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HISTORIA MINIMA DE LA POBLACION MUNDIAL.

1. ESPACIO Y ESTRATEGIAS DEL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO.

Hombres y animales.
La evolución demográfica no ha sido uniforme en el tiempo, pues se ha desarrollado mediante
ciclos de expansión, estancamiento y reducción.

Las limitaciones y obstáculos a las que tiene que hacerle frente podemos encontrarlas en los
condicionamientos biológicos y ambientales. Así cada colectividad desarrolla estrategias
específicas de supervivencia y reproducción.

Los biólogos han identificado dos grandes categorías de estrategia vital:

- TIPO R. Viven en ambientes inestables y pequeños, y aprovechan períodos del año


para reproducirse con gran rapidez.
- TIPO K. Colonizan en ambientes relativamente estables en cualquier época del año.

Ambos están asociados a organismos de características muy diferentes:

- TIPO R. Pequeñas dimensiones corporales, corta duración de vida, gestación corta,


camadas numerosas, intervalo corto entre partos etc.
- TIPO K. Grandes dimensiones corporales, larga duración de vida, gestación larga,
partos individuales, intervalo largo entre partos etc.

Cuanto más grande es la especie mayor es el intervalo entre generaciones y, por lo tanto,
menor la tasa de crecimiento. El ser humano sigue una estrategia del tipo K.

Dividirse y multiplicarse.
Existen poblaciones en rápido crecimiento y disminución y poblaciones más o menos estables.
La especie humana seguirá una variación lenta de la población y a lo largo del tiempo se
verifican largos ciclos de crecimiento o inflexión.

La velocidad de variación de la especie humana puede ser muy diferente dependiendo el


contexto en el que se encuentre.

Constitución de una población.


Una población está constituida por muchas familias con trayectorias diferentes las unas de las
otras. El conjunto de estas experiencias individuales determina la disminución, el crecimiento
o el estancamiento de una población a largo plazo.

El resultado de dicho crecimiento, disminución o estancamiento es consecuencia de


esencialmente dos factores:

- Número de hijos que cada individuo da a luz.


- Intensidad de la mortalidad hasta el fin de la edad reproductiva.

La comprensión de estos dos es esencial para comprender los factores del cambio demográfico.
Reproducirse y sobrevivir.
La capacidad de crecimiento de una población puede expresarse en función de dos medidas:

- Número de nacimientos.
- Esperanza de vida al nacer.

Ambas medidas han variado a lo largo del tiempo:

ANTES. ACTUALMENTE.

Número de hijos. Entre 5 y 8 En algunos países apenas 2.

Esperanza de vida. Entre 20 y 40. En algunos países sobre 80.

En cuanto a la frecuencia de los nacimientos. En el régimen de fecundidad natural el intervalo


entre los partos puede ser descompuesto en 4 segmentos:

- Período de fecundidad después de cada parto, debido a que la ovulación se interrumpe


(un período de 2 meses)
- Numero de meses transcurridos para que, una vez reanudada la ovulación normal, se
vuelva a concebir.
- Duración del embarazo.
- Mortalidad intrauterina, pues aproximadamente de cada 5 embarazos 1 es aborto
espontáneo.

CONCLUSIÓN, si sumamos estos 4 segmentos se obtiene el intervalo medio entre partos que
es entre 1’5 y 3’5 años.

En cuanto a la edad en la que comienza la reproducción la edad para el matrimonio varía


entre la pubertad (15 años) y máximos que a menudo han superado los 25 años. El final del
período fértil será alrededor de los 50 años.

CONCLUSIÓN, combinando máximos y mínimos y redondeando las uniones a fines


reproductivos puede variar entre los 15 y 25 años.

El éxito reproductivo de una población (su crecimiento) depende del número de hijos tenidos
por las mujeres que han sobrevivido hasta la edad reproductiva.

El espacio de crecimiento.
La fecundidad y la mortalidad mantienen vínculos objetivos con el ritmo de crecimiento de las
poblaciones. La combinación de las cifras de ambas dará lugar a un espacio de crecimiento que
podrá ser:

- Negativo, si la mortalidad es mayor que la fecundidad.


