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La Divina Proporción

por
J. Ignacio Extremiana Aldana1 , Universidad de La Rioja

La Geometrı́a tiene dos grandes tesoros: uno el Teorema de Pitágoras;


el otro es la división de una lı́nea en una proporción extrema y una
media.
Kepler

Esta charla es parte de un trabajo emprendido hace tiempo con motivo del home-
naje a un querido compañero y amigo: José Javier Guadalupe (Chicho). Sin prisas
(y esperamos que con pocas pausas) estudiamos y recopilamos temas geométricos
que han tenido (y tienen) gran trascendencia en la historia de la humanidad y que,
además, pueden ser aprovechados para “acercar las matemáticas a la sociedad” que
era uno de los grandes objetivos que se planteó el Año Mundial de las Matemáticas
2000, año en el que un desgraciado accidente nos privó de Chicho para siempre.
Hemos titulado la charla “La Divina Proporción” podíamos haber elegido otro
título distinto para hablar del mismo tema; por ejemplo “el número de oro”, “el
número aúreo”, “la proporción aúrea”, “la estética de las proporciones”, “la sucesión
de Fibonacci” , etc. . . Hay mucha bibliografía al respecto. Al final daremos las
razones “teológicas” por las que hemos elegido este título. Antes comentaremos
algo de sus orígenes, de sus primeras propiedades y contaremos alguna historieta.

La esperanza es el único bien común a todos los hombres; los que todo
lo han perdido la poseen aún.
Tales de Mileto
1
Trabajo en colaboración con L. Javier Hernández Paricio y M. Teresa Rivas Rodrı́guez

17
18 2. La Divina Proporción

Figura 1 Manzanas y naranjas

“Retorna a lo antiguo y serás moderno” (Giuseppe Verdi)


Comenzamos mostrando una imagen (Figura 1) tomada de la página web de
George W. Hart (cuya visita recomiendo encarecidamente). Esta imagen aparece
en el cartel anunciador de la presente edición del Seminario Permenente de Actua-
lización en Matemáticas, que organiza el Departamento de Matemáticas y Com-
putación de la Universidad de La Rioja desde hace 24 años.
Se trata de un dodecaedro y de un icosaedro cuyos vértices son naranjas y man-
zanas respectivamente. Cuando los organizadores del Seminario eligieron la ima-
gen se nos ocurrió que podíamos preparar una charla sobre la proporción que rige
la construcción de ambos poliedros: la Divina Proporción; quizá porque, como dice
Luca Pacioli en su tratado cuyo título es el mismo que el de esta charla “no hay
nada en el intelecto que previamente no se haya ofrecido de alguna manera a
los sentidos”. Nuestros sentidos se inclinan hacia lo que les resulta más agrada-
ble y atractivo, lo que les resulta bello. Ahora bien, ¿qué es la belleza? ¿por qué
unos objetos son bellos y otros no? Estas preguntas han tratado de ser respondi-
das muchas veces en diferentes culturas. La idea más extendida es que la belleza
podría consistir de, por ejemplo, las proporciones en las dimensiones. Esta idea se
atribuye a Pitágoras quien habría descubierto el hecho de que ciertas proporciones
aritméticas en los instrumentos musicales, como las longitudes de las cuerdas, pro-
ducen armonía de tonos. En la Figura 2 mostramos una ilustración de la Theorica
Musice, de Gafurio, 1492, en la que aparecen los números marcando o dirigiendo
la escala musical. Sobre la base de estas armonías musicales los antiguos griegos
19

intentaron explicar también la belleza en las proporciones del cuerpo humano, de la


arquitectura y otros objetos.

Figura 2 Escala musical


Pitágoras y los Pitagóricos
Llegados a Grecia, recordaremos su geometría. Herodoto (485-425 a.C.) afirma
que los orígenes de la geometría griega están en Egipto:
. . . Dijeron también que este rey (Sesostris) dividió la tierra entre todos
los egipcios de modo que a cada uno le tocara un cuadrángulo de igual tamaño
y tomara de cada uno sus ingresos, estableciendo un impuesto que se exigı́a
anualmente. Pero cuando el rı́o invadı́a una parte de alguno, éste tenı́a que ir
a él y notificar lo que habı́a sucedido. Enviaba entonces supervisores, quienes
tenı́an que medir en cuanto se habı́a reducido el terreno, para que el propietario
pudiera pagar sobre lo que le quedaba, en proporción al impuesto total que se
habı́a fijado. En esta forma, me parece que se originó la geometrı́a y pasó
entonces a Hélade (Grecia).
La principal fuente de información que tenemos sobre la Geometría griega es
el Sumario de Eudemo de Proclo, que es un esbozo muy breve del desarrollo de
la geometría griega desde los tiempos primitivos hasta Euclides. Proclo vivió en el
siglo V d. C., pero tuvo acceso a varios trabajos históricos y críticos que ahora se
han perdido. Entre ellos una historia completa de la geometría griega escrita por
Eudemo el cual había sido alumno de Aristóteles.
El primer gran matemático al que hace referencia es Tales de Mileto2 . El se-
2
Uno de los 7 sabios de Grecia junto con Pı́taco de Mitilene, Bı́as de Priene, Cleóbulo
20 2. La Divina Proporción

gundo gran matemático que se cita en el Sumario es Pitágoras de Samos. Ambos


viajaron a Egipto y Mesopotamia. El primero pudo haber iniciado al segundo en la
matemática3 .
Pitágoras juega un papel decisivo en la historia de las matemáticas (y de la
humanidad). Nació en la isla de Samos, colonia jónica cercana a Mileto en la costa
del mar Egeo, su padre fue Menesarco. Se distinguen tres etapas en su vida. De
la primera se destaca su relación con Tales, quien, como hemos dicho antes, pudo
iniciarle en las matemáticas. En esta etapa pudo haber participado en los Juegos de
la 48◦ Olimpiada, en los que habría obtenido la rama de olivo en las competencias
de pugilato.
La segunda etapa corresponde a sus viajes (pudo haber viajado a Egipo y Me-
sopotamia) de los que regresa a Samos en la que gobierna el tirano Policrates. Por
“divergencias” con éste, Pitagoras se exilia a Crotona, en el golfo de Tarento, al
sur de la actual Italia. En esta ciudad se asienta y crea la hermandad Pitagórica4 .
Vive en la casa de Milo, con cuya hija, Theano, se casa. De Theano se dice que
fue la primera mujer matemática y que dirigió la hermandad después de la muerte
de Pitágoras, a pesar de que en ella estaban prohibidas las mujeres (al menos para
asistir a las reuniones públicas). Esta hermandad se extendió rápidamente y llegó
a alcanzar el poder político en varias ciudades como la propia Crotona, Síbaris
(vecina a Crotona y famosa por su gusto a la vida opulenta) y otras ciudades.
En Crotona se produce la primera gran rebelión contra los pitagóricos, en la que
durante una revuelta se incendia la casa de Milo, en la que vivía Pitágoras. Éste se
refugia en Tarento y luego en Metaponto, donde muere. En Metaponto, años más
tarde, hacia el 450 a. C., durante otras revueltas, mueren en un incendio gran parte
de los miembros de la comunidad. Entre los que lograron salvarse se encuentran
Filolao de Crotona, Hipaso de Metaponto e Hipócrates de Chios. Filolao fue acu-
sado de haber divulgado los secretos matemáticos y filosóficos de la Comunidad en
sus escritos y de haber vendido a Dionisio de Siracusa tres libros que contenían la
de Linde, Periandro de Corinto, Quilón de Lacedemonia y Solón de Atenas. Platón en el
dilogo Protágoras señala a Mirón en lugar de Periandro.
3
Como curiosidad señalemos que el siglo VI a. C. fue el de los grandes mı́sticos; en ese
periodo vivieron: Zoroastro (Zaratustra) (660-583 a. C.), Lao Tse (604-510 a. C.), Confucio
(551-479 a. C.), Buda (560-477 a. C.) y Pitágoras (580-500 a. C.).
4
Fraternidad esotérica, dedicada a la práctica del ascetismo, la comunidad de bienes y
el estudio de las matemáticas para obtener la realización de la armonı́a interior, acorde con
la gran armonı́a del cosmos, a la que se accede por la gnosis numeral (“Todo está dispuesto
conforme al Número”).
21

doctrina secreta del pitagorismo. Platón pudo tener acceso a estos escritos, dada
su amistad con el hermano de Dionisio, Dión. Arquitas de Tarento, discípulo de
Filolao, que fue Regente de Tarento y siete veces generalísimo, fue quien inició a
Platón en el pitagorismo. Hipaso fue expulsado de la comunidad por dar a conocer
a los profanos el secreto de la esfera de los doce pentágonos y de la naturaleza de
lo conmensurable y lo inconmensurable; sus excompañeros le construyeron una
tumba para escenificar que para ellos ya había muerto. Moriría años más tarde en
un naufragio del que se sospecha que fueron responsables sus excolegas. Parece que
fue Hipaso quien planteó la existencia de magnitudes inconmensurables estudiando
la figura del pentágono regular (luego hablaremos de esto); sin embargo, Yámblico
le concede el descubrimiento al propio Pitágoras.
Los Pitagóricos recopilaron las enseñanzas del Maestro en el Ieros Logos (Dis-
curso sagrado). Se dividían en dos tipos: Matemáticos (conocedores) y Acusmáti-
cos (oídores).
Hemos mencionado que tanto Tales como Pitágoras habrían viajado a Egipto.
Pues bien, es posible que en los constructores y decoradores del antiguo Egipto
usasen algún tipo de teoría matemática de las proporciones. Se sabe que en torno al
600 a. C. investigadores egipcios midieron los relieves en Sakkara, en la tumba del
faraón Zhoser, que fueron hechos hacia el 2800 a. C. Sobre esta base, construyeron
un sistema de proporciones que más tarde fue ampliamente usado. Tal vez es este
sistema lo que ahora podemos ver en muchos relieves egipcios como finas líneas
sin significado aparente. En la Figura 3 podemos ver un ejemplo típico de Lepsius
-
(1849): Denkm-aler aus Agypten -
und Athiopien.

Figura 3 Proporciones (?) egipcias


Creación y belleza
Platón, de quien ya hemos comentado su relación con el Pitagorismo, en el
Timeo, quizás el más platónico de sus diálogos según los expertos, nos ofrece su
visión de construcción del Universo, del Cosmos (orden), en oposición al Caos.
22 2. La Divina Proporción

Según Platón el mundo real es una copia imperfecta del mundo de las ideas hecha
por el Demiurgo, ser inteligente y bueno al que le atrae la belleza y trata de recrearla.
Este personaje crea en primer lugar el alma del mundo y la esfera celeste (lo hace
dándole forma esférica, la más perfecta) en cuyo centro está la Tierra. Después
se ocupa de la materia con la que está hecho el mundo; se compone de cuatro
elementos: fuego, tierra, aire y agua. Los elementos han de ser “sólidos” (pues las
cosas no solamente son planas sino que tienen profundidad) y han de ser capaces
de recomponerse unos en otros. Puesto que han de ser sólidos, esto es, limitados
por planos y un plano está compuesto por piezas sencillas (triángulos), el Demiurgo
elige de éstos los más bellos: el triángulo rectángulo isósceles (con dos piernas —
catetos— iguales, es decir, la escuadra) y el triángulo rectángulo escaleno (cojo) que
posee la propiedad de tener la hipotenusa de doble longitud que uno de sus catetos
(el cartabón). A partir de seis de estos últimos triángulos construye el triángulo
equilátero y, con estas piezas, el tetraedro, el octaedro y el icosaedro. Con cuatro
triángulos rectángulos isósceles construye el cuadrado y con seis de éstos el cubo.
Concluye, analizando las propiedades de los elementos y de los cuatro poliedros
anteriores, que los átomos de tierra son cubos, los de agua octaedros, los de aire
icosaedros y los de fuego tetraedros. Como le queda una última configuración re-
gular (el dodecaedro) la asocia con el cosmos, con la quintaesencia.
Como podemos comprobar, la idea de belleza está presente en toda la creación
platónica, relacionada con la de bondad, simplicidad y orden.
Esta idea de belleza sigue considerándose así a lo largo de la historia de la
humanidad. Repasaremos a continuación algunos ejemplos.

Figura 4 Proporciones medievales


Vitruvio decía que un edificio es bello cuando la apariencia de la obra es agra-
dable y de buen gusto, y cuando sus miembros son de las debidas proporciones de
23

acuerdo a los principios correctos de “simetría” (donde “simetría” significa “una


concordancia correcta entre los miembros de la obra misma, y relación entre las
diferentes partes y el esquema general del conjunto en concordancia con una cierta
parte elegida como estándar”). En la Edad Media, la investigación de la belleza
solía ser clasificada como una rama de la teología. El argumento era que la belleza
es un atributo de Dios. El investigador más notable fue San Agustín. Dijo que la
belleza consiste en unidad y orden que surgen de la complejidad. Tal orden podría
ser, por ejemplo, ritmo, simetría o simples proporciones.
Tomás de Aquino (1225 - 1274), escribió sobre la esencia de la belleza. Pensaba
que la belleza era el resultado de tres prerrequisitos: integridad o perfección, ar-
monía y claridad o brillantez. El mayor arquitecto-escritor del Renacimiento, Leon
Battista Alberti (1404-72), puso el énfasis en los atributos formales de los edificios
y sus detalles, proporcionalidad y ornamentación. La Belleza es “una armonía de
todas las Partes, en cualquier sujeto en que aparezca, ensamblado con tal proporción
y conexión, que nada podría añadirse, disminuirse o alterarse, si no es para peor”.
Como curiosidad quiero añadir que el estudio de la belleza como una cualidad de
los objetos fue reavivado en un enfoque moderno en 1928 cuando el matemático
norteamericano George David Birkhoff presentó la siguiente ecuación:
cantidad de orden
valor estético =
complejidad del artefacto
El mismo Birkhoff sometió a prueba la ecuación diseñando un vaso (Figura 5)
que, en su opinión, tenía un gran valor de belleza.

Figura 5 Vaso de Birkhoff


No es Birkhoff el único matemático que se preocupa por la belleza. Hardy decía
que no hay lugar en el mundo para las matemáticas feas. ¿Cuáles son las matemáti-
cas más bellas? No sé responder a esta pregunta. A mí todas las matemáticas me
parecen guapas. Sí sé responder a otra pregunta: ¿cuáles son los teoremas más be-
llos? Me fío de David Wells, quien, hacia 1989, publicó un listado de los teoremas
más bellos en el Mathematical Intelligencer. En la actualidad puede encontrarse un
listado similar en la siguiente página web:
24 2. La Divina Proporción

www.geocities.com/CapeCanaveral/Lab/6386/geobook.html
Además puede votarse por el teorema que más le guste a cada visitante. Re-
producimos, por orden de belleza, un listado de algunos de los teoremas que allí
aparecen referidos.
1.- eiπ = −1
2.- Fórmula de Euler: V + F = E + 2.
3.- El número de primos es infinito.
4.- Existen 5 poliedros regulares.
Xn
π2 1
5.- = lim 2
.
6 n→∞
k=1
k
6.- Una aplicación continua del disco unidad en sí mismo tiene un punto fijo.

7.- 2 no es racional.
8.- π es trascendente.
9.- Todo plano puede ser coloreado con 4 colores.
10.- Todo número primo de la forma 4n+1 es la suma de dos cuadrados de exac-
tamente una manera.
13.- Un icosaedro regular inscrito en un octaedro regular divide los ejes en la
Razón áurea.
Remarcaremos que los que ocupan los lugares 2◦ , 4◦ , 7◦ y 13◦ tienen relación
directa con el tema que estamos tratando y que en todos los que aparece el número
π indirecta, como veremos más adelante.
Experimento
Antes de continuar vamos a hacer un pequeño experimento. En la Figura 6
aparecen cinco rectángulos pintados cada uno de diferente color. Pedimos al lector
que, haciendo abstracción del color en que cada uno está pintado, piense cuál le
resulta más agradable por su forma, por sus proporciones.
Confío en que, la mayoría de los observadores hayan elegido el rectángulo azul
(¡menudo chasco si no es así!). El rectángulo rojo es el que marca el formato 16/9
(el de las televisiones panorámicas),
√ el verde es el habitual de las hojas A0, A1,
A2, A3, A4. . . es decir el formato 2,5 el amarillo es el 36/24 de las fotografías y

Si a y b denotan, las longitudes de los lados de un rectángulo y se verifica que ab = 2,
5

también b/ a2 = 2. Es decir, doblando por la mitad del lado más largo este rectángulo se
25

diapositivas; el que está en blanco y negro tiene en su interior una galaxia, lo hemos
dejado así pues del cosmos y de la creación del universo algo hemos hablado. Del
azul es del que nos vamos a ocupar.

Figura 6 Rectángulos (rojo, amarillo, verde, azul y cosmos)


En 1876, Fechner6 , inventor de la psicología física, estudió las ideas de belleza

obtiene en cada una de las dos partes otro rectángulo 2.
6
Gustav Theodor Fechner nació el 19 de abril de 1801. Murió el 18 de noviembre de 1887.
Estudió medicina en la Universidad de Leipzig, Alemania, y posteriormente fue profesor de
Fı́sica en esta misma universidad. Fue el padre de la Psicofı́sica (vinculación de sensación
y percepción con magnitudes de estı́mulos fı́sicos.) El interés de Fechner por la psicofı́sica
derivaba de su esperanza de resolver con ella el clásico problema de la mente y el cuerpo.
Fechner creı́a que habı́a resuelto dicho problema, demostrando gracias a la psicofı́sica que
mente y cuerpo son sólo dos aspectos distintos de una misma realidad subyacente.
26 2. La Divina Proporción

e hizo experimentos en su laboratorio sobre las preferencias estéticas de gente co-


rriente sin ningún aprendizaje estético. Pidió a numerosas personas que escogieran
entre diferentes rectángulos (incluyendo el cuadrado) aquél cuya forma les agradase
más. Los rectángulos que resultaron mayoritariamente elegidos fueron los que
tienen proporciones similares a las del azul.

Figura 7 Gustav Theodor Fechner


Este rectángulo tiene una importante característica geométrica, similar a la del
verde, que puede observarse en la figura 8 si se “quita” un cuadrado de lado la parte
más pequeña, la región que queda es otro rectángulo de las mismas proporciones
que el original.

Figura 8 Varios rectángulos de las mismas proporciones


Proporciones (El número de oro)
Así pues, aunque hay otras definiciones y opiniones acerca de lo que es la
belleza, buena parte de las mismas coinciden en que la belleza es armonía en las
proporciones. Estudiemos pues proporciones. Y, como queremos seguir siendo
modernos, volvamos a lo antiguo: ¿qué entendían los griegos por proporción?
Entendían por proporción la igualdad de dos razones y por razón el cociente
de dos magnitudes homogéneas. Las magnitudes deben ser medidas y para ellos
se necesitan números, pero, por ahora mejor no entramos en lo que los griegos
entendían por número, ni las ciencias que lo estudian: Aritmología (Mística del
27

Número) que se ocupa del número puro; Aritmética, que se ocupa del número cien-
tífico abstracto y Cálculo, que trata de números concretos. Vamos a hacer como
siempre han hecho los matemáticos para tratar de cosas complicadas, comenzamos
simplificando y tratando los casos más sencillos. De paso, comenzamos a cumplir
alguno de los requisitos que Chicho exigía para las charlas de Matemáticas: ¡que
haya alguna fórmula!

Figura 9
Consideramos la figura geométrica más sencilla que podamos imaginar (Figura
9): un segmento de línea con extremos A y B. Consideramos un punto M que esté
en el segmento. Vamos a estudiar la forma en la que este punto M parte o divide el
segmento original. Denotamos por a el segmento AM por b el segmento MB y por
c el segmento AB. Podemos formar las siguientes 6 razones:
a a b b c c
; ; ; ; ;
b c a c a b
Obviamente con estas 6 razones podemos formar las siguientes 15 proporciones
(combinaciones de 6 elementos tomadas de 2 en 2).
i)
a a b c b c
= ; = ; =
ii) b c a a c b
a c b b a c
= ; = ; =
iii) b b a c c a
a c c b
= ; =
iv) c b a c
a b c c a b
= ; = ; =
v) c c a b b a
a c b a
= ; =
vi) b a a c
a b b c
= ; =
b c a b
De cualquiera de las tres primeras proporciones se obtiene que b = c es decir,
que el punto M concide con el punto A, luego no hay partición del segmento. De
las tres segundas se obtiene a = c, el punto M coincide con el punto B y tampoco
28 2. La Divina Proporción

hay partición. La igualdad propuesta en iii) es imposible pues una razón es mayor
que 1 y la otra menor que 1.
Nos quedan pues 7 razones “vivas”. De iv) se sigue que a = b , es decir obtene-
mos una partición simétrica (M es el punto medio del segmento).
De v) y de vi) se sigue que la longitud de AB se ha dividido en dos partes
desiguales de modo que la mayor es a la menor como la suma de las dos es a la
mayor. b+a a
=
a b
Dicho de otra forma, el punto M divide al segmento AB en media y extrema razón.
Esta es la partición asimétrica más directa y más en armonía con el mínimo es-
fuerzo. Esta igualdad puede escribirse: b2 + ab = a2 y, haciendo ab = x, se obtiene
la ecuación:
x2 − x − 1 = 0,
de soluciones: √ √
1+ 5 1− 5
;
2 2
cuyo producto es −1 y cuya suma es 1.
A la primera de estas raíces, siguiendo a Mark Barr y a Schooling en los anexos
de Las curvas de la vida, la denotamos por φ, en honor a Fidias. Este número es
llamado (se dice que por primera vez por Leonardo) el número de oro.
Observaciones sobre φ
i) Obviamente φ es un número irracional ya que es solución de la ecuación
x2 − x − 1 = 0, cuyas únicas posibles raíces racionales son 1 y −1.
ii) φ es un número algebraico (no es trascendente). Recordar que los números
algebraicos son aquellos que pueden ser raíces de una ecuación algebraica de
coeficientes racionales cuyos términos sean potencias enteras de x. Algunos
de estos números (como es el caso de φ) pueden ser representables por una
construcción euclidiana, es decir, con regla y compás.
Propiedades de φ
i) φ2 = 1 + φ. (φ es solución de la ecuación x2 − x − 1 = 0).
ii) φ = 1 + 1/φ .
iii) φ = 1, 618 . . .; 1/φ = 0, 618 . . .; φ2 = 2, 618 . . .
29

iv) φ2 = 1 + φ
φ3 = φ + φ2
φ4 = φ2 + φ3
φ5 = φ3 + φ4
.. . .
. = .. + ..
φn = φn−1 + φn−2
Esta relación es válida para valores negativos y fraccionarios de los expo-
nentes. Notar que esta progresión geométrica (1, φ, φ2 , φ3 , . . . ) cuya razón es
φ verifica que cada término es la suma de los dos anteriores. En realidad esto
es válido para cualquier progresión geométrica cuya razón sea φ. Algunos au-
tores dicen: esta serie es, pues, a la vez multiplicativa y aditiva, es decir,
participa al mismo tiempo de la naturaleza de una progresión geométrica
y de una aritmética.
v) φ0 = 1 +
φ1 = 1 + 1/φ
φ2 = 2 + 1/φ
φ3 = 3 + 2/φ
φ4 = 5 + 3/φ
φ5 = 8 + 5/φ
φ6 = 13 + 8/φ
.. . .
. = .. + ..
Notar que en la segunda y tercera columna (en los numeradores) aparece la
sucesión 1,1,2,3,5,8,13,21,. . .

vi) φ = 1/2 (1 + √5)
φ2 = 1/2 (3 + √5)
φ3 = 1/2 (4 + 2√5)
φ4 = 1/2 (7 + 3 √5)
φ5 = 1/2 (11 + 5√5)
φ6 = 1/2 (18 + 8 5)
.. .
. = ..
Notar que en la segunda columna aparece la sucesión 1,3,4,7,11,18,. . . y en la
tercera columna la sucesión 1,1,2,3,5,8,13,21. . .

vii) Denotar ψ = 1/2 (1 − 5). Entonces:
30 2. La Divina Proporción


ψ = 1/2 (1 − √5)
ψ2 = 1/2 (3 − √5)
ψ3 = 1/2 (4 − 2√5)
ψ4 = 1/2 (7 − 3 √5)
ψ5 = 1/2 (11 − 5√5)
ψ6 = 1/2 (18 − 8 5)
.. .
. = ..
viii) Sumando las igualdades de los dos ítems anteriores obtenemos:
φ + ψ = 1
φ2 + ψ 2 = 3
φ3 + ψ 3 = 4
φ4 + ψ 4 = 7
φ5 + ψ 5 = 11
φ6 + ψ 6 = 18
.. .
. = ..

ix) y restándolas: φ − ψ = √5
φ2 − ψ2 = √5
φ3 − ψ3 = 2 √5
φ4 − ψ4 = 3 √5
φ5 − ψ5 = 5 √5
φ6 − ψ6 = 8 5
.. .
. = ..
v s
x) u r
u q
t √
φ= 1+ 1+ 1+ 1 + ...

Para obtener esta ecuación basta aplicar “indefinidimente” la fórmula φ2 =


1 + φ.
xi) 1
φ=1+
1
1+
1
1+
1
1+
1
1+
1 + ...
Para obtener esta ecuación basta aplicar “indefinidamente” φ = 1 + 1/φ.
31

xii) 1 1
=
φ 1
1+
1
1+
1
1+
1
1+
1 + ...
Consecuencia inmediata del ítem anterior.

Conejos y pasatiempos
Las sucesiones
1 1 2 3 5 8 13 21 34 55 89 144 233 377 . . . .
y
1 3 4 7 11 18 29 47 76 123 199 322 . . . .
que han aparecido repetidamente en la subsección anterior son, respectivamente,
las sucesiones de Fibonacci y de Lucas.

Figura 10 Leonardo de Pisa (Fibonacci)


El primero de ellos, Leonardo de Pisa (Figura 10), conocido como Fibonacci
(hijo de buen carácter) nació en Pisa hacia 1170 y murió alrededor de 1250 (es con-
temporáneo de Ricardo Corazón de León). Estuvo en contacto con la cultura árabe
y escribió, además de Practica Geometriae (1220) y Liber quadratorum (1225), el
Liber Abaci (libro del ábaco) en 1202, de éste último sólo se conserva la versión
de 1228. En él, entre otras cosas, resalta la importancia del sistema de numeración
indoarábido7 . En las páginas 123 y 124 de este libro propone el conocido problema
7
Como curiosidad cabe resaltar que el primer documento del occidente europeo en el que
32 2. La Divina Proporción

sobre el nacimiento de conejos que da lugar a esta famosa sucesión que, curiosa-
mente, aparece en multitud de situaciones en la naturaleza. Cabe resaltar que la
sucesión cuyos términos son los cocientes de los números consecutivos de la suce-
sión de Fibonacci converge a φ.
El segundo de ellos, Francois Edouard Anatole Lucas (1842-1891) (Figura 11),
es conocido por sus resultados en teoría de números y en particular por haber
estudiado la Sucesión de Fibonacci. Probó (¡sin ordenador!) que el número de
Mersenne 2127 −1 = 170141183460469231731687303715884105727 es primo. Es-
cribió entre 1882 y 1894 los cuatro tomos de Récréations mathématiques, famoso
libro de pasatiempos matemáticos, y fue el inventor del juego Las Torres de Hanoi,
que apareció en 1883 como inventado por M. Claus (acrónimo de Lucas).

Figura 11 F. Edouard Anatole Lucas


Orı́genes de φ
Antes de continuar poniendo fórmulas y hablando de las propiedades algebricas
de φ es conveniente hacer algunos comentarios sobre este número y la forma de
obtenerlo.
1.- La división de un segmento en dos de tal manera que la “medida” del seg-
mento dividida por la “medida” del trozo mayor sea igual que la “medida” del trozo
mayor dividida por la del trozo menor, viene propuesta en la proposición 30 del li-
bro VI de Los Elementos de Euclides: Dividir una recta finita dada en extrema y
media razón. Si bien esta proporción aparece antes en la Proposición 11 del libro II:
Dividir una recta dada de manera que el rectángulo comprendido por la (recta)
aparecen escritas las cifras indoarábigas, del que se tienen noticias, es el Códice Vigilanus,
del siglo X; el documento está escrito por el monje Vigila en el desaparecido monasterio de
San Martı́n que estaba situado en Albelda (La Rioja). No está escrito el 0.
33

entera y uno de los segmentos sea igual al cuadrado del segmento restante.
Reproducimos (Figuras 12 y 13) dos imágenes que explican dos sencillas mane-
ras de obtener la división de un segmento en extrema y media razón y de construir
un rectángulo áureo (el cociente de las longitudes de sus lados es φ).
La comprobación de que el punto B divide al segmento AC en extrema y media
razón es una simple aplicación del teorema de Pitágoras. Notar que únicamente
se necesita regla y compás para obtener un segmento cuya medida sea φ o 1/φ;
basta considerar AC como unidad de longitud para lo primero o bien AB para lo
segundo.

Figura 12 División en media y extrema razón

Figura 13 rectángulo aúreo


2.- ¿Por qué los griegos se preocuparon de dividir un segmento en extrema y
media razón? La contestación tiene que ver con la armonía, la belleza, la cos-
mología, la primera gran crisis de fundamentos matemáticos, la creación de método
axiomático-deductivo, etc. Trataré de dar algunas ideas al respecto.
Antes de Grecia la matemática tenía una carácter empírico. Carecía de la idea de
demostración. Esto no quiere decir que no obtuviese logros importantes, pero desde
34 2. La Divina Proporción

luego es en Grecia donde la matemática toma su carácter actual. El nacimiento de


la matematica está ligado a las cuencas de grandes ríos; no sólo el Nilo, también el
Eufrates y el Tigris de Mesoptamia, el Indus y el Ganges en la India y el Hwang
Ho y el Yangtze en China. Se conservan algunas tablas de arcilla de la zona de
Mesopotamia (las más antiguas son del 3000 a. C.) y algunos papiros de Egipto,
fundamentalmente los de Moscú y Rhind (1850 a. C.; 1650 a. C.) el primero
contiene 25 problemas y el segundo 85.
No hay vestigios antiguos de las geometrías india y china, probablemente por
los materiales que utilizaron (bambú, etc).
Son los griegos los que convierten las matemáticas en la ciencia axiomático-
deductiva que es hoy. Como ya hemos comentado antes, el primer gran matemático
del que tenemos noticia es Tales y el segundo Pitágoras. Éste, según dicen, oyendo
los sonidos de martillos de diferentes tamaños, concibe la idea de la relación de los
números con la armonía musical. Se da cuenta de que las longitudes de una cuerda
que proporcinan una nota, su cuarta, su quinta y su octava son proporcionales a los
números 12, 9, 8 y 6, o bien a 1, 34 , 32 y 2, es decir, que las notas fundamentales
están determinadas por 1, 2, su media aritmética y su media armónica. O, dicho
de otra manera, están determinadas por los números 1, 2, 3 y 4. Estos hechos, y
otros, conducen a Pitágoras y a los Pitagóricos a buscar el orden y la armonía del
universo en la ciencia de los números. En su juramento de silencio nombran al
Maestro (Pitágoras) y a la Tetracto, que era la sucesión de los 4 primeros números
naturales, considerada como sucesión y como conjunto:
1 + 2 + 3 + 4 = 10.
10 es el cuarto número triangular y tiene las cualidades trascendentes de la Dé-
cada (número simbólico del Universo). Su mitad, la Péntada, característica del
cinco, participa de la esencia e importancia de la década y es también el número de
Afrodita, diosa de la unión fecundadora, del Amor generador, arquetipo abstracto de
la generación. En efecto, 5 es combinación del primer número par, femenino (dos,
díada) y del primer número impar, masculino (tres, tríada). La péntada es también
el número de la armonía en la salud y la belleza realizadas en el cuerpo humano.
Su imagen gráfica es el pentagrama, que llegó a ser el símbolo de los Pitagóricos y
de otras muchas sociedades secretas, satánicas, cabalísticas, etc.
Llegados a este punto, al pentagrama, vamos a analizar ahora algunas relaciones
numéricas que se dan entre la diagonal y el lado del pentágono regular y de la forma
en que pudieron descubrirse las magnitudes inconmensurables, o sea, los números
35

irracionales. Dos son las hipótesis, la primera es la relación de la hipotenusa con


el lado del triángulo rectángulo isósceles. La segunda, la relación entre la diagonal
del pentágono y el lado del mismo. La primera es de sobra conocida. La segunda
se obtiene mediante un proceso similar al del algoritmo de Euclides para calcular el
máximo común divisor de dos números (lo que los griegos llamaban la antiphaire-
sis). Iniciando el proceso en la relación de la diagonal con el lado y repitiéndolo tres
veces, se llega a la misma relación de la diagonal del pentágono que determinan las
diagonales del pentágono original y su lado. De tal manera que el proceso se repite
indefinidamente sin llegar a ningún “divisor” común.

Figura 14 Relación entre la diagonal y el lado de un pentágono regular


Vamos a hacer, en la Figura 14 la antiphairesis de la diagonal del pentágono con
su lado con el objetivo de conseguir el segmento que “mide” a los dos. En la figura
se observa que:
i) EB = EG + GB ; notar que EG = EA, luego
EB = EA + GB.
La diagonal del pentágono contiene al lado del mismo y le sobra “el trozo
pequeño” de la división que produce en ella otra diagonal.
ii) EA = EF + F G; notar que EF (= HG) es la diagonal del pentágono deter-
minado por las diagonales y F G el lado del mismo.
iii) HG = HK + KG, ahora bien, HK = F G, luego
HG = F G + KG,
que es exactamente la misma relación que la obtenida en el primer paso.
36 2. La Divina Proporción

Es obvio que este proceso puede seguirse indefinidamente. Es decir jamás en-
contraremos un segmento que esté contenido un “número exacto” de veces en la
diagonal y en el lado. Por lo tanto la diagonal y el lado de un pentágono regular son
segmentos inconmensurables. Por otra parte, ¿cuál es entonces la relación entre la
diagonal y el lado? Veamos:
i) Notar que los triángulos EAB y BGA son semejantes, como consecuencia:
EB AB
ii) AB
= GB
;
iii) Haciendo EG = a y GB = b, se obtiene:
a+b a
= .
a b
Es decir, la relación entre la diagonal y el lado del pentágono re-
gular es φ. Como consecuencia, φ pudo haber sido el primer número irracional
conocido.
Relaciones de φ
Con el Triángulo de Pascal.
Recordemos que φn = φn−1 + φn−2 . Aplicando reiteradamente esta igualdad
obtenemos la siguiente tabla:
φn = 1φn +
φn = 1φn−1 + 1φn−2
φn = 1φn−2 + 2φn−3 + 1φn−4
φn = 1φn−3 + 3φn−4 + 3φn−5 + 1φn−6
φn = 1φn−4 + 4φn−5 + 6φn−6 + 4φn−7 + 1φn−8
φn = 1φn−5 + 5φn−6 + 10φn−7 + 10φn−8 + 5φn−9 + 1φn−10
φn = ··· + ··· + ··· + ··· + ··· + ··· ···
Fijándonos en los coeficientes de la parte derecha de las igualdades, queda el
triángulo de Pascal
1
1 1
1 2 1
1 3 3 1
1 4 6 4 1
1 5 10 10 5 1
1 6 15 20 15 6 1
··· ··· ··· ··· ··· ··· ···
37

Como ya es conocido, cada una de las filas del triángulo son los coeficientes del
desarrollo del binomio de Newton. Lo que no es tan conocido es que en la segunda
columna aparecen los núneros naturales n, en la tercera los números triangulares
n(n + 1)
,
2!
en la cuarta los números tetraédricos
n(n + 1)(n + 2)
,
3!
en la quinta los pentaédricos
n(n + 1)(n + 2)(n + 3)
,
4!
etc.
Diferencias finitas
Consideramos la sucesión infinita
. . . , φ−n , . . . , φ−2 , φ−1 , 1, φ, φ2 , φ3 , φ4 , φ5 , φ6 , φ7 , φ8 , φ9 , . . . , φn , . . .
calculando sus diferencias primeras y, teniendo en cuenta que φn − φn−1 = φn−2 ,
volvemos a obtener la misma sucesión
. . . , φ−2 , φ−1 , 1, φ, φ2 , φ3 , φ4 , φ5 , φ6 , φ7 , φ8 , φ9 , . . . , φn , . . .
Evidentemente, lo mismo ocurre si calculamos las diferencias segundas, terceras,
etc.
Relaciones “trascendentes” de φ
Vamos a analizar si el número de oro tiene alguna relación con los dos números
trascendentes más importantes de las matemáticas: e y π. Para ello vamos a recor-
dar algunos desarrollos de estos últimos:
i) e = 2,71828128. . . .
ii)
1 n
e = lim (1 + ) .
n→∞ n
iii)
1 1 1 1 1
e=1+ + + + + ... + + ...
1 2! 3! 4! n!
38 2. La Divina Proporción

iv) 1
e=2+
1
1+
1
2+
1
1+
1
1+
1
4+
1
1+
1
1+
1
8+
1 + ...
v) π = 3,14159265. . . .
vi) 22 × 42 × 62 × 82 × . . .
π= .
32 × 52 × 72 × 92 × . . .
vii) Recuerdo especial Xn
π2 1
= lim .
6 n→∞
k=1
k2

viii) π2 1 1 1 1
= 2 + 2 + 2 + 2 + ...+
8 1 3 5 7
ix) 4 1
=1+
π 32
2+
52
2+
72
2+
92
2+
112
2+
132
2+
2 + ...
Relaciones con e
• Una primera similitud es que en los desarrollos de estos números irracionales
se ven aparecer “cortejos rimados” de números naturales.
39

• De la relación de φ con el triángulo de Pascal, obtenemos una segunda relación


con el número e. Proviene del hecho reflejado en el ítem ii), los coeficientes
de la sucesión cuyo límite es e son los números de las filas del triángulo de
Pascal.
• Una tercera similitud es que todas las derivadas de la función y = ex son
la misma función. Hemos puesto de manifiesto que realizando diferencias
finitas en la sucesión φ se vuelve a obtener la misma sucesión.
Relaciones con π
La relación con π está mas cogida por los pelos pero, precisamente por ello, es
muy curiosa.
• Evidentemente hay una relación indirecta entre φ y π que viene dada a través
de e. Basta recordar las dos siguientes relaciones:
n! √
1 + eiπ = 0; lim √ = 2π.
n→∞ nn e−n n

• Una curiosa segunda relación se debe a los siguientes hechos:


4 p π2 1
= 1, 273 · · · ; φ = 1, 272 · · · ; = 0, 617 · · · ; = 0, 618 · · ·
π 4 φ

Vamos a detenernos ligeramente en esta relación.


