUINAS Y MONUMENTOS
,"pi"t"f." ¿e 1SOS y mo"sttá cómo este acontecimiento'
del movi-
DE LA PROMETIDA GRANDEZA
p,jesta discurso épico, obra como acto fundacional
Notas para una lectuta de la tesistenci¿ a través de la composición y
"n
guerrilleto de los años 1970 en México'
-i".r,o tecomposición del espacio urbano en el sexenio de José López Portillo
Floránce Oliüer (Cnnc, Univetsité de Paris III Sorbonne
Nouvelle), en 'ntJna carta de mi genetación: la vida poética
arrror a Ignacio Sosa Áluare{
muestra cómo ésta se .
.n f* ¿í*rr¡*, rulu{u de Roberto Bolaño"' .

de clase
po"d" t como la-gesta de unos ióvenes tevolucionarios Hasta cuando existieta el mundo,
'*.Ji, y ".media baia'(os infrarrealistas) en un proceso de resisten- nunca petecerá la fama,la gloria de
Novela polifónica, México Tenochtidan.
cia soc'io-cultutal dutante los años 1970-1980.
irtisoria, escatológica' lo¡ detectittes ¡alaa' Poema náhuad
;;il;, heroico-cómica,
de una época
)r, au ,rren* de las propuestas artlsticas y vitales ¡Oh ciudad dca, pueblo sin segundo,
'Áur.udupor el desencÁ'o y busca de rluevas vías de expre- más llena de tesoros y bellezas que
"tt autobiogra-
,i-áf á"^""perimentaciones sociales' Es a la vez una la de los años
de peces y arenas el mar profundo.
n^Ái¡"^ y colectiva de una genetación rldi¡al' Betnatdo de Balbuena
t.,*o post-Tlatelolco, qo" t" iot'virtió en la leyendaenemblemáti-
.r'¿" á" iuventud tebelde' También se condensa ella' como En estas líneas se ofrece una lectuta de la ciudad de México como
1,, ,p"";; dlor".." Oüvier "una bteve historia de la izqüerda o la un registro de victorias y de derrotas; de las primeras dan cuenta
extáma izquierda medcana" y "una ctíaca al auténtico
fracaso los monumentos y de las segundas las ruinas. Las primeras las
autori-
..".i".i."*io del gobierno "'b"'o, a cuyo§ puritanismo'
episodios"'
atiende en forma pdvilegiada la historia mientras las segundas las
en varios
irtit*. rePresor y foÍtica cultural se alude Lieja' Bélgica)' eo presefva la memoria. Además, se aborda el vínculo entre cultura
Kristine Vr.rá"., Berghe (Jniversidad de política y resistencia cultural meüante el análisis los proyectos del
"R".irt"..i, desquiciada á"ni 4n'an iknin(o de David Toscaza"' Templo Mayor a cargo del antropólogo Eduardo Matos Mocte-
,;;;t d. i"t teárías de Johan Huizincz.Y:*'Ladens'la 1938) v de zlrmay el del Palacio de San Lázaro, cuyo responsable fue el ar-
novela de quitecto Pedro RamírezYázqwez. Ambos proyectos fueron reali-
Ráger Cailloi s (I-ts jetx'et let bomues, 7958) atabza
que en escena a un zados a fines de las décadas de los años setenta y principios de la
DÁd Toscana (El e¡ército iluminado,2006) Pone
él un
g"rr"r^l excéntrico y o,,ot niños retrasados que forman con
a década de los años ochenta del siglo pasado. En este periodo se
princi-
i¡er.lto y se lanzan en ufla batalla quiiotesca' Bl personaie produio un importante giro que marcó un nuevo derrotero pzra
un mexicano conüacultural sino todo Io contrario' el país. La inflexión, que comprendió tanto aspectos político-
pA no
", ioven recuPerar la antigua grandeza de Mé- económicos, como sociales y culturales, tuvo su cento de gravi-
i "t oU¡",irro ie su batalh e§ las tiirras del Norte que anexaron los tación, ya no en la ciudad de México, sino en los grandes centros
li.o éste aún posela
"or.rdo Toscana cuenta en urbanos del norte de la repúbüca.
estadounidenses a su país' La novela dc David
áefinitiva un caso deúrante de resistencia patriótica, nacionalista, tlna lectuta, simbólica, de las ruinas de dicho templo, así co-
la nueva configuración dc un México que está
entrando en mo del monumental palacio legislativo, revela la finalidad política
iÁ" r
ir-."-pr.¡, y ptobleniática árcr de la modernidad' Da cuenta de de ambas. En el primer caso se persiguió tecupetar la grundeza
on *orrdo cadLco in agonla y cn vlac dc cxtinción' del poderío mexica y, en el otro, mostrar la pt\anza del sistema

18
un testimonio de permitió seguit mostrando al régimen heredero de la revolución
político. Los dos Proyectos persiguieron oftecer
gratdeza, Petrolera, mexicana'
corilo una vía distinta que merecía una segunda oportunidad. La
i, ,r.rru
las bases del expresión de un intelectual simpatizante del régimen fue ¡Echeve-
En los años de los que se ocuPa este seminario'
air."ar" p"fitico mexicano, entraron en crisis' La certidumbre rtía o el fascismol Empeto, el Estado ya no pudo seguit utilizan-
mostraba, hasta los años sesenta del siglo do la fórmula, de eficacia comprobada, de la gran famtha revolu-
q"" oficial
"iaiJ"*so de la vÍa política escogida' es decir' cionaria, o la de México unido; gobiemo y sociedad que Pese a
iuruao, sobre lo correcto la concen- sus desencuentros habían tenido una via más o menos pamlela,
oresidencialismo, designación unipersonal del sucesot'
como la empezarort a seguir vías divergentes. La sociedad mexicana vio
i.;;tó"-ilñuár'd. pid", "t' manos del presidente; así mixta baio los pdmeros pasos de la sociedad civil, a través de movimientos
vta econórnica, desarrollo estabilizador, economía
del "milagro mexicano"' El creci- sociales, de carácter gremial, ferrocarrileros, peffoleros, magiste-
.o.rt*I e'statal, permitiahablat
riales, así como de médicos. Los gobiemos de la revolución re-
4i""," ininterrumpid o y la paz pública' era mosuado de
como
desa- primieron a estos movimientos por consideraciones de arcana
que ilustában ia sabiduría de la vía mexicana
"i"*pf"t
.lá[á. a lu'"sp"ro del siguiente Paso que nunca se dio' se produio imperii relatlos a la supervivencia del régimen. Sin embargo, éstos
al país lo único que anunciaban erala aparición delos arcana ¡editioni¡.
.t f."Uaio de la crisis párAt' y económica' que mantuvo
del desartollo y del take of qtele permitiría al país La febril actividad del licenciado Echeverría, muestra, como
arrt"rdu
"rr'1, con ningún otro presidente,la revaloración del genetal Cárdenas.
equipararse con las naciones industriales'
-'
del desarrollo inminente debía cumplirse en un Con este discurso se intentaba mostr¿r que el régimen podía
iu p.o*"sa cumplir sus vieias promesas. Perseguí, alavez,asebatat las voces
se 'letuvo en
foto.o l"r.urro. Sin embargo, algo falló y la máquina
definitivo; el sistema emergentes que mosttaban que el desartollo de la sociedad civil,
.i *á*""," en que debía dar un impulso
los poderosos empresarios del grupo Monterrey y los educados
p"ii-,f." u d^t muestras de tesquebraiamiento y distintas
"*e "zó jóvenes de las capas medias ilustradas que, al unísono reclamaban
?o.*^, de resistencia, pasivas y activas, sociales y culturales
se
que la un papel que hasta ese momento se les había negado. El régimen
manifesaron abietamánte' El discurso oñcieJ afirmaba
aiustes y' vfia Yez rcahza- no tuvo argumentos para reincorporar a esta§ fuerzas que se ha-
crisis se resolvería mediante pequeños
bían escapado de su control. El discurso del Estado era sólo el del
dos éstos, eI país ," ,""tpt"ttáetía la ma:cha'
L9s- críticos' en
que á ruido significaba que el desplome era gobierno; ya no contaba ni con empresarios ni con intelectuales.
cambio, consiáeraban
de tiemPo.
Lainica gratdeza correspondía al pasado, ala épica revoluciona-
cuestión Poco tia y a Ia más lejana, todavía, del liberalismo decimonónico.
En esos año s, la grandeza prometida quedaba' como las
de
el sistema se ceró El desgaste del tégimen se aceleró por años y al ftnal del sexe-
igualdad y fusticia, sin-cumplir' La pinza sobre
Paz y el grupo nio, hasta por meses. Por eso cuando el licenciado José López
cuando, por una parte, inteiectualei como Octavio
usar la consagrada frase' una democra- Portillo inició su mandato lo hizo solicitando perdón a toda la
Vuelta, dlemarrdrÉan, Para
la otra, §ectores medios y divetsos de tta- población por las promesas incumplidas. En el sexenio de López
cia sin adietivos y, Por
aplazada Portillo (7976-1982), la revolución había quedado atrás, pese a
baiadores reclamarán el cumpümiento de Ia largamente
Luis Echeverúa (1970-1976) se en- que él se autocalificó como el ultimo presidente de la revolución.
l"lt"a social. El presidente de que El régimen ya no contó con apoyo populat, pese a que ningún
lorrtró ante el dilema de convenccr a la opinión púbüca
no §cdan cosméticos' sino pro- partido de oposición presentó candidato para las elecciones. José
durante su gobierno los cambios
Ia ola de dictaduras que asoló la López Portillo intentó convencer nuevameflte a Ia población de la
ir.rrr¿or. Prü fo*,¡na dcl régimcn,
necesidad de agtuparseralrededor del Estado como única fórmula
;;1; "";." el año de to64 y cl dc 1980, con la excepción México'
de
le para salir de la cdsis. Empero, las voces de la sociedad civil, estu-
Vlnezuela, Colombia, Co¡t¡ Rice, lsf como del propio

2t
20
mostraron núcleos de intelectuales que, ifl vez en México, permitieron que
diantes, obtero§, y la nada desdeñable guerilla urbana'
en que el presidente era se diera una dinámica de aproximación a los países del área.
que atrás habían quedado los felices días
la gtan familia mexicana' La larga crisis política que se vivió en los sexenios cofiespon-
ánsiderado el f efi indiscutible de
dientes Luis Echeveda Alvarez, José Lopez Ponillo y Miguel de Ia
En lo poÍú"o-".onómico, el intervencionismo estatal' antes
Madrid Huttado, coloqüalmente conocida pata los dos prirnetos
factor funáam efltail p^t el desarrollo económico, se vio seria-
tercios, como la docena uágjca, ofreció, en forma paradójica, el
mente desaflado al inicio de los años setenta, tanto Pof ñterzas
prin- esfuerzo de dar nuevos bríos a un rucionalismo cultuml que ya daba
internas como las de los ascendentes gfuPos emptesariales,
Monterey y Guadalaiata' como muestfas de agotamiento terminal y, un ügoroso y emergente mo-
cipalmente, de las ciudades de
vimiento cultural, que desarrollaba nuevos modelos con los que Ios
pá, Us demandas internacionales de una mayot apertuta de.la distintos sectores de la sociedad mexicana pudieran identificase.
'..or,otnía. -Ll fi¡ahzat Ia, década de los años ochenta' la crisis
Vieios modelos culturales, señaladamente el del indigenismo,
había devastado el modelo centralista que, tres lustros
antes, era
pudo sostener mostraron que, para las décadas de los años setenta y ochenta,
considerado inaltetable Pero que' sin embargo, se
peuoleras que permlueron er n ya inopetantes y que su crisis era, como la del sistema ptesi-
gracias a la ampliación de las reserva§
dencial, terminal. El modelo sostenido por casi medio siglo no
ZÍrr^ur,de acoerdo ala ftase de Edward Kennedy, que se había pudo set, pese a los esfuerzos, renovado ni modernizado. Apare-
p.oao.íao un milagto mayor que el.de la Yltg":.d" Guadalupe'
cieron nuevos Méxicos, al matgen de la propuesta uniformadora
La crisis po-r renovar y modernizar el modelo político' soste-
partido de la retórica oficial y su idea de identidad mestiza y nacionaüsta,
nido por casi.inc,renta aÁos de dominio hegemónico del
de una sociedad que ya que deben ser estudiados como tesultado de la resistencia al dis-
de Eátado, y adaptado a las necesidades
vio acompañada por la aparición de curso dominante. En esos años y señaladamente a partir de la
no se identificaba con é1, se década de los años ochenta, la sociedad buscó nuevos canales que
**n"" insurreccionales tanto de la ciudad de México como de
permitieran un cauce distinto al trazado por la cultura oficial,
írrio. del país. Sorprendentemente la conservadora ciu-
".trdos
dad de Monterrey fre la cona del movimiento utbano
más impor-
tante. La insurrección atmada fue interpretada como una resPues-
r"pii*ió al movimiento social Rdnasl mofir/mentl§: una uisión dude la resistenda que conpreude la lucba
ta ala forrrta en la que el gobiemo
entre ciai liyación 1 b arbarie, devnv llo 1 atra,ro, moclernidad 1 tradicití n
del 68.
Los vielos tópicos oficiales, de la unidad nacional y del nacio-
momen- La historia, de acuerdo a la fórmula lapidana,la narr:an los vence-
nalismo revolucironario, a los que acudía el gobierno en
de sec- dotes, no sólo la propia sino también la de los vencidos. Empero
tos de crisis, se mostraron inoperantes ante las demandas si bien la historia no se ocupó, hasta hace unas décadas, sino de
tores emergentes que veían, en-el discurso oficial, el incumpliendo
los vencedores, eso rlo significa que los vencidos no hayan tenido
de vieias pio*"rur-. La dicotomía planteada pot
Fernando Benítez
memoria de lo ocurrido y aunque la historia muestra que la mayo-
d. ¡Echwerría o el fascismol muestra el ambiente político que
ría de los pueblos es el resultado de viejos conflictos que arroja-
f."iut."i, en América Latin¿ durante esos años de la Guerra Fría'
ron vencedores y vencidos, conquistadotes y conquistados, lo que
La trág¡c historia de las dictadura§ de seguridad nacional' implan- no muestfa con el mismo detalle es que, unos y otros, encontra-
y Costa
tadas In la región, §alvo en México, Colombia, Venezuela
del p'ís' La oleada migta- ron la forma de coexistir. Tampoco muestrá la historia los meca-
Ri.r, ,"p"tcráó en el ambientc culn¡ral
dictaduras miütares' nismos que los últimos emplearon para no olvidar su ptopia iden-
to.ii áO*"no m¿sivo, sin prcccdcntes, las
tidad, Estos mecanismos son fundamentalmente simbóücos,
imPortantes
en particulat Ia chilena y la atgentina, desplazaton a porque el símbolo tiene como finalidad reunir la unidad que se ha

23
22
por la l-a uaípicq k
foto. su función es la de festaufaf la unidad fragmentada realidad interpretación sinbólica
nece§ario a¡ahzat las propuestas que. a lo
conquista y pata ello es
historia, colonial' independiente Lo que mantiene unida a una sociedad no es su sistema iurídico
ffi a. U. tt"t etapas de nuestra
alcanzat' un tipo de unidad sino su otden simbóli.o. Étt" es fundamental parr^ justificat el
;.?;;"d".án"r, s" han hecho para
q,r" ,ro signifique sometimiento' Ést" y oo otro es el
problema orden social; la lucha en el orden simbólico mienüas más intens¿
en pers- sea ésta, mayor es la profuodidad de la crisis y la que aquí se co-
forrdum".iut dát qoe se ocuPa el análisis de la resistencia
pectiva histórica. menta es la que se desató en México de 1968 a 1985, estudiada por
'--nn t. historia patnala conquista representó' parala sociedad ciencias sociales, como la economía, la sociología y a ciencia políti-
una ruPtura que está en la base misma de la escindida ca. Dicha crisis puso al descubierto la fragiüdad y la inseguridad,
indígeoa,
i¿en"ti¿aá mexicina. Entre Ia antigua gnndeza
del pueblo que del sistema político. Por esa razón, el discurso de los sexenios que
la situación de pobreza comprenden ese periodo intentó convencer a la opinión pública
dominó en el Valle del Anáhuac y actual
al igual que los descendientes de los cientos de pueblos que la que h etapa que se estaba viviendo en ese momento era un
"*t "mr,
itaig""ut d"ipri., las etapas de la-resistencia.han sido' respecti- episodio pasajero, no esüucturalr 1, {ue el enorme déficit financie-
del cuerpo coloniall', la lucha fratricida del ro, en las palabras del presidente López Portillo, era "un problema
.r"-?.r," "las ilagas
México decimonánico y Ia pervivencia de los grandes problemas de caia".z La crisis se percibe en el tipo de lenguaie que se utilizó
nacionales o, corno la llamó un conocido periodista'
la amarg*a para describir la situación enúe los gobiernos de Díaz Ordaz y
del México contemporáneo. Llagas, horot y tgÜra subyacen José López Portillo. En la década de los años sesenta se hablaba
quienes se
^ri
han opuesto a las del "milagto mexicano" y la rctóica política adaptaba, al caso
en la resistencia actva y pasivaáe
de dominación' mexicano, la sorprendente recuperación de Alemania y Japón que
- lE, formas
distintas
mar- dio lugat a que los medios hablaran del milago alemán y el mila-
.rr, lugar común señalar que la cultura mexicana esfá
cada por la"profunda escisión que rePtesentó la conquista',El gro faponés respectivamente. El tópico del "milagro" se abandonó
porque se utilizó para ocultat lo que el tégimen consideraba ver-
..roltudo de ésta, no fue la creaiión de un país' sino la de dos
gonzoso, es decir, la creciente marginalidad no sólo de los indíge-
Méxicos que coexisten en un mismo teritorio y que buscan
en-
Ln el tereno de la identidad nacional. Sin embargo, los nas y los campesinos, sino de la creciente población de inmigrao-
contfafse
que comPtenden los varios México, si bien ocupan
el
ñ;t asintótica; es decir' por más
irir-" espacio, su aptoximación es los elementos legitimadores de l¿ sociedad; la cultuta que es el acervo
qrre s. ha.ri esforzado no han llegado a tenef contacto'
En una
del simbolismo y la sensibilidad expresivos; y la esmrctuta social, que es
sociedad tan ienrq'izada, el estudio de los valores que le han el confunto de ordenamientos sociales atinentes a la distribución de las
.obrirtir co*o unidad y que le han dado orden' son un personas en ocupaciones y en el orden político, y a b asignación de
permitido
tema sustantivo.l recursos para satisfacer las necesidades sociales establecidas". Daniel
Br.l.l-, I-zs contradiccione¡ sociale¡ del caPitali§rr,o, CONACULTA f AJnnza
I "En el examen de cualquier sooedad se corrc el riesgo de deiarse sedu- Editorial Mexicana, México, 1989, p. 183.
rrues- 2 Los conceptos sori históricos y evoluciona en forma constante. Si en
cir por lo transitorio y Io tumutrtuoSo' Estos problemas acaParan
presente' Al-gunos oeos tiempos, cuando no existÍan los estudios comparativos, la gloria y
uas energías y nue§üas pasioncs¡ nos absotbcn en el
eslán calgedos dc consecuencias paa el futuro; la fama de cada pueblo, era autorrefetencial. En los días que cotren, la
á"
".ro.-protlemas pronto qucdan reducidos a cetizas' grandeza, no se relaciona con las gandes victorias, sino con los indica-
ot
-- o" rr¿á esPectacularmcnt.r-pcto
soclcdad debe uatar de identificar dores de des¿rrolio. En estos días la grandeza es una fotma atcaica de
ioáo.*rá"r, significativo ác uno
refedrse al desarrollo y a la riqucza, mientras qüe el vocablo atraso se
que dan
to, a.rn"rr,o. más irofundo¡ y Pcrlirtcntcs que son las fuerzas
Uc¡ ámbitos: los vaiores que son apüca ala pobreza.
forma ala sociedaá. Ést¡¡ rc'din cn

25
24
tes que buscaban tefugio en las principales ciudades' Si había un bio, eta "la resistencia cultural pasiva, procurando preservar a
milagro, éste era el de la sobrevivencia en la urbe' En coniunto, los nivel de estructura social local y de organización doméstica, los
."*"oio, de Luis Echeverda y de López Portillo, fueron llamados valores culturales fundamentales que dan identidad al grupo y que
por algunos analistas poüticos, "la docena üágica",1o cual muesÚa contribuyen a mantener la solidaridad social, peto sin cuestionat
q,.r" un plazo de dieciocho años, lo que se ofreció como el pre- activamente los principios de la política integracionista y asimila-
ludio ".,
de la nueva grandeza terminó en forma dramática' cionista".3 Evidencia de la resistencia indígena, semefante a la
resistencia de sociedades con población nativa de otras latitudes,
se advierte en la toponimia hoy imperante. Esta sobrevivió a la
D el de¡anollo utabili7ador al desanollo fwtrado etapa colonial, así como ala etapa independiente. Lo mismo ocu-
rrió con la comida cuyo elemento principal está asociado a la
Bl "milagro mexicano" fue descrito como el p¿so que permitiría tradición indígena; el sincretismo reügioso, asimismo, no escapa a
al país ingtesar al selecto clpb de naciones que habían cruzado la pervivencia de la nza indígena. Reitero que si bien en la actua-
exitosamente el umbral de Ia modernidad' üdad generalmente por resistencia se entiende la lucha que übran
En forma inesperado para la clase política, la modernidad ofre- las comunidades indígenas de América Latj;rrz; la que aquí se co-
ció un rostro inesperado; el de la sociedad civil que defó auás la menta se produce en el plano discursivo, así como en la acción
idea de resisteocia como reacción de la población indígena frente política de los sectores medios que se habían consolidado en el
al dominio del colonizador, fuese éste criollo o mestizo' La nueva proceso de modernización del medio siglo.
idea de resistencia cambió de signo, perdió su caráctet émico y se Las distintas manifestaciones de resistencia del medio siglo en
transformó en una lucha enffe los movimientos sociales contra el adelante, tales la lucha ideológica, el enfrentamiento calleiero y
dominio del Estado sobre los ciudadanos. Resistir al Estado y a hasta el combate guerrillero, compartieron el rasgo común del
qüenes lo representaban y apoyaban, se convirtió en el eie de la resultado incierto de su iniciativa. Pese a que la fuerza del régimen
aición cultural y política durante la década de los años ochent¿' no deiaba lugar a dudas lógicas sobte quien resultada vencedor a
La resistencia es una forma particular de lucha y de la que es- la postre, lo que importa es que, pot ptimera vez la sociedad civil
tas líneas se ocuPan, es la de la resistencia al discutso dominante' apareció y exhibió la retódca oficial.
Ésta, en el medio mexicano, había sido estudiada principalmente El acto de resistir tiene dos significados, uno político y otro
la acción de los pueblos indlgenas que se oponían, primero, a la cultural. El primero tiene dos niveles; uno al interior del país y,
sociedad criolla y, posteriormente, a la sociedad nacional, mestiza' otro, en el campo de las telaciones internacionales. Significados y
En esta parte es necesario comentar que esta forma de entender niveles dependen tanto del actot que lo rcahza como de la disci-
la resistencia e§ enteramente distinta a la que se vivió en el con- plina que estudia dicha acción. Para las ciencias sociales, como la
texto euroPeo en las décadas de los años treinta y cuarenta del economía y la sociología, la resistencia es la que el gobierno ofte-
siglo pasado, en las que Por resistencia se entendieron los actos ce al embate del capitálismo que todo lo arasa.4 En el campo de
hostiles conta el fascismo y el nazismo' entonce§ dominantes'
En el contexto mexicano, dc acuerdo a Rodolfo Stavenhagen,
3 Rodolfo STAYENHAGEN, "México, minorías émicas y política cultu-
ya a fines de los años setente' por rcsistencia se entendía una de
ra)" , en Nexos, núm, 19, julio de 1979, p. 24.
las tres opciones que t€nfen lag comunidades indlgenas en su a ". . ,resistir, la úmca, lejana peto cierta esperanza. ..cuando una nación,
relación con la cultum dcl pefe, L¿s dos Primeras fueron la acultu- derrotada pero no vencida, encu€ntra Ínar,eÍa de resistir, organ.izar sus
ración y la participación conlcicnte y acdtica de la comunidad en defensas y conservat la seguridad de su destino, tras luchas más o menos
los progtamas estatalco dc dc¡affollo social. La tercera, en cam- ptolongadas, sobrevive", Alejandro López Arias citado por Rolando

26 27
la cultura, la resistencia tiene un doble significado; el de la forma superioridad económica y política del dominante; lo que se cues-
que la sociedad uadicional adopta en su lucha contra la moderni-
tiona es lo que espera el dominador del dominado y que, al no
iacíón; y la simbóüca que tiene como Propósito evitar que la obtener el reconocimiento esperado, los margina. Es la lucha
como desigual entre dos contrincantes. Uno, vigoroso, dotado de ele-
visión y ios valores de un sector de la sociedad se Presenten
los propios de la sociedad en su coniuoto'
mefltos tecnológicos y financieros agresivos y otfo que carece de
ellos y, sin embargo, se dobla pero no se quiebra o, pzra aplicado
al caso mexicano, se entiera pefo no desparece.
Las rainasl s aalor ¡inbólico para la resi¡tencia

La resistencia muestra que ninguna derrota es definitiva y, en con- La ruina cono {emplo de resi¡tencia cu/b'tral. El monamento cono /emplo
las
secuencia, que las victorias son pasaieras y, Por- este catácte4 del discar¡o dominanle
doi distintos ángulos' Uno, como la
-iou. plr"d.., ser vistas desde
fuerza convirtie-
p*.b, d"l poder de los dominadore§ que con su La persistencia del pasado indígena, en las etapas nacional y con-
ion en roinás los monumentos de los vencidos' Otro, como mues- temporánea, muestra que el olvido decretado pot el poder absolu-
tra de la capacidad de los vencidos contra los valores de quienes to de los monarcas españoles, no logó su propósito y que los
los dominan. La tesistencia no está animada por ninguna visión gobiernos de la independencia, rcforma y revolución, optaron por
romántica, no existe ninguna nostalgia Porque la pérdida es irre- una vía que reconocía la gtandeza del pasado prehispánico pero
meüable. En este .ont"*io, el término de resistencia se refiere a la lo desvinculaba del ptesente. De esta Ínafiera la memoria del Mé-
otr czradel dominio y muestra el revetso del tapiz que tiene como xico prehispánico cobró nuevo impulso.
motivos, los de la conquista, la evangelización y la aculturación' La superposición de los mundos; el extrañamiento mutuo, la
En los años que aquí se comentan' la resistencia se expresó como desconfianza tecíproca, hace que sean dos mundos, dos leyes, dos
una crítica siitemática contra el sistema de dominación del régi- visiones distinas que, coexisten, pero sin fuerte interconeión. El
men que le gustaba arÍastrat la "f" de revolucionario' En ottas hecho de que exista la población inügena y ésta sea creciente, muc-
palabtas, pr.á .rru, Ia ca¡órttca expresión de Don Miguel León tra el desinterés ofici¿l y social para desarollar una política que
ñortilla, la resistencia ofrece la üsión de los vencidos' aproxime o amalgame a dos mundos que si bien gravitan alrededor
A áf¿rencia de aquellos guerreros vencidos que Pertenecen al del mismo centro se han mantenido, cada uno en su propia órbita.
pasado y que son a los que se tefiere el doctor Portilla, los que De acuerdo a Elías Canetti, para ser resistente, se requiere so-
resistierán-en la segunda mitad del siglo xx, eran los sectores breüvir. Entre las fonnas de supervivencia, que el mismo Elías
medios que vivían ..' l" .iod^d y no tenían posibilidad, ni interés, Canetti, describe, no analiza la de resistencia porque su objetivo
en creaf sus propias zonas de refugio' es el de mosttar al héroe vencedor como un ente soütario. Para
El mundá de h resistencia es, por definición, compleio' Mues- este autor, es sabido, el momento dp sobreuiair es el momento del
trauncódigodual;porunaParte,laobedienciadelrnandewted poder. Los únicos sobtevivientes que a é1 le intetesan, lo mismo
como fórmila imp,rista, cort¿§ana Y, Por Ia otra el doble código que a los historiadores en genetal, son los vencedores y cita como
imperante en el mundo subalterno. La resistencia no cuestiona la ejemplos a Gengis-Khan y a César, De la suerte de los vencidos
no se ocupa, salvo la de FlavioJosefo, porque éste se pasó al lado
CORDERA CAMPoS, "El dc¡¡ttollo cconómico y social: teferencias de los romanos vencedotes.S
y
CASANovA y
temas de una propuesta altetnotivt", cn Prblo GclNzArE'z
Héctor Actnl¿R CAMIN (coordr), Mlxio anlc la criit. El inpacto tociall 5A diferencia de la suerte de los hétoes que fracasan en ei combate y
cultural, tomo 2t "Laa altctaldvtltt, Siglo Vcinüuno Editores, México'
mueren, quienes resisten sufren las consecuencias de la detrota y no
1991, p. 354.

29
28
La ciudad fue, desde el siglo xrx el principal escenario de la los desafíos de quienes lo han retado. Ignacio Manuel Altamiraflo,
resistencia culmral que se übtó entre quienes se decían rePtesen- en su prólogo al Romancero Nacional de GtiiTetmo Prieto comentab¿
tantes de la civilización y, por ello, intentaban iustificar su domi- de la cortedad de monumentos que tenla la ciudad de México en
nio sobre quienes, según éstos, defendían la barbarie' En el siglo 1885. Haya sido por las guerras intestinas o por prioridades mercu-
xx, la ciudad asimisÁo fue el privilegiado escenario de la lucha riales o "porque la prensa o los artistas mismos no promovían con
h modernidad y el atraso. El resultado final del enfrenta- empeño la etección de monumentos públicos a los héroes, y por
"rrít"
miento no ha sidó, todavía hoy, una victona definitiva de civiliza- ultimo, qwzá a causa de la apatia, que es como el fondo de nuestro
carácter". Ese rasgo de caráctet, sin embargo, pronto fue abando-
dores y modernizadores, sobre quienes argumentan que civiüza-
ción y modernidad son abstracciones que se us¿n para eliminat a nado pot el régimen de Potfirio Díaz; éste, pronto mostró ser el
quienes se oPonen a sus mecanismos de exclusión'
primer presidente co¡ afán de erigir monumentos de caráctet fa-
de las ruinas sobre las mónico. La tradición gubernamental, inaugurada por el constructor
¿En este contexto cuál es el sigriificado
quJ se levantaron los monumentos coloniales? Lá respuesta a la del Esado nación meúcano, fue fielmente seguida por los gobier-
interogante se eflcuentta en el maneio que de ambas, de ruinas y nos revolucionários que le sucedieron. El tealirar obras para recu-
*or,*i"rr,or, hace el discurso político' De acuetdo a éste' las petar ruinas y convertidas en espacios monumentales, a partit de
primeras revelan la ancestral vocación de gr::rr.deza del pueblo Diaz, se convitió en una marca registrada, propiedad de los go-
*"*i.u y, las segundas, son utiüzad᧠como muesüa de la grande- biernos mexicanos. En estos pfoyectos, como el bien conocido de
za pot venir del pueblo mexicano' El puente entre ambas era' Teotihuancan, lo que se persiguió fue el permitit aptoximar el pa-
sado indígena al presente, así como Ia apropiación de ese pasado
obvio, el régimen revolucionario.
Los espicios públicos del centro de la ciudad de México, des- pot el discurso oficial y, en foma simultánea, emprender obras
de la segunda mitad del siglo XrX, se diseñaron pata exaltat.la pata creat un espacio para separar los grupos sociales.
gr nd.zl,tanto de la que se consideraba perdida baio los edificios La contradicción entre el pasado indígena, para uiüzar la ex-
ioloniales como, teiteto, la gnndeza inminente' presión ankeana, realmente como fue, es decir, de guerra conti-
El discurso dominante án h etapa colonial, tuvo la capacidad nua, de expoliación permanente, como 1o muestra el nombre
mismo de México y/o Tenochtitlán. Ciudad de Tenoch, ó México,
deconvertirenruinaslosmonumentosprehispánicos.Eldiscut-
lugar de Mexidi, Dios de la guerra. Por extensión, puede decirse
so del México independiente y contempotáneo, rcchazó la ver-
que México fue el lugar de los adoradores de lz grrcrta. Si a esto
sión colonial y ." ptop,r.o como meta' transformar'las vieias
se añade el componente representado por el pasado hispánico,
ruinas en monumentos. Ett trt", tomó tiempo, pero los gobiet-
nos se dedicaron a ella sin prisa, peto sin pausa'
que no es precisamente un catálogo de virtudes pacifistas, se
comprenderán las piruetas que debieron tea)izat los positivistas
El monumento dene cámo propósito exaltar las virn'rdes y la
para interpretaf, de acuerdo a su üsión del mundo, su momento
soüdez del régimen, una muestfa de que ha sido capaz de vencer
iomo el áe la superación de luchas intestinas. Poder y guerra
formaban el basamento original de esa sociedad que se convitió
conciben su vida mediante una dimenslón trágica' De acuetdo a Efas
Canetti, la suerte de los que ftaca¡en en una cmPresa gueffera t:1' 1:
en imperio. Esta es, quizás, la tazón, por la que las piezas arqueo-
morir y para demosttado, mcnciona la dramática suerte de los 100'000 lógicas exhibidas en esos años, despertaban horror al mismo
jinetes'del eiército quc cl Sultán dc Dclhi, Muhammad Tughlak' envió tiempo que admiracióo por sus logros técnicos. La mezcla de
prrr.ottqoittrr China cn cl año de 1337. Dc éstos, sólo diez sobrevivie- ambos sentimientos contradictorios, no impidió que las cartas de
'ror,
,l irrLntrr cruzat cl Himdlyr y regre§áron a Delhi para contar la presentación de México ál mundo, a fines del Siglo )ox y durante
sultán'
suerte de sus compañeror rólo prrr lct ciccutado§ por orden del las fiestas del Centenario, fueran las de la grandeza indígena.
Mataltpodt Muchnik Editorcs, Barcelona, 1981,p' 223'
EIías CANBTTI ,

30
3l
la idea visita a la ciudad de México en el eño de 1841. En el libro de su
Rasgo de Ia cultura política mexicana es la de profesar
guberna- attoria, que publicó con el bello título de México lo qw fie 1 lo qrc
ae Euiaad y, al mismá dempo, aplaudir los proyectos
*"n-trl", otLntado, a establecet Lna distancia social y cultural rr, pubücado ffes años más tarde, Áatz la impresión que le pro-
del Estado nación inde- vocó vet los objetos que en forma descuidada se exhiblan en el
;;;;," al populacho. La consoüdación
y Museo Nacional. Éstos no se habían obtenido de búsqueda sis-
p"riai"rr,", no'significó que la tradicional diüsión de pipiles
'*u."hodás, se ráohieta a favor de un nuevo tipo de conviven- temáticas, de excavaciones, sino que habían sido tesultado de
y' entrQ acciones foftuitas, accidentes. Las piezas ni siquiera estaban ex-
cia, no colonial, no émica. Blancos, indígenas, negros
que habían logrado puestas. Así, afirma, "observamos que las arcad¿s están allí cu-
on múltiple grupo de mezclas, T 1q"
"[ár, durante el siglo biertas de paneles de madera de diez o quince pies de alto, y lle-
de convivencia driante la colonia, se adaptaron'
nos, al parecer de cafas, armarios vieios, piedras antiguas y canti-
o* y o, a la nueva legalidad cqnstitucional que proponía una dad de trastos, Pero -afirm¿ Mayer- dando un real al porteto
ie6itca. En los I","'o' urbanos como el de la ciudad
de
ü;il criollos y mestizos tendréis libre acceso al interior, y quedaréis asombrados en medio
Ñ{é*i"o, los nuevos gruPos -dominantes de
españoles' de ese maremágnum de basura suciedad y muebles arnrmbados,
sustituyeron a los vieiós y tittu¡"aot administradores
qr" s. este fenómeno es' obvio' el reüqüas de la antigüedad por los cuales paganan gustosos miles
El áscenario irod"c"
"., "i e insti- de dólares el Museo Bdtánico, el Louvte, la Gliptoteca de Munich
de la ciudad' En ésta se desairollaron nuevas costumbres
el de integrat Ia o cualquier mon tc ilustrado que tuviese buen gusto para adqui-
tuciones que tenían como principal propósito--no
el de ahonáar sus diferencias' §íilliam H' Beezley' rir y dinero p^t^ pagar". Describe Mayer una enorme mole que
f"if"aO.iti"o
'-ort ó que las obras realizadas por el porfiriato con motivo de la despertó su interés: "Esta curiosa cabeza fue descubierta en el
año de 7837 en la calle de Santa Teresa, en el lugar que ocupaba
celebracün del centenario de la Independencia, sewían, para
antaño un palacio indígena, que según la tradición fue la residen-
convertirelCenttodelaciudaddeMéxicoenunespaciornonu.
obre- cia del padre de Montezuma" Otta que le llamó la atención fue la
mental, al tiempo que se propiciaba el éxodo de artesanos'
los lépetos que horrorizaban a lt áel Indio Tri¡te. "Esta estatua notable fue descubierta detrás del
,or, u.í como áel poplrt,.t'o-y
de un extenso museo de antropo- Palacio, baio el sitio de Ia calle que ahota lleva su nombre. Tiene
gente decente. La ionstrucción
tres pies cuatro pulgadas de alto por dos pies de ancho, y fue
l';r, historia, la extensión del Museo Naciooal Mexicano' set
así
"
.áo h construcción del Palacio de las Bellas Artes, pueden desenterrada el año de 1828".7
de los
exaltación Antonio García Cubas, políticoy geógrafo, publicó un peque-
vistas en su doble faz que,Por una parte' como
identificaba el grupo gobernante ño libro en el año de 1894 al que intituló Geografía e hi¡toia del
valores culturales con los que se
parallamarlo Dishito Federal. El texto tenlala intención de servir como libro de
y, Por la otra, en forma simultáie , cteat espacios'
cultural'6 texto para las escuelas de la ciudad; sin embargo el hecho de que
-- ,tg".r, manera, de exclusión
á"
identi- sólo alcanzara dos ediciones, muestra que su propósito no se
E-t;, explosióá del mundo indígena como elemento de
si se cumplió; empero el hecho de que pocos años más tarde, en 1913,
dad nacioál en las fiestas del Centenario, tesulta sorptende
diplomático estadounidense y se llevaran a cabo las excavaciones de Gamio, en el año de 1913
.o*puru con lo que Brantz Mayer,
de su permitieron encontr¿r los vestigios del Templo Mayor, muestra
sorpiendente viaiero del siglo xIX, que deló testimonio
que la resistencia a considetar Ia ciudad de México como una

6 \William H, BEEZLEY, La idcntidad nadonal nexicana. L-a nenoria, la insi-


nrución ^t la culttra popahr en cl $¿loXlt{' El Colegio de la Frontera
Norte / 7Btantz MAYER, Mdxiio, lo qw lre 1 lo que et, Prólogo y notas de Juan A.
Ortega y Medina, Fondo de Cultuta Económica, México, 1953, pp. 119,
ei é"rígi" de San Luis / El -olcgio dc Michoacán' México' 2008' pp'
120,1,23.
120-r23.

33
32
de Gar'cía Cubas' paseante y el invisible, que subyacía baio los cimientos de los
ciudad española, habla rendido frutos' El texto
palacios coloniales. El sustrato mexica de las edificaciones colo-
,f".""r"Á.",e simple, muestra lo compleio de la ciudad' Para en niales y del México decimonónico, muestra que García Cubas
J*p.r r,por ésta se entendía como sociedad política' espacio Como manejó en su texto, un significado dual de ciudad; por una parte,
urbano'
;i-il; ;'asentaban los poderes y comg espacio la ciudad' los pot ella entendía la ttaza utbana,los espacios físicos ¡ por la otta,
t.r.itorio que deblan .oto""t sus habitantes de
las edifi- el conflicto entre orden y caos; gobierno y desgobierno. Así,
.i,r¿u¿rtor, tenían la obügación de conocedo Para que
la Debían afrma; "La regularidad que se observa en la planta cental de la
caciones cobraran ,r, ,"t-tido más allá de apariencia'
eran expresión de un Proyecto que Ciudad forma contráste con la irtegularidad de los, suburbios, en
entender que los monumentos
la sociedad'8 donde reina el desorden de manzanas y calleiuelas, muchas de
llevaba on mensaie pata todos los miembros de
ofreció a lecturas multi- éstas sin salidas".1o El discurso oficial supone que establece el
A partit del óentenario la ciudad se
unitario y uniforma- orden, mientras que a la resistencia le aribuye ser causa potencial
ples. üientras el discurso gubernamental,era
el de los §ectores que 1o resis- del caos. Por la otra, destaca el hecho de que es el asiento del
áor; y a de oligatquía,
"*Jloy""t",
y expresaba, y1 del siglo XrX' el gubemamental el espacio que éste ocupa: "demarcación tetrito-
A;; Lr" plural,"anánimo ' F"t rial ocupada por el Supremo Gobierno de la nación", sin olüdar
J"."o ¿" o.opm un l"gar vliiule'e En- la descripción de Gatcía que donde se asientan los poderes del México independiente,
observar el
óoUu, ." entáteiían dos"hilos, el supetficial que podía
antes fueron el centro del podet gubernamental y, rar, imPortante
como éste, el poder simbólico.
es tan grande
s La diferencia enue la ciudad antigua y la ciudad colonial, Elemento a destacat, es que a diferencia de otas ciudades, en
Ji"a'a burguesa' De la primera puede
.Áo h diferencia entre ésta y U
un imperio y
las que su área monumental exhibe el triunfo de los valores bur-
;á;;. lo que Fustel de Coulanges entiende que formó
La gueses, los monumentos de la ciudad de México no exaltan el
;;ú t" .orrr"** las ideas y lo--s "alores de quienes lalafundaron' original y la triunfo de la burguesía ni de sus valotes; sino el ptoyecto del go-
.ir¿r¿ .oto¡¡, en cambio ,"git*" una doble fundación;
sólo se con- bernante en tumo.l1 En México, la modetna atquitectura monu-
á" qoi"rr"r, posteriormente, la'conquistaron' De la primera
mi"ntras que la segunda es en sí misma un rnonumen- mental, ¿l discurso gubernamental, le sirve fio pata evidenciar una
servan lrs nirras;
* a la victoria a)canzada.
to
ruptura con el pasado, como ocuffe en otros países, sino para
era la
f".,a de Coulanges distingue la ciudad y la urbe' La primeta establecer un puente entre éste y el presente.
,"üglom i politi"a;"la segunda eta el lupr de reunión' De Debieton pasar cuatro décadas para que el énfasis nacionalista
^.;;;;
¿cuerdo a esta*distincián, h ciudad áe Méúco no es un¿' sino dos' En del discurso político, cambiara de tono y postulara, en cambio, el
cgn. sus
.Ur. ,. po"d"r, distinguir dos niveles, el del discurso dominante de la modernización, En la década de los años setenta del siglo
que exPresen lo que debiera ser y' el segundo nivel'
leves v monumentos pasado, el discurso oficial mostró que su gran proyecto, el de la
.ii" i"'t..i.i.".1" de ia pobiación que vive al matgen dedeellasla porque las
tesistencia
siente como algo impuesto, extrañó' Muestra del vigot
como inútiles 10 Antonio GARCÍA CUBAS, Geografa e historia del Di¡trito Federal, Anlgoa
;;;t;;gt"P"í a h cultun-elitista, excluyente,. fue-mostrar de la ciu- Imprenta de Murguía, México, 1894,p.21.
el aspecto
ilr i"i""i..'¿" Díaz de "blanqucar", "civüzar" volvió a aflorar'
de
11 Por ejemplo, Cad E. ScHonsKE, afirma en el capítr.rio intitdado "Mu-
lr¿, p..q. pese al esfuerzo, lo oculto cn el subsuelo'
seo en un espacio en disputa: el Ceuo, la Espada y ei Ring' de su libto
iilrr'áirro".meiante al ocuttido en otras ciudades de América Latina.
comenzaron a Pen¡ar con la hi¡toia: "¡cuántos conflictos se hallaban ocultos e incrusta-
Iosé Luis Romero aPunta que: "En algunas ciudades dos en los eüficios de la Ringstrassel" y muesua que "sobte el ámbito
'.".'tritJit. .r.. i*pi..isos itt.rpoa sociaiet, aje¡osa la estructura ttadi-
Luis RoMERo' r-¿l'- arquitectónico se expresaion distint¿s reivindicaciones de poder sus
;;;; i"clblerán noábie dc m4sas", José
"ll* iihu, Siglo Vcintiuno Eütotes' Buenos Aires' valores culturales", Carl E. SCHORSKE, Pexsar con la bistoria, Taurus,
;;;;át;. I-,at tiudadc,tl
Madrid, 2001, pp. 181-182.
2001, p.321,

35
34
modernidad triunfante, por fin había podido vencer el secular El giro de la ciudad como te¡timonio de la hcba entre ciailiyación1 barbaie,
atraso, La intención era la de mostraf esta victofia ante
los ofos de a te¡timonio del conflicto eúre modemidadl atraso
y extraños. Los numerosos monumentos que rcfleian lz
propios
La tr za de la ciudad de México, escenario significativo de esa
intá"i¿á gubernamental de registtar como hitos sus sucesivos' e
lucha, regista los avatares del sempitetno conflicto. Para esta
ilusorios, Proyectos monumentales'
presentación se toma como ejemplo a dos ptoyectos, uno afqueo-
lógico, el del Templo Mayor ¡ otro, arquitectónico, el del Palacio
de San Lázaro. Ambos emprendidos durante el sexenio, unidad
E¡tas rainas que aes, otrorafwerzfi n0/'a'lerlt0s
temporal de la política mexicana contemporánqa, de 't976 a 7982,
la lucha entre en el que José López Portillo fue el presidente de la República.
Si bien la ciudad fue el escenario, en el siglo Xrx, de
fin de la primera mitád del siglo Se reiteta quela traza urbana del centro de la ciudad de Méxi-
ciülización y barbarie, aparar del
y atfaso. Para el discur- co, obedeció a la política colonial que tenla como propósito man-
XX fue el de la lucha entie modernización
la parte atrasada' tener separada ala población blanca de la indígena. La política de
so de la modernidad, las ruinas representan
renovación de los espacios urbanos, dutante la administración de
vencida; mientras sus monumentos simbolizaban el triunfo
de Ia
monumental del ale- López Portillo, persiguió pese a la retórica tecnocrática, un meta
civilización moderna. El principal Ptoyecto
enre 1946 y 7952)'lo semeiante. EI proyecto de San Lázaro no se hizo con el propósito
manistmo, @Iig".l Alemán fue presidente
de ctear un espacio para disfrute de toda la comunidad de la Can-
representó ia ádificación de la Ciudad de México, mismo
que
visión romántica del pasado' delaria de los Patos. Este barrio, en el que se levantó el recinto de
..p."r".r,u el abandono de cualquier
Ia Cáman de Diputados, era reducto popular; es decir, barrio
,"', ér,u, hispanista o indigenista' El énfasis se puso en el porvenir pobre, peligroso ¡ de acuerdo a la ¡ota roia 1o sigue siendo en la
y éste 1á ."pr"r".rt"b" ticaaprts que tenía como modelo al de
las
las ibéricas' actualidad. El mismo año en el que fue descubierta la Coyolhau-
iniversidadés estadounidenses' no el de atcaicas
presiden- qui, descubrimiento que dio impulso al proyecto del Templo
Se espetaba que las Olimpiadas del 68, gobiemo del
nueva gnndeza mexicana' Mayot, mismo que podía extenderse a toda la plancha del Zócalo
te Diaz órdaz, Áurr run el inicio de la
capitalino, pata así mostrar al mundo la gratdeza prehipánica, el
Ya no una ciudad de los Palacios, así nombrada por las edifica-
afamado antropólogo Artuto §íarman aftrmaba:
ciones coloniales, sino nuevos palacios que mostraran la puianza
del México indepenüente |, sobre todo, industrial' El primer siglo de vida independiente puede contarse como una lu-
En las décaáas que se estudian, la monumentalidad fue'una cha entre los grupos dominantes para formular a imponer un nue-
expresión de la gandeza prometida, del sueño de la etapa del vo modelo de país. En ninguna de las alternativas que ofrecieran
fue el las élites cdoilas había l:ugtr para los grupos inügenas como tales:
desarrollo estabilIzador deiupemr el atraso' La oümpiada
el milagro mexi- su destino manifiesto eta la extinción. El indio fue afiliado al pasa-
acontecimiento simbóüco qui demostraría que
y extraños' nadie po- do y sustraído del futuro. Se les concedió una historia clausurada.l2
cano era y^ !fia realidad de la que, propios
Templo Mayor, representó un,es-
día ya dudar. El proyecto del La historia mostrarí¿ que pocos años tarde, en el año de 1994,
foeáo tan ambicioso como cl que en sexenios pteüos se realizó el Eiército Zapattsta de Liberación Nacional, reclamaban, con las
con la construcción del Mueco de Antropologra, administración armas en la mano su derecho a format parte de la historia de
de Adolfo López Mateos y Ia de las obtas para la OJirqpiada
de México en pie de igualdad.
1968, administración dc Dlaz Ordaz,
12 Arturo VARMAN, "Indios y naciones del indigenismo", en lVexar,
n:úm.2, febrero de 1978,p.4.

