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Como abordar el estudio de las religiones mesoamericanas? Mercedes de la Garza Ser investigador en historia es ser historiador, es decir, hacer historia (ciencia hist6rica) y explicar la historia (el acontecer humano); y ser profesor de historia no se reduce de ninguna manera a comunicar los conocimientos hist6ricos pues ta principal funcién del profesor es for- mar historiadores. Asf, los problemas en la enseflanza de la investi- zacién, como se titula esta mesa, son, a mi entender, los problemas de la formacién de historiadore: Enseflar a investigar involucra la propia labor de investigacién, cuyos resultados, al lado de los de otros especialistas, se transmiten a los alumnos, muchas veces explicdndoles el camino que condujo a tal ‘0 cual interpretacién: al cnscftar lo que se investiga se ensefia a inves- tigar pues, ademas de la informacion hist6rica, que necesariamente se tiene que dar a los alumnos, es indispensable comunicarles cmo abordar el hecho hist6rico, cudles son las fuentes, cémo se manejan y en qué consisten el andlisis y la critica a los que han de ser sometidas, asi como distintas posibilidades interpretativas de los datos, para que ellos, escuchados y conducidos por el profesor, se inicien en Ia expe- riencia de la investigacién hist6rica, 0 sea, para que empiecen a ser historiadores. La manera de realizar una investigacién depende de qué se va a investigar. Cada tema hist6rico requicre sus propias vias, sus propias formas de abordarlo, lo cual significa que no hay un método, sino que es el objeto el que lo condiciona y éste va definiéndose en el Proceso mismo de la investigaciGn, por supuesto, con la ayuda de ‘aquellos que ya han transitado por los mismos caminos. Como ejem- plo de esa accién por ta cual el propio objeto de la investigacion ‘muestra el camino a seguir para abordarlo, quiero hablar aqui de un Ms enfoque metodoldgico para la investigacién de las religiones meso- americanas, por el que opté después de haberme internado en ese pan- tanoso terreno de las ideas y las creencias de hombres tan Iejanos y distintos de nuestra cultura occidental. Las religiones mesoamericanas han sido preferentemente en- focadas dentro de los estudios antropoldgicos, estéticos, lingiiisticos, literarios y otros, de tal modo que los fenémenos religiosos se han interpretado dentro del marco de esas disciplinas, es decir, en sus aspectos estéticos, arqueolégicos, etcétera. Ademds, los estudiosos —salvo contadas excepciones— han tendido mas a recoger y ordenar datos, limiténdose a hacer descripciones de los fenémenos, que a pe netrar en el andlisis de sus significados. . Por otra parte, en las historias generales de las religiones, reali- zadas en otros paises, no suelen incluirse las religiones mesoamerica nas mas que de manera colateral y superficial; si acaso se mencionan algunas deidades, creencias y ritos, bajo el encabezado de “religién azteca”. Y rara vez. se ha tomado en cuenta a las religiones mesoame- ricanas dentro de estudios més rigurosos sobre este tema. Mediante la investigacién histérica se hace evidente que todas las creaciones culturales de los pucblos mesoamericanos se fundamenta- ron en una concepcién religiosa del mundo y de la vida; lo que noso- tros Hamamos “religién” constitufa el principio rector de todas sus actividades, de tal modo que ellos a0 tuvieron ninguna necesidad de distinguir los fenémenos religiosos de los demés aspectos de su exis tencia.' Por esa caracteristica eseacial de las culturas mesoameri canas creo que, para acercarse a su conocimiento y comprensién. resulta de primera importancia realizar estudios de sus religiones desde perspectivas mas adecuadas, como es, a mi juicio, la que Mi- chel Meslin Hama “ciencia de las religiones”,? que se ha abocado al studio del hecho religioso en cuanto tal. (Debo aclarar que aqui la palabra “ciencia” es empleada en un sentido muy gencral, como el es- tudio objetivo y racional de las religiones, realizado con rigor meto- dolégico. No entramos, por supuesto, a la compleja polémica actual sobre ¢l concepto de ciencia.) Esta disciplina parte de dos presupuestos basicos; primero: “que la religién es un hecho humano, Presente en la historia de la humani- Pues fy intel Brelich, “Prolegémenos a una historia de las rlighones”, en HL. C- ph distoria de tas religions. Las religiones amiguas p37. Michel Meslin, Aproximaciéna una ciencia de las religiones, p. 15 dad cn una serie de manifestaciones que constituyen un sector impor tante de la misma: la historia de las religiones”.? Es decir, se consi- dera a los hechos religiosos como hechos hist6ricos, como productos culturales del hombre. A diferencia de la teologia, que persigue un