Es bien conocido que el triángulo rectángulo 3, 4, 5 es (esencialmente) el único
cuyos lados están en progresión aritmética8 . Nos preguntamos ahora cuántos trián-
gulos rectángulos existen de tal manera que sus lados estén en progresión geométrica.
Llamamos a y b a los catetos y c a la hipotenusa. Se verifica, por una parte, que:
c2 = a2 + b2 ,
y, por otra, al estar los lados en progresión geométrica que:
c b
= ; ca = b2 .
b a
Es decir
c2 = a2 + ac.
8
Los agrimensores egipcios ya usaban cuerdas divididas en 12 partes iguales con el fin de
“construir” ángulos rectos.
40 2. La Divina Proporción

Como consecuencia,
c c b p
= φ; = = φ = 1, 272 · · ·
a b a
Es decir, el único triángulo rectángulo cuyos
√ lados están en progresión geométrica
es (esencialmente) aquel cuya razón es φ. En este triángulo rectángulo ABC el
ángulo en B vale 51◦ 50’. . . .
Volvemos a Egipto
En 1840, el general Howard Vyse midió el ángulo en la base del triángulo me-
ridiano de la gran pirámide del Gizeh y obtuvo que ese ángulo es precisamente 51◦
50’, es decir, el semitriángulo “central” de la gran pirámide es semejante al triángulo
“aúreo”. Piazzi-Smyth9 encontró la aproximación 148,208 m para la altura de la
gran pirámide y 232,805 m para el lado de la base.

Figura 15 Triángulo meridiano de la Pirámide de Keops


Ahora bien, haciendo las cuentas oportunas, se obtiene:
148, 2 148, 2
= 1, 273 ; = 1, 272
116, 4 116, 5
lo que ha hecho ver diferentes relaciones en la construcción de la gran pirámide,
unas veces con π y otras con la razón aurea. Es decir se puede suponer que, si
llamamos h a la altura de la gran pirámide, 2a al lado de la base y c a la hipotenusa
del triángulo meridiano formado por a y h los constructores de la gran pirámide
9
Charles Piazzi Smyth (Astrónomo Real de Escocia, denominación que hasta reciente-
mente otorgaba la Corona británica a sus astrónomos más eminentes) organizó un expe-
rimento en el Monte de Guajara, en la isla de Tenerife, a 2.715m de altitud (cumbre más
elevada del Teide, al sur de la Caldera de las Cañadas).El principal objeto de esta expedición
era determinar cómo podrı́an mejorar las observaciones astronómicas eliminando el efecto
de la baja atmósfera. Además, en esta expedición se tomaron medidas geológicas y meteo-
rológicas de la zona, observaciones de la Luna (las primeras infrarrojas), de los planetas, de
estrellas dobles y de la radiación ultravioleta del Sol.
41

hayan querido reproducir:


c h p
= = φ.
h a
También es posible pensar que lo que realmente han querido reproducir es:
h 4 a π
= ; = ,
a π h 4
lo que implica:
8a = 2φ
y como consecuencia se obtiene que el cociente entre el área de la base (4a2 ) y el
área de la sección meridiana (ha) de la gran pirámide es precisamente π.
Igualmente es posible suponer que el perímetro de la base (4a) es precisamente
el perímetro de la circunferencia de radio h. Conclusión: el constructor de la gran
pirámide consiguió la cuadratura del círculo. Algunos egiptólogos (Piazzi-Smyth,
Petrie) defendieron la teoría de π. Otros (W Price), sin embargo defendieron la
teoría aurea. Parece más probable esta última pues emana de una construcción
geométrica más rigurosa. Curiosamente, el abad Moreux, autor de La science
mystériuse des Pharaons que fue partidario de la tesis π dice: “Herodoto relata
que los sacerdotes egipcios le habían enseñado que las proporciones establecidas
para la Gran Pirámide entre el lado de la base y la altura eran tales que el cuadrado
construido sobre la altura vertical era exactamente igual al área de cada una de las
caras triangulares”. Traduciendo esto a lenguaje matemático se obtiene la hipótesis
aurea.

¿Por qué Divina Proporción?


Falta cumplir uno de los compromisos iniciales. Ya hemos señalado que la
división de un segmento en media y extrema razón se conoce desde antiguo, que
se ha utilizado como canon de belleza, que ha guiado la construcción de muchos
edificios y ha sido el esquema base de muchas obras de arte. ¿De dónde viene el
nombre de Divina Proporción? La respuesta la encontramos en el libro al que hemos
aludido al principio: La Divina Proporción, de Fra Luca Pacioli (Figura 16).10 Fra
Luca da las siguientes razones:
10
De los tres códices de la Divina Proporción que Fra Luca Pacioli mandó copiar se
conservan el que el autor dedicó al Duque de Milán Ludovico il Moro, en la Biblioteca
Cı́vica de Ginebra, y otro en la Biblioteca Ambrosiana de Milán. Más tarde, en 1509, el
libro fue impreso en Venecia por Paganino Paganini.
42 2. La Divina Proporción

Figura 16 LUCA PACIOLI

1.- “es una sola y no más” (unidad supremo epíteto de Dios mismo);
2.- “una misma proporción se encontrará siempre entre tres términos, y nunca de
más o de menos” (como la Santísima Trinidad);
3.- “no puede nunca determinarse con un número inteligible ni expresarse me-
diante cantidad racional alguna” (Dios no puede definirse propiamente);
4.- “es siempre la misma y siempre invariable y de ninguna manera puede cam-
biar” (Dios no puede cambiar);
5.- “confiere, según Platón, el ser formal al cielo mismo” (Dios confiere el ser a
la virtud celeste).
No quiero acabar sin comentar alguna curiosidad, que me parece interesante.
En el Capítulo I de La divina Proporción, el autor agradece al Duque de Milán su
mecenazgo sobre las artes y la ciencias y, entre otras cosas, escribe: . . . Vuestra
Alteza dijo, con sus áureas y melifluas palabras, que es digno de grandı́sima
consideración de Dios y del mundo aquel que, estando dotado de alguna vir-
tud, la comunica a los demás de buen grado, cosa que es caridad para con el
prójimo y alabanza y honor para él mismo, imitando el sagrado dicho quod
ne sine figmento didice et sine invidia libenter comunico . . . . . . grandemente
excitado por las mencionadas palabras recobré aliento en la solitaria pendiente
43

para preparar este breve compendio y utilı́simo tratado titulado La Divina Pro-
porción. . . . . . como afirman Aristóteles y Averroes, nuestras matemáticas son
las más verdaderas de las cosas verdaderas, en el primer grado de la certeza,
y a ellas siguen todas las demás ciencias naturales. . .

Estos párrafos, en mi opinión, explican buena parte del pensamiento y de la


conducta de los matemáticos. Creemos que “nuestras matemáticas son las más
verdaderas de las cosas verdaderas” y por otra parte que “es digno de grandísima
consideración de Dios y del mundo aquel que, estando dotado de alguna virtud, la
comunica a los demás de buen grado, cosa que es caridad para con el prójimo y
alabanza y honor para él mismo”. Por lo tanto, no sólo no es necesario patentar
teoremas ni algoritmos; es obligación difundirlos.

Más Divina Proporción


El equilibrio entre el saber y el poder está hoy roto en partes. El instinto
sólo da fragmentos; pero el arte magno debe corresponder al hombre completo.
La Divina Proporción es la medida generalizada. Paul Valèry

La sucesión de Fibonacci o la razón áurea aparecen en multitud de ocasiones


en la naturaleza y en el arte (. . . es la medida generalizada). Señalo (porque no hay
espacio para más) alguno de ellos: arquitectura, diseño, filotaxia, proporciones del
cuerpo humano, danza, música, pintura, urbanismo, tipografía, fractales, etc. Hasta
Alan Turing se dedicó a estudiar la razón por la que esta proporción aparecía tanto
en la Naturaleza. Para hacerse idea de ello, recomiendo uno de los textos literarios
que han aparecido en www.divulgamat.net (página web de divulgación de la Real
Sociedad Matemática Española), concretamente el de 2 de abril de 2004; se trata
de un texto correspondiente a “El código da Vinci” de Dan Brown. El tratado La
Divina Proporción está ilustrado con dibujos realizados por Leonardo de diferen-
tes poliedros. Estudiando el tratado y analizando profundamente los maravillosos
dibujos de Leonardo, he llegado a la conclusión de que, efectivamente, la divina
proporción “el Universo armónico origina”. Para cerciorarse de ello, no hay más
que contemplar la siguiente figura que pone de manifiesto cómo Leonardo, además
de pintor, diseñador, cocinero,. . . , era futurólogo y vislumbró con gran precisión
cuál iba a ser, rodando los tiempos, la actividad que iba a mover el mundo . . . ¡EL
FÚTBOL!

Por último, creo que, una vez que ha aparecido el fútbol, hay que finalizar el
tema poéticamente, con un soneto que Rafael Alberti dedicó a la Divina Proporción:
44 2. La Divina Proporción

A ti, maravillosa disciplina,


media, extrema razón de la hermosura,
que claramente acata la clausura
viva en la malla de tu ley divina.

A ti, cárcel feliz de la retina,


áurea sección, celeste cuadratura,
misteriosa fontana de mesura
que el Universo armónico origina.

A ti, mar de los sueños angulares,


flor de las cinco formas regulares,
dodecaedro azul, arco sonoro.

Luces por alas un compás ardiente.


Tu canto es una esfera transparente.
A ti, divina proporción de oro.

Existen muchísimas páginas web que tratan del número de oro. el lector tiene
toda internet disponible para encontrarlas. Igualmente, hay muchísima bibliografía
que trata los temas de los que hemos hablado; doy tres referencias que son básicas.

Bibliografía
[1] Ghyka Matila C. El Número de Oro I y II, Poseidón, 1968.
[2] Ghyka Matila C. Estética de las proporciones en la naturaleza y en las
artes, Poseidón, 1977.
[3] Pacioli Luca. La Divina Proporción, Ediciones Akal, S.A. 1991. Traduc-
ción del original de 1509.
1

UNIDAD IZTAPALAPA

LA PROPORCÍON ÁUREA

CARLOS ANTONIO PEREA FIGUEREDO

ASESORA: DRA. LAURA HIDALGO SOLÍS


ÍNDICE GENERAL

1.. Historia del número áureo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

2.. Construcción del número áureo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

3.. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet . . . 20

4.. Número áureo y su relación con las bellas artes . . . . . . . . . . . 50


4.1. Leon Batista Alberti (1404-1472) . . . . . . . . . . . . . . . . 53
4.2. Rectángulos estáticos y dinámicos . . . . . . . . . . . . . . . 57
4.3. Piero della Francesca (1416-1492) . . . . . . . . . . . . . . . 65
4.4. Alessandro Di Mariano Filipepi (Sandro Botticelli) 1444-1510 67
4.5. Luca Pacioli (1445-1517) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
4.6. Leonardo da Vinci (1452-1519) . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
4.7. Alberto Durero (1471-1528) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
4.8. Jacopo Robusti Tintoretto (1518-1594) . . . . . . . . . . . . . 93
4.9. Georges Pierre Seurat (1859-1891) . . . . . . . . . . . . . . . 96
4.10. Diego Rivera (1886-1957) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
4.11. Salvador Dalı́ Domènech (1904 - 1989) . . . . . . . . . . . . . 108

5.. Cuerpo Humano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113

6.. Perspectiva lineal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125

7.. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva . . . . . . . . . . . . . . . 144


7.1. La Geometrı́a Proyectiva de Desargues . . . . . . . . . . . . . 144
7.1.1. El teorema funadmental de Desargues para triángulos 151
Índice general 3

7.1.2. La razón cruzada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155


7.2. Los resultados posteriores a Desargues . . . . . . . . . . . . . 160
RESUMEN

El objetivo del presente trabajo en mostrar algunos ejemplos de aplica-


ciones de la matemática en el arte, y del arte en las matemáticas, entre ellos
estudiaremos:
Las proporciones, en esta parte mostraremos, por medio de diversos ejem-
plos, cómo existen numerosas soluciones válidas al problema de la distribu-
ción de las formas.

Proporciones estáticas.

Proporciones dinámicas.

Entre las proporciones dinámicas, pondremos especial atención en la


proporción áurea, y estudiaremos su relación con los números de Fibonacci.
Asimismo, el hecho de responder al problema de los pintores: ¿Cmo rep-
resentar un espacio tridimensional en un plano, el cual tiene dimensin dos?
nos lleva a los fundamentos de la perspectiva, la cual dió origen a una bella
e importante rama de la geometrı́a, a saber, la geometrı́a proyectiva.
En la primera parte del trabajo presentamos la historia del número áureo,
su construcción y su relación con los números de Fibonacci, lo cual constituye
los capı́tulos 1 al 3 del presente trabajo. En la segunda parte, se presenta
el número áureo y su relación con las bellas artes. En la tercera parte se
presenta la relación entre la proporción áurea y las proporciones humanas y
en la cuarta y última parte, se presentan los fundamentos de la perspectiva
lineal.
1. HISTORIA DEL NÚMERO ÁUREO


El número áureo es un número irracional, el cual se define como 1+ 5 ∼
=
2
1,6180339887..., este número ha sido tema de estudio de matemáticos, fı́sicos,
filósofos, arquitectos, pintores y músicos desde la antigüedad.
La primera aparición del número áureo, fue alrededor del año 2500 A.C.
dentro de la cultura egipcia, la gran pirámide que forma parte de la tri-
ada de pirámides de Giza fue construida con esta proporción. Al parecer,
además de ser la tumba del faraón, la intención de sus constructores era la
levantar un enorme observatorio astronómico, un gigantesco reloj. De he-
cho, sus cuatro caras laterales están perfectamente alineadas con los cuatro
puntos cardinales, y el corredor que lleva a la cámara interior está orientado
con la estrella polar. Con ella se podı́an medir los dı́as, meses, calcular los
equinoccios y solsticios para precedir el cambio de estaciones, etc.
El hecho es que, el área total de la pirámide y el área lateral se encuentran
en proporción áurea, y también lo están el área lateral y el área de la base,
lo que se comprobará enseguida:

La altura de la pirámide es de 146 metros, y tiene por base un cuadrado de


230 metros de lado sobre el que se apoyan 4 triángulos equiláteros.
El área del cuadrado será: AB = lado × lado = (230)(230) = 52 900m2
Para calcular el área de cada triángulo tenemos que conocer su altura, ya
que su base la sabemos, es 230 m. Lo que haremos es formar un triángulo
rectángulo con la altura de la pirámide (146 m.), la altura de cada triángulo
(h) y la mitad de la base (115 m.), y aplicarle el teorema de Pitágoras:
1. Historia del número áureo 6

Como h2 = 1152 + 1462 = 34 541 entonces


h = 185, 8521 metros.

El área del triángulo será


(230)(185,8521)
2 = 21 372, 9905 m2

El área lateral será


AL = (4)(21 372,9905) = 85 491,9622 m2
El área total será la del cuadrado más la lateral,
es decir:

AT = 2302 + 85 491, 9622 = 138 391, 9622 m2

Por tanto, la relación entre las diferentes áreas será:

AT AL
= = 1,618
AL AB
Es decir, el número áureo ya aparece hace 4 500 años.
1. Historia del número áureo 7

Los griegos descubrieron el número áureo, ası́ que no es de extrañar


que el monumento más representativo de la cultura clásica esté diseñado de
acuerdo con proporciones áureas.

Fig. 1.1: Partenón. Atenas, Grecia.

El creador de esta impresionante obra fue el escultor griego Phidias. En


realidad, no fue sino hasta el siglo XX que el matemático estadounidense
Mark Barr le dió a esta proporción el nombre de Phi, y la abreviatura φ
corresponde a la inicial de Phidias en griego.
La fachada del partenón se encaja en un perfecto rectángulo áureo, pero
además, hay otra serie de medidas en el edificio que también poseen propor-
ciones áureas. Además, la zona de las molduras también está compuesta por
rectángulos áureos.
Fue en el año 300 a.c. que Euclides con la publicación de los Elementos,
donde define una proporción derivada de una simple división de un segmento
al que denomina media y extrema razón.

Libro VI, definición 3.


Se dide que una recta ha sido cortada en extrema y media razón cuando la
recta entera es al segmento mayor como el (segmento) mayor es al menor.
Libro VI, Proposición 14.
En paralelogramos iguales y equiángulos entre sı́, lo lados que compren-
den los ángulos iguales están inversamente relacionados, y aquellos paralelo-
gramos equiángulos que tienen los lados que comprenden los ángulos iguales
inversamente relacionados, son iguales.
1. Historia del número áureo 8

Libro VI, Proposición 29.


Aplicar a una recta dada un papralelogramo igual a una figura rectilı́nea
dada y que exceda en una figura paralelograma semejante a una dada.
Libro VI, Proposición 30.
Dividir una recta finita dada en extrema y media razón.
Sea AB la recta finita dada.
Ası́ pues hay que dividir la recta AB en extrema y media razón. Constrúyase
a partir de la recta AB el cuadrado BΓ, y aplı́quese a AΓ el paralelogramo
Γ∆ igual a BΓ y que exceda en la figura A∆ semejante a BΓ [ VI, 29].
Ahora bien BΓ en un cuadrado; entonces A∆ tam-
bién es un cuadrado. Y como BΓ es igual a Γ∆
quitese de ambos Γ E; entonces el (paralelogramo)
restante BZ, es igual al (paralelogramo) restante
A∆. Pero son también equiángulos; Entonces los
lados que comprenden los ángulos iguales de los
(paralelogramos) BZ, A∆ son inversamente pro-
porcionales [VI, 14], entonces como ZE es a E∆,
ası́ AE a EB. Pero ZE es igual a AB y E∆ a AE.
Por tanto como BA es a AE, as AE a EB. Pero AB
es mayor que AE; as pues AE es también mayor
que EB.
Por consiguiente se ha dividido la recta AB, en extrema y media razón
por E y su segmento mayor es AE.

Cabe notar que este problema también esta resuelto en Libro II, Proposi-
ción 11
Dividir una recta dada de manera que el rectángulo comprendido por la
(recta) entera y uno de los segmentos sea igual al cuadrado del segmento
restante.
A lo largo de la historia esta proporción ha recibido distintos nombres al-
gunos ejemplos son, divina proporción por Luca Pacioli y sección divina por
1. Historia del número áureo 9

Johannes Kepler(1571-1639), este último considera que:


“La geometrı́a tiene dos grandes tesoros, el teorema de Pitágoras y la
división de una lı́nea en una proporción extrema y una media”.
Además el número áureo posee una serie de propiedades importantes
que lo hacen un número irracional único con grandes aplicaciones en la
descripción del crecimiento de las plantas y la estructura cristalográfica de
ciertos sólidos, el desarrollo de algoritmos de computadora en la búsqueda
de bases de datos, etc.
En palabras del propio Einstein: “La cosa más bella que podemos ex-
perimentar es lo misterioso. Es la emoción fundamental que hallamos en la
cuna del auténtico arte y la ciencia. Aquel que ya lo conoce y ya no puede
hacerse preguntas, quien ya no siente asombro, está muerto, no es más que
una vela apagada”.
2. CONSTRUCCIÓN DEL NÚMERO ÁUREO


1+ 5
La construcción geométrica del número áureo φ = 2 , es muy simple.

Fig. 2.1: Construcción del número áureo

1. Se dibuja un cuadrado de área = 1 (unidad).

2. Se toma el punto medio m de uno de sus lados (en este caso lado ab).

3. Se traza una circunferencia con centro en m y radio mi (donde i es


el punto de intersección de la circunferencia con el vértice superior
derecho del cuadrado).

4. Se prolonga el lado ab hasta el punto de intersección c con la circun-


ferencia .
2. Construcción del número áureo 11

Entonces:
√ √
1 5 1+ 5
ab = 1 ac = am + mi = 2 + 2 = 2 =φ
am = mb = 12
√ √ √
5 5 1 1− 5
mi = mc = 2 bc = mi − mb = 2 − 2 = 2 = − φ1

Con esto se tiene la siguiente proporcı́on:

ac ab
= =φ
ab bc

Ahora bien
ac = 1 + bc

entonces
1 + bc 1
=
1 bc

si hacemos 1+ bc = x se tiene que


1
x=
x−1

por lo tanto
x2 = x + 1

Obteniendo ası́ una ecuación de segundo grado, la cual al resolverla


√ √
1+ 5 1− 5
da como raı́ces, x1 = 2
y x2 = 2
o lo que es lo mismo x1 = φ
y x2 = − φ1 . Geometricamente hablando, si ab representa la unidad,
entonces ac = φ.
2. Construcción del número áureo 12

Rectángulo áureo
El rectángulo áureo es aquel que se construye de forma tal que la
rázon entre las longuitudes de los lados es igual al número áureo.

Fig. 2.2: Rectángulo áureo

Se toma como base la construcción del número áureo (Fig. 2.1)

1. Se tiene entonces el cuadrado unitario abij y el segmento ac, con


ac ab
ab
= bc

2. Se traza la recta cr que pasa por el punto c y es perpendicular a


ac.

3. Se traza la recta ir que pasa por el punto i y es paralela a ac.

4. Entonces el punto de intersección de cr e ir, es decir, r determina


el rectángulo áureo.

Por lo tanto el rectángulo acrj es un rectángulo áureo.

Veamos algunas propiedades:


Sea ABCD un rectángulo áureo, tal que AB : BC = φ : 1, sea E
el corte áureo de AB y trazamos EF perpendicular a AB, formando
ası́ del rectángulo, el cuadrado AEF D. El rectángulo que EBCF es un
2. Construcción del número áureo 13

rectángulo áureo y repitiendo los pasos anteriores ahora para EBCF


nos queda otro cuadrado EBGH y la figura HGCF es también un
rectángulo áureo. Podrı́amos repetir este proceso indefinidamente hasta
el rectángulo lı́mite O, el cual es indistinguible de un punto, a este tipo
de proceso se le conoce como el principio del gnomon. Un gnomon es
una porción de figura la cual ha sido añadida a otra tal que el todo es
la misma figura que la figura más pequeña.

Fig. 2.3: Espiral logarı́tmica

El punto lı́mite O es llamado el polo de la espiral equiangular la


cual pasa a través de los cortes áureos D, E, G, J, ...

Las diagonales AC y BF son perpendiculares

Los puntos E, O, J son colineales ası́ como los puntos G, O, D

La espiral construida utilizando rectángulos con la proporción áurea,


resulta una aproximación a la espiral logarı́tmica. Este tipo de espirales
aparecen en la naturaleza.
El halcón se aproxima a su presa según una espiral logarı́tmica: su
mejor visión está en ángulo con su dirección de vuelo; este ángulo es el
mismo del grado de la espiral.
2. Construcción del número áureo 14

Los insectos se aproximan a la luz según una espiral logarı́tmica porque


acostumbran a volar con un ángulo constante a la fuente luminosa.
Normalmente el Sol es la única fuente de luz y volar de esta forma
consiste prácticamente en seguir una lı́nea recta.
Los brazos de las galaxias espirales son,
aproximadamente, espirales logarı́tmicas.
Nuestra propia galaxia, la Vı́a Láctea,
se cree que tiene cuatro brazos espirales
mayores, cada uno de los cuales es una es-
piral logarı́tmica de unos 12 grados.

Los brazos de los ciclones tropicales, co-


mo los huracanes, también forman espi-
rales logarı́tmicas.

En biologı́a son frecuentes las estructuras


aproximadamente iguales a la espiral lo-
garı́tmica. Por ejemplo, las telas de araña
y las conchas de los moluscos.

En mecánica de suelos, la superficie de falla es el lugar geométrico de


los puntos en donde el suelo “se rompe” y permite un deslizamiento, al
estar sometido a una cierta carga mayor a la que puede soportar. Estas
superficies de falla, en muchos casos son iguales o aproximables a una
espiral logarı́tmica.
2. Construcción del número áureo 15

Triángulo áureo

A partir de la construcción del rectángulo áureo aa0 rc deduciremos


el triángulo áureo, el cual es un triángulo isóceles tal que los dos ángulos

que forman los vértices de la base son de 72 grados o 5
radianes y el
π
vértice de la punta forma un ángulo de 36 grados o 5
radianes.

Fig. 2.4: Construcción del triángulo áureo

1. Se trazan dos cı́rculos uno con centro en a0 y radio a0 r y otro con


centro en a y radio ac lo que implica que los radios a0 r = ac = φ

2. Marcamos el punto de intersección t de las circunferencias, el cual


se situa en el interior del rectángulo

3. Entonces a0 t = at = φ

4. Afirmación el triángulo a0 at es el triángulo áureo

5. Para demostrar lo anterior, necesitaremos una lı́nea auxiliar que


pase por el punto medio m de a0 a y sea perpendicular a a0 a
2. Construcción del número áureo 16

Como el triángulo aa0 t es isóceles entonces


El ángulo tma es un ángulo recto
1
El 4mat es un triángulo rectángulo, con at = φ y am = 2
Luego
am
cos β = at
1
cos β = 2φ
1
β = arc cos 2φ
β = 72◦ = 2π
5
= β 0 por ser isoceles
y
sin α2 = am
at
sin α2 = 1

α 1
2
= arcsin 2φ
α
2
= 18◦ = π
10
α = 36◦ = π
5
Por lo tanto el triángulo a0 at es un triángulo áureo
Se deduce de aquı́ las siguientes relaciones trigonométricas.
ángulo θ sin θ cos θ
q √
18◦ = π
10
1
2
1 − φ1 1
2
2+φ
q √
36◦ = π
5
1
2
2 − φ1 1
2
1+φ
√ q
54◦ = 3π
10
1
2
1+φ 1
2
2 − φ1
√ q
72◦ = 2π
5
1
2
2+φ 1
2
1 − φ1
2. Construcción del número áureo 17

Ası́ como en el rectángulo áureo aparece de forma natural la es-


piral logarı́tmica, de la misma forma aparecerá en el triángulo áureo,
utilizando el principio del gnomon.

Fig. 2.5: Espiral logarı́tmica y triángulo áureo

La bisectriz de ]B corta a AC en un punto D tal que D es corte


áureo de AC

Entonces el triángulo ABC ha sido dividido en dos triángulos


isóceles con ángulos iguales, los llamados ángulos áureos, es de-
cir ]CAB = ]DBC = 36◦ y ]ACB = ]ABC = ]BDC =
]BCD = 72◦
Se le llama también ángulo áureo al ángulo más pequeño resul-
tante de dividir una circunferencia en dos ángulos de modo que
el cociente entre ambos sea φ. Si lo calculamos su valor es aprox-
imadamente 137,51◦ ó 2.399963 radianes).

Bisectando ]C obtenemos E, que es el corte áureo de BD, obte-


2. Construcción del número áureo 18

niendo ası́ otros dos triángulos áureos.

Este proceso, produce una serie de gnomones, los cuales convergen


al punto O, el cual es el polo de la espiral logarı́tmica.

Ahora apartir de la construcción del triángulo áureo, se construirá el


pentágono, ya que se tenga el pentágono formaremos, basandonos en
este, el pentagrama.

Fig. 2.6: Construcción del pentágono

1. Ubicamos el centro del triángulo, intesectando las mediatrices de


los lados at y a0 t, obteniendo ası́ el punto c.

2. Trazamos una circunferencia C con centro c y radio ca = ca0 = ct

3. Trazamos una segunda circunferencia con centro en a0 y radio


a0 a = 1, la cual corta a la circunferencia C en los puntos b y a,
formando ası́ dos lados del pentágono, el lado a0 a = a0 b = 1

4. Trazamos una tercera circunferencia ahora con centro en b de


radio ba0 , la cual corta a la circunferencia C en los puntos a0 y t
,donde bt define el tercer lado del pentágono y bt = ba0 = a0 a
2. Construcción del número áureo 19

5. Trazamos una cuarta circunferencia con centro en t y radio tb,


la cual corta a la circunferencia C en los puntos b y d, donde td
define el cuartro lado del pentágono y td = bt = ba0 = a0 a

6. Por último una quinta circunferencia con centro en d y radio dt,


la cual corta C en el punto t y a, ası́ entonces da serı́a el quinto
lado del pentágono.

7. Entonces se obtiene un pentágono regular cuyos lados a0 b = bt =


td = da = aa0 = 1

El pentágono esta muy relacionado con el pentagrama, al conectar


con diagonales todos los vértices. A su vez, la diagonales forman en
el centro un pentágono de menor tamaño, y las diagonales de este
pentágono forman un pentagrama y un pentágono aún menor, es decir
un gnomon.

Fig. 2.7: Pentagrama

de la figura 2.7 se tienen las siguientes relaciones:

ta0 ta ba bd ba0
= = = = =φ
aa0 aa0 aa0 aa0 aa0

ta0 te ba bi bd bg ta th da0 di
= 0 = = = = = = = = =φ
te ea bi ia bg gd th ha di ai
3. NÚMEROS DE FIBONACCI, EL NÚMERO ÁUREO Y LA
FÓRMULA DE BINET

De acuerdo con Ghyka. [ The Geometry of art and life], la noción de


proporción es tanto lógica como estética, y es una de las más elemen-
tales, importantes y difı́cil de precisar; suele confundirse con la noción
de razón, la cual suele determinarse con la caracterı́stica que tienen
las razones junto con un módulo, o un submúltiplo común; tenı́en-
dose el concepto más complejo denominado por los Griegos y Vituvio
“Simetrı́a”, y en el Renacimiento “Conmesurable”.
Una razón es una comparación cuantitativa entre dos objetos o agre-
gados del mismo tipo o especie.
Según Euclides “Proporción es la igualdad entre dos razones”, esto es,
A C A C
dada las razones B
y D
la igualdad B
= D
es una proporción.
Definamos formalmente los términos razón y proporción.

Definición 1. Sean a y b dos números o cantidades que están expre-


sadas en la misma unidad (de medida) con b 6= 0; entonces, el cociente
a
b
se llama razón entre a y b. También se escribe a: b y se lee “a es a
b”

Definición 2. Se llama proporción a la igualdad entre dos razones.


a c a c
Si b
y d
son dos razones, entonces b
= d
= p se llama proporción,
y la constante p, se llama constante de proporcionalidad.
Las proporciones más conocidas son la aritmética y la geométrica
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 21

Definición 3. Una proporción aritmética, es aquella cuyo término


medio excede al primero en una cantidad en la que éste es excedido
por el último.

a+c
a−b=b−c ⇒ b=
2

Definición 4. Una sucesión o progresión numérica es una función


s : N → X, donde X denota un conjunto de números, esto es, podemos
pensar una sucesión numérica como un conjunto ordenado de números
el cual está generado por un algoritmo bien definido.
En particular una progresión aritmética es una sucesión de números
tales que la diferencia de dos términos sucesivos cualquiera de la se-
cuencia es una constante, cantidad llamada diferencia de la progresión.
El término general de una progresión aritmética esta dado como an =
a1 + (n + 1)d, donde d es la diferencia de la progresión.

Ejemplo 1. Los números 2, 4, 6, 8, 10, 12,... están en progresión


aritmética.

Fig. 3.1: Progresión atitmética

Definición 5. Una proporción geométrica es aquella en la que la razón


entre el primer término y el término medio es igual a la razón entre
éste y el término extremo.

a b √
= ⇒ b= ac
b c
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 22

Por otra parte una progresión geométrica o sucesión geométrica está cons-
tituida por una secuencia de elementos en la que cada uno de ellos se
obtiene multiplicando el anterior por una constante, denominada razón
o factor de la progresión, si an es una progresión geométrica se cumple
la fórmula recursiva an+1 = ran en particular an = rn a0

Ejemplo 2. Los números 2, 4, 8, 16, 32,... están en proporcı́on o


progresión geométrica

Fig. 3.2: Progresión geométrica

Uno de los métodos más simples de producir una sucesión numérica es


utilizar uno o mas valores en una relación de recurrencia apropiada.
El ejemplo más conocido es la sucesión aditiva, la cual está generada
por medio de una fórmula recursiva, si fijamos dos valores s1 y s2 , y
para cada n ∈ N definimos:

sn+2 = sn+1 + sn (3.1)

Un caso particular de esta sucesión lo obtenemos al tomar F1 =


1, F2 = 1, aplicando la fórmula de recursividad Fn+2 = Fn+1 + Fn , para
cada n ∈ N obtenemos los primeros términos de esta sucesión:

1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, . . . (3.2)

Esta sucesión se conoce como la sucesión de Fibonacci. Los números


de Fibonacci aparecen por primera vez en el “Liber Abacci”, escrito
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 23

alrededor del año 1200 por Leonardo de Pisa (Fibonacci) como solución
al problema de los conejos, el cuál dice lo siguiente: En un patio cerra-
do, se coloca una pareja de conejos, recién nacidos, para ver cuántos
descendientes produce en el curso de un año, y se supone que cada mes
a partir del segundo mes de su vida, cada pareja de conejos da origen
a una nueva pareja.
Esta sucesión tiene númerosas aplicaciones en la ciencia de la com-
putación, matemática y teorı́a de juegos. Antes que Fibonacci escirbiera
su trabajo, la sucesión de números de Fibonacci habı́a sido descubier-
ta por un matemático hindú llamado Hemachandra (1089 − 1173) en
1150, habı́a estudiado los patrones rı́tmicos que se forman con sı́labas
o notas de uno o dos pulsos, el número de tales rı́tmos, teniendo juntos
una cantidad de “pulsos” era Fn+1 .

Fig. 3.3: El problema de los conejos

Nótese que la fórmula de recursividad (3.1) permite extender esta


sucesión para valores negativos de n, si queremos conocer el valor de
F0 , nótese que F2 = F1 +F0 , de donde F0 = F2 −F1 , por lo cual F0 = 0,
de aquı́ tenemos que F1 = F0 + F−1 , por lo que F−1 = F1 − F0 = 1,
continuando con este proceso tenemos F0 = F−1 +F−2 , de donde F−2 =
F0 − F−1 = 0 − 1 = −1, y en general tenemos

F−n = F−(n−2) − F−(n−1) (3.3)


3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 24

Podemos apreciar que F0 = 0 y que los valores en ı́ndices negativos


son:

1, −1, 2, −3, 5, −8, 13, −21, 34, −55, 89, −144, . . . (3.4)

Por lo cual, podemos expandir la sucesión indefinidamente en ambas


direcciones:

. . . , −21, 13, −8, 5, −3, 2, −1, 1, 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, . . . (3.5)

En particular, los valores de los términos con ı́ndices negativos son,


salvo signo, numéricamente los mismos que los términos correspondien-
tes con signos positivos, pero con signos alternados, esto es:

Teorema 1. La sucesión de Fibonacci puede extenderse para ı́ndices


negativos como sigue:

F−n = (−1)n+1 Fn para cada n ∈ N.

Además F0 = 0.