37
36
El segundo Proyecto, el del Palacio de San Lázaro, representó iero prusiano Alexander Humboldt, que describió a los novohis-
la rota unidad de los gobiernos de la tevo- panos como limosneros sentados en silla de plata
el intentá de resta.rrar
y el pueblo. Con la construcción del Palacio En estas líneas he intent¿do mostrar que los monumentos tie-
lución mexic ana
nen como propósito exaltar las empresas gloriosas y que las rui-
Legislativo o CáÁaadi Diputados, el gobierno deLópez Portillo
nas, cuelpos inertes, se convierten en monumentos cuando se les
intlntó borrar la guerra initiada en el 68 y convertida años des-
insuflan nuevos aires.
priés en guerra sicia, a semeianza de la desenc¿denada en los
un encuentro pada- En el sexenio de López Portillo las ruinas del Templo Mayor
prir"s de*C".,tto y Sur América y Proponer
se convirtieron en monumento mientras que el Palacio de San
mentario entre las fieruas en Pugna' difícil' Pese a todo, el obleti-
Lázaro se construyó sobre las ruinas morales de la guerra sucia
vo, lleno de obstáculos, a la postre ha significó un Paso importan-
te en el latgo tránsito mexicano a la democracia'l3 El Proyecto
mexicana.
Los 1500 kilómemos cuadrados del o.r. y principalmente lo que
arquitectónio, visto desde la perspectiva poUtica, tuvo como su
se denomina el Centro Histórico, guardan testimonio de la resis-
pdncipal valor el de bormr las cicatrices urbanas derivadas no
tencia que sus pobladores y, en algunos casos sus gobernantes, han
rOf" ¿. la centenaria lucha de pipiles y macehuales, sino de la más
rcñzado por conservar su espacio como propio. Palacios y aveni-
reciente que enfrentó a ióvenes revolucionario' Sin embargo, las
das han compartido su espacio iunto a casuchas y vecindades. Hoy,
viefas y lr, to"rrr. heridas sirvieron Pata mostrar el lado duro
del
en el corazón mismo de la metrópoli, en el espacio entre el símbolo
sistema político.
del poder espiritual, la Catedral y el Palacio Presidencial las ruinas
Si la üda está llena de sueños, en éstos las pesadillas sofl una
del Templo Mayor están presentes, lo que demuestra, er¡ mi opi-
forma particular de los sueños. El sueño mexicano de las décadas
nión, que l¿ ciudad vive una tensión pe{petua. Reglas y costumbres
de los años sesentas, §etentas y ochentas era, en términos acadé-
siguen caminos paralelos que no se tocan y la ciudad sigue manifes-
micos, acceder a la modernización, deiat atrás al atraso' La ilusión
tándose como el espacio privilegiado del dominio y la resistencia,
colectiva, alimentada desde el gobiemo y los medios electtónicos'
nue- cuelpo y sombra. En el Centro Histórico se manifiesta el poder en
se cristalizaba en la Olimpiada del 68. Doce años después, el
aprendet a "administrar la nqweza" no era sino la toda su grandeza y la resistencia muestra su inocultable vigor. Si
vo sueño de
lo qoe había dicho ¿ fines del siglo XVIII, el via- bien en la ciudad se elabora el discurso político que, como tal, es la
confirmación die
voz que postula el orden como valor, la terca realidad muestra que
ücho orden no ptevalece sobre el caos.la
t3 "la rcforma política a través de la Ley Fedetal de Otganizaciones
Políticas y Procésos Electorales (LFoPPE), e¡ 1977, -fue importante
para
1a "Un fantasma recotre las calles citadinas: el fantasma del asalto. To-
ca¡aJtzar ciettos gfnpos arm¿dos o de izquietda radical haci¿ la institu-
dos tememos ser asaltados. Las estadístjcas dicen que en el Distrito
cionalización , ñrrré. de la aparición del Registro Condicionado' Sin
Federal cada doce minúo¡ se denuncia un tobo (muchos más quedan sin
embargo, hasta 1976 la alquimia elcctoral, Ia ausencia de una cultura
denunciarse) y cada noventa minutos un homicidio.., El miedo es tan
políti.I-á.*oc táaca en h sócicdad mcxicana (aún en este tiempo buena
viejo como la humanidad. Se suele experimentar con una mezcla de
prrt" d" la izqüerda crefa cn la rcvolución atmada como forma de acce-
(no fascinación ante el riesgo. Pero prefedmos el miedo -no desprovisto de
so al poder) y, sobre todo, los ctrores de los. Iídetes de oposición
tomanticismo- ante un conde de Transilvania que se conviette en varn-
olvidat que'en 7976,elPAN (ni loe ottoe partidos. pudieron Ptesentar un
yo) no poetuló candidato a la presidencia de piro, que el que nos inspka un par de adolescentes de batriada", Luis DE
candidaá opositor, añado
IA BARREDA SorónzaNo, "La crisis y la ctiminalidad", en Pablo GoN-
la República pot conflicto¡ intcrnoc", Gctman PÉnez FrRNÁNDEZ DEL
zÁrEz CASANoVA y Héctor Acur¿n CaufN (coords.), Máxieo ante la
Casrtno, 'Jtsé Lópcz Pottlllo¡ la ruptura del pacto revolucionado"' en
cri¡i¡. El inpacto social l cultural, tomo 2: "Las alternativas", Sigio Vein-
fVitl Fowr¡i lcooqá'), Itt gobmanfi ncNicano¡' II: 191 1-2000, Fondo de
tiuno Editores, México, 1985, p. 117.
Cultura Económica, Mé¡dco,200E' p, 369'

39
38
manera de conclusión, puede aflrmarse que el
sexenio de
A
la penultima etapa de lalarga agonía de
López Portillo, representó
se pteciaba de tepresentar una
un régimen que, en su discurso, I-A MEMORIA DEL 63 A TRAVÉS DE
como ptopósito la gran-
síntesi"s de h ñistoria nacional y que tenía PONIATO§rSKA, TAIBO II, MONSTVAIS Y VOLPI
deza del país. El régimen de la revolución se
consideraba Puente
.t p"rado y ellorvenir, entre la historia y el futuro' La fecu-
Né¡tor Ponce
"",."
p"o.iO" del Templá Mayor y la consffucción del Palacio de San
L^r ro el deseo del presidencialismo de mostrar un
"*p."ruron de las teservas
vigor que iroy sólo se explica p-or el descubrimiento El investigador que quiere didgirse a Tlatelolco desde el Palacio de
ya agotado'
p"l,iotJor, pú., .r, el oáen páuato y social estaba
- Bellas Artes tiene varias posibilidades. La más prácttca es tomar un
fue para la oposición; fue
En el caso de Sa¡Lázaio el mensaie taxi que suba hacia el norte por el Eje Centtal Lázaro Cardenas y,
un intento de borrón y cuenta nueva' En el caso del Templo Ma-
deiando atrás la colorida Plaza Gaibaldi en la que los tradicionales
;;; i"; un mensaie áe c t^ctet simbólico de que la resistencia
mariachis no pueden resistir a la moda de transfoffiase en "maria-
Lidr".rrtr. había tdunfado, de aquella gtandeza que permitió alla chis bailadores" (que nada tienen que ver con el "Circo volador"
poeta afrrmar que pot más que paien los siglos'
no se perderá
de Héctor Castillo), se llega al cruce con Ricardo Flores Magón.
grandeza de México-Tenochtitlán' Cuando el investigador indica el destino al chofer, éste comenta
"¿A Tlatelolco? ¿Allí donde fue la masacre de los estudiantes?". La
memoria ha pasado por allí y ha deiado su marca.
Hoy en üa, gracias a la iniciativa del gobierno del o.n. y a la
Universidad Nacional Autónoma de México, Tlatelolco tiene su
Memorial, su Centro Cultural Univetsitario, en el edificio que
ocuparon durante cuarenta años las oficinas del Ministerio de
Relaciones Exteriores. Desde los ventanales que, en el mismo
eüficio, albetgan las colecciones de pintura de los pisos superio-
res, se puede observar el césped que rodea las ruinas de la antigua
ciudad conquistada por los aztecas en 7471 y, poco más alli, al
pie de los inmuebles de varios pisos que se yerguen enue algunos
espacios verdes, la explanada en la que murió un númeto nunca
determinado de manifestantes. .

El investigador recorre esos lugares de memoria. Las ruinas se


visitan gratuitamente y luego de seguir un recorrido encaracolado
se llega z la Plaza de Tlatelolco, de gtandes lajas gisáceas. Se
detiene uno ante el monoüto de piedra en el que han gtabado un
texto de Rosario Castellanos, como un testimonio conüa la im-
punidad y el olvido, observa los altos mástiles negros que se le-
vantan hacia el cielo como para recordar a las víctimas, y luego
bordea las calles interiores, bajo los edificios, con sus comercios

40
de fotocopias, lavanderías o restautantes que pfoPonen un menú La literatura tuvo una reacción epidérmica ante la masacre del
completo a 39 pesos y que uno había imaginado de otro manera 2 de octubre de 1968. Los poetas relacionaron de inmediato esa

en la película Ro¡o oroorrt, (1989) de Jorge Fons' Fue. por allí fecha con el 13 de agosto de 1521 y la toma delaPlaza de Tlate-
donde corrieron espantados los manifestantes baio la lluvia to- lolco por Hemán Cortés: José Emilio Pacheco ("Lectuta de los
rrencial de disparos que patecían venir de todas pates' Por allí 'Cantares mexicanos"', pubücado en La Cttlfura en México el 30 de
quedaron los iuerpos ensangtentados de las víctimas' O como octubre), Octavio Paz ('México: Olimpiada de 1968", fechado el
esctibía Cados Monsiváisi el 2 de noviembre de 1968: "Allí fue"' 3 de octubre), Rosario Castellanos (que escribió unos versos es-
tentativa de olvido pecialmente para el libto de Elena Poniatowska). El fenómeno se
¿Cómo se construye una memoria a¡tela
promovida por el gobierno de Gustavo Díaz Otdaz y los gobier- incrementó con el paso de los días y se prolongó hasta constituit
iros sucesivos, ante una prensa que mayodtadamente echó un un colpus de textos que incluye a )ume Sabines, Juan Buñuelos;'
manto de silencio ante el acontecimiento? ¿Qué papel desempe- etc. Vatios tabaios críticos y antologías se han encatgado de
ñan las artes y los intelectuales ante esa política de silencio? ¿Qué probar la importancia del fenómeno y su permanencia (Vlarco
es la memoria?
Antonio Campos es autor de varios übros al tespecto; cf. bibüo-
México parece construirse a ravés de hechos violentos y grafía). La nattatva no le fue efl z g , auflque la crítica manifiesta
traumáticos que han sacudido la conciencia del mundo: caída del sus reservas en lo que hace a la calidad de las novelas y relatos
rebelión e independencia en 1810, guerra contra que relatan los episodios del 68.2 Entre las obras más destacadas
imperio
^zteca, y fusilamiento del emperador Maximiliano, figuran El gran ¡olitario de Palacio (1971) de René Avilés FabtTa, I-,a
el tcoparrte francés
revol riión de 1910, masacre de Tlatelolco, terremoto en el Distri- Pkry (971) de Luis Spota,3 etc. Esta generación comprometida
to en 1985, emergencia del zapatismo e¡ 7994. Cada uno de esos coexiste con la llamada "literatrta de la onda" (Gustavo Sáinz,
acontecimientos ha deiado una ptofusa y yv^vaiada producción José Agusdn, Parméoides García Saldaña), grupo contestatario a
hlstÓflca, ártisíca,
histórica, testimonial,
artística, tesümorual, flterecfuru.
intelectual. (Jrra
Una §uLt¡rurr de he
sucesión uE ¡tu- su manera, crítico de las apariencias y de la fotmalidad, testigo
chos en cadena que se relacionan unos corl otros y que llevan, oral de una juventud urbana de clase media confrontada a los
cada uno a su manera, la impronta de Ia lucha social y de la disi-
problemas del sexo, de la droga, de la música.
dencia, de la genetación de conciencia.
Desde el punto de vista narrativo, el trauma provocado por la
masacre dificultó la dist¿ncia crítica necesaria, de ahí que muchas
El movimiento estudiantil del 68 no surgió del vacío: se vincu-
novelas y relatos se confundan con el panfleto y con el testimonio.
la con una traüción de lucha gremial (fertocardleros' mae§tros, .

electticistas) en telación con el abandono de los ideales revolu-


A ello se le agrega la estrategia de desprestigio y mentira organiada
cionarios a parat de los años 40 y con la defensa de la autonomía por las esferas del podet, que financiaron la publicación de obras
universitaria, y también con las resPuesta§ autoritarias y violentas anónimas como ¡El Móndrigo!, bitácora del Conryjo Nacional de Huelga
(7969).4 Quizá sea en el géneto testimonial, y en sus mütiples
de un gobierno Personaüsta e insensible a los reclamos PoPulares,
preoc.ftado en ;frecer una imagen modema del país que organi-
2 Ver entre otros Greco Sotero, "üteratura del 68", en Alvaro VAz-
,ub^ ochlbre del 68 los Juegos Ollmpicos. Se le suma a ello un
"Á QUEZ MANTECóN (comp), Menorial del 68, UNAM / Gobierno del Dis-
contexto internacional quc Pctmite una Puesta en perspectiva
imprescindiblel la Revolución cubana de 1959, la crisis de los
uito Federal / Editorial Tumer, México,2007,
3 Obra polémica, que suscitó crÍticas furibundas por parte de escdtores
misiles, la primavera de Praga y cl mayo francés, Ia guerra de de la generación Poniatowska, Monsiváis, González de Alba, etc) por
Vietnam y el pacifismo, los movimientos hippies, el rock, etc' su punto de vista ambiguo y por la ¿cusación de plagio.
a En el mismor estilo encontramos el panfleto, mucho menos conocido,

Dlu dt¿pardar,Gdialbo, México, 1970' p' 300 de Héctor Negrete Ltna, Tlateloho: 2 de Octubre: "Las intenciones de
1 Catlos MoNsIvAIS,

43
42
combinatorias (el testimonio novelado, el reportaie novelado, los en general (ver bibliogtafía sobre el tema). Me propongo ahora
calificativos pueden ser multiples) donde se concentra en una pri- referirme a cuatro obtas de testimonio y ensayo que me parecen
mera etaPa la mayot producción así como la más destacada' Dos significativas paa evahar las construcciones intelectuales teiidas
Iibros fuÁdamenáles in ese sentido son La¡ días1 los años (1977) de alrededor del movimiento del 68, sus implicaciones y sus alcances,
Luis González de Alba 1,, sobre todo, La noche de Tlatekbo (1971) de El colpus se compofle de cuatro volúmenes: La nocbe de Tkte-
loleo (7971) de Elena Poniatowska; 68 dePzco Ignacio Taibo II;e
Elena Poniatowska, que prácticamente inician un vasto co{Pus que
incluye testimonios, memorias y comentarios de los principales La ina§naciótt1 el poder. Una bi¡toia innlectual dc 1968 (1998) de
testigos -y a menudo protagonistas directoF del movimiento's Jorge Volpi; El 68. I-,a tradhión de la resistencia (2008) de Cados
Monsiváis. Los autotes pertenecen a generaciones diferentes, sus
MuÁos de estos textos fueron redactados en la cárcel' No todos
fechas de nacimiento van de 1932 @oniatowska) a 1968 (Volpi),
viüeron esta exPeriencia de la misma rrraneta' A la proliferación, se
le enfrenta la pesadez del silencio y la impotencia de la página en pasando pot 1938 (I\4onsiváis) y 7949 (Iaibo II; y los Iibros vie-
blanco. Así, muchos de los participantes del movimiento tardaron
ton la luz et7971 @oniatowska), 1993 (faibo II), 1998 ffolpi) y
2008 Qvlonsiváis). Experiencias vitales üferentes (ttes de ellos sin
años en referitse a ese hecho crucial para sus üdas' Ttatgo a cola-
ción dos efemplos. Paco Ignacio Taibo II (1949), attor de 68,6 embargo vivieron directamente los hechos), épocas distinas:
desde la diversidad se obsewa un mismo y único fenómeno. El
evoca Ia imposibitidaa de extraet una coherencia de las multiples
resultado son cuatro libtos de diferente natutaleza. El de Ponia-
notas tomadas (ver más abaio) y reconoce el resultado fragmentario
towska se inscribe en la pura tradición del testimonio o de la cró-
de su testimonio. Humberto Musacchio, activista teconocido del
movimiento y hoy en día periodista prestigioso, nos confiesa que rica, tal como indica la colección de la editodal Era en la que se
incluye esa patte de su producción. Se t¡ata de una obra con casi
demotó quince años en poder escribit sobre el temaT
setenta ediciones en México, traducida al inglés, francés, italiano,
He esiogido, voluntariamente, referirme de manera sucinta a la
etc. y que inicia el ttabaio de reconstrucción memorialístico em-
ptosa escriá akededor del 68 y no desarrollar -Por razones de
io- la práctica de otras manifestaciones artísticas como la prendido por su autora alrededot de momentos o figuras clave de
espado-
la historia de su patria de adopción (de origen polaco, Poniatows-
misica, la plástica, la gúfrca, la Íotogtafra, el cine y el audiovisual
ka nació en París y estableció en México en 7941). Acusada de
plagio en 1997 por Díaz de Alba, debió cambiar unas qünientas
estos dirigentes radicales, caben denuo de Ia definición psicológica de líneas en la edición de 1998. Paco Ignacio Taibo II también rees-
enfermos-paranoicos. Su padecimiento, que es cont¿gioso, absorbe a cnbió 68, pero por diferentes motivos: siempre insatisfecho del
todos los inuansigentes por igual, únicamente difiere, en que en algunos resultado final, le fue agtegando sucesivos epílogos a la edición de
se presenta en forma de alardes públicos de fuerza y en otros' su agtesi- 7993 en 2A03, en 2007 y en 2008, declarando abiettamente su
üdad reprimida sc oculta como micdo, que en ocasiones de intensa fracaso para escribir una ficción: "SE EXPLICA QUE CON COSAS
emoción, se manificst¿ en vcrdedcros estallidos de desesperación" (tes- COMO ESTAS NUNCA PUDE ESCRIBIR UNA NOVELA".e Es un
petamos la puntuación del otiginal).
i La tradición dcl tc¡timonio cr muy antigua en México' La misma po- texto fragmentado, testimonial, próximo a \a iñ,eta y a la ctóruca
drfa comcn¿u con l¡r cróniclr dc Bernal Dfaz del Castillo' En la época
modcrna, cl aPoftc do Rtcrtdo PozA§ fue de peso $mn Pére7 Jolotl
biognfa dc m tryt$l,Ercuclr N¡cionrl dc AnuopologÍa e Historia, Méxi-
8 Taibo II
publicó una primera versión de su testimonio en 1988, tituhda
Fanta¡ma¡ n,ae¡tmsd.e cada día en la Editorial Marco Polo, ya desaparecida.
co, 1948).
Posteriormente pubücó un¿ vetsión más extensa en 1991 (68,Planeta /
6 Paco ígnoclo TA¡BO II, áf, Plrnctr / Joaquín Mortiz' México, 2008
Joaquín Mortiz). La ultima versión, con un agregado, vb la luz en 2008.
[1eeu. e TAIBo Il, 68, 2008, p. 68.
i Enucvi¡tr eon cl rutor d. altÉ rnlculo, México, D.F.,22/08/2009'

45
44
en reprodu- nes-, pero sin embargo se puede destacar un elemento: el recurso
corta, evocativo, cuidadoso como el de Poniatowska
poder de Jorge Volpi' a la fotografra, que captá dos características del hecho: la repre-
cir la oralidad de la época. La irnaginación 1 el
en el pasado de al- sión feroz (es común ver a hombres indefensos, brazos en alto o
mientras tanto, e§ el producto de un buceo
El obletivo no es el rescate de en la nuca, baio la atr,enaza de armas de los granaderos) o la actt-
guien nacido iustame;te en 1968'
sino, como bien insiste tud festiva de los manifestantes, como índice dé la renovación y la
1", *"*o.i, ní el estudio del movimiento,
libertad que sacudía al país. Tanto Poniatowska como Monsiváis
el autor en el prólogo, observar "una bitácoralo de la actividad
insertan numerosas fotos (en el caso de este ultimo, de su colec-
literaria y política que numerosos escritores y artistas mexicanos
uño (...) estudiando los- hilos que se tendían ción personal) en el corpus de sus trabaios, corno si la imagen
"*p."nái.ror, "r" la litetatura fuera en cierto modo necesaria para atestiguar de la veracidad de
entie creación hteraiay el compromiso político, enffe
-ridu pri,,'d" y la vida públic2"'1r El resulta- lo afirmado y acreditar la dgurosidad de las informaciones: "C'est
/i, A""f"gu entre la donde no se percibe d'abord et massivement comme une atteinte á la fiabilité de la
áo r.r, liiro más frío, minos apasionado,
". nila fi;rl:za del movimiento' Volpi recuffe también al
tu p,rtriOn
mémoire que l'oubli est ressenti".12
Dos de las übtos estudiados contienen epígrafes; Taibo II in-
t"ü*orrio directo de los protagonistas, a la retranscripción de
referirse a cluye un poema de Angel González, que había sido pintado en el
notas periodísticas y entrevistas, con el mismo afán de
la ruistencia de Monsi- pdmer piso de Ciencias Políticas durante el conflicto. Los versos
irr i"*,"t primariás. Et 68. L'a tradición de
el anáüsis del movimiento situándolo en una aluden a la relación del artista con la realidad, a su compromiso
váis, incursiona en
Utiliza como los autores precedentes do- intelectual y al deber de memoria que debe eietcer. El "debiste
p-".-.p".tlrru histórica'
como el de haber contado otras histodas" de González, dialoga con ufla re-
irrrr..r,o. diversos (fragmentos de libros testimoniales
e intercala ob- flexión del propio novelista: "¿Pero había otras historias que con-
la cantante Judith Reyes, artículos, declaraciones)'
tar?".13 El artista tiene que ofrecer su testimonio auténtico para
servaciones] puntos de vista y conclusiones parciales'
puntos oponerse al olvido y a la versión de la histori¿ oficial. Volpi, en
Como se-ve, la estructura de las obras presenta varios
p"rr. de tratarse de productos de naturaleza diferen- tanto, recurre a Jotge Luis Borges, J,,nn Garcia Ponce y Octavio
en común u
a Paz, pata ponet el acento en la responsabilidad de los intelectua-
te. Coinciden en la fragmentación, que obedece principalmente
tentativa les durante el movimiento y p^ta proponer otra versión a la de la
la necesidad de buscar iru uo'de la colectividad en una
de rescate de la memoria (salvo en el caso de Taibo II'
que es un historia oficial, que hablaba de una "conspiración" que supuesta-
personal, aunque alude constantemente a otros mente se proponla derrocar al gobietno.la Borges le ofrece una
testimonio más
def movimiento)' Esta fragmentación obedece tam-
ptotagonistas
de
ti¿r, i'tu dificultad de teconstituir las piezas del rompecabezas
l, memoria, suieta a fallas, omisiones, errores' Su reelaboración es 13 TArBo lI, 68, 2008, p. 9.
ademán' 14 Poco después de la masacre, desde la cárcel, uno de los líde¡es del
lenta y el texto hace expllcito ese
At"gonos elementos paratextuales se t-epiten.-como en
muchos Comité Nacional de Huelga (cNH) detenidos, Sócrates Amado Campos
Es difícil hablar de las tapas en Lemus, evocó una conjura de los intelectuales para r:;ücñza¡ el movi-
o,ro, ib.o* sobre el mávimicnto.
miento y tomar el poder..Varios dirigentes (Gilberto Guevara Niebla,
relación con los autotes -genefalmente excluidos de las
decisio-
Eduardo VaIIe, etc.) coinciden en afirmar que Campos Lemus era un
agente infiltrado del gobierno; VoLPI, Imaginacidn,2008, pp. 343-ss. El
del contqio caso de Campos Lemus muestrr el trabaio de memoria efectuado por
r0 Alusión al libro dc eutor anónimo, ¡El Móndigo! Bitácora
aquéllos que 1o frecuentaron, un esfuerzo de teconsffucción de los deta-
Nadon¿l Httel¿a,Nba Roil México, 1969'
d¿
i, Iorn. Votp; lles en busca de una prueba histórica. Eduardo Valle dice: "Sigo pensan-
I_a in@nación1 d podr. lJna historia intekctual de
1968,
p. 18' do que Sócrates tendrá que pagar sus crimenes algún día y quienes se los
EáiciJnes Era, México,2008 [19981'

47
46

t._
g r intelectual,y García Ponce y Paz, do§
rl¡ír- de independencia de la distancia de los años (os sucesivos epílogos de Taibo II a su
iscritotes de diferente tta,yectotia ideológica, demuestran que las libro), así como un nuevo esfuerzo de síntesis analittca pali-a al-
críticas al Partido Revolucionario Institucional provenían de va- canz t vna cohetencia imaginaria. Esto explica la frecuencia del
riados sectores. Los agtadecimientos de Volpi se dirigen a aqu,é' uso de la primera persona (?oniatowska, Monsiváis y Taibo II,
llos que le ayudaron a reahzar la investigación (o sea que mantiene por orden creciente) que consigue articular así una "histoda de
en los mismos la filiación intelectual que le ha querido dar a su los sentimientos" vividos por el relator.le Las heridas en Ia me-
tabaio), mient(as que los tres otros manifiestan un compromiso moria hacen pasar pot el recurso autobiográfico (como ocurrió en
de cara a la memoria al dedicade sus escritos a protagonistas del la Argentina de la dictadura miütar revisitada por sus intelectua-
movimiento y/o a autores que lucharon por establecer la vetdad' les), porque el relato testimonial es indisociable de la experiencia y
Así, Monsiváis "dedica con gtatitud" su "cróoica" a Poniatowska conduce, al decir de §flalter Beniamín hablando de la misión de
y Ramón Ramírez (autor de El noaiuiento utadiantil en México), los historiadores, a cepillar la histoda a contrapelo:
incluyendo sendas fotos;ls Taibo II evoca a dos amigos, uno Par-
ticipante en el movimiento, Guillermo Fernández, el otro perio- No hay documento de cultura que no sea a la. vez un documento
disia ioven y comprometido, Óscar Moreno, en un tono famiüar de barbarie. Y así como éste no está libre de barbarie, tampoco lo
está el proceso de la uansmisión a través del cual los unos lo here-
(y aludiendo de tal modo a una Posmemoria y a la teconsuucción
dan de los otros, Por eso el matedalista histórico se aparta de ella
de las construcciones). Ambos coincideo en la reivindicación de
en la medida de lo posible. Mita como tarea suya la de cepillat la
la memoda. Poniatowska, erl tanto, oftece su testimonio a los historia a contrapelo.2o
informantes y a Rosario Castellanos, por "su Poema escrito espe-
cialmente para este libro".ló A ello se le agrega Ia necesidad intelectual, en los cuaffo libros,
Así como habíamos notado la fragmentación en la construc- de no aislar los hechos del 2 de Octubre, ptocediendo a encua-
ción de los cuatro textos, algo similar ocurre con los paratextos, drarlos en un contexto histórico nacional e internacional, De una
en el mismo intento de reiündicar la pertenencia a una comuni- u otfa manera, los cuatro autores observan los orígenes, los ante-
dad ("68 es el punto de partida, de ahí venimos"),l7 a un gruPo cedentes del 68 -y esto a pesar de que Volpi afirme lo contrario
solidario en suministrar una información auténtica desintegrando en su "preludio".21 Tubo II, en el tono cómplice y anti-formal
progresivamente la subfetiüdad y teiiendo un efltramado de
que le es habitual, aünea una seria de preguntas que recaban la
i'r.r.*o.i,social", en el que el informante citado es responsabili-
zado de cara a la historia y por la misma vía en relación con su
entorno y su presente. A la desintegtación del suieto le sigue una septiembre de 1995, pp. 101-112; Beatriz Slnro, Tienpo pauda Caltara
reconstrucción o reconstitución en el marco de la colectividadls y de la nenoria 1 tienpo subjeti»0. Una divuión, Siglo Veintiuno Editotes,
Buenos Aires, 2005.
le Maudce HALBWACHS, L¿s cadres ¡ociatx de la mémoire, Librairie Féüx
van a cobrar setán los estudiantcs que ttaicionó desde el día 2 de octu-
bre de 1968", ibfdem, P. 345. Alcan, París, 1925 [vemión electrónica eütada por l-er elatsiquet dts riencet
15 Carlos MoNslvA§, El 68, 14 tradición de la reti$encia, Ediciones Era, s o cia Ie s (classiqnes.uqac.ca), pp. 3 1 -s s.].

México,2008, p, 7.
20 No es imprescindible set "m¿terialist¿ histódco" para identificarse
16 Elena PoNIATo§íSKA, La noehc dc Tlaleloho, Ediciones Era, México, con la idea del autor; §lalter B'eN¡aurN, Tarzi sobrc la histoial otrotfrag-
2008 [1e71], p. 8. mentos, edicíón y traducción de Boiívar Echeverría,. Itaca / Universidad
17 TArno II, 68, 2008, p, 136, Autónoma de la Ciudad de México, México,2008.
18 Para las relaciones cnuc hirtorir y mcmoria, ver Todorov TzvETAN, 21 VoLPI, Inaginatión,20O8, p. 18; un simple vist¡zo al índice muesta eI

"La mémoire devant I'hi¡toi¡!|, ¿¡ Tcnain, nim. 25, Det sports, Patís, uabajo de contextualización al que se übta.

48 49
sinr¿ción del 68 y buscan un perfil histórico ('DE coMo DESDE proyección al pasado en la modetnidad. De ese modo, toda ex-
EL PRINCIPIO ESTA HISTORIA SE VA LLENANDO DE PREGUN' presión cultural innovadota del presente remite a la experiencia
TAS")22 al que responde en los capítulos siguientes:
del 68 y plantea la amer,azt de la rigidez y de la inuansigencia
política ante lo nuevo. En suma: ¿qué es ser joven?
qué se alinientaba la hoguera ? Los cuatro libros, además, destacan l¿ diversidad de discursos
¿Cómo se cocinó la mag¡a? ¿ Con
jO. datd. salieron los 300 mil estudiantes que llegaron alZócalo y de opiniones del 68. La expresión diferenciada muestra la com-
.t ¿1, ¿. la manifestación del silencio ? ¿Quién le puso parafina a la plefidad del mosaico social. Dándole la palabm a los protagonistas
mano tendida?23 o analizando las discursividades polifacéticas, los autotes proce-
den a una apertura de los registtos y de los archivos de la memo-
Poniatowska cede la palabra y los ptotagonistas del movimien- ria. De tal maneta, al examinar la compleiidad se aclam el pano-
to se encarga¡ de rcahzat la pesquisa Pata r stte r los orígenes' t^rna, y se polemiza direct¿mente con el régimen prüsta que bus-
Pablo Górnez, estudiante cpmunista Preso en Lecumberri, se
caba que el movimiento se perdieta en los meandros de la oscuri-
errcarga de tecordar filiaciones: dad de lo incomptensible. Información, propedéutica, circulación
ese mismo año; no
pot los textos a la búsqueda del coprotagonismo, del "a mí me
El Movimiento Estudiantil de 1968 no nació en
hubiera ocurrido lo mismo".
surgió así nomás por generación espontánea' Sus demandas habían
Todo esto recuetda los tres problemas mencionados por Paul
sidá phnteadas antetiormente por innumetables otganizaciones
políticas tevolucionarias y pot importante§- gruPos estudiantiles Ricceur en su reflexión alrededor de la memoria, como Ia formu-
(...) Vo no creo que estas luchas estén aisladas las unas de ias Iación del pasado, es decir la representación del mismo en la dis-
otr¿s.24 tancia; la búsqueda de una obfetividad histórica necesaria pero
difícil (por el silencio, por la deformación, por la impunidad), que
Monsiváis, por su Parte, teflexiona acerca de la necesidad im- produce una reconstnrcción de los hechos de manera progtesiva,
periosa de expücar los antecedentes del 68, proyectándolo al Pre- cronológica;26 y por fin la relación de ese pasado con el presen-
'r"rr,",
pu., ,rp"t". la tragedia y genefar conciencia' Paru é1, la te,27 que le hace afttmar a Monsiváis,28 que el 68 "es el fenómeno
pr".*.i, del iasado en eÍ ptesente debe ser ufla tespuesta a las más significativo de la historia de México en la segunda mitad del
consto..iorres superestructurales que proüenen del sistema, siglo XX". Tal afirmación equivale a decit que se trata de un acon-
porque los gobieÁos del pru po§te¡ores al- hecho Pretendieron tecimiento genetador de reahzaciones y hechos que marcaron la
,i"-p.. "dÁhacerse del enfado de la disidencia y hacer de la historia mexicana ulterior (desde el feminismo hasta la aparición
oamnesia' inducida otro instrumento de coerción" '25 De donde del zapatismo, pasando por los cambios de lenguaje),2e como Ia
también la importancia dc Ia conmemoración, paru dade una base de la construcción identitaria modema (que podemos for-
mular con dos pteguntas: ¿qué va a quedar del 68 cuando ya no
22TArBo IÍ,68,2008, pp. 14-15. 26
z¡ Alusión'el dl¡cur¡o pronuncirdo en GuadaTajata el 1 de agosto de Poniatowska agrega una cronología "basada en los hechos a que se
refieren ios estudiantes en sus testimonios de historial orali'; Volpi or-
1968 pot cl prccidcnte Gu¡trvo Dlez Ordaz: "Hay que iestablecer Ia Paz
dena los capíoJos de La inaginación 1 el poder con fechas: "AL 31 DE
u h ánouiüi¡d púbüc¡, un¡ mlno está tendida; los mexicanos dirán
si
ENERO, 1968", "AL 28 DE FEBRERo,1968"; el hilo conductor de los
Lr" rn.no qucdril tcndldr cn cl rirc". §e tmtaba de una declaración de
relatos de Taibo II y Monsiváis es cronólógico.
circunotanciru, Pglquc Poco y nrdr habfa sido hecho por el gobierno 21 Rtcaux, M ém o ire, 2000.
pat e[GI tcrfÉno dcl üllogo y dc la negociación' 28
i. Po¡¡¡,rtovgt$,
^var¡z,Ú MoNSrvA§, 68, 2008, p. 22.
Nocár' 2@8, p. 19.
2e lbídem, pp.22-25.
25 MoNsIvAIg, 6t, 200á, p, 26,

51
50
queden sobrevivientes? ¿cuál va a sef la función del historiador la idea de los derechos humanos. La amplirud de las transforma-
cr^tdo la memoria decline?), De donde la necesidad de una me- cionés permite evaluar la magnitud del peso sobre las espaldas de
tamemoria, para ofrecetle al movimiento la perspectiva histórica una joven generación derrotada (como lo tecuerda el título de
necesaria y áf.".". a la comunidad una cohesión' De donde tam- Volpi) peto, en cierto modo, también victoriosa. Para que todo
bién la necesidad de pasar de la historia oral (imprescindible en sirva para rnarc t la incertidumbre del presente ("Del pasado se
una primera etapa), de la narcació¡ de la expedencia, al análisis' habla sin suspender el presente y, muchas veces, impücando tam-
.orrri hu..r, Taito II, Volpi y Monsiváis. En el artículo de Todo- bien el futuro"¡.ao La histoda no consiste en la memorización de
rov antes mencionado, el autor alude a una polémica entre Cour- fechas, no es exteriot ni está muerta.3l Es un desafío que se puede
tois y Bédarida y a un punto de coincidencia, subrayado Por este escribir, como un trabajo de memoria, y talvez como una memo-
últiÁo: el riesgo de ,"p"t t Ia historia'de la memoria, evocando la ria del deber.
inconsistencia de que "la raison historique capitule devant les
déviances de la mémoire". Esta relación entre memoria e historia
siempre es conflictiva y sembrada de desconfianzas: ambas pue-
d.r, s.r subietivas y deformadoras' Porque son el resultado de
construccio;es. Et paso del relato de la experiencia al relato analí-
tico cuestiona l, validez in illo tenpore del relato memorialístico, al
decir de Hanna Arendt, pao alcznzar una etapa de aprehensión
del objeto de estudio. Pot offa parte, contentarse únicamente con
el relaio memorialístico implica oponerse a la lectura de la histo-
ria, permanecer en la primera etapa del uabaio histotiográfico
evocado por Riceur'
La historia oral -como la microhistoria- constituye un primer
paso imprescindible Para estudiaf las "situaciones extfemas", a la
t,irqo.du de la "novedad" de ese tiempo a parnt de un recono-
cimiento de la subietividad' En §u estudio Todotov compara los
segmentos de la expedencia en tal contexto retenidos por la me-
mária otal y por la historia. En los übros de nuestro corpus la
coincidencia flugt^t t. y merecería ser ampliada a mayor 4úme-
ro de obras.
"i
Enumeremos los puntos en común: originalidad y
espontaneidad del movimiento estudiantil; aparición de un len-
gou¡" qo" roe las fórmulas anquilosadas; participación de la muier;
Io"rtio.rr*i.nto del control absoluto eiercidos pot el nru y el
presidente (en este Punto cl trabaio de Volpi es muy completo) e
identificados con la nacióni conciencia de la corupción de los
funcionados; denuncia dc un sistema represivo afinado y que
anticipa futura§ uagedias lednoamcricanas (a desapadción de los
dc las vfctimas, artoisdos al mar, como se ha hablado 30 SARLo, Tienpo,2005,p. 13.
"o".jot
refiriéndose ¿ los cadávcrc' nunca encon*ados); la emergencia de tl RtcanJx, Ménoire, 2000, p. 513.

52 53
CULTURA MUSICAL Y RESISTENCIA
EN MÉXICO,1968-1988
La música popular y los medios de comunicación masiva

Ncardo PéreqMonfo*

A la memoda de mi amigo distante Marcial Aleiandro

I
Durante los primeros años sesent¿ del siglo XX los medios de
comunicación masiva mexicanos tuvieron un auge muy particular.
Tanto en la radio como el cine y la televisión, la imagen y los
sonidos, las modas y los usos, y en genetal todo aquello que Pto-
ponía el "american way of life" fue dominando Poco a Poco la
escena. El cine mexicano vivía una más de sus múltiples crisis,
ahora por la cenazón de los forjadores de la llamada época de oto
ante los intentos de incolporación a lz industria de una nueva
generación de cineastas. Si bien una foven creatividad, enarbolada
pot Alberto Isaac, Rubén Gámez y Arnrro fupstein, tan sólo para
mencionat a tres, intentó renovar a la vieja vertiente, las medio-
cddades de Mauricio Garcés, Jotge Rivero e Isela Vega, dirigidos
por René Catdona Jr., Miguel Zacaúas o Ismael Rodtíguez, se-
guían ocupando la mayor parte de la producción mexicana, que
todaüa oscilaba entre 90 y 100 filmes al año.1 Entre pellculas dcl
Santo, de infidelidades y dobles morales, de aventutas y referen-
cias rancheras, destacaban también, desde hacía tiempo, algunas
cintas con temáticas iuveniles en las que un afán educativo y con-
servador se imponía ante los desvaríos de los "rebeldes sin causat'
poniendo un particular énfasis en la norteamericanización de los
estereotiPos postadolescentes mexicanos.