- Positivo, si la mortalidad es menor que la fecundidad.
Limitaciones ambientales.
Los mecanismos de crecimiento interactúan con las condiciones ambientales viéndose
frenados en cierta medida por éstas.

Hasta la revolución industrial el hombre ha utilizado casi exclusivamente plantas y animales


como fuentes de energía. Esta dependencia del ambiente natural y sus recursos limitaba el
aumento de la población.

La utilización de los recursos naturales explica porque se pueden encontrar densidades más
elevadas cerca del mar, lagos o ríos.

Sin embargo el progreso (nuevas técnicas, selección de semillas…) ha aumentado la


disponibilidad de comida y energía.

Los límites impuestos por el ambiente a la expansión demográfica han sido franqueados por el
enorme aumento de las disponibilidades energéticas en la 2º mitad del s. XVIII con la
revolución industrial y tecnológica y con la invención de máquinas que realizan la conversión
de materia inanimada en energía.
2. EL DESARROLLO DEMOGRÁFICO: Entre elección y constricción.

Constricción, elección, adaptación.


El crecimiento demográfico se desarrolla en proporción al crecimiento de los recursos
disponibles, que le interponen límites.

Distinguimos tres grandes ciclos de poblamiento: de los primeros habitantes a la transición del
neolítico, del neolítico a la revolución industrial y de la revolución industrial a nuestros días.
Pero ¿qué es lo que determina estas fases?

El desarrollo demográfico se desenvuelve entre dos grandes sistemas de fuerzas:

- CONSTICCIÓN. Equivalen a los recursos que satisfacen las necesidades primarias, como
la comida, la tierra etc También las características ambientales tienen influencia sobre
la capacidad de crecimiento demográfico y pueden ser modificados por el hombre
pero solo a largo plazo. A corto o medio plazo debemos adaptarnos.
- ELECCIÓN. Significan el proceso de adaptación, lo que supone flexibilidad en los
comportamientos (que son en parte automáticos, determinados socialmente y en
parte derivados de elecciones precisas).

En resumen, el ambiente establece obstáculos al crecimiento ejerciendo fuerzas constrictivas.


Estos obstáculos pueden ser desplazados mediante acciones a largo plazo y amortiguados a
corto o medio plazo.

De cazadores a agricultores: transición demográfica del neolítico.


La transición se produce a un ritmo desigual, y aún en nuestro siglo algunos grupos aislados
sobreviven de la caza y la recolección como ocurría con los primeros habitantes.

Al difundirse la agricultura la población se multiplicó y el límite de los recursos aumentó.


Una teoría clásica parte del supuesto de que la aceleración del crecimiento es consecuencia del
mejor nivel nutritivo asegurado por el sistema agrícola y por la disminución de la mortalidad.
Otra teoría postula que la dependencia de cultivos poco variados disminuye la calidad de la
alimentación aumentando los riesgos de transmisión de enfermedades infecciosas, por lo que
aumenta la mortalidad, pero aún así la fecundidad era más elevada debido a que el bajo coste de la
crianza de hijos aumenta esta, permitiendo un rápido crecimiento.

Volviendo a la teoría clásica esta se ha puesto en duda, pues comparando agricultores y cazadores-
recolectores se ha visto que los primeros tienen una mayor mortalidad pese al aumento de las
disponibilidades alimentarias. Pero ¿por qué la mortalidad es más elevada entre los agricultores
que entre los cazadores? Esto se debe a dos causas:
- La alimentación de los cazadores-recolectores es mucho más completa que la de los
agricultores.
- Con la sedentarización se difunden y conservan enfermedades infecciosas y parasitarias
desconocidas. A su vez las enfermedades transmisibles por contacto se ven favorecidas por
una alta densidad. Por otra parte aumenta la contaminación del suelo y el agua.

Algunas técnicas agrícolas serían responsables de la difusión de determinadas patologías.