saber racional acerca de lo divino, la ciencia de las religiones deja a un lado a Dios y se ocupa del hombre religioso en su situacién hist6- rica, por lo que es una ciencia humanistica que forma parte de las Ha- madas ciencias humanas. Por fenémeno religioso, la ciencia de las religiones entiende aque- lo que el hombre expresa de su relacién con una realidad que él con- sidera trascendente y superior: lo sagrado. El vinculo con lo sagrado es una experiencia que puede ser racional 0 emocional, y que no es co- ino a través de las expresiones del hombre religioso; estas expresiones, por tanto, siempre se dan en un contexto hist6rico.4 Asi los fendémenos religiosos no son lo sagrado, cuya existencia es s6lo objeto de fe, sino imagenes, mitos, simbolos, ritos, es decir, lengua- jes humanos acerca de la experiencia de lo sagrado, EI segundo presupuesto de esta ciencia de las religiones es con- siderar a los fenémenos religiosos como hechos sui generis, irreduc tibles y originales. El fenémeno religioso tiene una forma de ser pro- pia y es un hecho muy complejo, por lo que puede ser abordado por arias disciplinas particulares (Ia antropologfa, la etnologia. fa psico- logfa, la historia del arte, la sociologia), pero no sélo es un hecho psicolégico 0 sociolégico o estético, etcétera, sino que es precisa- mente wn hecho religioso; por tanto, el considera: significativo s6lo uno de sus aspectos desviriia et fenémeno religioso en lo que tiene de original; es un reduccionismo que impide su cabal comprensisn. Sin embargo,.para que este hecho revele todas sus valencias y signi- ficados deben ser utilizados los resultados de esas otras ciencias par ticulares, sin que la ciencia de las religiones pierde su peculiaridad. La ciencia de las religiones emplea un método comparativo, Pero es necesario distinguir éste de un mero “comparativismo™ de las mas distantes manifestaciones de un hecho en el tiempo y en ef espacio, que no tome en cuenta el contexto hist6rico de cada una de ells. y que 8e base s6lo en Ia semejanza externa de los fendmenos; (al compara tivismo ha conducido a abstracciones que mas que acercarse, se ale- Jan de Ja comprensién del fenémeno, El-de ka ciencia de las religio- 33. Manin Velasco, Introd iin 1 la fenomenotogia de ta religid, . $1 $F M. Mest. op. cit, passin z nes es un método comparativo sistemstico y riguroso, que ha tomado de los dos enfoques que la sustentan; la Hamada fenomenologla de la religidn y la historia de ta religidn. Estas dos disciplinas trabajan comparando y organizando materiales, pero difieren en su interpre- tacidn del hecho religioso: la fenomenologia de la religi6n busca Ia comprensién de ka estructura de los hechos, y Ia historia de la reli- ‘idn ticne como finalidad establecer la trayectoria hist6rica de los mismos. La integracién que propone Meslin, y que comparten mu- cchos investigadores, se basa en la consideracién de que todos los fe- némenos religiosos son ante todo realidades histéricas, pero también conticnen estructuras significativas, como lo muestra cualquier andli- comparativo Intentaré dar una vision muy general de algunos aspectos de Ia fe- nomenologia de la religién, que me parece pertinente mencionar aqui. El término fenomenologsa procede de la filosofia y fue usado con istintos significados por Hegel y Husserl. Pero la fenomenologia de la religién “no es una disciplina filoséfica, sino una sistematizacién de los hechos hist6ricos para comprender su significacién religiosa”.* ‘A diferencia de esas otras ciencias particulares que estudian aspectos parciales de! hecho religioso, la fenomenologia de la religi6n aborda este hecho desde una perspectiva general, pretendiendo superar su cardcter empirico para Hegar a su comprensién interna. La fenomenologfa de la religién es un método de interpretaci6n que se distingue por su pretensidn de estudiar el hecho religioso en todos sus aspectos y por tomar como punto de partida, para esa interpre- tacidn, todas las posibles manifestaciones del mismo a to largo de 1a historia o sea, ¢s la tendencia a englobar el conjunto de los fenémenos religiosos con el fin de sistematizarlos, de establecer clasiticaciones y ‘de encontrar lo que tienen en comin, es decir, de hallar lo mas estable y universal de la religién. 