1 Gustavo GARCÍA y Felipe CaxlA, Nueuo cine mexicano, Editorial


José
Clío, México, 1997.
t967 fue elpdmer año en que prácticamente todas las películas "Osterizertt, o refrigetadores "Ftigidairet'. Para entonces también
comerciales rcihzadas en México se filmaron y exhibieron a todo la empresa Teleprogramas Acapulco, dirigida por el iunior mexi-
color. Sólo algunas cintas experimentales y una que otra comercial cano de mayor raigambre en esos mismos medios, Miguel Alemán
se hicieron blut.o y negro. Y así con el color también se emPe- Jr., se convirtió en la pri"crpd productora de telenovelas naciona-
".t
zó a tr t^t de imponer el sonido esteteofónico' De cualquiet ma- les, que poco a poco tratarían de competir con las series importa-
nera el cine ya .tt l" últi*, Parte de los años sesenta seguía eierci- das, ocasionalmente incluyendo a los compositores, a los canantes
tando la clásica fórmula de combinación multiple de actores- y a los grupos musicales
mexicanos de moda. Sin embargo, el
cántantes-canciones o ritmos de moda. Así figutas como Julissa, medio de comunicación masiva favorito de la.. música popular
Angélica Maria, Lucho Gatica, E,mily Cnnz' Armando Matzane- siguió siendo la tadio hasta muy avanzadala década siguiente.
ro,-Daniel Santos, Enrique Guzmán, Manolo Muñoz, Lola Bel- Paol965 existían 57 estaciones de radio en la ciudad de Méxi-
ttán, Alberto Yázqwez y tanto§ ottos transitaron de la música co- co transmitiendo en amplitud modulada.3 Todavía no aparecían
mercial imperante in la radio al quehacer cinematográfico y de ahí las estaciones de FM, y ya el cuadtante estaba sobresaturado. Si
a la televisión, en un ida y vuelta que no parecía tener límite' bien una buena cantidad de transmisotas segula ocupándose de la
todavía no se música mexicana o caribeña, incluso hasta de los ritrnos latinoa-
Justo es decir que la televisión, Por su Parte,
corirrertía en el electrodoméstico de las masas' Mas bien ocupaba mericanos o las baladas europeas, cerca del 50o/o de las mismas se
Ias salas de ciertos sectotes de clase media acomodada y de la ocupaba de propagar productos musicales norteamericanos con
aristocracia urbana nacional. En 7967 había 34 estaciones de tele- claros fines comerciales.a Por ejemplo, hacia 1965 la estación 6,20
visión en todo el paÍs y sólo an eta considerada cultutal' En ese transmitía lo que llamaba "La música que llegó para quedarse"
mismo año el Canal 2 empezí a transmitir su señal a colot, y para que eran principalmente melodías interptetadas por Doris Day,
el año siguiente, gracias fundamentalmente a la celebración de los Connie Francis, Tony Bennet, Perry Como, entre otfos, acompa-
el país "se colocó entre las ñados pot las otquestas de Ray Conniff o Nelson Riddle. Uno de
iuegos oÍmpicos en suelo mexicano,
di"i t u.iottit mefor eqüpadas en materia de telecomunicaciones sus principales patrocinadotes era la marca de ropa interiot feme-
en el mundo".2 nina "Lovable".
Sin embargo en un teritorio poblado pot alrededor de treinta y Sin embargo más bien fue el tocanrol, o si se quiere simple-
siete millones de habitantes, sólo un millón y medio tenía posibili- mente el rock y sus multiples derivaciones desde sus pdmeras
dades de pertenecer ala categoia de 1o que los dueños de dicho apariciones a mediados de la década anterior, lo que se mantuvo
medio de comunicación llamaban "telehogar"' Ahí la penet-ración en constante competencia con la música tropical y la ranchera en
de la imagen y la moda norteamericana fue particularmente inten- el mundillo de la música iuvenil mexicana.
sa. A mediados de los años sesenta §edes televisivas norteamerica- Grupos como Los Hooligans o Los Rocking Devils, y solistas
t'I
love Lucy", "Mr' Ed",
t'Lassie", como Enrique Guzmán, César Costa y Angélica María demostra-
nas dobladas al español como
ttCombatett, t'Hopalong Cassidytt 'tBat Masterson" "El FBI en ban su clara afición por la música de los fóvenes norteamericanos
t'Dr. I(ildare" y muchas más inva- ttaduciendo al español piezas como "El rock de la cárcel" flail-
Acción" "Patrulla de Caminostt
dieron las transmisiones mexicanas. Estas series se pudieron ver house rock) o "Mi novio eskimal" CñIy boy Lollypop). Tanta fue
en horarios pdülegiados acomPañadas con innumerables comer-
ciales que remitían a prcductos como estufas "Acrosst', licuadoras 3 Fáúma FERNANDEZ CHRISTLIEB, I¿ radio mexicana. Centro 1 re§ones,
Juan Pablos Editor, México, 1991.
a Alma Rosa ALVA DE LA SELvA,Radio e ideokgía, Ediciones El Caballito,
2 Fr¿ncisco J. MARTÍNBZ MBDenlN, Tehuin Siga la huella, Eütorial
Claves Latinoamcticenll, México, 1989' Méx.ico, 1982.

56 57
la impuesta afición det público foven por el sas untadas que mantenían a tal o cual aftista o canción en la pre-
-m.exicano de éxi- ferencia de su auditorio. Las tiendas de discos Lp's o Single-Play,
"rockároll" que uno de sus iniciadores, Bill Halley, autor
tos como "Rtck around the clock" y "See you latet' Alligator" de 33 o 45 RPM tuvieron un patticular auge en aquellas décadas de
en la ciudad de México actuando en los años sesenta y setenta, no sólo por la promoción radiofónica,
pasaba largas temporadas
radió, en pellculas, en cabarets y salas de baile' aún que sin duda tuvo una enorme influencia, sino también porque
"ra""ion"rt"
*o"ho tiempo después de pasada la moda originaria de aquel los aparatos reproductores, como los tocadiscos portátiles, las
familiar que consolas, los tocacintas, las cassettetas, los amplificadores y las
baile. Algunls grupo§ que temitían más un .estilo
,o.r.r.o1áo, coáo- los Í{".t,"t ot Castro o los Hetmanos Ca- bocinas empezaron a estar mucho más cerca de los bolsillos cla-
semedieros mexicanos. El negocio de las editoras de música, con-
tión,hacianlas veces de ransmisores de un ambiente romántico
trolado por la Asociación Mexicana de Productores Fonográficos,
de balaüstas iuveniles a un reducto de cuartetos o sePtetos
caPa-
o tocat "bossa-novas" a la menor provocación' la Amprofon, estaba de igual forma ligado al medio radiofónico, y
ces de tocanrolear
éste a los demás medios de comunicación masiva. Y el magnate
Sin embargo todavía en la segunda mitad de aquellos años
se-

,"rrtu urrtor", de cierto mexicanismo cancionero como el que más influyente en toda esta cadena era nadie menos que Emiüo
Az cátr aga Vidaurreta. 6
enarbolaban Pepe Guízat, José Alfredo Jiménez o Cuco Sánchez'
La música popular que se escuchaba en los ambientes naciona-
tan sólo para áencionar tres, mantenían su prestigio tanto entre
les de Ia segunda mitad de los sesenta y primeros años setentá se
jóvenes imo entre adultos asiduos a las ondas hertzianas' a las
transmi- debatía así entre dos vertientes fundamentales: la hecha en México
salas cinemrtográ{icas y a las incipientes y clasemedieras
y la que venía del mundo de habla anglosajona. La radio y las dis-
siones televisivas mexicanas.
Para entonces y^ er fibastante prolíficas las producciones
dis- queras mexicanas seguían promoviendo génetos musicales un
como la RCA Yíctor Mexicana' CBS' la tanto gastados, aunque sumamerite populares y por lo tanto eco-
cográficas de empresas
Pe.Edess, los Discos Musart, Otfeón, Capitol y Gamma' Todas nómicamente redituables, como el bolero al estilo del veterano
y vender música mexicana.y norte- Agusdn Lata, del joven chileno Lucho Gatica o del "croone/'
ellas se interesaban en gobar
mexicano Daniel Riolobos. Pero también lo hacíafl con la canción
ameicanaen el mercadl nacional' Esto lo consegulan fundamen-
las di tanchera al estilo de la Prieta Linda y Lucha Villa, o los sonsonetes
talmente con la difusión de sus producciones a través de
radio capitalinas y provincianas, que tambiétl tropicales de Mike Larte y el inefable órgano de Juan Torres.
versas estaciones de
La tradición musical tománttca y popular mexicana seguía muy
ya tetían un buen tiempo funcionando c:mo ptomotoras de
a cambio áe lo que eufemfsticamente se h¿ llama- viva. Autores, compositores e intérpretes de viejo cuño como el ya
ái."o, y éxitos
do "la payola"s y que no e§ otra cosa más que el pago pot posi-.
mencionado Agustín Lara, Pedro Vargas, Toña la Negra, los fina-
.io"r.'"á piezá áusical o un artista de manera insistente y a/ dos Jorge Negrete y Pedro Infante, las Hermanas Landín, Claudio
Estrada, Chucho Navarro, Amparo Montes, y el mismísimo "grilli-
fia,,1.Íedfi'enelsupuestobuengustodetpúblico.Estedifícilmente
estación predi- to cantorrr Francisco Gabilondo Soler, entre tantos otros, estaban
era c p^z de inádir en la seleición musical de su
presentes en los mercados de discos y en el cada vez más saturado
l".tr, por lo que su capacidad de hacerse.un-iuicio propio iamás
cuadrante nacional. En las multiples estaciones de necesario prefi-
fo" prr".t" en con§ider;ción' Asf el negocio de la venta de discos
jo x -que es la identificación internacional de la radio en México-
aquellas épocas fntimamente [gado a la industria radio-
"raolro "t cual se dciaba influir cconómicamente a través de iugo- que poblaban el dial, podían escucharse cualquier día de la semana
fóruca,la
y a cualquier hora.algunos momefltos relevantísimos de la historia

scl¿es ¿f GBIJERSTAMT PopilarMñt in Mexito,IJntversity


of New Mexi-
6 Pável GnaNaDoS, XEtr, 70 año¡ en el ain,E,ditorial Clío, México, 2000.
co Ptess, Albuqucrque, 1976.

58 59
musical poPular del país, que iban desde Guty Cárdenas hasta fera de norte a sur y de oriente a poniente. .. cuando la fuventud en
masa volvía la espalda al espíritu y se entregaba en cueipo y alma al
Alvaro Carrillo, desde el trío Garnica Ascencio hasta los Panchos,
vértigo de ritrnos monocordes y exóticos, surgió Armando Ma¡za-
desde §íello Rivas hasta la Sonora Santaneca'
neto. ..8
A la hora de revisar la lista de compositores que regisffaron
sus canciones en aquel año de 1968 queda claro que todavía el
Este compositot e inteqprete no tardó en ingresar al mundo de
tepertorio popular y romántico, caribeño, latinoamericano y me- los discos de plata, de oro y de platino, convirtiéndose rápida-
*i.rrrist gáriA^ de relativa salud y no parccía €ncontrarse tan de meflte en artículo de exportación hacia América Latina y el resto
retitada. Énue los más destacados se contaba todavía con figuras
del mundo. Con él y con su. meteórica aprobación internacional,
como Luis Alcaráz,Lote¡zo Barcelata, Roberto Cantoral, Alvaro México patecía renovar su prestigio como semillero de composi-
Carrillo, Consuelito Yelazqtez, Victor Cotdero, Gonzalo Curiel,
tores de habla hispana. Lamenablemente se ffató, al parecer, de
Chava Flores, Rubén Fuentes, Lalo Guerrero, Pepe Guízar, Jose
una estrella rLo tafl flogaz en medio de la noche. El medio comer-
Alfredo Jiménez, Armando Manzanero, los Hermanos Martínez cial no supo encontrar otro compositor mexicano de su talla para
Gil, Juan Mendoza, Ray Pérez y Soto, Miguel Pous, Cornelio aquel fin de los años sesenta. No tardaron en aparecer otros in-
Reyna, Los Hermanos Rigual, José Sabre Martoqün, Cuco San-
térpretes de habla hispana, con otras influencias, que poco a poco
chez yJuan Zaizat.T
también ocupadan un espacio en el mundo musical comercial de
Si'bien la mayotia pertenecía a una generación ya consagtada nuestro país. Un fenómeno digno de mencionar fue el del bala-
en el quehacer musical mexicano, algunos mostraban cómo Ia
dista español Raphael, que interpretando canciones de Manuel
,r.rtienie romántica nacional se estaba renovando con particular Alejaodro, tuvo ufl particular éxito en México. Junto con él oras
denuedo. Tal.vez uno de los compositores ióvenes más prolíficos interpretes odginarias del vieio continente como Rocío Dutcal,
en aquellos días fue el yucateco Armando Manzanero, quien había Marisol y las gemelas PiJi y Mili, también intentaron conquistar el
sido arreglista y acomPañaflte de "la novia de la iuventud mexi¡a- mercado mexicano, sin taoto éxito, Afortunadamente los medios
na", Ang?lica i\4aría, én sus inicios como baladista y tocantoleta' españoles yahabian promovido a quien también sería uo símbolo
Manzarráto era el cteador de una especie de revitalización de la de la canción con cierto contenido contestatario: Joan Manuel
balada romántica que a mediados de los años sesenta ya requeda Sérrat. Este compositor y cantante catalán empezó a tener müti-
cierta modernizaitón con curáctet de urgencia' Lo demostró con ples seguidores entre el púbüco joven mexicano, aunque sería más
piezas de gran éxito comercial como "Esta tarde vi llover" y hacia los años setenta cuando i¡iciatia su promoción en este lado
lNo". Pr., 1968 este compositor yucateco parecia set la g4tantia
del Atlántico.
de triunfo de cualquier artista emergente en el medio comercial, y Sin embargo otra historia musical se estaba escribiendo en
él mismo no desaprovechó esta circunstancia para lanzarse como aquellos momentos y los siempre ávidos intereses comerciales no
soüsta en ,rn primet üsco que llevaba el sugerente título de "A mi podían dejar de paticipat en ella. Se trataba de la invasión musi-
amof...con mi amor". En la contraportada de aquel LP, un co- cal internacional y masiva que en un principio encabeTaron Elvis
mentarista anónimo lo presentó con las siguientes frases: Ptesley, Ricardito y Jetry Lee Lewis para luego dar paso al fenó-
meno mundial de "Los Beatlestt, que sin duda internaciotdtzaron
Cuando la rnúsica románúca atravesaba por la peot etapa de su vi-
da, cuando los dtrnos trepidantes y ekctrónicos invaüan.la atmós'
la vertieote musical anglosajona y que después protagonizaron

r
Juan S. GARRIDO, Hi¡toia de la nrisica
popular en Míxico (1896-197'), 8 Anzando Manqanem-1 ¡a¡ canciones. 'A mi amor... con tti amor",Disco Lp,
Editoti¿l ExtÉmPoráncos, México, 1974. RCA VÍctor, MKL-I760, México, 1967.

60 6l
otros gruPos también de habla inglesa de la más variada
índole Siguiendo con la vertiente norteameicarizante clasemediera

desdeios'"Rolling Stones" hasta "Los Beach Boys". El inglés se meicana cierta moda de ir a patinar en hielo tuvo también algún
convirtió así en eiidioma oflcial de la música moderna y luvenil' tipo de influenci¿ en el establecimiento de centos de reunión juve-
Los te¿tros y salones de baile que antiguamente recibían con nil en donde se podía escuchar músic¿ ad boc.-Íal vez uno de los
más concuridos en la ciudad de México fue Ia Pist¿-Hielo Insur-
los btazos abiettos a los apasionaios del danz6n, del swing' del
chachachá y la cumbia, a deiar etTtt^t sus pistas y gentes en donde grupos como Los Dug-Dugs o Los Yakis ameni-
"Ápt'utot' ^ zaba¡ las tardeadas de quienes se de"spedían de su adolescencia
escenarios a los ióvenes baladistas y roquetos o hai¡teros'
Los an-
que ocasionalmente dando vueltas alrededor de la pista helada o jugando hockey.
tros de ióvenes iazzistas "existencialistas"
habitabá a[una vieia casona de la colonia Roma o de la naciente Poco a poco una corriente relativamente nueva fue poblando
Zona Rosa á h .rpitd, sufrieron el embate de los rocanroleros
y el mundo musical y tocanrolero de los jóvenes mexicanos. Se

rica, rítimica y compleia que-ya tenía algunos re- trataba de la sicodeüa y la contracultura hippie. El cabello largo, la
aquella música
ropa colorida,Iallamada "explosión depzzy amor",las flores, las
pár".r,rrr,", importantes en México como Juan José Calatayud'
mini-faldas, las drogas y el repudio a las guerras, sobre todo a la
bnilo Uo.,ln y Vi.tot Ruiz Pasos, tan sólo para mencionar algo'
Ma- de Viemam, fueron ganando cada vez más adeptos, tal como lo
nos, se vio'severamente opacada.e El teatto Lítico, el Salón
y el Riviera, de la ciudad de México, así como el Bum Bum demuestra la primera teüsta dedicada exclusivamente, desde las
"l-'.
o .l deqoila de Acapulco vieron llegar a los Apson Boys' a los miradas y opiniones juveniles, a esos temas. Dicha publicación
apareció en los primeros meses de 1968 y llevaba el sintético
Rockin'b.rrils, iuntá con las Hermanas Jiménez, Mayté Gaos'
nombte de Pop. Dirigida por Victor Blanco Labra contaba con las
Mada Eugenia nuUio o los Teen Tops para presentar tanto
piezas
a go gó' Io mismo colabotaciones de figuras como Carlos Monsiváis, José Agustín,
parabatli rocanrol, ierk, surf, o simplemente
"Tomás.'' que feo Parménides García Saldaña y Aleiandro Jodotowsky.ll Con la
i"" Uufuaut o canciáncitas de amormiestilo profesor"' vista puesta sobre todo en el quehacer musical anglosaión y nor-
estás" o "Quieto ser la consentida de
teamericano, esta revista se convirtió en una referencia mexicana
Al poco tiempo surgieton otras versiones de cafés cantantes y
desde iuego h, &s.ot".u., que trataron de convertir
sus espacios del cambio que pretendía ptotagotizat la juventud mundial a
como muchos través de festivales masivos de música, de protestas conüa la
en sitios irr, ,urr,o más exilusivos Para ióvenes
conocimientos musicales' En la ciudad segregación y la gterca, y desde luego con una afirmación de la
afanes bailadores y Pocos
propia capzcidad de aquellos jóvenes para discernir sobre su vida
deMéicoelMemphis,elHarlemoelAPleinSoleil'transitaron
y sus quehaceres. Pero esta iuventud, en México y precisamente
de set cafés un tanto inocuos a verdaderos centros de consumo
en 1968, se enfrentó clatamente con sus principales detractores,
musical rocanroleto.lo Grupos como Los Crazy Birds que g-
que no erari pocos y que iban desde las altas esferas gubernamen-
cluían entonces a un cantante medio locuaz y teatrero' Luis "Vi-
tales y eclesiástjcas hasta los padres de familia y las escuelas, desde
vf' Hemández, o baladistas como Mona Bell, ocupaban l9l q* la prensa cotidiana hasta los comentaristas ocasionales.
queños de estos recintos que no tatdaron en tecibir las
"r""nraio,
de las autoridades intoletantes y moiigatas de aquel Diversos medios de comunicación masiva promovieron sus
sarrciones
entonce§.
afanes comerciales -y la coniunción de intereses que producían
ciertas veladas alianzas con url gobierno de clara raigambre autori-
taria- insistiendo en Ia difusión de una música y de mensajes
de Cul-
9 A]ain DERBE z, Eljagen Mlxico. Datot para una hi$oria, Fondo
tuta Económica, México, 2001. 11
10 Yolanda MORENO R¡VAS, Hrrrrlr¿ de k núsha popular mexicana' coNA'
Víctor BIANCO LABRA, Rocbtalgia, Cnínha¡ rocanrulerat, años 50 1 60,
Editorial Diana, México, 2007,
cuLÍA /Alianzn Editorial Mexicana, México, 1979'

63
62
éxito de Virginia Seeger, Bob Dylan y JoanBaez, y artistas mexicanos como Oscar
"aptopiados parulaiuventud mexicana" como el
1968 que decía: Chávez, Judith Reyes, Matgarita Bauche, Enrique Ballesté y los
táp") y h §onora Santanera de aquel año de-
Folcloristas eraln aclamados por los jóvenes movilizados.l2 Las
"¿qoé á. lo que pasó? Que se desmayó" o aquella iró¡ica Pregun-
emisiones tadiales un tanto clandestinas del Conseio Nacional de
t, {o", ul ^pir.iet constantemente en la radio como mensale de
de Huelga transmitidas pot Radio Universidad, hasta antes de la
tu, pá"rr.io.es de control oficial, se convirtió en una especie
,Son las 10 de la noche' ¿Sabe us- toma de la Universidad por parte del ejétcito en septiembrc de
sloian popular del momento:
aquel año, empezaban, por ejemplo, con la clásica canción de
ted dónde están sus hiios?"
Violeta Parra inteqpretada por su hijo Angel "Que vivan los estu-
El todavía populai Chava Flores patecía también hacet una
pleno final del llamado desarrollismo mexi- diantes".
pregunta porr*a,
"t
iu"á y iusto antes de que se desatata la agresiva campaña en con-
Piezas como "Las preguntitas sobre Dios" de Atahualpa Yu-
panqui o "La zatrtba del Che" de Víctot Jata adquirieron carta de
tta del movimiento estudiantil del 68, al escribir su popular can-
¡afilrzLzación en el movimiento, y uno de sus himnos decía cla-
ción "A qué Ie tiras cuando sueñas mexicano?" Y José Alfredo
no tanto con su "Sigo siendo el ramente en su estribillo:
Jiménez *lo ,r.rpo tespondetla
iey" pero sí cor su "Ño me amenaces". Aún así todas esas can- Aquí se queda la clata
.iárr", ir.,p"rantes en los medios de comunicación masiva no la entrañable transparencia
pudieron ic llatla otra música que acompañó a aquel emblemáti-
'.o de tu querida presencia
,no y que culminó con un profundo desencuentto nacional'
Comandante Che Guevata...13

En los mítines Oscar Chávez solía subirse al estrado cuntz¿r


II coridos enre los que destacaban "El 30-30" y "El mayor^ de los
dorados". Y Enrique Ballesté hizo famosa su canción que decía
Como cualquier otro acontecer de gran impacto social y.político' en uno de sus priocipales vetsos: "Esto de itgat a la vida es algo
el movimieÁto estudiaritil del 68 tuvcl su propia música' Las
mat-
entre que a veces duele", El grupo de Los Folcloristas popularizó tam-
chas, los mítines, las asambleas o los simples encuentro§
bién un trote chileno que se titulaba "La Paloma" con la que
,.tiürtu, y sociedad fueron los escenarios Para una serie de mani- culminaban frecuentemente sus presentaciones soücitando:
festaciones musicales que entonces fueron conocidas como "car¡- "¡Tráeme de lejanía, Paloma mía, Ia libertad!".
ciones de Pfotesta", "canciones sociales" o "canciones compfo-
Judith Reyes, por su parte, compuso una buena cantidad de
metidas". Érovenían de multiples vertientes y fueron incotporán- coridos que iban desde la parodia hasta la narración puntual de
dose hasta armar un ."p".totio que incluía desde antiguos corri- las tragedias suscitadas por la represión. Compuso, por eiemplo,
dos de la revolución hasta parodias de canciones de moda'
desde
sociales intet- el "Corrido de la ocupación militar de la Universidad" cuyas pri-
taducciones al castellano áe piezas de luchadores
meras cuartetas expresaban su afán por regresar a la ctónica can-
nacionales hasta cantos de resistencia y denuncia latinoamerica-
tada que caracteizó desde sus inicios al corido:
nos.Casitodasellashabfanllegadoalconocimientodelosintér-,
pretes y degustadotes de estc tipo de música a través de encuen-'
iro. ir,Éo.*áes, de discos Provcnicntes de Cuba, Argentina' Chile t2
Jotge H. VEIASCo GnncÍl, El canto de la tribu, coNACULTA, México,
o Petú, al igoa! que del Crltiuo, un tanto margir,al, de antiguas 2004.
Atahual-
"herencias ñti""t y musicalcs mexicanas"' Figuras como 13 Se trataba de una guafira del cubano Cados Puebla titulada "Hasta
Pete
pa Yupanqui y Violeta Parta cran igual de reconocidas que siempte Comandante".

65
64
Diez mil soldados salieron de sus cuarteles esa armonía, esa alegda
con tantos tanque§ de guerra que daba hotror si en todo el mundo el hambre está. . .1ó

er¿ en el mes de sePtiembre, un día diez y ocho,


año del sesenta y ocho, muy tricolor. La tepresión con la que culminó el movimiento estudiantil del
68 deió una honda huella en el repertorio musical de quienes
Igual que bestias con botas, han pisoteado
participaron en é1. El dos de octubre se convirtió en una teferen-
ei patio, el übro, la escuela y la dignidad
fueron a me¿rse en las aulas y convirtieron cia obligada en los cantos de protesta subsiguientes, tanto en
en un cuartel mi querida Universidad. '.14 México como en otras partes del mundo, El chileno Angel Parra
fue uno de los compositores latinoamericanos que tomaron esa
Pero esta misma autora también solía budarse de quienes fecha como ejemplo de las muchas que han poblado la latga ca-
obedecían las órdenes de golpear y aPrehender estudiantes con dena de masactes que conforman el calendario del hotror del
estribillos como el siguiente: continente. En el primer volumen de l¿ serie de discos dedicada a
la Peña de los Parra a priflcipios de los años setenta se podía es-
Uno y uno suma dos cuchar un "homenaie a los estudiantes mexicanos" interpretado
dos y uno suman tres por este joven autot titulado "México '68". Después de una in-
Goriüta, gorilón ¡que feo te ves! troducción muy al estilo de un corido antiguo laletra decia:
Uno y uno y otro más
¡Salta y bdca PLra ^ttá;sl Para que nunca se olviden
Gorilita, gorilón las gloriosas olimpiadas
¡qué feo estásl15 mandó matar el gobierno
cuatrocientos camatadas.
EI movimiento det 68 produio asimismo canciones que criticaton
AyPlaza de Tlatelolco
la falta de compromiso de algunos sectores clasemedieros con la
¡cómo me duelen tu balas!
lucha que estaban Protagonizando los estudiantes' Tal fué ei caso Cu¿trocientas esperanzas
del duáto Los Nakos integrado pot Ismael Colmenares y Arman- a traición arebatadas,.. 17
do Vélez, jóvenes preParatorianos de entonces, que escribieron la
populat canción 'lFlippie" que reprochaba a los "pacifistas" su Pero tal vez el recuerdo musical más dramático de aquel fin
inmovilidad a marLe,ra de balada: del movimiento estudiantil mexicano fue el que escribió la ptopia
Judith Reyes y que tuvo que gtabat fuera del país, concretamente
Sueñas que en el mundo no haya guerra
en Francia y paru el sello Chant¡ du Monde. Esta caotante y autora
quieres que la gente sienta
plasmó en un disco que circuló clandestinamente enüe ciettos
sólo amot por los demás. . .
sectores universitados mexicanos algunas de sus piezas más
Dices que la Paz es necesaria
que el entendimiento mutuo amargas. Una de ellas, el "Corrido de la Plaza de las Tres Cultu-
debe ser nuestra verdad.,. ras" mostraba en sus versos principales rü1 resumen de Ia herida
Yo te pregunto si esiposible emblemática del 2 de octubre de la siguiente manera:

r+ Cúnica Mexicana, Le Nouveau Chansonnier


t6 I-u Nakot, Discos Mascarones, México, EPM-06.
;udith Rnvns, Mexiqtc. t7 I¿ Peña de ks Parra-Chile, aol 1,Bücio¡es América de Hoy, ASFoNA,
Iniernational, Le Chant Du Mondc, LDx74421, París, 1970'
t5
Rgvnq Mexiqt¿, 797 0, Uruguay, LoF 201.

66 67

t_
p'
.L

El dos de octubre llegamos y géneros populares encootraron sobre todo en las llamadas "pe-
todos pacÍficamente ñas"le espacios para cultivarse y disfrutarse. Lugares como o'La
a un mitin en Tlatelolco
Peña el Cóndor Pasa", "La Peña del Nahual" "La Tecuicanime",
quince mil en la cotriente.
"LaPeña de los Folcloristas" y el "Mesón de la Guitara" acogie-
Año del sesenta y ocho ron a una buena caotidad de grupos de ióvenes que al son de
qué pena me da acordarme quenas, chatangos, bombos y guitaras intelprctaban múltiples
la plua estaba repleta piezas del repertorio iberoamericano.
como a las seis de la tarde... En estos espacios se podían escuchar las canciones compro-
De pronto tayan el cielo metidas que venían del movimiento de la Nueva Canción Chilena
cuatro luces de bengala o de la Nueva Trova Cubana. Estas dos vertientes se habían for-
y áparecen mucho hombres t¿lecido gtacias al apoyo que ambas recibieron tanto del gobierno
guante blanco y mala can sociaüsta de Salvador Allende como del ptopio apuntalamiento
Zlumba¡ las balas mortales cultural que vivió Cuba en esos primeros años setenta.2o Mientras
rápido el pánico crece en Chile las ahora llamadas "canciones sociales" poco a poco
busco refugio y la troPa ganaban el mercado y los medios de comunicación gracias al apo-
en todas partes aParece. .. yo de algunas empresas productoras de discos como la Odeón,
EMI y Lince, en Cuba el Grupo de Experimentación Sonora del
¡Qué cruenta fluela mata¡za
hasta de bellas cdaturas! Instituto Cubano de Artes e Industrias Cinematográficas (rc,uc)
¡Cómo te escure la sangre logtó captar la atención de un amplio público al incorporar a sus
Pltza de las Tres Culturas...!18 filas a ñguras clave de la nueva trova como Silvio Rodtíguez,
Pablo Milanés y Noel Nicola, tan sólo para mencionar ¿ los mas
Justo es decir, que estas Piezas se tardaron muchos años en populares del momento,2l Sus canciones no podlan faltar en
l7egar a las ondas hertzinas culturales, que en México sigtien sien- aquellas peñas recién inauguradas en el territorio mexic¿no. Tam-
do muy pocas, muy rara vez se han tocado en el celuloide y mu- bién se incorporaban a dicho repertodo piezas argentinas, co-
cho menos se han cantado en la televisión mexicana. lombianas, brasileñas, peruanas y boüvianas que remitían a una
instrumentación acústica y tradicional que poco a poco se fue
identificando genédcamente como "andina". Grupos como el
il
le El nombre de peña se tomó de la connotación hispana, argentina o
Los años setenta fueton testigos de la emergencia de formas e
chilena que se refiere a una asociación de individuos que se reúnen para
instancias de divulgación de la música fuvenil cteadas un tanto al animar o defender alguna institución deportiva o cultural, como las
margefl de los medios de comunicación masiva. Si bien el rock y upeñas
atláticat", las 'peñat tanguerar" o las "peñas larrina¡". Las peñar en el
Ias baladas, las canciones rancheras y los boleros, las cumbias y la México de los años setenta y ochenta fueron lugares en donde se escu-
llamada "salsa" siguieron poblando los aires radiofónicos mexica- chaba música y a veces se podía asistir a algún espectáculo de teauo de
nos y se mantuvieton Presente§ tanto en el cine como en la televi- cimtra,mientras se tomaba algün refrigerio
20René LARGo FARÍAS, L,¿ naeya cancidn chilena, Cuadernos de la Casa de
sión, las vertientes latinoamcricanas y contestatarias de canciones
Chile, núm. 9, México, 1977.
21 Clata Dilz, La n*eua htaa, Editorial Letras Cub¿nas, La Habana,
18 Ibídem. 1994.

68 69
Inti-illimani, El Quilapayun y el Aparcoa de Chile, el Huerque Palomates, León Chávez Teixeiro, Nacho Jiménez y Víctor Mar-
Mapu, el Anacrusa y el Cantaclaro de Argentina, los Jairas de tinez, tan sólo para mencionar algunos miembros destacados de
Bolivia y los Jatari de Ecuador, los Guaraguao de Venzuela, así esta especie de "nueva canción mexicana", mostraron cotidiana-
como soüstas de la talla de Daniel Viglietti, Alfredo Zitatrosa, mente su inclinación por hacer un tipo de música que claramente
Atahualpa Yupanqui, Jotge Cafrune, José Lartalde, Mercedes se aleiaba de las corrientes comerciales y homogéneas. La mayoia
Sosa, Horacio Guarany, los ya mencionados Isabel y Angel Parra, empezó interpretando piezas más o menos consagradas del repet-
Víctor Jara, Patricio Manns, Nicomedes Santa Cruz, Waskar torio latinoamericanista, aunque poco a poco cada grupo o solista
Amaru, Soledad Bravo, A1í Primera y Gloria Martín, todos ellos hizo algún esfuerzo porcomponer alguna creación propia.
influyeron en la o'moda" latinoan.rericana que Poco a poco se iba Justo es decit que a no ser por algunas contadas excepciones
despamamando ente cierto público de la ciudad de México y de los medios de comunicación literalmente ignoraron este movi-
algunas ciudades de ptovincia como Guadalaiata,Puebla, Morelia miento. Muy pocos grupos tuvieron acceso a los estudios de gra-
y Cuernavaca. bación de las empresas trasnacionales y mexicanas de la industria
Un tanto más limitada fue la influencia de Ia música ioven bra- disquera. En esos años sólo Los Folclodstas y Oscar Chávez te-
sileña. Aún cuando el "bossa-nova" había abierto cauces muy nian la posibilidad de hacer discos con sellos como Gamma o
populares en el medio urbano mexicano desde principios de los Polydor. La televisión estaba prácticamente vedada para esta mú-
años sesenta con figuras como Antonio Cados Jobim, Joao Gil- sica y sólo ocasionalmente en programas "culturales" había cabida
berto, Luiz Bonfa, Cados Lira y Elis Regina, las piezas de protesta paa el7a. Si se toma en cuenta que durante los años setenta sólo la
de Getaldo Vandré, o las muy comprometidas de Chico Buarque Radio Universidad y la Radio Educación de la SEP progtamaban
de Holanda, interpretadas por María Bethania, Caetano Veloso, esta música, y que únicamente en el Canal 11 del Politécnico y
Gilberto Gil, Milton Nascimento o Gal Costa, tuvieron menos muy de vez en cuando en el entonces todavía gubernamental Ca-
aceptación que las que apelaban a los países hispanopadantes nal 73, se consideraba pertinente transmitit ciertas piezas latinoa-
Iatinoamericanos. De cualqüer manera sus nombres emPez tofl a mericanas, siempte y cuando no fuetan "de pfotesta", es posible
sonat en las dos estaciones de radio cultutales y sus discos circu- concluir que este incipiente movimiento de "nueva caflción mexi-
laron entte algunos conocedores. cana" prácticamente se convirtió en una coriente cuasi clandesti-
A pdncipios de los años setenta sutgieton varios grupos for- na. Muy lentamente aparecieron pequeñas empresas como Nueva
mados por jóvenes clasemedieros y de orígenes un tanto más Cultura Latinoamericana, Fotón y Discos Pueblos que trataron de
populates, que siguiendo los elemplos latinoamericanos hicieron llenar ese hueco üscográñco que üteralmente marginaba a este
de Ia "música de protesta" su forma de expresión. Si bien hay que movimiento.22 Estas modestas compañías ptoductoras difícilmen-
reconocerle al grupo de Los Folcloristas una especie de patetni- te pudieron competir entonces con las gtandes trasnacionales y las
dad sobre muchas de estas agrupaciones, ya que sus integmntes o asociaciones de fabricantes fonogtáficos del país, quienes ya lleva-
ef,an sus alumnos dilectos o pot Io menos sus condicionados ban algunas décadas acaparando el mercado.
seguidores, no cabe duda que fue en aquellas peñas en donde El cine mexicano tampoco recutrió a estas canciones como sí
florecieton muchos de los coniuntos Promotores y cultivadores lo había hecho con el rocanrol, la salsa y los boleros, durante la
de esta música, Los grupos Lacann¡n y Cuicani, el IcnocuÍcad y década anterior y Io seguiría haciendo a lo lardo de los años seten-
los Cantores de América, Ia Peña Móvil y el Cade, la Propuesta y ta. A no ser por muy raras excepciones, como el cine experimental
el gtupo Víctor Jara, La Nopalera y la agrupación formada tan
sólo por mujetes folclotistas llamada Ihuaye, el dueto de Anthar y 22René VILI-ANUEVA, Cantare¡ de la memoia. Recuerdos de an fobbritta,
Margarita, y los soüstas Amparo Ochoa, José de Molina, Gabino Editorial Planeta, México, 1994.

70 7t
de Rafael Corkidi, punflralmente las cintas ArundarAan@t (7975) Frente para la Libre Expresión de la Cultura (FLEC) que incluyó a
y Pafnmcio Santo (1977) cuya música fue compuesta por Héctor coniuntos como Los Folcloristas, la Peña Móvil, el Icnocuícatl la
Sánchez del grupo Los Folcloristas, o Pasqieru en trár¡ito (1976) de Nopalera y a solistas como Víctor Martínez, Amparo Ochoa y
]aime Casillas que contó con la inteqpretación musical de La Peña Gabino Palomares. Este frente pretendía ganar espacios para di-
Móvil, la industria cinematográfica mexicana prácticamente ignoró fundir la música latinoamericana y asociatse con otros movimien-
a los integtantes de esta propuesta cultural altetnativa. tos artísticos de México y el Nuevo Continente. También se pro-
Avanzados los años setenta las peñas no sólo fueron centfos ponía atmat una estrategia para üncular sus acciones culnrrales con
dedicados a la interpretación y el disfrute de la música latinoame- sectotes populares y subaltemos del país p^ta así dade sentido a sus
ricana. En algunos espacios como eI del Centro para el Estudio conücciones políticas. Sin embargo este entusiasmo fue decayendo
del Folclore Latinoamericano (crror) se pretendía amphat la paulatinamente hasta agotarse a finales del siguiente sexenio.
actividad cultural incorporando exposiciones, talleres üterarios o No tard¿ton en surgir nuevas iniciativas a tlíz de encuentros y
muestras de cine. En sus presentaciones también se incluían reci- audiciones en la ciudad de México y en el interior del pals. Así
tales de poesía y música, y no faltó alguna que otra pieza teatral. aparecieton primero lzLiga Independiente de Músicos y Artistas
No era raro que en estos centros también se ejerciera cierto pro- Revolucionarios (LIMAR) en 1978 y el Comité Mexicano de la
seütismo político de izquierda, aunque la miütancia no fuera co- Nueva Canción en 1983.23 Esta última fue tal vez la otganización
múflmente el núcleo de su acción cultural. Cierto que se manifes- más exitosa ya que, constituida a raíz del Primer Festival del Nue-
taban gtandes simpatías hacia los movimientos socialistas y de vo Canto Latinoamericano, celebrado en abril de 7982,1ogró dar
liberación nacional, sin embargo la atomización y las ancestrales continuidad a muchas de las aspiraciones que ya se habían mani-
rencillas de los grupos izquierdistas mexicanos hicieron muy difí- festado en las iniciativas anteriores. Para mediados de los años
cil la labor conjunta, ochenta este comité logró capitalizaf,lu;nto con gran parte de las
Paru dx a conocet esta música se utiüzaron varias formas al- orgarizaciones culturales que ya se empezaban a llamar "inde-
temativas enüe las que destacaron los conciertos en sindicatos, pendientes", una amplia porción de la inquietud social surgida a
mítines y festivales, En una gran cantidad de moviüzaciones estos rulz de las crisis económicas y políticas que estaba üviendo el
grupos estuvieton presentes apoyando las causas que considera- país. Si bien no aczbaba de logtar una buen¿ cobertura de sus
ban afines a sus inclinaciones políticas, desde las luchas sindicales acciones culturales en los medios de comunicación, sí ocupaba un
universitadas hasta las concentraciones de apoyo al candidato lugar destacado a la hora de buscar formas de apoyo mutuo alter-
ptesidencial de la izquierda Valentín Campa en 1,976, pasando por nativas y combinar experiencias positivas en la difusión de sus
las manifestaciones de repudio al golpe miütar en Chile o los exptesiones musicales. Esto fue particularmente relevante durante
homenaies al heroico pueblo de Viemam. Sobresalieron en los las movilizaciones surgidas a miz del terremoto de 1985. El comi-
Festivales de Oposición, organizados por el Partido Comunista y té incluso participó como pieza clave en el Encuentro de Organi-
otras organizaciones a lo largo de la segunda mitad de los años zaciones Culturales Independientes en noviembre de 1988, en el
setenta y principios dc los ochcnta, y prácticamente no había cual parecía adelantarse a algunas demandas que aparecieron en
huelga en el Vallé dc México en la que no hicieran acto de pre- los principios del Eiército Zapaasta de Liberación Nacional en
sencia. De cualquicr mancte la difueión de su música se mafltuvo 1994, tales como el reconocimiento y la reivindicación de la ri-
notablemcnte cn los cspacios matginales logrando una difusión queza pluricultural y multiétnica de México.2a
bastante limitada,
Aún asf, a finales dcl régimcn del prcsidente Echeverría y por z: VsLASco GancÍl, Canto,2004.
iniciativa de algunos gn¡pot pertlcularmente entusiastas se fotmó el 2¿ Ibídem.

72 73
Sin embargo iusto es decir que en este proceso las propias ver- de teñir de tal o cual color poJítico su comunicación musical.
tientes musicales que constituían el bagaie de estos grupos y soüs- Algunos lo hicieron de manera un tanto nihilista como puede
tas fueron transformándose de manera pawlaúna. Si en un princi- constátarse en Ia pieza de Roberto Gonzalez, El Huerto, la cual se
pio la moda latinoamericanahabía causado cierta concienúzación preguntaba:
de los graves problemas económicos, sociales y políticos que
aquejaban al ya para entonces llamado "Tetcet Mundo", una ¿Y con que fin toda esta dialéctica en la historia?
vuelta a la tuetca para ftiat la miruda en los dramáticos contrastes ¿para qué it al paraíso estando muerto?
¿para qué alcanzatla gloda estando vivo?
de la realidad mexicana tuvo lugar entte los integrantes de este
si la gloda está muy lejos de este huetto. ,.26
movimiento, Poco a poco un interés particulat por géneros na-
cionales como los sones farochos y huastecos, los corridos y la Otros acudían a la consigna panfletaria que respondía más d,
música de mariachi tradicional, se fue manifestando con cierta slogan y al lugar común que a los impulsos cteativos. He aquí un
insistencia, Apuntalando dicho interés en las manifestaciones clato eiemplo de La Nopalera:
musicales populares y folclódcas nacionales, las denuncias sobte
IJna cerca es una cerca, y significa dueño,
Ias iniusticias locales y contra la ineqüdad del sistema político
dueño de toda la ttertr, frontera de tu infor¡¡nio. . .
mexicano también se fueron incorporando a las composiciones Hermano acude, el pueblo te ilama,
recientes. TaI vez el antecedente más relevante de esta introspec- acude porque haces falta,
ción fue la interpretación que hiciera el joven üngüista y antropó- porque y¿ está consumiendo muchas vidas el fogón
logo Antonio García de León de los vetsos del Fandanguito, atn- que está al servicio de un hombte que le llaman el patrón.
buidos al iaranero Arcadio Hidalgo y grabados en una colección Tu lograrás que tus hijos prendan el fuego del pueblo
de Sones Jarochos editada en 7969 por el Museo Nacional de para foriar nuevo hombres, hombres de tevolución,
Anropología. Los versos incluÍan la siguiente décima: sin hambre ni explotación.. .27

Yo fui tevolución
a la
Y algunos más pretendían denunciar con ciertos visos metafó-
a luchar por el derecho
ricos lo que en la realidad resultaba evidente. Tal es el caso de este
de sentir sobre mi pecho Septiembre mentiro¡o del grupo On'ta:
una gran satisfacción.
Voy a cortar este septiembre mentitoso
Pero hoy vivo en un rincón
que viene castrando a mi pueblo
cantándole a mi amatgura
Voy a cortar el resto de üas urnbríos
y gitándole al destino
que vienen cegando a mi pueblo.
que es el hombre campesino
Voy a decir que independencia es una historia
nuestfa espetarLza futum,.. 25
que aún nos sigue faltando:
Voy a sembtar un año nuevo
Estos versos comprometidos y populares de son jarocho mos- donde mi pueblo pueda
traban que también las piezas mexicanas tenían derecho alanzar prender sus nuevos recuerdos
mensaies y a dcnunciar las iniusticias cometidas en el territorio sus recuetdos verdaderos...
nacional. A esta primcfa muۤtfa siguieron muchas que trataban una fecha diaria de libertad.28

25 Sone¡ de Veraotq, Musco N¡clonel dc Antropología, Colección INAH- 26 Roberto1 teionet eon Emilia,Foton, rPF. 033.
Jaime:
sEP, vol. 6, rP, 1969. 27 L¿ NoPalera: Nueua Cancidn,Nueva Cultura Latinoamericana NCL-P-0013.

