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Cómo hablar de sexo con nuestros hijos adolescentes

por Marta Guerri


El despertar de la sexualidad en la adolescencia
La adolescencia es una edad en la que el sexo toma un significado totalmente diferente de la infancia.

Lo que antes se movía en el campo de la teoría, ahora es práctico. La menstruación en abstracto es


algo, las decisiones sobre si utilizar compresas o tampax es otra. Enfrentarse con las sábanas
manchadas de semen no es fácil. Explicar cómo se concibe o nace un hijo es muy diferente a saber (o
temer) que nuestra hija de 16 años es sexualmente activa. Hablar de besar, acariciar e incluso de
hacer el amor toca de lleno el mundo de la toma de decisiones.

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Las dificultades de hablar de la sexualidad


A muchos de nosotros nos cuesta vernos hablando de estos temas con nuestro hijo o hija adolescente.
Unos por inseguridades, otros porque estamos seguros de que nuestros hijos no aceptarán una
conversación sobre estos temas con nosotros. Los chicos y chicas adolescentes merecen y
valoran la información y, lo que es más importante, las conversaciones con los padres. Pero no
siempre nos lo ponen fácil.

Es bueno que conozcan como pensamos respecto a la sexualidad. Definir nuestras propias ideas
sobre el sexo nos permitirá comunicar nuestras convicciones a los hijos en términos sencillos y
directos. Conseguir poner palabras a nuestras ideas sobre este tema nos ayudará a ordenarlas y
nos permitirá enseñar de forma clara, respondiendo constructivamente las cuestiones conflictivas que
nos plantean los hijos con frecuencia. La gestión de los conflictos a lo largo de nuestra historia juntos
nos dará un estilo de hacer frente a los desacuerdos frente la sexualidad. No olvidemos que la
adolescencia es un momento donde los desacuerdos son muy presentes.

Por otra parte, no importa tanto si la conversación es con el padre o la madre, lo que sí importa es que
la conversación se haga. Para conseguir el esperado diálogo es importante que él o ella sepan de qué
nos gustaría hablar en concreto..., después ser pacientes, saber esperar, no perder el sentido del
humor y no desistir. También ayuda recordar que esta es una edad en la que nuestros hijos toman
decisiones cada vez más difíciles (¿quién tiene razón mis padres o los amigos? ¿Qué pensarán mis
amigos si no soy como ellos?). Es un tema complejo para los padres, pero también lo es para los hijos.

Sexualidad y estilo educativo


La sexualidad, como cualquier otro tema relacionado con el desarrollo de los hijos, va muy unido al
estilo educativo de la familia. Amaremos de acuerdo a cómo nos hemos sentido queridos. La
expresión de la intimidad pasa por enseñar a un hijo a mostrar sus sentimientos, acostumbrarlo a
ponerlos en él nombre: enojo, dolor, deseo..., a saber identificar las emociones y, en esto, los
padres somos y hemos sido modelos significativos. Nuestra meta debe ser enseñarles que los
sentimientos son parte de la información que interviene en cualquier decisión interpersonal.
El amor y el sexo son sentimientos en el sentido más puro de la
palabra
Cuando se hacen mayores las cosas que la preocupan son más complicadas de afrontar. Hablar de
sexo con un adolescente no es fácil, lo sabemos. A menudo, se cierran en banda y prefieren
resolver dudas con los amigos. Pero debemos estar a su lado en este momento tan importante y
hacerle entender que no todo el monte es orégano.

Pautas para hablar de sexualidad con un adolescente


 La sexualidad es positiva y así se lo puedes hacer ver. Si lo primero que le dices es "¡no lo
hagas!", la desconexión está asegurada.
 Los chicos también necesitan atención. Es más sencillo hablar de sexo con las chicas ya que
la llegada de la menstruación hace el camino más fácil. Con los chicos, sin embargo, puede
resultar algo violento tratar temas como los sueños eróticos o las primeras eyaculaciones. Pero
hay que afrontar como algo natural.
 Explica todo punto por punto. Exponle que la atracción sexual es gradual: comienza con una
sonrisa, continúa con besos, luego vienen los tocamientos y todo culmina con la relación
propiamente dicha.
 Los chicos y las chicas necesitan instrucciones diferentes. En el caso del consentimiento,
por ejemplo, las chicas tienen que aprender a decir no, mientras que los chicos deben ser
advertidos del peligro que supone asumir un consentimiento.
 Escúchales cuidadosamente. Cada época tiene una jerga y su seguro que es diferente a lo que
tú utilizabas. Cuando más bien la aprendas, más bien sabrás por dónde empezar.
 Deja claros los peligros del sexo oral. A menudo, se ve el sexo oral como una cosa segura
que, además, permite no perder la virginidad. Hay que explicar los peligros de transmisión de
enfermedades que puede provocar esta práctica.
 Haz una lista para ayudar a tomar decisiones. Habla de temas básicos: el amor, la presión que
pueden ejercer la pareja y los amigos, la influencia del alcohol y las drogas,... este será un buen
momento para hablar de valores: cuando y porqué uno toma la decisión de tener relaciones.
 Habla de las consecuencias emocionales del sexo. El sexo nos hace más vulnerables,
emocionalmente hablando, los corazones rotos hacen más daño si la ha habido...
 Padre y madre son igual de importantes. Cada uno aporta su punto de vista. Sólo las madres
pueden explicar a los hijos el misterio de las mujeres y los padres pueden explicar a las hijas el
comportamiento masculino.
 Usa todas las herramientas que tengas a su alcance. La televisión, las películas, la prensa
pueden dar bastante información útil. Cualquier cosa puede ser una buena excusa para hablar de
sexo.