Demostración. Para n = 1 tenemos F−1 = 1 = (−1)2 F1 , por lo cual,


se verifica la condición. Supongamos que la fórmula es cierta para toda
k ≤ n. Como consecuencia de la ecuación (3.3) tenemos:

F−(k+1) = F−(k−1) − F−k


= (−1)k Fk−1 − (−1)k+1 Fk
= (−1)k Fk−1 + (−1)k+2 Fk
= (−1)k+2 (Fk−1 + Fk )
= (−1)k+2 Fk+1
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 25

Otro tipo de sucesión numérica es la sucesion geométrica, la cual


está definida por medio de la ecuación de recurrencia

sn+1 = λsn (3.6)

Esto es, cada término es el anterior multiplicado por una constante


fija, en particular, diversas elecciones de λ generan distintas sucesiones
geométricas.
Consideremos ahora la posibilidad de que una sucesión sea al mismo
tiempo aditiva y geométrica, esto es, que satisfaga simultaneamente las
ecuaciones (3.1) y (3.6), luego entonces:

sn+2 = λsn+1 = λ2 sn

y
sn+2 = sn+1 + sn = λsn + sn .

De donde, λ2 sn = λsn + sn , o simplemente λ2 − λ − 1 = 0.


Podemos ver que esta ecuación tiene soluciones:
√ √
1+ 5 1− 5 1
λ1 = = φ y λ2 = =− (3.7)
2 2 φ
Tomando el valor s1 = 1 en la ecúacion 3.6 y λ1 = φ tenemos la
sucesión geométrica:

1, φ, φ2 , φ3 , φ4 , φ5 , . . .

podemos extender esta sucesión para los ı́ndices negativos como

φ−1 , φ−2 , φ−3 , φ−4 , φ−5 , . . .

obtenéndose ası́ la sucesión doblemente geométrica:

. . . , φ−5 , φ−4 , φ−3 , φ−2 , φ−1 , 1, φ, φ2 , φ3 , φ4 , φ5 , . . . (3.8)


3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 26

Fig. 3.4: Sucesión doblemente geométrica

Y tenemos una sucesión similar si utilizamos el valor λ2 = −1/φ.


En particular, la sucesión φn es geométrica, teniendo a φ como con-
stante de proporcionalidad, es decir φn+1 = φ · φn .
Una propiedad inmediata y muy importante de φ se obtiene de
sustituir la raı́z x1 = φ en la ecuación original

φ2 − φ = 1 de aquı́ que φ2 = φ + 1
φ3 = φ2 φ = (φ + 1)φ = φ2 + φ
φ4 = φ3 φ = [(φ + 1)φ]φ = (φ + 1)φ2 = φ3 + φ2

El siguiente teorema nos dice que esta sucesión también es aditiva,


puesto que φn+2 = φn+1 + φn para cada n ∈ N, es decir, la sucesión φn
es una sucesión de Fibonacci generalizada.

Definición 6. Los números de Fibonacci generalizados, Gn , se pro-


ducen de la relación recursiva Gn+2 = Gn+1 + Gn dando valores arbi-
trarios G0 = p y G1 = q.
Se obtiene ası́ la sucesión

p, q, p + q, p + 2q, 2p + 3q, 3p + 5q, . . . (3.9)


3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 27

Es fácil ver que, en general, Gn+2 = Fn p + Fn+1 q, aunque sólo verifi-


caremos esta propiedad para la sucesión {φn }.

Teorema 2. φn+2 = φn + φn+1 ∀n ≥ 0 con n ∈ N

Demostración. Por inducción:


Se cumple para n = 0, si suponemos cierto para k ≤ n con k, n ∈ N
entonces
φk+2 = φk + φk+1

Probar para k + 1
φk+3 = φk+2 φ = (φk + φk+1 )φ
= φk+1 + φk+2

Ahora si sustituimos x2 = − φ1 en la ecuación original se tiene lo


siguiente
1 1
φ2
+ φ
= 1
1 1 1
φ3
= φ2 φ
= ( φ1 + 1) φ1 = ( φ12 ) + 1
φ
1 1 1
φ4
= φ3 φ
= [( φ1 + 1)] φ1 = ( φ1 + 1) φ12 = 1
φ3
+ 1
φ2

1 1 1
Corolario 1. φn
= φn−1
+ φn−2
∀n ≥ 2
y se demuestra análogamente a la anterior.
Por otra parte, si utilizamos la expresión aditiva para esta sucesión
tenemos los valores:

1, φ, φ + 1, 2φ + 1, 3φ + 2, . . .

y en general, para valores positivos de n, el n-ésimo término de esta


sucesión está dado como

φn−1 = Fn−1 φ + Fn−2 .


3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 28

Al extender esta sucesión para ı́ndices negativos obtenemos la suce-


sión doblemente aditiva:

. . . , −3φ + 5, 2φ − 3, −φ + 2, φ − 1, 1, φ, φ + 1, 2φ + 1, 3φ + 2, . . . (3.10)

Como consecuencia de las ecuaciones y(3.8) y (3.10) tenemos que

2φ − 3 = φ−3
−φ + 2 = φ−2
φ − 1 = φ−1
1 = 1
φ = φ
φ + 1 = φ2
2φ + 1 = φ3
Ası́, las potencias del número áureo pueden escribirse como:

φn = Fn φ + Fn−1 , (3.11)

donde el número Fn denota el n−ésimo término de la sucesión de Fi-


bonacci.
Desde luego, la otra raı́z de la ecuación cuadrática (3.7) da lugar
a otra sucesión que es doblemente aditiva y doblemente geométrica,
escrita en términos de sucesión geométrica tenemos:

1 1 1
. . . , −φ3 , φ2 , −φ, 1, − , 2 , − 3 , . . . (3.12)
φ φ φ
y, en términos de la recursión aditiva, esta elección de valores da lugar
a la sucesión:

2 1 1 1 1 2 3
. . . , −3 − , 2 − − 1 − , 1, − , 1 − , 1 − , 2 − , . . . (3.13)
φ φ φ φ φ φ φ
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 29

de donde
Fn
Fn+1 + = φn
φ
obteniéndose ası́ una ecuación algebraicamente equivalente a (3.11).
Como − φ1 también es solución de la ecuación λ2 = λ + 1 en forma
análoga podemos demostrar que
1 1
(− )n = Fn (− ) + Fn−1 (3.14)
φ φ
Otra relación interesante que encontramos entre los números de
Fibonacci y el número áureo es la siguiente:

Teorema 3. Si {Fn } denota una sucesión de Fibonacci, dada en (3.2),


entonces

Fn
lı́m =φ
n→∞ Fn−1
Demostración. Si este lı́mite existe y es L 6= 0 entonces

Fn
L = lı́m
n→∞ Fn−1

Fn−1 + Fn−2
= lı́m
n→∞ Fn−1
Fn−2
= lı́m 1 +
n→∞ Fn−1
1
= 1 + lı́m
n→∞ Fn−1
Fn−2

1
= 1+ L

Por lo tanto
1
L=1+ ası́ L2 = L + 1
L
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 30

Como mencionamos anteriormente, esta ecuación tiene dos solu-


ciones, φ y −1/φ. Como Fn /Fn−1 > 0 para n ∈ N tenemos que
L = φ.

Esta relación fue observada por Kepler, aunque no se demostró has-


ta un siglo después.
Otras propiedades interesantes del número áureo son las siguientes:
√ p √
Como φ2 = 1+φ, entonces φ = 1 + φ, de donde φ = 1 + 1 + φ,
y al continuar con este proceso se obtine:
v s
u r

u q
t
φ = 1 + 1 + 1 + 1 + 1 + . . ..

1 1
Analogamente, como 2
= 1 − , entonces
φ φ
r s r
1 1 1
= 1− = 1− 1− ,
φ φ φ

iterando este proceso obtenemos


v s
u r

u q
1 t
= 1 − 1 − 1 − 1 − 1 − . . ..
φ
Por otra parte, cualquier número irracional I puede expresarse en
términos de un número infinito de enteros a0 , a1 , a2 , . . . como

1
I = a0 +
1
a1 +
1
a2 +
a3 + . . .
Este tipo de fracción se denomina fracción continua y puede es-
cribirse en forma continua como I = [a0 , a1 , a2 , a3 , . . .].
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 31

El número áureo φ puede expresarse de esta forma, es fácil ver esto


si consideramos la ecuación cuadrática x2 + x − 1 = 0, la solución
positiva de esta ecuación es x = 1/φ, dicha ecuación cuadrática puede
1
reescribirse como x(x + 1) = 1 es decir x = . Si del lado derecho
1+x
1
reemplazamos x por obtenemos
1+x

1
x =
1
1+
1+x
y en forma continua tenemos

1
x =
1
1+
1
1+
1 + ...
y como la solución positiva de la ecuación es 1/φ, tenemos que

1 1
=
φ 1
1+
1
1+
1 + ...
y como φ = 1 + φ1 , se obtiene

1
φ=1+ 1
1+ 1
1+ 1+...

es decir, φ = [1, 1, 1, . . .].

Los números de Fibonacci, al igual que el número áureo, satisfacen


una serie de propiedades muy interesantes, en las siguientes proposi-
ciones enunciaremos algunas de ellas.
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 32

Proposición 1. La suma de los n primeros números de Fibonacci es


igual al número de Fibonacci que ocupa la posición n + 2 menos uno,
esto es: n
X
Fk = Fn+2 − 1
k=1

Demostración. Como Fn+2 = Fn+1 + Fn para cada n ∈ N, entonces


Fn = Fn+2 − Fn+1 , de donde
n
X n
X
Fk = (Fk+2 − Fk+1 ) = Fn+2 − F2 = Fn+2 − 1
k=1 k=1

Proposición 2. La suma de los n primeros números de Fibonacci de


ı́ndice par es igual al número de Fibonacci que ocupa la posición 2n+1
menos uno, esto es:
n
X
F2k = F2n+1 − 1
k=1

Demostración. Para cada n ∈ N se tiene que F2n = F2n+1 − F2n−1 , por


lo que

n
X n
X
F2k = (F2k+1 − F2k−1 ) = F2n+1 − F1 = F2n+1 − 1
k=1 k=1

Proposición 3. La suma de los n primeros números de Fibonacci de


ı́ndice impar es igual al número de Fibonacci que ocupa la posición
2n-ésima menos uno, esto es:
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 33

n−1
X
F2k+1 = F2n − 1
k=1

Demostración. Para cada n ∈ N se tiene que F2n+1 = F2n+2 − F2n ,


entonces si n ≥ 2

n−1
X n−1
X
F2k+1 = (F2k+2 − F2k ) = F2n − F2 = F2n − 1
k=1 k=1

Proposición 4. La suma alternada de los n+1 primeros números de


Fibonacci es igual a (−1)n veces el número de Fibonacci que ocupa la
posición n-1 menos uno, esto es:
n
X
(−1)k Fk = (−1)n Fn−1 − 1
k=1

Demostración. Se tienen dos casos


caso 1.- Si n es par, digamos n = 2m, usando las proposiciones 2 y
3 tenemos:
n
X m
X m
X
k 2k
(−1) Fk = (−1) F2k − F2k−1
k=1 k=1 k=1
= (F2m+1 − 1) − F2m
= (F2m+1 − F2m ) − 1
= (Fn+1 − Fn ) − 1
= Fn−1 − 1
= (−1)n Fn−1 − 1
caso 2.- Si n es impar, digamos n = 2m − 1 entonces
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 34

Xn Xm m−1
X
(−1)k Fk = (−1)2k−1 F2k−1 + (−1)2k F2k
k=1 k=1 !k=1
m−1
X 
= − F2k+1 − F1 + F2(m−1)+1 − 1
k=1
= (−(F2m − 1) − 1) + (F2m−1 − 1)
= (−F2m + F2m−1 ) − 1
= (−Fn+1 + Fn ) − 1
= −Fn−1 − 1
= (−1)n Fn−1 − 1

Proposición 5.
Fn Fn+1 − Fn Fn−1 = Fn2

Demostración. Para cada n ∈ N se tiene que Fn+1 = Fn + Fn−1 , en-


tonces Fn = Fn+1 − Fn−1 entonces

Fn Fn+1 − Fn Fn−1 = Fn (Fn+1 − Fn−1 ) = Fn Fn = Fn2

Teorema 4. La suma de los cuadrados de los primeros n números de


Fibonacci es igual al producto del n-ésimo y el (n+1)-ésimo números
de Fibonacci n
X
Fk2 = Fn Fn+1 (3.15)
k=1

Podemos representar gráficamente esta relación por medio del siguiente


diagrama
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 35

Fig. 3.5: Cuadrados Fibonacci

Demostración. Realizaremos la demostración por inducción


para n = 1, F1 F2 = 1×2 = 1 + 1 = F02 + F12 se cumple.
Se supone cierto para m ≤ n entonces
m
X
Fk2 = Fm Fm+1
k=1

para m + 1 se tiene que


Fm+1 Fm+2 = Fm+1 [Fm + Fm+1 ]
2
= Fm Fm+1 + Fm+1
2
= (F12 + F22 + ... + Fm2 ) + Fm+1

De manera similar podemos ver los siguientes resultados:


n+1
X
2
Proposición 6. Si n es impar, entonces Fk Fk−1 = Fn+1 . Si n es
k=2
n+1
X
2
par, entonces Fk Fk−1 = Fn+1 −1
k=2

Demostración. Primero estudiaremos el caso en que n ∈ N es par. Si


n = 2, entonces

3
X
Fk Fk−1 = F2 F1 + F3 F2 = 1 + 2 = 3 = 22 − 1 = F32 − 1,
k=2
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 36

por lo cual se cumple el enunciado supongamos que el teorema es cierto


para n par, entonces para n + 2 tenemos:

n+3
X n+1
X
Fk Fk−1 = Fk Fk−1 + Fn+2 Fn+1 + Fn+3 Fn+2
k=2 k=2
2
= Fn+1 − 1 + Fn+1 Fn+2 + Fn+2 Fn+3
= (Fn+1 (Fn+1 + Fn+2 ) + Fn+2 Fn+3 ) − 1
= Fn+1 Fn+3 + Fn+2 Fn+3 − 1
= (Fn+1 + Fn+2 )Fn+3 − 1
2
= Fn+3 − 1.

Ahora estudiaremos el caso en que n ∈ N es impar. Si n = 1,


entonces
2
X
Fk Fk−1 = F2 F1 = 1 × 1 = 12 = F22 .
k=2

Supongamos ahora que el teorema es cierto para n impar, entonces


para n + 2 tenemos:

n+3
X n+1
X
Fk Fk−1 = Fk Fk−1 + Fn+1 Fn+2 + Fn+2 Fn+3
k=2 k=2
2
= Fn+1 + Fn+1 Fn+2 + Fn+2 Fn+3
= Fn+1 (Fn+1 + Fn+2 ) + Fn+2 Fn+3
= Fn+1 Fn+3 + Fn+2 Fn+3
= (Fn+1 + Fn+2 )Fn+3
2
= Fn+3 .

Geométricamente, en el lado derecho de la figura (3.6) mostraremos


un número impar de rectángulos de Fibonacci de dimensiones Fk ×Fk−1 ,
donde k toma valores de 1 a n + 1. Podemos observar que es posible
arreglar estos rectángulos para obtener un cuadrado de dimensiones
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 37

Fn+1 × Fn+1 . Como el área del cuadrado es la suma de la áreas de los


rectángulos obtenemos una versión geométrica de esta identidad.
Por otra parte, si n es par mostraremos un cuadrado 1×1 en negro, y
posteriormente los rectángulos de Fibonacci de dimensiones Fk × Fk−1 ,
donde k toma valores de 1 a n + 1. Podemos observar que es posible
arreglar estos rectángulos, junto con el cuadro unitario, para obtener un
cuadrado de dimensiones Fn+1 × Fn+1 . Como el área del cuadrado es la
suma de la áreas de los rectángulos obtenemos una versión geométrica
de esta identidad.

Fig. 3.6: Rectángulos de Fibonacci

La forma más simple, y elegante, de obtener los números de Fibona-


cci es por medio del número áureo, esta fórmula se debe al matemático
frances Jacques Phillipe Marie Binet [1786-1856] y puede deducirse de
las fórmulas (3.11) y (3.14)
Como demostramos anteriormente φn = Fn φ + Fn−1 y, de manera
análoga, como (− φ1 ) también es solución de la ecuación x2 = x + 1
tenemos que (− φ1 )n = Fn (− φ1 )+Fn−1 , substrayendo la segunda ecuación
de la primera obtenemos:
1 1 √
φn − (− )n = (φ + )Fn = 5Fn
φ φ
Tenemos entonces el siguiente resultado.
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 38

Teorema 5 (La Fórmula de Binet).√ Si {Fn } denota la sucesión de


1+ 5
números de Fibonacci, y si φ = denota el número áureo, en-
2
tonces
  n 
1 n 1
Fn = √ φ − − (3.16)
5 φ

Demostración. Para n = 1 se tiene que F1 = √1 (φ + φ1 ) = √5 =1
5 5
Suponemos cierto para k ≤ n entonces
"  k #
1 1
Fk = √ φk − − (3.17)
5 φ

Probar para k + 1

Fk+1 = Fk + Fk−1
= √1 (φk − (− φ1 )k ) + √1 (φk−1 − (− 1 )k−1 )
5 5 φ
= √1 (φk + φk+1 ) − 1 1 1
√ [(− ) + (− )k−1 ]
k
5 5 φ φ

Como las sucesiones φk y (− φ1 )k son aditivas

1 1 1
φk+1 = φk + φk−1 , y (− )k+1 = (− )k + (− )k−1
φ φ φ
de donde
1 1
Fk+1 = √ (φk+1 − (− )k+1 )
5 φ

Proposición 7. La identidad de Cassini.

Fn+1 Fn−1 − Fn2 = (−1)n


3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 39

Demostración. Demostraremos esta identidad por inducción. Si n = 1,


entonces:
F2 F0 − F12 = 1 × 0 − 12 = −1 = (−1)1 .

Supongamos que la identidad es cierta para n, entonces

2 2
Fn+2 Fn − Fn+1 = (Fn+1 + Fn )Fn − Fn+1
2
= Fn+1 Fn − Fn+1 + Fn2
= Fn+1 (Fn − Fn+1 ) + Fn2
= Fn+1 (−Fn−1 ) + Fn2
= −(Fn+1 Fn−1 − Fn2 )
= −(−1)n
= (−1)n+1

Proposición 8. (Propiedad de “Shifting”). Si k ≥ 1, entonces

Fn+k = Fk Fn+1 + Fk−1 Fn

para cualquier n ≥ 0

Demostración. Demostraremos esta proposición por inducción sobre k.


Si k = 1, entonces

Fn+1 = 1 × Fn+1 + 0 × Fn = F1 Fn+1 + F0 Fn .

Supongamos que la fórmula es cierta para toda m ≤ k, entonces


3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 40

Fn+(k+1) = F(n+k)+1
= Fn+k + Fn+k−1
= (Fk Fn+1 + Fk−1 Fn ) + Fk−1 Fn+1 + Fk−2 Fn
= (Fk + Fk−1 )Fn+1 + (Fk−1 + Fk−2 )Fn
= Fk+1 Fn+1 + Fk Fn

Proposición 9.
2
Fn+1 + Fn2 = F2n+1

Demostración. Por inducción, si n = 1, entonces

F22 + F12 = 12 + 12 = 2 = F3 .

Supongamos que la identidad es cierta para n, como consecuencia de la


propiedad Shifting tenemos F2n+2 = F(n+1)+(n+1) = Fn+1 Fn+2 +Fn Fn+1 ,
de donde:

2 2
Fn+2 + Fn+1 = (Fn+1 + Fn )2 + (Fn + Fn−1 )2
2
= (Fn+1 + Fn2 + Fn+1 (2Fn + Fn+1 )
= F2n+1 + Fn+1 (Fn + Fn+2 )
= F2n+1 + Fn Fn+1 + Fn+1 Fn+2
= F2n+1 + F2n+2
= F2n+3

Proposición 10. Para cada n ∈ N, k ≥ 1 Fn divide a Fnk .


3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 41

Demostración. Por inducción sobre k. Si k = 1 es claro que Fn | Fn .


Supongamos que el teorema es cierto para toda k, por ende, existe
d ∈ Z tal que Fnk = dFn , como consecuencia de la propiedad Shifting
tenemos

Fn(k+1) = Fnk+n
= Fn Fnk+1 + Fn−1 Fnk
= Fn Fnk+1 + Fn−1 (dFn )
= Fn (Fnk+1 + dFn−1 )

de donde Fn | Fn(k+1) .

Proposición 11. Cualesquiera dos números de Fibonacci consecutivos


son primos relativos, esto es, si n ∈ N, entonces el máximo común
divisor de Fn+2 y Fn+1 es uno, y el algoritmo de Euclides utiliza pre-
cisamente n divisiones para verificar esto.

Demostración. Aplicando el algoritmo de Euclides a Fn+1 y Fn+2 y


usando la relación de recurrencia tenemos:

Fn+2 = 1Fn+1 + Fn
Fn+1 = 1Fn + Fn−1
Fn = 1Fn−1 + Fn−2
.
.
.
F4 = 1F3 + F2
F3 = F2 + F1 = 2F2
y el último residuo no es cero es F2 = 1, por lo que el máximo común
divisor de Fn+2 y Fn+1 es igual a 1, luego entonces Fn+2 y Fn+1 son
primos relativos.
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 42

A continuación verificaremos que se utilizan precisamente n divi-


siones para verificar esto.
Si a, b ∈ Z con 0 < b < a, aplicando el algoritmo de Euclides
encontramos el máximo común divisor de a y b. Sea r0 = ayr1 = b,
obtemos la siguiente sucesión de ecuaciones:

r0 = q1 r1 + r2 0 ≤ r2 < r1
r1 = q2 r2 + r3 0 ≤ r3 < r2
r2 = q3 r3 + r4 0 ≤ r4 < r3
.
.
.
rn−3 = qn−2 rn−2 + rn−1 0 ≤ rn−1 < rn−2
rn−2 = qn−1 rn−1 + rn 0 ≤ rn < rn−1
rn−1 = qn rn
Nótese que aquı́ hemos utilizado n divisiones. Además cada uno
de los cocientes q1 , q2 , ..., qn−1 es mayor o igual a 1 y qn = 2 ya que
rn < rn−1 . De donde,

rn ≥ 1 = F 2
rn−1 ≥ 2r2 ≥ 2F2 = F3
rn−2 ≥ rn−1 + rn ≥ F3 + F2 = F4
.
.
.
r2 ≥ r3 + r4 ≥ Fn−1 + Fn−2 = Fn
b = r1 ≥ r2 + r3 ≥ Fn + Fn−1 = Fn+1
Por lo que, si se utilizan n divisiones en el algoritmo de Euclides
debemos tener b ≥ Fn+1 . Ahora mostramos por inducción el siguiente
teorema.
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 43

Teorema 6. Fn+1 > φn−1 para cada n ≥ 2.

Demostración. Si n = 2 como φ < 2 = F3 , entonces el resultado es



3+ 5
cierto en este caso, ademas φ2 = 2
< 3 = F4 , por lo que el resultado
también es cierto para n = 3.
Supóngase que φk−1 < Fk+1 para cualquier entero k tal que 2 ≤ k <
n.
Como φ es solución de la ecuación cuadrática x2 −x−1 = 0, entonces
φ2 = φ + 1, como se habı́amos mostrado anteriormente en el teorema
2.

φn−1 = φn−2 + φn−3

De la hipótesis de inducción φn−2 < Fn y φn−3 < Fn−1 , sumando estas


desigualdades tenemos:

φn−1 = φn−2 + φn−3 < Fn + Fn−1 = Fn+1

Por lo que el resultado es cierto para toda n ≥ 2.


Luego entonces, si b ≥ Fn+1 > φn−1 para n ≥ 2, como log10 φ > 1/5
entonces

log10 b > (n − 1) log10 φ > (n − 1)/5

esto es, n − 1 < 5 log10 b.


Si suponemos que b tiene k digitos decimales, b < 10k , entonces log10 b <
k, de donde n − 1 < 5k. Como k es entero n ≤ 5k

Proposición 12. Cada número de Fibonacci es el promedio del térmi-


no que se encuentra dos posiciones antes del término que se encuentra
una posición después, esto es:
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 44

Fn−2 + Fn+1
Fn =
2

Demostración. Como Fn+1 = Fn + Fn−1 y Fn = Fn−1 + Fn−2 , entonces

2Fn = Fn + Fn = (Fn+1 − Fn−1 ) + (Fn−1 + Fn−2 ) = Fn+1 + Fn−2

Proposición 13.
2 2
Fn+2 − Fn+1 = Fn Fn+3

Demostración. Como Fn+2 = Fn+1 + Fn , entonces Fn = Fn+2 − Fn+1 ,


de donde

2 2
Fn+2 −Fn+1 = (Fn+2 +Fn+1 )(Fn+2 −Fn+1 ) = (Fn+2 +Fn+1 )Fn = Fn+3 Fn .

Proposición 14.
2
Fn+2 − Fn2 = F2n+2

Demostración. Aplicando la propiedad “Shifting” demostrada ante-


riormente

2
Fn+2 − Fn2 = (Fn+2 − Fn )(Fn+2 + Fn )
= Fn+1 (Fn+2 + Fn )
= Fn+1 Fn+2 + Fn+1 Fn
= F(n+1)+(n+1)
= F2n+2
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 45

Proposición 15. Identidad d’Ocagne

Fm Fn+1 − Fn Fm+1 = (−1)n Fm−n

Demostración. Supongase que m > n, y sea a = m − n y b = n,


podemos reescribir esta identidad como

Fa+b Fb+1 − Fb Fa+b+1 = (−1)b Fa

fijamos b y hacemos inducción sobre a.


Si a = 1 se aplica la identidad de Cassini, esto es

2
Fb+1 Fb+1 − Fb Fb+2 = Fb+1 − Fb+2 Fb = (−1)(b+1)−1 = (−1)b F1 .

Supongamos que el teorema es cierto para todo número menor o


igual que a, entonces

F(a+1)+b Fb+1 − Fb Fa+b+2 = (Fa+b + Fa+b−1 )Fb+1 − Fb (Fa+b+1 + Fa+b )


= Fa+b Fb+1 + Fa+b−1 Fb+1 − Fb Fa+b+1 − Fb Fa+b
= (Fa+b Fb+1 − Fb Fa+b+1 ) + (Fa+b−1 Fb+1 − Fb Fa+b )
= (−1)b Fa + (−1)b Fa−1
= (−1)b Fa+1

Proposición 16. Si d ∈ Z es tal que d | Fn y d | Fm con n > m,


entonces d | Fm−n

Demostración. Supongamos que Fn = dα y Fm = dβ con α, β ∈ Z,


como consecuencia de la identidad de d’Ocagne
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 46

Fm−n = (−1)n (Fm Fn+1 − Fn Fm+1


= (−1)n (dβFn+1 − dαFm+1
= d ((−1)n (βFn+1 − αFm+1 ))

Teorema 7. (Teorema de Lucas). El máximo común divisor de dos


números de Fibonacci es otro número de Fibonacci, más especifica-
mente

gcd(Fn , Fm ) = Fgcd(n,m)

Para demostrar el teorema de Lucas nos basaremos en el siguiente


lema, y en el hecho que gcd(a, b) = gcd(a − b, b).

Lema 1. Si a, b son dos enteros positivos, y suponemos que a > b


entonces
gcd(Fa , Fb ) = gcd(Fa−b , Fb ).

Demostración. (lema) Si d | Fa y d | Fb , existen enteros x, t tales que


Fa = ds y Fb = dt, como consecuencia de la identidad de d’Ocagne
tenemos

Fa−b = (−1)b (Fa Fb + 1 − Fb Fa+1 )


= (−1)b (dsFb+1 − dtFa+1 )
= d (−1)b (sFb+1 − tFa+1+ )


de donde d | Fa−b . Reciprocamente, si d | Fa−b y d | Fb , tenemos que


existen u, t ∈ Z tales que Fa−b = du y Fb = dt, como consecuencia de
la propiedad Shifting Fb+c+1 = Fb Fc + Fb+1 Fc+1 , tomando c = a − b − 1
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 47

tenemos

Fa = Fb+(a−b−1)+1 = Fb Fa−b−1 + Fb+1 Fa−b


= dtFa−b−1 + Fb+1 du
= d(tFa−b−1 + Fb+1 u)

esto es, d | Fa , de lo anterior se deduce que gcd(Fa , Fb ) = gcd(Fa−b , Fb ).

Demostración. (Teorema de Lucas) Como consecuencia de la proposi-


ción 11, el teorema de Lucas es cierto si a = b + 1, ya que dos números
de Fibonacci consecutivos son primos relativos, ası́ gcd(Fb+1 , Fb ) = 1 =
F1 = Fgcd(b+1,b) .
Supóngase que gcd(Fc , Fd ) = Fgcd(c,d) para todos los enteros posi-
tivos c, d tales que c + d < a + b.
Si a > b como consecuencia del lema anterior gcd(Fa , Fb ) = gcd(Fa−b , Fb ),
y (a − b) + b = a < a + b, por hipótesis

gcd(Fa−b , Fb ) = Fgcd(a−b,b) = Fgcd(a,b)

ya que gcd(a − b, b) = gcd(a, b), de donde

gcd(Fa , Fb ) = Fgcd(a,b) .

Si a < b entonces b − a > 0 y gcd(Fa , Fb ) = gcd(Fa , Fb−a ), procedi-


endo de manera análoga obtenemos gcd(Fa , Fb ) = Fgcd(a,b) .
Finalmente, si a = b Fa = Fb y gcd(Fa , Fa ) = Fa = Fgcd(a,a) .

Corolario 2. Si m, n ∈ N con m 6= 2, entonces Fm | Fn si, y sólo si


m | n.

Demostración. m | n si, y sólo si gcd(m, n) = m, lo cual equivale a


pedir F(m,n) = Fm , y como consecuencia del teorema de Lucas, esto es
equivalente a gcd(Fm , Fn ) = Fm , es decir Fm | Fn
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 48

Para estudiar una sucesión y sus propiedades suele ser útil estudiar
su función generadora asiciada.

Definición 7. Una función generadora asociada a una sucesión {an }∞


n=0
es la función

f (x) = a0 + a1 x + a2 x2 + ...,

es decir es una serie de potencias donde cada coeficiente es un ele-


mento de la sucesión.
Las funciones generadoras son expresiones cerradas en un argumen-
to formal x. A veces, una función generadora se “evalúa.en un valor
especı́fico x = a pero hay que tener en cuenta que las funciones gener-
adoras son series formales de potencias, por lo que no se considera ni
se analiza el problema de la convergencia en todos los valores de x.
Por lo mismo es importante observar que las funciones generadoras
no son realmente funciones en en el sentido usual de ser aplicaciones
entre un dominio y un codominio; el nombre es únicamente el resultado
del desarrollo histórico de su estudio.
“Una funcin generadora es una cuerda de tender en la que colgamos
una sucesin de nmeros para mostrarla.” Herbert Wilf
A continuación deduciremos la función generadora asociada a la
sucesión de Fibonacci.
Sea F (x) = ∞ k
P
k=0 Fk x , como Fk = Fk−1 +Fk−2 para k ≥ 2, entonces

P∞
F (x) = F0 + F1 x + Fk xk
Pk=2

= F0 + F1 x + k=2 (Fk−1 + Fk−2 )xk
= x + k≥2 Fk−1 xk + k≥2 Fk−2 xk
P P

= x + x k≥2 Fk−1 xk−1 + x2 k≥2 Fk−2 xk−2


P P

= x + xF (x) + x2 F (x)
3. Números de Fibonacci, el número áureo y la fórmula de Binet 49

Esto es , (1 − x − x2 )F (x) = x, de donde f (x) = x/(1 − x − x2 ) es la


función generadora de la sucesión de Fibonacci.
abk xk =
P
Por otra parte, una forma cerrada es de la forma B(x) = k≥0
a/(1−bx), entonces para encontrar la forma cerrada asociada a la suce-
sión de Fibonacci se descompone 1 − x − x2 = (x − φ)(x − φ̂), donde
φ̂ = 1 − φ y expresamos F (x) = a/(1 − φ̂x) + b/(1 − φx), resolvemos

1 X k
F (x) = √ (φ − φ̂k )xk
5 k=0
Finalmente, podemos mencionar que la sucesión de Fibonacci se puede
expandir al campo de los números reales, y aún más, al campo de los
números complejos como sigue:
La función analı́tica
φx − φ−x
F e(x) = √
5
tiene la propiedad de que F e(n) = Fn para todos los enteros pares, de
manera análoga tenemos que la función analı́tica
φx + φ−x
F o(x) = √
5
tiene la propiedad de que F o(n) = Fn para todos los enteros impares,
juntando estas expresiones tenemos la función analı́tica

φx − cos(πx)φ−x
F (x) = √ .
5
La cual tiene las mismas caracterı́sticas que la sucesión de Fibonacci:
F (0) = 0, F (1) = 1 y F (x) = F (x − 1) + F (x − 2) para cualquier
número real, o complejo x.
4. NÚMERO ÁUREO Y SU RELACIÓN CON LAS BELLAS
ARTES

Pintura y escultura
Con la llegada del Renacimiento a Italia, apareció una nueva e in-
fluyente clase social constituida por los humanistas. Hasta entonces, la
Iglesia habı́a condicionado toda la vida cultural, pero ahora la ciencia
llegaba directamente al ciudadano, gracias al aristotelismo, en boga
durante los comienzos del Renacimiento. Ésta filosofı́a fue cediendo te-
rreno al platonismo y el arte empezó a basarse sobre la propia ciencia.
La geometrı́a y otras ramas de las matemáticas ocuparon un lugar esen-
cial en la nueva concepción de la cultura, se desecho el arte puramente
lineal y se busco con ahı́nco la forma tridimensional.
La pintura italiana de los comienzos del siglo XV es todavı́a narra-
tiva y escoge los muros de las Iglesias. La técnica, en especial el fres-
co, es de gran sencillez. Sin embargo, con la pintura al óleo, el artista
abandona la limitada temática religiosa y se complace en mostrar el es-
plendor de la forma, la luz y el espacio infinito. En pintura, temprano
amanecer del realismo de Giotto, sus figuras tridimensionales ocupando
un espacio racional, y su interés humanista en expresar la personalidad
individual en lugar de los modelos góticos tardı́os, fue seguido por un
retroceso a las convenciones conservadoras de finales del gótico.
El renacimiento italiano en pintura se considera que comenzó en
Florencia con los frescos de Masaccio, luego las pinturas sobre panel
y frescos de Piero della Francesca y Paolo Uccello. Todos ellos comen-
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 51

zaron a realzar el realismo de sus trabajos utilizando nuevas técnicas


de perspectiva a fin de representar más auténticamente el mundo tridi-
mensional en dos dimensiones. Piero della Francesca escribió tratados
sobre perspectiva cientı́fica. La creación de espacios creı́bles permitió a
los artistas mejorar la representación del cuerpo humano sobre paisajes
naturales. Las figuras de Massaccio tienen una plasticidad desconocida
hasta esa época. Comparadas con el aspecto llano de la pintura gótica,
estas obras eran revolucionarias.
En el siglo XVI, especialmente en el norte de Italia, los artistas
también comenzaron a utilizar nuevas técnicas en la manipulación de
la luz y sombra, como en los contrastes evidentes usados en varios
retratos de Tiziano, y en el desarrollo del esfumado y el claroscuro por
Leonardo da Vinci y Giorgione. Esta época vió también aparecer los
primeros temas seculares, no religiosos.
Se ha debatido si el secularismo del Renacimiento, debido a la pre-
sencia de algunas pinturas mitológicas no ha sido exagerado por es-
critores de principios del Siglo XIX. Uno de los principales pintores
cuyas obras seculares han llegado a nuestros dı́as es Botticelli, conoci-
do por su profunda religiosidad (fue seguidor de Savonarola) y por su
producción general plena de obras de temas religiosos.
En escultura, el estudio de Donatello sobre las obras de la antigüedad
llevó al desarrollo de posiciones clásicas y los temas desnudos. Su se-
gunda escultura del “David” fue el primer desnudo en bronce creado
en Europa desde el Imperio romano. El progreso hecho por Donatello
influyó toda la producción subsiguiente: quizá el más grande artista de
todos fue Miguel Ángel, cuyo David de 1500 es también un estudio de
desnudo masculino. Esta obra es más realista que la de Donatello y de
mayor intensidad emocional. Ambas esculturas están apoyando su peso
en una pierna.
La etapa conocida como alto renacimiento representa la culminación
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 52

de las metas del perı́odo temprano, especialmente la acabada repre-


sentación de las figuras en un espacio diagramado con movimiento
creı́ble y en un apropiado y decoroso estilo. Los más famosos pin-
tores de esta época son Leonardo da Vinci, Rafael, y Miguel Ángel.
Sus imágenes están entre las más conocidas obras de arte de todo el
mundo. La Última cena de Leonardo, la Escuela de Atenas de Rafael
o el cielorraso de la capilla Sixtina de Miguel Ángel, son los ejemplos
básicos de este perı́odo.