74 75
iii

Hacia finales de los años setenta la vertiente musical que tenía genia, también participó otro talento fresco como lo eta entonces
puesta su atención en la conflictiva situación latinoamericana se Jaime López con una pieza irtevetente titulada el Blse Demor Bhes.
vio fortalecida debido a la amplia corriente migratoda de perse- Pero quiso la mala suerte que iusto en los momentos en que la
guidos políticos chilenos, atgentinos, uruguáyos y brasileños que León triunfaba en España bajo los brillos espectaculares del mo-
empezó a establecerse en México. Personalidades ya consagtadas nopolio, que México se estremeciera hasta sus cimientos por otra
como Alfred o Zitattosa o Ángel Parta, así como el grupo de raz6n; el teremoto del 19 de septiembre de 1985. Si bien tal
teatro El Galpón, decidieron tomar residencia en este país y, sin triunfo fue como diiera Humbefto Musaccio "la nota amable en
duda contribuyeron a que cierta atención por Parte de los medios medio de la trageüa",zg también es cietto que la presea significó
alternativos se orientara hacia ellos. No faltaron los opotunismos una mínima apertura de los medios de comunicación masiva a
que intentaton ocupar e incluso desbancar algunos de los exiguos esta vertiente de la ioven creación musical popular mexicana. El
logos del movimiento musical mexicano, argumentando su ori- Fandango aquí, sin embargo, no era una canción contestataria ni
gen y cierta "p:uteza latinoamericana", o incluso recurriendo a mucho rnenos, pues su letta sólo descdbía una fiesta mexicana.
solicitudes de compadecimiento por las luchas petdidas en el Eso sí la hacía de una maflera nueva y con ella se pretendía dade
continente. Destacaban en este sentido las compungidas presen- voz y cabida a una generación de compositores y artistas, que ya
taciones de figutas como Naldo Labtín y Delfor Sombra, dos sea por su posición política, por su estilo o por su afición lati-
integtantes argentinos del grupo Sanampay, o la penosa insisten- noamericanista no comercial, había sido marginada sistemática-
cia por recotdar la tribulaciones que el guitaruista Caíto pasó mente por los medios de comunicación masiva.
cuando huía de Ia dictadura que asoló su país. Al éxito de Eugenia León y de Marcial Aleiandro no siguió
A mediados de la década de los años ochenta un pequeño ca- ninguna apernrra para esta generación y sus creaciones. Uno de
mino se abrió pata la ya reconocida "nueva canción mexicana" en los responsables de la promoción de estos dos jóvenes, el mediá-
los medios de comunicación masiva. La ca¡tante Eugenia León, tico conductor del inmundo programa de espectáculos Siempre en
ex integtante del grupo VíctorJara, muy ügado al Partido Comu- Domingo, Raúl Velasco, se desentendió del triunfo en la oTI y al
nista Mexican o, émpezó a gafiLt terreno en dichos medlios con parecer vetó al propio Marcial, deiando una mínima salida para la
algunas presentaciones en Programas estelares del monopolio caffeta artística de Eugenia León, quien poco a poco fue ganando
Televisa. Dos cantantes hicieron poco a poco lo mismo aunque sus espacios particulares. De cualqüer rÍaflet^ los medios deci-
con suerte muy distinta. Lupita Pineda logró por la vía romántica dieron volvetse a cerrar y continuar con las ganancias fáciles de
colocatse en cierta esfera de pteferencia del empodo televisivo y artistas menores, comprometidos sólo con la autocomplacencia y
Margie Bermejo fue impulsada en algunos espacios ligados a la su glamour de pacotilla. La fortaleza de aquella "nueva canción
cultura patrocinada por el estado. Sin embargo fue Eugenia León mexicana" siguió sus cauces alternativos y claramente decidió no
la que pretendió dar el salto más audaz al llevar al Festival Inter- entra¡ al juego de Televisa. En 1988, con la aparente unidad de las
nacional de la Organización Televisiva Iberoamencana (oTI) a izqüerdas y la esperanzadora- movilización de la oposición en
celebrarse en Sevilla, la canción de Marcial Aleiandro El Fandango torno de las elecciones presidenciales apareceria una nueva opor-
aqaí. La edición mexicana de este festival mostró una comPeten- tunidad para que estos músicos se üncularan con los efervescen-
cia en la que no sólo participaron los ióvenes consentidos de los cia política del momento. Pero esa es una historia que merece
medios de comunicación comerciales. Además de Marcial y Eu- contarse apafte.

2e Humberto MUSACCHIo, Cidad quebrada, Ediciones Océano, México,


28 On'ta: Tengo que habht'tc, Nucve Cultura Latinoamericana NCL-LP-004' 1 985.

76 77
FEMINISMOS EN MÉXICO
De la contracultura a la institucionalización

E¡tela Seret

En México, como en el testo del mundo, no hay un feminismo


sino varios. Con todo, ninguno de ellos resulta fácilmente visible
para el oio no entrenado. Aún hoy, en pleno siglo XXt, escucha-
mos hablar del feminismo en los círculos académicos, intelectua-
les o políticos como se hablaba de él en Francia hace sesenta
años: con :una mezcla de desdén, precaución y sarcasmo que dota
alañelo androcentrismo de un auta inconfundible.
No obstante, el que la presencia de los feminismos siga siendo
hoy en día poco eüdente no significa que tenga poco peso o que
su historia catezca de efectos en los procesos de modetnización
cultutal y política que vive el país.
Paia entender cómo iuega el feminismo, pese a su poca visibi-
lidad, en el mejoramiento de la calidad de la democracia mexicana
de hoy día es necesario remontarnos a su pasado más inmediato
para observar el complejo proceso de formación de su tosto
contemporáneo.
En México se ha llamado feminismo de la segunda ola al suce-
sor del sufragismo que tuvo cietta f:uerza en el país desde mediado§
del siglo XD( hasta la primera mitad del rrglo xx. Sin embargo, las
feministas que constituyeron el nuevo movimiento inspiradas por
la coriente transformadora que recorrió al país desde los hechos
del'68, ignoraban, casi en su totalidad, su propia historia. En vez
de percibirse continuadoras de la lucha por los derechos y libera-
des que había inspirado a sus abuelas en México, y a millones de
antecesoras en Europa y los Estados Unidós, sólo en el siglo xlx,
estas nuevas feministas se sintiergn pioneras y descobijadas. Su
identidad se fraguó en cambio teniendo como teferencia, por un
lado,la experiencia del Movimiento pot la Liberación de la Muier
(Wr, por sus siglas en inglés) yrotros movimientos sociales de re-
F'

ciente cuño en Norteamérica, y, pot oüo, a la izquierda mexicana, imaginación y desafia los llmites convencionales de la política. Su
ya fuese partidista o no. La mezcla de ambas radiciones repercutió espítitu fue recogido en los ámbitos nacional e internacional por
de manera importante en el carácter del nuevo movimiento. intelectuales que se expresaron también con lenguaies frescos e
Al observar Ia relación del feminismo mexicano con un fenó- ideas creativas.
meno internacional de la época üatada, es necesario dar cuenta de Los grupos que confotman la nueva izquierda, ubicados en la
las principales catactedsticas de la llamada nueua iqqaierda. Lz prác- perifeda de los sistemas económico y político, reintroducen en el
tica política de esta corriente se distingue por reivindicarse como debate la consideración de lo que el marxismo convencional con-
esencialmente oposicionista, es decir, qúe rechaza y enfrenta sidetaba irrelevante: las estructuras ideológicas y culturales, Así,
cualqüer forma de podet, venga de donde venga. Esta afirmación dirigen su atención a los principales vehículos de producción
adqüere dos sentidos paralelos; por un lado, rualqaier forrta de cultural en las sociedades modernas, los medios masivos de co-
poder signifrca que no se distingue entre el capitalismo y el socia- municación. La televisión, la radio y la publicidad, se revelaron
lismo realmente existente en tanto que ambos generan formas canales particularmente efectivos de dominación ideológica; por
optesivas de poder político, pero por otta p^tte, y aquí radica medio de ellos, nos dice este discurso, el poder logra que el indi-
quizá el punto neurálgico de esta nueva militancia, significa que el viduo interiorice toda una serie de ideas y valores a tal puoto que
concepto de poder uasciende su connotación tradicional, ligada Ios vive como suyos.l
fundamentalmente a la idea de clase dominante, y se extiende a La política del "Gran Rechazo" podría expresarse eotonces
lugares que antes fueron -unos más que otros- considerados por medio del a siguiente fórmula: Las sociedades modernas,
domino de lo privado, esto es, la pareia,la sexuaüdad, el lenguaje, donde la técnica está al sericio del otden establecido, ejercen un
la ideología, las costumbtes, la comunicación, la cultuta, etcétera. control absoluto sobte la libertad del ser humano; se han conver-
El cuestionamiento a los poderes que dominan cada uno de estos tido en reptesores de todo lo esencialmente humano y mantienen
espacios sólo se plantea en un principio como un "Gran Recha- su dominio mediante la forzada introyección de falsos -
zo" a lo tradicionalmente considerado aceptable por la cultura artificiales- valores en los individuos y mediante la tepresión.
hegemónica. Se consolida, pues, una nueva manera de hacer polí- Esto sucede tanto en el capitalismo como en las sociedades socia-
ttca,y para los grupos que la eiercen una nueva visión de quf es lo üstas. La única salida política hacia el cambio es la liberación;
político; se ve política donde antes sólo se veían conflictos priva- liberar a la esencia humana de todos aquellos valores que la opd-
dos o personales. men. Debe por lo tanto buscarse una vuelta a lo natutal, oponer ¿
Evidentemente las fi"las de esta peculiar miütancia no están los códigos artificiales que se utilizan para preservar todo tipo de
conformadas por aquellos a los que tradicionalmente se consideró poderes, nuevos códigos que pongan en evidencia la falsedad de
adecuados pata eiercer un üscurso y un actuar político; no están esos valores y que se manifiesten en toda la cotidianeidad; el len-
presentes pues los sindicatos, los patidos o las cámaras empresa- guaje, la alimentación, la conducta, la sexualidad...
dales. Y no lo están porque, para decido brevemente, la proble- Marcuse adüerte que el poder utüza tendenciosamente el len-
mática que interesa a la nueva izquierda excede Ia lucha de clases. goaie pata descalificar todo aquello que se opone a la permanen-
¿Quiénes son entonces estos nuevos sujetos políticos? Puede cia de su domino. Por eso es fundagrental introducit Ia política
decirse que todos aquellos a quienes afecta en 1o fundamental el del cambio en la utilización del lenguaje. Esta construcción teóri-
ejercicio de los poderes antes señalados: los ióvenes, las muieres, ca sobre las formas de lo político y sobre el papel de los nuevos
los homosexuales y lesbianas, las minorías étnicas ¡ en general,
todos los estratos "marginales" de la sociedad, Su ideado, aunque 1 Herbert MARCUSE, El bonb¡v *tidiruensional, Joaquín Mortiz, México,
alimentado parcialmente por tradiciones socialistas, hace alarde de
1e68 119641.

80 81
F:

suietos sociales tiene una influencia decisiva en las feministas de sensación de poder: "También ellos, igual que las muferes, deben
la segunda ola. Elilnainiefitr por laliberación de k mujer responde aprendet a vivir una sexualidad orgásmica y no sólo procreativa".3
iustamente a la lóglca contraculrural expresada en el binomio En la lógica del Gran Rechazo, el wL aborda temas como la
opresión-libetación. La apltcación de estas tesis al ptoblema de la sexualidad y la locura como una provocación al sistema de valores
sexualidad tesulta casi evidente, maücionales; reivindica lo que tradicionalmente se sataniza. Los
Marcuse retoma, en su explicación de la dominación, el bino- nuevos movimientos sociales imrmpen en la escena política a
mio freudiano principio del placet-principio de realidad para ex- través del escándolo y con ello logtan cuestionar verdades. La
pücat cómo la civilización enüaña un proceso de tepresión del reivindicación de lo prohibido, la radicalidad de su rechazo, hacan
primer término e imprime al segundo el sello de la "desublima- que socialmente se piensé como un problema Io {ue se conside-
ción". Entre aquello que es esencialmente humano se encuentra raba inüscutible.
la necesidad del goce, la libre sexualidad, la visión sensual de la Visto así, podría imaginarse que los nuevos movimientos so-
vida, y por ello una fotma primotdial de dominación entaña la ciales se situaron desde el inicio en una perspectiva que deiaba
represión de todo lo subüme, lo sensual, lo sexual. Para Marcuse, fuera de la discusión al vieio problema marxista de la lucha de
sin embargo, el paso del principio del placer al pdncipio de reaü- clases. Sin embargo, por lo menos en lo que respecta al feminis-
dad ("actuación") no es, corno sí parece ser en la idea freudiana, mo, esto no ocurrió así. De alguna manera, el movimiento por la
una necesidad histórica, y en todo caso, existe la posibilidad abier- liberación de la mujer no pudo olvidar su deuda teódca y política
ta pot el progreso técnico de invertir este proceso. Esta misma con el marxismo tradicional, y aún cuando su discurso comieflce
posibiüdad se conviette en obf etivo de la lucha política. perfilando una problemática que poco o nada tiene que ver con la
Reflexiones como esta interpelan desde luego tanto al femi- conradicción central capital-trabaio, de alguna manera la lucha de
nismo como al movimiento homosexual. Ambos propusieron, a clases acaba por determinarlo 'en ultima instancial Pam seguit
su modo, la reformulación de los términos en que se entiende y se con el ejemplo de Cooper, aquello que nos pxecia tan específico,
vive la sexualidad. Consideraban, en esencia que la represión de la tan ligado a estructuras ideológicas, resulta sorpresivamente rela-
übre sexualidad y la atribución de roles femeninos y masculinos cionado con el capitalismo y la explotaciófl:
generan una conducta anormal y violenta en las personas e impi-
den Ia profunüzaciótt de su autoconocimiento.2Dadas las condi- IJno nunca está seguto de si lo que ha experimentado es una eyacu-
ciones históricas que han generado la opresión femenina, esta lación o rur orgasmo. (...) ¿Cómo hemos podido llegar a esta abe-
situación se agrava en las mujeres, quienes no conoceo el placer de ración? Porque, creo, somos esclavos del tiempo del pauón. El
tiempo capitalista, totalmente condicionado por el sistema produc-
una verdadera relación sexual. Sin embargo, Ios hombres también
avo, atrtpa con sus reglas nuestra vida sexual y destuye las condi-
se ven afectados en la medida en que sólo disfrutan de las relacio-
ciones de posibiüdad del orgasmo.4
nes sexuales la posibilidad que éstas les brindan de obtener una
Como vemos, ciertamente la revolución en las formas de ha-
cer política sutgida alrededor de la década de los sesenta introdu-
2 Al respecto, véase por eiemplo los pronunciamientos del adalid de la ce profundos cambios en el movimiento feminista; políticamente
antip¡iqr.ti*tría, David Cooper, en Ma. Luise AcNEse, "El otgasmo es
consigue una difusión considerable y sus repercusiones sociales
revolucionado", Enuevista con David Cooper, en El uie;jo tEo, núm. 76,
Barcelona, 1978. Estas ideas sobre cl sexo como verdad que es necesario
son dignas de consideración. Analíticameflte se profundiza en la
despoiar de los velos ideológicos con que la ha deformado la ideología
dominante, aparecen claramcntc en el discurso del feminismo mexicano, 3 AcNESE, "Orgasmo", 1978,p. 19.
tal como anotamos más adelantc, a Ibídem, p. 20.

82 83
investigación tanto del origen y el carácter de la subordinación padecido en los ámbitos escolat, labotal y recteativo. Los dilemas
femenina como de las repercusiones de la lucha femioista. petsonales frente al aborto o la violación pueden afrontarse mejor
Por su coincidencia con los nuevos movimientos sociales, este si son compartidos en un espacio de escucha.
feminismo de la segunda ola presenta un caráctet contracultural. Estas estrategias dan sentido al que habría de convertirse en le-
Como el testo de la nueva izquierda, se plantea un cambio en las ma del feminismo de la época: lo perconal es polítito. A través de ellas
mentalidades. El obfetivo no es de Poca envergadura tomando en se inaugura, efectivamente, una forma de hacer política que excede
cuenta que la cultura mexicana, en general, y la de la izquietda en los márgenes tradicionales de las instiruciones. Estas feministas,
particular, ancla profundamente sus taíces en la misoginia y el como offas antes que ellas, construyen pé'rformativamente un es-
androcentrismo. Cambiar la mentalidad respecto del lugar de la pacio público discursivo. Para ello resulta decisiva la fotmación de
muiet en un país como este eqüvale a atentat contra instituciones revistas, gacetas y otros medios de pubücidad de las ideas que con-
tan sóüdas como la figura de la madre abnegada o la virgen de siguen posicionarse, si bien de modo matginal, en el proceso de
Guadalupe, ambas cimientos de la ruexicanidad. construcción de la opinión pública, A este respecto, se hace im-
El carácter conttacultutal de e§ta primera etapa del movimien- prescindible citat la fundación de las tevista Fen y l-"a R¿uuelta La
to también se revela en su oposición a las formas tradicionales - primera de ellas logró consolidarse como una referencia obligada
entendidas como masculinistas- de hacer política. Al interior de del feminismo mexicano pot más de dos décadas, y sus artlculos
los diversos grupos existe una férrea oposición a las lerarquías y a dao cuenta de la línea ideológico polÍtica de la vetiente contracilltural,
la asignación de posiciones de poder. En cambio, se opta por la La id,ea de contracultur^, yz se dijo, hace alusión en el mundo
dirección colectiva y la toma de decisiones meüante la discusión al hecho de que los nuevos movimientos sociales, a diferencia de
y el consenso. Tal estructura horizontal, asambleística, constituye los tradicionales (como el obrero o el campesino), no apuestan
un obstáculo para el crecimiento de las organizaciones y favorece prioritariamente pot transformaciones en la estructur¿ económica
en cambio su fractura y desintegración. del sistema capitalista. En cambio, pretenden incidir en los ele-
La fotma de operar de las primeras organizaciones (como el mentos simbóüco-imaginados que norman la convivencia en las
Movimiento Nacional de Muieres (lvfNM); el Movimiento de Libe- sociedades modernas. Por ello, las estrategias se distinguen por
ración de la Muier (uml); o Muieres en Acción solidaria (MAS) ) desafiar creativamente los cánones sociales para impulsar una
se basa en buena medida en la estructuru del peqruño 9fiQ0, efi revolución en los valores y có.ligos de intelección social. La polí-
corespondeocia con el propósito de conservar la horizontalidad. tica institucional desarrollada, por ejemplo, por los partidos, los
La dinámica que se sigue en este tipo de orgarización incluye la sindicatos o los gobiernos, se convierte en un referente negativo
reunión de un número limitado de muieres (en su mayoría de para la política contracultural. Esto se traduce, en consecuencia,
sectores medios y/o universitarias) que compartefl experiencias en una actitud contestataria que ubica al Estado como enemigo a
vivenciales de opresión. El propósito es construir espacios de vencer, como agente del patriarcado. Muy en consonancia con el
sororidad donde las participantes se liberen de la presión caracterís- discurso marxista hegemónico en la época, los gtupos feministas
tica de los espacios dominados Por varones y sustituyan la com- apostaban por los márgenes para desarrollar la acción política.
petencia entre muieres por experiencias de soüdaridad. También Así, como ocurte con buena parte del Women's Lib en los
se pretende que la interacción ayude a descubrir cómo. distintas Estados Unidos, una porción importante del feminismo mexi-
muietes comParten vivencias que crelan únicas y que, al externar- cano de los setent¿s se engaqcha con el discurso marxista que
las, se revelan originadas Por estructuras sociales de dominación. vincula la subordinación femenina al surgimiento de la propiedad
Es el caso de la violencia sufrida a manos de sus pareias, padres, privada y, en consecuencia, se' te-efigatz con cierta lógica eco-
hermanos o hijos, peto también del acoso y el hostigamiento nomicista ptesente en los Movimientos Sociales traüciouale¡,

84 85
fT
d,

Las experiencias de los grupos feministas, con una alta patici- Hemos viüdo por siglos en una cultura sexista, disctiminatoria de
pación de muietes universitarias, se vieron aderezadas con lecturas la mujer, que tuvo sus orígenes en las primetas divisiones del traba-
ptoporcionadas por el canon marxista, más que con la producción jo, consolidándose con el surgimiento de la propiedad privada, (..)
académica del feminismo internacional, en parte porque esta última Esto ha provocado que la subordinación de la muier no se petciba
estaba escasamente traducida al castellano y muy pocos títulos por hombres y mujeres como un hecho cultural impuesto y modi-
ficable sino como un orden natural y por lo mismo incuestionable.5
Ilegaban a México. Además, las feministas petcibían su relativo
aislamiento al interior mismo de la izquierda, y la tónica de su dis-
El texto se tefiere ampliamente a la fotma como se tthacen"
curso polÍtico probablemente obedeció en parte a la necesidad de
los hombres y las muieres -esto es, como se construybn sus ro-
legitimarse frente a una cordente que veía su lucha con reserva.
les- en el seno de la familia mediante un condicionamiento im-
De este modo, si quisiéramos resumir las tesis centrales de los
puesto por la sociedad capitrilista. En este último sentido abunda
escritos que las feministas mexicanas publicaban en la época,
otfa alltotai
podríamos pensar en Ios siguientes obietivos teódco-políticos: a)
Relacionar el origen de la opresión femenina con el de la sociedad El papel tradicional á. t" -o¡", es de vital importancia para la so-
clasista; b) Pensar en el capitalismo (como sistema económico ciedad clasista (...) Esta imagen de la muler, emancipada hasta cier-
productivo) y en la burguesía como los principales 'interesados' tos fmites -los que trt^tc tr las necesidades de la clase dominante-
en mantener la opresión de la mufer por favorecer ésta la perpe- fue en el pasado la imagen que creó el apatato eclesiástico Para ase-
tuación del sistema; c) Insistir, en función de Io anterior, en la gurar la dominación colonial (..) Las mujeres que ahora nos pro-
necesidad de vincular Ia lucha feminista con las de la clase obrera. ponemos crear las bases pata una lucha encaminada a transformar
La defensa de estas tesis hace patente la convicción de que en nuestra situación actual sobemos que es necesario combatir ia ideo-
Ia historia, o mejor, en los procesos sociales intervienen actva y logíl- patnarcal cualquiera que sea la forma en que se revista y no
sólo la ideología capitalista, que ha hecho de la muier un objeto se-
conscientemente sujetos capaces de prever y manipular, en bene-
xual (.,.) ha creado una imagen de ia mufer a través de la cual consi-
ficio de sus intereses, complejos mecanismos sociales, Asi el gue infiltrar en las clases explotadas los valores estéticos y morales
capitalismo o la burguesía uriüzan los instrumentos a su alcance de la clase dominante.d
para mantener su dominio. Uno de estos instrumefltos es el Esta-
do, otro, más importante para mantener la opresión femenina, es Si bien esto muestra que las feministas mexicanas planteafl la
la ideología dominante, capitalista y patriarcal. En consecuencia, necesidad de üncular el movimiento por la überación de la muier a
la lucha feminista debe pugnar pot hacer evidente a las muieres la la lucha conüa el capital también es vetdad que se Pretende evitar
falsedad de los valotes hegemónicos, para asi liberarse de la opre- la subordinación del feminismo a las luchas de la clase obreta:
sión que ellos representan.
Para ilusffar el tono y el sentido político que privaba en esta eta- Ouo aspecto de la ideología patriarcal, que estamos dispuestos a
pa del movimiento, revisaremos un par de publicaciones de la época. terminar es el paternalismo de la izquierda primitiva que ve la ex-
En su artículo Sexismo, una itleología, Rosa Marta Fernández de- plotación de la mujer sólo por el lado más evidente, que es la ex-
dica una nota expücativa a precisar que el hecho de escribir sobre plotación de su trabajo como asalariada. (..) Nosotras sabemos que
si bien la precondición paralahbetación, no sólo de la muiet sino
la dominación de la mujer no significa ignorar Ia determinación -
o al menos la influencia- manifestada de distintas maneras, que
eietce sobte este problema cl otro más general de la dominación
5 Ros¿ Martha FERNÁNDEZ, 'oSexismo, una ideología", en E. URRUTTA
(comp), Imagenl realidad de k rujer,E,ütorial Diana, México,1979,p.63.
de clases, es decir, de la cxistencia dc una sociedad clasista. Una 6 María Antonieta RascóN, "La muier y la lucha social en EEUU", en
vez hecha esta aclaración nos plantca lo siguiente:
URRUTTA, Inagen,7979, pp. 141, 145.

86 87
de la especie humana, es la socialización de los bienes de ptoduc-
En opinión de otra autora el discurso aparentemente überaü-
ción, es necesario iniciar desde ahora un movimiento que incotpo-
zador del capitalismo moderno {ue se expresa, entre otros me-
re a la mujer como paticipante en la lucha por el cambio.T
dios, a üavés de las revistas femeninas- convierte a la muier en
Se defiende la especificidad de la lucha feminista, un objeto sexual, la h¿ce individualista (impidiéndole comprender
ndo
ciertos sectores de izqüerda que se oponen ella y sin ^t^c
embatgo
^ que su problema es de carácter social) y torna difícil la compren-
^
se sostiene que debe lucharse por el socialismo porque sin él el sión de que su opresión se origina en un problema económico.e
feminismo no podrá culminar sus obietivos. En su apuesta contracultural el feminismo mexicano recupera
La incursión del feminismo en la academiá inicia también en algunas banderas internacionales distintivas del perfil erilancipacil-
los años setenta con la creación, por parte de la poeta feminista nista d,el §7L. La apropiación de sus ptopios cuerpos y placeres
guatemalteca aftncada en México, Alaíde Foppa, de un curso como un objetivo primordial para las mujeres se revela pate de
sobre el tema en la UNAM. Como autora, Foppa coincidía con la un discurso que identifica sexualidad con verdad. De este modo,
lógica matxista/feminista anres obseryada. Hablando de la situa- las demandas específicamente feministas apuntan a temas como
ción de la muier en Latinoamérica, nos dice: el combate a Ia violencia física y sexual en contra de las mujeres o
la lucha pot legaltzar el aboto. Un eiemplo de ello Io consdruye el
... en el pueblo la mujer está tan profundamente sometida y enaje- grupo formado en torno al Centro de Apoyo a Mujeres Violadas,
nada que no llega a ser consciente de su situación; y en la burguesía Asociación Civil (CAMVAC). No obstante, aun grilpos como
el ocio, el ser la "reina de la casa", los agasajos del "día de la madre", CAMVAC deian clato que la lucha feminista no puede concebirse
parecen todavía compensaciones suficientes ala falta de indepen- aislada de los objetivos socialistas:
dencia y de re¡hzació¡ personal. De ahi que la gran mayoría de las
muieres de clase media en A. L. no sientan la necesidad de ser übe- (..) planteatse una lucha feminista en sd y no ah¡da a otros sectores
radas y sean las más eficaces y convencidas cómplices del opresot. estarfa condenada a ir al basurero de la historia (..) Así, al exten-
[Ya que, debido a su condición la mujer se identifica con otros de¡se necesariamente la lucha feminista a la lucha ideológica y polí-
grupos oprimidos, el feminismo] actual se vincula natuiakneote tica, se ve obligada a adoptat una posición de clase, teniendo en
con los movimientos a favor de los negros, y en un sentido más cuanta que el enemigo principal es todo un sistema que reptoduce
general, con las reivindicaciones que plantea la izquierda. Sin em- y produce conductas de dominio y agresión sobre la muier... [Si no
bargo, las mujeres se han negado a veces a la lucha ,unto con los se comprende que la lucha feminista sólo es válida si rebasa los
hombres alegtando que estaban cansadas de llevar la segunda parte. proyectos inmediatos para plantear su papel en la lucha global con-
(..) De ahí que el feminismo ya no suela plantearse como una sim- tra el sistema], se quedará en una causa reformista (..) con el bene-
ple consecuencia de 1¿ lucha de clases y que rio éspere su triunfo plácito del gupo en el poder por permitir que una lucha tan impor-
implícito en el triunfo de la revolución (..) Quizá podda decirse tante de crítica ideológica se convierta en un trabaio reformista y
que el feminismo no puede triunfar sin Ia revolución socialista, pe- pequeño-burgués con el que saldrá fortalecido el sistema.lo
ro la revolución socialista puede triunfar sin el feminismo (...)
Tampoco es posible la liberación de la mufer en un mundo donde El grupo deja muy clata la concepción del Estado como ins-
la mayoia de los hombres aún no son übtes; no puede ericonüarse trumento de la butguesía, 1o que le hace operar fuera -y aún en
la armonia en la miseria.s contta- de las instituciones políticas corlencionales restringiendo
sus márgenes de incidencia social.

7 lbídem, pp. 145-146. e Carola Gancln C,4,LDERóN,Rr»ittat El C¿ballito, México, 1984.


Femeninas,
sAlaide FoppA, "Feminismo y libetación", en URRUTTA, Inagen, 1,979, t0 Car?eta de infornación bá¡ica sobre uiolencia
uxual, segunda edición, Centro
pp. 94-9ó, 101. de Apoyo a Mujeres Violadas (CAMVAC), México, 1983, pp. 103-105.

88 89
F.

Otro grupo paradigmático de esta etáPa, CIDHAL, que desem- Por lo que hace a la telación con los partidos políticos, las fe-
peña una labor social con trabaladoras domésticas, y edita un con- ministas del movimiento, aunque reacias al principio, comenzaron
iunto de cafpetas infotmativas, funciona, al igual que CAMVAC, a establecer ahanzas a fines de los años setentas, aun con el lla-
con recufsos de organismos internacionales. Sus publicaciones mado partido ¡atélite de la izqüetda, el Popular Sociaüsta (único de
contienen amplias reflexiones sobre diversos problemas que afec- esta corriente que tenía presencia parlamentatia). En lo que repre-
tan a las muietes tales como el aborto, la conttaconcepción, la sentó una verdader¿ concesión en aras de la efrcacia, se formuló
violación, etcétera, mediadas Por una óptica marxista contestataria: uo proyecto de ley para legalizar el aborto que fue presentado en
7979 en la Cáman por el grupo padamentario de aquel partido.
Ei odgen de nuestra opresión surgió con la división sexual delL- Aunque la iniciativa no prosperó, el tema llegó por esa víz a la
baio(.) Es en el capital-ismo, con la instauración de la famiüa mo- opinión pública, y el debate generado ganó algunos puntos parala
nogárnica donde es¡a primera división social-sexual y no natural causa feminista. No obstante, en cuanto el partido omitió el crédi
adquirió una valotación y ierarquirzación diferente y específica. . .
1 1

to por la elaboración de Ia iniciativa a las feministas, ellas se de-


sencantaron de la incipiente a\a¡za con la izquierda partiüsta y,
Los efectos paradóiicos del matrimonio entre feminismo y ma- en muchos casos, buscaron otros caminos pal4 ampliar sus redes
xismo se advierten, por eiemplo, cuando se trata el problema de la de influencia,
anticoncepción. Aunque en muchos países el feminismo reivindica- Una de las opciones más favotecidas fue, ya bien enmada la
ba el libre acceso de las muieres a los anticoncePtivos, CIDHAL ad- década del'80, la relación con el Movimieno Urbano Populat.
vierte contra su uso Por formar parte de una campaña del gobierno
Quizá debiéramos explicar la telación del feminismo con este
paru evitat que siguan cteciendo las fuerzas ptolearias: movimiento a patit de la ola conservadora que se defa sentit en
el mundo occidental en esta década, y que ha sido considerada
Los anuncios parala plaaeación familiar son Parte de una campaña
del gobierno para reducir la nataldad en México. pl sistema capi-
con frecuencia una reacción al ambiente progresista de los años
sesentas y setentas. En México, curiosamente, el conservadurismo
talista a nivel mundial hace que cada vez haya mis gente.pobte, la
cual].. . en un momento dado podría queiarse, manifestarse y exigir social se ve acompañado por los primeros signos de moderr,iza-
Io que necesita. Esto es úfla a;mefl zL tatTto PLnL el gobierno como ción política que habrían de afectar al monolitismo de un sistema
para las empresás, que no quieren vet sus beneficios disminuidos. de partido hegemónico. La Reforma Política, impulsada por el
Por eso ia solución para ellos es que la población disminuya, que régimen de L6pez Porti.llo, estimula la unificación de diversos
haya menos nacimientos'I2 partidos de izquierda en un organismo con mejores posibilidades
de competitividad electoral. Paralelamente, surge por pimeru vez
No todo el feminismo, sin embargo, se afilia a la idea dg que en el país una candidatura presidencial femeninal3 presentada en
cualquier relación con el Estado es contraria a los intereses de las
mufetes. Como eiemplo debemos mencionar al Movimiento Na- 13 La candidata en cuestión fue Rosario Ibarra, quien compitió por el
cional de Muieres, cuyas integrantes publicaban en medios naciona- PRT en el mismo proceso electoral en que el Partido Socialista Unificado
les y trabaiaton con la Secretarfa de Educación Pública para modifi- de México, resuitado de la fusión enüe cinco fuetzas socialistas,latzí a
car los contenidos del Libro de Texto Gratuito. En algunos círorlos Arnoldo Mattinez Verdugo, antiguo fder comunista. Tanto el PTR como
este tipo de acciones se critican por su carácterreformittayltberal. el psutu contaban para estas fechas con participación feminista de im-
potancia suficiente como para dejar su huella en los documentos fun-
rt L¿ condidón de la najer en México, Comunicación, Intercambio y Desa- dacionales de ambos partidos, Es también el PRT la única organización
rrollo Humano para América Latina (cIDHAL), Cuernavaca, 1982,p. 1', partidista que otorga espacio a la agenda homosexual y en sus filas miü-
1z Ibídem, pp.23-24. tan gays y lesbianas que también se inte¡pelan por el ideario feminista.

i
ii. 90 9l

i
b
las elecciones de 1982 Por un partido de origen tro§ki§ta, el Revo- nistas en instituciones públicas, iunto con la firma por parte del
lucionatio de los Trabaiadores. gobierno de acuetdos internacionales a cambio de financiamiento,
Ante la aPertura del régimen, las opción reformista, es decir de consiguió que se atendieran a nivel nacional problemas nodales
acción política institucional, gana adeptos en el conlunto de la del desartollo propiciados por la relación de desigualdad entre
izquierda, incluyendo al feminismo. Quienes continuaron reacias hombres y muieres.
a la incorporación en partidos o instituciones gubernamentales En efecto, desde 1980 el gobierno mexicano conuae com-
sligi6¡e¡ en buena medida otro mecanismo de institucionaüza- promisos internacion¿les para meiorar las condiciones estnrcfi.rra-
ción: la participación et organizaciones no gubernamentales. les de las mujetes en los terrenos social, económico, político y
Desde ahí, muchas enconüaron un cauce adecuado de acción en cultural. En respuesta, ese año se crea el Programa Nacional de
el ya citado Movimiento Urbaflo Popular' Integración de la Muier al Desarrollo que cuenta con la asesoría
Esta elección no deió de resultar problemática' Si bien las ba- de feministasla.
ses del MUP estaban integtadas fundamentalmente Por muferes, No es posible rcg teat a las feministas el papel que han iugado
Ias cúpulas contaban casi exclusivamente con varones. No sólo en Ia conformación de políticas púbücas destinadas a combatir la
eso; las muleres de las bases encontraban una sorda resistencia del subordinación social de ias mujeres, aunque es verdad que la co-
entorno famihar a su participación activa en el Movimiento. Ideo- bertura de esos temas por el Estado mexicano se üo impulsada
lógicamente ese espacio manifestaba profunda desconfianza pot en buena medida por la citada necesidad de financiamiento inter-
todo lo que oliera a feminismo. Las orgarizaciones feministas que nacional condicionado ala ftrma de acuerdos sobre la mateia.
se vincularon al l,tup solían presentarse como de mtjeru Para Po- Con todo, en México se empieza a hablar de feminización de
der enttar en las comunidades. Su labor incluyó capacitación y la pobreza,la violencia y la desigualdad por una combinación de
asesoría a las integrantes de colonias populares con el fin de pro- las presiones extemas y la participación feminista. Eso sí, temas
porcionades herramientas que facilitatan su autonomÍa (una labor como la desigual remuneración recibida por las mujeres por
que después se conocería como de erttpoderanienlQ. Con todo, desempeñar el mismo trabajo que un varón meior pagado; la
demandas tradicionales del feminismo, como la despenalizaciór\ notoria diferencia en el número de hombres y muieres que inte-
del aborto o el derecho al libre eiercicio de la sexualidad, debieron gran Ia población analfabeta, en condición de pobreza o sin acce-
silenciarse so pena de causar la desaprobación de las colonas. A so a la salud, comienzan a hacerse familiares en el mundo de la
pesat de esto, la asociación con el MUP, que habría de llevar a la política sin mencionar al feminismo.Pata abordar tales problemá-
creación del Moümiento Amplio de Muferes, (uArr'l) representó ticas se acude al término nnJeres y, más tarde, ala idea de género.
par:a el feminismo mexicano una valiosa oportunidad de. eiercet, Lo mismo ocurre en un ámbito distinto, donde habría cabido
más allá de la tetórica, la acció¡ política. esperar que el peso de los pteiuicios no obligara a las feministas a
La creación del l,l¡l,t suPuso Ia puesta enre paréntesis de la callar su propia historia. En efecto, el de la política pública no es
lógica sectaria y la posibilidad para el feminismo de ampliar su el único espacio que abre el feminismo en los ochentas. Ya ha-
influencia sobre temas de Ia agenda política nacional. Aparente- bíamos mencionado a Alaíde Foppa como pionera en la incoqpo-
mente, en la medida en que la palabafernini$a deiaba de aparecer ración del pensamiento feminista en el espacio académico en los
en el discurso y la nomenclattra, la capacidad de incidencia del años setentas. Esta semilla germina más tarde en el Colegio de

Así, mientras se delaba descansar a las demandas tradicionalés, 1a A partir de ahi, cadt sexenio diseña su propia vetsión institucional que
otros temas televantes parala situación social de las muietes fue- seda coronada por el primer gobierno em¿nado de la derecha partidista,
ron abordados con éxito. En particular, la incorporación de femi- por la creación de un Instituto Nacional de las Muietes en el año 2001.

92 93
F

Méúco, ptestigiada institución que acoge la iniciativa de Elena


Urrutia para fundar en 1983 el Ptogtama Interdisciplinario de
Estudios de la Mufet (PIEM). Como lo revela su nombre, el PIEM, CONSIDERACIONES SOBRE LA
como el MAM, no expfesa abiertamente su carácte( feminista. El
término impücaba una fuerte carga política que resultaba inacep- ENSAYÍ¡TICA DE MUJERES EN MÉXICO
table incluso en entornos universitarios progresistas. No obstante,
esta fundación da paso a la posterior creación de espacios iostitu-
Diana Castil@a
cionales para la investigación y docencia feministas, pot mucho
La bonne littérature
que apafezcan con distinto nombre. "i_%:h;:.;
Al parecer, la lección que aprenden los feminismos mexicanos
en las dos décadas que van de 1968 a 1988 es ésta: su capacidad
nenaitpas -ffi;::su;ffll
de incidencia política y social depende en buena medida de silen-
ciar su filiación. Los preiuicios androcéntricos de la sociedad Las relaciones que la literatura ha mantenido con el poder han
mexicana, incluyendo a muchos sectores de la izquierda y al sido por demás intensas. Mientras que Por una Parte se realza el
mundo académico, han obligado a las feministas, en su proceso valoiliterario de un texto, por otra, se insiste en el compromiso
de instirucionahzación, a presentarse con otro nombre. Con todo, del escritot para con la sociedad, exigiendo, en cierta medida, su
sería imposible entender la modernización política del país sin el participación plena. Uno de los génetos literarios en donde el
aporte de los feminismos. compromiso del escritor es Patente, es sin duda, el ensayo, Géne-
ro litetario cuya producción (y reconocimiento de la misma) pet-
tenece casi exclusivamente al ámbito masculino' En el prólogo de
la Enryclopedia of the essa1, Ttacy Chevalier remarca que una de las
posibles causas que explican las escasas referencias de la ensayísti-
ia escrita pot muietes es que, históricamente, las opiniones de las
mujetes .rá hubíatt sido alentadas, al menos, en forma escrita.l Si
revisamos la bibliografía sobre el desarrollo del ensayo en Améri-
calaana también nos Percatafemos de estas ausencias. Estas ci-
fras nos permiten establecer una rápida relación entre la gtan
cantidad de estudios dedicados al ensayo rcahzado pot hombres y
la baja recurrencia al ensayo rcahzado por las muieres.
Si en el panorama general de la ensayística hispanoamericana
la participación femenina se advierte escasamente rePresentativa,
en el caso específico de México, dicha participación tampoco
logra conquistar sus "cattas de nobleza"' Bn 7971,1a 2" edición
"réfundida y aumentada" de la antologla clave; El enulo mexicatto
noderno, de José Luis Martínez, antología en donde se encuentfan

I aracy CHEVALIER (ed.), Enryclopedia of the usay Fltzroy Dearborn Pu'


blishets, Chicago, 7992, P. Ytr.

94

ú-
F

"algunas de las páginas más brillantes de la literatura y del pensa- interesa sobre todo, esta última historia, la de la exclusión, que
miento mexicano modernos", no se incluye ni una sola mujer de pone de manifiesto que la literatura femenina es "Paternalmente
entre los 59 escritotes antologados. admitida como un¿ expresión menor, desde las pautas de valor
formuladas por los hombres".3 La muier, definida según Simone
Ensayistas
Tltulo estudiados de Beauvoir como ese sujeto que el hombre insiste en considetar
HM como obieto,a responde a una necesidad (diríamos vital) de ser
1945 Medatdo Vitier Del ensEo amricaro t20 reconocida precisamente como actor/suieto y no como esPecta-
1954 Alberto Zum Felde Índice mtico de k literattra hitpanoamei- +60 -5 dor/objeto. Si como indica Denis, la sensación de catencia, de
cana. I-os entEistas
vacío o de dificultad,s conducen a un escritor a comprometerse ya
1968 Gerardo Brown y Intmd*ccidn al entalo hispanoamericano 16 2
William Jassey
sea para tratar de encontrar una exPlicación o una solución, no
1984 Juan Marichal Telría ¿ bistzia del ensa2isno bispániro 16 2 resulta raro que las muiereé hayan dedicado esfuerzos porque sus
1988 Antonio Sacoto Del envlo hiEanoameicano del siglo xtx 8 0 voces ganen un lugar en el concierto intelectual. Según menciona
1990 TeodosioFernández *60
L.ol génerus ensayhticos hisparoamericanos -5
1994 De Moreno a \'arrrriento. EnsEi$at de 79 Jean Franco6 al referirse a las escritoras mexicanas: "Todas ellas
Susana Rotket (ed.) 1

Nse¡lra Amóri¡a
parodian los mitos nacionales, recorren el mundo y denuncian el
1997 ]ohn Skirius El en¡¿yo hi¡paroaneicaro del siglo XX 30 2 exilio radical de las mujeres, que dejan la familia tradicional". De
este modo, utilizar la escritura como trinchera permitió a las mu-
Treinta años después, efi 2007, aparece en México la antología jeres hablat de los temas que más les preocupan y ante los cuales
El enm1o literaio mexicano, en cuyo ptólogo se indica: el vacío era la respuesta. EI sentimiento de vacío o üficultad al
Se ha procurado ofrecer al lector una visión de Io que ha sido el ensayo li- que alude Denis es sin duda el motor que ha generado un sinfín
terado en México y en nuesüo siglo, [...] Pero toda antologla es una mera de documentos escritos por mujeres, definidas por Monsiváis
propuesta, un mapa tent¿tivo.2 como "ese coniunto mayoritario tratado como minoría".7
Es claro que desde que las sociedades se erigieron con base en
Nos parece relevante mencionat que, a pesar de sef "una meta
una "administració¡" pattiatcals (que induye no sólo las prácticas
propuesta", no por ello se debe ignorar que, de los cincuenta
ensayistas presentados, caarenta jr do¡ son hombres deiando única-
me¡te ocl¡o lugares patz las muietes ensayistas. Es evidente que, 3 l.'{.afia TRABA, "Hipótesis sobre una esctitura diferente", en Norma
casi hasta la primera mitad del siglo xx, en México (como en KLAHN y Wilfrido Howard CoRRAL (comps), I-o¡ noveli¡tas como críticot,
otros países de América latina), la escrituta petmitida a las muie- Ediciones del Norte / Fondo de Cultura Económica, México, 1991,p.216.
res, en cuanto a su reconocimiento, caía dentro del ámbito ficcio- a Pierre GLAUDES y
Jean-Frangois LoUETTE, Lbtsai, Hachette, París,
nal. A pesar de los diversos testimonios üterarios no ficcionales 1999,p,112.
preexistentes (¿cómo olvidar a Sor Juana?), debemos señalar que 5Benolt Dr,Nts, Uttírat/re et ettgageneilt. De Pa¡cal á Sartre, Seuil, París,
el privilegio en la producción de escdtos no ficcionales ha Pteva- 2000, p. 12.
lecido, mayoritariamente, en el ámbito masculino. Ana Claudia 6
Jean FRANco, Lat conEiradorat: la @retentación de la rujer en México,
Vaughan menciona que: "Hablar de üteratura y género en Lati- Fondo de Cultuta Éionómica, Méico, 1994, p, 230.
noamérica, es narrar una historia de represión y exclusión". Nos 7 DENIS, Uttératlre, 2000, p. 291.