7 E] método consiste, pues, en establecer una comparacién sistemé- tica de las manifestaciones del hecho religioso y tratar de describirlo con la mayor fidelidad, ordenando esas manifestaciones, clasificdn- dolas por la delimitacién en relacién con otras manifestaciones. afi- 5€.1. Bleeker, “The Contribution of the Phenomenology of Religion”, eitado ‘mo Douglas Allen, Mircea Eliade y ¢lfemdmeno religiosn,p. 6. CPIM. Velasco, ap. ct 9-46. i nes, jerarquiz ntos aspectos que aquéllas poseen y redu- ciendo a sintesis los rasgos comunes. La comparacién —afirman los fenomendlogos—- debe extenderse a manifestaciones procedentes de diversas religiones y diversos mo- mentos histéricos y no debe ser puramente descriptiva ni mera acu- mulacién de semejanzas, sino que es necesario establecer las dife- rencias y tomar en cuenta los estudios del hecho que hayan realizado otras ciencias para integrar todos sus aspectos y dirigirse al descubri- miento de su estructura, es decir, del logos interno del hecho, cuyo ca- récter universal y permanente es el que explica las semejanzas entre fenémenos religiosos procedentes de periodos y areas muy distantes. El fenomendlogo se basa en la conviccién de que “la religion com- porta una Igica interna, una ley que determina su configuracién concreta”;* 0 como dice Blecker: la religién “no es un sccreto subje- tivo incontrolable del alma, sino una entidad objetivada, constituida sein leyes estrictamente espirituales, con una estructura propia en- teramente légica”? La religién es un pensamiento articulado, una explicaci6n del mundo, Podria afladir que la estructura, esa l6gica in- Sterna del hecho religioso, responde a que hay formas comunes de la psique humana que, en Ia experiencia de relacién con rasgos objetivo del mundo, crean formas comunes de explicacién como son simbo- los, mitos, dogmas y practicas rituales. Pero el método fenomenoldgico no se queda en el hallazgo de la estructura; el siguiente paso es buscar la significacién, ya que la e tructura del hecho religioso es significativa, es decir, no es una estructura muda, sino que conlleva una intencién humana especifica y comunicativa. La atenci6n al contenido intencional significative del hecho convierte la descripcién fenomenoldgica en verdadera con~ prensién del mismo, que serfa la comunicacién entre el sujeto que in- terpreta el hecho y la intencidn especifica que lo anima, La finalidad de la fenomenologia de la religién consistente en ha- lar ta estructura significativa de los hechos religiosos recibié mil tiples criticas, sobre todo, de los historiadores historicistas.'° Para 6stos, Ia religion es un hecho exclusivamente hist6rico, particular, y buscar una estructura significativa es interpretado por ellos como el * bdem, 9C.5. Moker, ‘sionum. Manual de historia de las religiones. $9 Cf, sMircen Eliade, La bisqueda, + consideran regreso a un idealismo platénico inaceptable, Es dec una esen que Ia estructura de la que hablan los fenomendlogos inmutable desgajada del fenémeno hist6rico. ‘Ante esta situacién, muchos investigadores han buscado una pers- pectiva mas amplia en la cual los enfoques metodolégicos de la feno- menologia y la historia puedan ser integrados,'! porque los hechos religiosos son efectivamente realidades hist6ricas, pero también con- tienen estructuras significativas, Ast, los historiadores sc han aboca- do a la buisqueda de estructuras comunes y universales, aplicando un método sefialadamente fenomenolégico, y los fenomendlogos actua les trabajan ya en estrecha conexién con los datos historicos, afir- mando que cl método comparativo debe situar cada manifes at in del fenémeno en su contexto histérico, pues s6lo ello impediré ho- mologar formas religiosas aparemtemente idénticas, pero con distinto significado,!2 Esta actitud implica que se puede hacer historia de un fenémeno religioso en una cultura o un Arca cultural determinada, buscando a Ja vez su estructura significativa y mostrando cémo esa estructura es vivida en un marco historico definido, cémo se ha transformado. conservado 0 enriquecido.!3 Y esta nueva postura —que me parece la més adecuada, como dije antes— es precisamente la que Meslin lama ciencia de las religiones considerando que, para lograr una verdadera comprensidn del hecho religioso, los métodos de la historia y la fenomenologia deben com- plementarse como dos instrumentos de dicha ciencia, Asi, afirma: La ciencia de las religiones es una disciplina total, que debe in- tegrar y articular las diferentes formas de consideracién del fend. meno religioso, Fenomenologfa e historia son sus piezas claves, La primera aporta al historiador la afirmacién evidente de la origina. lidad del hecho religioso, que hay que considerar en sf mismo, y le Barantiza que todo fenémeno religioso excede los limites de. su tiempo y de su medio, en la medida en que manifiesta una estructu- a fundamental. Pero sélo el anélisis histérico permite comprender ¥ explicar Ia decisién del’hombre por tal o cual forma religiosa, asf "1 Vga respect 2 tespeeto las obras citadas de Mircea Eliade, J, Martin Velasco, Douglas Allen y Michel Mein, ie REI. Velasco, op cit, e '3Cy Mircea Blade, Le La brisqueda ¢ Imagenes y simbolos, como