Arquitectura

Desde sus inicios, la arquitectura renacentista tuvo un carácter pro-


fano y, lógicamente, surgió en una ciudad en donde el Gótico apenas
habı́a penetrado, Florencia; en la Europa de las grandes catedrales, el
carácter renacentista se implantó con dificultades.
El estilo renacentista, introducido en Italia trae un nuevo sentimien-
to de luz, claridad y amplitud de espacio, que es tı́pico del renacimiento
temprano en Italia. Su arquitectura refleja la filosofı́a del humanismo,
la iluminación y claridad mental en oposición a la oscuridad y espiri-
tualidad de la Edad Media. La revitalización de la antigüedad clásica
puede ser bien ilustrada por el Palazzo Ruccelai. Aquı́ las pilastras
siguen la superposición de órdenes clásicos, con capiteles dóricos en el
piso bajo, jónicos en el piano nobile y corintios en los pisos superiores.
La arquitectura en este periodo se caracterizó también por el empleo de
proporciones modulares, superposición de órdenes, empleo de cúpulas
e introducción del orden colosal.
En el Quattrocento fue frecuente recurrir a columnas y pilastras
adosadas, a los capiteles clásicos (con preferencia el corintio, aunque
sustituyendo los caulı́culos por figuras fantásticas o de animales), los
fustes lisos y el arco de medio punto, a la bóveda de cañón y de arista,
ası́ como a cubiertas de madera con casetones. Lo que fundamental-
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 53

mente distingue a la arquitectura del Quattrocento de la del Alto Re-


nacimiento (o Cinquecento) es la decoración menuda (putti, guirnaldas
de flores o frutos, grutescos, etc.), el alargamiento de la cúpula (ca-
tedral de Florencia, de Filippo Brunelleschi) y las fachadas de piedra
tosca (Palacio Medici-Riccardi, de Michelozzo di Bartolommeo) o con
los sillares en realce (Palacio Rucellai, de Bernardo Rosellino, proyecto
de Alberti).
La arquitectura del Cinquecento tuvo como centro Roma: En 1506,
Donato d’Angelo Bramante terminaba su célebre proyecto para la bası́li-
ca de San Pedro en el Vaticano. Los palacios se adornaron de valiosos
bajorrelieves (Palacio Grimani de Venecia, 1549, obra de Michele San-
micheli).

4.1. Leon Batista Alberti (1404-1472)

Para comenzar el estudio de esta época, tenemos que remitirnos


primero que nada a Leon Batista Alberti que fue sin duda pionero en
tratar de establecer bases matemáticas en el arte de la construcción,
pintura y escultura, las obras de Alberti no tuvieron mucha influencia
en los pintores de su época. Sin embargo los ideales de Alberti serı́an re-
tomados en el siglo siguiente por Leonardo Da Vinci y Rafael . Alberti
escribió un voluminoso tratado de arquitectura De re aedificatoria (De
la contrucción), publicada en latı́n en Florecia en 1485, el cual dedicó a
la papa Nicolas V, Della pittura el texto latino fue dedicado al Marquez
de Mantua, mientras que la versı́on vernácula estuvo dedicada al ar-
quitecto Filippo Brunelleschi (1337-1446) y Della statua e della pittura
el cual fue escrito en 1436
A pesar de que este último no fue publicado hasta el siglo XVI, el
tratado circuló rápidamente dentro del ámbito de los talleres artı́sticos.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 54

De re aedificatoria, que circuló igualmente antes de su publicación,


tuvo una influencia todavı́a mas considerable. Se trata de un tratado
de arquitectura, pero algunos capı́tulos sobre las proporciones, sobre la
decoración, pudieron interesar a todos los artistas, y el tono del libro,
la estética muy particular que propugna, calma y serena, encontró gran
eco entre los pintores.
Dejando a un lado los primeros libros dedicados a problemas más
técnicos - planos, materiales, forma de llevar una obra, etc. - y de-
tengámonos en el libro IX que trata la ornamentación de los edificios
privados. Las condiciones de la belleza son aquı́ expuestas de la man-
era más precisa. En el capı́tulo V, Alberti explica cómo los intervalos
musicales agradables al oı́do, la octava, la quinta y la cuarta, se corre-
1
sponden con la división de una cuerda en 2, en 3 o un 4, es decir, 2
,
2 3
3
y 4
. Son las proporciones que en esa época se le llamaban diapasón,
diapente y diatesarón, servirı́an también para las artes plásticas, y en
primer lugar para la arquitectura. Esto lo estudia con detalle en el
capı́tulo VI que trata de las superficies:
2
Las “superficies cortas” serán cuadradas, o de 3
o de 34 . Si lo que
queremos es que una de las dimensiones sea mas larga que la otra,
tomaremos dos veces estas proporciones, es decir, dos veces 23 , lo que
da, partiendo del lado pequeño, 4, 6 y 9 para el lado mayor ( 64 = 6
9
= 23 );
3 9 12
o bien dos veces 4
lo que da partiendo de 9: 9,12 y16 ( 12 = 16
= 34 ).
1
También podemos tomar simplemente la relación 2
, sin olvidar que la
octava esta formada por la quinta y la cuarta o la cuarta y la quinta. La
primera combinación dividirá la superficie del muro de esta manera: 4,6,
8 ( 46 o quinta, 6
8
o cuarta); y la segunda lo dividirá, por ejemplo, en 3,
4,6 ( 34 o cuarta, 4
6
o quinta). Estas proporciones pueden ser duplicadas,
o combinadas, sin superar no obstante el número 27, el tercer cubo,
ya que según los Antiguos las leyes matemáticas de la música no eran
validas para los números bajos.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 55

De la teorı́a de las relaciones musicales se tiene lo siguiente:

Diapasón o doble.- Se tienen los números que corresponden a una relación


doble, como el dos a la unidad y el todo a la mitad de sı́ mismo.
(Octava: 21 ).

Diapente o Sesquiálterea.- La cuerda mayor contiene a toda la menor


mas la mitad de esta (Quinta: 32 )

Diatesarón o sesquitercia.- La cuerda mayor contiene toda la menor


mas una tercera parte de esta. (Cuarta: 43 )

Diapasón-Diapente o triple.- Aquı́ la relación es una entera contra su


tercera parte. ( 12 × 23 = 31 )

Los números musicales son, en definitiva y para resumirlos, los si-


guientes: uno, dos, tres, cuatro. Como ya se ha dicho, también existe el
tono, en el que la cuerda mayor en comparación con la menor la supera
en una octava parte de esta última.
En el capitulo VI, Alberti aplica esta teorı́a a los planos de los
arquitectos, a las “superficies” por ejemplo:
Hablaremos en primer lugar de las superficies que están sujetas a dos
dimensiones.
Unas son cortas, otras largas, otras medianas. La más corta de to-
das es la cuadrada, cualquiera de cuyos lados es igual a los demás, con
los ángulos todos rectos. A continuación viene la superficie sesquiáltera
(diapente 23 ); también entre las superficies cortas la sesquitercia (diate-
sarón 43 ).
Las tres coinciden también con las superficies medianas. La primera
de estas es la doble (diapasón 21 ). A continuación tenemos la compuesta
por la duplicación de dos superficies sesquiálteras, y se construye como
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 56

sigue: Una vez trazada la dimensión menor de la superficie, por ejemplo,


igual a un cuarto, se construye una primera sesquiáltera; tendrá una
longuitud de seis; a esta última se le añade también una sesquiáltera;
la longuitud será 9.
En este caso la longuitud mayor doblará la medida de la menor,
mas el tono del doble.
Entra también en el grupo de las medianas aquella que se obtiene
de la dupicación de la sesquitercia, en este caso habrá entre lı́nea menor
y mayor una proporción de nueve a dieciséis. Por lo que, la lı́nea mayor
es separada por el doble de la menor en menos de un tono.

Superficies cortas Superficies medianas


Cuadrado Doble (Diapasón 21 )

Sesquiáltera (Diapente 23 ) Sesquiáltera doble (Doble diapente 4/6/9)

Sesquitercia (Diatesarón 34 ) Sesquitercia doble(Doble diatesarón 9/12/16)


4. Número áureo y su relación con las bellas artes 57

En el caso de las superficies largas se sigue el siguiente procedi-


1
miento. En efecto o bien se une una doble 2
con una sesquiáltera 32 ,
convirtiéndose ası́ en triple 13 ; o también una sesquitercia 3
4
a una doble
1
2
, y los números que marcan la proporción son el tres y el ocho, o se
llevan a cabo de forma que una dimensión sea cuatro veces la otra.

Superficies largas
1
Diapasón diapente 3
(3/6/9)

3
Diapasón diatesarón 8
(3/6/8)

Los artistas del renacimiento tomaron al pie de la letra el texto


de Alberti, basándose preferentemente en los números que éste pro-
ponı́a. Las superficies medias resultaban particularmente útiles a los
pintores que estaban especialmente interesados en las relaciones 4/6/9
y 9/12/16. Las superficies largas apenas les eran útiles, y sus propor-
ciones raras veces se correspondı́an con las de un cuadro.

4.2. Rectángulos estáticos y dinámicos

Se le denomina simetrı́a discreta o estática, a aquellas que están


dadas por fracciones racionales, empezando por 12 , 32 , 34 , etc. la cuales
corresponden a la octava, quinta y cuarta como se vió anteriormente.
Los rectángulos estáticos se caracterizan por tener razones o propor-
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 58

ciones “aritméticas” tales como 12 , 32 , 33 , 43 , etc. Donde el numerador indica


las unidades de la base, y el denominador las unidades de la altura.

Fig. 4.1: Rectángulos estáticos


4. Número áureo y su relación con las bellas artes 59

Los rectángulos dinámicos se caracterizan por tener razones o pro-



porciones “geométricas”, fracciones irracionales o números como, 2,
√ √ √
3, 5, φ, φ2 , φ etc.

Fig. 4.2: Rectángulos dinámicos

J. Hambidge define dos puntos:

1. Los rectángulos estáticos no ayudan a producir subdivisiones armónicas


ni interactúan con las superficies.

2. Los rectángulos dinámicos pueden producir las mas variadas y


satisfactorias subdivisiones y combinaciones armónicas.

A continuación mostraremos algunos ejemplos de divisiones armónicas


4. Número áureo y su relación con las bellas artes 60

√ √ √
en rectángulos dinámicos 2, 3, 5, φ, ası́ como algunos ejemplos de
descomposiciones armónicas del cuadrado en términos de φ.


Fig. 4.3: Rectángulo 2 descomposiciones armónicas
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 61


Fig. 4.4: Rectángulo 3 descomposiciones armónicas
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 62


Fig. 4.5: Rectángulo 5 descomposiciones armónicas
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 63

Fig. 4.6: Rectángulo φ descomposiciones armónicas


4. Número áureo y su relación con las bellas artes 64

Fig. 4.7: El cuadrado, descomposiciones armónicas en términos de φ


4. Número áureo y su relación con las bellas artes 65

4.3. Piero della Francesca (1416-1492)

Famoso pintor y matemático, escribe tres tratados que tienen co-


mo finalidad formular y divulgar, con un estilo de extrema precisión
cientı́fica, las reglas de la representación artı́stica.
“De prospectiva pingendi” (1472-1475), es el primer manuscrito de
Piero; está dedicado al duque Federico. Es un tratado de perspectiva el
cual esta dirigido a los pintores y se abre con una referencia a Alberti.
La pintura, decı́a este último, en su libro II, comprende tres partes:
la circunscripción, la composición y la distribución de la luces. Piero
sustituye respectivamente estas tres palabras por el dibujo, las medi-
das y el color. Cabe mencionar que en la segunda de las tres partes,
insiste todavı́a más que Alberti en el predominio de los números. Di-
gamos que es mas albertiano que el propio Alberti cuando sustituye la
palabra composizione - distribución de las superficies - por la palabra
conmensuratio.
El segundo manuscrito es un opúsculo de aritmética y geometrı́a
titulado “De Abaco ”. Donde muestra una amplia gama de problemas
sobre el pentágono y los cinco sólidos platónicos. Calcula longitudes
de los lados y de las diagonales, las áreas y los volúmenes. Muchas
de las soluciones incluyen la proporción áurea, y algunas técnicas dan
fe de un pensamiento innovador y original. Finalmente el tercero De
quinque corporibus regularibus el cual se caracteriza por un gran rigor
matemático. Piero Della Francesca identifica la pintura con la perspec-
tiva y lleva la infinita variedad de las formas naturales a la medida y
regularidad de las formas geométricas. Su pintura se convierte en medio
para la investigación del espacio en términos cientı́ficos, un medio de
conocimiento de la realidad sobre bases matemáticas.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 66

A continuación se muestra un análisis de la obra, La Virgen y el


Niño rodeado de santos.

Este retablo dividido en dos a lo alto y


a lo ancho, sigue una composición sobre
la relación 2/3 o Diapente; sus personajes
verticales e inmóviles están inscritos en un
cı́rculo. Una composición que tiene su re-
flejo en la arquitectura: la banda oscura
se sitúa sobre el segundo tercio de la al-
tura; los dos cı́rculos de la bóveda cortan
otro cı́rculo, centrado sobre el primer ter-
cio de la altura y en el cual se inscriben
dos hexágonos. Las prolongaciones de los
lados de uno de los hexágonos determi-
nan la altura de la bóveda. De este mo-
do, a pesar del aparente desfase en la dis-
tribución de los espacios, la composición Fig. 4.8: La Virgen y el Niño
es monolı́tica como un cuerpo pitagórico. rodeados de santos,
Pinacoteca di Brera
1472-74, Oleo sobre
tela, 248 × 170 cm.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 67

Un ejemplo claro de Albertismo en la pintura es:

4.4. Alessandro Di Mariano Filipepi (Sandro Botticelli) 1444-1510

Fig. 4.9: El Nacimiento de Venus. Galeriá Uffizi, Florencia. Témpera sobre lienzo,
172.5 x 278.5 cm.

El Nacimiento de Venus es una de las obras más famosas de Botti-


celli. Fue pintada para un miembro de la familia Médici, decorando uno
de sus palacios de descanso en el campo. El tema mitológico era habi-
tual en estos emplazamientos campestres, surgiendo imágenes como la
Primavera o Venus y Marte. El momento que nos presenta el artista es
la llegada de la diosa, tras su nacimiento, a la isla de Citera, empujada
por el viento, como describe Homero quien sirvió de fuente literaria
para la obra de Botticelli. Venus ha surgido del mar en una concha,
que es dirigida por los dioses del viento hacia la costa entre una lluvia
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 68

de rosas. Cuando está a punto de dar un paso en tierra, una de las


Ninfas, la recibe con una capa púrpura. La Venus de Botticelli es tan
hermosa que no advertimos la longitud antinatural del cuello, la caı́da
escarpada de los hombros y la manera rara en que el brazo izquierdo es
desprendido del cuerpo. Debemos decir que estas libertades que Botti-
celli tomó con la naturaleza para la belleza y armonı́a del diseño, por
que ellos aumentan la impresión de un ser infinitamente delicado que
llegó por aire a nuestras costas como un obsequio del Cielo.
Lado superior izquierdo: El Céfiro del Viento de Oeste y Chloris con
miembros entrelazados como una entidad de doble: el Céfiro sopla vi-
gorosamente; mientras que Chloris suspira suavemente para entibiar el
viento que dirige a tierra a Venus. Por todas partes caen rosas cada
una con un corazón dorado que, según la leyenda, aparecieron durante
el nacimiento de Venus.
Lado derecho superior: La Costa Arbolada corresponde al jardı́n sagra-
do del Hespérides en el mito griego y cada flor blanca pequeña se vuelca
con oro. El oro muestra a través de la pintura, la posición divina de
Venus. Cada hoja verde obscura se tiene una espina dorsal y el resumen
oros, y en los troncos de árbol se ponen los toques de luz con lı́neas
diagonales.
El lado derecho: La Ninfa es una de las tres diosas griegas de las tempo-
radas, que eran asistentes de Venus. Su vestido lujosamente decorado
y en la bata magnifica con que reviste a Venus se bordan margaritas
rojas y blancas, con primaveras amarillas, y con flores color azul, todo
florece apropiado al tema del nacimiento. Ella lleva una guirnalda de
mitro, el árbol de Venus y una banda de la rosa.
El centro: Botticelli representa a Venus con una compleja y armoniosa
serie de torsiones y vueltas, cuando ella está a punto de dar un paso
lejos de su gigante concha dorada. Venus es la diosa del amor y su
nacimiento se debe a los genitales del dios Urano, cortados por su hijo
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 69

Cronos y arrojados al mar. Sus largos cabellos rubios cubren sus partes
ı́ntimas mientras que con su brazo derecho trata de taparse el pecho,
repitiendo una postura tı́pica en las estatuas romanas de las Venus
Púdicas.
Técnicamente, Botticelli ha conseguido una figura magnı́fica aunque
el modelado es algo duro, reforzando los contornos con una lı́nea os-
cura, como si se tratara de una estatua clásica. De esta manera, el
artista toma como referencia la antigüedad a la hora de realizar sus
trabajos. Los ropajes se pegan a los cuerpos de los personajes, desta-
cando todos y cada uno de los pliegues y los detalles para demostrar
su formación como orfebre en su juventud. El resultado es sensacional
pero las pinturas de Botticelli parecen algo frı́as e incluso primitivas.
Análisis del cuadro

En esta obra Botticelli utiliza la segun-


da de las relaciones caracterı́sticas de Al-
berti, el doble diatesarón, 9/12/16. Venus
sigue la lı́nea oblicua de las cesuras 9
tomadas: arriba de izquierda a derecha y
debajo de derecha a izquierda.

Las lı́neas que sirven de apoyo a los Vien-


tos y a la Ninfa forman los lados de un
triángulo cuya altura es oblicua de Venus.
La posición desequilibrada de este trián-
gulo acentúa el movimiento de traslación.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 70

La Ninfa queda dentro de un triángulo


principal, que a su vez es dividido por la
lı́nea en la cual se apoya se brazo izquier-
do y su pierna derecha, y otras dos que
marcan el centro del cuerpo, haciendo que
converjan en el antebrazo las lı́neas prin-
cipales.

Finalmente se tiene el análisis siguiente:


4. Número áureo y su relación con las bellas artes 71

4.5. Luca Pacioli (1445-1517)

Nació en la pequeña localidad de Borgo San Sepolcro, la misma


en la que naciera Piero della Francesca del que fue alumno y amigo.
Hacia 1470 se va a Roma alojándose en casa de Leon Battista Alberti y
coincidiendo allı́ con su maestro.(Este es un dato interesante, ya que se
puede resaltar el hecho de cómo estos tres personajes llegan a coincidir)
Gran parte de la obra algebraica de Piero se incorporó a un li-
bro publicado por Luca Paccioli y titulado Summa de aritmética, geo-
metrı́a, proportioni et proporcionalita. La mayor parte de la obra de
Piero sobre los sólidos, que apareció en latı́n, la tradujo Luca Pacioli al
italiano, incorporándola de nuevo (o plagiándola, como dicen muchos
con menos tacto) en su famoso libro sobre la Proporción Áurea: Divi-
na Proportione. Publicado en Venecia en 1509, el cual consta de tres
volúmenes. El primer volumen, Compendio de Divina Proportione, con-
tiene un resumen detallado de las propiedades de la Proporción Áurea
(a la que Pacioli se refriere como Proporción Divina), ası́ como un es-
tudio de los sólidos platónicos y otros poliedros. En la primera página
de La Proporción Divina, Pacioli declara de un modo grandilocuente
que ésta es “una obra necesaria para todas las mentes perspicaces y
curiosas, en la que todo aquel que ame estudio de la filosofı́a, la pers-
pectiva, la pintura, la escultura, la arquitectura, la música y otras dis-
ciplinas matemáticas, se encontrará con una enseñanza muy delicada,
sutil, y admirable, y se regocijará con las diversas cuestiones de una
ciencia muy secreta”.

Pacioli dedicó el primer volumen de La Proporción Divina a Lu-


dovico Sforza y, en el quinto capı́tulo, ofrece cinco razones por las que
cree que La Proporción Divina deberı́a ser el nombre apropiado para
la Proporción Áurea.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 72

1. “Es una y nada más que una”. Pacioli compara el valor único
de la Proporción Áurea, al hecho de que la unidad “es el epı́teto
supremo de Dios”.

2. Pacioli encuentra una similitud entre el hecho de que la definición


de la Proporción Áurea comprenda tres longitudes y la existencia
de la Santı́sima Trinidad: Padre, Hijo y Espı́ritu Santo.

3. Para Pacioli, la inconmensurabilidad de Dios y el hecho de que la


Proporción Áurea sea un número irracional son equivalentes. En
palabras suyas: “Del mismo modo que Dios no puede ser definido
ni comprendido con palabras, nuestra proporción no puede desig-
narse con números intangibles ni expresarse con ninguna cantidad
racional, sino que ha de permanecer escondida y en secreto, y es
denominada irracional por los matemáticos”

4. Pacioli compara la omnipresencia y la invariabilidad de Dios con


la auto-similitud asociada a la Proporción Áurea, es decir, el valor
es siempre el mismo y no depende de que se divida la longitud
de la lı́nea o del tamaño del pentágono en que se calculen las
proporciones de las longitudes.

5. La quinta razón nos revela una visión de la existencia más platónica


que la del mismo Platón. Pacioli afirma que, del mismo modo que
Dios creó todo el cosmos a través de la quinta esencia, represen-
tada por el dodecaedro, la Proporción Áurea crea el dodecaedro,
ya que no puede construirse sin la Proporción Áurea. Añade que
sin la Proporción Áurea es imposible comparar los otros cuatro
sólidos platónicos ( que representan la tierra, el agua, el aire y el
fuego) entre sı́.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 73

Fig. 4.10: Sólidos Platónicos de la Divina Proporción realizados por Leonardo Da


Vinci

Los dibujos de poliedros trazados por, según Pacioli, una “indes-


criptible mano izquierda”.
Para asegurar el atractivo del libro, Pacioli consiguió para La Pro-
porción Divina los servicios del ilustrador soñado por cualquier autor:
el mismı́simo Leonardo da Vinci se encargó de las sesenta ilustraciones
de sólidos, dibujando tanto la estructura como su forma sólida. Pacioli
se apresuró a expresarle su agradecimiento. Escribió lo siguiente sobre
la contribución de Leonardo: “el mejor pintor de perspectiva, arquitec-
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 74

to, músico, el hombre dotado de todas las virtudes, Leonardo da Vinci,


que dedujo y elaboró una serie de diagramas de sólidos regulares”.
El segundo libro de La Proporción Divina es un tratado sobre la
proporción y su aplicación en la arquitectura y escultura del cuerpo
humano. El tratamiento de Pacioli se basaba en su mayor parte en la
obra del ecléctico arquitecto romano Marcos Vitruvius Pollio. El tercer
volumen (un pequeño libro dividido en tres tratados parciales sobre
los cinco cuerpos regulares) es básicamente una traducción italiana,
palabra por palabra, de los Cinco Sólidos Regulares de Piero escrita
en latı́n. El hecho de que Pacioli no reconociera, en ningún pasaje del
texto, que no era más que el traductor del libro, provocó una airada
denuncia por parte del historiador del arte Giorgio Vasari.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 75

4.6. Leonardo da Vinci (1452-1519)

El aspecto actual del fresco de Leonardo titulado “La Última Ce-


na”nos hace agradecer la existencia de un estudio previo tan completo
como el que ahora podemos ver. Una de las caracterı́sticas que más
impactó a los contemporáneos de Leonardo que vieron el fresco recién
terminado fue la galerı́a de personalidades, de retratos psicológicos, que
el artista habı́a plasmado en él. El deterioro rápido y brutal del fresco
nos impide hoy dı́a apreciar ese efecto de contraste, en el que rostros
ancianos estaban
ancianos estaban junto al de los
jóvenes, bellos junto a feos, sorprendi-
dos frente a serenos... en ello se basa
la riqueza de esta obra. El único modo
que se ha tenido de reconstruir ideal-
mente la fuerza original del conjunto
ha sido este dibujo, en el que de puño
y letra de Leonardo aparecen individ-
ualizados cada uno de los discı́pulos, con valiosas anotaciones que in-
dican sus nombres, actitudes, ubicación, etc.
A Leonardo le llevo siete años completar la obra. Las figuras que
representan a los doce apóstoles y a Jesús fueron tomadas de personas
reales. La persona que serı́a el modelo para ser Cristo fue la primera
en ser seleccionada. Cuando se supo que Da Vinci pintarı́a esa obra,
cientos de jóvenes se presentaron ante él para ser seleccionados. Da
Vinci buscaba un rostro libre de la cicatrices y los rasgos duros que
deja la vida intranquila del pecado. Finalmente, después de algunos
meses de búsqueda seleccionó a un joven de 19 años de edad como
modelo para pintar la figura de Jesús.
Por seis meses Leonardo trabajó para lograr pintar al personaje
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 76

principal de esta magnánime obra. Durante los seis siguientes años


continuó su obra buscando personas que representarı́an a 11 apóstoles,
dejando para el final a aquel que representarı́a a Judas.
Por semanas estuvo Da Vinci buscando a un hombre con una ex-
presión dura y frı́a. Un rostro marcado por cicatrices de avaricia, de-
cepción, traición, hipocresı́a y crimen. Llegó a los oı́dos de Leonardo
que existı́a un hombre con tales caracterı́sticas en el calabozo de Roma.
Este hombre estaba sentenciado a muerte por haber llevado una vida
de robo y asesinatos. Da Vinci vió ante el un hombre maltratado, el
cabello largo caı́a sobre su rostro escondiendo dos ojos llenos de rencor,
odio y ruina. Al fin habı́a encontrado a quien modeları́a a Judas en su
obra.
Por medio del permiso del rey, este prisionero fue trasladado a Milán
al estudio del maestro. Por varios meses este hombre se sentó silenciosa-
mente frente a Da Vinci mientras el artista continuaba con la ardua
tarea de plasmar en su obra al personaje que habı́a traicionado a Jesús.
Cuando Leonardo dió el último trazo, se volvió a los guardias del pri-
sionero y les dió la orden de que se lo llevaran.
Mientras salı́an del recinto el prisionero se soltó y corrió hacia
Leonardo Da Vinci gritándole:
¡Da Vinci! ¡observame! ¿no reconoces quién soy?
Leonardo lo estudió cuidadosamente y le respondió:
Nunca te he visto en mi vida, hasta aquella tarde fuera del calabozo
de Roma.
El prisionero levanto los ojos , cayo de rodillas al suelo y gritó desespe-
radamente:
Leonardo Da Vinci: Mı́rame nuevamente, pues yo soy aquel joven
cuyo rostro escogiste para representar a Cristo hace siete años...!

El encargo de La Última Cena lo efectuó Ludovico el Moro, duque


4. Número áureo y su relación con las bellas artes 77

de Milán. Lo querı́a para el monasterio de Santa Marı́a delle Grazie,


que habı́a convertido en la capilla familiar de los Sforza. El duque solı́a
ir a cenar los jueves con el abad, y pidió a Leonardo que adornara la
sala con este fresco. La composición de Leonardo ha resultado crucial.
Su éxito se basa en la fuerza psicológica de la escena. Contra lo ha-
bitual hasta el momento, el pintor no centra la escena en el momento
de la consagración del pan, la institución de la Eucaristı́a, sino en el
momento en el que Cristo denuncia la traición de uno de los discı́pulos.
Ante su palabra, cada discı́pulo reacciona de una manera diferente, lo
que permite realizar a Leonardo un completo estudio de los tempera-
mentos humanos: la cólera, la sorpresa, la incredulidad, la duda... la
culpabilidad. Judas no está, como tradicionalmente, a un extremo de
la mesa, sino en medio, sin hablar con nadie. No sólo eso. La manera
tradicional de organizar un grupo tan abundante en un friso horizon-
tal, se solı́a colocar dos grupos de seis a ambos lados de Cristo. Pero
Leonardo los distribuye en grupos de tres. Destaca a Cristo no con los
atributos conocidos, como el halo de santidad, sino con una ventana
tras él, abierta al paisaje, cuya luz natural destaca su figura.

Fig. 4.11: La Última Cena. Museo: Santa Maria delle Grazie. Fresco, 480 x 880 cm.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 78

Análisis del cuadro

La composición de esta obra se basa rigurosamente en una cons-


trucción geométrica. En este fresco se sigue una disposición simple: la
figura del diapasón, el doble cuadro o proporción de 1 a 2, recordemos
que se llamaba en esa época diapasón por tener el mismo significado
que este término musical. Hay que recordar también que Leonardo era
un apasionado de la música y hablaba frecuentemente de la sutileza de
las relaciones del arte de los sonidos con la pintura.

Leonardo coloca un cuadrado junto a dos


medios cuadrados, luego traza las diago-
nales del cuadrado central.

Traza las diagonales del rectángulo mayor


y divide en seis partes iguales el cuadrado
central mediante lı́neas verticales partien-
do de la lı́nea central.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 79

Al intersectar las diagonales del cuadra-


do central con las lı́neas verticales de di-
visión , se inscriben dos cuadrados, el cen-
tral mas pequeño y limitado por los la-
dos de las ventanas y el borde superior
de la mesa, rodea a la figura de Cristo;
a su alrededor el cuadrado intermedio de-
limita el muro del fondo. La altura de los
páaneles viene dada por las diagonales del
rectángulo. Si trazáramos el cı́rculo suge-
rido por el frontón de la ventana, obten-
drı́amos una vasta aureola en torno a la
cabeza de Cristo.

Se trazan los triángulos correspondientes


para definir personajes centrales y secun-
darios

Trazando lı́neas paralelas a las diagonales


del rectángulo mayor, se tiene que las fi-
guras de los apóstoles están dispuestas, de
tres en tres, en cada uno de los polı́gonos
de la escena, algunos por encima de la ho-
rizontal y otros por debajo.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 80

Ası́ finalmente se tiene el análisis completo


4. Número áureo y su relación con las bellas artes 81

4.7. Alberto Durero (1471-1528)

Fig. 4.12: Melancolı́a I. Biblioteca Nacional de Francia. Grabado, 23.9 x 16.8 cm.

Si en el caso de los otros dos grabados que suelen asociarse con la


Melancolı́a I, el Caballero, la Muerte y el Diablo y San Jerónimo en su
celda, veı́amos que cada uno se correspondı́a con una virtud, en este
caso tenemos la representación de la virtud intelectual. Melancolı́a I
significa la vida del genio profano en el mundo racional e imaginario
de la ciencia y el arte. El Caballero... y San Jerónimo son dos vı́as
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 82

diferentes de conseguir lo mismo.


Pero Melancolı́a y San Jerónimo representan dos aspiraciones an-
titéticas. Se suele considerar que estos dos grabados son pareja, puesto
que la abundancia de elementos opuestos casi como en un espejo es
sorprendente. Melancolı́a es una mujer, sentada en un banco de piedra,
en lo que parece un edificio inacabado. El lugar es frı́o y solitario,
cerca del mar, en mitad de la noche (por un lado tenemos la som-
bra que proyecta la luna sobre los objetos, y por otro el brillo de un
cometa encerrado en un arco iris lunar). A Melancolı́a le acompańan
un angelote tristón y un perro famélico dormido a sus pies. También
Melancolı́a está absorta, pero no en un trabajo sino en un estado de
inactividad completa. Es indiferente a su aspecto descuidado, al ca-
bello despeinado. Apoya la cabeza en el puño mientras que la otra
ase mecánicamente un compás y reposa sobre un libro cerrado. Sus
enormes ojos están abiertos y fijos, con expresión sombrı́a. El estado
espiritual atormentado de la mujer se traduce también en los objetos
desordenados que la rodean: sobre el muro hay una balanza, un reloj
de arena, una campana y un cuadro mágico con números. Al lado, la
escalera apoyada en la pared sugiere los trabajos recién abandonados.
En el suelo hay herramientas de carpinterı́a y arquitectura, un tintero,
una pluma y dos objetos simbólicos: una esfera de madera torneada y
un poliedro de piedra. Resulta evidente que cada objeto es un sı́mbolo
deliberadamente amontonado junto a los otros, por lo que el autor nos
plantea una lectura bastante compleja. Serı́a arduo tratar de analizar
en profundidad todos los elementos y la lectura final de la alegorı́a, por
lo que trataremos de repasar los más importantes y trascendentes en
la historia del arte. Melancolı́a no era un estado depresivo, pasajero en
el ser humano, tal como se la entiende hoy dı́a.
Desde la Antigüedad hasta la época de Durero, Melancolı́a era uno
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 83

de los cuatro humores del hombre. Cada humor se asocia a uno de


los cuatro elementos, de las cuatro estaciones, las cuatro edades del
hombre, los cuatro vientos, los cuatro puntos cardinales y las cuatro
fases del mundo. Melancolı́a era el peor considerado de los cuatro hu-
mores y se asociaba a la tierra, la sequedad, el frı́o, el viento Boreal,
el otoño, la tarde y la edad de los sesenta en el hombre. Los hombres
de constitución melancólica poseı́an una constitución fı́sica diferente de
los otros humores, lo que afectaba a su color de piel (terroso), cabellos,
ojos, a su vulnerabilidad ante ciertas enfermedades (mentales, la locura
principalmente) y por unas caracterı́sticas morales e intelectuales. Ası́,
cualquier alteración del humor melancólico provocaba la locura. Incluso
en ausencia de una patologı́a declarada, los melancólicos pasaban por
ser gente desdichada y descontenta, malhumorados y sombrı́os. De los
melancólicos se decı́a que eran malvados, avaros, mentirosos, olvidadi-
zos, apáticos y con tendencia al estudio en soledad. Antes de la Melan-
colı́a de Durero, esta alegorı́a sólo aparecı́a en tratados de Medicina y
almanaques (por su relación con las cuatro estaciones). Se consideraba
una enfermedad y se proponı́an como remedios la música, los azotes,
las plantas acuáticas... Ası́, Melancolı́a aparece coronada por hojas de
ranúnculos y lotos, para combatir su carácter. La Melancolı́a se asocia-
ba a uno de los siete pecados capitales, la Pereza. Pero Durero cambia
la Pereza por la inactividad, no por desidia sino por otros motivos.
Está sumida en una intensa actividad intelectual, totalmente estéril.
No continúa su trabajo por pereza sino porque le parece que no tiene
sentido. Es la inteligencia la que paraliza su energı́a. El hecho de su
superioridad intelectual se traduce en las alas que adornan su espalda,
sı́mbolo de la imaginación y la creatividad. Los diferentes objetos que
la rodean son los atributos de la Geometrı́a, que era la sı́ntesis de las
Artes Liberales, propias de los aristócratas, y las Artes Mecánicas, de
los artesanos y villanos. Durero de este modo, intelectualiza la Melan-
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 84

colı́a y la asocia al Arte. Lo que está tratando de conseguir es identificar


al artista con un carácter melancólico, dotado de ciertos rasgos que le
hacen único y genial, puesto la Melancolı́a se asocia con Saturno. Sa-
turno es el planeta de los creadores. Su influencia es terrible sobre el
ánimo de los melancólicos, por lo que han de protegerse con talismanes
astrológicos: la mala influencia se aprecia en el cometa, un fenómeno
maléfico. La protección está en el cuadro mágico, conocido como la
“mesa de Júpiter”, cuyas cifras leı́das en cualquier sentido suman 34.
Además, incluyen las cifras de la muerte de la madre de Durero, que
afectó mucho al artista (ocurrió el mismo año de 1514).
En fin, los sı́mbolos y los significados van mucho más allá de lo que
razonablemente podemos incluir en esta descripción y sólo puede de-
cirse que Durero realizó un auténtico manifiesto lleno de modernidad en
la constitución del artista, tal y como hoy lo conocemos. Las caracteris-
ticas del artista como genio, atormentado por la creatividad, sometido
a sus impulsos, huraño, solitario, etc., las acuñaron artistas renacentis-
tas como Durero, que contribuyeron a crear un mito tan artifical como
efectivo, puesto que se ha mantenido hasta nuestros dı́as.

Sólido de Durero

Fig. 4.13: Sólido de Duero

El autor de Melancolı́a I, nunca especificó como fue construido este


4. Número áureo y su relación con las bellas artes 85

sólido de 8 caras, Schreiber (1999) notó que este parecı́a una especie
de cubo distorsionado, el cual primero se estira, dando ası́ las caras
rombales con ángulos de 72◦ , y luego trunca la parte superior e inferior
para producir las caras triangulares cuyos vértices se encuentran en la
circunsfera a los vértices del cubo azimutal.