8 Lucía Guerra hace un extenso análisis comparativo sobre la situación de

2
John BRusuwood, Evodio EScALANTE, et.al (comps.), El enulo litera- la muier. Dicho anáüsis toma en cuenta las opiniones que van desde los
io meximno, Universidad Veracruzana / Editorial Aldus / UNAM, Méxi. filósofos de la Grecia antigua, las ptácticas ritu¿les aztecas, mayas, la
co, 2001, p. 9. Bibüa, hasta las ptácticas de hoy en üa. Poniendo en teüeve que, el co-

96 97
r

religiosas sino las económicas), el lugar de la muier quedó relega- lectuales equiparables a los hombres saben que el esPacio les está
do o mcior dicho, la muier quedó sin un lugar propio. La diferen- vedado? Si las leyes ñaturales no se equivocan, a toda acción su-
cia entre sexos fue una medida patala otganización y la visión del cede una reacción. Baste recordar que, a mediados del siglo xlx
mundo al tiempo en que esta diferencia también organizaba el aparecieron diversas publicaciones esPecializadas destinadas a
lugar de la mujer en la sociedad. Baste recordar que en la mzyoría públicos más específicos, como las mujeres, gt^ci^s a \a iniciativa
de los palses de América la mujer no era considerada como ciu- de diversos grupos de escritoras que se atrevieron a dar sus oPi-
dadana y por ende no tenla derecho de voto. Habia que espemr ruones púbüeamentet, I-a Mujer Mexicana ür:g¡da Por Mateana Mur-
hasta ya entrado el siglo XXe para que éste le fuese otorgado.lo gaía, Álbun de la nqier (1883-1890), dirigida Por Concepción Gi-
¿Qué pueden hacer las muieres cuando, con plena conciencia meflo, Clrreo de las Señora¡ (1883-1894), I-at h/as de Anábuac
de que también piensan, reflexionan y poseen características inte- (1873), que cambia p^ttit del número 9 a Violetas de Anábuac
^
(Periódico literario redactado por señoras) (1887-1889) dirigida por Lau-
mún denominador en ellas es que se imponen fronteras a lo femenino: reana §ítight Go¡zalez y Álbo* Su demanda
d¿ Darna¡ (1907).
"es a través de estas fronte¡as que se ptescribe un modo de conducta y se principal era convencer a la sociedad de que las muieres tenlan
delimita un espacio de carácter ontológico", Lucía GusRRA, La najer derecho a estudiar, con lo cual se les permitiría no depender eter-
fragnentada: hi¡toria de un sigxo,Instituto Colombiano de Cultura / Casa de namente de sus padres o esPoso, tener meiores opoftunidades de
las Américas, Bogotá, "1994, p. 13. De esta maneia, al restringir a la mujer tabaio y sobre todo, decidir con rqayot libertad el tipo de vida
a ciertas tareas y derechos (os menos), las sociedades han hecho de una que deseabafl tener (casarse o no, tener hiios o no, así como la
conducta, la e¡encia de la mujer, ese "otro territo¡ializado", ibídem. profesión a desempeñar..). Cabe mencionar que aún y cuando
p
"En Méico, el presidente Miguel Alemán aprueba et 1947 el derecho Violeta¡ del Anábruc et^l^ Primera reüstaÍemini¡ta en México, en don-
de las mujeres a votaf y ser votadas en los procesos electorales munici- de se proponía la igualdad de derechos de las muieres, ufla gran
pales a escala nacional. Sin embargo, no sería sino hasta eI 17 de octubre cantidad de los artículos que aParecen en ella, están odentados al
de 1953, cuando el presidente Adolfo Ruiz Cortines cumple. con el ámbito exclusivamente femenino, es decir, el hogar, las labores
ofrecimiento de campaña que había hecho ante 20 mil mujeres al publi- domésticas y de la educacióo que debe mostrar una ioven Para ser
catse el nuevo texto del Arlícult 34 Constitucional, en donde se reconoce admitida en la sociedad. Sin embargo, la lectura de algunos volú-
la plenitud de ios derechos políticos a las mujeres mexicanas. Con la menes nos PerfiIite observar que, paradóiicamente, en el forido se
modificación de La Constitudón para incluir este derecho se constituye el asumen dos posiciones: la primera, orientada hacia la emancipa-
Iogro más contundente, en la adquisición de la ciudadanía y con eilo, el ción y la segunda haciala obediencia de valotes y conductas que
derecho de las mujeres avotar y ser electas a puestos de representación
debían tegir a la mujet. La ruptura eotre lo que es y lo que debe
popular que representa una reiündicación de la democracia", Ma. dei
ser apenas comenzaba. Ya entrado el siglo xx, efl el México de
Carmen CAI¿ES BUSTAMANTE, "El reconocimiento del voto femenino
mediados de los años setenta y en pleno auge del feminismo,
en México", Instituto Sonorense de la Mujer, México, 2001.
10 Como información
surge la tevista Fem (1976), que proclamaba:
adicional, se indica el año en que la mujer obtuvo
el derecho de voto en algunos países de la Organización de los Estados Fez se propone señalar desde diferentes ángulos lo que puede y debe
c¿mbiar en la condicióo social de las muietes; inüta al análisis y la tefle-
Americanos (oea): Canadá (1918); Estados Unidos (1920); Ecuador
xión [. ..] el colectivo de Fen ptetenüa publicat información y ensayo [.'.]
(1929); Brasil y Uruguay (1932); Cuba (1934); Argentina y YenezweTa
pan dat cabidr-t las muieres que escdblan con sentido feminisa.ll
(194f; Chile y Costa Rica (1949); Boüvia y la provincia de Québec
(1952); México y Guyana (1953); Honduras, Nicaragua y Peru (1955);
Colombia (1957); Paraguay (1961); Bcücc (1964); Comisión Interameri- 11 Ft¿ncesa GARGALLO, "El ensayo feminista en México: anáüsis de la
cana de Muieres, oEA (www,oas.org). rcvista Debate como heredera cwlta de Fen/', en Hotacio CERUTfl

98 99
F

No obstante la energia mostrada por su dirección colectiva bla desde su mundo y para su mundo. Al iniciarse en los camirios
(entre las que se encontraban Elena poniatowska, Marta Lamas y
de una literatuta no ficcional, la mufet accede también al eiercicio
Alaíde Foppa, entre otras), a finales de los años ochenta tuvieron
de una función intelectual que hasta el siglo xlx había sido privile-
más peso los intereses personales y políticos, y la revista Fen vio
gio mayoritariamente masculino. De ahí que la producción intelec-
"desertar" a muchas de sus colaboradoras. posteriotmente, en tual de las mujetes dentro de la historia del pensamiento latinoa-
1990, surge la revista Debatefeminista que, al igual que la antedor, mericano siga siendo parte de una historia de exclusión.
pretende sef un puente en donde se realza que: Si bien la presencia de las publicaciones de ensayos hechos
por muieres da cuenta del potencial exi§tente, las investigaciones
El géneto adecu¿do par¿ expresar las divagaciones y teorías de muietes y
hombtes acetca de la cuestión feminista, es el ensayo, género cuyo núdeá sobre este tema son también relevantes pata demarczr el imPacto
constitutivo básico había sido utüzado con a¡teriotidad ta¡to in la aca- que comienza a tener Ia ensayística femenina. Mary Louise Pratt
demia como en la política.l2 distingue dos tipos de ensayos pan clasiÍtcar la diferencia entre la
ensafstica masculina y femenina:
Ambas publicaciones dan cuenta de la iniciativa por crear es_ a) ensalos de idenüdad: "serie de textos escritos a 1o largo de los
pacios en donde se despliegue el intelecto femeniná. Cuando la últimos ciento ochenta años por hombres latinoamericanos, casi
mujer, ese Otro coloni7ado, conquista el derecho a la educación, todos Pertenecientes a las éütes euroamericanas y que abotdan la
adquiete mayor libertad y también mayor responsabilidad. Al problemática de la identidad latinoameric .75
^rra"
ejercet un papel más activo en la vida social y política, consigue b) ensays de génem: "serie de textos escritos por muieres lati-
también el derecho de representarse a sí misma y a las deÁás noamericanas a lo largo de los últimos ciento ochenta año§, enfo-
mujeres. Benoit Denis remarca el hecho de que escribi r para signi_ cados al estatuto de las muieres en la sociedad".16
fic¿ también escribir en el lugar de.t3 En esté sentido, no sólo- se Coincidimos con Ptatt en que el espacio de la ensayísticalati-
compromete la libertad sino la responsabüdad del escritor. La noamericana ha sido un privilegio masculino. Sin embargo, esta
lnsafstica hecha por mujeres es una muestra singular y explícita nueva nomenclatura en la que se pretende privilegiar y distinguir
de lo que "escribir en el lugar dl'puede impücar. Nuestras escrito_ la escritura femenina, cae de nuevo en el errot de separatla de los
fas no están exentas de ser señaladas en un mundo que se ha escritos producidos Por los varofles' En el entendido de que 'olas
acostumbrado a set hecho por y para varones. En el siglo XX, la distinciones conducen fácilmente a las marginaciofles",lT ¿cómo
mujet escrito¡a comienza a forjarse el camino hacia el reconoci_ puede insetarse dentro de l¿ literatura de todas las épocas y de
miento, como bien afirma Martha Robles: .,El periodismo feme- todas las naciones el trabaio intelectual de las muieres si se insiste
nino mexicano fue una fonna inicial de participación política,'.la en distinguido del realizado por los hombres? Sabemos que el
- I ejos de las producciones ficcionales en donde Ia participación ensayo sirvió como una herramierLta para que los ensayistas (de
de la mujer ya es reconocida, (teaüo, novela, po.rí4, ,.r.g. o.r, todas latitudes, no sólo los mexicanos) hablasen de la identidad. Y
voz que no se esconde en personaies ni en historias, sino que ha_ que el carácter polémico inherente a este género, fue sin duda una
herramienta útil en la búsqueda y elaboración de la identidad en
(comp), En euEo el nse¡lra Anériea. Para *na rec0nce?t,/ali<ación, unam,
México, 1993, p. 88. 15 Mary Louise Pna'rT, "'No me interrumpas': las muieres y el ensayo
12 Ibídem,
pp. 98-99. latinoamericano", et Debate Feminista, n:úm.27, abti de 2000, pp. 70-88.
13 DENIS,
Utthdt,4tt,2000, p. 59, i 16 lbídem, p.76.
la Martha RoBLES,
Lz tonbra figitiaa E¡nitoia¡ en l¿ ctltura nacional, vol. r, 17 C¡istina PEPJ RosI, "Liteta,ttta y mujer", en KraHN y Connar, Nare-
Editodal Diana, México, 1g89, p, 284. listat, 1991, p. 531.

100 r01
F

las nacientes patrias. Pues bien, haciendo uso de la misma moti- vimiento colectivo otganíaado, sí comParte las inqüetudes y
vación y de la misma übertad de pensamiento y de expresión, la preocupaciones Presentes en la ensayística femenina de todas
ensayística hecha pot muieres sobresale, en primer lugar, por ser iatitudes. Laptácaca de la litemtur¿ no ficcional permite a la mu-
ier dar cuenta de las temáticas que le PteocuPan' pudiendo
ese espacio de la búsqueda y afirmación de la identidad femenina. agru-
Que no pot ello deia de ser un problema de identidad, problema parse éstas en tres grandes grupos, dos ellos clatamente defioidos:
que pudiera distinguirse entonces en: identidad nacional, identi- a) Otras muieres.
dad tegional, identidad genérica. Proponiendo de este modo que b) Los opdmidos/indefensos (entiéndase aquí como aquellos
la temática de Ia identidad sea enfocada en la ensayística desde setes que no tienen voz, muieres e indígenas incluidos).
varios aspectos y no únicamente basándose en el hecho de que el c) Otros asuntos relativos a la vida social, económica, política
autor sea un hombre o una mujer, como lo propone Pratt. y cultural (en donde los dos temas anteriores no soll el interés
En Del ensalo americana, Vitier distinguía ttes meuqies en el en- principal).
- i'todo texto literario exPresa una expedencia histórica desde
sayismo hispanoamericano: el de Ia cultwa (dedicado a investigar Si
los orígenes), el de los problemas (que se teferia al planteamiento cierto Punto de vista",zt debemos comprender entonces que la
y/o participación de.urgencias inmediatas) y el de la enoción (alos ensayística escrita por muieres no implica sólo la relación entre lo
que llama defiliación, puesto que fomenta los vínculos latinoame- üterario y 1o social, sino entre lo üterario y lo social ,isio ttaYés
^
ricanos).t8 Si extrapolamos dichos temas a la ensayística femenina, de los oios de las muieres. En donde va impllcito, además, el
veremos que el segundo mensaje, el de los problemas, podría estar ejercicio de la conciencia histórica que posee el escritor (sin im-
inclüdo en la ensafstica que pugna por el derecho de la muier a portar su género) con resPecto de su mundo. Un mundo en don-
la educación, a ser alfabetizada y a set reconocida como un indi- de el efercicio del silencio equivaldría a a'ceqtat el statu quo impe-
viduo no inferior, sino igual al hombre, El tercer mensafe, el de la rante.Y "en toda est¿ vettiente estrePitosa del ensayo se distingue
enoción o fliación servirá como punto de encuentro para que las claramente la inconformidad con el ¡tattt qtto". Como indicaba
voces de otras muieres que esctiben en latitudes diferentes, con- Jean-Paul Sarre, la tarea del escritor es lograr
que nadie pueda
veqan y encueoüen eco eri la lucha común. Una lucha en donde ignorar el mundo ni pueda decirse ioocente.22 El esctitor clnPro'
la muier escdtora crea su propio sentido de la identidad mismo neüdo, seg6n lo deflne Benoit Denis, es aquel que ha tomado
que se extiende hacia otras mujeres.le No obstante, habrá que explícitamente una serie de compromisos respecto de la colectivi-
señalar que ello no forma pate de un movimiento organiqado, sino dad a la que, en cierta medida, está ligado mediante uria promesa,
que por el contrario, Ia ensayística femenina mexicana no preten- que iuega en favor de su credibilidad y reputació¡.z3 En el caso de
de, como refiere Fabieone Bradu para la üterarura femenina en las ensayistas, los corr,rpromisos que se han tomado incluyen, en
general, "expresar un 'nosotras, mujeres' que sólo existe en los primet lugar, un comPtomiso relacionado con el colectivo feme-
panfletos ideológicos",20 A pesat de que no se insefta en un mo- rrit o general. Eietciendo el rol de quienes tienen la palabra
"., da a quienes cafecen de ella, las muf eres eiercen aote
pat otorg
18
iodo, on acto de liberud: Escoger una posición y defendeda' Si
Medardo VITTER, Del ensalo americano, Fondo de Cultum Económia,
México, 1945, pp. 8-9.
1e Matjorie AcoslN (ed.), A drean of lgltt and ¡hadop. Portrait¡ of Latin entn conpmmiso 1t
Juüo RoDÚGUEz LUIS, L¿ literatura bispanoamerieana
zr
American lVomen lVritert, University of New Mexico Press, Albuquerque, experimn to, Editorial Fundamentos, Madrid' 1984, p, 9.
e

Jean Pawl Snnrnr, pubst ce que la liltírat*re, Gallimard,


1995, p. 1. zz ParÍs, 2000
20 Fabienne BRADU, Seilat pa$inlant: unilora, Fondo de Cultuta Eco-
$ea1,p.30.
nómica, México, 1998, p. 10. 23 DENrs, I)ttératare,2000, p. 30.

t02 103
definimos al como una participación conforme a con-
compromiso El segundo se tefiere a su preocuPación por las iniusticias su-
vicciones personales asumiendo los riesgos consecuente§, enton- fridas pot parte de los indígenas oprimidos. De ahí que, que tanto
ces, cuando la escritora hace caso omiso de lo que matca como su posición privilegiada (respecto de los indígenas) y el hecho de
correcto la vida social, política, intelectual o teligiosa de su tiempo set muier sean portados por ella como un "estigma" frente a lo
y aun y a Pesar de ello actua, podemos infedr entonces qtre, enn- que ocurre ante sus ojos, con la consabida obstinación de no po-
prometerse es, en este caso, url sinónimo de exponerse, de rui¡tir' der eütar reaccionar ante las iniusticias' Independientemente del
Pala comprender la monumental herencia recibida por las ensa- carácter autobiográfico de sus escritos, que es inseparable de su
yistas mexicanas contemPoráneas basta mencionar a dos de los obta,28 1o que asegura la cohesión en la obra de Castellanos es la
grandes pilares de esta historia intelectual femenina' Uno de los postura defensora ui¡-á-uis de los indígenas y de la muiet. Es claro
prirrr".ot *t"cedentes del ensayo femenino en México (e Hispa- que Castellanos retoma con vigor su defensa pot el derecho que
noamédca) se encuentra en Sot Juana Inés de la Cruz (México, tiene la muiet a la educación, Para con ella, permititle salir del
1651-1695), y st Retpaesta a SorFiktea de la Cral (1691)' A pesar de rcz go y de Ia dependencia masculina que se le ha impuesto desde
la diversidad de tema§ abordados por Sor Juana, ésta privilegia la tiempos antiguos. Con un agudo sentido crÍtico, Castellanos ar-
defensa de la muler.2a Así como Montaigne estableció las caracterír- gumenta que, aún y cuando comienzan a darse libertades a las
ticas del ensayo como género, al no poder ignorar los preiuicios que mujeres, éstas no gatanúzan su Plena liberación, independencia y
herían su inteligencia y su conciencia de mufer, SorJuana mxcarála reconocimiento y que los puestos que ocupan las mujeres son
pauta de uno de los temas recuffentes en la ensayística femenina' "una especie de 'tente-en-pie'; algo que se hace mientras Ia mufer
El segundo de nuestros pilares es sin duda Rosario Castellanos encuentra quién la mantenga y quién acepte que dependa de é1".2e
su obra en la de Utilizando la ironía para describir lo aún restringido de las activi-
6.texico, 1925-Tel Aviv, 1'974).La relevancia de
,.ra .o."ro.r, será, más que Patente. Si el compromiso procede en dades a las cuales se ha permitido el ingteso de la muier y qütando
wna larga medida de la conciencia que el escritor posee de su los atavismos, Castellanos denuncia los artilugios utiüzados para
historicidad,2s en el caso de Castellanos se efemplifica esta'Postu- hacer creer a la mujer que se Ie ha otorgado la übertad' Al hacedo,
ra. En su "doble condición de muier y de mexicana", como bien pone el dedo en lallaga.I.as libertades son sólo espeiismos, Puesto
indica José Emilio Pacheco en el prólogo de El uso de la palabra,26 que las muieres siguen condicionadas a lo que la administración
Castellanos representa una conciencia lúcida en su tiempo' Dos patriarcal mantiene. Siguen constituyendo Ia mano del poderoso
(el hombre) sobre la cabeza de Ia muier para impedide levantarse'
sucesos serán áeterminantes para explicar sus dos temáticas prin-
cipales: El primero obedece a su situación de muier: Y todas ellas van encaminadas, como menciona Castellanos, al
mismo fin, a que la muiet continúe dependiendo del hombre' En
En mi caso particular mi primera aparición en el mundo fue más bien de- un intento por reavivat las dormidas conciencias, Castellanos hace
cepcionante para los espectadores, lo cual, como era de espetatse, me pto-
de su obra un llamado al despertar general. En la medida en que se
dujo una frusuación. Pát lo pronto yo no era niño (que es lo que llena de
tegociio a las famifas), sino una niña.27 salga de ese sopor, Ia muler podrá contribuir vetdaderamente al
desarrollo de la sociedad en la que vive. Eliminar las máscaras,
deiar de servir a símbolos abstractos. Reírse, hacer mofa de lo que
2a Luisa BAIESTERoS RosAS, I-, fenme ic'riaain dans la société l-'atino' oprime, para que sublimado, sea más fácil desprenderse de su
anéricaine, L'Hatmattan, Patís, 1994, p. 17.
25 DENIS, Littirature, 2000, p. 37,
28 p. 154.
RoBLES, Soabra, 7989,
26 Rosario CASTELI-ANOS, El u¡o de la pakbra, Excélsior Compañía Edi-
Rosado CASTELLANos, Obras,2 vols., Fondo de Cultura Económica,
2e
todal, México, 197 4, p. 8.
21 lbidem, p. 220. México, 1998, pp. 881-882.

105
t04
r

yugo es una de las tantas salidas que ofrece Castellanos para des- anteriores, habría de encontrar eco en sus sucesoras. No es produc-
empolvar y deiar de repetir cánones que en pleno siglo XX, conti- to de la casualidad que Ia vida y obra de Castellanos sea revisitada
núan peqpetuando conductas cuyo sustento es más ideológico que por las escritoras contemPoráneas. La conciencia en Castellanos de
objetivo, En una entrevista, Alaíde Foppa pregunta a Castellanos: "set diferente por ser mujey'', acompaña las leffas de las ensayistas
¿En qué momento despetó o tomó forma tu interés por la mujer mexicanas de hoy en día, cuya conciencia es la de ser mujer, sin atri-
como ser devaluado y oprimido? descubrí que era mulet buirlo ya a "ser diferente por...". La intimidad de la autora es Parte
-Cuando de la intimidad creadora de Castellanos. En la ensayística de Case-
-fue su respuesta inmediata-, es decir, cuando fui sintiendo que
tenia ya un papel determinado por el hecho de ser muier, y que llanos el papel que iuega la muiet es preponderante. No sólo por
existía una gran discordancia entre lo que yo quería y podía ss¡.:o habet dedicado varias páginas a la ob:ra de' otras muietes, baste la
La incongruencia entre lo que se es y lo que se desea ser, son el mención de Majer q*e sabe latín, stno por el hecho de citorgades el
motor que anima la lucha de Castellanos, lucha que también será en reconocimiento que se les había negado. Curiosamente,.años des'
cierta medida compartida por sus sucesoras. A lo largo de su obra, pués, las sucesoras de Castellanos enarbolarán si no totalmente las
Castellanos pone en relieve las iniusticias ante las cuales es someti- mismas reivindicaciones, sí algunos de los mismos procedimientos,
da la muier, sociedad en la que aquella que no viva conforme a las como lo es el hecho de aquéllas que han dedicado sus ensayos a la
normas que el patriarcado impone, será enseguida señalada y rele- escdtura de otras muferes.
gada. Quizá en la arcnga que Castellanos sostiene: "formar con- Si la significación de un texto dePende de la relación existente
ciencia, despertar el espíritu crítico, difundirlo, contagiado", quitar- entre dos sistemas de referencia, es decir, el de su nacimiento y el
le a la mujer el peso que carga por ser precisamente mujer, se en- de la lectura y su efecto,32 la vehemenci¿ con la cual Castellanos
cuentra Ia clave de su fuerza y de su presencia en las escritotas de defiende la postura de la mujer bien puede encontrar su origen en
generaciones posteriores. ¿A qué obedece este esfuerzo de Casre- la propia vehemencia con la cual defendía su Propio lugar "en el
llanos? Obedece acaso a que, como ser humano y como escritora r.Áo á. una famiüa que prefería al hiio varón por encima de iodo.
comprometida, se sabe situada en un tiempo pfeciso que la áeter- Al clarificar la comprensión de la muier, al denunciar que espersona-
mina y determina su inteqpretación.31 Si su mensaje ha tenido reso- lidadlo que Ie falta, Castellanos denuncia al mismo tiempo que esa
nancia es porque la especificidad que Castellanos vive como muier fala de personalidad es una fala de presencia, wa faltz del reconoci'
en carfle propia la extrapola a la condición de la rnuier en general: miento de la existencia de la muier. E ironizando, devela el misterio
la conciencia (prestada) de una aparente inferioridad, el rechazo. afremarcar el lugar silenciado al cual ha sido relegada, al de obieto
Sin embargo, despertando del letargo y teaccionando ante é1, Caste- de otnato, lugar que tendrá que cuidar (no puede deiar de set bella
llanos pronto da cuenta de que si bien la tarea es ardua (os lasttes ni de agadar), porque efl caso contrario, Perdería todo.
culturales no se quitan rápidamente), la sola recompensa habrá Con el reconocimiento a Castellanos comienza a adquirir im-
valido el esfuerzo. Al denunciar las diferencias existentes entre los portancia 1o que estaba fuera de la literatur¿: el espacio de Ia tepte-
oprimidos y los poderosos, Io rural y lo urbano, lo masculino y lo sentación de lo femenino, Espacio que, baio la etiqueta impuesta
femenino, Castellanos inscribe su obra dentro de la literatura com- por "el espacio tradicional de imaginación masculina, [.'.] 'no me-
prometida hecha por muieres que, como mencionamos en líneas rece ser contado"'33 y habia sido ignorado hasta entonces.34

32 Catlos RrNCóN, "Acerca de ia nueva crítica latinoamerica¡t, Posicio-


30 Nahum MEGGED, Rturio C*hllano¡: un larco camiru a la ironía, El Co- nes y problem as" , en Teoría tle la cútica 1t el ensailo en Hispanoamérica, Aca-
legio de México, IVIéxico, 1994, pp. 79-80. demia, La Habant, 1990, pp. 41 -42.
31 DENIS, Uttératun,2O00, p. 37, tt Gvrxx.t, M,/jer, 1994, p. 179.

106 t07
Si la litemtura hispanoamericana exPresa una conciencia histó- nes ni luchas. Como si la lucha por obtener la übertad pam escri-
rica, una memoria colectiva a parúr de una expedencia personal, bir (y por eode, existir) ya no fuese rleces¿ria. Las memorias que
en el caso de Castellanos la experiencia personal, en la cual con- se van deshilando en los ensayos ante fluestros ojos, nos recuer-
vergen los conflictos de ser muier y de Pertenecer -en ciefta for- dan el estilo fresco y libte de Montaigne. Lejos está ya la ensayís-
ma- a los oprimidos, han hecho que en sus letr¿s se conforme la tica de aquella que clamaba un lugar para la muier. No, en ella
identidad de éstos, otorgándoles así un lugar, un nombre, una esta lucha es ya inexistente porque es innecesari¿. Los espacios
existencia, Acotde con su más profunda necesidad interior de han comenzado a ser conquistados. La "nueva ensafstica feme-
existir, CastelTanos la exrapola y habla en nombre de todos aque- nina" ya no necesit¿ poner el dedo en la llaga ni luchar por los
Ilos a quienes se les ha negado este humano derecho. Según Po- derechos. Esta "nueva ensayística femenina" da los detechos por
niatowska, Ia escrituta en Castellanos -al igual que la de la mayo- adquiridos (y merecidos) y se dirige a llenar -o al menos tratar de
ría de las muieres- es una terapia al überarse, vaciarse y confesar- hacedo-, los vacíos y las dudas que rondan a la ensayista. Por
se.35 Terapia en la cual Castellanos no sólo busca redimirse, sioo eiemplo, al reflexionar sobte la escritura, su discurso ya no se
también alcanzar un espacio propio. Tetapia no sólo para quien orienta haciala exigencia de ejercer ese derecho (como SorJuana
escribe sino para quien la lee. La ensayística de Castellanos es, o Castellanos, por eiemplo). Lo que antes fuera una demanda, en
como menciona Poniatowska a propósito de la personal-idad ellas ha alca¡zado el estatus de una reflexión sobre el acto mismo
misma de Castellanos una flor que busca a quien ser regalada. de escribir.
i" En pl".ro siglo XXI, la ensayística contámporánea iscrita por Hemos mencionado que, pata Poniatourska, la escritura en
muleres, ya no se limita a hacer hincapié sobre su subordinación Castellanos, ,1 tg""l que la de la mayoría de las mujeres, es ufla
en el mundo pattiarcal en el que vive. Deiando arás esa discu- terapia al liberarse, vaciarse y confesarse.3e Sin embargo, aunque
sión, la ensayista asume su papel como escritora, sin iustificacio- e¡cribir conitnita sierido la tetapia, el mal que a)r y^ no es el mis-
mo. No se piense aquí las nuevas ensayistas ignoran la ensayística
femenina antedor. No. Al contrado, la ptolongan. En primera
34 Como prueba, mencionamos a modo de inicio, algunas escritoras- instancia, ha evolucionado; y al evolucionar, la acttahza¡y acfria-
ensayistas cuya obra es necesado rescatar: Nellie Campobello @urango, lizan también el rol de la mujet escritora. Lo que en las predece-
1909-México, 1986¿?); Emma Godoy (Guanajuato, 1918-México, 1989); soras todaüa constituí¿ una lucha por obtener el detecho, en las
Guadalupe Dueñas (Guadúajara, 1920-2002); Helena Béristain Q{éxico, contemporáneas ya es el eiercicio pleno de ese derecho. Las ensa-
1927); Inés Aredondo (Culiacán, 1928-México, 1989); Margo Glantz yistas contempotáneas son resultado de "la conformación de
([.(éxico, 1930); Guadalupe Appendini (Aguascalientes, 1932); E,lena nuevos sujetos sociales, entre ellos, las mujeres que se integtan al
Poniatowska (Francia, 1933); Nancy Cárdenas (Coahuila, 1934'1994); metcado laboral urbano, que acceden a la educación, que partici-
Manú Dornbieter (México, 1936); Margarita Peña (México, 1937);Bea' pan en organizaciónes y demandan la ciudadanía plena a través
triz Espejo fferacruz, 1939); Esthet Selligson (México, 1941); Cristina del otorgamiento del sufragio" (Salomone). Son además, el resul-
Pacheco (Guanaiuato, 1941); Brianda Domecq §ueva York, 1942); tado de un momento histórico en el que Ia mujer está frente a "un
María Lüsa Puga (México, 1944-20A9; Silvia Molina (México, 1946); yo social que no la satisface".37
Mónica Mansout (Argcntina, 1940; Martha Robles (|alisco, 1948); Be- En el entendido de que el ensayo forma parte de la literatura
cky Rubinstein (lléxico, 1948); Angeles Masüetta @uebla, 1949); Sata
no ficcional, y baio el marco de una ütetatura comprometida,
Sefchovich (Iléxico, 1949); Alicia Garcfa Bergua (N{éxico, 1954)...
evidentemente, la lista cs Por dcmás cxtensa.
, A1h uida no ne mence\ Joaquín Mortiz, México, Ibídem, p. 157.
35 Elena PoNIATo§fsKA 36

1987 , p. 57 . 31 GUr,P¡,.A, M,/jer, 1994, p. 1 55.

108 r09
t

podtemos decir que en la ensafstica femenina se da el doble Sobresale aqul el deseo de las escritoras Por sef reconocidas como
iuego del compromiso de una escritura, y de la escritura de un tales y no por su condición de muietes. Leios de una üteratura
compromiso. Respecto del pdmero, del compromiso de una es- femenina quieten ser reconocidas dentro de la literatura, a seca§'
critura, es indiscutible que al elegir el ensayo como medio de Asl como no se habla de literatura masculina, la literatura hecha
expresión, las mujeres están buscando vías y caminos para ser - muieres no tiene por qué adietivarse
por Para encontrar su valía'
escuchadas, ya no como adorables Scherezadas, creadoras de En la ensayística femenina, la pluma sirve no sólo pata dat
ambientes, sino como seres inteligentes cuya palabo transmite un cuenta de la situación existente sino para dar cuenta deta existen-
pensamiento y una opinión. Respecto del segundo, de la escritura cia, de ese enorme deseo de ser y de existir inhercnte al ser hu-
de un compromiso, podemos decir que, cada texto ensayístico mano. IndePendientemente de su temporalidad, de Sor Juana
escrito por una muier, viene a formar parte de la herencia intelec- hasta las escritoras contemPoráneas, las temáticas en la ensayística
tual que éstas legan a sus sucesoras. Desde Sor Juana hasta las femenina se hermanan y dan cuenta de la existencia del otro (as
contemporáneas, todas han mosttado, diversas manefas de resis- muieres como el otro): Es decir, todas estas muieres actúan como
tir y de defar patente su descontento hacia la situación matginal rna fiierza desestabiüzadora de algunos valotes que sostiene la
en la que se ha tenido a la muier. En la medida en que sus escritos cultura oficial.3e Esta desestabtltzacií¡ se hace aún más cofrtun-
tevisitan esta problemáica, están contribuyendo a despertat las dente cuando acePtamos que la ensayística hecha por muieres
dormidas conciencias y por ende, participan en la escritura del contiene la intencifn ideológica de su autora. Esto es, se ha con-
compromiso que tiene la mujer que ha alcanzado el derecho a venido en considerar la escritura no ficcional de la muier deotro
emitit su voz con aquellas que todavía no lo adquieren, de los ámbitos de lo privado y de lo que atañe únicamente al sexo
Cada época retomará la labor defado por sus antecesoras p^r^ femenino. Sin embatgo, los textos'que hemos Presentado apun-
enriquecerla, actualizarla y otorgade de nuevo el vigor necesario, tan haci¿ un mayor conocimiento de la muier en geneml, la con-
el vigor de una genetación de escritoras que ya han probado el ciencia de sedo en ufla sociedad cuyos modos la condicionan a
placer de decirse y de oírse en un mundo masculino. ser obieto y no suieto de pensamiento. Si el rol de la muier iuega
Gabdella de Beer planteaba dos preguntas a diversas escrito- un papel imPortante en Ia temática central del ensayo femenino,
ras.38 La primera de ellas era: "¿Crees que hay una literatura mexi- él io.t r..g"n problemáticas más generales; esto es, una temáti-
".r dirigida a tevelar (o por lo menos a plantear) la existencia de
cana femenina?". Las respuestas son por demás vadadas, y van ca
desde la "aclación" del término "femenina", hasta la de una re- los grupos marginados y oprimidos. La muier y los marginados
definición que pugna porque en lugar de una literatura mexicana puart u set el elemento metonímico que englobz la "verdadera
femenina se hable de una literatura hecha por mujeres. problemática", ésta es, la de la ignorancia exPresa respecto de
La segunda interogante, "¿Crees que hay una manefa femeni- .i".to, g*pos a quienes el poder no ha favorecido. De ahí que la
na de escribir que sea distinta de la manera mascuüna de escri- existencia sea ta aacío que hay que llenar, contestar, aclarar' Ese
bir?", encuentra una respuesta más unívoca que apela a las dife- uací0, el no existir, angustia y se presenta como intemogación' No
rencias entre las actitudes del hombre y de la mufer hacia la vida, obstante, dicha interogación que en la ensayÍstica femenina es
así como las obvias diferencias físicas que les impiden tener las interrogación particular (esto es ta identidad femenina), se equipa-
mismas vivencias (la meostruación, la matetnidad, la menopausia) ra a Ia interrogación edstente en la ensafstica masculina que, Por
y pot ende les permite enfocar ciertos temas de offa manera. oposición llamaríamos una interrogación general, esto es' Ia iden-
tiáad sin más. Ni tan iguales, ni tan distintos, hombres y muieres
38Gabriella DE BEER, Esctitom¡ ncbicana¡ contenporáneas: cineo aoces, Fon-
do de Cultura Económica, México, 1999. 3e AcosÍN, Drean, 1995, p. 40.

111
lt0
han utüzado el ensayo para dzr cuenta de sus preocupaciones La obta de las ensayistas mexicanas no forma parte de un caso
fundamentales, mismas que comparten un punto común e inhe- aislado, sino que, Por el contrario, se inscribe en el marco de la
rente a las interrogaciones del set humano, a la pregunta que mu- experiencia de sus predecesoras efl todo el mundo. En los dife-
chos han planteado de una y otrá manetal ¿Qué y quiénes somos? rentes prefacios de textos de muieres que escriben sobte oüas
En este sentido, la ensayística femenina se presenta como la posi- mujeres, sobresale el interés Por rescatar del silencio la obta de las
biüdad de la escdtura del "otro" por parte de ese "otro" corno muieres.a3 Vista en coniunto, la ensayística femenina adquiere un
una forma propia de la representación de 1o femenino y no me- sitio dentro de un todo significativo. Revivir y reaflr:mar la presen-
diante el entendimiento aieno o masculino, Se presenta también cia del pensamiento y la pahbra emitida pot las muieres ha sido la
como la posibilidad de otorgar una fotma al sujeto enunciado. La tarea de las predecesoras, queda Pues a sus sucesofas, continuada
ensafstica hecha pot muferes da cuenta, además, del regisro de y renovada. Vista en confunto, ésta nos permitirá también rcfiitar
silencios existentes. En la medida en que éstos deien de setlo, se la idea de que:
abnún espacios y diálogos con todos los demás "ottos" (hom-
bres y mujeres de todas latitudes) en un intento por desbordat las Lalttelaia;rra la hacen los hombres [...] Lo esctito por muferes es
fronteras y poner de manifiesto que, las diferencias sólo son de cosa ¿parte, marginal, como la propia existencia de las mexicanas'4
orden fisiológico, pero que se comparte más de 1o que se supooe.
En la medida en que se le otorgue el reconocimiento a la escritura Numerosos son los estudios de géneto que han planteado la
no ficcional hecha por mujeres, se romperá el "No me interum- problemática de la mufer intelectual en Latinoamérica; sin embar-
pas" denunciado por Victoria Ocampo.o Roto el monólogo de go, al üstinguitse en géneros, éstos continúan fomentando la
los hombres, comienza el diálogo con las mujeres, separación. Nuestro interés se orienta más a que la ensayística
Camus mencion¿ba que crear hoy en dia eru crear peligtosa- escrita por muieres se inserte en la ensayística en gerieral, sin adie-
mente. Toda publicación es un acto y ese acto expone a su crea- tivos que detetminen el sexo de quien la produce. Retomando la
dor a las pasiones de un siglo que no perdona ¡ada.41 Tal ha sido frase de Otega y Gasset en donde daba cuenta de "la desastrosa
la consigna de las escritoras en América Lattna, Todas ellas, a ausencia [en la histoda española] del siglo xVI[",4s hemos aqul
sabiendas de que, decir, ucibir, denunciar, es qaerer canbiar las cosas, pretefldido dar cuenta dela desa¡tmsa ausenda del ensayismo feme-
reaccionar han sido criticadas por atreverse a romper con lo esta- nino... no en la reaüdad, sino en las historias literarias (no solo) de
blecido pata las muieres. El reconocimiento les ha llegado - la literatura mexicana.
cuando ha sido el caso- mucho tiempo después. A este respecto, EI común denominadot de las ensayistas ha sido básicamente
Bradu explica: la inquietud Por encontrar, mediante la síntesis de valores antiguos
y nuevos el sentido de su propia modernidad. La producción en-
En un recuento estadístico [...] he podido comprobar que en el to- sayística de las mujetes es un Puente que se tiende hacia Ia comu-
tal de artículos registrados en torno a Rosario Castellanos y a su nicación entre los modos de hacer propios y los modos de hacer
obta, un 610/o de ellos fue escrito después de su muerte.42 aienos. Entre está red y esta oferta de Pensamientos ttanscure el

43
BAIESTERoS, F emme, 199 4, p, 9.
a0 Victoria OCAMPo, "La muier y su expresión", en Debate Fenin*ta, aa
Martha RoBLES, I-^a tonbrafigitiaa, E¡c'ritora¡ en la ailtura nacional,vol,ll,
núm.21,2000 [1936], p. 19, Eütotial Di¿na, México, 1989,p. 125.
ar Albert CAMUS, E¡¡ai¡,Gallimard, Patls, 1965,p.46. +s
Juan MARICHAu, Teoría e listoria del ensalitmo l)ispánico, Altanza Univer-
42 BRADU, Señat, 1998, p.
87 , sidad, Madrid, 1984, p. 117 .

tt2 113
devenir de la ensafstica femenina mexicana. Las consagradas, las
nuevas, las ya conocidas, las repetidas, las tendenciosas (¿qüénes
no 1o son?), todas encuentran un lugar en el género libertario y
HOMO-RESISTENCIAS EN MÉXICO, 1'97 7-1988
übertadot que es el ensayo. Contradiciéndose en ocasiones, re-
Estrategias para saür de los sótanos clandestinos de Ia vida social
aftmándose en otras, el estudio de sus ensayos nos permite cono-
cer su génesis como escritoras, acompañarlas en sus dudas, seguir-
Antoine Rodrígte1
las en sus argumentos, dialogar y pot qué no, aleiarnos cuando así
lo creamos necesatio. En estos intentos por desentrañar la realidad Para Milagros Ezquerro, quien guió
quizá pueda accederse un día a las esferas más altas del desarrollo con paciencia mis pasos universitarios
humano, mienffas tanto, el ensayo parece permitirle a la escritora
conservar un deio de esperanza frente al caos,
Para empezat, ,.ru .r* que ilustta y revela la situación de los ho-
Ya en los últimos años, la constante presencia en periódicos y mosexuales mexicanos, vista por un intelectual mexicaoo, en la
revistas de la ensayística femenina ha permitido una toma de con- década de los setenta:
ciencia de su manifestación como parte activa en el proceso cul-
tural de México. Fuera de la ficción que subüma Ia realidad, la La homosexualidad, como cualquiet otra conducta sexual, no tiene
ensafstica femenina revela la aspiración a pertenecer, a ser incluida esencia sino histori¿. Y lo que se ve ahora de difetente en los ho-
en el mundo dominado pot Ia eosafstica masculina. Si bien el mosexuales no es algo eseocial de petsonas que eügen amar y coger
reconocimiento de las muieres escritoras comienza a mostrar sus con gente de su mismo sexo, sino ptopio de personas que escogeo
frutos, éste no se ha extendido suficientemente pana que las muie- y/o son obügados a inventatse una vida [...] independiente, en la
re§ sean plenamente reconocidas como ensayistas. periferia o en los sótanos cl¿ndestinos de la vida soci¿l.1

Quizás llegará el día en que, su condición de muier deje de ser


un obstáculo p^ta ser una cualidad distintiva de sus letras y en- Esta cita, sacada del anículo "Ojos que da pánico soña/' que
José Joaquín Blanco publicó en el diatio Unom,intno, el77
de marzo
tonces sí, se les concedan más lugares enlas antologías.
de 7979, da cuenta alavez de un acercamiento no esencialist¿ de la
homosexualidad,2 de la invisibilidad a la que parecíafl estat conde-
nados los homosexuales mexicanos de los setenta dentro del siste-
ma heterorlormtdo y, la publicación del artículo 1o induce, de un
"loco afán" por salir de los sótanos clandestinos de la vida social.
A principios de la década de los setenta, y en el marco de una
globalización incipiente, la üsibiüdad militante homosexual que se
estaba dando en Estados Unidos y en Europa aún no cuaiaba en
México, pero sí se percibía como una especie de laboratorio de
experimentación. Los homosexuales mexicanos seguían viviendo

1
José JoaquÍn BLANCo, "Oios que da pánico
soñar", en José Joaquín
BI-ANCo, Fanción de medianothe: ensalot de literatura cotidiara, Ediciones Era,
México, 1981, pp. 183-190.
2 En ruptura con las teorías médicas y psiquiátricas de finales del sigloxx.

n4
clandestinamente Ia construcción de lo que podríamos llamar una de base pzra la reflexión sobre el concePto de resistencia, me
comunidad imaginaria.3 Existían lugares de sociabiüdad homose- parece importa¡te aclarat los contornos definitorios que me ser-
xual (fiestas pdvadas, uno que otto bar, salas de cine, parques y vitán de marco teórico paraanahzar las estrategias elaboradas por
esquinas de ligue) pero estaban impunemente exPuestos a tedadas, los homosexuales mexicanos en su resistencia contra lo que Pie-
clausuras y detenciones policíacas. La gestación de una resistencia rre Bourdieu llama la violencia simbólica6 que eierce la norma
homosexual contra Ia hegemonía coercitiva de la norma heterose- heterosexual dominante.
xual tradicional, y sobre todo contra la homofobia externa e inter- La n¡istenci¿ es uo coniunto de estructuras o relaciones de fuerza
na, de lndole teligioso-médico-socio-política, empezó en 1971 con activas y multiformes -en nuestro caso ideadas, elaboradas y organi-
la creación discreta del Ftente de Liberación Homosexual, encabe- zadas pot una minoría- que se da en el marco de las estructuras de
zado por la actiz lesbiana Nancy Cárdenas. Su visibilidad social, podet y que, a su vez, sorl generadoras de poder o contr&poder. Es,
política y discursivamente organizada, se dio en 1978 -el 26 de iulio como lo señala Adolfo Gill¡ una "fricción constante, multiforme y
ptecisamente-a con Ia aparición, en una manifestación pública, del cambiante" que, la mayoda de las veces, abre paso a nepciaciones
Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (nHAn). A partir de con las insta4cias dominantes del podetJ La resistencia de los dife-
ese momento empieza una resistencia política en México, abierta- rentes gfupos y asociaciones homosexuales se insetta en las e§tnx-
mente homosexual, con la creación de grupos y frentes como turas del poder, en el matco legal de la constitución y del código
Lambda (mixto), Oikabeth (esbianas), el mismo FHAR y otros. penal que, cabe subrayarlo, no condena oficialmente las ptácticas
A partir de las concepciones de Michel Foucault sobre el po- sexuales entre adultos del mismo sexo. Si al pdncipio, la retórica
der,s y a Ia luz de la definición de Adolfo Gilly, misma que sirvió política general de los grupos como el FHAR, Lambda y Oikabeth,
acatre fl la idea de una necesafia y rzLüca| revolución social, muy
3 Siguiendo la definición que Benedict Anderson da de la nación: "una pronto las reivindicaciones adoptan las modalidades de una nep-
comunidad polftica imag¡nari,a e imaginada como intrínsecamente limi-
tada y soberana. Es imaginaria porque incluso los miembtos de las na-
ciones más pequeñas no conocetán iamás la mayorÍa de los conciudada- estarían dotados: es el nombre que se le daaluna situación estratégica en
nos", Benedict ANDEPSoN, L'inaginaire national, Réflexions sar l'origine et una sociedad determinada", ibídem, p. 125' "Donde hay poder, hay
l'e¡¡or ds nationaütme, La Découverte,PaÁs,2002 [1983], p. 19 (a traduc- resistencia, y por consiguiente ésta nunca está en posición de exteriori-
ción del francés es mía), dad frente al poder", ibídem, p. 125. Las resistencias "son eI otro tér-
a 26 de
iulio: fecha doblemente conmemot¡ttva de la Revolución Cuba- mino, en la relaciones de poder; se inscriben en é1 como la otra cata de
na y de los diez años del inicio de Movimiento Estudi¿ntil de 1968. la medalla", ibídem, p. 127 Qas traducciones del francés son mías).
s "Por podet, me 6 Para Boutdieu, la violencia simbólica remite al hecho de que los domi-
Parece que hay que entender primero la multiplicidad
de las relaciones de fuerza que son inmanentes al campo donde se eiet- nados aplican categorías construidas desde el Punto de vista de los do-
cen, y son constitutivas de su otganización; el juego que por vías de minantes a las telaciones de dominación, haciéndolas Pasar Por natura-
luchas y enftentamientos incesantes las üansforma, las tefuetza, las les. La violencia simbólica se instituye mediante la adhesión que el do-
inviete; los apoyos quc dichas relaciones de fuerza encuentran unas en minado no puede deiar de concedede al dominante cuando sólo dispone
oüas, de m fieta e fotmat cadena o sistema, o, ai contrado, los desfases, para pensatlo o pensarse o Para Pensar su telación con é1 de instrumen-
las conuadicciones que afslan unas de otras;la esuategias pot fin en las tos de conocimiento que tiene en común con él y que, al ser la form¿
que tienen efecto y cuyo propósito general o cristalización institucional incorporada en la telación de dominación, hacen pasar esa telación por
se matedaliza en los aparatos de estado, en la formulación de la ley, en naturai. Pierre Bounolrü, La donination mauuline, Seuil, París, 1998' p'
las hegemonlas sociales", Michel Foucnul:Í, Hirtnire de la nxualití I, Lt 41 (a traducción del fr¿ncés es mía).
volontí de tauoir, Gaümxd, Parfs, 1976, p. 122. ':El podet, no es una 7 Adolfo GILLY, El siglo del rclánpago, Ediciones Lt Jornada, México,
institución, no es una estructura, no cs cierta potencia de la que algunos 2002, pp.20-21.

