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Hombres y animales.
La evolución demográfica no ha sido uniforme en el tiempo, pues se ha desarrollado mediante
ciclos de expansión, estancamiento y reducción.
Las limitaciones y obstáculos a las que tiene que hacerle frente podemos encontrarlas en los
condicionamientos biológicos y ambientales. Así cada colectividad desarrolla estrategias
específicas de supervivencia y reproducción.
Cuanto más grande es la especie mayor es el intervalo entre generaciones y, por lo tanto,
menor la tasa de crecimiento. El ser humano sigue una estrategia del tipo K.
Dividirse y multiplicarse.
Existen poblaciones en rápido crecimiento y disminución y poblaciones más o menos estables.
La especie humana seguirá una variación lenta de la población y a lo largo del tiempo se
verifican largos ciclos de crecimiento o inflexión.
La comprensión de estos dos es esencial para comprender los factores del cambio demográfico.
Reproducirse y sobrevivir.
La capacidad de crecimiento de una población puede expresarse en función de dos medidas:
- Número de nacimientos.
- Esperanza de vida al nacer.
ANTES. ACTUALMENTE.
CONCLUSIÓN, si sumamos estos 4 segmentos se obtiene el intervalo medio entre partos que
es entre 1’5 y 3’5 años.
El éxito reproductivo de una población (su crecimiento) depende del número de hijos tenidos
por las mujeres que han sobrevivido hasta la edad reproductiva.
El espacio de crecimiento.
La fecundidad y la mortalidad mantienen vínculos objetivos con el ritmo de crecimiento de las
poblaciones. La combinación de las cifras de ambas dará lugar a un espacio de crecimiento que
podrá ser:
La utilización de los recursos naturales explica porque se pueden encontrar densidades más
elevadas cerca del mar, lagos o ríos.
Los límites impuestos por el ambiente a la expansión demográfica han sido franqueados por el
enorme aumento de las disponibilidades energéticas en la 2º mitad del s. XVIII con la
revolución industrial y tecnológica y con la invención de máquinas que realizan la conversión
de materia inanimada en energía.
2. EL DESARROLLO DEMOGRÁFICO: Entre elección y constricción.
Distinguimos tres grandes ciclos de poblamiento: de los primeros habitantes a la transición del
neolítico, del neolítico a la revolución industrial y de la revolución industrial a nuestros días.
Pero ¿qué es lo que determina estas fases?
- CONSTICCIÓN. Equivalen a los recursos que satisfacen las necesidades primarias, como
la comida, la tierra etc También las características ambientales tienen influencia sobre
la capacidad de crecimiento demográfico y pueden ser modificados por el hombre
pero solo a largo plazo. A corto o medio plazo debemos adaptarnos.
- ELECCIÓN. Significan el proceso de adaptación, lo que supone flexibilidad en los
comportamientos (que son en parte automáticos, determinados socialmente y en
parte derivados de elecciones precisas).
Volviendo a la teoría clásica esta se ha puesto en duda, pues comparando agricultores y cazadores-
recolectores se ha visto que los primeros tienen una mayor mortalidad pese al aumento de las
disponibilidades alimentarias. Pero ¿por qué la mortalidad es más elevada entre los agricultores
que entre los cazadores? Esto se debe a dos causas:
- La alimentación de los cazadores-recolectores es mucho más completa que la de los
agricultores.
- Con la sedentarización se difunden y conservan enfermedades infecciosas y parasitarias
desconocidas. A su vez las enfermedades transmisibles por contacto se ven favorecidas por
una alta densidad. Por otra parte aumenta la contaminación del suelo y el agua.
La transmisión de la peste era fácil mediante el transporte de mercancías donde albergaban pulgas
(transmisoras de la peste) o ratones infectados. No existen individuos inmunes por naturaleza a la
peste, por lo que se producen series anuales de muertes para numerosas zonas.
En los dos siglos posteriores la peste sigue teniendo efectos devastadores, sin embargo no
constituye el principal acontecimiento negativo, pues tiene lugar otra crisis. Así, en el siglo posterior
a la peste negra la población europea retrocede como consecuencia de las epidemias sucesivas.
Debido a que la peste no está en relación con el estado de salud, edad de las personas o nivel
nutritivo, esta afectó por igual a poblaciones urbanas y rurales.
Las medidas que se tomaron fueron la cuarentena de personas y mercancías en caso de peligro,
aislamiento de los infectados y los sospechosos de estarlo, medidas de higiene pública etc.
El fuerte aumento de la mortalidad provoca una disminución de los nacimientos y matrimonios.
Al terminar la crisis se produce una especie de contraefecto, que se traduce en un aumento
transitorio de la natalidad.
Pues las poblaciones indígenas eran terreno virgen para muchas enfermedades infecciosas,
por lo que la enfermedad se difunde con gran virulencia, virulencia debida a tres factores:
En el Canadá francés hubo una emigración neta constante debido a que las fuentes canadienses
son muy ricas y han sido explotadas y la inmigración tiene un efecto reducidísimo sobre el
crecimiento de la población. Sin embargo las razones de su éxito demográfico son: la elevada
nupcialidad, alta fecundidad natural y mortalidad relativamente baja.