El esqueleto del sólido de Durero es una grafı́ca de Pateasen gene-


ralizada P2,6 .

Comenzando con un cubo como unidad el cual estará orientado


paralelamente con los ejes del sistema coordenado, rotando por ángulos

de Euler es decir ψ = π4 y θ = sec−1 3, para alinear un triple eje de
simetrı́a a lo largo del eje z. El factor de estiramiento necesario para
producir ángulos rombales de 72◦ es.
s
3
s= 1+ √
5
s
Los puntos azimutales están a una distancia d = 2
del origen, y
ordenando los vértices de los triángulos obtenidos por truncar la posi-

3− 5
ción a la misma distancia, se debe truncar a una distancia de 2
a
lo largo de uno de los puntos azimutatles, correspondiente a la altura.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 86

s
23 1
h= √ −
5 4
Entonces el sólido resultante tiene seis caras pentagonales (126◦ −
108◦ − 72◦ − 108◦ − 126◦ ), de la cuales dos son triángulos equiláteros y
la longitudes de los lados tienen la proporción.

√ √
r
1 1
1 : (3 + 5) : (5 + 5)
2 2

Análisis áureo de Melancolı́a I


A continuación se da una descripción del ánalisis de los trazos del
cuadro, realizado por Santos Balmori en su libro “Aurea Mesura, la
composición en las artes plásticas”.
De acuerdo con Santos Balmori La logica de la “composición”, es
magnı́fica y nos pareció digna de intentarse “en sus elementos pura-
mente geométricos”, descartando decididamente todo elemento figura-
tivo que la viste.
Aquı́ presentamos el resultado de este planteamiento “geométrico-
lumı́nico”, elaborado ası́ con el propósito de enfatizar los ordenamientos
constructivos de la obra.
Ante la interrogación de que si en verdad pudo haber sido ası́ el
trazado lineal en que se apoyan los elementos figurativos de ese es-
pléndido grabado, casi podemos contestar afirmativamente, y aún sug-
erir que tal vez su complicación fue más profusa, si tenemos en cuenta
la minuciosidad, la “eficiencia”germánica con que Durero laboraba.
Toda la composición parece brotar del extremo en que esta colgada
la campana y también de las caras irregulares del poliedro. La esfera
igualmente desempeña una función muy importante, mucho más que
los otros elementos figurativos.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 87

Podemos añadir que las proporciones φ, se suceden unas a otras en


magnı́fico ritmo consecutivo, y nada es obra de la tan invocada casua-
lidad [op. cit. Páginas 148-149].
Con el fin de encontrar la relación entre los trazos que indica Santos
Balmori, y los cortes áureos, no trabajamos con el rectángulo áureo, ni
con el área total del cuadro, para dar una mejor aproximación geométri-
ca de los trazos trabajamos con el rectangulo de base 1, la anchura del

cuadro, y altura φ
La decisión de tomar esta áltura se debe a que, las dimensiones del
cuadro son:
23,9 × 16,8 cuya razón es 1,4226190476190476190476
o bien, 31 × 26 (Wikipedia), cuya razón es 1,1923076923076923076923

El valor de φ es aproximadamente 1.2720196495140689642524
En el primer caso, obtenemos un error de -0.150599398104978654795
cm. Mientras que, en el segundo caso, el error es de 0.0797119572063766
cm. Teniéndose, en ambos casos, un error inferior a 2mm.
La figura con la que contamos, y sobre la cual se realizó el análisis, tiene
dimensiones 26.37 cm. de alto por 20.39 cm. de ancho, cuyo cociente
es 1.2927905836194212849435.
A continuación, presentamos las relaciones áureas que encontramos
en el cuadro al reconstuir el análisis realizado por Santos Balmori. Este
consta de 28 cortes áureos, 9 puntos medios de segmentos dados, y un

rectangulo armónico de base unitaria y altura φ.
Primeramente, consideramos el cuadrado unitario ABCD, donde el
segmento AB indica la base del grabado.
Posteriormente, trazamos el rectángulo armónico ABEF cuyos lados

están en proporción EF/AB = φ.
En la siguiente parte, procederemos a construir un retı́culo que pasa
por cortes áureos de los lados, o bien, de sus mitades, y que enlistamos
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 88

a continuación:
BE BG
G corte áureo de BE ası́ BG
= GE

H punto medio de F E ası́ F H = HE
I punto medio de AB ası́ AI = IB
EH EJ
J corte áureo de EH ası́ EJ
= JH

K punto medio de HJ ası́ HK = KJ
L punto medio de AI ası́ AL = IL
M punto medio de AL ası́ AM = M L
N punto medio de IB ası́ IN = N B
O punto medio de HE ası́ HO = OE
BG BP
P corte áureo de BG ası́ BP
= PG

EG EQ
Q corte áureo de EG ası́ EQ
= QG

EO ER
R corte áureo de EO ası́ ER
= RO

S punto medio de BE ası́ BS = SE
BS BT
T corte áureo de BS ası́ BT
= TS

BT BU
U corte áureo de BT ası́ BU
= UT

BU BV
V corte áureo de BU ası́ BV
= VU

UV UW
W corte áureo de UV ası́ UW
= WV

Z punto medio de BV ası́ BZ = ZV
BZ BA1
A1 corte áureo de BZ ası́ BA1
= A1 Z

RE RB1
B1 corte áureo de RE ası́ RB1
= B1 E

4. Número áureo y su relación con las bellas artes 89

Fig. 4.14: Retı́culo base para el análisis de melancolı́a

RE RB1
B1 corte áureo de RE ası́ RB1
= B1 E

C1 punto medio de EQ ası́ EC1 = C1 Q
BA BD1
D1 corte áureo de BA ası́ BD1
= D1 A

D1 A D1 E1
E1 corte áureo de D1 A ası́ D1 E1
= E1 A

QC QF 1
F 1 corte áureo de QC ası́ QF 1
= F1C

4. Número áureo y su relación con las bellas artes 90

Tómese la perpendicular a lado BE que pasa por el punto F 1, y sea


G1 el punto de intersección de esta recta con la recta F A.
Tómese la perpendicular a lado BE que pasa por el punto G, y sea H1
el punto de intersección de esta recta con la recta F A.
I1 corte áureo de G1 H1 ası́ G1 H1
G1 I1
G1 I1
= I1 H1

J1 corte áureo de E1 D1 ası́ E1 D1
E1 J1
E1 J1
= J1 D1

Tómese ahora la circunferencia con centro en E y que pasa por G. Esta
circunferencia corta la recta EF en el punto K1.
Trácese la circunferencia con centro E y que pasa por K, y sea M 1 el
punto de intersección de esta circunferencia con el segmento BE.
Con centro en E trácese una circunferencia por J.
Tómese el segmento N 1 M 1 perpendicular a la recta F A.
Y, en general, formemos el retı́culo formado por las rectas perpen-
diculares a los lados del rectángulo ABEF que pasa por los puntos
construidos anteriormente.
Trace el segmento G I1, y sea Q1 el punto de intersección de la per-
pendicular a BE por el punto P con la recta F A.
Sea R1 el punto de intersección de la recta F A con la perpendicular
por S al segmento BE.
N 1 H1 N 1 O1
O1 corte áureo de N 1 H1 ası́ N 1 O1
= O1 H1

O1 N 1 O1 P 1
P 1 corte áureo de O1 N 1 ası́ O1 P 1
= P 1 N1

R1 Q1 R1 S1
S1 corte áureo de R1 Q1 ası́ R1 S1
= S1 Q1

Q1 S1 Q1 T 1
T 1 corte áureo de Q1 S1 ası́ =Q1 T 1
=φ T 1 S1
Sea U 1 el punto donde se cortan las rectas F E con la perpendicular a
AB por el punto D1.
U1 H
V 1 corte áureo de U 1 H ası́ U1 V 1
= UV11VH1 = φ
V 1H
W 1 corte áureo de V 1 H ası́ V 1W1
= VW11WH1 = φ
L E1 L Z1
Z1 corte áureo de L E1 ası́ L Z1
= Z1 E1

Consideremos ahora los puntos B2, C2, D2, E2 y F 2 como muestra el
diagrama (4.14).
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 91

S1 R1 S1 G2
G2 corte áureo de S1 R1 ası́ S1 G2
= G2 R1

U1 F 2 U 1 H2
H2 corte áureo de U 1 F 2 ası́ U 1 H2
= H2 F 2

U1 V 1 U 1 I2
I2 corte áureo de U 1 V 1 ası́ =
U 1 I2
=φ I2 V 1
Para continuar con la construcción, tómese los puntos J2, K2, L2, M 2,
N 2, O2, P 2, Q2, R2, S2, T 2 y U 2 como se muestra en el diagrama:
C1 E C1 A3
Sea A3 el corte áureo de C1 E, esto es C1 A3
= A3 E
Se trazan los segmentos de recta y de circunferencia como indica la
figura (4.15)
Finalmente, se borran los trazos auxiliares, quedando el análisis final
de luz y sombra de Balmori.

Fig. 4.15: Análisis de Melancolı́a I


4. Número áureo y su relación con las bellas artes 92

Fig. 4.16: Estudio de luz y sombra realizado por Santos Balmori


4. Número áureo y su relación con las bellas artes 93

4.8. Jacopo Robusti Tintoretto (1518-1594)

Tintoretto es posiblemente el primero que utiliza de manera par-


ticularmente dinámica los trazos habituales, aptos desde ahora para
expresar el nuevo arte. Entre las grandes batallas de los Gonzaga, hay
una:

Fig. 4.17: La Batalla de Pavı́a


4. Número áureo y su relación con las bellas artes 94

Cuyo primer plano esta barrido por


oblicuas que delimitan las áreas de som-
bra. Esta violenta e irregular triangu-
lación acentúa el ı́mpetu de la bata-
lla, pero parece escapar a todo traza-
do estático.Efectivamente genera un des-
fase en secciones musicales cuyas figuras
aquı́ reproducidas clarifican la composi-
ción. Sobre las figuras a, a’, b, b’, ve-
mos una serie de trazos oblicuos que ha-
cen girar los lados del cuadro en distintos
sentidos y sugieren un movimiento bas-
culante, aún estando sólidamente basados
en la división simple de rectángulo. Cada
uno tiene su propio carácter: el trazado
1
9/12/16, con el punto sobre 4 del lado,
dibuja un gran parelelogramo central.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 95

La proporción 4/6/9, que utiliza aquı́ Tin-


1
toretto con el punto de apoyo en 3 del
lado genera oblicuas más violentas y un
pequeño paralelogramo central. En las fi-
guras a” b” el ritmo giratotio es sustituido
por una concentración de trazados sobre
las oblicuas, variando en funcion de la an-
chura de su haz.

Sólo ası́ se comprende el esfuerzo de los artistas barrocos por flexi-


bilizar los principios tradicionales heredados y extraer de ellos nuevos
esquemas, capaces de sostener la exuberancia de sus concepciones.

Fig. 4.18: Ya vimos cómo, en El nacimiento de Venus de Botiticelli, el movimien-


to partı́a de la inversión de una relación; este procedimiento propor-
cionará grandes recursos a los artistas ávidos de movimiento y expresı́on
dramática. Tintoretto, en la Batalla de Pavı́a, lo utiliza con gran seguri-
dad.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 96

4.9. Georges Pierre Seurat (1859-1891)

En 1878 o 1879 Seurat descubre el tratado de Chevreul y conoce


entre otras cosas, la ley del contraste simultáneo de los colores. Esta ley
dice, “Si observamos al tiempo y con alguna atención dos objetos co-
loreados, ninguno parecerá de su color, es decir, tal como lo verı́amos
aisladamente, sino con un matiz resultante del color real y del com-
plemetario del color del otro objeto. Por otra parte, si los colores de los
objetos no son del mismo tono, el tono de más claro se rebajará y el
tono del más oscuro subirá. En definitiva, por yuxtaposición parecerán
diferentes de lo que en realidad son. Pero la aplicación que hace a la
pintura de la ley del contraste simultaneo de los colores no es más que
un aspecto, y el más discutible, de este arte voluntario apoyado en una
estética precisa y consciente”.
Robert Rey demostró un hecho muy importante: Seurat habrı́a he-
cho una lectura muy atenta, lápiz en mano, de un artı́culo de David
Sutter, del que extraerı́a determinadas nociones de composición lineal.
En este curioso artı́culo resalta la importancia de “las lı́neas estéticas”,
con la ayuda de ejemplos tomados del bajorrelieve o de la pintura de la
Antigüedad. La obra de Sutter, la philosophie des Beaux Arts apliquée
á la peinture, anterior y de carácter más general (Parı́s 1870), fue tam-
bién sin duda para Seurat un libro de cabecera. ¿Qué encontramos en
él? Primero lo siguiente: Ya dijo Plutarco: “En las artes, nada de lo
que está bien hecho lo está por azar”, y yo no conozco obra alguna que
haya triunfado de otro modo que por la previsı́on y ciencia del artista.
Para todo usan las reglas, las lı́neas, las medidas, los números. Y mas
adelante: Una figura blanca que se eleva sobre un fondo negro desplaza
al ojo por la brusca oposición del negro con el blanco y la monotonı́a
de esta oposición; la masa negra lucha con la blanca; no existe unidad.
Pero si aclaramos una parte de este fondo, la intoducción de un blanco
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 97

subalterno determinará una unidad blanca, lo mismo si sumimos una


parte de esta figura en la sombra, la masa negra se volverá dominante y
la unidad se verá restablecida . ¿No reside acaso en esta ley del blanco
y el negro el principio de los admirables dibujos de Seurat y el secreto
de su unidad? Pero todavı́a hay más: Cuando la dominante es horizon-
tal, podremos situar una serie de objetos verticales, porque esta serie
compensará la lı́nea horizontal, mientras que una lı́nea vertical aislada
crecerı́a una segunda unidad.
Seurat reflexionará profundamente sobre estas ideas, antes de for-
mular su estética en la famosa carta del 28 de agosto de 1890 dirigida
a Maurice Beaubourg. Esta carta constituye una declaración de prin-
cipios tan fundamentada, tan densa, que cada palabra es insustituible.
Sólo extraeremos lo que tiene interés para nuestro estudio: El arte es
armonı́a. La armonı́a es analogı́a de los contrarios, la analogı́a de los
semejantes, en tono, color, lı́nea, considerados por la dominante y ba-
jo la influencia de una iluminación en combinaciones alegres, claras o
tristes. Los contrarios son (...) para la lı́nea, los que se sitúan un ángulo
recto... La alegrı́a de la lı́nea, las lı́neas por encima de la horizontal;
(...) la calma, es la horizontal; la tristeza, las direcciones descendentes.
Y todas las obras de Seurat siguen fielmente estas ideas por él expues-
tas un año antes de su muerte; y como Seurat era de temperamento
apacible y no se dejaba llevar por la tristeza, adopto frecuentemente la
dominante horizontal.

La obra siguiente, Las modelos, donde reproduce una parte de La


Grande Jatte, es, con este último, el mas cautivador de los lienzos
de Seurat; existe en él una especie de benevolencia -si no de ternura-
que aún no se ha teñido de dura ironı́a, tambien la geometrı́a es más
discreta: las mujeres no se han transformado en autómatas. Dicho esto
no parece difı́cil ver cómo las tres mujeres de los lados se inscriben en
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 98

triángulos y la mujer del centro sobre una gran banda vertical.

Fig. 4.19: Las Modelos. Instituto de Arte de Chicago. Óleo sobre lienzo, 207.6 x
308 cm.

Las proyecciones de los lados menores es-


tablecen dos ejes. a derecha e izquierda,
AA, BB. Las diagonales de los cuadrados
ası́ obtenidos dibujan un pequeño cuadra-
do central; sus proyecciones horizontales
serán a, b, y las verticales: c, c.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 99

Los cuatro puntos de intersección, d, de


las diagonales de las mitades horizontales
con las diagonales de los cuadrados es-
tablecen la banda vertical central.

Las lı́neas EE están definidas por los pun-


tos de cruce de las diagonales de las mi-
tades y de las lı́neas a, b. La lı́nea EE de
la izquierda es el eje de la mujer de La
Grande Jatte.

Las diagonales de cada cuadrado cortan el


lado del otro cuadrado en un punto c’ que
determona dos horizontales, c’c’, arriba y
abajo. La de arriba, sirve de base a los
marcos y de vértice superior al triángulo
de la derecha. Estas horizontales vuelven a
cortarse con las diagonales de los cuadra-
dos en los puntos c, c; cortándose en otro
punto con las diagonales del cuadro deter-
minan, una vez más, las lı́neas EE.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 100

Ası́ se establecen, en torno a la banda cen-


tral, los triángulos de los lados. Triángu-
lo de la derecha: ángulo del cuadro,
lı́nea c’, extremo inferior de la vertical
c c. Triángulo superior izquierdo: ángulo
del cuadro, lı́nea E, extremo inferior del
eje mediano. Triángulo inferior izquierdo:
ángulo del cuadro, lı́nea aa, extremo in-
ferior de la vertical dd. La lı́nea xx pasa
por los puntos de intersección de las dia-
gonales de los cuadrados y de las lı́neas
EE.

Fig. 4.20: Ası́ pues la mujer situada de frente y de pie, sobre el eje del cuadro se
inscribe rigurosamente en una banda vertical entre el borde de La Grande
Jatte y el de los marcos . Las otras mujeres a uno y otro lado, obedecen
a triángulos isóceles. El de la derecha es el más esticto: a la derecha por
la lı́nea de las piernas, a la izquierda por la del quitasol; la cabeza se
encierra en el ángulo agudo. A la izquierda, la geometrı́a es más discreta:
sobre el triángulo del grupo de La Grande Jatte, se superpone el de la
mujer de espaldas, sentada sobre una especie de taburete, sobre el cruce
de un quitasol y la perpectiva del muro subrayada por un abanico.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 101

4.10. Diego Rivera (1886-1957)

Diego Rivera empleó la sección áurea en todas sus grandes com-


posiciones, casi siempre como medio para trazar una red constructiva,
que le permitı́a situar sus personajes en perfecta armonı́a con otros o
con el resto de la escena a describir. Es decir componı́a para “ubicar
bien”todos los elementos de una escena, de manera que fueran inde-
pendientes entre sı́, partes separables de un total indivisible.
Eran composiciones magnı́ficas, pero raramente trazadas para “acen-
tuar un dinamismo de acción”, pues a excepción de las escenas de La
Guerra Florida pintadas en los muros de Palacio Nacional de la ciu-
dad de México, y sobre todo, en la escenas de La Lucha pintadas en
la escalera de honor del mismo Palacio, todas sus obras tienen una
belleza más estática que dinámica. Era este modo de componer más
afı́n a su personalidad de la búsqueda para expresar la acción en pleno
desarrollo.
El Museo Mural Diego Rivera alberga, desde 1988 el mural Sueño de
una tarde dominical en la Alameda Central, luego de los severos daños
que el Hotel del Prado sufriera con los sismos de septiembre de 1985.
Cuando Rivera pintó este mural, lo hizo en una superficie de 74 metros
cuadrados, ya habı́a realizado otros murales en mas de 20 ciudades de
México y Estados Unidos. En este cuadro se nos muestra un recorrido
imaginario por la Alameda, en el que el pintor nos hace partı́cipes de
los recuerdos de su niñez y juventud, ejecutando el trazo original de la
composición directamente sobre el muro. En la imagen aparecen 140
personajes, de los cuales conoció algunos que fueron protagonistas de la
historia de México, desde la conquista y la época colonial hasta la mo-
dernización de México en la década de los 40. El recorrido está dividido
en tres secciones de izquierda a derecha: en la primera están represen-
tados personajes de la conquista, el movimiento de independencia, la
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 102

invación norteamericana, los periodos presidenciales de Antonio López


de Santa Ana, la intervención francesa y la Reforma. En la segunda
parte están tres figuras centrales de la vida del muralista, la calavera
Catrina, José Guadalupe Posada, Frida Khalo su tercera esposa y él
mismo, autoretratado como un niño de nueve años que toma de la mano
a la “muerte Catrina”, rodeados de personajes del Porfiriato. En la tre-
cera sección aborda los movimientos campesinos y las luchas populares,
para concluir con una recreación del México moderno de la década de
los 40: la nueva burguesı́a, la arquitectura contemporánea y la industia,
donde Rivera se retrata nuevamente como un niño comiendo una torta.
Se señala que en el mural se cumple con una tradición de la pintura
renacentista, la de pintar a sus familiares, por lo que en la pintura se
encuentran a Guadalupe Marı́n, su segunda esposa, sus hijas Ruth y
Guadalupe y su nieto Juan Pablo. Al igual que el hotel el mural serı́a
inaugurado en 1948, pero Rivera incluyó en la obra la polémica frase
“Dios no existe”, pronunciada por Ignacio Ramı́rez, El Nigromante, lo
que provocó que un grupo de enardecidos creyentes atacaran la pin-
tura, raspando el rostro del niño con el que Rivera se habı́a retratado
y la frase que habı́a provocado la controversia. El fresco quedó oculto
durante nueve años con un biombo que se retiraba discretamente a pe-
ticı́on de los visitantes, hasta que en 1956, un año antes de morir, Diego
Rivera cambió la frase por “Conferencia en la Academia de Letrán, el
año de 1836”.
En el fresco titulado Sueños de un domingo en la Alameda (1947-
1948), la composición contiene recuerdos de mi vida, de mi niñez y de
mi juventud y cubre de 1895 a 1910. Los personajes del paseo sueńan
todos, unos durmiendo en los bancos y otros andando y conversando.
Los más viejos recuerdan lo más pretérito o hablan de ellos soñando
también y los más jovenes sueñan en el futuro. Es decir, en el tiempo
actual. En cuanto a la frase “Dios no existe”que aparece ahı́, fue una
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 103

cita histórica para situar la época del principio del liberalismo mexicano
y también la del liberalismo católico en contraste con la intolerancia
inquistorial de la colonia española expresado en el mural con el martirio
de la familia Carvajal, los primeros judios constructores de la industria
en la Nueva España. Si esta frase hiere, si molesta a mi pueblo, para
el que vivo, sueño y lucho, salga de ahı́ en buena hora.
Diego Rivera
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 104

Fig. 4.21: Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, fresco sobre tablero
transportable, 1947, Museo Mural Diego Rivera, INBA
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 105

Análisis del mural

Partimos del rectángulo principal ABCD


donde M es punto medio de CD
H es corte áureo de DM
K es corte áureo de CM, teniendo ası́ simetrá para definir las tres partes
que componen el mural.
Se analizarán las tres partes por separado:
Primera parte: se divide en cuatro
partes iguales a lo ancho, a lo alto, se
tienen dos puntos J que es corte áureo
de DA y K que es corte áureo de AD,
que para los primeros tres bloques los
utiliza para ubicar la altura de los per-
sonajes quedando en una franja prin-
cipal la mayoria, resaltando ası́ los que
quedan fuera, el último bloque se tiene
el punto n que es punto medio de HG
y separa los globos de los cuatro per-
sonajes, los cuales a su vez estan se-
parados por m que es punto medio de
GG’ y J en cuanto altura.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 106

Segunda parte: se tiene el punto n que es punto medio, se tiene m1


que es corte áureo de HM y m2 que es corte áureo de KM. m1 y m2
son simétricos con respecto a M.
Se hacen cortea áureos progresivos de
m1 a H, para que apartir de n ha-
cia abajo se distribuyan los personajes
principales de esta sección y donde el
punto medio q de GN sirve para de-
limitar rostros y torsos, luego separa
los siguientes dos con punto medio de
m1 y M, los últimos cuatro personajes
están distribuidos por el corte áureo de m2 a K y de K a m2.

Tercera parte: se tiene el punto o que es corte áureo de KC, las


rectas que pasan por o y n dividen a esta sección en cuatro partes, en
las que distrubuye los personajes.
Para (1) divide en cuatro partes
iguales el rectángulo, para (2) usa las
diagonales principales, para (3) divide
en cuatro partes iguales a lo ancho y
con punto medio q a lo alto, quedando
entre n y q los personajes, quedan-
do distribuidos en el primer cuarto,
segundo y tercer cuarto, y el último
cuarto, para (4) divide en cuatro partes iguales.
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 107

Fig. 4.22: Análisis final.


4. Número áureo y su relación con las bellas artes 108

4.11. Salvador Dalı́ Domènech (1904 - 1989)

Fig. 4.23: Cristo de San Juan de la Cruz. Museo Kelvingrove, Reino Unido. Óleo
sobre lienzo, 205 x 116 cm.

Para pintar este cuadro, Dalı́ se basó en las teorı́as contenidas en el


Discurso sobre la forma cúbica del arquitecto del siglo XVI, Juan de
Herrera, responsable del Escorial. Dalı́ tomó al famoso doble de Holly-
wood, Russ Saunders, como modelo para pintar a Cristo, aunque hay
quien afirma que el artista tomó como modelo en realidad al trapecista
Diego Schmieldl.
La originalidad de la perspectiva y la habilidad técnica a la hora
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 109

de pintar el cuadro lo han hecho una de las obras maestras de Dalı́. El


ángulo llamativo del Cristo crucificado en la cruz, el contraste miste-
rioso de luz y sombra, y los mágicos efectos superficiales que sin esfuerzo
hacen todo una impresión inolvidable en el espectador.
Dalı́ se inspiró en un dibujo hecho a pluma y tinta por el fraile
carmelita español que fue canonizado como San Juan de la Cruz, con-
servado en el monasterio de la Encarnación de Ávila y en una imagen
que decı́a haber soñado de un cı́rculo dentro de un triángulo. Esta figu-
ra, que según él era como el núcleo del átomo, era similar al dibujo del
monasterio, ası́ que decidió usarla en el cuadro.
El paisaje en calma se inspira en Port Lligat y en un dibujo de
Velázquez para la redención de Breda. Los pescadores están inspirados
en una pintura de Le Nain. La pintura causó controversia por una
variedad de razones. Los crı́ticos del arte moderno sentı́an que era un
paso hacia atrás, pues fue pintado en un estilo tan tradicional y pensado
que según era claro que truncaba la carrera del artista.

El Cristo de San Juan de la Cruz es una de las obras más conoci-


das y representativas de Dalı́. La pintura muestra a Jesús crucificado,
tomado en perspectiva y visto desde arriba, cuya cabeza, mirando ha-
cia abajo, es el punto central de la obra. La parte inferior del cuadro
es un paisaje apacible, formado por un lago rodeado de montañas. En
un pequeño puerto, se afanan dos pescadores. Ambos son en realidad
pintores famosos retratados por Dalı́. Entre el crucificado y el lago se
interponen unas nubes de tonos mı́sticos y misteriosos, iluminadas por
el resplandor que emana de la cruz y de Cristo. La obra simboliza al
Cristo Redentor. El fuerte clarooscuro sirve para resaltar la figura de
Jesús y provocar un efecto dramático.
Cristo es representado de forma humana y sencilla. Tiene el pelo
corto, muy distinto a las representaciones clásicas y tiene una posición
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 110

relajada. El letrero en la parte superior de la cruz donde se dice que


se colocaron las iniciales INRI, que de acuerdo con el evangelio según
San Juan capitulo XIX versı́culos 19 al 22,“Pilato mando a escribir un
letrero, y ponerlo sobre la cruz Jesús el Nazareno, Rey de los Judios,
en hebreo, latin y griego”, lo cual fue protestado por los judios, a lo
que Pilato contesto “lo que he escrito, escrito esta.”, en el cuadro de
Dalı́ está representado con una hoja de papel pequeña y doblada.
En el número especial de 1952, editado por la Scottish Art Review,
Dalı́ explica la pintura con las siguientes palabras:

La posición de Cristo ha provocado una de las primeras objeciones


respecto a esta pintura. Desde el punto de vista religioso, esa objeción
no está fundada, pues mi cuadro fue inspirado por los dibujos en los
que el mismo San Juan de la Cruz representó la Crucifixión. En mi
opinión ese cuadro debió ser ejecutado como consecuencia de un esta-
do de éxtasis. La primera vez que vi ese dibujo me impresionó de tal
manera que más tarde, en California, vi en sueños al Cristo en la mis-
ma posición pero en paisaje de Prot Lligat y oı́ voces que me decian: “¡
Dalı́ tienes que pintar ese Cristo!.”
4. Número áureo y su relación con las bellas artes 111

Análisis del cuadro

Fig. 4.24: Análisis Cristo de San Juan de la Cruz

El centro de perspectiva E marca la lı́nea del horizonte.


SF SK
K corte áureo de SF ası́ SK
= KF

H punto medio de AC
I punto medio de BD
HI HT
T corte áureo de HI ası́ HT
= TI

HT HU
U corte áureo de HT ası́ HU
= UT

HU HV
V corte áureo de HU ası́ HV
= VU

HV HW
W corte áureo de HV ası́ HW
= WV

WH WY
Y corte áureo de W H ası́ WY
= YH

4. Número áureo y su relación con las bellas artes 112

Del Análisis anterior se obtienen cinco triángulos principales.

1. 4EW1 W2 , en color blanco es un triángulo áureo, en el cual se


desarrolla toda la perspectiva.

2. 4W2 T2 W1 y 4W1 W2 T3 en azul son gnomones del anterior. Los


cuales a su vez se intersectan en el corte áureo X del segmento
W2 T2 y del segmento W1 T3 , formando ası́,

3. el triángulo áureo menor, 4XW1 W2

4. 4XSS 0 en color amarillo es un triángulo rectángulo, que junto


con los gnomones siguen la lı́neas de los brazos.

5. 4T SS 0 en color violeta es un triángulo isóceles, el cual pasa por


los tres puntos donde supuestamente estan los tres clavos.
5. CUERPO HUMANO

La percepción de las proporciones humanas ha variado a lo largo


de las pocas. Uno de los primeros documentos escritos sobre las pro-
porciones humanas es de Marcus Vitruvius Pollio, arquitecto y escritor
romano del siglo I. Comienza su obra Diez libros sobre arquitectura con
la recomendación de que los templos, para ser magnı́ficos, se construyan
análogos al cuerpo humano bien formado, en el cual, dice, existe una
perfecta armonı́a entre todas las partes. Un ejemplo de proporción hu-
mana armoniosa que el mismo Vitruvio menciona es la altura que, en el
hombre bien formado, es igual a la amplitud de sus brazos extendidos.
Estas medidas iguales generan un cuadrado que abarca todo el cuerpo,
un tanto que las manos y los pies desplazados tocan un cı́rculo centrado
en el ombligo.
Esta relación del cuerpo humano con el cı́rculo y el cuadrado se
asienta en la idea arquetı́pica de la cuadratura del cı́rculo, que fascinó a
los antiguos, porque esas formas se consideraban perfectas e incluso
sagradas, tomándose el primero como sı́mbolo de las orbitas celestiales y
el segundo como representación de la “cuadrada”solidez de la tierra. Los
dos combinados en el cuerpo humano sugieren, en el lenguaje simbólico
de los modelos, que aunamos en nosotros las diversidades del cielo y de
la tierra, idea compartida por muchas mitologı́as y religiones.

Cuando el Renacimiento redescubrió la vigencia clásica de Grecia


y Roma, Leonardo da Vinci ilustró con su famoso dibujo la versión de
esta idea expuesta por Vitruvio.
5. Cuerpo Humano 114

Fig. 5.1: Homo Cuadratus. Leonardo da Vinci. Galerias de la Academia. Dibujo,


34.2 x 24.5 cm.

Leonardo en su Tratado de la pintura (Proporciones y Movimientos


del Cuerpo Humano) menciona lo siguiente:

Todos los hombres alcanzan al tercer año de vida la mitad de la


altura que tendrán cuando sean adultos.
Si un hombre que mida dos brazas es pequeño y uno que mida cuatro
es grande en deması́a, habrá de admirarse el término medio. Tres es el
término medio entre dos y cuatro. Toma entonces un hombre de tres
brazas de alto, mı́delo según las reglas que he de brindarte. Si crees que
puedo estar equivocado, tomando por proporcionado a un hombre que
no lo es en absoluto, respondo que verás muchos hombres que midan
tres brazas de alto, y a un número todavı́a mayor que tengan miembros
regulares. Debes medir al más proporcionado.
Este es un ejemplo de como Leonardo analiza las proporciones hu-
manas, en este caso la cabeza humana:
El largo de la mano es la tercera parte del brazo y entra nueve veces
5. Cuerpo Humano 115

en la altura de un hombre, lo mismo sucede con el rostro y los espacios


que están comprendidos entre la juntura del hombro y las clavı́culas,
entre la tetilla y el hombro, entre una y otra tetilla y entre cada tetilla
y la anterior juntura.

La distancia que hay entre la base de la nariz y el principio de la


boca es un séptimo del rostro.

La distancia que hay entre la boca y la lı́nea del mentón es un


cuarto del rostro y es equivalente al largo de la boca.

La distancia que hay entre el puente de la nariz, de donde parten


las cejas, y la lı́nea del mentón, es igual a dos tercios del rostro.

La distancia entre la lı́nea de la boca y el nacimiento del mentón,


allı́ donde comienza el labio inferior, es un tercio de la distancia
que hay entre la lı́nea de la boca y la lı́nea inferior del mentón,
ası́ como es, también, la doceava parte de la cara.

La distancia que hay entre el nacimiento del mentón y su base, por


otra parte, es igual a la fracción sexta de la cara y a la cincuenta
y cuatroava parte del alto total de una persona.

Desde la boca hasta la lı́nea inferior del mentón hay un cuarto


del rostro, al igual que desde la saliente última del mentón hasta
la garganta.

La distancia entre el mentón y la nuca es igual a la que hay entre


la boca y el nacimiento del cabello, esto es: tres cuartos de la
cabeza.

La distancia entre el mentón y la quijada es equivalente a la mitad


de la cabeza, ası́ como al ancho del cuello si se lo observa de perfil.
5. Cuerpo Humano 116

El ancho del cuello entra una vez y tres cuartos en la distancia


que media entre las cejas y la nuca.

La distancia entre la inserción de una oreja y de la otra es igual


a la que hay entre el mentón y el entrecejo.

En un rostro hermoso, la boca es tan grande como la distancia


entre la lı́nea de los labios hasta la lı́nea inferior del mentón.

La depresión o lı́nea que hay debajo del labio inferior, se ubica en


la mitad de la distancia entre lı́nea inferior del mentón y la base
de la nariz.

Por sı́ mismo el rostro engendra un cuadrado: su ancho se da entre uno


y otro extremo del ojo y su alto entre el nacimiento de la nariz y la
base del labio inferior. Aquello situado por debajo y por encima de tal
cuadrado tiene la altura de otro cuadrado equivalente.

Fig. 5.2: Proporciones de la cabeza humana (1488 h.). Leonardo da Vinci. Royal
Library, Windsor Castle. Dibujo, 21.3 x 15.3 cm.