116 tr7
ciación para conquistar un lugar dentro del sistema socio-político cias exffanieras en cuanto a la construcción del discurso militante
dominante. La aparición del virus responsable del SIDA, a principios y las esuategias de visibüdad.1o Pata el investigador Roberto
de la década de los ochenta, le da un nuevo rumbo a Ia rcsistencia Go¡zález Villarreal,ll el lnovimiento de liberación homosexual
miütante. Ésta abandona la idea de un cambio raücal de la sociedad mexicano ha pasado Por tres tipos de estrategias: pdmera estrate-
y se encamina hacia el reconocimiento de una commidadf cultura ga1 gia, lo visible y lo enunciable; segunda esrategia, las identidades y,
elaborada dentro y fuera de los movimientos milirantes. l"r""r estrategia, normalización, que emPieza a darse a finales de
En el marco de este artículo me propongo examinar algunas la década de Ia década de los ochenta.
estrategias de visibiüdad de l"G) comunidad(es) homose- En la primera eta1a, el "hacerse üsible" fue primero r¡na es-
xual(es)/gaf en la Ciudad de México, a través de los üferentes üategla de resistencia contra los abusos, las extorsiones y üolen-
canales que la hicieron posible -los movimientos y manifestacio- cias policíacas, motivadas pot la visión esdgmatizada que la socie-
nes de los grupos miütantes, Ias actiüdades culturales, la litetatu- dad en general tenía de los. homosexuales. Inscrita en el matco
ra, sobre todo la naualva, y el cinel p^t^ver a qué tipo de nego- tegal de la Constitución y del Código Penal, la resistencia homo-
ciaciones y efectos dieron lugar. sexual consistió, en un primei tiempo, en la producción de un
discurso político subversivo inspitado en las teodas marxistas
sobre las clases sociales y aplicado a cuestiones de sexualidad'
Mouimiento¡ de liberación homo¡exual: de k ruioencia/ oposición política a
Dicho discurso abarcaba no sólo las reivindicaciones de los ho-
las rtrategias de notnaliqación
mosexuales sino también las de los gruPos sociales sobre los que
Desde la década de los noventa, son ya vados los estudiosos me- se ejetcía una violencia simbólicá social, económica o de género'
xicanos y estadunidenses que han intentado hacer un balance de La liberación homosexual, en el discurso de los grupos militantes'
los logtos y desaciertos de los movimientos de überación homo- se pensaba como una meta que sólo podría logtarse con un cam-
sexual en México.e Mucho se ha dicho también sobre las influen- bio mdical de las estnrcturas socio-políticas:

8Aunque "gay" y "homosexua.l" pueden considerarse como sinónimos, consffucción de la identidad gay et la Ciudad de México", en Eüth
cabe ptccisar que "gay", dc origen anglosafón es el término que van Yesenia PEñA SANCHEZ, Ftancisco ORTrz PEDRAZ'\' y Ltha HERNAN-
adoptando los homoscxaules de clase media en México a finales de la DEz ALBARRAN, Memoriat de la II Senana Cuhural de la Diuersidad Sexual,
década de los sctcnta, considcrando que no acarrea la catga negativa y Instituto Nacional de Anuopología e Histoda, México, 2005; LIzARRA-
patologizantc dcl término "homosexual", Rodrigo LAGUARDA, .,Ser gay GA, Hi¡t0rid,2003; Mauricio Lrsr Rnvns, /dzener clra<lfier gdJ en k Ciudad
en la ciudad de México, lucha dc rcprescntaciones y apropiación de una de Míxho, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, 2005;
identid¿d, 7968-1982", Tcsis dc Doctorado, CIESAs, México, 2007, p. 27 , Braulio PERALTA, Its nombre¡ del arcoíris, lralos para rede¡c*brir el notimiento
Para algunos activieta¡ geys, como üzettaga Cruchaga, "ser homosexual bomosextal,coNAculTA / Nueva Imagen, México, 2006.
es ptcfcdr la¡ rclecione¡ sexo"¿fcctivas con individuos del mismo sexo ; 10 LIST R-EYES,
Jównu,2005; PERALTA, Nombres,2006; I-acuanoa, "Ser
ser gay implica [,.,,| cl trabajo dc construir constantemente, a partir de la gay",20O7; Héctor DoldNGUEz-RtrvArcABA, "From Fags to Gays,
prefetcncia homorcxud, une cultuta, une forma de mirar, una perspecti- Political Adaptations and Cultural Ttanslations in the Mexican Gay
va, un discuroo plurd dc lr diferencia", Xabier Llz,tRn¡,cA CRUCHAGA, Liberation MóvemenC', en Linda EAGAN y Mary K. LoNc (eds'), Mexz'-
Una hilorla ¡ocioctlfuml dc la bono¡cxualidad, nolas sobre un tleaenir ¡ilenciado, eo Rtaüng the united States,Vanderbilt University Press, Nashville, 2009'
Paidós, México,2003, p, 169. 11 Robetto GoNzALEz VILLARREAL, "De la denuncit a la ¡ormzhza'
e Ian LUMSDEN,
Honouxtalidad, ndathd-y E¡tado en M/xzca, Solediciones ción: una agenda del movimiento gay", en Una expotitión, aaias exposicio'
/ Canadian Gry drchlvu, México, 1991¡ Porfirio Miguel HnnNÁNor,z nes, m tienpo de inauguraiiotes, 15 año¡ de la Semana Cultual lisbica-G@,
CABRERA, "El movimicnto lélblco, gry, bisexual y transgenérico y Ia Círculo Cultural Gay, México, 2002, pp. 26-27.

118 119
g. La soüdaridad con las luchas de la clase trabaiadora exPiotada r de.19s
genetación
conscientes de g--p", y l-"iras oprimidas Por lazones de clase' sexo'raz '
ffi-i".fi*^ .mexicanos
nuestra P:"fttt?:ii
o nacionalidad.
nuestta condición como grupo social oprimido Por
que
ó.i" A..,rrian y el esclarecimiento Permanentes de la vinculación
sexista y clasista, previo análisis
sexual, en el contexto ¿" ,rrl t"a"ar¿ existe entre la sexuaüdad y la lucha de ciases'
opresión con el sistema poUti¡9' comprendidos con
de la estrecha relación que guarda dicha 10. La vinculación con aquellos gruPos progresistas
t'í' coNstor'naNDo que l¿ Constitución
;;;;ilil y social qoé rige' lu, lo.hm populates, q... ,.h,."t' toda fotma de discriminación'
Unidos Mexicanos nos otorga el libre derecho de
i.riu." ¿. rár Estados CONTRA EL SEXISMO, RESERVA DEL FASCISMO'12
Lr"lJi, ,...irción, infotmación y expresión; q": t: el política país eíste una
y cultu-
..r"f-uri, social' económica'
;;;; discriminacíón
sólo por el hecho
;;i'";t;^ t ororro. los homosexuales y las lesbianas' La vinculación de los movimientos de überación homosexual
d. ;;;i;, qu" dicha discriminación glt"" o" estadoy laboral hasta la y el grupo
petmanente de
famiüar' social @;*, Grupo Lambda de Liberación homosexual de izqüerda
;;r;'.-ió;, i". va desde la marginació*n autónomo de lesbianas Oikabeth) con Partidos @ar-
físico y moral e incluso
detención atbivatia,la extorsián, el maltrato ,iá" C"*""ista y Partido Revolucionario de los Trabaladores'l3
los sexos es una arma podetosa de ia
entre oüos) fue un acierto y un obstáculo' Un acierto
asesinato; [.'.] qr" la ideología de porque
clase dominante pata perpetiar la opresión de las minoías homosexua- limitado, acerca de la sexua-
-rudical p".*LiO irrát ,r.r. un debate, aunque
i.., q"" .¿f. .t .r*Éio de estructutas sociales' económicas y no exentas
Ldrd el seno de organizaciones "revolucionarias"
explotadas y a las minorías oprimidas
;;iri;; fermitirá a las masastoto t"-'"' humanos' hemos decidido agru-
"r,
de una fuette carga homofóbica, y un obstáculo Porque'
como
realizarnos íntegtamente la ideología socia-
pafnos en torno á un FRENTE HOMOSEXUAL
DE ACCIÓN REVOLUCIO- señala Hetnán dez cabrcn,citando a Lumsden,
en contradicción
NARIA. lista que el movimiento quería imponet entraba
de clase media'1a El
PRINCIPIOS
.or, ü, ideas de los !óvánes hoáosexuales
movimiento de überación homosexual, a pesar de las tensiones
y constitucionales' a
1. La defensa de nuestros delechos democráticos ideológicas internas entre los gruPos que lo componían' Pesar
como ciudadanos mexicanos que somos' de la homofobia impetanle en las organizaciones de iz-
contt¿ los homosexua-
inclusJ
2.Lalwchaconúa la tepresión poücíaca elercida quierda,ls contribuyó, con la elaboración y difusión de un contra-
ies y lesbianas sólo por el hecho de setlo'
petseguidos y/o e¡'
3, La defensa legal de compañeros homosexuales fisica o su
su apariencia Acción Revolucio-
u cauia d" ao, pr"f"r"rrairs sexuales, 12 Nile¡tm c,/erp\,Revistadel Frente Homosexual de
"^tcelados
indumentaria o areglo Petsonal' nana,1979,P.10.
\ret?z y científica acetca
+. u ,Áprr'¿rfusiár, áe información ob)etiva' ,iBÁ Mí,'rtPartido Comunista Mexicano aPoftó .,na modiflcación a
la sexualidad en general'
..ri".lrrr.i¿r, de ptincipios y estipuló que nadie debería set "suieto
y de
¿. t, t orlor"*ralidad, el lesbianismo
contta las campañas de denigración emprenüdas en los razones de taza' sexo'
5. La lucha y pot ¿i..ri*i"r.i¿", -rtglt r.iatt o subordinación Por
conua los homosexuales y las lesbianas ;iú;; op"ión .áoat", PERALTA, Nonbres,2006' p' 189' En 1982' eI
-Jo, ¿" comunicación del lenguaie denigratorio.' humillante' insultante y llevó a cabo una carnpañt a
i"-.rrr¿i"*l¿" legal p"rli¿. Reálucionario de los Trabaiadores
en la ptensa'
*¡r,.ri. utiüzadJcontm loJhá*ost*uales y las lesbianas ir* ¿. los derechos de los gays y ProPuso dos candidatos homosexua-
la radio, la televisión, etc' alpot^ao.: Max Mefía y Ólaodia Hin-oi911-ibíde11'
p' 191'
de homosexuales y
i".
L tiuá*¿ad y vinculación con gruPos fraternos
i, contra la teptesión' la
r+ "
HBÑÁNpez CABRERA, "Movimiento", 2005, p' 292'
lesbianas, a fin de acciones'coniuntas 15 Señaia List Reyes que en'la segunda matcha del orguilo homosexual
"rnp,tnJ* de los
desinformación, etc. 11980) participaron. representantés del Partido Revolucionario
la emancipación de
i. ir..U¿rri¿"á con las luchas dc las feministas por i;;;"á;t".,'del Partido obrero Socialista, del Partido Comunista
lloiJrrro y áel Coiectivo de Muieres Gamo, y precisa que uno
de los
la muiet del yrgo sexista.

t21
t20
F

discurso socio-polÍtico y la organización de manifestaciones pú- especie de testamento donde se anunciaba de forma paródica la
blicas (a marcha del orgullo homosexual, por efemplo), a t:;n "Eutanasia del moümiento ü1o". A partir de 1984, se consolida la
visibiüdad asumida y sobre todo a una toma de palabra en prime- segunda etapa del movimiento de übetación homosexual con una
ra persona contra la visión deformada y estigmatizadora de las orientación hacia 1o que el investigador Roberto González Ytlla-
instancias oficiales Ptoductoras de vetdad (glesia, Educación, rrealz0 llama "estrategia por la identidad" . La lucha contra el sIo,t y
Prensa, Gobierno). Entre sus logtos, Herná¡dez Cabrera señala: cofitta la fuerte carga homofóbica que éste acateó al pdncipio -
"\a cúúca a la prensa de nota rcia el cuestionamiento de las expli- algunos medios 1o llamaron "cáficet rosa" y la iglesia lo calificó de
caciones científic¿s sobre la homosexualidad; la solidaridad de castigo divino contra el "vicio"-2l generó la aparición o consoüda-
difetentes sectores sociales y la expansión del movimiento a otras ción de nuevos grupos de homosexuales (Cálamo, Grupo Guemi-
ciudades del país".10 Este primer intento de salir de los sótanos 7la Gay, Mujeres Utgidas de un Lesbianismo Auténtico (vtULA),
clandestinos de la vida social fue la estrategia de una minoría Colectivo Sol) con acciones de resistencia más orientadas hacia la
pok:.jlzada, y dentro de esta minoría de unos cuantos individuos defensa de los derechos humanos de los homosexuales, la organi-
de clase media uniüersitaria, que no pudo atraerse la adhesión de zación de talleres de información y de eventos culturales. Fue
una fuerte comunidad homosexual.l1 La idea de una deEolitilación naciendo lo que podríamos llamar, conscientes de lo problemático
del movimiento empezaba a imponetse, a principios de Ia década del tétmino, ilfia ctllttra ga1 et Méxtao.zz Bsta nueva fase puede
de los ochenta, como condición pata agroqat a un númeto más verse como un intento de negociación con las estructuras domi-
importante de homosexuales. La aparición del virus responsable nantes hetefonormadas en la que se demuestra que los homose-
del Sida obró como un aceleradot de dicha desplliti<a¡iót. xuales, en tanto ciudadanos, han de gozar de los mismos derechos
Una de las fechas que los críticos baraian como Parteaguas en que cualquier ciudadano. Después de haber arremetido contra la
el moümiento de liberación homosexual es 1984 cuando, en el "dictadura heterosexual",23 de haber ideado un cambio radical de
contexto de "una marcha frinebre" se conmemoró a los mueftos las estructuras sociales y de haber marcado y teiündicado el dere-
por SIDA18 y cuafldo el Colectivo Sol, fundado por Juan Jacobo cho ala diferencia, el movimiento homosexual se encamina hacia
Hernátdez, fundador del desaparecido FHAR,le distribuyó una una fase de normalización o asimilación denffo de las estructuras
dominantes. Lo que se negocia es la posibilidad de inscribir, den-
tro del sistema dominante heteronormado, la legitimación de una
militantes del pRr "aclaró que si apoyaba este movimiento era por la diversidad (homo)sexual, la protección cofltrríl^ üolencia pohcíaca
represión de que etan objetos y no por su prefetencia sexual', LIST
a la que daba lugar la estigmatización del homosexual como ser
Rouns, Jóuercs,2005, p. 228.
16 HERNANDEz CABRERA, "Moümiento", 2005, p, 292.
inferior y abyecto y el detecho a unirse en pareias o vivir abierta-
17 En su tesis de doctorado en antopología social, Rodrigo Lagoarda, a mente relaciones libres como cualquier heterosexual.
partir de unos informantes de clase media que tenían unos 18 a 20 años
en los setenta, señala que lamayoria de la gente o no había oído hablar
de los movimientos de liberación homosexual o creían que "eran puros 20 GoNzALEz VILLARREAL, "D enuncia", 2002.
rojillos", IAGUARDA, "Ser gay'', 2007 , p. 42. 21 HERNÁNDEZ CABRERA, "Movimiento" , 2005, p. 293,
18 HEBNÁNDEZ CABRERA, "Movimiento"
, 2005, p. 293. 22 La ct:/rr,¡ta gay en México no deja de ser compieja
Por su hibridez. Se
1e El FHAR se disuelve en 1981 según el documento "Eutanasia dei mo- nutre a la vez de la cultura gay estadunidense y europea (música, vesti-
vimiento lilo", en Arcbiao Hi¡tórieo del Moviniento Homo¡exual en México, menta, cine, literatura, etc.) así como de una producción cultutal mexi-
1978-1 982, (üsco compacto), Centro de Infotm¿ción y Documentación cana (cine, litetatuta, artes plásticas, etc.)'
23 Nue¡tm Caerpo,Rlevista del Ftente Homosexual de Acción Revolucio-
de las Homosexualidades cn México "lgnacio Añarc2" (cIDHoM), Mé-
xico,2003. naria,1979,p.2,

t22 123

b-
Actiaidade¡ clltilrales de yi¡ibilidad d.entmlfuera del noainiento de libera' identidad lésbica-gat/'26 pero obra también como una esrategla
ción homo¡exsal
de visibiüd¿d socio-cultural y política a través de los debates so-
bre derechos humanos, discriminación o en torno al SIDA, a los
Si las organizaciones homosexuales politizadas .fueron las prime- que asisten represeotantes de partidos políticos, sobre todo de
,., un espacio público, la visibilidad homosexual izquierda, activistas e intelectuales reconocidos.2T
"r, "árrqoistar
también pr* pot otros ianales paralelos, a veces conectados con En el camPo literario, la pubücación, en 1979, de la exitosa
los grupós -ilit.t t"s, en ámbitos culturales particulares así como novela El uanpiro de la Colonia Koma de Lt:is Zapata, galardonada
i'tgo.rr. zonas urbanas' Exposiciones, talleres artísticos y de por el premio Griialbo, funciona como Parteaguas dentro de las
"r,
infoÁación, espectáculos en determinados bares se multiplicaron políticas editorialistas. A:uLn antes en que el tema homosexual era
apatirde 1978 y laZonaRosa se convirtió en un espacio urbano tabú y en que todo artículo sobre homosexualidad era censurado
privilegiado de abierta convivencia homosexual' A continuación por los periódicos,28 sigue un periodo de überación en el que van
," m.icionután algunas actividades y producciones culturales que a multiplicarse los texto§ literarios con temática gay. Si existían
antes dÁ 1979 publicaciones literarias sobre el tema,2e El uanpiro de
contribuyeron a legitimat socialmente puntos de vistas y enfoques
plurales sobre las ielaciones enre individuos de mismo sexo: la la Colonia Roma, quLe cuenta las andanzas de un ptostituto homo-
'S"-urra
Cultural Lésbica-Gay, Ia producción novelesca y el cine' sexual en Ia Ciudad de México, es Pionera en consegür a la vez
La Semana Cultural Lésbica-Gay, creada porJosé Mada Cova- una legitimación de la temática g y en el campo üterario mexi-
rrubias y oficialmente inaugutada en 1987 en el Museo Universi- .rrro y orru propuesta lttetatia innovadora.3o A taíz de esta publi-
tario dei Chopo, con apoyo de la Universidad Nacional Autóno-
ma de Méxict, tiene como antecedente, según el testimonio de zo
José Ma1ra CoVARRI,IBIAS, "De voz
y cuerpo ptesente", et Diel1 aa
Braulio Peraltaza las sesiones privadas que el gtupo SexPol empe- Á sigb. Libn conmemoratiao de lot dielaños de la Semana Calnral Litbica-Ca1t,
zó a organízar en 1975 en un departamento de la c¿lle Ezequiel Circulo Cultural Gay, México, 1997,p.9.
27 E¡tre ellos: Cados Monsiváis, Catlos Bonfil, Oüvier Debroise, Juan
Montes-donde se llevaban a cabo exposiciones, tertulias literarias
Carlos B¿utista, ibídem, P. 9'
y de concientización. A principios de la década de los 80, las acti- publicat un artículo sobre homo-
José Joaquín Blanco sólo consiguió
2s
,ridrd", de la calle ezequiel Mo.tt.t se abren al público con la se*ualiáad i¡
1979 ('Oios que da pánico soñar'), unos rneses antes de la
organízacíón de una semana cultural cerca del metro Salto del publicación det Vanrpim en el suplemento cultutal del diado Unomá¡ano'
Aioa .., Ia que participan artistas y dramatutgos como Antonio i, Po..rrm de Salvadot Novo y de Xavier Vüaurutia; la obta de teatro
Alcaruz y Tiio Vasconcelos.2s En 1987, el Círculo Cultural Gay, El terar Fau¡to de Salvador Novo ; novelas de Carlo Coccioli (Fabti{o
dirigido por José María Covamrbias, inaugura lo que hasta la L.tPl,1953), de Miguel Barbachano Ponce (El diaio de Jwé Tohdo, 1964),
f".ñu .. llr.rru Ia Semana Cultutal Lésbica'Gay, evento culrural de Paolo Po (41 o el muchacho qtte nñaba enfantacmat,1965), de Alberto X'
que reúne aftes Plásticas, conferencias, debates, danza, cine, mú- Terruel (I-at inestable:, 1968), de José Ceballos Maldonado (Desptth de
s^ica, literatura, te tro en totno a las cuestiones de diversidad
se- todo, 7969),de Raúl Rodríguez Ceana (E l'deuonocido, 1971) pot ejemplo'
abierto al que asisten gays, lesbianas, bisexua- 30 Comenta el crÍtico y escdtorJosé Joaquín Blanco: "La vetdad es que
xual. Es un espacio
la alegría y la iocundidad del Vanpin, la vital-idad y la ftescura de su
Ies, ttansexuales y hetetosexuales. La Semana Cultural Lésbica-
lengrraie, su übetado, alivianado modo de vivir sus ptopios días a su
Gay está pensada como "un punto de referencia Para una nueva go.to y a sus anchas, logtaron uno de los textos más modetnos y felices
áe h ütet^tota en castellano de esos años. [...] El Vanpin influyó en
muchos autores, hombres y muieres, de muy divetsa temática' MÚchos
pp' 126-130, petsonajes de todo tipo de relatos emPezaron ahablat y a üvir como el
24 PERALTA, Nombnq 2006,
zs Vampiro ouo tipo de aventutas. Tocará.a sus autores reconocet el estí-
Ibídem, pp. 126-130.

125
r24
cación, las editoriales Cal y Arena, Em, Griialbo, Premiá Eütora, Si las actividades, que de manera no exhaustiva he evocado,
Océano, Editorial Oasis, EditorialDiana, Editorial Posada, entre inscriben la libemción y visibilidad gay en un contexto socio-
otras, abfen sus puertas a ProPuestas novelescas con temática cultural mexicano, cabe recordar que los modelos adoptados por
homosexual. El hecho de que hubiera que esperar hasta 7979 wa mayoúa de homosexuales mexicanos, Particularmente aque-
p^t^§n apertura editorial, cuando en otros países occidentales ya llos de clase media, ¿ finales de la década de los setenta y princi-
existía desde los años 7940 vn publicación constante de obras pios de los años ochenta, paticipan de Ia globalizaci6n -o norte-
con dicha temáica, señala la hegemonía del modelo socio-político )nericaniryción- de la cultura gay.31 La aPropiación, incluso, de una
heteronormado y el peso abrumante de los valores de la Iglesia y identidal gay en México tuvo mucho que ver con el movimiento
del machismo heredado del nacionaüsmo posrevolucionado. gay estadunidense y sus comportamientos socio-culturales'32
Entre las actividades culturales cabe señalar, para el periodo
que abarca este artículo, la producción cinematogtáfica mexicana
en la que se abordan los temas de la homosexuaüdad con enfo- Hono-resi¡tencia¡ en México (l 971 J 988): balancefnal
ques diversos: el descubrimiento por un hombre casado de una
orientación homoerótica en El canpleaños del pero (1974) de Jaime Es innegable que la representatividad de la homosexualidad (o
Humberto Hetmosillo, la violencia machista cofltra un travesti gaysidadj, en el periodo 7971-7988 consiguió abrirse un camino
que desemboca en su asesinato en El lugar ¡in línhu (1977) de iocio-cultural y político, creando lo que podríamos llamar una
Arturo Ripstein, el hermafrodismo en l-ns @ariencias engañan calturagal en México, si se entiende ésta como un campo de tefe-
(1978) de J. H. Hetmosillo, el amor übre en El aruor libre (1 978) de rentes identitarios "positivos" y específicos compartidos Por ufla
J. H. Hermosillo, la bisexualidad de un hombre de clase media de comunidad de individuos. La coniunción de varios factotes hicie-
GtadaLtiata en Doña Heilindal su h/o (1986) de J. H. Hermosillo y ron posible su emetgencia; §fi mayor aPernrra democrática en
las relaciones físicas entre hombtes en El uerano de la ¡eñora Forbes .o"riorr", de sexualidad después del trauma del 68 durante los
(989) del mismo ditector. La producción cinematográfica mexi- sexenios de López Portillo (1976'1'982) y de La Madrid (1982-
c na coÍt temádca gay, fircta del la película El hgar sin línites, ba- 1988),la apaición de unos movimientos de liberación homosexual
sada en la novela homónima del escdtor chileno José Donoso, en Est doi Unidos y en Europa y su consiguiente citculación de
que gozó de cierto éxito, tuvo poca difusión. Doña Herlinda 1 ru modelos teóricos y estrategias de acqión en el matco de una globa-
h/o de Jaime Humberto Hermosillo halló buena recepción en lización iicipiente, el liderazgo de unos homosexuales universita-
Estados Unidos, pals donde se editó en vetsión DVD. rios que viajan por Eutopa y Estados Unidos, la vinculación de los
g-pát mexicanos con el movimiento feminista y con partidos y
ii.rái.rtos de la izquierda. Pero, Por muy paradóiico que p^tezc ,
mulo, como el propio Zapatt ha reconocido en la Onda mexicana, en la visibitidad homosexual provocó ufl aumento de las acciones
Puig y en ciertas vanguardias francesas y anglosajonas (pienso en Que- homofóbicas: insultos, violencias contra travestis, asesinatos de
neau, Isherwood, §filliams, Capotc, Baldwin) miradas famiüares. [. ..] E/ Iíderes de movimientos de lucha contra el sida, etc' La exposición
Vanpin [...] no ha dclado de funcionar un solo día en estos 30 años: de una sexualidad abiertamente homoerótica chocó con los prin-
leído, relefdo, chismcado, recordado, discutido, exaltado, vituperado: es cipios conservadores y reügiosos del machismo dominante'
un logro cultural duto, evidcnte, irrcbatible. Una verdader¿ aportación
concreta, sólida, a la cultura y a la sociedad mexicanas contemporáneas",
JoséJoaqufn BLANCü, "Luic Zapatal los postulados del buen golpista, la
historia de siempre, 30 año¡ dcl Vanpim", en La igaana del ojete. El blog de 31 DoMÍNGUEz-RuvALCABA, "Fags", 2009, p. 127 .

JotC Joaqdn Blaneo, 12/ l0 / 2008 (lguenedclojete.blogspot.com).


32 LAGUARDA, "Ser gay'', 2007,p.42.

126 t27
Aunque insuficientemente estructurado, a pesar de los conflic- camente), setá más valiente y dichosa, más tevolucionaria, de lo
tos ideológicos internos y de Ia incapacidad de asegutar rxra fuerte que ahora somos los homosexuales de la intolerancia.
adhesión comunitaria, el movimiento de überación homosexual sí Nuestra disidencia acaso sea sólo un precursor de esa nueva mino-
constnryó una resistencia conffa la hegemonía hetetonormada úa, en la que deberíamos apresuramos a paraapat, Homosexuali-
dominante y su impacto social, desde una perspectiva política, no dades, heterosexualidades y otros membretes desaparecerán enton-
ces. Recobraremos el sexo poümorfo, sin üabas ni mistificaciones:
fue, ni sigue siendo, negligente. El movimiento parece haberse
el fuego sagrado de Prometeo, la fi¡ena que permitirá -acaso- la
dado cuenta, en la década de los ochenta, de que la resistencia ho-
rea,bzación de la utopÍa; y por lo pronto, la fircrza formidable que
mosexual tiene más posibilidades de llegar a su legitimidad nego- nos dará una vida cotidiana capaz de alegría, genetosidad y talento-
ciando dentro del sistema del poder dominante que abogando por sa creación de nuestras propias horas. Nuestros propios, persona-
su destrucción. Primero porque sin un fuerte apoyo de las fuerzas les, importantísimos minutos.34
políticas de oposición y sin un proyecto social de substitrción no se
puede hacet la revolución. Segundo porque pedir los mismos dere-
chos para todos los ciudadanos, cualquiera que sea su género u
orientacióri sexual, es una estrategia para cuestionar la üolencia
socio-política que ejetce el sistema dominante conua las minorías
sexuales e iniciar una posible reforma de las estructuras coercitivas.
Ahora bien, las reivindicaciones homosexuales, al mismo
tiempo que cuestionaron la validez del sistema dominante, inten-
tando conseguir un espacio de libertad, fueron reforzando, sin un
planteamiento epistemológico, la distinción binaria hetetose-
xual/homosexual con la cual se encasillaba, y se sigue encasillan-
do, a los individuos. Quizás pueda consideratse como una distin-
ción transitoria váüda para negociar con un sistema heteronor-
mado dominante que así pensaba (piensa) las ptácticas sexuales,
no sólo en México sino en el resto de los países occidentales,
Aunque años después de su publicación, José Joaquín Blanco
juzgue que su anículo "Oios que da pánico soñar" (1979) es "tan
anticuado como el Códhe Mendo$nl",33 1^t conclusiones a las que
llega -la desaparición de las etiquetas homosexual/heterosexual
vista como una liberación sexual total- etafi, at)ant la kttre y de
rfi^net^ visionaria, una propuesta y una reivindicación que ahora
baraian Io s teóicos q w e rs :

Una nuev¿ minorfa de amantes radicales, ya muy visible entre jóve-


nes todavla "homoscxu¿les" y "heterosexuaies" (pero ya muy se-
mejante en muchae actitudcs antc la vida, muy solidados recípto-

33JoséJoaqufn BtÁNco, Pwlah lrteada¡ Cal y Arena, México, 2005, p. 87. 34 BLANCo, "Oios", 197,p. 190.

t28 t29
"CAÍDos oB supÑo Y ESPERANZAS"
Movimientos guerrilleros de los sesent¿ en dos novelas
mexicanas: Memiria de la gueta de lot jattosy In¡ anzas del alba

Edith Negrín

Para Andtea Revueltas, en memoda, y para Philippe Cheron'

A Catlos MontemaYor, en memoda'l

Y los hombres son Pedazos de alba'


Efraín Huerta

no siempte hay que esPetar a que se den


todas las condiciones para la tevolución;
el foco insurteccional puede c¡earlas'
Ernesto Cl¡e Gwevara

Noaela e hi¡toria

En el presente trabaio me interesa comentar dos novelas que


atienden a sendos momentos de la lucha guerrillera: Memoria de la
Guerra de lot jastos de Gustavo Hirales, publicada en 7996
y L'as
arnas del alba,de Cados Montemayor, aparecida en 2003'
Es bien sabido que inquietud testimonial ha sido persistente
en la literatura mexiiana .á*o .t la de otros países latinoameri-
caflos. El deseo de deiar constancia de lo viüdo o de 1o escucha-
do, el imperativo de la denuncia social, la comprensión de los
,contecimlientos inmediatos, la constucción de la'memoria per-
de
sonal y colectiva, han sido el punto de partida de la novelística
la Revolución méxicana, de Ia literatura del 68, y de algunas oarra-
tivas posteriores. La intencionalidad testimonial, en pdncipio
,so.iaá, a las convenciones realistas, se ha venido redefiniendo
con los cambios y exploraciones formales de la ütetatura'

I Con tristeza me enteré del fallecimiento de Cados Montemayor' en


febtero,2010, iusto cuando yo reüsaba estas notás Para su publicación @N)'
Actualmente podemos hablar de la existencia de un corpus de En este contexto, adquieten un gran valor los textos literarios
novelas mexicanas -y por supuesto de oros países del continen- en tanto receptáculos y generadotes de conocimientos, y así lo
te-, publicadas a partir de la década de los setenta, sobre el tema han comprendido los histodadores. No necesito aclatar que las
de la guerrilla en el campo y la ciudad. Las novelas describen las novelas y relatos reqüeren de una lectura distinta de otras fuen-
acciones de los militantes que, al calor de la revolución cubana, e tes, de una lectura no directamente referencial. Sin embargo en el
insatisfechos con las organizaciones tradicionales de izquierda, caso de referirse a acontecimientos contemporáneos a Ia escritura
vieron en lavlaatmada posibiüdades de cambio social revolucio- de las narraciones, los impulsos afectivos de los escritores y la
nario. En México, la ruücahzación iuvenil de los setenta se vincu- necesidad de atestiguar se imbtican. Por ejemplo Fritz Glockner,
la con la represión del movimiento de los estudiantes en 1968, novelista e historiador, además de familiar cerc¿no de militantes,
que culmina efl la masacre de la Plaza de las Tres Culturas en exPlica sus razones pata escribir un recuento de la guerilla en
Tlatelolco. Los miütantes armados encuentran su genealogía or- México: "Parccia que mi padre, y miles de personas más, habían
ganizacíonil, tanto en el movimiento estudiantil como en las expe- atravesado sus vidas con todo tipo de riesgos, torturas, padeci-
riencias guerilleras anteriores al 68. Por una parte, las luchas mientos y lucha sin ningún tipo de registro, de existencia...".a
campesinas de Genaro Yázquez y Lucio Cabañas; por otra, el Así, las fronteras entre literanlra, historia y testimonio se
fallido asalto al cuartel Madera un 23 de septiembre de 1965. aproximan. Los textos üterarios permiten rescatar el clima emo-
En la actualidad, existen estudios aislados sobre determinadas cional de cada citcunstancia, las motivaciones, los sentimientos,
novelas, y algunos trabaios que las recuentan, pero no se ha pu- Ias dudas y los sueños de los hombres y las muieres que han pro-
blicado aún un inventario más o menos completo de esta produc- tagonizado los movimientos armados. Escribir texios sobre las
ción.2 Entre otras (azones, no contamos con él porque muchas de guetrillas en las que se ha participado en forma directa o indirecta,
las narraciones sobre guerrilla han apatecido en ediciones margi- es sin duda un acto de resistencia cultural.
nales, de escasa circulación comercial. Las dos novelas que he elegido son significativas tanto por su
En el caso de la investigación histórica, contamos con visiqnes aportación testimonial como por la calidad de su factuta üteraria.
más completas, a pesar de que el rescate de los episodios de las
guerrillas ha sido vn tarea difícil para los estudiosos, por la índo-
le misma de la temática que puede implicar cuestionamientos al La situación ha mejorado en los últimos años, recotdemos por ejemplo,
poder establecido.: que en 2001 el gobierno enuegó al Archivo General de la Nación nume-
rosos paquetes conteniendo los millones de documentos genetados por
los servicios de inteligencia entre 1960 y 1980. Entre otros: Gustavo A.
2 Un trabaic> valioso por su intención totahzadon es el de Lancelot HIRALES MORÁN, L,a Uga Comr¿ni¡ta 2i de septienbre, Orígenu1 naufragio,
Co\ünE, It guenilla en la literatsra hispanoamerieana, APzúe biblilgráfcl, Ediciones de Cultura Popular, México, 1997; Laota CASTELLANos,
Universidad Simón Bolívar ,/ Instituto de Altos Estudios de América Míxico annado, l94t-1981, Ediciones Era, México,2007;.Fn:z GLoCK-
Lattna, Caracas, 1996. Se uata de una compilación de consulta impres- NEB,, Menoria roja. Hittoria de la grerilk en Mixico (/ 943-1 968), Ediciones
cindible a pesar de que adolece, como es expücable en un trabajo pione- B, México, 2007; CarLos MoNTEMAYoR, "Un poema de Tsin Pau -Un
ro, de algunas inexactitudes. nuevo poeta de la Dinastía Tang-" , en lttras l)bres, rrúm, 7 4, febreto de
3 Rescatar los episodios de la guerrilla en México ha sido una tarea bien 2005; y Francisco PÉB€,z ARCE, El Pincipio, 1968-1988: años de rebeldía,
difÍcil para los historiadores. La negación del podet a reconocer el carác- Itaca, México, 2007; así como la compilación de Verónica OIKIóN So-
ter político de las insurrecciones, dificultó por muchos años el acceso a I,ANO y Marta Eugenia GAncÍa UGARTE, Moyiniento¡ amtado¡ en Méxieo,
Ias fuentes documentales oficiales, A su vez, la índole necesariamente tiglt xx,2 vols., El Colegio de Michoacán / crrsas, México, 2006, pet-
clandestina de la información dc los actores de los movimientos afina- miten atisbar el estado de las investigaciones.
dos, complica su ordenamiento, conscrvación y, por supuesto, consulta. + Gr,oCKNen, Mezzoria,ZUol,p. 71.

r32 133
De ninguna manera intento equiparadas desde un critedo cualita- bien a la I iga de lot Ju$os, organizaciín a la cual pertenecieron
tivo; tampoco por Io que resPecta a su intencionalidad o Postura Marx y Engels, y que en 1847, en Bruselas, pasó a ser fu r lga de ks
ideológica. Considero, más bien, que tanto en su desemeianza com unistaq la primera orgatizaciót manrista interfl acional.6
át sus denominadores comunes la lectuta coniunta de am- No es un dato gratuito. En el contexto novelístico de debate
"o*o
bas ofrece una visión complementaria del fenómeno abordado' sobre la organtzación atmada, denominada entre otros nombres
como "la otga", ya el título parece insinuar que, como los Justos
de la üga obrera europea, los integrantes de la liga están e4 una
l-ajaúcia de losjuttot
etapa antefior a sef Comunistas.
La na*aci6n está dividida en tres partes y éstas, a su vez, sub-
Gustavo Hirales, nacido en Baia Califomia en 7945, fue miembro
divididas eri segmentos -con sus respectivos subtítulos-: ,,La
y ditigente de la Liga Comunista 23 de septiembre, la guerilla caída" (8 segmentos), "Los enfermos de Chainola" (15 segmen-
,rrbaflá de mayor presencia en la década de los 70. La liga, como
tos), "Los últimos dempos" (13 segmentos).
se ha reiterado se nombra así en memoria del intento de tomar el
La primeta patte, "La caída" determina un presente de la ac-
cuartel Madeta, ubicado en la sierra de Chihuahua' que un gruPo
ción, situado explícitamente el mes de agosto del año 73,7 que se
de fóvenes guerrilletos llevó a cabo en 1965.
inicia cuando el protagonista es aprehendido por su actiüdad
Autor de textos ubicados en los ámbitos del periodismo, el guerrilleta. A partir de esa fecha se abre un plano cronológico al
ensayo político y la crónica más que en la literatura de ficción,
futuro que abarca cerca de dos décadas y se va señalando de dis-
Hitales pu..." haber sentido, Por una vez hasta el momento, el
tintas formas. Por ejemplo, la mención al subcomandante Mar-
apremio de recrear, para meiot comprendet, sus vivencias miü-
cos, -llamado "subcomanshE"-8 remite al levantamiento del
tantes en una novela: Memoria de la gaera de ksjustos,
Ejército Zapattsta de Liberación §acional, integrado por indíge-
Entre paréntesis, el relato ptoporciona información precisa, nas de la selva cl'iapaneca, que estalló el dos de enero de 1994,
nombres, lrgrr"s, fechas, y se desarrolla en un tono autobiográfi-
precisamente dos años antes de la pubücación de la novela.
co, entre confesional y autocdtico, que cuestiona a profundidad el
Desde el mismo eje temporal del presente se intercalan esce-
desempeño político e histórico de la Liga Comunista 23 de sep- flas retrospectivas que van hasta 1.96'7, ctando el protagonista
tiembre. No catece, sin embargo, de pasafes imaginativos' Por
estudiaba la preparatoria.
diversas tazofies esta novela ha sido considerada un texto incó-
modo y controvertido; casi ignorado por la crítica.s
En una primera lectura, yo percibía en el título de la novela 6 "Los iustos" [1950] versa sobre un grupo de terroristas rusos que, en
una resonancia de Albert Camus en su pieza dramática "Los fus- 7905, otgoaizaron un atentado con bombas contra un tío del zar. El
tos" que, como otros textos del escritot, alude a las implicaciones escritor existenciaüsta se refiere al mismo atentado en la sección ..Los
asesinos delicados" del ensayo "La rebelión histódca" en El l¡ombre
del tettorismo. El intelectual existenciaüsta es, Por cierto, uoo de
rebelde. Por otra parte, la Uga de bs Comunistas,la primera orgatización
los autores citados en la novela. Sin embargo, de acuerdo al pro-
marxista internacionai, fue fundada odginalmente como la Liga de kt
pio Gustavo Hirales -€n una conferencia-, el título se refiete más
Jutot por trabaiadores alemanes en París en 1836. La Liga de k¡ Comsnis-
tas fue cteada en 1847 por Kad Marx en Bruselas, después de dos años
5 A inicios del 2000 sóio encontré dos notas sobre la novela, una de José de estancia en la capital be§a, una vez que 7a Liga tle los Jr.tttos aceptó sus
\üoldenberg y otra de Raúl Trejo Delarbre, véase Eüth Nr'cÚN, "Ires planteamientos teóricos. .
7 Gustavo HIRALES, Memoria
novelas dela guérrilla en México", en Patricia LÓPEz CABRERA (ed')' de la g.tena de ht jutos, Cal y Arena, México,
Pensamiento, ,oit rn 1 literatura en América l-ntind, cr.,lcH.UNAM / Plaza y 1996, p. 14.
8Ibídem, p. 68.
Valdés Editores, México, 2004, p.250.