Si la mortalidad era mayor en los agricultores, su crecimiento demográfico también mayor solo
se puede derivar de una mayor fecundidad. Pues debido a los continuos desplazamientos de los
cazadores-recolectores, la mujer no podía trasladar a los hijos, por lo que hay poca fecundidad.

La gran peste y el declive demográfico de Europa.


A partir del siglo XI se produce un crecimiento demográfico, con nuevas localidades y la población
europea se multiplica. Sin embargo, hacia finales del siglo XIII y principios del XIV el crecimiento se
ve afectado por crisis más frecuentes y la población se estanca.
Hacia la mitad del siglo XIV un devastador acontecimiento catastrófico de larga duración provoca
una disminución de la población: la peste, que supone millones de víctimas.

La transmisión de la peste era fácil mediante el transporte de mercancías donde albergaban pulgas
(transmisoras de la peste) o ratones infectados. No existen individuos inmunes por naturaleza a la
peste, por lo que se producen series anuales de muertes para numerosas zonas.

En los dos siglos posteriores la peste sigue teniendo efectos devastadores, sin embargo no
constituye el principal acontecimiento negativo, pues tiene lugar otra crisis. Así, en el siglo posterior
a la peste negra la población europea retrocede como consecuencia de las epidemias sucesivas.
Debido a que la peste no está en relación con el estado de salud, edad de las personas o nivel
nutritivo, esta afectó por igual a poblaciones urbanas y rurales.

Las medidas que se tomaron fueron la cuarentena de personas y mercancías en caso de peligro,
aislamiento de los infectados y los sospechosos de estarlo, medidas de higiene pública etc.
El fuerte aumento de la mortalidad provoca una disminución de los nacimientos y matrimonios.
Al terminar la crisis se produce una especie de contraefecto, que se traduce en un aumento
transitorio de la natalidad.

La catástrofe de los indios de América.


La población americana disminuye a partir del descubrimiento de Colón. La disminución
demográfica se debe al contacto con los europeos.

Pues las poblaciones indígenas eran terreno virgen para muchas enfermedades infecciosas,
por lo que la enfermedad se difunde con gran virulencia, virulencia debida a tres factores:

- En individuos afectados y curados, cuando la enfermedad rebrota una parte de la


población es inmune, pero en un terreno virgen los daños son inmensos.
- En una población virgen la enfermedad tiende a seleccionar, generación tras
generación, a los individuos más resistentes.
- En una población virgen no ha existido el proceso de adaptación recíproca entre
agente patógeno y organismo infestado, por lo que convivencia entre ambos no ha
tenido tiempo a realizarse.

Las infecciones en terrenos vírgenes a veces han causado su extinción.


La primera oleada grave fue de la viruela, la segunda gran epidemia de sarampión, pero
también hay que destacar la gripe y la varicela.
Los franceses del Canadá, artífices de un éxito demográfico.
Después de la gran peste y el exterminio de los indios volvemos a un éxito demográfico. La
emigración ha contribuido al éxito demográfico de parte de la población americana y australiana.

En el Canadá francés hubo una emigración neta constante debido a que las fuentes canadienses
son muy ricas y han sido explotadas y la inmigración tiene un efecto reducidísimo sobre el
crecimiento de la población. Sin embargo las razones de su éxito demográfico son: la elevada
nupcialidad, alta fecundidad natural y mortalidad relativamente baja.

Irlanda y Japón, dos islas, dos historias.


A largo plazo población y recursos acaban por desarrollarse de una manera paralela. Mientras
en unos países los factores que influyen en el cambio demográfico son independientes del
sistema de recursos, en algunos casos la interrelación sí que resulta muy evidente. Prueba de
ello don los casos de Irlanda y Japón en los siglos XVII al XIX.

Irlanda: Su población vive en condiciones de grave atraso, y a pesar de la miseria esta aumenta
rápidamente.

Japón: Pese a su buen desenvolvimiento económico conoce una notable renovación interna,
pues tras triplicarse la población sobreviene un largo estancamiento.