Ası́ como este ejemplo del análisis de la cabeza humana, Leonardo


analiza cada parte del cuerpo, pies, brazos, manos, piernas e incluso
huesos y movimiento de articulaciones. Leonardo, como otros maestros
5. Cuerpo Humano 117

del Renacimiento, fue un gran estudioso de las proporciones humanas


y lo sintetiza con las siguientes palabras “...toda parte está dispuesta
a unirse con el todo para ası́, quizás, escapar de su incompletitud”
Esta disposición de diversas partes del cuerpo humano a unirse
con el todo también fascino a otro gran pintor renacentista, Alberto
Durero, que publicó varios volúmenes sobre las proporciones humanas.
Sus teorı́as incluyen varias técnicas que mostraremos a continuación.
El desnudo en la obra de Durero sufrió un giro significativo tras su
primer viaje a Italia. Su prototipo ideal procedı́a del mundo antiguo.
Sin embargo, sus desnudos, con una tendencia severa a la belleza y
la proporción, presentan un modelo real en el que se pueden analizar
las complexiones del cuerpo humano. La búsqueda de los secretos del
arte representativo le llevó durante sus últimos años a la redacción
de varios tratados teóricos mediante los que querı́a enseñar, con fun-
damento, la práctica pictórica. Durero publicó los siguientes libros de
arte: “Introducción para medir con regla y compás”(1525), “Tratado
sobre fortificaciones”(1527); y los cuatro libros “Sobre proporciones hu-
manas”(1528 - estos últimos póstumos-).
Hablar del cuerpo humano se convirtió en esta época (primer Re-
nacimiento) en objeto de estudio artı́stico. Y ası́ como el resto de artis-
tas renacentistas se volcaron en el estudio del cuerpo humano y su
representación, también esto le pasó a Durero. Dice el pintor: “Com-
probando que el hombre es la más digna de las criaturas, se explcia
que en todos los cuadros, la figura humana sea empleada como centro
de interés”. Pero Durero, lejos de basar el estudio del cuerpo humano
en el análisis anatómico del mismo, como harı́a Leonardo, se fijará ex-
clusivamente en la apariencia exterior. Con ello, Durero efectivamente
se aproximaba a las tesis más idealistas sobre la belleza corporal de
Alberti, pero profundizó mucho más que el crı́tico italiano en la orde-
nación de la estética corporal. Ası́, mientras Alberti dividı́a la figura
5. Cuerpo Humano 118

humana en seis pies, cada pie en diez pulgadas y cada pulgada en


unidades mı́nimas, Durero continuó la subdivisión a unidades más ı́nfi-
mas. Pero su originalidad no quedó ahı́. Su principal aportación es el
descubrimiento de reglas para la composición del cuerpo humano en
movimiento. Es cierto que Alberti y Leonardo hablaban del movimien-
to de la figura, pero siempre que lo hacı́an, era partiendo de la figura
en reposo. Durero analizó el movimiento en sı́ mismo. Y ası́, analizó el
movimiento del cuerpo humano desde dos puntos de vista: el primero,
hablando de las posibilidades mecánicas; el segundo: desarrollándo los
estados de ánimo. Dicho esto, hay que advertir que al ver los cuadros
de Durero es difı́cil de advertir: la composición de la figura humana es
perpendicular o frontal. Opta por una composición rı́gida, alejada de la
naturalidad, buscando la representación estereotipada. El estereotipo
no obedecı́a a una única concepción sobre la belleza. Lejos de las tesis
de Alberti, Durero se acerca más a Leonardo, llegando a considerar
que existen varios tipos de belleza, y que la función del pintor es re-
presentarla a través de la diferencia: “Y ası́, en todas las figuras, sean
fuertes o blandas, corpulentas o delgadas, una parte no debe ser gorda
y otra huesuda... Pues todas las cosas deben concordar en simetrı́a, y
no estar mezcladas erroneamente. Las cosas que concuerdan en simetrı́a
se llaman bellas”(The Writtings of Albrech Durer, 248). En definitiva,
manteniendo una profunda conexión con la pintura y teorı́as estéticas
del Renacimiento italiano, Durero imprimió un sello original a su obra
estética, preocupándose y desarrollándo temas pictóricos con criterio
propio.
5. Cuerpo Humano 119

Veamos a continuación ejemplos de las técnicas que Durero utilizaba.

Primeras construcciones proporcionales basadas en De Barbari

Según reporta Durero, primero apren-


dió sobre construcción de la figura hu-
mana de Jacopo de Barbari. Una de las
primeras figuras. El pecho esta basado en
un rectángulo.

Contrucción proporcional basado en Vitruvius


La contrucción de este dibujo esta basada en los canones de Vitru-
vius, sin embargo el pecho esta inmóvil, construido en un cuadro. La
pierna derecha esta corregida.
Su sistema esta basado en una combinación de medidas análogas de
partes del cuerpo y un rudimentario sistema de relaciones fraccionales
de partes del cuerpo con su estatura.
5. Cuerpo Humano 120

El “Método Triángular”

Construido por medio del “método triángulo” combinado el uso de


un compás. Durero experimenta con varios métodos de construcción
para la figura humana antes de llegar a el sistema fraccional puro basa-
do en la altura del cuerpo. La nota de Durero dice: “Dibuja una lı́nea,
dividela en ocho partes, llamale “a” a la división superior. La primera
sección de las ocho denota la cabeza. El largo del cı́rculo denota los
brazos. Es un cuarto de la altura (el diámetro). En el centro está la
depresión del corazón. El cı́rculo pequeño tiene un cuarto del diámetro
del grande. El punto más bajo del cı́rculo pequeño es la ingle. Marca-
lo con una “a”. Ahora toma el compás y colocalo en el último punto
mencionado y abrelo hasta el centro de la depresión del corazón. Luego
muévelo hacia el ombligo y dibuja un arco largo. Donde se cruzan el
cı́rculo largo marca “b” y “c”. Este es el punto de adherencia de los
brazos”.
5. Cuerpo Humano 121

El “Metodo Circular”

Fig. 5.3: Construcción experimental de una figura inclinada, hecha mediante


compás

El sistema antropométrico, 1507


Este sistema esta basado en la longitud del cuerpo, ha reemplazado
los métodos geométricos

Fig. 5.4: Izquierda; hombre de ocho cabezas de longuitud. derecha; mujer de ocho
cabezas de longuitud
5. Cuerpo Humano 122

Proporción progresiva

Fig. 5.5: Construcción de hombre de ocho cabezas de longuitid

Figura humana en movimiento

Fig. 5.6: Construcción de hombre de ocho cabezas de longuitid


5. Cuerpo Humano 123

Construcciones esterométicas

Fig. 5.7: Construcción de hombre de ocho cabezas de longuitid

A continuación se muestran varias fotografı́a de Rocio Lafuente,


bailarina del Tarrer Coreográfico de la UNAM, en donde se analiza del
lado derecho sus proporciones de manera general, utilizando rectángu-
los áureos y el lado izquierdo su distribución corporal en términos de
la razón áurea.

El cuerpo humano promedio, ası́ como el rostro humano, muestran


una cantidad extraordinaria de relaciones armónicas en términos de
5. Cuerpo Humano 124

razon áurea, incluso en movimiento.

Fig. 5.8: Rocio Lafuente, Taller Coreográfico de la UNAM. Fotografı́a: Luis Angel
Hidalgo Solı́s.
6. PERSPECTIVA LINEAL

Este capı́tulo esta basado en cuatro de los autores (anteriores a


Desargues) que más se preocuparon por el estudio de la perspectiva,
cada uno en su tiempo, aportando cada quien estudios muy valiosas,
comenzando por Euclides y su libro “Óptica”, Leon Batista Alberti con
su tratado “Della Pittura”, Leonardo da Vinci con su “Tratado de la
pintura” y Piero della Francesca y su “Prospectiva Pingendi”
Al analizar el contenido de la Óptica de Euclides notamos que esta
consta de 7 definiciones y 58 proposiciones.
Cabe destacar las definiciones 1 y 2, en la primera se afirma que
los rayos visuales se propagan en lı́nea recta, la segunda definición dice
que la figura contenida por los rayos visuales tiene forma de cono.
Lo que respecta a las proposiciones:
15 de ellas la 2,4,5,7,37-47 se ocupan de los efectos de la distancia en
nuestra percepción visual de los tamaños.
Otras de las formas, 6 y 22 (entre otras).
5 de los fenómenos ópticos relacionados con la esfera, 23-27.
2 de los fenómenos ópticos relacionados con el cilindro, 28 y 29
4 de los fenómenos ópticos relacionados con el cono, 30-33
Otras proposiciones resuelven problemas de altimetrı́a y longimetrı́a
(18-21), Fenómenos ópticos relativos a figuras en movimiento (50-56) y
de como una magnitud puede ser vista en determinada proporción (8,
48 y 49), Cabe notar que ninguna de sus proposicones trata sobre el
tema del color. Y salvo las proposiciones 25-28 (fenómenos relaciona-
6. Perspectiva lineal 126

dos con esfera y cilindro) las proposiciones restantes trabajan sobre el


supuesto de la visión monocular.
Se agrupa igual a los “Elementos” de acuerdo al método axiomatico
y su modelo es el tratado geométrico.

Por otra parte, Alberti, en su tratado “Della Pittura” (inciso 1) so-


licita no ser considerado como un matemático, sino como un pintor que
escribe sobre estos temas, pero aclara que tomará de los matemáticos
aquellas cosas que considere relativas para el tema.
(inciso 2) Define punto, lı́nea (rectas y curvas), superficie y cı́rculo.
Las propiedades permanentes de las superficies son de dos tipos, el
contorno y sus clases “forma plana”, “esferica”y cóncava.
En el inciso 4, imagina los rayos de luz como finı́simos hilos que
forman un haz, estrechamente unidos en el ojo, donde tiene su asiento
el sentido de la visión. Los rayos, unidos en un haz dentro del ojo, son
como tallos que brotan y se dirigen en lı́nea recta hacia la superficie
opuesta al ojo y distingue entre aquellos que insiden sobre el contorno
de las cosas, y miden su magnitud, y los otros.

Fig. 6.1: La forma general del diagrama muestra los tres tipos de rayos, OC representa
el rayo céntrico, en ángulo recto con cualquier lı́nea sobre la superficie. Las
lńeas OE representan los rayos extrı́nsecos, los cuales van hacia los puntos en
la frontera de la superficie. Las lı́neas OM corresponden a los rayos medianos,
mismos que se dirigen hacia puntos dentro del contorno
6. Perspectiva lineal 127

Los extrı́nsecos permiten medir dimensiones, y describe que:


“La vision funciona mediante un triángulo cuya base es la cantidad
observada y cuyos lados son esos mismos rayos que se extienden hacia
el ojo a partir de los puntos extremos de dicha cantidad.”

Conforme sea mas agudo el ángulo en el ojo, más pequeña lucira


la cantidad.

En el caso de la superficie esférica el observador ve menos con-


forme se acerca y, al contrario, ve mas al alejarse de ellas.

A una gran distancia una cantidad parece ser no mas grande que
un punto.

Entre mas rayos se utilicen para ver, la cantidad parecerá más


grande y entre menos rayos más pequeña.

Los rayos extrı́nsecos, sosteniendose firmemente al contorno for-


man un cono alrededor de la superficie entera, por esta razón se
dice que la visión se da a través de una pirámide de rayos.

La pirámide es un cuerpo oblongo de cuya base surgen lı́neas


rectas que prolongadas hacia arriba terminan en un punto común.
La base de la pirámide es la superficie observada y los lados son los
rayos visuales extrı́nsecos. La cúspide de la pirámide se encuentra
dentro del ojo, donde los ángulos de las cantidades en los distintos
triángulos se unen.

Los rayos medianos son la masa de rayos contenida dentro de la


pirámide y encerrados por los rayos extrı́nsecos.

El rayo céntrico es el único rayo que incide directamente sobre


la cantidad de forma tal que los ángulos en todas las direcciones
son iguales. Este rayo, el más activo y fuerte de todos, actúa de
6. Perspectiva lineal 128

manera que ninguna cantidad se muestra más grande que cuando


es tocada por él, es el último en abandonar la cosa vista. Si se
cambia la distancia y la posición del rayo céntrico, la superficie
parecerá haber sido alterada.
En la siguiente parte Alberti habla del efecto de las luces (naturales
y artificiales) sobre los rayos visuales.

La reflexión de los rayos siempre tiene lugar formando ángulos


iguales (con la vertical que pasa por el punto de incidencia)

Los rayos extrı́nsecos, intrı́nsecos y céntricos y la pirámide visual,


se agrega el enunciado matemático, si una lı́nea recta intersecta
dos lados del triángulo, y si esta lı́nea, que a su vez forma un
nuevo triángulo, equidista de uno de los lados del primer triángulo,
entonces el triángulo mayor sera proporcional al menor.

Se dice que dos triángulos son proporcionales cuando sus lados y


sus ángulos guardan la misma relación unos respecto a otros

Fig. 6.2: DE ha sido trazada paralela a BC. Los triángulos ABC y ADE son semejantes.
Ésta es una consecuencia inmediata de las proposiciones 6 y 3 de los Elementos,
si bien ahı́ no se encuentra demostrada.

Las partes del triángulo usual son los ángulos y los rayos, los
cuales son iguales en las cantidades proporcionales y desiguales en
6. Perspectiva lineal 129

las no proporcionales. Ya que la pirámide visual se comprende de


triángulos todo lo dicho acerca de los triángulos puede trasladarse
a la pirámide visual.

Fig. 6.3: La pirámide visual es OAC. Los planos A’B’C’ y A”B”C” son intersecciones de
ella (es decir, posibles pinturas). Lo que Alberti señala es que las proporciones
entre magnitudes paralelas al objeto permanecen constantes. Por ejemplo, la pro-
porción entre las longuitudes A”B” y B”C” es la misma que la que corresponde
a AB y BC y la de A’B’ con B’C’.

Después Alberti habla un poco sobre cantidades no equidistantes.

Algunas cantidades no equidistantes son colineales con los rayos


visuales y otros son equidistantes de algunos rayos visuales. Los
colineales no participan en la intersección, no ocupan espacios
pues no forma un triángulo.

Fig. 6.4: Objeto colineal con un rayo visual. Si un objeto está colocado a lo largo de
un rayo visual sus dos extremos no pueden formar los vértices de un triángulo
cuyo otro vértice se encuentre en O y por ende el objeto no ocupa espacio en la
pintura (o intersección).
6. Perspectiva lineal 130

En lo que se refiere a cantidades equidistantes de los rayos vi-


suales (i.e. paralelo al objeto, i.e. la lı́nea del objeto no pasa por
O) cuanto más obtuso sea el ángulo mayor en la base del triángulo,
menor serán los rayos que ocupará dicha cantidad y, en consecuen-
cia, menor será el espacio que ocupe en la intersección, es decir,
cuanto más obtuso sea el ángulo mayor del triángulo en la base,
mayor sera la alteración que sufran.

Fig. 6.5: AB no es colineal con un rayo visual. Conforme aumenta el ángulo α más pequeño
se hace q’.

Preparacı́on de la construcción en perspectiva.

1. Se elige la forma y el tamaño de la pintura.

2. Luego decide qué tamaño debe tener la figura humana y divide


este tamaño en tres unidades

3. Se marcan estas unidades a lo largo de la base de la pintura


6. Perspectiva lineal 131

4. Se escoge la posición del punto céntrico (C es el punto opuesto al


ojo del observador), cuidando que su altura este sobre la base sea
inferior a la de un hombre en la pintura.

5. Se trazan rectas desde el punto céntrico hasta cada una de las


divisiones colocadas en la base del cuadrángulo.

Para trazar las lı́neas transversales (que equidistan de la base). El méto-


do consiste en hacer que los espacios entre cada par sucesivo de lı́neas
sea dos tercios del anterior, habiendo tomado la base como la primera
lı́nea, i.e. P Q = 23 P B, QR = 32 P Q y ası́ sucesivamente.
Continuando ası́ los espacios siempre serán, según dicen los mate-
máticos, superbipartiens (i.e. a : b con a > b) respecto a los espacios que
anteceden. Y crı́tica que la primera lı́nea se coloca al azar y no saben
donde colocar el vértice de la pirámide para que se tenga un punto de
observación correcto. Hecho del cual se derivan errores en la pintura.
6. Perspectiva lineal 132

Para corregir este error, propone el siguiente método.

1. Inicia con los puntos de división a lo largo de la base unida al


punto céntrico. Las divisiones de la base son transferidas a una
recta horizontal.

2. Sobre un extremo de esta lı́nea se construye un punto D a la


misma altura que C.

3. Se trazan lı́neas de D a las marcas de la división de la base.

4. Se traza una vertical a la distancia de la intersección.

5. El patrón de puntos de intersección producidos se transforma a


la orilla de la pintura.

Los espacios paralelos son los espacios entre dos lineas equidistantes de
la que ya habı́amos hablado anterirmente, es trazar una diagonal de
cuadrángulos contiguos en el punto.
6. Perspectiva lineal 133

Ahora Leonardo da Vinci en su “Tratado de la pintura”, menciona


y propone lo siguiente:

La pintura se fundamenta en la perspectiva, que no consiste sino en


el exacto conocimiento de los mecanismos de la visión.

Todos los problemas de perspectiva pueden ser resueltos por medio


de los cinco términos matemáticos, a saber: el punto, la lı́nea, el ángulo,
la superficie y el cuerpo. De entre ellos, el punto es único en su origen
pues carece de altura, de longuitud y de anchura o profundidad; de
donde se concluye que es indivisible y no conoce lugar. Las lı́neas son
de tres naturalezas, a saber: recta, curva y sinuosa. No conocen altura,
ni anchura o profundidad; son pues, indivisibles, a excepción de lo que
toca a su longuitud, y sus extremos los contituyen dos puntos. El ángulo
es la conjunción de dos lı́neas en un punto.

Mecanismo de la visión.
De óptica.

En esta sección, Leonardo habla de la importancia del sentido de


la vista sobre los otros sentidos, del funcionamiento del ojo, y de cómo
se generan las imágenes en el cristalino. Este apartado consta de los
enunciados 107-123.
Al igual que Alberti, en el apartado 118 habla de las pirámides visuales
(conos visuales), afirmando:
118.- El aire está lleno de pirámides, cuyas aristas parten de todos los
puntos del cuerpo luminoso y forman ángulos tanto más agudos cuanto
más se alejan de su punto de origen.
119.- La intensidad de las cosas presentes a la vista adquiere grados, lo
mismo que los adquieren las voces que llegan a nuestro oido.
6. Perspectiva lineal 134

120.- Los rayos de los cuerpos luminosos crecen tanto más cuanto más
1
alejados de su origen.
121.- Los objetos no envı́an su imagen al ojo con arreglo a las pro-
porciones reales. La convergencia de los rayos rectos experimentan una
inflexión al penetrar en el ojo.
Acerca de la perspectiva, escribe del enunciado 124 al 142
124.- Entre los estudios de las causas y razones naturales tiene prefe-
rencia por sus muchos adeptos, el estudio de la luz; entre las grandes
cosas matemáticas, la certidumbre de la demostración regocija, muy
especialmente, el espı́ritu de los investigadores. La perspectiva preside,
pues, todos los tratados y disiplinas humanas allı́ donde las lı́neas se
complican con los modos de la demostración, encontrando la gloria de
la matemática y, aún más, de la fisica, floridas la una y la otra.
125.- La pintura se cimenta con la perspectiva, que no es sino el arte
de representar lo que se ve, o sea de hacer objetos parecidos a los que
contemplamos con los ojos.

Semejante arte consiste en ir captando las formas y los colores de


los objetos contemplados por medio de pirámides.

Hablo de pirámides porque no hay objeto tan pequeño que no sea


mayor que la retina, vértice de esas pirámides.

Si tomas, pues, las lı́neas que parten de las extermidades de cada


cuerpo y las continúas hasta un punto único, formarán entre si
una pirámide. La perspectiva es una razón demostrativa por la
cual confirma la experiencia que todo objeto envı́a a los ojos, por
medio de lı́neas piramidales, su propia semejanza.
1
Es obvio que el rayo luminoso sea tanto más largo cuanto mayor la distancia entre el
ojo y el origen de la luz. Tan obvio que la frase de Leonardo ha de entenderse, a nuestro
juicio, suponiendo que el autor se refiere a los ángulos que forman los rayos luminosos
convergentes en el ojo y tanto más abiertos, en efecto, cuanto más largos los rayos.
6. Perspectiva lineal 135

Los cuerpos de igual magnitud formarán un ángulo más o menos


grande, en la pirámide correspondiente, según la distancia entre
ellos.

El punto, indivisible por su pequeñez, convergen todos los puntos


de las pirámides.

126.- La perspectiva es brida y timón de la pintura.

La magnitud de la figura debe indicarnos la distancia a que se


encuentra de nosotros. Si ves en el natural una figura grande,
sabe que aparece ası́ porque está cerca.

127.- Hay tres perspectivas: una estudia las razones de la disminución;


la otra, el alejamiento de los colo-
res; la otra el grado de lo finito, según
el alejamiento BAC, tal como indica
la figura.
128.- La perspectiva lineal consiste y
tiene por oficio marcar, por medio de
lı́neas bien medidas, cómo la segunda
del segundo plano es menor que la del
primero; la del tercero, menor que la del segundo; y ası́ de grado en
grado, hasta perderse de vista.
129.- la perspectiva de la disminución demuestra que cuanto más ale-
jado está el objeto más pequeño nos parece.
130.- ... La visión llega al ojo por medio de diversas pirámides, pirámides
que quedan seccionadas por el cristal.
131.- La naturaleza nos muestra la magnitud de los objetos con arreglo
a la distancia.
132.- De dos cosas iguales aparece menor la más distante.
6. Perspectiva lineal 136

133.- Es posible que el ojo no vea lo lejano demasiado diminuto, des-


mintiendo la perspectiva natural, pues los espacios disminuyen según la
curvatura del ojo, que corta las pirámides según ángulos rectos esféri-
cos.
136.- Para dar a los objetos su tamaño natural deben ser acabadas las
figuras de los primeros planos, lo mismo en las miniaturas que en los
cuadros grandes; en aquéllas vemos figuras de cerca; en éstos, de lejos
pero unas y otras figuras, aunque de dimensiones diferentes, parecen
del mismo tamaño a causa de la abertura del ángulo con el que se mira.
En la figura adjunta, sea el objeto BC y el ojo A; sean FG y DE el
cristal por donde pasa la imagen representada en B, si el ojo A no
se mueve, la magnitud de la pintura BC debe ser tanto más pequeña
cuanto más cerca del ojo A se encuentre el cristal DE.
Si haces la figura BC sobre el vidrio DE, la figura no debe estar tan
acabada como la figura BC; pero, en cambio, debe más acabada que la
figura NM.
Hecha sobre el cristal FG, porque
si PO estuviese tan acabada como BC,
la perspectiva de PO serı́a falsa. Está bi-
en que BC quede disminuida hasta el
tamaño PO; pero su acabamiento, en
cambio, no corresponderı́a con la dis-
tancia, a pesar de la disminución de la
figura, porque buscando la perspecti-
va del natural BC con arreglo al grado de acabamiento, parecerı́a muy
cerca de OP. Si quieres que, dando a la figura el tamaño de OP parezca
estar a la distancia BC, tienes que afinar el acabado hasta la minuciosi-
dad del cristal FG.
139.- Entre los cuerpos de igual altura, el que esté más lejos de los
ojos será el que aparezca más bajo. Notad las dos nubes de la figura.
6. Perspectiva lineal 137

Aunque la primera , que está más cerca del ojo, esté más baja que la
otra, parecerá más alta, conforme
se demuestra trazando la lı́nea per-
pendicular AN que corta la pirámide
del rayo visual; en la MA, para que la
parte que corresponde a la nube más
baja, y en NM, que está debajo de la
MA, en lo que respecta a la segunda.

140.- Entre las figuras de un mismo cuadro tendrá más relieve aquella
que esté más cerca del espectador.
142.- Entre dos objetos de la misma magnitud, pero a distancias diver-
sas, el más alejado se nos aparece bajo un ángulo menor. En la figura
adjunta, BD es igual a CE, pero CE llega al ojo mediante un ángulo
más pequeño que BD cuando está a mayor distancia de A según puede
verse en el ángulo CAE con relación al ángulo BAD.
6. Perspectiva lineal 138

Acerca de Dibujo Leonardo nos presenta lo siguiente:


Proposiciones 154-270

169.- ... A la pintura le es imposible, incluso ejecutada a la perfección


y con exacta precisión de contornos, sombras, luces y colores, alcanzar
tanto relieve como el natural a menos de que no sea vista con un solo
ojo. La razón es porque como los dos ojos AB ven un objeto después de
otro, MN, el primero de éstos ,M, nunca puede ocupar todo el espacio
del segundo, N, ya que la base de la lı́neas visuales es tan larga que ve
el cuerpo segundo después del primero.
Pero cerrando un ojo, como en S,
el cuerpo F ocupará el espacio de R,
porque la visual entonces nace de un
solo punto y hace su base en el primer
cuerpo, por lo cual, siendo el segun-
do de igual magnitud, no puede ser
visto, tal como se indica en la figura.
De aquı́ puede deducirse el porqué una
figura pintada tapa el espacio que está detras de ella y no hay medio
de descubrir la parte de fondo que corresponde a su contorno
172.- Los cuerpos opacos se nos aparecen con más relieve cuanto más
cerca se encuentran de nosotros. En la figura adjunta sea P la parte
más adelantada del objeto PH, más ceracana al ojo que N, parte más
adelantada del objeto MN; y sea el campo DF el que deberı́a ver detrás
de estos dos objetos. Consideremos ahora al ojo A; del objeto PH ve
todo el fondo DF y no ve detrás del segundo objeto, NM, sino parte del
fondo DG. Esta proposición demuestra, pues, el relieve de los objetos,
de un fondo al otro fondo, del fondo DG al fondo DF.
6. Perspectiva lineal 139

173.- Las cosas de relieve pareceran


pinturas cuando las veamos de cerca
con un solo ojo. Si vemos el punto
C de la figura con los dos ojos AB,
parecerá que el punto C está en DF;
si se mira con un ojo M, parece que
H está en G. En la pintura no se dan
nunca estas dos variedades.
240.- Entre varias cosas iguales aquella que esté menos alejada apare-
cerá más clara y a la vez más pequeña
241.- Entre varias cosas iguales de tamaño, claridad y campo, apare-
cerá más grande la más plana.
Por último Piero y su “Prospectiva Pingendi”, el cual en su primera
parte (Libro I) es dedicado solo al estudio de la perspectiva. Este libro
comienza con una perspectiva euclideana, es decir, una óptica natural.
El primer teorema original que presenta Piero aparece en la proposición
8 en el que menciona lo siguiente:

Teorema 8. Una determinada recta BC, se divide en varias partes.


Otra lı́nea HI se dibuja paralela a la primera. El teorema establece que
si las lı́neas de división de los puntos BC convergen en el punto A, HI
se dividirá en la misma proporción que BC.
6. Perspectiva lineal 140

La prueba utiliza triángulos semejantes. Dado que las dos lı́neas


AK HK AK KL
son paralelas, AD
= BD
. Además, AD
= DE
. De ello se deduce que
HK KL
BD
= DE
. Como DE = BD, esto significa HK = KL. El mismo
razonamiento puede extenderse a LM, MN y NI.

Fig. 6.6: Proposición 8, Libro I

De hecho, este resultado fue tan influyente, que el tratado de Piero


que las siguientes proposiciones no son más que simplificaciones de la
misma.
Proposición. 12. El punto A es la posición del ojo, BC es la “su-
perficie asignada”, B el punto en el cual la pintura intersecta las lı́nea
DC. Piero prueba que BE es la “superficie degradada” requerida, ya
que subtiende a A en un ángulo igual al subtendido por la “superficie
asignada”BC.

Fig. 6.7: Proposición 12, Libro I


6. Perspectiva lineal 141

La primera instrucción para dibujar la proposición 13, establece que,


como en el diagrama previo, AD y BF son perpendiculares a la lı́nea
recta DBC.
Luego se pide dibujar al cuadrado
BCGF, AI la bisectriz perpendicular
de BC y las lı́neas AA y EDEK para-
lelas a DC. Se nota que la figura tiene
un fuerte parecido a las construcciones
Albertianas, aunque la construcción de
Piero solo nos da un transversal, a saber
la lı́nea DE, la cual representa el bor-
de posterior del cuadrado.
BCGF es el cuadrado el cual esta representado en forma degradada
y A es el ojo. Por lo tanto si la imagen del plano es como BF la parte
posterior del cuadrado, entonces GC debera verse como HE, porque
estas longitudes subtienden el mismo ángulo en A.

Fig. 6.8: Proposición 14, Libro I. muestra la divisı́on del cuadrado por ortogonales

Propocición 14. Sea BCDE el cuadrado y sea A el ojo. Divide BC


en tantas partes como tu quieras, en este caso en los puntos F,G,H e I
los cuales dividen a DE en K,L,M y N. Entonces DE ha sido dividido
en la misma proporción que dividimos a BC...
6. Perspectiva lineal 142

Fig. 6.9: Proposición 15, Libro I. muestra el procedimiento para completar el pavi-
mento

Como Alberti, Piero requiere de la distancia entre el ojo y la pintura,


la cual es representada por una longuitid medida más alla del borde de
la pintura, sin embargo, este punto solo es usado una vez, para construir
más transversales, después de eso Piero usa las diagonales.
Proposición 30. El cuadrado BKL21, ha sido construido del mis-
mo tamaño que los demás y AK ha sido dibujado para cortar a F21 en
M. La posición del plano de la pintura esta dado por la lı́nea FG, pero
la pintura es ahora imaginada como una extensión a fin de incluir a L.

Fig. 6.10: Proposición 30, Libro I. detalle de la parte superior izquierda del diagra-
ma original
6. Perspectiva lineal 143

Piero ha probado que si K esta más allá de la diagonal AFB, y


que la longuitud del segmento de la ortogonal por K corta, la primera
transversal será mayor que KB.

Veamos ahora un ejemplo de como utilizan la perspectiva lineal.


En esta pintura el artista hizo uso de la perspectiva lineal para indicar
que la iglesia se encuentra en la distancia. Las lı́neas de los cuadrados
del piso son paralelas en el mun-
do real, de modo que pare-
cen converger en la pintura.
Nótese que arriba a la izquier-
da hay un lugar donde el artista
no dibujo las lı́neas en con-
vergencia: son paralelas. Esta
ausencia de perspectiva lineal
hace parecer que hay una in-
clinación justo a la izquierda
de la iglesia.
7. LOS INICIOS DE LA GEOMETRı́A PROYECTIVA

La geometrı́a proyectiva nace como consecuencia de los esfuerzos


realizados por los artistas del Renacimiento para representar de man-
era más realista el mundo que les rodeaba. El gran problema al que se
enfrentaron los pintores del Renacimiento era cómo plasmar el mun-
do tridimensional real en un lienzo bidimensional. La clave para re-
solver esta cuestión fue la interpretación de una propiedad de la visión
monocular, debida principalmente a León Battista Alberti, y que men-
cionamos en el capı́tulo anterior.
Este esfuerzo por reflejar de forma más real los objetos tridimension-
ales llevó a muchos artistas y arquitectos del Renacimiento a indagar
en las leyes formales que rigen la proyección y sección. Una cuestión
básica, planteada por Alberti, era el estudio de aquellas propiedades
geométricas que tienen en común el objeto original y cualquiera de
sus secciones. Es obvio que tanto las distancias como los ángulos no
se conservan al proyectar y seccionar una figura. La búsqueda de una
respuesta a esta cuestión condujo, en el siglo XV, a la creación de los
principios de una teorı́a de la perspectiva geométrica.

7.1. La Geometrı́a Proyectiva de Desargues

Con objeto de dar solución a ciertas necesidades del arte de la pintu-


ra y arquitectura de la época, Gerard Desargues (1591-1661) publicó en
Parı́s, en 1939, un tratado original pionero en geometrı́a proyectiva
titulado “Borrador de un ensayo de tratado de los resultados de los
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 145

encuentros de un cono con un plano”(Brouillon proiect d’une atteinte


aux evenemens des rencontres du cone avec un plan). En esta obra in-
troduce, como veremos a continuación, la noción de punto y recta al
infinito, prueba la invarianza por proyección de una cuatrena armónica,
y desarrolla la teorı́a de polos y polares entre otras cosas. Algunas de
estas nociones habı́an sido introducidas por autores clásicos como Pap-
pus de Alejandrı́a (290-350) o Apolonio de Perga (262-190 A.C.), sin
embargo ellos nunca razonaron en términos de proyección y sección. Su
plan de trabajo consistı́a en el estudio de resultados comunes a las tres
cónicas, descubriendo para ello aquellas propiedades de la circunferen-
cia que se conservan bajo proyección, pues toda cónica se obtiene como
sección de la proyección de una circunferencia.
Desde el punto de vista histórico, el trabajo de 1639 se presenta
como los Elementos, un contexto absolutamente cierto.
Desargues explica sus definiciones como hace Euclides, las ideas son
simples, y algunas de ellas son meras convenciones, ası́:

Cada recta puede prolongarse, si es necesario, al infinito en ambas


direcciones.
Y también

Cada plano puede extenderse al infinito en cualquier dirección.

Actualmente estas formulaciones parecen generales, pero no era


ası́ en 1639, ya que en los Elementos, prolongar una recta, significaba
prolongarla hasta otro punto, lo infinito y lo indefinido eran equiva-
lentes.
Desargues es el primer matemático en dar la idea de un infinito bajo
control. Utiliza el concepto en una forma matemática completamente
precisa. Esto no es inmediato, pues tuvo que introducir el infinito basa-
do en definiciones de objetos matemáticos muy simples, cuyo significado
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 146

no es, en principio, aparente, ası́:


Cuando se toman varios puntos de una lı́nea recta y a través de ellos
pasan otras lı́neas rectas, en cualquier dirección, la recta que contiene
a estos puntos se denomina tronco, y los puntos sobre el tronco a través
de los cuales pasan las otras rectas se llaman nudos.
Las rectas que pasan por los nudos se denominan ramas.
Ra
mas

Tr
onc
o

Nudos

Fig. 7.1: Tronco, nudos y ramas.

Esto es, en efecto, un árbol, el cual se convierte en un elemento


crucial en el razonamiento de Desargues.
El conviene que, si diversas lı́neas rectas son paralelas, o bien, todas
se cortan en el mismo punto, entonces tienen el mismo orden, lo que
indica que en uno u otro caso, ellas convergen en el mismo lugar.
El lugar donde ellas convergen se denomina un lı́mite del orden de
las rectas.
Lo que Desargues denomina un orden de rectas actualmente se de-
nomina un pincel de rectas, y lo que llamaba un lı́mite es el centro del
pincel, esto es:
Cuando el pincel no es de rectas, sino es de planos, esto es, cuando
tenemos un conjunto de planos que pasan por la misma recta, el lı́mite
se convierte en un eje.
Desargues denomina a los puntos en sus diagramas de manera gen-
eral, consecuentemente, uno de los primeros resultados que demuestra
es el Teorema de Menelao.
Si ABC es un triángulo y la transversal P QR, el teorema de Menelao
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 147

da la relación entre las longitudes de los lados que cortan la transversal,


esto es:

QC P C RB
= .
QA P B RA

Fig. 7.2: El diagrama para el teorema de Menelao, con triángulo ABC y transversal
P QR.

Teorema 9 (El Teorema de Menelao). (Menelao de Alejandrı́a 70-140


d.C.)
Dados tres puntos A, B, C que forman un triángulo ABC, si los
puntos P, Q, R están sobre las rectas BC, AC y AB respectivamente,
entonces P, Q, R son colineales si y sólo si
AR BP CQ
· · = −1.
RB P C QA
En esta ecuación AB puede tomar valores negativos, por ejemplo,
AR/RB será positivo sólo si la recta P QR intersecta la arista AB, y
análogamente para los otros términos.

Después del teorema de Menelao, Desargues investigó algunas pro-


piedades del tronco, esto es, que puede decirse de los rangos de puntos
en una recta.
La propiedad más importante establece lo que es un árbol. Para
esto, Desargues involucra más definiciones. En términos modernos, tres
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 148

pares de puntos colineales B, H; C, G; D, F forman un árbol si existe


un punto A tal que

AB · AH = AC · AG = AD · AF.

Fig. 7.3: (a) Árbol donde el punto A separa cada par B, H; C, G; D, F (b) Árbol
donde A no separa cada par B, H; C, G; D, F .

El punto A se denomina el tocón del árbol. Hay dos casos distintos,


si A separa cada par, o si no lo hace. Cada cosa se expresa en términos
ordinarios, y lo que se debe probar es que el producto de las longitudes
AB, AH se describe como el rectángulo contenido por los segmentos
de la recta AB y AH. Este es el estilo Euclidiano de Desargues, con el
cual los lectores originales estaban familiarizados.
Habiendo definido un árbol, Desargues procede a mostrar los tres
pares de puntos, pueden definirse por medio de relaciones de unos con
respecto a otros sin involucrar el tocón.
Si los pares son B, H; C, G; D, F como antes, entonces
BC BG BD BF
· = · .
HC HG HD HF
Esto significa que el producto de las razones en las cuales los puntos
C, G dividen el segmento BH es igual al producto de las razones en las
cuales los puntos D, F dividen al segmento BH.
Se dice que los seis puntos forman una involución. Esta es la única
nueva palabra que forma parte del vocabulario técnico de Desargues
de este tipo de matemáticas. La involución no es un concepto simple
y no sabemos si fue de interes matemático, aunque con el tiempo si lo
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 149

Fig. 7.4: Los puntos B, H; C, G; D, F forman una involución.

fue. Esta parte de la matemática de Desargues es esencialmente una


preparación necesaria para los importantes resultados que le seguirı́an.
Siguiendo el ideal matemático de dar un máximo grado de general-
idad, Desargues prefiere considerar involuciones en vez de una simple
relación que se obtiene cuando seis puntos colapsan a cuatro. De la
ecuación
BC BG BD BF
· = · ,
HC HG HD HF
la reducción en el número de puntos debe hacerse cuidadosamente. Si
haccemos que el par de puntos C, G coincidan con D, F es decir, C = D
y G = F , entonces obtenemos la misma expresión en ambos lados de
la ecuación. Desargues consideró que los pares C, G y D, F colapsaban
a un sólo punto, ası́ C = G y D = F , por lo que la ecuación
BC BG BD BF
· = ·
HC HG HD HF
se transforma en
BG BF
=
HG HF
o equivalentemente
BG HF
· = 1.
HG BF
Es decir B y H dividen al segmento HG en la misma razón (in-
terna y externamente). Esta relación es más fácil de visualizar que la
involución de seis puntos. La expresión del lado izquierdo de la ecuación
BG HF
· =1
HG BF
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 150

la cual es la razón de la razón en la cual los puntos B y H dividen F G


se conoce como la razón cruzada de los cuatro puntos del rango.
Desargues no utilizó esta noción, por lo cual no da este nombre, y
prefiere trabajar con el concepto de involución. Cuando sólo hay cuatro
puntos, él se refiera a cuatro puntos en involución. (En el siglo XX se
le denominó rango armónico).
El trabajo sobre involuciones es consecuencia del teorema de Menelao,
el cual ya ha sido mencionado. El enuncia y demuestra un resultado
que recalca la importancia de las involuciones. El resultado es que si
tres pares de puntos sobre una recta están en involución, entonces sus
imágenes bajo proyección desde un punto sobre otra recta también lo
están.
Desargues enuncia: Cuando sobre una recta GH hay tres pares difer-
entes de nudos BH, DF, CG, los cuales están en involución, y a través
de ellos pasan tres pares de ramas partiendo del tronco

F K, DK; BK, HK; CK, GK

todos con el mismo orden cuyo lı́mite es K, estos tres pares de ramas
pertenecen a un orden llamado las ramas de un árbol, y para cualquier
otra recta cb ubicada en el mismo plano, cada una de ellas determina
tres pares de nudos en involución gh, df, cg.