las razones de esa eleceién, en funcién de una época y de una cultura particulares,!4 Partiendo de ese enfoque histérico-fenomenolégico, podentos abordar el estudio particular de las religiones mesoamericanas, un campo tan amplio que requicre cl empleo del método comparativo. aplicacién de dicho método se facilita en este caso por el hecho de que estas religiones pertenccen a distintos grupos de una misma rea cultural, vinculados tanto por un origen comiin como por la cons- ante interrelacién cultural que se dio a lo largo de su historia desde sus origenes, y asimismo, por la supervivencia hasta nuestros dias de su esencial concepcidn religiosa del mundo, que fundamenta todas sus creencias y costumbres religiosas. Esta visién global de la unidad cultural mesoamericana en el tiempo y en el espacio, que integra los datos proporcionados por los estudios concretos sobre ca- da una de las culturas mesoamericanas y sobre cada uno de os mo- mnentos hist6ricos (datos que provienen de Ia historia, la arqueologia, Ja etnologia y otras disciplinas), no debe ser perdida de vista por el historiador de las religiones al hacer el andlisis comparativo de I distintas manifestaciones de los fendmenos religiosos, pues s61o asf se logra, en mi opinién, un acercamiento al verdadero significado de Jos mismos. EI andlisis comparativo del método hist6rico-fenomenolégico resulta opuesto al mero comparativismo externo, sin rigor metodo- légico, que a veces se ha realizado en el estudio de las religiones mesoamericanas y que ha sido criticado por muchos especialistas; en éste encontramos que se borra la especificidad de los datos; se utili- za una creencia de hoy para explicar una semejante del pasado, 0 una creencia de una cultura para explicar la de otra, sin tomar en cuenta el contexto hist6rico, mezclando indiscriminadamente los datos y. sobre todo, sin llegar nunca a una explicacién del significado reli Bioso det hecho. Tal comparativismo no puede ser confundido con el método comparativo hist6rico-fenomenol6gico de la religién, que puede poner en relacién los datos mas disimbolos, pero sin abstraer- Jos de su situacién temporal y espacial, y con Ia finalidad de hallar ta estructura significativa que los sustenta a ambos, y que no s6lo con- forma, con otras, la concepcién del mundo y de la vida de esos pue~ blos sino que tiene un cardcter universal. A, t Michel Mest, op. cit, p. 157. ati! | 10 Solo desde ahi, sin perder la ubicacién hist6rica, la peculiaridad de los momentos y de los grupos culturales que se comparan y, ade- mis, con un conocimiento lo mas amplio y general posible de las es- tructuras comunes de los hechos religiosos a nivel universal, puede accederse al significado del fenémeno religioso y acercarse a s comprensién, sin quedarse en una mera descripeién erudita positiv ta, vaefa de contenido. Esta que he presentado, de una manera tan general, es una posibi- lidad metodolégica de acercamiento a las religiones mesoamericanas gue, en mi opinién, ayuda a su comprensién y, por tanto, a la com- prensién hist6rica de las culturas mesoamericanas cn todos sus otros aspectos, porque éstos estén fundamentados en la concepcidn religio- sa del mundo. Haber clegido esta via surgié, como dije antes, del ob- jeto mismo de estudio, el cual me sigue convenciendo hasta hoy. en cl proceso mismo de investigar, de que la consideracién del fenéme- no religioso como un hecho histérico, como un hecho irreductible a cualquier otro y como un hecho que revela estrycturas significativas universales, nos garantiza un mejor acercamiento a su verdad. Bibliografia Attes, Douglas, Mircea Eliade y el fendmeno religioso. Madrid, Ediciones Cristiandad, 1985. (Academia Christiana, 25) Bivexer, C. J.. “Epilegomena”, en C. J. Bleeker y G. Widengren. Historia Religionum. Manual de historia de las religiones, Ma- drid, Ediciones Cristiandad, 1973. 2 vols. Brrtici, A., “Prolegémenos a una historia de las religiones”, en H. C. Puech, comp., Historia de las religiones. 1. Las religiones anti- guas. México, Siglo xx1, 1977 ELiabE, Mircea, Imagenes y stmbolos. Madrid, Taurus, 1979. ELIapE, Mircea, La busqueda. Buenos Aires, Ediciones La Aurora, 1969. ELiae, Mircea, “Observaciones metodolégicas sobre el estudio del simbolismo religioso”, en Mircea Eliade y Joseph M. Kitagawa, Metodologta de (a historia de las religiones. Buenos Aires, Paidés, 1967. James, E. O., Introducci6n a la historia comparada de las religiones. Madrid, Ediciones Cristiandad, 1969. Mes, Michel, Aproximacién a una ciencia de las religiones. Ma- drid, Ediciones Cristiandad, 1978, Vetasco, J. Martin, Introduccién a la fenomenologta de la religién. Madrid, Ediciones Cristiandad, 1978,

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