Los irlandeses contarían con la gran difusión de la patata, decisivo por derivar una mayor
productividad y por su alto valor nutritivo. La disponibilidad de nuevas tierras permite la baja edad
al matrimonio y la elevada nupcialidad, por lo que el crecimiento demográfico es amplio y
sostenido, pero la Gran Hambre señala el fin del régimen demográfico, pues las décadas
posteriores vendrán marcadas por n régimen inmobiliario nuevo y un retraso al matrimonio,
descendiendo rápidamente la población.
En el caso de Japón antes la producción se destinaba a pagar los impuestos sobre la tierra, pero
vender se convierte en el fin principal de la producción. El orden social antiguo se transforma.

En los umbrales del mundo contemporáneo.


En el siglo XVIII Europa entra en una fase de transformación económica, demográfica y social
de gran importancia. La natalidad y mortalidad (generalmente muy elevados) se reducen hasta
niveles bajísimos.

En una primera fase la población europea experimenta una aceleración que afecta a todos los
grandes países. Esta aceleración se puede deber bien a un aumento de la natalidad como
consecuencia de la mayor nupcialidad o por la reducción de la mortalidad (esta última la más
convincente debido a la reducción de las grandes crisis).
Las causas de la disminución de las grandes crisis de mortalidad son:

- Causas biológicas, por el proceso de adaptación mutuo entre agentes patógenos y


huéspedes.
- Causas sociales, por la menor transmisión de infecciones debido a una mayor higiene.
- Causas económicas, debido al progreso técnico.
Aunque la verdadera causa de la reducción de la mortalidad es la mejora del nivel
alimentario de la población. La mayor producción agrícola sostuvo el crecimiento
demográfico.
3. TIERRA, TRABAJO Y POBLACIÓN.

Rendimientos decrecientes y crecimiento demográfico.


Las consecuencias del desarrollo demográfico en el desarrollo económico tiene dos puntos de
vista diferentes: el incremento demográfico disminuye los recursos fijos y que el crecimiento
demográfico incita el espíritu de innovación e invención.

El proceso de crecimiento en un ambiente fijo se acompaña de rendimientos decrecientes (a


mayor factor productivo, menos producción). El concepto de rendimiento decreciente se sitúa
en el centro de las ideas de Malthus y Ricardo. Tienen lugar innovaciones en las técnicas
productivas que suponen un aumento de los recursos disponibles, aunque los efectos positivos
de este aumento son temporales.

Del modelo malthusiano se deduce:

- Los alimentos constituyen un recurso principal y su escasez provoca mortalidad.


- La ley de rendimientos decrecientes es inevitable.
- Los aumentos de producción y productividad como consecuencia de invenciones o
innovaciones benefician solo temporalmente.

Cuando la población aumenta se agudiza la demanda de alimentos y aumenta su precio junto a


una disminución de los salarios. La consecuencia de ambos fenómenos provoca el
empeoramiento de las condiciones de vida y debe conducir a un equilibrio.

Las confirmaciones de la historia.


El esquema propuesto por Malthus postula que en ausencia de la acción de frenos preventivos
la población se ve sometida a un aumento de la mortalidad debido al deterioro de las
condiciones de vida, pero si se activan estos frenos el crecimiento se somete a control y habrá
una mejora estable de las condiciones de vida.

Los frenos preventivos actúan lentamente y solo en poblaciones muy civilizadas (igual que la
actuación del modelo malthusiano).

Presión demográfica y crecimiento económico.


El crecimiento demográfico actúa de freno al desarrollo. Aunque anteriormente se pensaba
que una población numerosa y en crecimiento era símbolo de riqueza, sin embargo fue la
primera faso de la Revolución industrial la que indujo la idea de Malthus.

Así nos planteamos la pregunta ¿Puede el desarrollo demográfico generar desarrollo


económico? Sí, siempre y cuando los recursos sean sustituibles o abundantes.

Por una parte pensamos que si crece el cultivo crece la población, pero es al revés, es el
crecimiento demográfico la causa, y no la consecuencia, del cambio de los métodos de cultivo.