Bibligrafia
Almendro Cezón, Montserrat (2007): Cómo hablar con los hijos sobre sexo. Madrid: Editorial CCS.
Fourgnaud, Agathe (2006): Los jóvenes y el sexo. Bilbao: Ediciones Mensajero.

Pellegrini, R., Veglia, F. (2007): Érase una vez, la primera vez: cómo hablar de sexo y amor en familia
y en la escuela. Barcelona: Editorial Graó.

Gemma Lienas. El diario rojo de Carlota

Andreu Martin, Jaume Ribera: El diario rojo de Flanagan

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La atención y sus bases fisiológicas


por Marta Guerri

Bases fisiológicas de la atención


Se han logrado relacionar a lo largo del tiempo e intensos estudios neurofisiológicos, diversas
estructuras cerebrales que ayudan al mantenimiento del estado atencional general. Las lesiones
talámicas, por ejemplo, que afectan, por ejemplo, los núcleos intralaminares o el núcleo reticular, o las
lesiones de algunas áreas de asociación polimodales de la corteza (como la corteza prefrontal, la
corteza temporal ventral o la corteza parietal posterior), producen alteraciones de atención general.

Estos diferentes sistemas activadores están formados por grupos de neuronas con el soma situado en
el tronco del encéfalo que envían sus axones a múltiples localizaciones diencefálicas y telencefálicas.
En el caso de las proyecciones colinérgicas, si bien es cierto que algunas de estas se originan en el
tronco del encéfalo, hay un grupo muy importante de axones que proporcionan inervación en la corteza
y el hipocampo que tienen su soma situado al cerebro anterior basal.

Igualmente, la histamina, otra sustancia neurotransmisora, modula también la actividad de otras


áreas del encéfalo, pero en este caso, los somas de los axones histaminérgicos se localizan en
el hipotálamo.

Tradicionalmente, sin embargo, se ha hablado de la formación reticular troncoencefálica como el


sistema activador más importante del encéfalo. Actualmente dividimos la formación reticular en
diferentes grupos neuronales que se diferencian en función del neurotransmisor que usan
(acetilcolina, dopamina, serotonina o noradrenalina). Estos sistemas activadores envían proyecciones,
algunas de las cuales a través del tálamo, en múltiples estructuras diencefálicas y telencefálicas, como
la corteza, modulando su actividad.

Principales vías noradrenérgicas del encéfalo originadas en el locus coeruleus (locus cerúleo).
Nos centraremos en el papel activador de la noradrenalina, ya que es uno de los sistemas mejor
estudiados. La mayor parte de vías noradrenérgicas se originan en el locus cerúleo, situado en la
protuberancia del tronco del encéfalo.

Las neuronas pueden mostrar dos tipos de actividad diferenciables. En primer lugar, todas las
neuronas responden cuando son estimuladas por alguna sustancia neurotransmisora. Esta respuesta
se llama señal, ya que es consecuencia de algún evento interno o externo que ha afectado el
organismo. En segundo lugar, muchas neuronas muestran una determinada frecuencia de descarga
basal, en ausencia de estimulación, que llamamos ruido. La noradrenalina incrementa la capacidad de
procesamiento de la información incrementando el cociente señal / ruido, ya que incrementa la
actividad neural que sigue una estimulación (señal) sin afectar sobre el ruido. De este modo, se
consigue que la actividad neural consecuencia de una estimulación destaque por encima de la
actividad basal, con lo cual se facilita la detección de los estímulos.

La noradrenalina incrementa la capacidad de procesamiento de la información


en diversas áreas del encéfalo incrementando la respuesta de las neuronas
cuando éstas son estimuladas.
Baja actividad del locus coeruleus
Así, pues, en condiciones de baja actividad del locus cerúleo, las neuronas de otras áreas del
encéfalo reaccionarán poco a la estimulación, disminuyendo la capacidad de detección de los
estímulos; es decir, disminuyendo el estado atencional general. Esto es característico de la fase de
sueño, por ejemplo.