t34 135
es subrayar la magnitud y la gavedad de la bronca.'A tu cuenta se
Lavgzdominanteesladeunnarradotpersonaje,unalterego abonan legalnente, media docena de asaltos a bancos y a otros esta-
combina la
del autot, de nombre muy parecido' Este personafe blecimientos comerciales, la muerte de un poücía y una ristra de de-
con el desencan-
ir"r.orr, ia alegda,y la inconformidad iuveniles' litos, no por menores menos gravosos: asociación delictuosa, porta-
años después' de
i",-f, itáii^ y".rri'"I cinismo del que escribe
ción de arma prohibida, robo con violencia (rz). Esto, con ser pesa-
,r*1 d" los acontecimientos' En tt""totto de la trama' hay do, no es lo principal, Lo principal es que la ara, el Poder, tbe fu-
" de persona gramatical, Pero "l pese ellos' se mantiene la
cambios ekinglpower, ese, saben qüén demonios eres, te tienen bien plaquea-
-a
artobiogian.a: la perspectiva limitada' la percepción do, checado, ubicado, balconeado, ese, y no te la vas a acabat.lo
"oiu.t.iO"
."Ü.,i"", a tenguaiJ coloquial'improntado de.los giros del"habla
á.i1""" de ta iepúut. a, ion la piesencia, casi siempre d9foy1- desde la
La trayectoria del personaje ttansita por etapas significativas:
¿" ¿" f^ lengua inglesa. Ét prot'go"ista, invariablemente su ingreso a la Juventud Comunista de México, cuando cursaba el
del humor a la vez agresivo para los bachillerato; su estancia en la Alemania democrática; con fines de
miütancia, y con un sentido
mismo, relata sus experiencias' En la aptenüzaie. Su désilusión con la izquietda tradicional, es decir el
demás y lacerante para sí
la terceta perso- Partido Comunista, después del movimiento estudiantil de 1968,
*ryo, i"r,. del reláto, la voz dominante asume
,ru,'.orriosi se tratara de otro hombre' La novela inicia: inclüda la masacte del 2 de octubre. Luego, la represión patamili-
tar del 10 de julio del 1971 contribuye definitivamente a que el
Al baiado pick-ap,le desamararon los pies' Lo conduieton es-
d,el ioven optara por Ia vía armada.
podía andat' des-
calerÁ arriba,-urro, ,t", o cuatro pisos' Apenas Desde la prisión, el personaie evoca su malogrado entrena-
ueinta y tantas hotas de vlaje echado-como bulto sobre la
pués de miento para convertirse en guerrillero rural. Tenía que subir a la
amauado, vendado' amotdazado' Per-
iaja de ta camioneta, atado, sierra, guiado pot un hombre mayor, Ilamado Jesús, que había
, de los vendaies, que entraban a una estancia ptofu-
.iÉió, través estado en la toma del cuartel Madera en 1965. A Gustavo le dice
,"*á," iluminada. Lo s"nírron "n una silla, las manos atadas de- su superior inmediato, llamado Julio:
ttás del respaldo' Luego le quitaron la venda'e

protago- "[esús] es una leyenda viva... toda su vida es la sierra, ha combati-


También desde el primer capltulo se informa que el do en la sierra y su nombre (aquí Julio se pone solemne: vas a subit
Comunista 23 de septiembre' El nartador
nista pertenec e aiu.L$a con ,lil hombre hirtórict), está unido por la historia revolucion¿ria a
," ,"ñ"r" ioven
al como Gustavo, "el gordo"' "el G"' "nuestro
los nombres de Arturo Gámiz y el doctor Pablo Gómez... Es uno
goJo, ".o"rffo hétoe" "Gordo Hache"' Y también con los
de los hermanos Gaytán: Salvador, el sobreviviente".ll
nombres que va asumiendo Por razones políticas: Btother
Paul'
Hermano Pablo, comPa Fermín' En este pasaje, como en muchos otros, se insiste en el ataque
El narrador a veces emPlea la segunda Persona' dirigiéndose
a al cuanel Madera como fuente de inspitación ideológica para los
símismo, como recaPitul"ndo ot" situación para poder entender- integrantes de la Liga.
la -y patu el conocimiento del lector: "La sieta" es un Iugar emblemático, no solamente desde el in-
tento de toma del Madera, sino desde la Revolución cubana. La
sustos' a las
Estás en el bote, ese. Ya has sobrevivido a los primeros sierra Maestra en Cuba es una referencia catgada de resonancias de
sin embatgo' de la na-
p*"tm de iniciación. Estás muy consciente' Ia lucha castrista. Implicando las diferencias entre Ia gesa orbana y
tu situación' Estás, como dicen aquí' "hasta el culo. de
$)tvlez de
piojor", provcrbio un tanto Procaz' Pero exacto si lo que
se quiere

1o Ibídem, p. 51.
1r Ibídem, p. 555.
e Ibldem, p. 13'

t37
t36
Gustavo' lucrados. En este periodo empezó a ü^z tse una moda infame: eI
la mexicana, en la etapa del entrenamiento del militante asesinato de miembros de la üga Por suPuestas hereiías doctrinales
días en la sierra:
éste brornea al recordar, en segunda Persona' sus poüticas".ts
I
El vieio te iba calando, quería ver si aguaotabas o no' o qué tanto'
Entoíces todo era motivo de prueba: las caminatas primero'
luego El gueffillero Gustavo, muy conciente de su entomo histód-
cuesta arriba' ["'] Llegaban a un lugar más o me- co, absotbe e integta a su discurso la cultura iuvenil universitaria
el viaje en mula,
io, fi*o, en medio de dos elevaciones del tetreno yJesús te ins- de su época. Menciona, en abigarrada combinación a clásicos
pensabas que
trula-de qtre ¿;¡o era un "puefto"' Ah cabrón, y tú que como Maquiavelo, Nietzsche, Stendhal, Gotki, Malraux, Camus,
puertos sólo había en el mar"'12 Orwell, Kafka, con los luchadores icónicos, los pensadores fun-
damentales y los anistas revolucionatios. Así se integta un mural
Y más adelante:
en el que Marx, Lenin, Mao, Gramsci se codean con el Che Gue-
fiesús]un dla te diio que te quitaras las-botas [unas botas nuevas vam, Althusser, Kolakowski, Claudin, Genaro Yázqvez, Lttcio
íC*i*, de un amarilL miel, preciosas"]'Pata qué, üjiste' Tú dá- Cabañas, José Revueltas. A propósito del 68 mexicano aparecen
suiza' se puso
melas, ordenó. Lo hiciste y, enseguida, con su navaia Luis González de Alba, Elena Poniatowska, Cados Monsiváis,
el dibuio de la suela' ttgút' pata "no deiar rastros al
"oÁ, Te encabronaste'
^enemigo". "tto Gastón García Canttt Se mencionan cantantes como Bob Dylan
y grupos como Rolling Stones, Credence, Kink y Beatles. Se evo-
enemigo diiiste- si no andamos en campaña' Apenas
es-
-Cuái can películas como Cabaret, El padino, El buo de la mujer araña, El
tamos explorando, reconociendo el tetreno'
importa desde ahora hay que conocer y practicat ios acoraqado Potemkin y El Santo contra las mujeres uampim. Ptogramas
-difo-
-No
hábitos de seguddad.'.13 de televisión como BonanTa. Periódicos amarillistas como el Alar'
mal. Cralquier persona, libro o c.ita se aborda con frecue¡cia de
La militancia de "el gordo" incluye también episodios como
Ia
rfiafleta patódica.
cárcely Ia tortura, cuya atrocidad no es mitigada por el tono apa-
El haber optado por un narrador personaie permite al autor l¿
rentemente lúdico, que domina la naración: libertad de ofrecet una visión personal, sin pretensiones totaliza-
la madr\zafue regulat. Lo novedoso fue, en todo caso' el uso de la doras. Así rio exenta de la apropiación de asPectos brutales de la
sedicente, de la autopadante picana eléctrica' El BrotherPaul
no la realidad, ni de los elementos Par^ lrt crítica social del poder, la
está de-
conocía (mucho guslo, hiia de tu tiznad¿ mauser); demás novela no es, a excepción de algunos pasajes, trág¡ca. El protago-
cit que la hobo dJconocer: tromPos y picana todo el tiempo' como nista, siempre ireverente, imbrica las duras exPeriencias de la
LtÍoz.r4 militancia armada con las inquietudes ptopias de Ia iuventud: el
gupo alcohol, la música, el impulso aventurero, el relajo, el amor, el
Describe el narrador la lamentable descomposición del
masas, que va de la acentuada susPicacia sexo -la novela se abre con dos epígrafes de Henry Millet- mili-
guerillero, aleiado de las
tante contra la reptesión sexual.
entre compañeros hasta las eiecuciones:
Menoria de la glerra de los jastos constituye una desmitificación
[hacia el año74]unos a otros se acus¿ban de'oportuoistas"'demó- de la visión romántica de la guerrilla, contundente y difícil de
irrt r','p"qr"nobutgueses', orgtrúzaban polémicas en sus perioü- soslayar. Después de finaltzada la lectura de la novela, hablar de
de invo-
qoitos-qoe naüe leíal además de los tres o cuatro decenas "goeta" en el tínrlo parece exagerado tratándose de acciones
cuya repercusión en el contexto nacional fue relativamente ümi
12 Ibídem, p. 56.
t¡ lbídem, pp. 57-58.
1s Ibídem, p. 250.
la Ibídem, p. 44.

139
138
históricos que incu- duda poseía las meiores aptitudes para el Proyecto narrativo que se
tada. Lo mismo que llamar "iustos" a actotes
había trazado, Tácita y exPresamente, se proPuso ficcionalizar hr-
rrieron en graves initrsticias tiñe el título de ironía'
chas protagonizadas por los disidentes mexicanos. AsíL'as anzas del
alba áparcce en línea directa con Guena en el paraín (1991), que
Pedaqor de amanecer versa sobre la guerilla de Lucio Cabañas, y Lot irtfomet sureta
(lggg), Ia cual se ocupa del espionafe, la seguridad nacional y la
de las novelas infilmación política en México durante varias décadas' T'as tres
l-¿¡ armas tlel alba, de Cados Montemayor, es una
mexicanas sobre el tema guenillero con mefor acabado literario'16 novelas ror, f*to de exhaustivas investigaciones históricas, hechos,
acotttecimiento histórico de concen- lugares, Personas, tienen una contraparte en Ia realidad extratextual'
Se centra en el mencionado -
al cuartel miütar de Ciudad Madeta' L^as irna¡ del alballeva un epígafe de Tsin Pau, de donde proce-
trado simbolismo: el asalto
a catgo de un pequeño grupo de militantes el 23 de supuestapente el tí¡rlo' Se aclara que Tsin Pau es un: "poeta de
en Chihuahua
' la Dinastía T;ang siglo VIIr"; en realidad es uno de los heteronimos
-- septiembre de 1965.
de
del poeta Montemayor'2t Cito la composición: "El Río Amarillo
H'rf entre los estudiosos y los luchadores sociales en
""o"tdo
ataque al cuartel se considera un momento funda- extiende sus caudales de oro / sobre las tieras, al pie de la neblina y
qo"
"i'fumao Pérez Arce las montañas./ El sol nace y busca su propio rcfleio,/ quiete enccn-
áonat, genéti.o, á. l, guerrilla en IVIéxico' Francisco
la guerri[aáexicana "había empezado en 7964 pero rarse con el oto de las aguas y el mundo./ El gerretal Hsun Tiang
.o".r,á ir"
,"a".t"-t, como el comienzo de esta historia una fecha: 23 de recoge su cabelTeruf y despela sus pensamientos./ Mira a su eiérci-
."p,i"*U* de 1965, y un lugat: Madera"'17. Laura Castellanos to,/ los combatientes PreParan los arcos y los dardos,/ pulen espa-
al campa- y aseguran escudos. /Brillan las espadas en las monta-
coincidet la "onda expansiva" generada por el embate das y dagas
"paá cont'ertirse en símbolo de lucha ñas/ como nuevos caudales del Río amarillo. El general Hsun Tiang
mento militat trascenáería
zrmadade otros lóvenes ..' ll puí'"'" Era un operativo planeado piensa en silencio: 'Estas son las armas del alba"'.
;'p^r:uiv"^rtodá México" alcanzar el cielo"' observa Fritz El poema, sobre un tema aParentemente aleiado en la geogra-
ilockner.le El propio Cados Montemayor, afirma que "México
"'plata fia y en la historia de la ü^rn de la novela, reitera las obsesiones
ha vivido .r, de guerra de manera casi ininterrumpida al que la presiden: las armas y el alba; y siempre, la sensible Presen-
"rirdá
menos desde el aman.ceidel23 de septiembre de1965"'20 cia de la tatvraleza.
fue un po-
Montemayot, nacido en Parral, Chihuahua' 9n 1947'
literatura mexica-
Ugtrf" á" bien establecido lugar en el canon de,la
la cultura clásica' y corn-
,ri .orr,"*poránea. Hombre educado en 21 En febrero de 2005 Catlos Montemayor pubüca en l¿tra¡'I)bre¡ "Urt
indígenas fue poeta' narra-
penetrado .on lat tradiciones culturales poema de Tsin Pau -Un nuevo poeta de la Dinastía Tang-", y et 2007 ,
En los campos abordados'- su
áor, .nr"¡rt, y taductor. todos ia colección: L.ot poemat tle T¡in Pau. En este libto, el presentadot -el escri-
prolífica. Fue asimismo analista políti9o bien infc't- tor italiano Tito Maniacco- adüerte: " los últimos poemas están escritos
;;á"..á es Sin
*rdo u"".c" de la histoda y el presente de la realidad nacional' con el seudónimo de Tsin Pau... Cados Montemayot alias Tsin Pau se
'u,uelve un poeta chino, t¿l vez uno de tantos diseminados en
la viela
Motiz / Planeta' antología de poetas chinos ti¡¡lad¿ l-as trescientas poesías Tang quizá del
16 Carlos MONTEMAYOR, Las armas del alba, Joaquín gan tu-fu o del grandísimo Li Po"' Tal vez no sólo los últimos textos
México,2003. áel poemario sean de Montemayor, sino todos. Véase MoNTEMAYoR'
17 PÉREZ ARCE , Pincipio,200l , P. 147 .
"Poema", 2005; y Cados MoNTrMAYoR, I--or poeil,as de Tsin Pa4 Presen-
18 CASTELLANoI, México anzado, 2007, p' 64' tación de Tito i\.taniaccb, coNACULTA / r'oxc¡ / Gobierno del Estado
le GLocKNER, Menoria, 2007, pp. 169 -168'
de Chihuahua / Instituto Chihu¿huense de la Cultura, México' 2007'
20 Carlos M.NTE¡,'AY6R, ln giritk rucu'wfite,Debate, México' 20O7' p' 24'

t4l
140
En el capftulo inicial un encabezado entre Paréntesis apunta la El alba tiene en muchas culturas la misma significación, la oscu-
circunstancia de la acción: ("23 d,e septiembre de 1965 Madera, ridad termina y viene lal:oz,uina nueva,omada se inicia, tal vez una
siema de Chihuahua",. 9). Y el relato se inicia con un mandato nueva era. La acometida al campamento miütar, rePrimida, desarti-
militar: culada, frustrada, es no obstante el amanecer de la lucha guerdllera'
Tratándose de un escritor tan culto como Catlos Montemayor,
el primet disparo-le ordenó Attuto Gamiz-, haz blanco en el diálogo intertextual puede parecer infinito. Hemos mencionado
-Con
el foco. Setála señal Para que ataquemos. las tesonancias homéricas. Por ota pate, hay en el título novelís-
Ramón Mendc¡za mitó la primera bataca del cuartel. Del mar- de Efraín Huerta "Los hombres del alba",
tico un eco del Poema
co de la puerta penüa un foco encendido.
al que el escritor de Parral ha dedicado algún texto'2s
que naüe salga vivo de aquella trinchera.
-Y
Arturo comprobó la hora: cinco cuarenta de Ia mañana. La oscuti- Además del epígrafe que encabeza e§tos apuntes, son palabras de
dad era muy densa aún.22 Huerta las que le Prestan su tí¡rlo: "caídos de sueño y esPeranzas"'
L¿¡ consta de nueve capítulos, cada uno de ellos
atruia¡ del alba
Las líneas que cierran el texto vuelven a esta escena: fraccionado en segmentos, divididos entre sí por asteriscos'
En el seguimiento de las peripecias de la gesta mil-itante se Per-
El amanecer se aproximaba como un cuerpo [...]. Arturo Gámiz cibe una reverbetación de algunos escritos del Che Guevara, en los
señaió hacia la puerta del cuattel, donde pendía un foco encendido. que día a dla iba asentando las acciones significativas o nimias una
el primer disparo -le ordenó Artuto Gámiz-, haz bianco en iampaña.26 Si bien el revolucionario argentino suele asumir el relato
-Con
el foco. Será la señal Para que ataquemos'23 desde una óptica subietiva' y no excluye sus apreciaciones, en tanto
que el narradot de L¿s arma¡ del alba cuenta desde una distante ter-
La circularidad estructural, la apetfr)r^ y el cierre de la narra-
."." p".totu y se abstiene de opinar sobre los hechos.
ción con Ia misma escena, con casi idénticas palabras, sugiere que
Ño es extraña la simiütud: la teoúa de la guerrilla se basa, en
todo el relato suspendido entre ambas oraciones no ha sido más buena medida en las teorías gueYaristas. Laura Castellanos, que ha
que la crónica de unos instantes' Ese final en el que aún no se
pubücado un documentado recuento de las experiencias armadas
üeva a cabo el primer dispato implica que todo e§tá empezafldo
mexicanas a lo largo de cuatro décadas, llama al capítulo de Ma-
de nuevo y tal vez suceda de manera distinta.
dera "el Che en Chihuahua".27
Entre ambos momentos, la acción parece impregnada del olor De hecho, los textos de Guevara, como el citado en el epígafe,
a pólvora, Los revólveres, los fusiles, las granadas de los guerrille- que atribuyen al foco insurreccional de suyo la posibfidad de gene-
ros constituyen, junto con su convicción y entrega, las armas con
rar las condiciones del cambio tevolucionario, vertebran el volunta-
las que cuentan para perseguir sus sueños. Por cierto, Montemayor
rismo de los guerrilleros mexicanos' Ellos se empeñaron en la toma
ha manifestado su interés por las armas, tema que ha estudiado en
del cuartel a Pesar de las fallas en el desarrollo del plan original'
los textos clásicos como L.a llíada.za Al igorl que ocurre con la L¿¡ arnas del alba emParenta asimi§mo con la narrativa de la
guerilla de Lucio Cabañas en Gserta en el paraíso, ei I-Ár anna¡ del Revolución mexicana. La novela fundadora de esta nartaiva, Los
alba el embate al Madera adqüere una dimensión épica. La homé-
rica Aurora de rosáceos dedos se intuye en el título de la novela.
25 Cados MoNTEMAYoR, "Notas sobre la poesía de Eftaín Huerta-', en
22 MoNTEMAYoR, Atmat, 2003, p. 9. R¿ai¡ta Casa delTienpo,núm. 80, septiembre de 2005.
23lbidem,p,2l2. 26 Vet, pot eiemplo, los "Pasaies de Ia Guerra Revolucionaria de Ernesto

¡osé Angel IsYvA, "Carlos Montemayor: mi búsqueda está en el Guevata", sobre la gesta cubana.
z+
subsuelo" (enuevista), enRevi¡la Cau deITienpo,num.77, iunio de 2005.
27 CASTEII-ANos, Máxieo amado, 2007, p. 63.

t42 t43
de abajo de Mariano Antela, en su primera edición (1915), llevab¿ Como puede observarse en este pasaie, parte de la lucha duran-
el subtltulo de "Cuadros y escenas de la Revolución actual" (que te la toma del cuartel, hay por parte de los guerilletos, aún en los
en alguna edición cambió a "Cuadros y escena§ de la Revolución momentos más violentos una percepción sensible de la naurraleza.
en el norte", Cuadros y escenas, üsiones parciales, limitadas en La sensorialidad despierta por el cielo, el viento, los árboles,
tiempo y espacio, ttozos del gran movimiento, escritos cuando las montañas, lalagona, es uno de los rasgos de empatía entre los
aún éste no podía apteciarse en su totalidad.E¡ L¿s annas del alba, personaies y un autot que en más de una ocasión se definió como
en cambio laleianía temporal asegura la visión más o meflos tota- "telúrico".
lizadora por parte del narrador. El qrato del narrador a los otros grupos, los militares, los polí-
A partir del preseote establecido Por ese 23 de septiembre de ticos, los periodistas, los fotógafos, es más apartada, más desde
1965, los multiples segmentos retroceden al pasado y uflas cuan- fuera; con frecuencia los deia manifestarse a través del diálogo,
tas veces al futuro inmediato. Los cuadros reffospectivos, en sin interiorizarse en sus pensamientos, ni asumir su perspectiva.
temporalidades variadas, ay'udan a comprender las causas del Por eiemplo:
descontento social que llevó a los luchadores sociales a tomar las
armas. Remontándose a veces hasta la revolución de 1910, se [a nombte de los tepresentantes del congreso de estado] El dipu-
tado Mar de Ia Rosa comenzó a explicar:
muestra la continuidad de la explotación y la iniusticia para los
genetal, a nombre de la cuadragésima octava legislatura de
campesinos, Algunos de ellos, y otros hombtes, surgidos de los -Señor
nuestro estado quetemos patentizade las condolencias por la muer-
grupos más cultivados de la población, médicos, maestros florma- te de los miembros dei ejétcito que cayeron en el cuartel Madera.
üstas, estudiantes, van agotando las posibüdades legales hasta sus palabtas, señores diputados -respondió compla-
deciürse por la vía armada. Los segmentos novelísticos introdu- -Agrzdezco
cido el general GaruaZamor* l.'.f
cen una y otra vez el relato de los mismos hechos, según la óptica El general GxzaZamora volvió a hablar.
de los diferentes personaies. ... En esta z¡sna mtlttar lamentamos las muertes de suftieron am-
Algunos segmefltos van al futuro, a las horas y los días des- bos bandos. Es muy necesario odentar a campesinos, obretos' y
pués del asalto, qué pasó con cada uno de los particiPantes que sobre todo a las iuventudes Para que no se susciten casos lamenta-
bles como éste.2e
salieton con vida.
Los puntos de vista se multiplican. Seguimos el pensamiento,
las impresiones, las elucubraciones de los asaltantes al Madera,
La fragmentaaón, el ir y venir sobre los mismos hechos, desde
distintos puntos de vista, da al texto una calidad dinámica. La es-
escuchamos sus voces, hablando con compañeros o con camPe-
tructura de la novela es una especie de poliedro que glra sobre sí
sinos. Veamos un ejemplo de narración desde la perspectiva de
mismo descubriendo muevas facetas cada vez. El coniunto de
un personaje, a pesar de l¿ tercera Persona dominante.
fragmentos ofrece una visión estereoscópica de los hechos, deiando
[Ramón Mendoza] Trató de ubicar los tiros ptovenientes de la es- clara siempre la toma de partido del narador pot los guerilbros.
cuela. Escuchó eI estallido de varias granadas y distinguió a Salo- El inicio de la novela, como se ha dicho está encabezado por
món Gaytán prepamndo otro bombillo de dinamita. Volvió a mirar una fecha, luego, en los capínrlos siguientes se oftecen indicios
la lagana, Se veía quieta, desocupada. El cielo estaba iluminado y del transcurrir temporal entrevetados con la narración, pero no a
enrojecido; el sol comenzaba a despuntar. Una ametralladota dispa- Ífianera de subtítulo. En los caPítulos octavo y noveno la acción
raba desde labataca más grande, la de dormitotios.2s
se intensifica y la escena que ocuPa cada segmento está de nuevo

2e Ibídem, p. 67.
28 MoNTEMAYoR, 2003, p, 12.
:mo¡,
144 t45
fiiada pot una data inicial. Se subraya la distancia temporal, entre
el tiempo de la narración y los acontecimientos referidos.

UNA CARTA DE AMOR A MI GENERACION


La opinión del lector La üda poética en Los detectiaes mluajes de Roberto Bolaño

En coniunto, estas novelas ptoporcionan, además de.intetesante Florence Oliüer


lectura, matetia de reflexión. La¡ arma¡ del alba (2003) se centra en
un acontecimiento emblemáttco y contribuye a ftiar, con excelen-
L¿ carta de anor o la neruoriafiel
te escritura, su mitificación. La acometida al Madera queda en el
marco de la lucha y el sactificio en persecución del sueño de la No desentonaría el título de este encuentro: "Política y Cultuta en
iusticia social. Hay un cierto voluntarismo en la visión del autor México: dos décadas de resistencia (1968-1988)" entre las formas
que ya había presenciado el devenir de la guerrilla. Por su pafte, paródicas de los manuales de historia literaria que maneia la obra de
Gustavo Hirales había ya descrito siete años antes de la pubüca- Roberto Bolaño. Es más, podría ser el subtítr¡lo irónico de la mayor
ción de la obra de Montemayo4 en Memoia ¡le la Cuerra de losjustos parte del relato de l¡s detexiaes salugie¡ cwyo conjunto abarca los 20
(1996), la decadencia y el aleiamiento del sustento popular del años que median entte 1976 y 1996. De entrada y en rigor, ya se
gtupo guerrillero del cual fotmó parte. nactonahzó "Ínexica.na" esta novela del chileno, alrnque, Glizmente
Queda al lector decidir si los episodios guetrilleros de la trama y como toda buena novela mexicana, es latinoamericana y universal.
de ambas novelas se vari a inscribir en el terreno de las batallas ¿Acaso existe otra ficción que, a finales de los rpventa, recree con
por Ia utopía, o en el de la distopía, tan propia del siglo XX. tanta intensidad, mitificándolas, la resistenaa y \a invención de can-
ductas nuevas en el México de los años setenta y ochenta? Contar
con semejante profusión de voces las aventuras de un imaginario
grupo poético marginal, tebelde y exigente, o extemista, según se
vea, es una empresa novelesca que intenta situatse a l¿ altura de lo
vivido por la fuventud de aquellos años y por las apuestas artísticas y
vitales que en ella hicieron los miernbros de un grupo poético rcal.
Como ya lo sabemos, los lectores de la novela, los teal visceralistas
de la ficción sori rxr trasunto de los llamados infrarrealistas de los
setenta, grupo que fuvo entre sus fundadores al ioven Robeno Bo-
laño junto con Mario Santiago, José Vicente Anaya, José Peguero,
Mata y Vera Larrosa, Rubén Medina, Cuauhtémoc y Ramón Men-
dez, Jorge Hemández "Piel Divina", José Rosas Ribeyro y otros
más. Ahora el ex grupo cuenta con dos difuritos, los primeros dos
de la lista anterior -Arturo Belano y Ulises Lima, sus homólogos
ficticios-, lo cual hace ver a los demás como sobreüüentes.1

1 Vet, entre otros, el testimonio de


José Vicente Anaya en: José Vicente
ANAYA y Heriberto YÉpsz, "Los infrartealistas.. . testimonios, manifies-
tos y poemas", en Replicante,vol. ItI, núm. 9, otoñó de 2006, p. 135-1,47.

t46
En 1998, al recibir el ptemio Rómulo Gallegos por Los detecti- ironía con la que la novela mitifica los 20 años que transcurrieron
aet ulaajes, Roberto Bolaño aclaró, tras una falsa üsquisición so- desde la experiencia infrarrealista de su autor da fe de una cons-
bre el debate cervantino acerca de las armas y las leuas en el pui- tancia en la resistencia, cuando no política al estilo de la erada -
jote, quc traviesa y oportunamente él denomina sobre "la milicia y
ivga él a posteriori- opción guerrillera de la extrema izquietda
la poesía": sesentera y setentera, al menos literaria. Pefo, como se fepetía a la
menor oportunidad en aquellos años, "todo es Político", ¿o no?
Y esto me viene a la mente porque en gran medida todo lo que he Maticemqs: si la catta de amor de Bolaño se dirige a un destinata-
escrito es una carta de amor o de despedida a mi propia genera-
rio que zbarca toda la geoeración de los nacidos en el cincuenta,
ción, los que nacimos en la década de los cincuenta y ios que esco-
la novela, en cambio, alcanza un destinatario mucho más amplio,
gimos en urr momento dado el ejercicio de la miücia, en este caso
serí¿ más coffecto decir el de la miütancia, y entregamos lo poco
un púbüco de lectores que incluye a los nacidos antes de los cin-
que teníamos, lo mucho que teníamos, que era muestra iuventud, a cuenta y sobre todo a los nacidos después, para quienes la leyenda
urla causa que creÍmos la más generosa de las cosas del mundo y generacional de los setenta meúcanos se convierte en leyenda
que en cierta forma lo era, pero que en reaLidad no 1o eta. [...] y emblemática de toda juventud tebelde. Sólo que, aI encontrarse
ahora de estos jóvenes ya no queda nada, los que no murieron en con este púbüco que no vivió aquellos anos setenta, la novela
Bolivia, murieron en Argentina o en Perú, y los que sobrevivieron cumple con una, enffe ouas, de las consignas histódcas, y vigen-
se fueron a morir a Chile o a México, y a los que no mataron allí tes aún, del post-68: "El dos de octubre no se olvida".
los mataton después en Nicaragua, en Colombia, en El S¿lvador.
Toda Latinoamérica está sembrada con los huesos de estos jóvenes
olvidados.2 El amaleto: poeía1 re¡i¡tencia

La obra \te¡aia como carta de amor o de despedida por en- Pata enttar en la historia contada en Lo¡ detuniue¡ ulaQes por el
cima de los años transcurridos se sustituye así a un canto elegiaco, parteaguas historico del 68, tan sólo basta con leer, entre los nu-
un tfeflo, un epicedio pafa los olvidados, los caídos en los comba- merosísimos monólogos de la segund^ parte, el de Auxi.lio La-
tes de lo que Bolaño llama una y otta vez "las guerras floridas de couture, poeta, visionaria y plañidera o nueva "Llorona". Urugu.a-
Latinoamérica". Al ser met^f.ói,c^ carta de amor o simple pliego ya y viajeta ertabunda, Auxiüo, qüen se define como la "madte
de una c tta de aÍr,or, Los detecüau saluEes cantan la vida más que de la poesía joven mexicana", recuetda en 1976 los diez días de
la muerte, los combates irrisorios de los vivos más que los huesos septiembre del 68 en que quedó encetrada ea los baños de la
de los muertos, la aventuta, feltz o siniestra, pefo aventura al.fin, Facultad de Letras de la UNAlvt mientras el eiército mexicano
de la generación del autor. De hecho, puede leerse como una ocupaba la Ciudad Universitaria: "Y entonces yo llegué al año
sesgada autobiografía mítica y colectiva, en la que se afirma el 1968. O el año 1968 llegó a mí. Yo lo vi todo y al mismo tiempo
seritimiento de pertenencia del autor a una generación latinoame- yo no vi nada. (...) No. En la universidad no hubo t4uchos muer-
dcana desde el vagabundeo, el exiüo, el erar -tanto el propio tos. Eso fue en Tlatelolco. ¡Ese nombre que quede en nuestra
como aquel de los personajes inspirados en sus amigos y "com- memoria pata siemptel".3
pañeros" de andanzas. El partidó que toman lat detutiau salu@u Hetoico-cómica, irisoria, escatológica, su paradójica hazaña
es el de la fidelidad memodosa a una historia generacional tan se torna emblema de la resistencia universitaia ante Ia tepresión
entrañable e inolvidable que ha de escribirse como mito. La tterna militar: "Yo supe. Supe que tenía que resistir".4 Importa que el

2 Roberto Bot¡,ño, l-n detectiaet salaajet, Anagrama, Barcelona, 1998, pp. 3Ibídem, p. 192.
37-38. a Ibídem, p. 194.

148 t49
episodio narrado por la propia protagonista se funde en una his- el abismo. Y lo hacen cantando en ufla suerte de inmensa sordina.
toria real, de aquellas que, defomadas, circulaton como leyendas Como profeta, como sacerdotisa, concluye Auxilio: 'Y ese canto
del 68, para observar aqul la empresa de mitificación y simboliza- es nuestro amuleto".6 Por supuesto la libertad poética Permite
ción de lo real --o de sus excesos- que elige la novela. Si Roberto aquí amalgamar en ufla imagen onírica y épica el canto poético y
Bolaño, en sus discursos y entrevistas, solía aludir una y ott^ vez el canto revolucionario. Dedicada a "Mario Santiago Papasquiato
al "basural de la historia", zqiú el tal basural se ve combatido (IVféico, D.F., 1953-1998)", la novela es una oftenda fúnebre, un
desde otro, simbólico y teal, al adquirir los baños el sentido de canto de üda y esperanz¿ Pese al abismo de la muerte, al basural
último baluarte y reducto de la resistencia. Guatdiana inmaculada de la historia, al destino de los miütantes y los poetas de una ge-
e¡ 1976 de la memoria de los muertos del 68 -"mi año"así como neración.
"yo soy el fecuerdo", aftma-, Auxiüo Lacouture escande los Sobre ese fondo de duelo -por los muettos del 68 mexicano,
tiempos del hotror y el terror históricos al recordar también el los muertos del septiembte chileno, los muertos ióvenes del con-
golpe de estado de septiembre de 7973 en Chile. Lo hace para tinente en los setenta y los ochenta, los poetas y amigos muertos-
evocar la historia del joven poeta Arturo Belano, que viaió a su pot encima del abismo que zania entre esPeranza y desesperanza,
país natal en ese mismo año para una puntual y siniestta cita con se alza como ptolifetante y compleio amuleto polifónico el relato
la historia nacional. Así su discurso, inestable; lábil, confuso, reco- de Los tletectiues saluqlu, Y de paso, ¿cuánto le deberá la sucesión de
rre certera e inspiradamente el pasado reciente a parúr del ombli- los monólogos de Ia parte central al montaie de voces de l-,a noche
go temporal del episodio que vivió en el 68 y vincula la resistencia de Tlatekho de Elena Poniatowska?
con la escritura. Auxilio tecuerda cómo, encertada en los baños,
escribió en el providencial papel que tenía a la mano antes de Un nueuo orden amom¡o
attojarlo,lógica e ilógicamente, al retete: "Pensé: porque escdbí
resistí. Pensé: porque destruí lo escrito me van a descubdr, me Ni la primera parte de la novela ni la tercera y última, sin embar-
van a peg t, me van a violar, me van a rnatat. Pensé: ambos he- go, se presentan como la parte central donde confluyen los mo-
chos eitán relacionados, escribir y destruir, ocultarse y ser desóu- nólogos e indirectos testimonios de muy diversos petsonaies a lo
biefta".s La escritura poética, entre valor nulo y valor absoluto, en largo de 20 años. Ambas se coresponden con el diario escrito
toda su gratuidad, aparece así como una manifestación de lucha y entre el 2 de noviembre de 1975 y el 15 de febtero de 1976 por el
de honra, como un amuleto contra el miedo y la violencia de la
fovencísimo García Madero cuyos diecisiete anos de edad en ese
tepresión. Y entre esas febriles cavilaciones del personaje, asorna momento fechan su nacimiento en 1958, diez años antes del mo-
la profesión de fe de los ióvenes poetas de la novela y, sin duda, la vimiento estudiantil. El relato en primera Persona de su doble
del autor. Por el hoyo del excusado desaparece la poesía escrita o iniciación, literaria y sexual, narra su entusiasta descubrimiento de
más bien recordada; por el hoyo parcceúa irse la resistencia. las posibilidades y expedmentaciones vitales de su generación, la
Reivindicado y confirmado, sin embargo, brilla el sentido del del post sesenta y ocho. La ingenüdad del joven permite la naua'
amuleto en el título de esa otra novela de Bolaño,Amaletl (7999), ción obücuamente satírica, hilarante Por momentos, de la gesta
que amplia el padamento de Auxiüo, cuya visión ftnal, Lítica y juvenil de la clase media -y media baia- de la época. Su aptitud
terriblemente hermosa, vislumbra, en un pátamo o alto valle que por la aventuta, su buen talante ilustan el etbo¡ isceralrealista que
acaba en un abismo, wa cntzada de niños o ióvenes latinoameri- pronto asimila. La fotma del diario, que condigna su veloz apren-
canos que se dirigen como mancha de sombra directamente hacia üzaie, da cuenta de la poca distancia que media entre la teoríay lz

s Ibídem, p. 198. 6 Roberto Bot\ño,Anuleto, Anagrama, Batcelona, 1999,p' 154.

150 151
práctica, Pues eotre dudas adolescentes y compleios de ürgen haberse ptoducido ya, pata dar paso a otras formas de "resisten-
García Madero parece actuar sin calculo y elegir puntual e infali- cia" y acción en el matco de un proyecto de liberación sexual que
blemente, lo nuevo y, por consiguiente, lo riesgoso e incluso lo cuestiona el reparto machista de los roles masculinos y femeninos
peligroso. Tras conocer en un taller üterario a los üscerreaüstas, y derriba el modelo único de la heterosexuahdad. La clave patódi-
apunta en su diado las experiencias litetarias y políticas anteriores ca, sensible en los nombres ficticios de los nuevos grupúsculos
de sus nuevos amigos, aPenas mayores que é1. El 20 de noviem- citados, apenas alter;a- el catácter seudo documental del rrJ;ato il
bre de 1976, escribe 1o siguiente: subrayar una -ficticia- hibridación de los movimientos feministas
u homosexuales con el sadomasoquismo o el marxismo-
Miütancias políticas: Moctezuma Rodríguez es trotskista, Jacinto leninismo. El intento pof crear una nueva moral y eietcet nuevas
Requena y Aturo Belano fueron trotsListas'
costumbres que caracteriza los movimientos de la conüacultura
María Font, Angélica Font y r¡s1¿ Jáuregui (a ex compañeta dc
setentera se ve ironizado aqul pot lo que aparece como una su-
Belano) pertenecieron a un movimiento feminista radical llam¿do
Mexicanas al Gdto de Guerra. Alli se supone que conocieron a Si- pervivencia de las ideologías y los hábitos miütantes ariteriores.
mone Darieux, amiga de Belano y propagandista de cierto tipo de La formació¡ acelerada de García Madero tequiere antes que
sadomasquismo. tadala pérdida de la ürginidad, motivo dupücado en el telato por
Ernesto San Epifanio fundó el pdmer Partido Comunista Homo- las cómicas dudas que mantiene el ioven haaa la virginidad de
sexual de México y la primera Comun¿ Proletaria Homosexual Angélica Font, hermana de María, su iniciadora. Estas aventuras
Mexicana. sexuales y sentimentales se desarrollan en un reducido aunque
Ulises Lim¿ y Larta Damiá¡ planeaban fundar un grupo anarquis- contagioso universo donde todos van reinventando el amors: los
ta: queda ei botrador de un manifiesto fundacional' Antes, a los teal visceralistas cambian velozmente de parefa; alguno, bisexual y
quince años, Ulises Lima intentó ingresar en lo que quedaba del
marginal, seduce a un ioven "exquisito" y seguidor de Paz y luego
grupo guerrillero de Lucio Cabañas.
El padre de Qüm Font, también llamado Quim Font, nació en
a su hermana; Ernesto San Epifanio, fundador de la "Primera
Barcelona y murió en labatalla del Ebro.
Comuna .Proletaria Homosexual", attrta escenifi caciones Porno-
El padre de R¿fael Barrios militó en el sindicato fertocardleto me- gráftcas con el rubio hijo del embajador de Honduras y con su
xicano. Murió de cirrosis. hermana; el mismo Ernesto San Epifanio sostiene un brillante,
El padte y la madre de Piel Divina nacieton en Oaxaca y, según di- iconoclasta y gozoso discurso sobre la metafóica homosexualidad
ce el mismo Piel Divina, mutieton de hambre'7 de toda la tradición poética mexicana, latinoamericana y hasta
española del siglo de oro, clasificando a los poetas entre locas,
Esa página del diario logra resumir el estado de las opciones
ninfos, filenos, mariposas, bujarrones, mariquitas, maricas y mari-
políticas en el grupo poético realvisceralista: su§ militancias en el
cones. Al hacede aqtr l-,or detuüuu salaajet wn guiño cómplice al
trosd<ismo o sus tentaciofles anarquistas y guerrilleras en la ado-
Reinaldo Arenas del Cokr del aerdfio, se rcafttmala crldca al auténti-
lescencia, que fenecieton entre veleidades y posibles decepciones
co fracaso tevolucionario del gobierno cubano, a cuyos puritanis-
o efectos de la represión. También se condensa en ella una breve
mo, autoritarismo represof y política cultural se alude en varios
historia de la izquierda o la extrema izquierda mexicana, desde la
episodios de la novela. Y si la revolución sexual de los setenta se
genealogía de los fóvenes: un padre en el movimiento ferocarrile-
ve asociada al sadomasoquismo o a Ia pornografia es Para exten-
ro del 59, un abuelo catalá¡ de la república española, unos padres
oaxaqueños muertos de hambre. En el año 76, el inicio de un
desencanto de la militancia política en un sentido estricto Parece 8 Reinaentar el amor es el títr¡lo de la primeta colección de poemas de
Roberto Bolaño, publicada en la editorial Martín Pescadot en México,
7 Botaño, Detectiaet, 1998, pp, 77 -7 8. en 7976.

t52 t53
detle un salvoconducto al divino marqués embastillado y ala for- Los real üsceralistas, ya se sabe y mucho se ha comentado en
ma misma de los relatos übertinos del siglo XVIII francés con los la crittca pubücada sobre I-¿¡ detectiae¡ sala@es, se inspiran en las
que no poca deuda paródica tiene el diario de García Madero' Se vanguardias históricas, eufopeás y amedcanas, de los años veinte
tr.ata de rendide un risueño y desafiante homenaie a la auténtica y teinta: dadaístas, surreaüstas y estridentistas mexicanos. Su
actitud revolucionada del Marqués de Sade. Entre episodios cómi- modelo vanguardista más radical es, sin embargo, el viscetal rea-
cos y escenas de una desempolvada literatura etótica, se escenifica üsmo de los veinte, ficticia rama del estridentismo fundada pot la
así un "nuevo desorden amoroso" cuya intensiva práctica logta no menos ficticia poeta Cesárea Tinafero cuya búsqueda en los
resquebrajar las barreras entre clanes üterarios y círculos clasistas setenta por los desiertos de Sonora equivale para los jóvenes de
en los medios artísticos juveniles. Y ente los motivos de la novela los setenta a ¡n "Lanzatse por los caminos" al estilo surrealista.
de aventuras y la parodia d? la novela naturalista edificante, se Natrada por García Madero en la tercera parte de la novela, esta
introducen discursos y gestos feministas, con la historia del rescate aventura a modo de tbiller, de road mouie, de pesquisa üteraria, al
de la ioven ptostituta Lupe, protegida y amiga de María Font; con cabo vale por su gatuidad. Como fábula, afa los motivos del
los comentarios sobre las lóvenes poetas a quienes serÍa "gacho" riesgo, el peligro, el deseo de restituir un lugar en la historia ütera-
decides poetisas; con las varias figuras de las madres de la poesía na a wa desaparecida virtualidad vanguardista pero sobre todo
Tinaieto, Precur- rraffa -y no discurre sobre- la eqüvalencia entre arte y vida, poe-
ioven mexicana, erttte las cuales destaca Cesárea
sora feminista de los años veinte, valiente de los §eteflta, profetisa sía y viaie, poesía y revolución.
de los cdmenes de Ciudad J uátez al señalat su cuchillo como arma Así, en el 76, los neovanguardistas de la ficción eligen no si-
indispensable para los tiempos por venir. Los de 2666. tuarse en Ia derrota del'post-68 sino en una esperaflzada postura
de avance: en el nuevo empezat de quienes toman la delantera,
reanudando con la "ffadición de Ia ruptura" teoizada por Octa-
La acción poética vto Paz quien, precisamente, a la saz6n repfesenta para ellos el
despreciable e¡tablishrzent üterario que combaten con actos teafta-
Además, el grupo de los üscerrealistas se dedica antes que nada a la üzados de itrisoria guetrilla cultural. En una suerte de balbuceo de
"acción poética", en una suerte de ecuación que asimila la poesía - la historia üteraria, invieften los signos de la cronología al situar el
el arte de vivida tanto como el de escribida- a la más encamizada origen de su movimiento en los veinte mexicanos. Desde esta
tesistencia, resucitando así cierto ideal de las vanguatdias. Entre las perspectiva, su gesta o su lanzarse bretoniamaménte a los cam!
modalidades de su activismo poético, se encuentra la edición de nos del lorte, como selanzaban a los del sttr -and down the boruler-
revistas de vida efímera y nombres provocadores, como Ite Harvg Ios poetas de la beat generation caya herencia también reivindican,
O¡wald, financiada, se entera el atónito García Madero durante una se entiende como un explorar el no lugar de la poesía, virgen y ya
conversación, con la venta de marihuana. La zona utóPica o franca transitado, que a su vez se corresponde con una suerte de ucronía
de la poesía queda así ligada simbóücamente al asesinato y realmen- en la historia üteraria. Leyéndose como fábula lúdica y z la vez
te a lás negocios ilícitos. En este caso, corno enla gaettz,la guerri- como crónica generacional, la novela posnrla y fonnula con ello
lla o en cierto pragmatismo político, el fin iustifica los medios: un una convicción del autor sobre la ¡atrtil,eza del arte que sin cesar,
miembro del grupo se lo confirma así al novato: "Ah, poeta García y siempre derrotado de antemano, combate el horor, un horot
Madero, un tipo como Ulises Lima es capaz de hacer cualquier ciertamente transhistórico pero cuyas ultimas manifestaciones en
cosa por la poesh -dijo Barrios soñadoramente".e los sesenta y los setenta latinoamericanos eran \a matanza de Tla-
telolco en México, el golpe militar en Chile, y en el 76, el golpe
miütar en Argentina.
e BoIAño, Detecti»et,1998, p. 31.

ts4 155
Antes y después de su lanzarse a los caminos, los real visceta- grupo real visceralista apela a la hetencia del surrealismo, del es-
üstas se lanzan a las calles del o.r. asumiendo una posición mar- tridentismo y a los intercambios con los contempotáneos poetas
ginal entre los distjntos medios literarios instituidos' Esta volunta- "eléctricos" franceses, también pareciera avenirse a las posturas y
tia marginalidad se traduce muy concretamente pof su constante tácticas políticas de la extrema izquierda de la que proceden, so-
desplazatse pot la ciudad y por contactos aPenas tangenciales con bre todo del trotskismo. Como lo resume e interpreta el aprendiz
algunos clrculos artlsticos e intelectuales. Pedpatéticos, los ióve- García Madero, clasemediero poco avezado a los distingos ideo-
nes poetas practican el calleieo noctutno e,l gluPo, las reuniones lógicos: "Coincidimos plenamente en que hay que cambiar la
en cuaftos de azotea, cantinas y cafés, las fiestas en casa de alguna poesla mexicana. Nuesua situación (según me pareció entender)
que otra amiga separada de su parcia o de padres tolerantes. En es insostenible, entre el imperio de Octavio Paz y el imperio de
este continuo ajetreo al parecet ettáttco, surgen la convetsación Pablo Neruda. Es decir entre la espada y la Pared".rl Frente a la
literaia,la crítica mordaz y jocosa de la tradición poética, la lectu- it¡ahzada confetencia de Octavio Paz a la que asisten algunos
ra de poemas, las recomendaciones bibliogtáficas, la constirución miembros del grupo en la Capilla Alfonsina o biblioteca de Al-
de bibliotecas portátiles y colectivas a parat de libros robados en fonso Reyes, emblemático lugar de la tadición üteraria mexicana,
Iz "Libreria Francesa" o negociados en l¿s libretías de vieio del las conferencias que dan Belano y Lima en la Casa del Lago se
centro de la ciudad: esridentismo y ióvenes eléctricos franceses. caracterizat por el desenfado y la improvisación, o por la total
La metáforu de la vida poética a la intemperie, a la que recume ausencia de público y vierten sobre temas de la cultura "pop"t
una y offa vez Bolaño en sus ensayo§,lo se escenifica así en la Belano se olüda de sus apuntes sobre la poesía chilena y discurre
{icción en ese discurrit en el que la palabta y el deambular casi se sobre películas de terror.
convierten en sinónimos, como si fuesen las dos catas de una Participando de la habilísima empresa de mitificación y desmi-
misma disposición para la aventura. Sin embargo, y cómicamente, tificación conluntas de la historia infrarrealista en la ficción, la
la crónica de García Madero registta sus sospechas de que las versión que propooe Gatcía Madero de las aventutas e ideales
vueltas que dan Belano y I)ma por distintos batrios del D.F. no estéticos 1' ético-políticos del moümiento real visceral-ista se ve
sean tan azarosas y se deban a la venta a domicilio de marihuana, completada, esclarecida y cuestionada en la segunda parte del
aunque, por otro lado, se comenta que andan en busca de datos relato. En los capínrlos 13,14y 15, con una coda en el 17, selleva
sobre el realismo visceral de los años veinte. Así, la investigación a cabo una suerte de balance e interptetación del valot político de
hteraÁa pot las librerías de vieio y la venta de drogas como modo la acción y las posturas real visceraüstas desdé los comentarios
de supervivencia y financiamiento se coniugan en una sola postu- contradictorios, y por 1o mismo cómico-satíricos por partida do-
ra moral que confitma que la acción poética del grupo se concibe ble y con orientación variable, de unos cuantos naradores. Sus
al modo de una guerdlla conttacultural urbana. Esta se manifiesta discursos se suceden entre marzo de 1981 y septiembre de 1985,
tarnbién en la suerte de agitación y propaganda que practican los periodo en cuyo inicio Uüses Lima desaparece en la flamante
real visceraüstas al interumpir actos literarios y despreciar por Nicaragua sandinista durante el viaje oficial de una comitiva de
igual a los poetas y artistas vinculados con Ia izquierda dogmática escritores mexicanos invitados á un acto de solidaridad con sus
y a los seguidores de Octavio Paz. Así los conoció el narador homólogos nicaragüenses. En torno a este episodio natrado por
cuando llegaron a peturbar el taller literario que frecuentaba en la uno de los funcionarios del lNrA y responsable de la -paru él
uNAM, impatido por Julio Alamo, uno de los llamados "poetas c^t^sttófic a la posre- invitación a ultima hora de su cuate Uli-
campesinos" y editores de la tevista El delfin ?ruletaril. Si bien el ses, se sitúan los comentarios encontrados de varios miembros

rr BoLAño, Detectiues,1998, p. 30.