Se producirán innovaciones en los sistemas de cultivo, las cuales conducen a una mayor
productividad de trabajo.
De nuevo sobre presión demográfica y desarrollo.
Durante miles de años la humanidad de alimentó solamente de los productos animales y
vegetales ofrecidos por el ecosistema, pero la transición ha permitido pasar al sistema de
producción artificial de los recursos.

La explicación de esta transición se confía a dos mecanismos: el de la invención o innovación y


el de su difusión. Pues la invención de nuevas técnicas, siembra y recolección ha permitido una
producción mayor y más estable, lo que provoca la aceleración demográfica.
En definitiva, el hombre modifica el ambiente y crea condiciones para el aumento de la
población

La idea de que la invención de la agricultura fue consecuencia de la primera gran revolución


demográfica, asigna a la población el papel de estímulo para el desarrollo.

Número y bienestar.
Las dimensiones de una población producen sus efectos mediante dos mecanismos bien
conocidos por los economistas clásicos:

- Principio de la división del trabajo y mejor utilización de las capacidades individuales.


- Constatación de que la complejidad de la organización de una sociedad es función
también de las dimensiones demográficas tanto absolutas como relativas.

Los beneficios de la división del trabajo han sido ilustrados por Adam Smith y William Petty.
Smith observa que las dificultades de desarrollo de los caseríos aislados donde las
reducidas dimensiones no permiten la especialización tiene como consecuencia la
imposibilidad de dividir el trabajo, por lo que se una amplia densidad es en parte favorable.

Un segundo aspecto favorable de la densidad de la población está constituido por las


economías de escala. En la actualidad estas ventajas están en crisis debido a las
‘deseconomías de escala’.

Las relaciones entre división de trabajo, economía de escala y dimensiones demográficas


son fácilmente intuibles, y la historia ofrece numerosos ejemplos.

¿Rendimientos crecientes o decrecientes?


A lo largo de la historia la población ha conseguido multiplicarse, aumentando también los
recursos a disposición de cada individuo. Se considera que esto ha sucedido porque los límites
de los recursos fijos no han sido alcanzados (ya sea porque se han desplazado o por el cultivo
de nuevas tierras). Sin embargo hay recursos limitados insustituibles que puede suponer a la
larga empobrecimiento.

Un punto de vista opuesto opina que ¿Por qué un número de individuos mayor no podría
conseguir lo que consiguieron poblaciones menos numerosas del pasado?
4. LA DEMOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA: Hacia el orden y la eficiencia.

De la dispersión a la economía.
En las poblaciones occidentales el crecimiento era lento y las mujeres debían dar a luz a unos 6
hijos para poder ser remplazados por la generación posterior, pues pocos sobrevivían hasta la
edad reproductiva. En resumen, las sociedades del antiguo régimen eran insuficientes desde el
punto de vista demográfico, pues para un nivel bajo de crecimiento se necesitaban muchos
nacimientos y había un elevado número de muertes. Además, el antiguo régimen demográfico
se caracterizaba también por el desorden, pues las posibilidades de que un niño muriese antes
que su padre o abuelo alterando el orden de muerte son muy amplias (dicho así es un poco
fuerte, pero es como lo entiendo).

Durante los últimos dos siglos nace, se desarrolla y finaliza el ciclo demográfico moderno de
Occidente, en donde la población europea se cuadriplica y la esperanza de vida se duplica.
Mortalidad y natalidad descienden. Este conjunto de transformaciones han adoptado el
nombre de transición demográfica. En los países en vías de desarrollo este proceso está en
curso, en los países más atrasados, apenas se ha iniciado.

En los países europeos la transición se ha dado como una modificación gradual y en parte
paralela de la mortalidad y la fecundidad. En un comienzo se da una alta fecundidad y
mortalidad, y seguidamente ambas bajan.

La transición demográfica ha presentado diversas fases, primero desciende la mortalidad


manteniéndose una alta natalidad, por lo que el crecimiento natural aumenta, sin embargo
después la natalidad cae empicada mientras la mortalidad se sigue reduciendo junto al
crecimiento natural. En este proceso el cambio de las elecciones de las parejas se debe a una
serie de transformaciones sociales, que empujan a la restricción de la fecundidad.