Fig. 7.5: Diagramas que muestran que seis puntos en involución es una propiedad
proyectiva

El interés pictórico es, por supuesto, mı́nimo. Además, el diagrama


es una generalización del teorema de Piero. En el teorema de Piero la
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 151

segunda recta es paralela a la primera y Piero demuestra que el patrón


de divisiones, (es decir, la serie de proporciones) a lo largo de la segunda
recta es la misma que a lo largo de la primera.
El resultado de Desargues involucra una forma de definir el patrón
de división que se repite si la segunda recta no es paralela a la primera.
Matemáticamente hablando, Desargues generaliza el teorema de Piero.
Cabe notar que Desargues no esta viendo el cambio de perspectiva co-
mo los artistas lo hicieran, está interesado en ver qué propiedades no
cambian bajo proyección. Las relaciones que permanecen bajo proyec-
ción se denominan propiedades proyectivas de la figura.
Ası́ el teorema de Desargues, que seis puntos en involución se pro-
yectan en otros seis puntos en involución puede expresarse en térmi-
nos modernos diciendo que seis puntos en involución es una propiedad
proyectiva.
Desargues demuestra su teorema sobre la involución por el uso
repetido del teorema de Menelao.
Posteriormente, Desargues publicó su teorema fundamental sobre
triángulos y otros resultados, entre ellos la invarianza de la doble cruza-
da por proyección, en un apéndice de un libro de Abraham Bosse (1602-
1676) titulado “Método universal del Sr. Desargues para practicar la
perspectiva”(Manière universelle de Mr Desargues pour pratiquer la
perspective par petit pied, comme le geometral...) Parı́s, (1648). Con
esta obra, publicada en 1648, Bosse intentó divulgar y hacer más po-
pulares las ideas de Desargues, de las cuales él fue un gran defensor.

7.1.1. El teorema funadmental de Desargues para triángulos

Se dice que dos figuras están en perspectiva, si todas las lı́neas rectas
que unen puntos correspondientes de las dos figuras son concurrentes.
El punto por el cual pasan estas rectas es llamado centro de perspec-
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 152

tiva. Las figuras homotéticas están en perspectiva, pero las figuras en


perspectiva, no necesariamente son homotéticas, puesto que rectas cor-
respondientes de figuras no son paralelas en general.

Teorema 10 (El teorema fundamental de Desargues). Si dos triángu-


los están en perspectiva, los puntos de intersección de lados correspon-
dientes son colı́neales; e inversamente, si los puntos de intersección de
lados correspondientes de dos triángulos son colı́neales, los triángulos
están en perspectiva.

Fig. 7.6: El teorema fundamental de Desargues

Desargues notó en el enunciado de su teorema, que los triángulos


podı́an estar en el mismo plano o en distinto. La demostración para el
caso en que los triángulos no están en el mismo plano es muy elegante.
El caso en que los triángulos son coplanares depende del uso repetido
del teorema de Menelao. La objeción que puede hacerse al caso en que
haya rectas paralelas, ha sido eliminado por Desargues con la introduc-
ción de los puntos al infinito, ası́ dos rectas en el mismo plano siempre
se intersectan.

Demostración. Primeramente, supongamos que los triángulos están en


el mismo plano. Sean los triángulos ABC y ABC en perspectiva, con O
como centro de perspectiva, y hagamos que AB y AB se corten en P ,
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 153

BC y BC en Q y CA y CA en R. Si aplicamos el teorema de Menelao


al triángulo ABO con BAP como transversal, obtenemos
AP BB 0 OA0
= −1.
P B B 0 O A0 A
Análogamente, del triángulo BCO, con BCQ como transversal, se
sigue que

BQ CC 0 OB 0
= −1.
QC C 0 O B 0 B
Y del triángulo CAO con ACR como transversal que

CR AA0 OC 0
= −1.
RA A0 B CC 0
El producto de estas tres ecuaciones nos da

AP BQ CR
= −1.
P B QC RA
Que demuestra que P, Q y R son colineales. Ahora sean dados,
P, Q y R colineales, y consideremos los triángulos AAR y BBQ. Estos
triángulos están en perspectiva con P como centro de perspectiva. Más
aún O, C y C son los puntos de interseccin de sus pares de lados corre-
spondientes. Entonces estos tres puntos son colineales; es decir, la lnea
CC pasa por el punto de intersección de AA y BB. Esto establece el
inverso. La lı́nea en que están P, Q y R es el eje de perspectiva de los
triángulos ABC y ABC.
Veamos ahora la versión tridimensional del teorema, cuando los
triángulos están incluidos en planos distintos no paralelos, es sencilla.
Las rectas determinadas por A y B, y por A0 y B 0 , pertenecientes al
plano determinado por O, A, B, A0 y B 0 , se cortan en un punto que
está situado sobre la recta r de intersección de los planos Π1 y Π1 (se
trata del punto de intersección del plano determinado por los puntos
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 154

O, A, B, A0 , B 0 con la recta r). Lo mismo sucede con los otros dos pares
de rectas. (Si uno de los lados de los triángulos es paralelo a la recta r,
la intersección de las prolongaciones de los dos lados serı́a el punto del
infinito de la recta r, y el resultado sigue siendo válido).

Fig. 7.7: El teorema fundamental de Desargues

Como aplicación del teorema de Desargues tenemos un sencillo


método que permite resolver el siguiente problema: “Utilizando sólo
una regla (sin marcar), trazar por un punto dado la recta que pasa por
el punto de intersección de otras dos rectas dadas que se cortan fuera
de nuestro alcance”.

Fig. 7.8: Aplicación del teorema fundamental de Desargues

Demostración. Sea A el punto dado, y denotemos por p y q las rectas


dadas. Marcamos dos puntos cualesquiera B y C sobre p y q respectiva-
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 155

mente, formando ası́ un triángulo ABC. Trazamos una recta caulquiera


t que corte a los tres lados BC, AC y AB del triángulo ABC dentro de
los lı́mites del dibujo en los puntos P, Q, R respectivamente. Trazamos
ahora una recta (distinta de BC) que pase por P , la cual cortará a
p y q en B 0 y C 0 respectivamente. Las rectas B 0 R y C 0 Q determinan
un punto A0 . Del teorema de Desargues oncluimos que AA0 es la recta
buscada

7.1.2. La razón cruzada.

Como mencionamos anteriormente la razón cruzada, llamada por


Desargues cuatro puntos en involución, es un invariante proyectivo más
fácil de vizualizar que seis puntos en involución, podemos decir que
responde a la siguiente pregunta: ¿Si tenemos k puntos alineados, bajo
que condiciones puede definirse un invariante proyectivo asociado a
ellos?
Sean A, B dos puntos en una recta ` , y A0 , B 0 otros dos puntos
en una recta `0 . Sea O = AA0 ∩ BB 0 el punto de intersección de las
rectas AA0 y BB 0 , es claro que, por proyección desde O el par A, B
se transforma en el par A0 , B 0 . Por otra parte, si tenemos tres puntos
A, B, C en ` y A0 B 0 C 0 en `0 es claro que para poder transformar la
primer terna en la segunda necesitamos al menos dos proyecciones.
Sean O1 y O2 dos puntos distintos en la recta AA0 , y consideremos los
puntos de intersección B1 = BO1 ∩ B 0 O2 , y C1 = CO1 ∩ C 0 O2 . Si `”
es la recta B1 C1 , la terna A, B, C se transformará en A0 , B 0 , B 0 por la
proyección de ` sobre `” desde O1 seguida de la proyección de `0 sobre
`0 desde O2 .
Sin embargo, si se consideran dos cuaternas de puntos alineados,
en general ya no es posible llevar una sobre la otra por proyecciones
y secciones sucesivas. La razón es que existe un invariante proyectivo
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 156

Fig. 7.9: Tres puntos colineales son enviados en tres puntos cualesquiera por medio
de una sucesión de dos proyecciones.

asociado a cuatro puntos alineados, el cual se denomina la razón doble


(también llamada razón cruzada o relación anarmónica). Este concepto
recibió un nuevo impulso a principios del siglo XIX, con la noción
de magnitud con sentido, introducida por Lazare Nicholas-Marguerite
Carnot (1790-1823) en su Geometrı́a de la posición de 1803, y por
August Ferdinand Möbius (1790-1868) en su obra Der Barycentriche
calcul de 1827, lo que dió lugar a una notación más comoda y eficaz.
El tratamiento moderno de la razón doble se debe principalmente a las
obras de Möbius y Chasles.
Consideremos una recta orientada AB, denotaremos por AB la dis-
tancia con su signo o sentido del punto A al punto B, en particular
BA = −AB
La expresión razón doble, o razón cruzada, proviene del hecho de
que esta cantidad queda definida como un cociente de razones simples,
esto es:

Definición 8. Dado un segmento ordinario AB y P un punto colineal


con A y B tal que P 6= B, se denomina la razón simple en la que el
punto P divide al segmento AB al cociente
AP
(AB, P ) =
.
PB
Es claro que esta definición no depende de la orientación asignada
a la recta AB. Por otra parte, si A y B son fijos, y P se desplaza a lo
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 157

largo de la recta que contiene al segmento AB, tanto si P se aleja por


la derecha como por la izquierda, la razón simple (AB, P ) tiende a −1.
Lo cual sugiere definir la razón simple en la que el punto ideal I divide
a un segmento dado como −1, esto es (AB, I) = −1. Por otro lado,
si P = B entonces se conviene representar la razón simple (AB, B)
por el sı́mbolo ∞. De esta forma, hay una correspondencia uno a uno
entre los puntos de la recta ampliada que contiene al segmento AB y
los valores del campo R ampliado con ∞.
Una forma alternativa de calcular la razón simple es la siguiente:

Proposición 17. Si C es cualquier punto de la recta amplicada que


contiene al segmento AB, entonces
OA · sin ∠AOC
(AB, C) = ,
OB · sin ∠COB
donde O es cualquier punto que no pertenece a dicha recta, y donde los
ángulos ∠AOC y ∠COB se considera con signo.

Fig. 7.10: Razón simple

Demostración. Consideremos las alturas h por O sobre AB, h1 por C


sobre OA y h2 por C sobre C sobre OB, entonces:
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 158

h1 h
sin ∠OAC = , de donde h1 = AC sin ∠OAC = AC ,
AC OA
h1
sin ∠AOC = , de donde h1 = OC sin ∠AOC,
OC
y
h2 h
sin ∠OBC = , de donde h2 = CB sin ∠OBC = CB .
CB OB
De donde,

h1
AC sin ∠OAC
=
CB h2
sin ∠OBC
h1 sin ∠OBC
=
h2 sin ∠OAC
OC sin ∠AOC sin ∠OBC
=
OC sin ∠COB sin ∠OAC
OC sin AOC h/OB
= ·
OC sin COB h/OA
OA sin ∠AOC
=
OB sin ∠COB

En el caso en que C fuera el punto ideal, el valor de la razón simple


es, por definición −1.

Dicha expresión muestra que el cociente OA/OB impide la invar-


ianza proyectiva, por lo cual, es necesario cancelar este cociente con-
siderando un cuarto punto. Es decir:

Definición 9. Dados cuatro puntos ordinarios A, B, C, D distintos y


colineales, definimos su razón doble, o razón cruzada, como el cociente
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 159

de las razones simples dado por


(AB, C)
(AB, CD) = .
(AB, D)
La razón doble depende del orden en que se elijan los puntos, aunque
de los 4 valores posibles que puede tomar la razón doble de cuatro
puntos dados, se reducen en realidad a sólo seis.

Proposición 18. La razón doble es una propiedad proyectiva

Fig. 7.11: Razón doble

(AB, C) (OA sin ∠AOC)/(OB sin ∠COB)


(AB, CD) = =
(AB, D) OA sin ∠AOD)/(OB sin ∠DOB)
sin ∠AOC · sin ∠DOB
=
sin ∠AOD · sin ∠COB
sin ∠A0 OC 0 · sin ∠D0 OB 0
=
sin ∠A0 OD0 · sin ∠C 0 OB 0
(OA0 sin ∠A0 OC 0 )/(OB 0 sin ∠C 0 OB 0 )
=
OA0 sin ∠A0 OD0 )/(OB 0 sin ∠D0 OB 0 )
(A0 B 0 , C 0 )
= = (A0 B 0 , C 0 D0 )
(A0 B 0 , D0 )
Observemos que la razón simple se ha definido para puntos ordi-
narios, pero teniendo en cuenta la invarianza por proyección y los con-
venios anteriores, es claro cómo definir la razón doble cuando uno de
los puntos es el ideal, o incluso cuando los cuatro puntos son ideales,
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 160

es decir, están en la recta al infinito, por lo cual, obtenemos un invari-


ante proyectivo asociado a cada cuaterna de puntos alineados del plano
extendido.

Definición 10. Cuatro puntos alineados A, B; C, D tales que su razón


doble (AB, CD) es igual a −1, se dice que forman una cuaterna armónica,
o bien, que el punto B es el conjugado armónico de A con respecto a
C y D.

Por ejemplo, dos puntos ordinarios, su punto medio y el punto ideal


de la recta en la que yacen forman una cuaterna armónica, es decir, el
conjugado armónico del punto medio de un segmento cualquiera es el
punto del infinito de la recta.
De manera similar a la vista en la proposición 2, puede mostrarse
que seis puntos en involución es una propiedad proyectiva.

7.2. Los resultados posteriores a Desargues

A pesar del desprecio generalizado a la obra de Desargues, algunos


matemáticos contemporáneos, al conocer los detalles de su trabajo,
reconocieron el gran talento geométrico del autor. Entre ellos cabe
destacar a Descartes, Pierre de Fermat (1601- 1665) y Blaise Pascal
(1623-1662). Este último, animado por el propio Desargues, obtuvo
interesantes resultados usando el método de proyección y sección. Su
teorema más famoso en geometrı́a proyectiva es conocido como el hex-
agrama mı́stico de Pascal, demostrado a la edad de dieciséis años. La
geometrı́a proyectiva fundada sobre la obra original de Desargues y
sobre el “Ensayo sobre las cónicas”(1640) de Pascal quedó olvidada
rápidamente hasta el punto de que los escasos ejemplares de estas
obras se perdieron. Los métodos proyectivos en geometrı́a no volvieron
a ser considerados hasta finales del siglo XVIII, cuando el matemático
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 161

francés Gaspard Monge (1746-1818) desarrolló su geometrı́a descrip-


tiva, que incluı́a una forma de representar y estudiar objetos tridi-
mensionales a través de sus proyecciones sobre ciertos planos. La ge-
ometrı́a sintética, es decir, la que sólo usa argumentos puramente ge-
ométricos, habı́a sido eclipsada durante casi dos siglos por la geometrı́a
analı́tica de Descartes, hasta que Monge junto con un grupo de bril-
lantes estudiantes, entre ellos Charles Julien Brianchon (1785-1864) y
Jean-Victor Poncelet (1788-1867), se lanzó a la difı́cil batalla de in-
tentar demostrar que los argumentos sintéticos podı́an ir más allá que
los analı́ticos. Pero el resurgimiento real de la geometrı́a proyectiva
fue debido a Poncelet, quien durante su estancia como prisionero de
guerra en Saratoff (Rusia) a raı́z de su participación como oficial en
la campaña napoleónica, reconstruyó sin la ayuda de ningún libro sus
conocimientos sobre geometrı́a, obtuvo nuevas aportaciones a la teorı́a
proyectiva y concibió esta materia como una rama totalmente nueva
y autónoma. Tras su libertad publicó en Parı́s en 1822 su gran obra
sobre geometrı́a proyectiva: “Tratado de las propiedades proyectivas
de las figuras”. A raı́z de esta obra fueron muchos los matemáticos
que hicieron aportaciones a la geometrı́a proyectiva, entre los que se
encontraron Joseph Diez Gergonne (1771-1859), Michel Chasles (1793-
1880), Jakob Steiner (1796-1863), Karl Georg Christian von Staudt
(1798-1867), Julius Plücker (1801-1868), Arthur Cayley (1821-1895),
Luigi Cremona (1830-1903), Edmond Laguerre (1834-1886), Theodor
Reye (1838-1919), Moritz Pasch (1843-1930), Felix Klein (1849-1925),
Federigo Enriques (1871- 1946), Gino Fano (1871-1952), John Wes-
ley Young (1879-1932) y Oswald Veblen (1880-1960). Durante el siglo
XIX la mayorı́a de los resultados de Desargues y de Pascal a los que
hemos aludido anteriormente tuvieron que ser redescubiertos de forma
independiente por geómetras de la época. Afortunadamente Chasles
encontró en una librerı́a en 1845 una copia manuscrita del tratado de
7. Los Inicios de la Geometrı́a Proyectiva 162

Desargues, que habı́a sido realizada por Philippe de la Hire (1640-


1718). Desde entonces el trabajo de Desargues fue situado en el lugar
que le correspondı́a y fue reconocido por todos como un clásico en el
desarrollo de la geometrı́a proyectiva.
BIBLIOGRAFı́A

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primera edicion, Akal, España, Madrid, 1996.

[2] Albrecht Durer y Walter L. Strauss, , The Human Figure:


the Complete Dresden Sketchbook ,primera edicion , Dover Publi-
cations, USA, New York, 1972

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más sorprendente del mundo, primera edicion, Ariel, España,
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[4] Leon Battista Alberti,De la pintura, Colección MATHEMA,


primera edicion en español, UNAM, México, DF, 1996.

[5] Leonardo Da Vinci,Tratado de la pintura, primera edicion, Dis-


tal, Argentina, Buenos Aires, 2005.

[6] Gyorgy Doczi,El poder de los limites, primera edicion, Troquel,


Argentina, Buenos Aires, 1996.

[7] Santos Balmori,Aurea Mesura, primera edicion, UNAM, Mexi-


co, DF, 1978.

[8] J.V. Field,The invention of infinity, Oxford University Press


Inc.,USA, New York, 1997.

[9] Euclides,Óptica
LA DIVINA PROPORCIÓN Y EL PENTAGRAMA PITAGÓRICO

Pitágoras como profeta religioso y como matemático ha tenido una influencia


inconmensurable, y los dos campos de su actividad no distan tanto el uno de otro
como puede parecer a una mente moderna.
B.RUSSELL. Historia de la Filosofía Occidental, Austral, Madrid, 1995, Vol.1, Libro 1, p.72.

Mefistófeles: – Hay un pequeño obstáculo que me impide salir de aquí, y es esa


estrellita de cinco picos [pentagrama pitagórico] que se atraviesa en el umbral. ...
Fausto: – ¿Te preocupa el pentagrama? ...
W.GOETHE. Fausto. Escena tercera de la primera parte (diálogo entre Fausto y
Mefistófeles). Aguilar. Madrid, 1968. p.59.

Así como Dios confiere el Ser a la virtud celeste, llamada quintaesencia, y


mediante ella a los otros cuerpos simples –es decir, a los cuatro elementos: tierra,
agua, aire y fuego –que tienen su forma propia: cubo, icosaedro, octaedro,
tetraedro [...], nuestra santa proporción confiere el ser formal, según el antiguo
Platón en su Timeo, al cielo mismo, atribuyéndole la figura del dodecaedro.
LUCA PACIOLI. La Divina Proporción. Akal. Madrid, 1991. Cap. V, p.42.

La Geometría tiene dos grandes tesoros, uno es el Teorema de Pitágoras y el otro


es la Sección Áurea; si el primero es una joya de oro, el segundo viene a ser una
piedra preciosa.
J.KEPLER. Mysterium Cosmographicum. Tubinga, 1596.

La Sección áurea o Divina Proporción es uno de los capítulos más curiosos de la Geometría
pitagórica, donde se entremezclan los aspectos propiamente matemáticos con otros de
naturaleza mística y esotérica. Como tópico pitagórico aparece a lo largo de Los Elementos de
Euclides en los Libros II, IV, VI y XIII. En los Libros II y VI aparece la cuestión en relación con la
propia construcción geométrica de la «división de un segmento en media y extrema razón»,
que así llamaban los griegos a la subdivisión de un segmento en forma áurea, en el ámbito de
la Aplicación de las Áreas del Álgebra Geométrica, es decir, la resolución geométrica de
ecuaciones. En el Libro IV, la sección áurea se aplica a la construcción del triángulo áureo
vinculado a la inscripción del pentágono regular en un círculo. En el Libro XIII, tras el estudio
del propio pentagrama místico pitagórico, se demuestran bellísimas propiedades que vinculan
de forma áurea los lados de polígonos inscritos en un mismo círculo.
Además de sus hermosas propiedades geométricas, la Divina Proporción tiene mucha relación
con los números de Fibonacci, de donde surge su valor en la explicación de la belleza en la
naturaleza. Pero donde su aplicación es omnipresente es en la creación artística. Allí donde
haya una especial intensificación de la belleza y la armonía de las formas, se encontrará la
Divina Proporción, empezando por la naturaleza, de donde muchos artistas extraen su
inspiración. Por todo lo dicho, la Divina Proporción ha fascinado, cultura tras cultura, y ha
propiciado importantes especulaciones filosóficas, teológicas, científicas, estéticas e incluso
mágicas, desde que la humanidad empieza a reflexionar sobre las formas geométricas que
conforman el universo, siendo el Pitagorismo el sistema de pensamiento que empieza a dar
consistencia racional a toda esta doctrina, hasta llegar a Gaudí y Dalí, en nuestro tiempo.

La Sección áurea o Divina Proporción.


La Sección áurea en Los Elementos de Euclides.
El número áureo y los números de Fibonacci.
El rectángulo áureo y las espirales áureas.
La Divina Proporción en la Belleza y el Arte.
La obra de Luca Pacioli La Divina Proporción.
El Pentagrama místico pitagórico. Geometría y Mística.
El triángulo áureo.
El simbolismo del Pentagrama místico pitagórico.
Bibliografía.

75
76
La Sección áurea o Divina Proporción
La Sección áurea o Divina Proporción es uno de los tópicos de la Geometría pitagórica más
fascinantes por la decisiva influencia que ha tenido sobre el Arte, la Mística, la Biología e
incluso la Magia.
Aunque Euclides realiza una construcción equivalente a la Sección Áurea en la Proposición
II.11. de Los Elementos, introduce la noción en la Definición VI.3:
«Se dice que un segmento está dividido en media y extrema razón cuando el
segmento total es a la parte mayor como la parte mayor es a la menor».

A C AC BC
=
B BC AB
Esta subdivisión de un segmento era tan familiar y habitual para los antiguos griegos que no
sintieron la necesidad de darle un nombre concreto para designarla, se la llamaba «división
de un segmento en media y extrema razón» o de forma sucinta y lacónica «la sección».
Desde los tiempos de Luca Pacioli se la denomina «la Divina Proporción» y Leonardo da
Vinci y Kepler (para quien era «una piedra preciosa de la Geometría») la llaman «la Sección
Áurea».
Tomando AB=1, BC=x, la razón áurea se escribirá: (x+1)/x = x/1. Al número x se le llama el
«número de oro». Tradicionalmente se le representa por la letra griega φ, que es la inicial del
nombre del artista griego Fidias, escultor y arquitecto del Partenón. Así pues, φ es la
solución de la ecuación: φ2-φ-1=0, cuya raíz positiva es:

φ = (1+ 5 )/2 = 1,61803399...


La otra raíz es:

φ' = (1- 5 )/2 = -0,61803399...


Ambas verifican al ser soluciones de una ecuación cuadrática:
φ + φ' = 1
φ · φ' = -1
Una de las propiedades más curiosas de la sección áurea es que es «auto-reproductiva»
(Euclides XIII.5), lo cual no es más que una ratificación de su relación con la sucesión de
Fibonacci, según se verá más adelante.
Sea un segmento RS y un punto P1 que lo divide de forma áurea, siendo RP1 el segmento
más largo. Ahora si sobre RP1 tomamos el punto P2 de forma que RP2=P1S, entonces el
segmento RP1 queda subdivido a su vez de forma áurea por el punto P2. Si tomamos un
nuevo punto P3 sobre RP2 de forma que RP3=P1P2, entonces el segmento RP2 queda
dividido por P3 de forma áurea. El procedimiento se puede iterar indefinidamente,
obteniéndose un segmento RPn, cada vez más pequeño, dividido de forma áurea por un
punto Pn+1.

R S R,P1,S, en proporción áurea


P3 P2 P1

En efecto, al estar R,P1,S, en proporción áurea:


RS RP1 RP1 RS − RP1 P S RP2
= = = [Euclides 5.19] = = 1 =
RP1 P1S RP2 RP1 − RP2 P2P1 P2P1

RP1 RP2
Así pues, = , es decir, R,P2,P1, están en proporción áurea.
RP2 P2 P1

77
La Sección áurea en Los Elementos de Euclides
Como tema importante de la Geometría pitagórica, la Sección áurea aparece de forma
notable en Los Elementos de Euclides en los Libros II, IV, VI y XIII.
En orden a acercarnos a la forma pitagórica original de la resolución de ecuaciones (lo que
se llama, según el término acuñado por Zheuthen, el «Álgebra Geométrica» de los griegos,
que nutre el Libro II de Los Elementos de Euclides, de origen totalmente pitagórico), veamos
la construcción geométrica de la Sección Áurea.
La construcción de la sección áurea requiere la resolución de una ecuación cuadrática. En
efecto, sea el segmento AB=a, dividido por el punto H de forma áurea, siendo AH=x el
segmento mayor de la división; la propiedad áurea se escribe:
a/x = x/(a-x), de donde se obtiene la ecuación: x2=a2–ax, cuya resolución algebraica
Pitágoras debió aprender de los babilonios. No obstante es plausible que Pitágoras la
resolviera por un procedimiento análogo al que encontramos en Los Elementos de Euclides
II.11 y VI.30 :
Euclides II.11: «Dividir una recta en dos partes de modo que el rectángulo comprendido por
la recta entera y por una de sus partes sea equivalente al cuadrado de la otra parte».
Euclides VI.30. «Dividir un segmento en media y extrema razón».
Para dividir un segmento AB en media y extrema razón,
F G Euclides construye en la Proposición II.11 el cuadrado ABCD
de lado AB, divide el segmento AC en dos partes iguales
mediante el punto E, traza el segmento EB y extiende el
segmento CEA hasta F de manera que EB=EF. Por último
A H B obtiene el punto H buscado completando el cuadrado AFGH.
Se comprueba que H resuelve el problema mostrando
fácilmente que AB/AH = AH/HB.
En efecto: hay que probar que AH2=AB·HB, equivalente a que
E el cuadrado de lado AH sea igual en área al rectángulo de
lados BD y HB, equivalente a su vez a que el rectángulo de
lados FC y FG sea equivalente al cuadrado de lado AB.
Ahora bien según Euclides I.47 (Teorema de Pitágoras), se
C D tiene:EB2 = AE2+AB2 . Además, se verifica:
EB2 = EF2 = (AF+AE)2 = AF2+AE2+2AE·AF = AF2+AE2+AC·AH = AE2+FC·FG.
Simplificando AE2 de ambas expresiones resulta: AB2 = FC·FG, lo que había que probar.

LA DIVINA PROPORCIÓN EN LOS ELEMENTOS DE EUCLIDES

La Proposición II.11 de Los Elementos de Euclides en la edición de E.Ratdolt (Venecia, 1482). Este
ejemplar procede de la Biblioteca Monástica de Yuso del Monasterio de San Millán de la Cogolla.
Esta proposición euclídea contiene el fundamento geométrico de la Seción Áurea mediante la
solución geométrica de la ecuación cuadrática ax+x2=a2 por el método de Aplicación de las Áreas.
78
LA DIVINA PROPORCIÓN EN LOS ELEMENTOS DE EUCLIDES

La Proposición XIII.1 sobre propiedades de la división de un segmento en media y extrema razón en


la edición de Zamberti de Los Elementos de Euclides de 1505.
Previamente al estudio de los poliedros, Euclides estudia en la seis primeras proposiciones del
Libro XIII nuevas propiedades de la división de un segmento en media y extrema razón, que,
quizá, hubieran estado mejor ubicadas a continuación de la Proposición II.11, completando la parte
de Álgebra Geométrica del Libro II. No obstante, estos resultados son una especie de lemas
requeridos para pruebas posteriores. Se cree que proceden de Eudoxo, pues Proclo escribe en su
Comentario que Eudoxo «hizo progresar las cuestiones relativas a la sección a partir de Platón». Se
supone que se trata de la sección áurea.
Los enunciados de estas proposiciones son los siguientes:
• Proposición XIII.1. Si se divide una recta en media y extrema razón, el cuadrado del segmento
mayor junto con el de la mitad de la recta entera es cinco veces el cuadrado de la mitad.
• Proposición XIII.2. Si el cuadrado de una línea recta es cinco veces el de un segmento parte de
ella, cuando se divide el doble de este segmento en media y extrema razón, el segmento mayor
es la parte que queda de la recta inicial.
• Proposición XIII.3. Si se divide una recta en media y extrema razón, el cuadrado del segmento
menor junto con el de la mitad del segmento mayor es cinco veces el cuadrado de la mitad del
segmento mayor.
• Proposición XIII.4. Si se divide una recta en media y extrema razón, el cuadrado de la recta
entera y el del segmento menor juntos, son el triple del cuadrado del segmento mayor.
• Proposición XIII.5. Si se divide una recta en media y extrema razón, y se le añade otra recta igual
al segmento mayor, la recta entera queda dividida en media y extrema razón, y la recta inicial es
el segmento mayor.
• Proposición XIII.6. Si una recta expresable [racional] se divide una recta en media y extrema
razón, cada uno de los segmentos es la recta sin razón expresable [irracional] llamada apótoma.

79
El número áureo y los números de Fibonacci
A partir de la relación φ2-φ-1=0 que verifica el numero áureo, se obtienen las expresiones:
1
φ = 1+ φ ,φ = 1+ , de donde por aplicación reiterada de las mismas obtenemos las
φ
siguientes expresiones infinitas para φ:

1
φ = 1+ 1+ 1+ 1+" , φ = 1+
1
1+
1
1+
1
1+
1+"
Por otra parte, calculando las sucesivas potencias de φ, se obtiene:
φ0=0+1=1+0, Busto de Leonardo de
Pisa, conocido por
φ1=0+φ=1+(1/φ), Fibonacci, en una estatua
de Pisa.
φ2=1+φ=2+(1/φ), Fibonacci es uno de los
matemáticos medievales
φ3=1+2φ=3+(2/φ), más importantes. A él se
φ4=2+3φ=5+(3/φ), debe la famosa sucesión
que lleva su nombre: {1,1,
φ5=3+5φ=8+(5/φ), 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, ...},
aplicada al estudio del
φ6=5+8φ=13+(8/φ), crecimiento armónico en
la naturaleza e
φ7=8+13φ=21+(13/φ), íntimamente vinculada a
la Proporción Áurea.
φ8=13+21φ=34+(21/φ),
de donde se advierte la relación entre el número de oro y la sucesión de Fibonacci definida
mediante Fn+1= Fn+Fn-1, n≥1, F1=1, F2=1.
Fn+1 1 Fn
Ya que = 1+ , se deduce que el límite Lím n→∞ es igual al número de oro φ,
Fn Fn Fn−1
Fn−1
resultado que expresa la propiedad que publicó en 1753 el matemático escocés R.Simpson
en la revista Philosophical Transactions:
«La razón de un término y el siguiente, en la sucesión de Fibonacci, se acerca al
número de oro, a medida que se avanza en ella.»

El vínculo entre el número de oro φ y la sucesión de Fibonacci explica, como veremos, la


admirable influencia de la Divina Proporción en la conformación de la belleza en la
naturaleza.
Al investigar las relaciones entre los términos de la sucesión de Fibonacci y el número de
oro, el matemático Binet descubrió la siguiente relación:

1  1 + 5   1 − 5  
n n
1 1 n +1 n 
Fn =   −   =  n + ( −1) φ  .
5  2   2   5 φ 
 
A partir de esta fórmula se obtiene una expresión para el cociente del límite anterior:
Fn 1 + ( −1)n+1 φ2n
=φ .
Fn+1 1 + ( −1)n+ 2 φ2n+ 2

80
El rectángulo áureo y las espirales áureas
Un rectángulo AFGD se llama áureo cuando las dimensiones guardan las proporciones
áureas. La Proposición II.11 de Euclides nos permite realizar la construcción de un
«rectángulo áureo» a partir de un cuadrado ABCD.

A E B F
En la construcción AE=EB y EF=EC.
Observamos que si AE=EB=1, al ser BC=2, por el
Teorema de Pitágoras EC= 5 , por tanto
AF=1+ 5 . Luego efectivamente los lados del
rectángulo AFGD están en proporción áurea:
AF 1 + 5
= = φ.
AD 2
D C G

La constatación del carácter áureo del rectángulo AFGD AF/FG=FG/BF determina que los
rectángulos AFGD y BFGC son semejantes y por tanto éste último también es áureo. Esto
muestra el carácter auto-reproductivo del rectángulo áureo.
En efecto, si partimos de un rectángulo áureo ABCD, sustrayendo el cuadrado AEFD de
lado la dimensión menor AB del rectángulo, resulta que el rectángulo EBCF es áureo. Si
ahora de éste sustraemos el cuadrado EBGH, el rectángulo resultante HGCF es áureo. Este
proceso se puede reproducir indefinidamente, obteniéndose una sucesión de rectángulos
áureos encajados que convergen hacia el polo O de una espiral logarítmica.

La espiral logarítmica vinculada a los rectángulos áureos gobierna el crecimiento armónico de muchas
formas vegetales (flores y frutos) y animales (conchas de moluscos), aquellas en las que la forma se
mantiene invariante. Se trata de un crecimiento gnomónico cuyo ejemplo más visualmente representativo
es la concha del Nautilus.

La espiral logarítmica ha cautivado, por su belleza y propiedades, la atención de


matemáticos, artistas y naturalistas. Se le llama espiral equiangular (el ángulo de corte del
radio vector con la curva es constante, Descartes), espiral geométrica (el radio vector crece
en progresión geométrica mientras el ángulo polar decrece en progresión aritmética, Halley).
J.Bernouilli fascinado por sus encantos la llamó spira mirabilis rogando que fuera grabada
en su tumba.