Alta actividad del locus coeruleus


En condiciones de alta actividad del locus cerúleo, en cambio, las neuronas mostrarán una respuesta
incrementada a la estimulación. Esta situación provoca un estado atencional general hipervigilante, en
el que se detectan fácilmente una gran cantidad de estímulos, pero se dificulta la atención selectiva y
se incrementa la distracción. Esto es característico de las situaciones peligrosas, innovadoras y en
general de los estados de ansiedad.

Actividad moderada del locus coeruleus


Finalmente, si la actividad del locus cerúleo es moderada, se pueden detectar fácilmente los
estímulos relevantes a la vez que se impide la interferencia de estímulos irrelevantes. En esta
condición, además, la atención se puede focalizar fácilmente, ya que la aparición de un estímulo
sobresaliendo provoca una hiperactivación puntual del locus cerúleo, lo que aumenta la probabilidad
de detección de este estímulo.

El papel de lóbulo parietal en la atención


Los estudios electrofisiológicos en primates han detectado neuronas en el lóbulo parietal que
incrementan su frecuencia de descarga cuando el animal focaliza su atención en un estímulo
significativo. Este incremento en la actividad se mantiene durante todo el período durante el cual el
animal focaliza su atención en el estímulo, y desaparece cuando deja de prestarle atención.
El lóbulo parietal contiene neuronas que responden específicamente durante los periodos de atención
a estímulos relevantes.

El síndrome de negligencia contralateral


Después de una lesión cerebral algunos pacientes muestran un trastorno atencional conocido con el
nombre de síndrome de negligencia contralateral.

El síndrome de negligencia contralateral suele estar causada por lesiones en la corteza parietal
del hemisferio derecho.

Los pacientes que presentan este síndrome no atienden a los objetos presentados mediante cualquier
modalidad sensorial al lado contralateral a la lesión. En algunos casos tampoco prestan atención a las
partes de su cuerpo contralaterales a la lesión. En ningún caso no presentan ningún déficit sensorial o
motor que pueda explicar el trastorno.

Dibujos hechos por pacientes con síndrome de negligencia contralateral. Se puede ver como omiten
casi completamente el lado izquierdo del dibujo.

El déficit atencional hacia el lado contralateral a la lesión no afecta únicamente a la percepción de los
estímulos, sino también a su representación mental. Así, en un experimento, se pidió a sujetos con
síndrome de negligencia que describimos de memoria un espacio conocido por todos ellos (la plaza del
Duomo de Milán). Se observó que los pacientes sólo describían los detalles situados junto ipsilateral a
la lesión. Cuando se les pidió que, mentalmente, se situaran en el lado opuesto de la plaza, sólo
describieron aquellos detalles que anteriormente habían omitido.

Dado que la lesión causante de este síndrome suele afectar el hemisferio derecho, estos
pacientes no reaccionan ante estímulos presentados en el lado izquierdo, ya veces descuidan
completamente el lado izquierdo de su cuerpo, olvidándose de lavarlo, vestirse, afeitarse, etc. Los
casos más extremos llegan a negar su existencia. Algunos pacientes, por ejemplo, han llegado a
afirmar que en su cama había una pierna o un brazo que no eran suyos (haciendo referencia a su
pierna o a su brazo izquierdos).

Como hemos comentado, la mayor parte de veces el síndrome de negligencia contralateral es


consecuencia de lesiones parietales en el hemisferio derecho. Esto se debe a que mientras el
hemisferio izquierdo controla la atención que se dirige al lado derecho, el hemisferio derecho controla
la atención que se dirige a ambos lados. De esta manera, el déficit de atención que se observaría tras
lesiones parietales izquierdas, queda compensado por el control bilateral de la atención ejercido por el
lóbulo parietal derecho.

Bases fisiológicas de la atención selectiva


Los mecanismos fisiológicos de la atención selectiva han sido muy bien estudiados junto al sistema
visual. Por ejemplo, cuando presentamos simultáneamente dos estímulos al campo receptor de
una neurona de un área visual, estos competirán entre sí para que se favorezca la percepción
de uno.

Los mecanismos de selección del estímulo atender son bastante complejos, e incluyen aferencias
reguladoras provenientes de la corteza prefrontal y otras áreas de asociación. Así, por ejemplo,
podemos seleccionar un estímulo sobre el que focalizar la atención dependiendo de si previamente su
aparición ha ido seguida por la presentación de un reforzador. En este caso, son las áreas de la
corteza prefrontal donde se almacena esta asociación estímulo-reforzador, las responsables de que el
campo receptor de las neuronas de las áreas visuales de asociación se reduzca alrededor de este
estímulo condicionado.

La atención selectiva nos es muy útil en numerosas situaciones de la vida cotidiana.


Imaginemos, por ejemplo, que estamos en el cine y buscamos una amiga que es rubia.
Automáticamente, las neuronas de las áreas visuales de asociación encogen su campo receptor en
torno a los estímulos que coincidan con la característica "rubia", por lo que nos será mucho más fácil
de encontrar nuestra amiga.

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