En el final del siglo XX, la sociedad no parece dispuesta a producir siquiera los pocos
nacimientos necesarios requeridos por el equilibrio demográfico.

Del desorden al orden: el alargamiento de la vida.


En la segunda mitad del s. XVIII la mortalidad comienza a dar signos de disminución y la
duración de vida se alarga. Esto introduce al orden natural y cronológico de la muerte, conexo
a la edad.

Un primer aspecto de la transición de la mortalidad está relacionado con la disminución de la


intensidad y frecuencia de las crisis de mortalidad, pues durante el s XIX a los progresos en la
organización económico-social se añaden los obtenidos en el control de las enfermedades
infecciosas, vacunación contra la viruela, identificación de agentes patógenos etc.

La reducción de la mortalidad puede analizarse desde dos ángulos:

- Una disminución de las enfermedades (sobre todo las infantiles).


- En el caso de que las haya, saber tratar las enfermedades.

La transición de mortalidad en los países desarrollados fue relativamente lenta, de hecho esta
aún no ha finalizado aunque si se ha ralentizado.
De la alta a la baja fecundidad.
La disminución de la fecundidad de ha producido de manera gradual igual que la de
mortalidad. Esta se difunde rápidamente a toda Europa durante la segunda mitad del siglo XIX.

El indicador de fecundidad resume la intensidad de la fecundidad femenina en el matrimonio,


y puede garantizar el descenso continuo del nivel de fecundidad legítima.

El indicador de nupcialidad es una medida de la proporción de mujeres en edad fecunda


casadas.

La intensa reducción de la fecundidad asegura que las generaciones nacidas posteriormente


tendrán descendencias finales inferiores a 2 y, por consiguiente, por debajo del nivel de
reemplazo. La bajísima fecundidad suscita hoy en día preocupación y atención.

En los últimos dos siglos la transformación social y económica ha tenido grande importancia en
la determinación del descenso de la fecundidad, la cual se inicia en un país rural como Francia,
menos avanzado que Inglaterra que estaba en plena Revolución Industrial.

Sin duda, la transición demográfica ha formado parte integrante de la transformación de la


sociedad.

La emigración y los resultados de la transición.


La necesidad de tierras y de espacio se convierte en aguda cuando la transición demográfica
multiplica su población. En dicho contexto la emigración ha tenido ciertamente consecuencias
demográficas positivas:

- Ha permitido un crecimiento económico más rápido.


- Ha permitido utilizar el recurso trabajo donde este era más productivo etc.

La transición demográfica y los fenómenos migratorios ligados a ella dejan las poblaciones
europeas profundamente cambiadas.

La disminución de la natalidad provoco la redacción de las clases de edad más jóvenes y la


correspondiente ampliación de las clases de edad ancianas. Este proceso se denomina
envejecimiento demográfico.

Relaciones entre crecimiento demográfico y crecimiento económico.


El aumento de la población ya no genera, al aumentar la demanda, la elevación de los precios y
diminución de salarios, pues los precios serán decrecientes y los salarios crecientes, y
crecimiento económico y demográfico se sostienen.

A partir de esto se puede pensar razonablemente que en el futuro la escasez de recursos


naturales puede obstaculizar el desarrollo.
Los factores conexos al crecimiento demográfico, que pueden haber contribuido a acelerar el
desarrollo, se pueden agrupar en tres categorías:

- Factores estrictamente demográficos. Agrupa los cambios que se produjeron con la


transición demográfica. Primero la diminución de la mortalidad y fecundidad más
prematura. En segundo lugar que la mortalidad no sea tan aleatoria y siga más un
orden cronológico. En tercer lugar disminución de la natalidad y por último la
estructura por edades se ha modificado.
- Factores de escala y de magnitud general. Los factores escala no se derivan
únicamente del crecimiento demográfico, sino también del aumento de las
dimensiones de la economía y de la mayor integración entre los mercados. A pesar de
estas limitaciones, la contribución de la demografía a las economías de escala debe
haber sido significativa. Finalmente el crecimiento demográfico parece tener un efecto
positivo no tanto por las economías de escala que conlleva, si no por las perspectivas
de ampliación de mercado que genera.
- Stock de conocimiento y progreso técnico. El progreso del conocimiento experimental
se produce porque existen individuos con ingenio que crean nuevos conocimientos.

