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PALABRA PERDIDA Y NOMBRES

SUBSTITUIDOS *
René Guénon

saparecida, que, cualesquiera sean las diversas formas en que pueda ser simbolizada, tiene siempre el
gados entre sí. En cualquier caso, siempre se trata del oscurecimiento espiritual sobrevenido, en virtu
e, pues esta tradición es una con el conocimiento mismo que está esencialmente implicado en la posesi
os, se encuentran muy claramente expresados los dos aspectos que acabamos de mencionar, referi
; pero es evidente que la residencia en el "Paraíso terrestre", es decir propiamente en el "Centro del M
bita y de una vez para siempre, pues tras la pérdida del estado primordial ha habido diversas etapas
una de esas etapas un simbolismo similar, siendo siempre aplicable en sus diferentes grados. Esto pu
pero que, a su vez, fue también perdido, por lo que han sido necesarias otras substituciones. Esto se
onsiderada en su conjunto y en tanto se trata de hombres ordinarios o "medios", pues hay siempre n
almente. Puede decirse también que las formas tradicionales particulares, que corresponden precisam
titutos adaptados a las condiciones de las diferentes edades; y, ya se trate de centros o de tradiciones
las tradiciones regulares se religan en definitiva a la tradición primordial, puede decirse que son, en
o es el caso de las leyendas de la Edad Media donde se trata de diversos árboles nacidos del "Arbol de
nte en la tradición mazdea; y, a este respecto, debemos decir que lo que se ha perdido no está repres
esigne, no es en definitiva otra cosa que el "licor de inmortalidad", cuya posesión constituye esencial
ecesario substituirlo por otro brebaje, del cual no era sino una representación; parece incluso, aunqu
a pérdida, por el contrario, es mencionada expresamente: el haoma blanco sólo podía obtenerse en
e se establecieron los antepasados de los iranios, existía otro Alborj que no era sino una imagen del p
otras tradiciones, un substituto del "licor de inmortalidad"; es por ello por lo que se le considera u

sponderse con hechos producidos realmente en el curso de la historia; pero, como ocurre con todos l
esión una determinada lengua, que reviste para la misma el carácter de lengua sagrada; si esta tradic
de "cuerpo muerto", y su sentido profundo se vuelve desconocido. Así debió suceder con la lengu
primitiva y a su pérdida; señalemos que, cuando tal o cual lengua sagrada particular y actualmente c
que ocupa ese lugar para los adeptos de la forma tradicional correspondiente. Ateniéndonos a estas n
jada de los tiempo primordiales: es el caso de la historia bíblica de la "confusión de las lenguas", que
o que anteriormente hubo ya formas tradicionales particulares, donde cada una debió tener su propia
unidad esencial de todas las tradiciones no había desaparecido todavía 5.
una palabra, como un nombre divino por ejemplo, caracterizando una determinada tradición y repre
también se hace mención de "pérdidas" parciales producidas, en ciertas épocas criticas, en el transcu
ión de la tradición considerada motivada por las circunstancias; en caso contrario, indican un amin
ición hebraica, donde se encuentran precisamente los dos casos: después de la cautividad en Babilon
ebió forzosamente implicar alguna modificación en la forma tradicional misma, es decir una readapta
dió; fue substituido por el de Adonai, pero nunca fue considerado como el equivalente real de aquel
Nombre por excelencia, estaba esencialmente ligado a la continuación del sacerdocio, cuyas funcion
o prueba suficientemente, entre otras cosas, la cesación de sacrificios, es decir, de lo que constituía l
otros nombres divinos; y, efectivamente, fue el centro espiritual de la tradición lo que se había perdid
imbólico, en el cual reside en el fondo toda su razón de ser, y sin el que sería completamente inintelig
omo se ha podido comprobar por lo que precede, incluso en el exoterismo de las diversas formas trad
a se produce y es verdaderamente efectiva, pudiendo ser considerada como definitiva e irremediable
niciático: es la búsqueda de esa cosa perdida, o, como se decía en la Edad Media, su "gesta"; esto se co
el estado primordial. Sin embargo, es necesario señalar que, de la misma manera que la pérdida se h
en sentido inverso por las mismas etapas, es decir, remontando de alguna manera el curso del ciclo hi
drán naturalmente corresponder otros tantos grados en la iniciación a los "pequeños misterios" 10
e, en ciertos casos, lo que es dado como la "palabra reencontrada" no sea todavía más que "palabra
aderamente la "palabra perdida", y que ésta no es más que un símbolo, siempre más o menos inadecu
así como los grados que comporta en su aplicación.
e no quiere decir que sean siempre bien comprendidos por quienes los comentan) de la búsqueda de
derarse respectivamente como tipos de las dos formas principales del simbolismo que hemos indicad
tuidos; por lo demás, ¿no podría decirse que la "Mesa Redonda" misma no es en definitiva más que u
ados de creer demasiado fácilmente, que la "gesta" no termine nunca, sino solamente que, aunque lo s
llería, como hemos señalado en otro lugar 11, muestran todas las señales que indican que se trata d
udiendo jugar más que un papel de "substituto" en relación a aquel, del mismo modo que toda forma