81
La Divina Proporción en la Belleza y el en el Arte
Importantes especulaciones filosóficas, teológicas, naturales y estéticas han surgido en
torno a la Divina Proporción desde que la humanidad empieza a reflexionar sobre las formas
geométricas que conforman el mundo, siendo el pitagorismo quien comienza a dar
consistencia racional a toda esta doctrina. La Sección Áurea está presente en el arte sacro
de Egipto, la India, China y el Islam, domina el arte griego, persiste, aunque oculta, en la
Arquitectura gótica de la Edad Media y resurge para su consagración en el Renacimiento.
Puede decirse que donde haya una especial intensificación de la belleza y la armonía de las
formas, ahí se encontrará la Divina Proporción, por ejemplo en muchos aspectos de la
naturaleza, de donde muchos artistas extraerán su inspiración.
La Divina Proporción, sobre todo en forma de rectángulo áureo, constituye uno de los
métodos canónicos de composición para obras de arte más utilizados por toda clase de
artistas a lo largo de toda la Historia del Arte. Mencionemos a título de ejemplo algunas
obras, que según numerosos estudios, son emblemáticas de la utilización de las
proporciones áureas:
• Arquitectura: la gran Pirámide de Keops, el Partenón, la Tumba rupestre de Mira, el
templo de la Concordia de Agrigento, El arco de Septimio Severo, la gran muralla china,
la Puerta de la muralla de Bagdad, San Pablo de Londres, El Castillo de Windsor, Santa
María de las Flores de Florencia, Palacios de la Plaza de la Concordia de París, la
fachada de la Universidad de Salamanca, etc.
• Pintura: el Bautismo de Cristo de P. della Francesca, la Primavera de Boticelli, la Santa
Cena y la Anunciación de Leonardo, San Miguel abatiendo al demonio y la bella
Jardinera de Rafael, La Creación de Miguel Ángel, Los Pastores de la Arcadia de
Poussin, las Meninas de Velázquez, Saturno devorando a sus hijos de Goya, el Cristo
(Corpus Hipercubicus ) y «Leda atómica (el famoso cuadro representando a Gala),
ambos de Dalí, etc.
En cuanto a escultura son legión las obras que guardan las proporciones áureas ya que es
precisamente en el cuerpo humano donde podemos descubrir el significado físico y
metafísico del número de oro, tal y como lo expresa el aforismo de Heráclito y de
Protágoras: «El hombre es la medida de todas las cosas». Numerosos trabajos a caballo
entre el Arte y la Anatomía establecen que la Divina Proporción interviene en el canon ideal
de la belleza humana, en particular en las dimensiones del rostro y de la mano.
Quizá sea Vitrubio en su obra De Architectura quien más explícitamente trata estas
cuestiones, en relación con proporciones medias e ideales del cuerpo. Según Vitrubio, los
escultores griegos habían estudiado con profundidad las proporciones del cuerpo humano,
esculpiendo sus obras según las dimensiones áureas como lo habían hecho los arquitectos
en los templos y monumentos. Para Vitrubio mientras los órganos sexuales dividen en dos
mitades exactas el cuerpo humano, el ombligo divide al cuerpo de acuerdo con la sección
áurea. No obstante, al nacer, el ombligo divide al niño exactamente en dos, y en el curso de
la maduración el ombligo se traslada al punto de la división áurea. La descripción que con
todo detalle realiza Vitrubio es plasmada por la genialidad artística de Leonardo da Vinci en
su diseño más conocido sobre la figura humana: «El Hombre de Vitrubio».
La proporción de oro es una razón que desde sus orígenes pitagóricos ha fascinado cultura
tras cultura. A partir del Renacimiento se convirtió en la proporción utilizada por arquitectos,
pintores, escultores, impresores y diseñadores y en nuestra época las múltiples
proporciones áureas presentes en el cuerpo humano influyeron sobre el arquitecto Le
Corbusier en muchos de sus proyectos. Duckworth encontró en Princeton en 1940 que la
Divina Proporción presidía la longitud de los parágrafos de La Eneida de Virgilio y Lendvay
ha demostrado que Bela Bartok usó la razón áurea en sus composiciones. También ciertos
estudios musicales (alguno publicado en revistas tan prestigiosas como American Scientist)
han establecido el uso de la proporción de oro en algunas composiciones de Mozart,
Beethoven, Schubert, Debussy y Satie. Todo ello ha llevado a plantearse si los artistas han
usado la Divina Proporción de forma consciente como una referencia para su trabajo
creativo o inconscientemente debido a la ubicuidad de esta razón en el mundo que nos
rodea ya que vivimos en un mundo proporcionado por la razón áurea.
82
PROPORCIONES ÁUREAS
EN LA PIRÁMIDE DE KEOPS
El área total de la pirámide y el área lateral se encuentran en proporción áurea, y
también lo están el área lateral y el área de la base.
Demostración :
La altura de la
pirámide es de 146
metros, y tiene por
base un cuadrado de
230 metros de lado
sobre el que se
apoyan 4 triángulos
equiláteros.

El área del cuadrado de la base es: AB = lado·lado = 230·230 = 52900

Para calcular el área de cada triángulo hay que conocer su altura, ya que se conoce
su base que es 230.
Se forma un triángulo rectángulo con la altura de la pirámide(146), la altura de
cada triángulo(h) y la mitad de la base (115).

Se aplica el Teorema de Pitágoras :


h2 = 1152 + 1462 = 34541
h=185,8521 m.
At: = área del triángulo = 230·185,8521/2=21372,9905 m2
AL = área lateral = 4·21372,9905 = 85491,9622 m2
AT = área total = AB + AL =2302 + 85491,9622 = 138391,9622 m2

Por tanto, la relación entre las diferentes áreas será:


AT/AL=1,618 ≈ φ y AL/AB=1,618 ≈ φ .
es decir, el número de oro ya aparece hace 4500 años.
Herodoto escribe:
«Según los sacerdotes egipcios las proporciones
establecidas para la Gran Pirámide entre el lado de
la base y la altura eran tales que el cuadrado
construido sobre la altura vertical era exactamente
igual al área de cada una de las caras triangulares».
x x
Teorema de Pitágoras x+1=x2, luego x=φ.

El perímetro del cuadrado de la base de la "Gran Pirámide" es sensiblemente igual


a la circunferencia cuyo radio es la altura de la pirámide: Cálculo de π

8 = 2 π φ ; π = 4 / φ = 4 / 1,618 = 4 / 1, 272 = 3.144654

83
LA DIVINA PROPORCIÓN EN
EL PARTENÓN DE ATENAS

La Divina Proporción aparece expresamente en el Partenón en las razones:


AB/CD, AC/AD, CD/CA, DE/EA, según el análisis armónico geométrico que aparece en la
obra de M.C.Ghyka, Estética de las Proporciones en la Naturaleza y en las Artes (Poseidón.
Barcelona, 1983, P.202).

84
LA DIVINA PROPORCIÓN EN
SANTA MARÍA NOVELLA DE FLORENCIA

Fachada de Santa María


Novella de Florencia.

La Divina Proporción en
su forma de rectángulo
áureo está presente en
buena parte de la
geometría de la fachada
de Santa María Novella
de Florencia.

85
EL HOMO CUADRATUS DE LEONARDO

1. El Homo Cuadratus de Leonardo (Academia de Bellas Artes.


Venecia).
2. Autorretrato de Leonardo da Vinci (Biblioteca Real, Turín).
El Homo Cuadratus es un diseño de Leonardo de la figura humana
bajo los cánones de Vitrubio, por eso se llama también El Hombre
de Vitrubio. Iba a formar parte de un futuro Tratado de la Pintura
de Leonardo, pero al final pudo contemplarse por primera vez en
1511, formando parte de una reedición del tratado De Architectura
de Vitruvio, como ejemplo de las proporciones ideales del cuerpo
de un hombre, que puede inscribirse tanto en un círculo como en
un cuadrado. El círculo está centrado en el ombligo y el cuadrado
en los genitales. Las proporciones ideales del cuerpo humano
corresponden a la razón áurea entre el lado del cuadrado y el radio
del círculo.

86
LAS PROPORCIONES ÁUREAS EN
MONUMENTOS EMBLEMÁTICOS

Comprobación empírica mediante el compás áureo de las proporciones áureas que guardan
algunas dimensiones de magníficas construcciones como la Puerta de Bagdad, la Gran Muralla
China, El Castillo de Windsor y San Pablo de Londres.

LA PROPORCIÓN ÁUREA EN EL DISEÑO DE TARJETAS.

La Divina Proporción en su forma de rectángulo de oro se aplica en la actualidad al diseño de


elementos de uso muy común como las tarjetas.
87
LA DIVINA PROPORCIÓN
COMPONENTE MATEMÁTICO DE LA BELLEZA

Comprobación empírica mediante el compás áureo de las proporciones áureas que guardan algunas
dimensiones de tallos con hojas, flores, insectos y pájaros. La Divina Proporción es un componente
matemático de la belleza natural.

Comprobación empírica mediante el compás áureo de las proporciones áureas que guardan
las dimensiones de algunos objetos.

La Divina Proporción o Sección Áurea se encuentra por doquier, con tal de que se la quiera
buscar. Y en la actualidad, donde el diseño juega un papel esencial en el consumo, la
Divina Proporción incide decisivamente en la conformación de muchos objetos.

88
La obra de Luca Pacioli La Divina Proporción
La Divina Proporción de Luca Pacioli (Venecia, 1509) es una de las obras más significativas
del ambiente científico y artístico de la Italia de finales del siglo XV, convirtiéndose en uno de
los puntos de partida de los numerosos estudios dedicados a las proporciones en el cuerpo
humano y en el Arte que se escribieron a lo largo del Renacimiento. La obra responde a la
visión filosófica, teológica y estética del neopitagorismo y neoplatonismo que interpretaban
la imagen del universo como un macrocosmos concebido armónicamente, en el que el
hombre y su visión a través del Arte sería un microcosmos reflejo del supremo orden
universal. En el tratado la razón áurea es concebida como
principio universal de la belleza y como modelo de
evolución de las formas que conservan la imagen de
perfección de la unidad divina original, como manifestación
de la afinidad del mundo creado con la perfección de su
fuente divina y de su potencial evolución futura.
En los primeros capítulos de su obra, La Divina
Proporción, Luca Pacioli se refiere a las propiedades y
«singulares efectos» de la sección áurea, para pasar
después a estudiar de forma muy profunda, con
argumentos teológicos y filosóficos, las propiedades
geométricas y místicas de los poliedros regulares bajo una
orientación totalmente inspirada en la cosmogonía
platónica del Timeo.
Previamente, Luca Pacioli escribe un auténtico panegírico
sobre la concepción y el supremo grado de certeza de las
diversas ciencias matemáticas, alude a los beneficios que
producen en el estudio de todo tipo de disciplinas desde la
Filosofía y la Teología a las Leyes y la ciencia militar, al
La Divina Proporción de Luca Pacioli, contener sus propios fundamentos, y pone como hitos
Akal, Madrid, 1991.
De esta edición se toman las
históricos fundacionales de la Matemáticas los trabajos de
referencias, con indicación de página. Pitágoras, Platón, Euclides y Arquímedes.

En el Capítulo II de La Divina Proporción, Luca Pacioli escribe (Akal, Madrid, 1991, p.33):
Proemio del presente tratado llamado La Divina Proporción
«Las Matemáticas son el fundamento y la escala para llegar al conocimiento de cada una
de las demás ciencias, por encontrarse en el primer grado de certeza, como afirma el
filósofo cuando dice “Mathematicae enim scientiae sunt in primo grado certitudinis et
naturales sequuntur eas”. Como se ha dicho, las ciencias y disciplinas matemáticas se
encuentran en el primer grado de certeza y las siguen todas las ciencias naturales; y sin el
conocimiento de aquellas se hace imposible. Igualmente está escrito en la sabiduría que
“omnia consistunt in numero, pondere et mensura”, es decir, que todo aquello que se
encuentra distribuido por el universo inferior y superior se reduce necesariamente a
número, peso y medida.»

Y en el Capítulo III de la obra de Luca Pacioli podemos leer (Akal, p.38):


Lo que de be entenderse por los vocablos «matemático» y »disciplinas matemáticas»
«El vocablo matemática es griego, derivado de la palabra que en nuestra lengua equivale
a decir disciplinable; y, para nuestro propósito, por ciencias y disciplinas matemáticas se
entienden la aritmética, la geometría, la astronomía, la música, la perspectiva, la
arquitectura y la cosmografía, así como cualquier otra dependiente de éstas. Sin embargo,
comunmente los sabios consideran como tales a las cuatro primeras, es decir, la
aritmética, la geometría, la astronomía y la música, llamando a las demás subalternas. Así
lo quiere Platón y Aristóteles, Isidoro en sus Etimologías y Boecio en su Aritmética.»

89
LA DIVINA PROPORCIÓN DE LUCA PACIOLI

1. Fragmento de un cuadro atribuido por J. De Barbari en 1495 (Museo de Capidemonte, Nápoles)


que retrata a Luca Pacioli en un ambiente místico con elementos geométricos relativos a una
página de Euclides, en relación con los poliedros y la sección áurea, que el franciscano estudiará
en su famosa obra La Divina Proporción.
2. Primera página de la obra de Luca Pacioli La Divina Proporción (Venecia, 1509) ilustrada de
forma bellísima por Leonardo da Vinci. A pesar del título, la obra está dedicada sobre todo a un
exhaustivo estudio de los poliedros.

A LA DIVINA PROPORCIÓN
A ti, maravillosa disciplina,
media, extrema razón de la hermosura
que claramente acata la clausura
viva en la malla de tu ley divina.
A ti, cárcel feliz de la retina,
áurea sección, celeste cuadratura,
misteriosa fontana de mesura
que el universo armónico origina.
A ti, mar de los sueños angulares.
flor de las cinco formas regulares,
dodecaedro azul, arco sonoro.
Luces por alas un compás ardiente.
Tu canto es una esfera trasparente.
A ti, divina proporción de oro.

Rafael Alberti El bellísimo soneto del ilustre poeta gaditano


R. Alberti sobre la Divina Proporción, cierra
con broche de oro lírico el Proemio de la
edición de Editorial Losada (Buenos Aires,
1946) de La Divina Proporción de Luca Pacioli.

90
LA DIVINA PROPORCIÓN Y LOS ATRIBUTOS DE DIOS
SEGÚN LUCA PACIOLI
El propio nombre que acuña Luca Pacioli –Divina Proporción– sintetiza las
correspondencias que guarda la razón áurea con los atributos de la Divinidad,
relacionados en el Capítulo V de la obra (Akal, Madrid, 1991, pp. 41–42) :

Del título que conviene al presente tratado o compendio


«Páreceme, que el título conveniente a nuestro tratado ha de ser el de La Divina Proporción,
y ello por numerosas correspondencias de semejanza que encuentro en nuestra proporción,
de la que tratamos en este utilísimo discurso, que corresponden a Dios mismo. Para nuestro
propósito será suficiente considerar cinco de ellas, entre otras :

1. «Es una sola y no más, [...], y dicha unidad


es el supremo epíteto de Dios mismo».
2. La Divina Proporción se corresponde con la
Santísima Trinidad: «Así como in divinis
hay una misma sustancia entre tres
personas, [...], de igual modo una misma
proporción se encontrará siempre entre tres
términos, [...]. ».
La correspondencia que expresa Luca Pacioli se
φ+1
interpreta mediante la relación: =φ .
φ
Los tres términos del primer miembro con las
operaciones de suma y cociente son como las
tres personas de la Santísima Trinidad, que, sin
embargo, constituyen el único Dios,
permaneciendo idéntico a sí mismo [= φ].
3. Así como Dios es indefinible, también la
Divina Proporción «no puede nunca
determinarse con un número inteligible,
[...]», (es irracional).
4. «[...] Dios nunca puede cambiar y está en
todo», así también es la Divina Proporción.
5. «Así como Dios confiere el Ser a la virtud
celeste, llamada quintaesencia, y mediante
ella a los otros cuerpos simples –es decir, a
los cuatro elementos: tierra, agua, aire y
fuego– que tienen su forma propia: cubo,
Dedicatoria al Duque de Milán en la primera icosaedro, octaedro, tetraedro [...], nuestra
página de La Divina Proporción de Luca santa proporción confiere el ser formal,
Pacioli, El autor llama a la obra Epístola sobre según el antiguo Platón en su Timeo, al cielo
la Divina Proporción. mismo, atribuyéndole la figura del
dodecaedro, [...] ».

91
92
El Pentagrama místico pitagórico. Geometría y mística
Buena parte de la Geometría pitagórica en relación con los
poliedros y con la sección áurea, tuvo que ver con el pentágono
regular.
La figura de la estrella de cinco puntas que se forma al trazar las
cinco diagonales de una cara pentagonal de un dodecaedro
regular, llamado pentágono estrellado, Pentacle, Pentalfa o
pentagrama místico, parece haber sido una especie de símbolo
esotérico de identificación, a modo de anagrama, de la Escuela
Pitagórica (según Jámblico en su obra, Vida de Pitágoras). Por eso
los pitagóricos estudiaron exhaustivamente la construcción y propiedades del pentagrama.
El Pentagrama místico fue uno de los tópicos geométricos más importantes de la Escuela
pitagórica por sus bellísimas propiedades geométricas de las que nace su simbolismo
místico que será ampliamente desarrollado en el capítulo quinto. Además, según veremos,
el Pentagrama místico pudo estar en la base del más importante hallazgo científico de los
pitagóricos: el descubrimiento de las magnitudes inconmensurables, una de las causas de la
profunda crisis que arruinó a la cofradía pitagórica.
De momento digamos que una de las curiosas propiedades del Pentagrama, que imponía
respeto a los pitagóricos era su «unicursalidad»: «la estrella pentagonal puede ser trazada
por el movimiento de un punto sin pasar dos veces por el mismo lado»
Una segunda propiedad profundamente aritmológica en su esencia inspiraba a los
pitagóricos un entusiasmo místico, relacionando el pentagrama con la palabra salud
(υγιεια =higieia, de donde deriva higiene). Aunquela
υ palabra υγιεια tiene seis letras, a veces se producía
una contracción que hacía desaparecer la primera
(como atestiguan algunas inscripciones) quedando
entonces con cinco letras υγεια, que se situaban
α γ sobre cada uno de los vértices del Pentagrama, que
de esta forma se convertía en el anagrama supremo
de la salud. Al ser el Pentagrama, a su vez, el
símbolo de reconocimiento de los pitagóricos, de aquí
podría provenir el término ¡Salud! como saludo ante el
ι ε encuentro de dos personas.

EL HOMBRE–MICROCOSMOS

El Hombre-Microcosmos. Ilustración de Pedro


Lario Cruz.
El Hombre-Microcosmos inscrito en el
Pentagrama místico pitagórico representa el
imperio del Espíritu (número 3) sobre la
Materia (número 2) de acuerdo con la
Aritmología pitagórica.

91
SIMBOLISMO DE LOS ATRIBUTOS MATEMÁTICOS
EN LA COMUNIDAD PITAGÓRICA

La Arcadia pitagórica, una atmósfera mística impregnada de música y simbología


matemática, donde la comunidad pitagórica desarrollaba la pasión por el conocimiento
mediante especulaciones filosóficas y matemáticas como base moral para la consecución
de la armonía interior y con el entorno, de acuerdo con el orden natural de las cosas que
emana de Dios, supremo ordenador cósmico a través del maravilloso poder de la armonía
matemática y musical, metáforas del orden universal.
El Dodecaedro como quintaesencia de la Cosmogonía pitagórica, la sagrada Tetractys
como fuente y raíz de la naturaleza eterna, el triángulo rectángulo depositario de la
inconmensurabilidad, el Pentagrama místico símbolo de identificación de los pitagóricos
y de la salud, son los talismanes de la actividad intelectual del «modo de vida pitagórico»,
en el que la música –cuya armonía es de naturaleza matemática– ejerce una influencia
definitiva en el equilibrio emocional.
La comunidad pitagórica, de carácter científico y religioso, se basaba en un ideario común
fundamentado en todo un cuerpo de doctrina sobre el hombre, el alma, la sociedad, el
cosmos, etc., que conducía necesariamente al estudio, a la reflexión filosófica y a la
especulación matemática y cosmológica, actividades en las que el adquisición del
conocimiento participaba más del carácter de una iniciación religiosa que de una mera
instrucción o investigación, es decir, religión y ciencia son aspectos íntimamente
vinculados en un tipo de vida llamado pitagórico (Platón, República, 600b) y la actividad
científica es una consecuencia de la doctrina, no el móvil inicial como sería en la
Academia platónica, en el Liceo de Aristóteles o en el Museo de Alejandría. En este
sentido escribe Russell (Historia de la Filosofía Occidental,Austral, Madrid, 1995,Vol.1,
Libro 1, p.72):
«Pitágoras como profeta religioso y como matemático ha tenido una influencia
inconmensurable, y los dos campos de su actividad no distan tanto el uno de otro como
puede parecer a una mente moderna.»

92
El triángulo áureo
El pentagrama místico pitagórico se obtiene a partir de tres triángulos isósceles iguales (por
eso al pentagrama pitagórico se le llama también «tripletriángulo») que tienen los ángulos
iguales dobles del ángulo desigual. Este tipo de triángulo se construye en la Proposición 10
del Libro IV de Los Elementos de Euclides, cuyo contenido es de raíz pitagórica en su mayor
parte. En la siguiente Proposición, la IV.11, se construye efectivamente el pentagrama a
base de inscribir en un círculo un pentágono regular y trazar las diagonales, las cuales de
forma sorprendente se cortan determinando segmentos que están en proporción áurea
siendo el segmento mayor igual al lado del pentágono (Euclides
A XIII.8). En efecto:

H Por razones de simetría la diagonal EB es paralela al lado DC de


E B modo que DCHE es un paralelogramo, por tanto EH=DC=AB.
G Además, los triángulos ∆ABE y ∆HAB son semejantes, de modo
que según Euclides VI.4: EB/BA = AB/BH; y al ser AB=EH
EB EH
resulta: = = φ.
EH HB
D C

Por otra parte el triángulo isósceles ABG cumple una propiedad muy especial: los lados
iguales están en proporción áurea con el lado menor ya que φ = EH/HB = AB/GB.
A un tal triángulo que es el que construye Euclides en la Proposición IV.10 de Los
Elementos se le llama «triángulo áureo»; tiene ángulos en la base de 72º y en el vértice de
36º, y al igual que el rectángulo áureo es «auto-reproductivo»:
Partiendo del triángulo ABC, la bisectriz
del ángulo B corta a AC in D de forma
áurea. El triángulo BCD siendo
semejante al original ABC resulta ser un
triángulo áureo. La bisectriz del ángulo C
corta a BD en el punto E de forma áurea
y el triángulo CDE resulta ser áureo. Este
proceso, que es otra forma del
crecimiento gnomónico, es indefinido,
obteniéndose una sucesión de triángulos
áureos que convergen hacia el polo de
una espiral logarítmica que pasa por los
sucesivos vértices de los triángulos.
Además, es fácil advertir las siguientes
relaciones:
Si tomamos HG como unidad de longitud
se verifica:
HG = 1
FE = 1φ + 1
ED = 2φ + 1
DC = 3φ + 2
CB = 5φ + 3
BA = 8φ + 5
...........
donde nuevamente aparece la relación con la sucesión de Fibonacci.

93
EL TRIÁNGULO ÁUREO
EN EL LIBRO IV DE LOS ELEMENTOS DE EUCLIDES

Fragmentos de las Proposiciónes IV.10 y IV.11 de Los Elementos de Euclides en la edición de


E.Ratdolt (Venecia, 1482).. Ejemplar de la Biblioteca del Monasterio de San Millán de Yuso.
En la Proposición IV.10 Euclides construye el Triángulo Áureo– un triángulo isósceles que tiene los
ángulos iguales dobles del ángulo desigual– como preliminar de la Proposición IV.11 donde
inscribe un pentágono regular en un círculo dado.
El Triángulo Áureo tiene una gran importancia en la formación del Pentagrama místico pitagórico.

94
LA DIVINA PROPORCIÓN Y EL PENTAGRAMA MÍSTICO EN
EL LIBRO XIII DE LOS ELEMENTOS DE EUCLIDES

Fragmentos de las Proposiciones XIII.8, XII.9, XII.10 de Los Elementos de Euclides sobre
propiedades muy curiosas, hermosas e interesantes acerca de relaciones entre los lados de
polígonos inscritos en el mismo círculo y que constituyen la base de los teoremas posteriores sobre
las construcciones de los poliedros inscritos en una esfera.
En la Proposición 8 Euclides demuestra que las diagonales de un pentágono se cortan en razón
áurea –un resultado pitagórico de presunta trascendencia sobre el descubrimiento de los
inconmensurables–. De la Proposición 9 resulta que los lados del hexágono y el decágono se
yuxtaponen de forma áurea; y de la Proposición 10 que los lados del pentágono, hexágono y el
decágono inscritos en un mismo círculo forman un triángulo rectángulo. He aquí los enunciados
de estas proposiciones:
• XIII.8. Si en un pentágono equilátero y equiángulo, unas rectas opuestas subtienden dos
ángulos consecutivos, se cortan entre sí en media y extrema razón y sus segmentos mayores son
iguales al lado del pentágono [las diagonales de un pentágono regular se cortan en media y
extrema razón, siendo el segmento mayor igual al lado del pentágono].
• Proposición XIII.9. Si se unen el lado de un hexágono y el de un decágono inscritos en el
mismo círculo, la recta entera resultante queda dividida en media y extrema razón, y su
segmento mayor es el lado del hexágono.
• Proposición XIII.10. Si se inscribe un pentágono equilátero en un círculo, el cuadrado del lado
del pentágono es igual a los cuadrados de los lados del hexágono y del decágono inscritos en el
mismo círculo [Teorema de Ptolomeo].
En esta edición de Ratdolt (Ejemplar de la Biblioteca del Monasterio de San Millán de Yuso), las
Proposiciones 8 y 12 ocupan el lugar 11 y 8, respectivamente.
95
El simbolismo del pentagrama místico pitagórico
El simbolismo del pentagrama místico no es privativo de la Escuela pitagórica como
muestran las siguientes ilustraciones:

Pentagrama mesopotámico (2600 a.C.), pentagrama judío (500 a.C.) y pentagrama romano (78 a.C.).

Monedas griegas con simbología pitagórica pentagonal halladas en Metaponto (440 a.C.),
Melos (420 a.C.) y Pitane (350 a.C.).
Pitágoras debió recoger en su viajes de juventud la tradición mesopotámica y a su vez la
doctrina pitagórica se trasmitió a otros pueblos mediterráneos como judíos y romanos. La
cuestión es que el pentagrama místico de Pitágoras fue un diagrama simbólico esencial del
esoterismo geométrico de los pitagóricos, trasmitido desde la antigüedad hasta el siglo XVIII,
y bajo la forma ideológica que adquirió en el Timeo de Platón, recogida por Vitrubio, forma
parte de dos tradiciones culturales importantes: los trazados de los arquitectos y las estrellas
pentagonales del simbolismo mágico europeo, corrientes subterráneas que emergen a la luz
a través de la obra de Luca Pacioli La Divina Proporción, que con finalidad teológica
racionaliza los arcanos del misticismo geométrico pitagórico, exhumando una ciencia
geométrica en cuyas fuente beberán Alberti, Durero y otros muchos artistas del
Renacimiento.
Las cofradías de constructores, albañiles y artesanos medievales trasmitieron de generación
en generación un ritual iniciático en el que la Geometría pitagórica desempeñaba un papel
preponderante, interviniendo en la construcción de las grandes catedrales góticas donde
encontramos toda una enciclopedia gráfica en los trazados de rosetones donde el místico
símbolo pitagórico irradia luminosa magnificencia a través de los vitrales. Ejemplos
bellísimos del pentagrama encontramos en Notre-Dame de París, en Saint-Ouen de Rouen,
en el magnífico rosetón norte de la Catedral de Amiens, en Santa Catalina de Estrasburgo,
en la abadía de Westminster, en la iglesia de Santa María de Lemgo, etc. En España uno de
los más elegantes, aunque muy modesto es el de la Iglesia de San Juan de Castrogeriz
(Burgos) en el Camino de Santiago.

96
EL SIMBOLISMO DEL PENTAGRAMA MÍSTICO
EN LA ARQUITECTURA RELIGIOSA

El pentagrama místico pitagórico en rosetones


góticos:

1. Iglesia de Santa María en Lemgo


(Alemania).
2. Catedral de Amiens.
3. Ermita templaria de San Bartolomé en el
Cañón del Río Lobos (Ucero,Soria)

Estructura áurea triangular y pentagonal en la Tumba rupestre de Mira (Turquía)


97
EL SIMBOLISMO DEL PENTAGRAMA MÍSTICO
EN LA ARQUITECTURA RELIGIOSA

Pentagrama místico pitagórico en un rosetón mudéjar de Calatayud (Zaragoza)

98
El aspecto geométrico de la metafísica de los números introducido por el pitagorismo en la
Filosofía de la Estética aparece en multitud de signos lapidarios y se incorporó a la Magia
europea, en lo que se ha llamado la Magia Gótica, que en sus técnicas y supersticiones
adoptó muchas fórmulas pitagóricas obtenidas a través de la Gnosis, el Hermetismo y la
Kábala. El carácter geométrico del esoterismo de esta magia la distingue de sus
compañeras de Asia, África y América. El pentagrama es la figura, por excelencia, que se
utiliza en los conjuros y que confiere, al que sabe servirse de ella, el conocimiento supremo,
aunque mal empleado a propósito, sobre todo como pentagrama negro o maléfico, invertido,
con dos puntas para arriba (como la cabeza de un macho cabrío) puede desencadenar la
furia de los demonios.
El célebre mago Cornelio Agrippa (a quien Descartes estudió con interés) publicó un
importante tratado de magia De Occulta Philosophia, que contiene un libro sobre la Kábala
de evidente influencia pitagórica. En su obra (donde aparece la famosa ilustración que
presenta a un hombre inscrito en el pentagrama como símbolo del Microcosmos) Agrippa
escribe: «Las Ciencias matemáticas son parientes de la magia,... porque todo cuanto pueda
existir en las fuerzas naturales esclavas no consiste más que en número y armonía».
Siguiendo a Pitágoras Agrippa vincula el pentagrama con las virtudes del número cinco,
aclamándolo como «símbolo de la felicidad y de la gracia, sello del Espíritu Santo y vínculo
que todo lo enlaza».
Paracelso, gran experto en talismanes y símbolos mágicos, reduce a dos todos los signos a
que obedecen los espíritus: el Hexagrama o Sello de Salomón, representación del
Macrocosmos y el Pentagrama representación del Microcosmos humano, que es «el signo
más poderoso de todos». Paracelso aplica el Pentagrama en una Teoría armónica de la
Fisiología y considera que todo estado patológico se debe a la ruptura de la armonía interior.

Simbología mágica del Pentagrama pitagórico: el macho cabrío (que desencadena


la furia de los demonios por torcida utilización del pentagrama y el Hombre
Microcosmos de Agrippa de Nettesheim (De Occulta Philosophia, Amberes, 1530),
que se adapta perfectamente a las proporciones áureas de la estrella pentagonal
inscrita en la armonía de los círculos cósmicos.
La leyenda del nigromante Fausto en relación con Mefistófeles (uno de los siete príncipes de
las tinieblas infernales) abunda en alusiones al pentagrama. La imaginación popular
alemana del siglo XVI atribuye al propio Fausto el tratado de conjuros mágicos Höllenzwang,
Geisterzwang, Cabala nigra et Alba que contiene un repertorio de diagramas de estrellas de
cinco puntas que destila una Geometría tan sabia como los símbolos lapidarios o los
rosetones góticos. Goethe inmortalizará la leyenda en su excelsa obra Fausto, donde en la
escena tercera de la primera parte aparece, en el diálogo entre Fausto y Mefistófeles, una
alusión mágica al símbolo pitagórico:
Mefistófeles: Hay un pequeño obstáculo que me impide salir de aquí, y es esa estrellita de
cinco picos que se atraviesa en el umbral...
Fausto: ¿Te preocupa el pentagrama? ...
99
LA REPRODUCCIÓN GEOMÉTRICA
DEL PENTAGRAMA PITAGÓRICO

Máscara de Hermes. Mármol romano, copia de


uno griego. S.I. a.C. Glyptotheck. Munich.
En el pentagrama cualquier segmento es sección
áurea del inmediatamente mayor.
El pentágono regular y el pentagrama pitagórico
son auténticos manantiales de proporciones áureas
y de nuevos pentagramas.

φ2 φ2
φ φ
φ 1 φ

1 1
φ
φ φ

φ2 1 1 φ2
φ φ
φ φ

φ2
100
ESPIRALES ÁUREO–PENTAGONALES

101
FRACTALES ÁUREO–PENTAGONALES

102
REMINISCENCIAS PITAGÓRICAS
EN OBRAS DE GAUDÍ Y DALÍ

La estrella pentagonal pitagórica (Pentagrama místico) en tres mosaicos del Parque Güell de Barcelona.

El famoso cuadro (óleo sobre tela) de


Dalí «Leda Atómica» pintado en 1949,
sintetiza siglos de tradición matemática
y simbólica, especialmente pitagóricas.
Se trata de una filigrana basada en la
Proporción áurea, pero elaborada de tal
forma que no es evidente al espectador.
En el boceto de 1947 «Esbós per a Leda
Atómica» se advierte la meticulosidad
del análisis geométrico realizado por
Dalí, basado en el Pentagrama místico
pitagórico.

103
EL SIMBOLISMO DEL PENTAGRAMA MÍSTICO PITAGÓRICO

Maniqueos, cátaros, albigenses, vadeses,


templarios, masones, utilizaron la
simbología pitagórica como emblema del
conocimiento, de conjuros ocultistas, de
llamada a los poderes buenos o maléficos.
En las ilustraciones:
1. El pentagrama flamígero de una logia
masónica, símbolo utilizado, a modo
pitagórico, como elemento de
reconocimiento entre los iniciados.
2. Símbolo lapidario sepulcral.
3. Anagrama rosacruz.

El Pentagrama pitagórico, tal vez utilizado como símbolo de poder, forma parte de la parafernalia
militar, sobre todo en los distintivos de los mandos. También el Pentágono es el símbolo y la forma
física de la más importante institución militar de los EEUU.
Probablemente de aquí puede provenir el hecho de que la estrella pentagonal aparezca en numerosas
banderas (Argelia, Burkina Faso, Burundi, Cabo Verde, Camerún, Rep. Centoaficana, Chile, China,
Comores, Corea, Cuba, Djibuti, EEUU, Filipinas, Ghana, Granada, Guinea-Bissau, Honduras, Irak,
Liberia, Marruecos, Mauritania, Micronesia, Mozambique, Paquistán, Panamá, Papúa, Puerto Rico,
Salomón, Samoa, Santo Tomé, Senegal, Singapur, Siria, Somalia, Surinam, Togo, Túnez, Turquía,
Uzbequistán, Venezuela, Vietnam y la Unión Europea).
En la ilustración las banderas de Cuba y la Unión Europea.

104
PITÁGORAS FILÓSOFO Y MATEMÁTICO
Pitágoras filósofo. Grabado de History of Philosophy.
Thomas Stanley, 1660.

La extensa e intensa actividad intelectual de Pitágoras y su


Escuela ha dejado un legado que está en la raíz de la
Filosofía, la Ciencia, la Matemática, la Cosmología, la
Música, ..., y ha tenido influencia decisiva en el Arte, la
Educación, la Literatura, la Religión, la Mística, la
Ecología, e incluso en la Magia y el Esoterismo.
Para Pitágoras Filosofía, Ciencia, Matemáticas,
Cosmología y Religión, son aspectos indisociables que
conforman un estilo de vida: «el modo de vida pitagórico»,
imbuido por un entusiasmo místico que promueve una
pasión por el conocimiento mediante la especulación
filosófica y matemática como parámetros esenciales
cotidianos de la existencia.
El Pitagorismo, tamizado por la Filosofía platónica, está
en la base de la fundamentación filosófica e ideológica
del Cristianismo. En Pitágoras encontramos el primer
antecedente histórico del sincretismo cultural Oriente-
Occidente, del pacifismo, del feminismo, del socialismo,
del vegetarianismo, del ecologismo y de otros muchos
«ismos» y tendencias que hoy son lugares corriente en
nuestra cultura.
Pitágoras es «el filósofo del número» artífice máximo del
«milagro griego». Su figura histórica crea «las raíces de la
Filosofía y de la Matemática», por eso su entidad
intelectual es tan inconmensurable, que debemos situarla
en «el umbral del pensamiento occidental», como «cuna del
saber y del conocimiento».

Pitágoras con los atributos de matemático: el


Dodecaedro, la Tetractys, el Triángulo Rectángulo,
el Pentagrama Místico y la Música.
Ilustración de Pedro Lario Cruz, 09/ 2000.
Pitágoras y los pitagóricos aportaron un ingente
caudal de conocimientos matemáticos que fluían
en el ambiente místico y filosófico de la Escuela
Pitagórica:
• La doctrina aritmética incluye la Aritmología
pitagórica de los números místicos, la
clasificación de los números, los números
perfectos y amigos y los números poligonales. Es
lo que se llama el misticismo aritmético-
geométrico, que incluye el descubrimiento del
fundamento aritmético de la armonía musical y la
construcción del primer sistema cosmológico no
geocéntrico.
• La doctrina geométrica clásica atribuye a los
pitagóricos infinidad de teoremas elementales
sobre triángulos, polígonos, rectas paralelas,
círculos, esferas, etc., resultados que conforman
gran parte de los trece libros de Los Elementos de
Euclides. Los pitagóricos aplicaban una teoría
restringida de figuras semejantes (válida
únicamente para el caso conmensurable) y según
testimonio de Proclo conocían los poliedros
regulares. Además, se consideran tópicos
pitagóricos el famoso Teorema sobre el triángulo
rectángulo y la Divina Proporción, ambos
depositarios históricos del descubrimiento de las
magnitudes inconmensurables.
Pero lo más importante del legado pitagórico
matemático es la propia instauración la
Matemática como ciencia racional a través de la
práctica de la demostración.
105
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA

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