10 Roberto BoLAño, Entre paréntetit, Anagrama, Barcelonz,2004.

156 r57
del ya disperso gruPo teal visceralista y de sus detractores de los ra-, es el sabio Pancracio Montesol, trasunto de Augusto Monte-
*.diot intelectüales y artísticos mexicanos, sean de la izquierda roso. La sátita de la üteratura oficial en los estados autoritarios
oficial y cercanos a lo§ "poetas campesinos" o formen parte de nacidos de revoluciones se completa con el monólogo -fiel al
los "exquisitos" seguidores y admiradores de Paz' El virn¡osa- esquema cómico del budador budado, aquí budadora butlada- de
mente indignado pintor Pérez Camatga, cliente al igual que sus la novia gtinga del teal viscetaüsta Rafael Barrios. Bárbara Patter-
amigos deÍos deahrs Lima y Belano, condena inapelablemente Ia son naffa cómo ambos visitan a un cansado y desengañado poeta
coriáucta de sus proveedores desde Ia buena conciencia de su cubano, durante su viaje oficial en México. A iostancias de ella
posición de izquieida, no Por ello menos resPetuosa de los valo- misma, ambiciosa y cegada por su ortodoxa concepción marxista
ies establecidoi en el mundo del arte' Los iuzga desprovistos de de los vínculos entre literatura y política, su compañero oculta su
talento, incultos crasos, apoüticos, impotentes -los despacha pertenencia al gupo poético marypnal Sólo que, aburrido, el
tildándolos de "vergas rnuertas"-, y los teduce a su papel de ven- cubano pregunta, interesadísimo, por el real visceralismo que le
dedores de droga. Su monólogo dramático delata su machismo, parece lo único ptometedot en el poco revolucionario panorama
ese sí, craso, su dogmatismo necio y su doble motal gracias a una de la poesía mexicana. Así, la sátira logta rescatar la apuesta real
estrategia discursiva típicamente bolañesca, que, a fuerza de con- visceralista, pese a su caráctet irrisorio, de las maledicencias y del
tradicciones y rasgos caricaturescos, desenmascara la mala fe del rcchazo unánime que despierta a diestra y siniesra. Dos discursos
locutor. En una tónica afin, un colaborador del suplemento cultu- intentan esclarecer la nebulosa postura ética-política de los extre-
rul de El Nacional, de nombte José Colina y de apodo "Zoptlote", mistas, ambos debidos a miembtos del grupo: Rafael Barrios y
trasunto del poeta y crítico José Luis Colín, narra como único Jacinto Requena. En 1981, Rafael Barrios, desde su casa califor-
lance político de los real visceraüstas el fortuito y -según él- fas- niana, recuerda Eay Nder para explicar la forma de vivit, y por
cinadó encuentro de Belano, Lkna y Feüpe Müller con Ia bisnieta ende, de actuar de Belano y Lima en el 76, su incesante caminar
de Trosky, la también poeta Verónica Volkow, en los pasillos del por la ciudad de México, como imitando a Dennis Hoopet:
periódico. La propia Verónica Volkow, más generosa Pese a sus
Y yo a veces los miraba y pese al cariño que sentía por ellos pensa-
preiuicios de 'hiña bien", a su vez recuerda el breve episodio y'le
ba ¿qué clase de teatro es éste. ¿qué clase de fraude o de suicidio
ágrega otro a modo de coda en el padamento y fragmento que
colectivo es éste? Y una noche, poco antes del año nuevo de 1976,
sigue: "La verdad es que parecían mendigos, desentonaban hotri- poco antes de que se márcharan a Sonora, comprendí que era su
blemente allí, en la entrada del cine, entre geflte bien vestida, bien mlneta de h¿cet polÍtica. lJna manera que yo ya no compafto y que
aÍeitada, que al subir las escalinatas se apartaban como con miedo entonces no entendÍ4 que no sé si era buena o mala, cofrecta o
de que uno de ellos fueta a alargar la mano y a deshzaila Por enre equivocada, pero que era su manera de hacer política, de incidir po-
sus piefnas".12 líticamente en la realidad, disculpen si mis palabras no son clatas,
Hilarante y de gran intensidad satírica, de nuevo a exPensas ultimamente ando un poco confundido.l3
del propio narrador, el telato del viaie oficial de los escritotes a
Nicaragua, no deia títere con cabeza, ni por el lado de los invita- Como de costumbre en la obra de Bolaño, cuando algún per-
dos entre quienes abundan los "poetas camPesino§", ni por el sonaie enuncia un discurso con posible valor de verdad, elude las
lado de la poücía de seguridad nicaragüense, ya dueña de todos las explicaciones teóricas o éticas, sorteándolas en provecho de refle-
manías y defectos de su modelo.cubano. El único escritor que se xiones guiadas por la intuición o la revelación y disculpándose
salva -y no podÍa ser menos tratánáose de un mae§tro de la sáti- por su falta de claridad. Así el discutso en tofflo a temas mano-

12lbidem, p.327, t¡ Ibídem, pp,32l-322.

158 r59
seados y agotados por los ideólogos de las más distintas-calañas se sentido sino a deiado fluir como inasible imagen poética y política
sale de todo lenguaje dogmático y sobre todo, no se fila. Otro de lo real en una narración.
eiemplo de ese pase de torero y eiercicio retórico puede verse en Así, fiel y memodosa, cumple la escritura de la novela con el
2666 cuando el chileno Amalfitano habla del sentido del exüo. progtama poético infrarrealista -o con el viscerrealista de los
Pero el anáüsis político nunca Parece tan certero como cuando se personajes-: metamorfoseando el lenguaie poftico en lenguaje
trasluce en un discurso metafódco, alegódco y poético: así han de poético y coloquial, liberándolo de su propio peso muerto, car-
leerse las palabras que el reaparecido Ulises Lima le confra a )a- gándolo de futuro aún cuando los habitantes de las islas del futu-
cinto Requena al tegresar de sus dos años de vagabundeo por ro demostraron que eran caníbales. Pero por supuesto, es inter-
Centroamérica: nacionalista y literario el formidable homénaje irónico que rinden
Los detectiue¡ mluEet a las poéticas revolucionarias y ala genetación
Me dijo que recorrió un rio que une a México con Centroamérica. del autor, la de la resistencia mexicana, entre oüas. "Franceses, un
Que yo sepa, ese do no existe. Me dijo, sin embargo, que había re- esfuerzo m^s pata ser repubücanos", escribió Sade. "Mexicanos,
corrido ese río y que ahora poüa decir que conocía todos sus latinoamericanos y todos los demás, lectotes, la bandera de la
meandtos y afluentes. Un do de árboles o un río de atena o un río
poesía -que puede hacerse novela- no se arreará", enuncia la
de árboles que a trechos se convertia en un río de arena. Un fluio
novela. Si eso no es resistencia...
constaflte de gente sin trabajo, de pobres y muertos de hambre, de
droga y de dolor. Un río de nubes en el que había navegado duran-
te doce meses y en cuyo curso enconffó innumerables islas y po-
blaciones, aunque no todas las islas estaban pobladas, y en donde a
veces creyó que se quedaría a vivit siempre o se moriría'
De todas l¿s islas visitadas dos eran portentosas. La isla del pasado,
diio, en donde sólo existÍa el tiempo pasado y en la cual sus h¿bi-
tantes se aburían y enn rtzonablemente feüces, pero en donde lo
ilusorio era tal que la isla se iba hunüendo cada día un poco más
en el río. Y la isla del futuro, en dónde el único tiempo que existÍa
era el futuro, y cuyos h¿bitantes etan soñadores y agresivos, tan
agresivos, dijo Ulises, que probablemente acabaúan comiéndose
los unos a los otros.l4

A la posible evocación del épico Estrecbo dudoso de Ernesto


Cardenal se une aquí el inicio de una fábula sobte el desastre polí-
tico centroamericano y sobre la ausencia de un presente histórico
viable enue las utopías destructivas del pasado y el futuro' De "la
historia viva", del "sueño ininterrumpido", tópicos con los que
recuerda su estancia nicaragüense el organizador del üaie de los
mexicanos, sólo queda la imagen móvil, espeieante del río meta-
fórico, inestable como las,alternativas de sus metamoffosis , el "o"
"o", tafl propio de la escritura de Bolaño, tan resuelta a no fiiat el

t¿ lbídem, pp.366-361.

160 t6l
RESISTENCIA DESQUICIADA EN
ELEJÉRCTTO ILUMINADO DE DAVID TOSCANA

Ki¡tine Vanden Betgbe

David Toscana (Ilonterre¡ 1967) baudzó su propia obra con el


nombre de 'realismo desquiciado'. Concebido ante todo como
desünde frente al realismo mágico, el membrete remite tanto a la
locura de sus personaies como ala fantasía a veces delirante de su
autor. Peto muchos personajes de Toscana unen a la locura la
resistencia conüa diversos modos de manifestación del poder
hegemónico. El |ército iluminado, novela publicada en 2006, relata
las aventuras de un grupo de personaies que combaten Ia resigna-
ción imperante en México. Aunque la tt tna principal se fecha en
1968, la novela también incluye indicaciones sobre cómo evolu-
cionó la resistencia en las décadas siguientes. La presencia de un
narrador detectivesco que aParece espotádicamente Para intero-
gar en 2005 a los testigos de los acontecimientos, hace posible
este coteio cronológico.
La trama principal de El /ército iluninado es un intento de resis-
tencia cuyo protagonista, el general Ignacio Matus, está obsesio-
nado con dos pétdidas que considera ilegítimas. Primero quiere
que el coredor de maratón estadounidense, Clarence DeMar, le
envíe la medalla de bronce que éste ganó en los Juegos Olímpicos
de París e¡ 7924. Matus está convencido de que la merece él y no
el gringo porque él acabó en la tercera posición en ese matatón. Si
1o corrió en Monterrey en el mismo momento en que se corió
oficialmente en París, fue porque el gobierno mexicano no le
quiso pagat el boleto de avión. Una segunda idea obsesiona al
Matus de 1968. EI general ahora es un vieio profesor de historia
que enseña en un instituto. Como mexicano se siente extrema-
damente frusttado por la pérdida de Texas a mediados del siglo
xIX. Aunque las dos frustraciones se siruen en dos planos distin-
tos, nacional y personal, ambas se deben a Ia apropiación indebi-
da de algo mexicano por un estadounidense y, de esta manera, féricas, destinadas al fracaso. A su manera, los guiños que la no-
refuetzan el sentimiento nacionalista de Matus.l Después de en- vela hace al Quifote refuetzan este diagnóstico. Matus, que quiere
señar dutante muchos años la versión mexicana-nacionalista de la restablecer una edad de oro para México y cuyas piernas son
pérdida de Texas con la ay'uda de un "mapa antiguo",2 en 1968 es "delgadas, lentas y resecas",3 hace pensar en Don Quiiote. En el
despedido de su ttabajo porque uno de sus alumnos se queió de nombre del niño Comodoto, generalmente acompañado del epí-
sus excesos nacionalist¿s ante el director. teto 'gordo', muy allegado al viejo general en cuya casa vive, te-
Es entonces cuando, más movido por amor patrio que Por suena el de Sancho Panza, por la común sugerencia onomástica
rencor, decide resistit contra la mentalidad conformista dominan- de su gordura, evocada en Comodoro por la tepetición de la o y
te, redimir la dignidad de México y la suya petsonal al pasar a la por la alusión al verbo comer. Román y Santiago, a su vez, hacen
acción para recupetar El Alamo con sus propias fuerzas. Con pensar en el cura y en el barbero, que, aunque cercanos al prota-
miras a formar un ejército, intenta infructuosamente movilizat a gonista, no lo acompañan en su aventura. La lentitud de la mula,a
sus dos amigos Román y Santiago y hace un llamamiento al que las referencias a la caballería,s el hecho de que a Matus, Ios solda-
finalmente sólo contestan cinco niños mentalmente tetrasados dos lo regresen eniaulado,6 son sendos elementos en los que pue-
que escapan de su instituto y vizian con él en dirección al norte, den escucharse ecos del Quilote.
instalados efl una vieia catteta, Atraviesan un arroyo que identifi- El que la resistencia, bajo la forma de la iniciativa béüca de lvh-
cafl con el Río Bravo y cuando divisan una antigua casona aban- tus, sea presentada como un juego, es decir una actividad en prin-
donada piensan habet llegado z la fo«aleza de El Aamo. Lz'to- cipio estéril,7 es otra muestra del carácter excénüico de la emptesa.
man' y comienzan a disparar sobte un pat de ttabajadores mexi- El juego, en efecto, no produce nada, su único objetivo estriba en
canos que descansan cerca de a[í. Éstos piensan que les atac rtt:r el mismo juego, no mira nada que sea externo a é1. Peto al presen-
guerrilla y piden aytda al eiército mexicano que hiere a uno de los tat la resistencia de Matus como r¡na empresa lúdica, Toscana si-
muchachos, muerto luego en una operación hecha por un médico multáneamente resalta su índole humana, cultural y civiltzadota.
incapaz,y capfita a los offos que vuelven ffistes a su vida nofmal, Por lo menos, a esta lectura se llega cuando se acepta la teoúa qre,
Hasta aquí, muy resumida,la trama de la novela. sobre el iuego, desarrollaran Johan Hlrzlrrga en Hono Ludens (7938)
Al situar la historia entte Monterrcy y la frontera Norte, Tos- y Roger Caillois en l-et jeax et le¡ l¡ommes (1958). En el primer ensa-
cana sugiere que la iniciativa de Matus es excéntrica. Dobla esta yo, Huizinga argumenta que ciertos tipos de guerra teúnen los
excentricidad geográFrca con otta al delegat la resistencia en un rasgos esenciales de lo lúdico. Son las guerras primitivas que, con-
üefo loco y varios niños discapacitados: si en una época se ofrecía ttatiamente a las modemas, tienen w carácter marcadamente hu-
la vida por lapatia, en 1968 esto es cosa de trastomados. Puede mano. Es útil comentar brevemente esa teoría de Huizinga antes de
leerse que, en esa fecha, Ios actos de resistencia a la mentalidad y snaliza¡, después, cómo la resistencia se pres€nta enEl /ército ilurti-
al poder hegemónicos ya se hablan convertido en aventuras peri- nado y, ftnalrrrente, cómo contrasta con la resignación al poder, un
poder que, de ser hegemónico en 1968, pasa a set presentado co-
mo omnipresente en las décadas que siguen a esta fecha.
I Que el ptopio Matus lo vea asf, Ic¡ indica lo que dice al final del relato
en un monólogo intcrior dirigido a uno de sus soldados, muerto: "Ten-
3 lbídem,
go mi uniforme de cotredor, mis tcnis, Comodoro, pero quizás opte por p. 223.
a Ibídem,p. 103.
un traie militar porquc las olimpiadas son otra guerra donde también se
5 Ibídem,pp. 119, 154.
apuesta la vida y se juega el otgullo dc las naciones", David ToscANA,
E I gjénito i h ni n ado, T usqucts, Barcclona, 2007 p00 6), p. 220.
6IbÍdem, p. 192.
2Ibídem, p. 17. 7 Roger Carr,lorS, Its jeux et lu homne4 Gaümard,Patis, 1967 [1958], p. 9.

t64 165
Hilplnga A favor de esta tesis, Huizingz alega un argumento léxico'
Presenta una Sran cantidad de efemplos para ilu§trar que: "Desde
EI sentido común que domina en relación con el juego es que no es que existen palabras pata designar la lucha y pata' designar el
serio, que las cosas se degradan cuando toman una forma lúdica. A juego, fácilmente se ha denominado iuego a la lucha"'l1 Destaca
esto Huizinga opone su tesis principal de que la propia civilización que-, otiginalmente, las guerfas resPeaban los ,rasgos esenciales
ofrece un c táctet de luego y brota del iuego. Roger Cailloisr eue se áel fuego: la guerra primitiva tiene un caríctet festivo y es inves-
propone completar la teoúa del historiador holandés, abunda en el tida con todo el ornamento material de la ttibu; funciona por lo
mismo sentido: las disposiciones psicológicas que.el juego traduce tanto según categorías estéticas. Asimismo, este tipo de contien-
pueden constituir importantes factores de civüzácións y el fuego da se apatta de la vida corriente por el espacio y el tiempo: se
tiene ürn¡d civilizadora.e Según opinan ambos iovestigadores, todas abre mediante una declaración de guema y se cierra con un
las manifestaciones de la cultuta humaoa estarían calcadas sobre el acuerdo de paz; el espacio en el que se desarrolla es un terreflo
fuego. En la medida en que el juego entonces es fundamental en el apartado que puede ser el claro patael duelo, el camPo de bata-
quehacer humano no se limita a la 'rnfancia, aunque Huizinga lla. . . Finalme rte, a la gter:ir- la tegulan una serie de reglas limita-
adüerte también que "Para jugar de verdad, el hombre, mientras doras que se deben acatar aunque no necesariamente Poflen
' juega, tiene que convertirse en niño".10 límites a la violencia.
Paraapoyat su tesis, Huizinga sacaala luz una serie de rasgos Huizinga, al que conocemos sobre todo como medievalista,
esüucturales que le parecen básicos en el iuego. Primero, supone no trata sólo de épocas leianas' Sin embargo, al pasar revista a
contento, libertad y despreocupación. Al mismo tiempo adviette épocas más tecientes, debe admitir que a partir del siglo XIX la
que esta disposición no anula la seriedad ni Ia implicación total. índole lúdica de la cultura y de la guerra se ha reducido o que, Por
Otro rasgo de lo lúdico es que suele tener cierto carácter de lo menos, es más dificil reconocerla: "Los ideales del trabaio, de
tepresentación, lo cual se relaciona con el hecho de que está la educación y de la democracia, aPenas si deiaron l:ogat pata el
profundamente arraigado en lo estético. Luego, en calidad de principio eterno del |uego".tz También la gaeta se ha hecho
intermezzo de la vida corriente escapa de ésta, tanto en el tiempo
-.rrot lúdi., y, en ciertas formas de guerta, el aspecto del iuego
como por el espacio donde se iuega, que puede ser el estadio, la se ha perdido comPletamente:
escena de teatro, la mesa de fuego. Finalmente, al juego Io tigen
determinadas reglas de iuego que se deben respetar. Huizinga Hasta hace poco la guerra podía set considerada en el aspecto de
dedica el resto de su estudio a demosftar que esos rasgos del una función cultural, puesto que un¿ comunidad teconocía a otta
como humana y con derechos ptetensiones 2 ser tratzda
y
iuego estructufan una serie de manifestaciones esenciales en humanamente, y se sepataba claramente y de manera exPtesa -
cualquier cultuta: las artes, la filosofia, la poesía, Ias" instituciones
mediante una declatación- la goerta de la paz, pot un lado, y de la
jurídicas, No siempre fácil de entender desde una perspectiva
violencia criminal, Por otro. La teotía de la guerra total ha
modetna, es que establece una relación entre juego y gaeua al renunciado al último resto de 1o lúdico en la guerra y, con ello, a la
argumentaf que la guema primitiva o atcuca tiene todos los ras- cultuta, al derecho y a la humanidad en general'l3
gos constitutivos del fuego. De esta trraneta surge una asociación
por contigüidad entre juego, civilización y guerra.

8Ibídem, p. 16. 1t Ibídem, p. 117.


e Ibídem, p.76. t2lbídem,p.246.
to T osctN t, Ej írcito, 2007, p. 252. 1r Ibídem, p. 118.

t66 t67
representación aún tienen en común con el iuego tal y como
Io
ÍJna re¡istercia al modo de mjuego intermezzo festivo en la vida
define Huizinga el que constituye un
de estos niñoi ya que interrumpe la rutina del instituto' A pesar
Los rasgos que toma el proyecto de tecupetar El Áhmo en E/
de su retraso mental, son muy conscientes de que sus maestra§
giáran iñninido reúnen toáos los ingredientes que Huizinga atribu-
los humillan y los ttatan como imbéciles' De ahí que su gueffa'
y" a l^ goen^ civilizadora, lúdica, con lo cual en la novela se aca-
aunque fugada con la mayor seriedad y con total absorción, tenga
trn uro-.irrdo de manem estrecha resistencia, iuego y ciüüzación'
un carácter básicamente alegre. La siguiente descripción del gordo
El que los soldados sean niños es uno de los indicios más
Comodoro ilustta esto:
fuertes iel caráctet lúdico del eiército de Matus' La preocupación
constaote de los niños Potque su gdeffa sea bella apoya esto' Comodoro despierta boca ariba enla careta y se dice que Ia vida
pues, según hemos señalado' una de las peculiaridades del iuego de un soldado es bella. Tiene días sin escuchar una orden de las
., qo. profundamente enraizado en lo estético' Azucena' la maestras, sin recoger botellas vacías de cervezl, sin lavar platos;
tÉrc y cieiz los oios a \a ho:-:- que le place y mira
""rta
única chica en el eiército, e§tá menos preocupada por su posible
^hor^
muerte que por el áspecto que podría tenet cuando Ie llegue el fin: adondequieta y camina por las vetedas sin necesidad de voltear
a

ambos fiancos, seguro de que no será arrollado Por un ruta uno' Sí'

Paru el diade la batalla, Azucena tomó una caia de maquillaie de su de acuerdo, cual{uiet día de éstos me clavan una espada por la
madre. Si ilega la muete, §uiete yacer bella en el llano o en el piso espalda, Pero no diré que no valió la pena'17
la
de la fortificición, los labioi bien toios y largas pestañas postizas'
can bie¡ polveada para evitar refleios indeseables en ias Por su misma condición psíquica, los niños se sihian en un
fotogtafas, ihapas coloridas Par no Parecer un cadáver, aunque tiempo diferente del tiempo 'noÍmal" Otra yez es Comodoto
de eito no est, segura' Pues un imbécil, creyéndoia viva' podría qoiei recoerda de manera lúcida un iuicio de su maestra: "la
datle un tiro de grrcia qoe sólo sirva para desembellecer su ár"r,ru nos diio que iamás nadie tuvo nuestra edad' que la
estampa.la
nuestra es otra edad, otro tiempo que sólo compartimos los
iluminados".18 La proPia guerra constituye otro tiempo dentro
de
Pero también los muchacho§ van a la grc:r:i;a como si fuera Matus 1o diagnostica al describit la
este tiempo y, dif".".rt"-'
una fiesta. Ubaldo, otro soldado, emite sobre el pequeño Cedllo
gueffá en1érminos de una fiesta que funciona como intermezzo
a
el siguiente iuicio que implica una reflexión- exPlícita sobre las ia vida cotidiana: "la gaerta es una larga parranda que se
diversas maneras que existen de interpretat la gterca: "vino de
interrumpe de vez en cuando para üspant" 'le
galt, y puede ser t apropiado, según como cada quien vea la
"gr.rru"it Finalmente, la goetta iluminada también se iuega en un
Ya que el carácter e§tético prevalece en la empresa
espacio apartado, por 1o menos es así cómo lo conciben los
Éét., d" tos iluminados, efltiende que éstos tiendan a conside-
§e
niños. Piensan encontrarse en la fortaleza de El Áamo y desde
rada como un esPectáculo, una repfesentación' Esto se despren-
dar allí dirigen sus ataques y se organizan' Es el espacio de la libertad
de, por eiemplo, áe lo qrre dice Comodoro, al prepararse para
que comience la función"'16 qoe cJnstitoye una alternattva al espacio escolar' De manera
.t primer tito: "Dama§ y caballetos,
significativa, a éste lo vemos detrás de una refa'2o
La resistencia contra el podet hegemónico en México y el
imperialismo de los Estados Unidos bafo la forma de una guerra-
tr IbÍdem, pp. 129-130'
18 lbídem, p. 16.
la Ibídem, p. 76, 1e lbídem, p. 103.
ts Ibídem, p.79. , 2o Ibídem, p. 52.
1a lbídem, p. 154'

t69
168
Los fragmentos sobre la guerra de Texas alternan con otros un coniunto de reglas que ellos llaman leyes de la guerra y que
sobre Ia obsesión de Matus con las Olimpiadas en París en 7924, quieren acatan al pie de la letra, pues son muy conscientes de su
y con r¡na tefcefa llnea ¡auattva que consiste en una partida de nueva condición de guerretos.24 De hecho, estas leyes constituyen
dominó entre el general y sus amigos Román y Santiago, en cuyos todo un arsenal de estereotiPos tomados de la caballería andante.
nombres resuenan conquistas y reconquistas del pasado.zt La Si los estereotipos, al categoizar y simplificar Io real, son
macroestructura de la novela rcalza pot lo tanto el carácter lúdico indispensables para cualquier cognición,25 lo son mucho más pata
de la guerra iluminada ya que la asocia con un juego deportivo y los iluminados, cuya comprensión de la realidad es limitada pot su
otro de mesa. Los tres iuegos se enlazan por múltiples y variadas edad y su discapacidad. Por una Parte su guerra se inspira en
relaciones, a veces de oposición y exclusión, las más de las veces estereotipos ideológicos que son pdncipalmente nacionalistas y
de asociación. Su copresencia gar:Lniza que la novela incluya las oponen a mexicanos y estadounidenses.
ttes categorías fundamentales del iuego tal y como las desündó Las heteto-imágenes qué construyen de los
Roger Caillois:22 el ágon (a voluntad de vencer) queda aludido por calidad de exogrupo no soqprenden ya que son comunes en cierta
la gaera y por los juegos olímpicos -dos casos en que se trata de visión nacionalista antiestadounidense tradicional en México' La
ganar una competición sobre un adversario-; e\ ágon se combina adhesión sin fisuras que los niños manifiestan a esas imágenes les
en el juego de dominó con un segundo principio, el alea o la perrnite al mismo tiempo proclamar su adhesión ,l g*Po del que
fortuna; la terceta categoria de la ninicry según Ia cual uno se desean forman parte, el de los mexicanos' Los ePítetos trillados
transfoma en un personaie y se comporta en función de é1, la que el ejército iluminado utthza para construir las auto-imágenes
encontfamos en las acciones de los niños, esencialmente del endogrupo de los mexicanos son menos previsibles' Se traa de
destinadas a imitar modelos de la vida bélica. De esta manefa, el estereotipos negativos, aPlicados generalmente pof no mexicanos,
paradigma lúdico queda firmemente implantado. que los niños han interiorizado y que usan para autoestereotiparse:
los mexicanos huelen mal,26 acetca de unas Personas con las que
se cruzan, Azucena dice: "Yo los veo obreros, prietos y de bigote
I-as reglas deljrcgo ralo, [..J, me pafecen mexicanos",27 los mexicanos se llevan
tradicionalmente bien con los idandeses porque les hermana la
Muy decididos de matar al enemigo gringo, al ejército iluminado le
religión y el alma así como el gusto por el alcohol'28
guía lafirme voluntad de respetar las reglas del juego béüco. Antes
La goera pot medio de acciones que los niños eligen
de partir a la gaeua, Matus enseña a los niños lo que llama .el ^vafiza
por su caráctet temático-narrativo estereotipado' Quieren imitar
manifiesto del soldado'23 y los niños se refieren constantemente a
correctamente los mínimos gestos de la vida militar porque
consideran que es su deber: Azucena "alza la voz pata Preguntar
21 Pot su lado, el n<¡mbre de Ignacio Matus es el de un conocido articulista si hay un doctor entre los Presentes. Tal como lo espeta, no
futbolero pero también hace pensar en el verbo m^tar y, sobre todo, en escucha sino silencio, Pero está satisfecha de haber cumplido con
Matusalén, la pefsona más vieja que se menciona en elAntiguo Test¿men-
to cuyo nombre se ha convertido en un sinónimo general aplicado a cual-
quier criatura de edad avartzada, Algunos dicen que una lectura del Anti- 2a Ibídem, pp. 1'64,170.
guo Testamento revela que Matusalén debió morir en d año del Gran zs Ruth AMossY y Anne HERSCHBERG PIERRoT, Ettercoh'pos 1 cliebés,
Di,luvio. Desde esta óptica, el año 19ó8, que es eI de la muette de Matus, Eudeba, Buenos Aires, 2001.
sería el año del gran diluvio en México cn la novela de Toscana. 26 ToscAN A, Ej¿rcit\, 2007, p. 100.
22 CAlrrors, futjetx,1967,
p. 50. 27 lbídem, p. 153.
23 ToscANA,
Ejérclto, 2007, p, 104, 28lbidem,p. 172.

t70 t7l
su deber".29 Cuando Matus los abandona para hacer compras, libros de texto Por su conquista de El Álamo: "El 2 de octubre de
discuten sobte qué deben hacer y sus ptopuestas en los 1968 no se olvidará, y dentto de algunos años entrará en los
^poyafl
lugares comunes de la guerra que ellos conüerten en normas de libros de texto".35
conducta. La repetición en su discurso del sintagma "yo he visto En la novela, el estereotiPo no es desnaturalizado por los
que"30 demuestfa que sacan estas normas sobre todo de medios comunes, las comillas o una adietivación distanciadora
representaciones visuales: "Podemos silbar, dice el Milago, yo sé tipo 'llamado' sino por su abundancia y su uso gtotesco' La
que los efércitos silban cuando marchan. Ubaldo niega con la aiumulación de los estereotipos es itónica y demuestra la locura
cabeza. No te engañes, yo también lo he visto, pero es sólo de los petsonaies. Asimismo, su uso aPoya como el medio
cuafldo están en su cuartel; si silban en meüo de la selva les corta estilístico más fundamental en la novela la idea de que su
el cuello un oriental".3l resistencia al poder es una tesistencia desquiciada, loca, marginal'
Para que su iuego a la gaelta sea correcto, estiman también
que se deben confoffÍtat a las maneras más comunes de
expresarse. De ahí que su lengua esté hecha de fórmulas Post-ladio: deEués de 1968
cristalizadas en el plano del estilo, la sintaxis y el léxico: "Una
'fortaleza inexpugnable, dice Comodoro potque desde hace
En el otro lado del espacio surge Tlatelolco como un leiano telón
tiempo quería usar esa palabn".32 Las reglas de la guerra, por lo de fondo. Las referencias a lo que pasa en el D.F' son escasas Pefo
tanto, también son reglas discursivas. con todo determinan l¿ acción de Matus, es decir que explican
Esta maneta de comportarse en función de estereotipos que comience su guerra y determinan cómo termina' Matus co-
preüos ttansfoma a los niños en personaies en segundo grado, mienza a urdir sus planes cuando es despedido de la escuela'
pues como Alonso Quiiano, se convierten eo otros. De esta Ahora bien, el director exPlica este desPido por los problemas en
rnaneta se introduce otro aspecto del juego, estuüado por Roget la capital. Matus no entiende la severidad de la punición: durante
Caillois: la mimicry según la cual uno se transforma en un años ha tenido el mismo discurso ante sus alumnos de que Texas
petsonaje ilusorio y se compofta en función de é1. En los casos en pertenece a México, durante años ha ilustrado con su maPa
que la reaüdad opone resistencia a este iuego, solucionan el antiguo la anterior gr fideza de México en un discurso pauiótico
problema con el recurso a su imaginación. El gordo Comodoro, y r" h, queiado de la falta de resistencia actual. Pero este año el
por eiemplo, intenta convencerse de que su físico corresponde al director ya no puede acePtado:
de un soldado: "fue al espeio, se desnudó, se repitió decenas de
veces que su cuetpo era el de un guerrero".33 Finalmente, su este año es distinto, señor Matus, el director se Pone de pie y le da
imaginación les lleva a formular predicciones respecto al futuro: la espalda, lo que menos queremos en estos momentos es violentar
"Ambos van haciendo planes, imaginan sus triunfos, cuentan los a loi muchacños. Monterey es un iugar pacífico, de trabaio, de
muertos del bando contrario"34 y ya se imaginan como héroes de valotes, no de ideas atolondtadas; aquí no debe ocurdr lo que está
pasando en la capital con tanto estudiante que no estudia por salir a
la cal7e a gritx consignas.3ó
2e Ibídem, p. 177.
30 Ibídem, pp. 70 -7 1, 724-125, 1 35-136, 1 41, 1 46. Por otra parte, si Matus y los niños no son castigados, el capitán
31 lbídem, p. 125. que lo pone en libertad achaca esto r^z,ó1 parecida: el e!ército
32 Ibídem,
^wn
p. 149.
33 IbÍdem, p. 32. 3s Ibídem, p.45.
3a lbídem, p. 40. 36 lbídem, p. 24.

t72 173
esá demasiado ocupado con 1o que Pasa en el centro del país. LIa- Vale la pena teptoducitla ya que petmite deducir cómo en ella el
ma la atención que, tal y como el director, use el sintagma "lo que nartadot compara 7968 y la sociedad regiomofltana en 2005:
menos queremos": "Le tengo buenas noticias, dice, lo voy a Poner
en liberad. Tal parece que eligió el meior momento para su aven- En el 467 de la calie Degollado hay un consultorio médico. Su
tura, porque con lo que ocurrió en la ciudad de México lo que fachada fue renovada de tal modo que es inposible rvclttlcer en él la
menos queremos es que el efército siga llamando la atención".37 De vieja casa donde vivieron Ignacio Matus y el gordo Comodoro.
Ahora está pintada de azul y blanco, y un leuero lumin¡o declan
esta mánera la gueta patdótica de Matus y las demanda§ estudian-
que se curan males respiratorios. En la sala, donde tantos lances
tiles en la capital quedan interrelacionadas como dos modos de se relatarcu, donde hubo humo de cigamo, partid*s d*
resistir a la hegemonía del podet y a la resignación imperante. r{orninti, §erveiza y carcaiada* y sile*cio, hoy se encuentra una
Queda entonces la pregunta de cómo el narrador presenta la mujet que pregünta ¿en qué puedo servide ? a quienquiera qile entv.
evolución, el rumbo que toman las cosas después de 1968' Esta Hasta antes de la rcno'delarión podia verse en el patio fiontal un
fecha se asocia con una especie de sálvese quien pueda, dado que monumento erigido por lns amigos de Matus. Se trataba de un
lapatna ya está muy maltratada. Significativo de esto es el hecho montÍculo de hormigón, tal vez emulando el certo de la Silla, en
de que Übrldo sentencie, "El adalid de Ia patda convertido en cuya cresta se acopló una placa metálica con la leyenda: Eiército
cirquero; desdichada p^tiL^la, nuestra"3s y que pinte en la casona ilumitrado, l9ú8. Para hacede sitio t tret c@onu de ettacionamiento,
dos hombres apzrredmn el montículo con pico y mazo hasta nd,acirlo
-es el artista del eiército- un mural que rePresenta una bandera a escombm, Nadie se intereú por consemarla placa, y sin dudtftefundida
en la que "Al1í donde debía estar el águila devorando a Ia serpien-
en un lote de chetarr¡.4|
te, hay un pollo coo una cotona, comiéndose una lombriz".3e
Aunque la explicación del artista legitime esta bandera como in- Los fragmentos en itálica demuestran la ruptura que se produjo
signia del batallón, la alusión a la bandeta mexicana y a La deca- después de 1968: "imposible reconocer", "reducitlo a escombro",
dencia nacional es clara. La ttagedia misma incluso se percibe en "nadie se interesó por consefvat" y "frre fundida" son clatos al
términos de una repetición histórica: "el gotdo Comodoro es la respecto. La negrita se refiere a 7968: habla de juego, de amistad,
historia de México en cuatro tomos, desde la caída de Tenoch- de risa y del eiétcito iluminado. Conuast¿ con los elementos en
tidán hasta nuestros días".{ itáhca: la palabn luminoso hace eco a iluminado, el anonimato de
La novela, sin embargo, sugiere que se trata de un último acto 'quienquiera que entre' contrasta con los amigos de Matus, los
de resistencia en una larga czdena. El narrador, que es anónimo, caiones de estacionamiento y el consultotio médico desplazaron a
hace algunas entrevistas a varias Personas que conocieron a Matus la sala de las partidas de dominó. En bteve, al hoao luden¡ lo
para ver cómo lo recuerdan. Éstas se hacen en el curso del año desplazó eI bomo faber. Los valores lúdicos qae caructeizan \a
2005 y de manera esporádica se incluyen en discurso indirecto. En civiüzación humana, así sugiere esta cita como un incipit que da el
2005 casi nadie recuerda a Matus. Además, cuando hay tecuerdos, tono de toda la novela, han desaparecido a favor de los valores del
son incorrectos, distorsionados por el tiempo, o desfavorables. trabaio que, según nzona Ht:izitrtga, rn;ata;fi al juego.a2 El hecho de
Esto sugiére que hay una ruptura entre 1968 y 2005. De hecho,
esta ruptura es sugerida desde la descripción que abre la novela.
a1 Ibídem, p. 9,
a2 "Los ideales del trabaio, de la educación y de la democracia, apenas si
37 Ibídem, p. 192. deiaron lugar para el principio eterno del iuego", ibídem, p, 246. Cote-
38 Ibídem, p. 140. femos esto con la ¿firmación del director del instituto sobre el Monte-
3e Ibídem, p. 150. rrey que quieré para el futuro: "un iugar pacífico, de trabajo, de valores,
ao Ibídem, p. 201. no de ideas atolondradas", ibÍdem, p. 24.

t74 175
que se haya construido ufl consultorio médico sobre la antigua sala
de dominó petmite pensar que la sociedad está enferma y el que se
curen males respiratorios no sólo señala la contaminación del aire
sino también la contaminación simbólica de la sociedad por la BIBLIOGRAFÍA
mentalidad de tesignación.
Desde la óptica de Huizinga, que Toscana parece compartir en
esta novela, esto significa que en el México postre\rolucionario del AcNESE, Ma. Luise,
año 1968 ainhabia brotes de civilización, risa, iuego y reglas que "El orgasmo es revolucionario", Entrevista con David Cooper,
en El uigjo topo, núm. 16, Barcelona, 1978.
se respetaban hasta en los enfrentamientos bélicos, que aún había
resistencia al poder y grupos que no se resignaban. Es verdad que AcosfN, Mariorie,
ya fueron perifédcos en aquel entonces, como lo demuestran el (ed), A drean of ligbt and ¡l¡adou,, Poiraits of l-,atin Anerican lYo-
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civilizados y lúdicos han desaparecido a favor del pragmatismo y ALVA DE LA SELVA, Alma Rosa,
del espíritu mercantil que ganaron la batalla. Bl único fücio de Radio e ideología, Ediciones El Caballito, México, 1982.
valor explícito del nartador no deia lugar a dudas sobre cómo Ia AMOSSv, Ruth y Anne HERScHBERG PIERRoT,
novela enjücia el post 68. He aquí el retrato del Arechavaleta, el Estereoh'pos 1 cüchát, Éludeba, Buenos Aites, 2001.
muchacho responsable del despido de Matus de la escuela, al que
ANAYA,José Vicente y Hedberto YÉr,oz,
el narrador fue a enffevistar: "A pesar de haber enveiecido prema-
"Los infrarrealistas... testimonios, manifiestos y poemas", en
turamente, el gerente de operaciones conserva un gran parecido RePlican*, vol. Iu, núm. 9, otoño de 2006,
con la foto del niño del anuario. E igual que en aquel entonces,
ANDEPSoN, Benedict,
dafl ganas de partide el hocico".43 Es un firme gdto de protesta
L'iruaginain national Ráflcxions sw l'origiru et lbs¡or d* nationalitme,
contra los responsables de la pérdida de los valores lúdico-
La Découverte, P arís, 2002 119 83].
civilizadores en el país. El año 1968, a menudo celebrado como el
inicio de la modetnidad mexicana y de la apertura democrática, en ANÓNIMo,
la novela de Toscan¿ significa el inicio defcapitalismo anónimo y ¡El Móndrigo! Bitáeora del Cors{o Nacional de Huelga, AIba Roja,
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CULTUM Y RESISTENCIA EN MÉXCO
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de Ignacio Sosa y Antoine Rodriguez (editotes)
Hoy' ASFONA'
LA PEÑA de los Pata-Chile' aol' 1'Edtciotes Amédca de
se teminó de imprimir el 19 de abril de 2013 en NAVARRo
UtuguaY, LoF 201'
Editores (nam.editores@grnail.com). La edición consta de 200
EPM-06'
LoJNlKos, Discos Mascatones' México' ejemplares. Pta su composición se utiüzó el tipo Gmamond 9, 10,

NCL-LP-004' 11 y 14. Revisión y preptación del texto: Alma Rosa Chávez


ON Te: Tengo qae h ablarte,
N'teva Cuitura Latinoamericana Medelllo y Christian Elfego Sánchez Grcla. Cuidado de la edición,
tipognfia y graficación: Iring ReposoJaime.
Mexicaaa' Le Nouveau Chansonnier
Rr,yes, Iudith , Mexique' Cnínica rpx 74427'PaÁs'7970'
Intemational, L" á;;;r;; Mond"'
Eniüa'Foton' LPF' 033'
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