que, al menos en el actual estado de cosas, el tema está rodeado de oscuridad; no pretendemos en abs
radicciones. La primera cosa que hay que señalar al respecto, es que el grado de Maestro, tal como es
parece no contener ninguna indicación precisa en cuanto a su búsqueda, y menos aún en lo que res
e dicha, debe corresponder necesariamente, al menos virtualmente, a la perfección de los "pequeños m
unto de partida, lo que es absolutamente normal; incluso podría decirse que en esta iniciación hay al
s nosotros pensamos que, a pesar de las apariencias, realmente es así. En efecto, la "palabra sagrada"
particular: ha sido deformada de tantas maneras diferentes 12 que ha llegado a ser irreconocible, y s
ue ninguna puede justificarse por una etimología hebraica cualquiera. Ahora, si se restituye la forma c
ta, y la respuesta a esta pregunta sería la verdadera "palabra sagrada", o la "palabra perdida" misma,
a"; corresponderá a cada uno, si es capaz, de encontrar la respuesta y alcanzar la Maestría efectiva p
etragrammático; en esto hay, si se toma al pie de la letra, un anacronismo evidente, pues es claro que
una dificultad real, pues no se trata en absoluto de la "historicidad" de los hechos como tales, cosa qu
ble que él mismo, en cierto sentido, no haya sido sino una "palabra substituida", perteneciente prop
ado esta cuestión, es sobre todo para atraer la atención sobre lo siguiente, que es mucho más importan
o, Adonai, que está formado igualmente por cuatro letras, pero que es considerado como menos impor
iciones presentes. En la iniciación masónica, por el contrario, la "palabra substituida" es una pregunta
na forma bastante evidente, una de las diferencias fundamentales que existen entre el punto de vista e
ón sea bien comprendido: la iniciación masónica, al referirse esencialmente a los "pequeños misterios
rdial; se está entonces tentado de preguntar cual puede ser, en la Masonería, el sentido y el papel de lo
les. En realidad, es preciso hacer una distinción entre dos casos 16: por una parte, hay que considerar l
han injertado en la Masonería o han cristalizado de alguna forma alrededor de ella, de antiguas orga
lógico" (lo que sería una justificación insuficiente desde el punto de vista iniciático), es la conservació
o que decir ciertamente sobre este papel "conservador" de la Masonería y sobre la posibilidad que p
mos ahora, y es solamente el otro caso, el de los grados cuyo simbolismo se relaciona más o menos d

xtensiones desarrolladas del grado de Maestro; es indiscutible que, en principio, éste se basta a sí mism
aportada a aquellos que quieren realizar lo que no poseen sino de forma virtual; al menos esa es la in
e puede decirse es que, en la mayoría de los casos, está enojosamente disminuida por el aspecto fragm
diente de las consideraciones contingentes. A decir verdad, para algunos, si el grado de Maestro fuera
drían su lugar, sin que fuera necesario hacerlo objeto de otros grados nominalmente distintos de él 20
n cierto número que insisten particularmente en la "búsqueda de la palabra perdida", es decir sobre l
el término de esa búsqueda; pero, en realidad, esa "palabra reencontrada" no es más que una nueva "p
es absolutamente incomunicable. Esto es particularmente evidente en el grado del Royal Arch, el único
grado de Maestro, con una perspectiva abierta hacia los "grandes misterios" 21. La palabra que repres
a su significado; pero, siguiendo la interpretación más autorizada y la más plausible, se trata en rea
na indicación interesante desde dos puntos de vista: el primero, es el que implica evidentemente que
o una afirmación implícita de la unidad fundamental de todas las formas tradicionales; pero semejante
cuadamente una restitución de la tradición primordial misma, y, en consecuencia, no es más que una
cés de Rosa-Cruz, en el que la "palabra reencontrada" se presenta como un nuevo Tetragramma que
sar aquí otra cosa que la situación de la tradición cristiana frente a la tradición hebrea, o el reempla
ese sentido el Cristianismo a realizado una "reintegración" abriendo ciertas posibilidades nuevas p
as condiciones de esa época misma. Conviene señalar que, al significado simplemente religioso y exoté
e se alejan de la consideración de los nombres divinos que es esencialmente inherente a la "palabra pe
derarlas idénticas, pues, aún cuando durante un tiempo utilizaron los mismos símbolos, proceden de
nal determinada, lo que nos aleja en todo caso del retorno a la tradición primordial, que está más all
ultra de la iniciación masónica.
terminar este estudio, debemos volver al grado de Maestro, con el objeto de buscar la solución a otro
ientras que, según la leyenda, otros la poseen igualmente? Es ésta, en efecto, una cuestión que deja
plicar de una manera aceptable, mientras que, como veremos, la realidad es muy diferente.
e formularse con más precisión del siguiente modo: tras la construcción del Templo, la "palabra" de l
o esto, cómo pudo la muerte de este último, suponer la pérdida de esa palabra? La respuesta es que
s hacía esta comunicación imposible, de la misma forma que son necesarios tres lados para formar u
roximación más o menos imaginativa y carente de fundamento real. En efecto, una Logia operativa n
s 3, 4 y 5; es solamente cuando esas tres varillas se han juntado formando el triángulo rectángulo p
es partes, tal que tres sílabas 24, de manera que cada una sólo puede ser comunicada por uno de los tr
uida sobre este punto.
l menos sobre el tema que nos interesa en este momento: en algunas corporaciones de la edad medi
encia simultánea para que el cofre pudiera abrirse. Naturalmente, los que sólo ven las cosas de mane
or y profana es insuficiente, e, incluso admitiendo que en ese orden fuera legítima, no impide en absol
el punto de vista iniciático, y, además, la llave tiene en sí misma un simbolismo lo suficientemente im
después de lo que hemos visto, que la muerte del "tercer Gran Maestro", lo deja incompleto; es a lo qu
iguales, y normalmente en la relación 3 a 4, de manera que pueden ser consideradas como los dos lad
, tal como figura en las insignias del Past Master, implica, o al menos debería teóricamente implicar, q
es personas, es bastante significativo que esta característica se encuentra precisamente en lo que, en e
Las tres personas de que se trata forman un triángulo, y las tres partes del nombre, que son las tres s
rse así, de uno a otro de los lados del triángulo, hasta que la palabra sea completamente "justa y perfe
co" de todos los grados superiores, le da a ese modo de comunicación una importancia incontestable