Es posible, entonces, que a lo largo de los dos siglos, el crecimiento demográfico haya
constituido más un incentivo que un obstáculo al crecimiento económico. Por razones teóricas
podemos suponer que en las décadas próximas, la recesión y el envejecimiento demográfico
pueden tener efectos opuestos.

De nuevo sobre las relaciones entre crecimiento demográfico y crecimiento


económico: observaciones empíricas.
Observando la evolución demográfica de los últimos dos siglos observamos:

a) Un aumento sustancial de la población, la cual se multiplica por 4 o 5.


b) Disminución muy considerable de la dedicación media al trabajo por individuo
activo ocupado.
c) Rápido aumento de la producción per cápita, duplicándose y aumentando aún más
la producción por hora de trabajo, o productividad.

El desarrollo demográfico no está condicionado por el económico, aunque como hemos visto
estas dos se pueden influir mutuamente.
Que no estén condicionadas no implica la ausencia de relación, sino la ausencia de relaciones
visibles. Pues en el curso de los últimos dos años, el crecimiento demográfico no ha impedido
el desarrollo económico.
5. LAS POBLACIONES DE LOS PAISES POBRES.

Una fase extraordinaria.


Cuando finaliza el ciclo de crecimiento de las poblaciones ricas, las poblaciones pobres inician
uno extraordinario e irrepetible.

- En el mundo rico la transición demográfica se ha producido lentamente bajo el


impulso de una reducción gradual de la mortalidad, que se ha acompañado de una
reducción gradual de la natalidad.
- En el mundo pobre los niveles de mortalidad han permanecido altísimos hasta épocas
relativamente recientes y la esperanza de vida no alcanzaba los 40 años.

ACTUALMENTE. PAISES RICOS PAISES POBRES

Esperanza de vida. Casi 80 Casi 60

Número de hijos. 1,9 4,2

Las condiciones de la supervivencia.


No existiría desarrollo sin diminución de la mortalidad. Los progresos de la supervivencia pasan:

- Por la reducción de la mortalidad infantil en los primeros años de vida.

La eliminación de las diferencias en la supervivencia infantil eliminaría gran parte de las


diferencias en la esperanza de vida en las diferentes áreas.

El crecimiento del bienestar material tiene efectos progresivamente menores sobre el


alargamiento de la esperanza de vida.

Breve geografía de la fecundidad.

- CHINA. De 6’2 a 2’4. - INDIA. De 6 a 4’7.


- ÁFRICA. Ha permanecido igual con + de 6. - AMÉRICA LATINA. 5’9 a 4.
- ASIAIDIONAL. De 6’1 a 5’1. - ASIA SUDORIENTAL. 6 a 4’3.

Disminución de la fecundidad. Políticas demográficas.


En los países pobres se ha producido una disminución considerable de la mortalidad, pero no de
fecundidad. Esto se debe a: bajo coste de crianza de los hijos, los hijos de consideran una garantía
de ayuda económica y material para el futuro, en el contexto cultural en numerosas ocasiones se
requiere un gran número de hijos, ignorancia de métodos de control sobre los nacimientos…

Pero, el aumento de coste de crianza de los hijos, creación de mecanismos de protección social
(que elimina la idea de hijo como recurso sustentador de los padres ancianos) etc, supone que el
nivel de fecundidad disminuya.

India y China.
CHINA, natalidad se ha reducido a la mitad. INDIA, apenas una cuarta parte.

FALTAN LOS APARTADOS:

6. Fertilia y Esterilia.

7. Las razones de una paradoja.

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