amma hebreo: puesto que éste es uno de los nombres divinos que más a menudo es asimilado a la "p
en alguna medida en todo lo que representa esta palabra de una forma más o menos adecuada. Lo
ribe con cuatro letras, se podría decir que, según el simbolismo numérico, 4 se relaciona aquí con el a
" (en tanto que es pronunciada íntegramente por la voz que le da el "espíritu" y la "vida"). Resulta de t
la representa mucho mejor (su antigüedad misma, en tanto que transcripción aproximada en las len
eniendo más que dos sílabas, es evidentemente impropia para una transmisión ritual del tipo de la qu
consideraciones ya demasiado largas, que no tienen otra pretensión, repitámoslo otra vez antes de ter

cluido en Etudes sur la Franc-Maçonnerie et le

de sus ramas de donde se habría sacado la madera de la cruz.


oma; ¿estaríamos tentados de agradecer, independientemente de cualquier otra consideración, a al

(ver Apreciaciones sobre la Iniciación, cap. XXXVII) se identifica con el conocimiento de la lengua prim
la letra: ¿cómo un breve periodo de 70 años bastaría para que nadie guardara memoria de los ant

chinos deban interpretarse de la misma forma.


ndú.
estado de un pueblo cuya tradición es privada de su centro normal.

ada" y una "palabra de paso" intercambiables según los diferentes ritos, y que no son, en realidad má
la palabra misma como a su significación, han sido intencionadas o no, lo que sería sin duda difícil, a
to como el aspecto más esencial del grado de Maestro, por lo que han originado una especie de enigm
ran Triada, cap. XXV.
a substituida", sino también un "signo substituido"; si la "palabra perdida" se identifica simbólicamen
evamente no habría que ver aquí la expresión literal de un hecho histórico, pues en realidad, ese signo
amente todo su valor ritual.
"sistemas", que no tienen sino un carácter fantasioso, reflejando de forma manifiesta las concepcione
l caso del Royal Arch.
más o menos directa de esos grados, lo que nos entretendría mucho, sobre todo en lo que concierne a la
siete grados de la antigua Masonería operativa: no siendo éstos conocidos en su totalidad por los fund
ámbito de los tres grados simbólicos actuales; y ha sido en algunos altos grados donde parece haber
a que habría sido indispensable.
debido acceder a todos los conocimientos incluidos en la forma iniciática a la que pertenece; es prec

almente en nuestro estudio sobre la piedra angular (nº de abril y mayo1940). (Nota de ed: ver cap. X
el cual, pese a la similitud del título, tiene poca relación con el grado denominado Royal Arch of He
amma mismo, inscrito sobre una plancha de oro depositada en la novena bóveda; la atribución de es
a intención por remontarse hasta la tradición primordial, o al menos "antidiluviana".
ue pertenecía primitivamente la leyenda de Hiram; esta es la razón de que fuera desconocida por los
s no habían recibido.
mos que la "palabra substituida" misma, bajo sus diferentes formas, está siempre formada por tres sí
cialmente sobre su carácter "axial" (ver lo que hemos dicho en La Gran Tríada, cap. VI); pero debemo
boliza la del "Pensamiento" y la "Palabra", es decir, según el sentido kabalístico de estos términos, los
arácter sagrado del árbol perséa, cuyo fruto tiene forma de corazón y la hoja de lengua (cf. Plutarco, I
Masonería, se ha juzgado correcto hacer la escuadra del Venerable de brazos de igual longitud para re
lo de la incomprensión del simbolismo y de las innovacio

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