Irlanda: Su población vive en condiciones de grave atraso, y a pesar de la miseria esta aumenta
rápidamente.
Japón: Pese a su buen desenvolvimiento económico conoce una notable renovación interna,
pues tras triplicarse la población sobreviene un largo estancamiento.
Los irlandeses contarían con la gran difusión de la patata, decisivo por derivar una mayor
productividad y por su alto valor nutritivo. La disponibilidad de nuevas tierras permite la baja edad
al matrimonio y la elevada nupcialidad, por lo que el crecimiento demográfico es amplio y
sostenido, pero la Gran Hambre señala el fin del régimen demográfico, pues las décadas
posteriores vendrán marcadas por n régimen inmobiliario nuevo y un retraso al matrimonio,
descendiendo rápidamente la población.
En el caso de Japón antes la producción se destinaba a pagar los impuestos sobre la tierra, pero
vender se convierte en el fin principal de la producción. El orden social antiguo se transforma.
En una primera fase la población europea experimenta una aceleración que afecta a todos los
grandes países. Esta aceleración se puede deber bien a un aumento de la natalidad como
consecuencia de la mayor nupcialidad o por la reducción de la mortalidad (esta última la más
convincente debido a la reducción de las grandes crisis).
Las causas de la disminución de las grandes crisis de mortalidad son:
Los frenos preventivos actúan lentamente y solo en poblaciones muy civilizadas (igual que la
actuación del modelo malthusiano).
Por una parte pensamos que si crece el cultivo crece la población, pero es al revés, es el
crecimiento demográfico la causa, y no la consecuencia, del cambio de los métodos de cultivo.
Se producirán innovaciones en los sistemas de cultivo, las cuales conducen a una mayor
productividad de trabajo.
De nuevo sobre presión demográfica y desarrollo.
Durante miles de años la humanidad de alimentó solamente de los productos animales y
vegetales ofrecidos por el ecosistema, pero la transición ha permitido pasar al sistema de
producción artificial de los recursos.
Número y bienestar.
Las dimensiones de una población producen sus efectos mediante dos mecanismos bien
conocidos por los economistas clásicos:
Los beneficios de la división del trabajo han sido ilustrados por Adam Smith y William Petty.
Smith observa que las dificultades de desarrollo de los caseríos aislados donde las
reducidas dimensiones no permiten la especialización tiene como consecuencia la
imposibilidad de dividir el trabajo, por lo que se una amplia densidad es en parte favorable.
Un punto de vista opuesto opina que ¿Por qué un número de individuos mayor no podría
conseguir lo que consiguieron poblaciones menos numerosas del pasado?
4. LA DEMOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA: Hacia el orden y la eficiencia.
De la dispersión a la economía.
En las poblaciones occidentales el crecimiento era lento y las mujeres debían dar a luz a unos 6
hijos para poder ser remplazados por la generación posterior, pues pocos sobrevivían hasta la
edad reproductiva. En resumen, las sociedades del antiguo régimen eran insuficientes desde el
punto de vista demográfico, pues para un nivel bajo de crecimiento se necesitaban muchos
nacimientos y había un elevado número de muertes. Además, el antiguo régimen demográfico
se caracterizaba también por el desorden, pues las posibilidades de que un niño muriese antes
que su padre o abuelo alterando el orden de muerte son muy amplias (dicho así es un poco
fuerte, pero es como lo entiendo).
Durante los últimos dos siglos nace, se desarrolla y finaliza el ciclo demográfico moderno de
Occidente, en donde la población europea se cuadriplica y la esperanza de vida se duplica.
Mortalidad y natalidad descienden. Este conjunto de transformaciones han adoptado el
nombre de transición demográfica. En los países en vías de desarrollo este proceso está en
curso, en los países más atrasados, apenas se ha iniciado.
En los países europeos la transición se ha dado como una modificación gradual y en parte
paralela de la mortalidad y la fecundidad. En un comienzo se da una alta fecundidad y
mortalidad, y seguidamente ambas bajan.
En el final del siglo XX, la sociedad no parece dispuesta a producir siquiera los pocos
nacimientos necesarios requeridos por el equilibrio demográfico.
La transición de mortalidad en los países desarrollados fue relativamente lenta, de hecho esta
aún no ha finalizado aunque si se ha ralentizado.
De la alta a la baja fecundidad.
La disminución de la fecundidad de ha producido de manera gradual igual que la de
mortalidad. Esta se difunde rápidamente a toda Europa durante la segunda mitad del siglo XIX.
En los últimos dos siglos la transformación social y económica ha tenido grande importancia en
la determinación del descenso de la fecundidad, la cual se inicia en un país rural como Francia,
menos avanzado que Inglaterra que estaba en plena Revolución Industrial.
La transición demográfica y los fenómenos migratorios ligados a ella dejan las poblaciones
europeas profundamente cambiadas.
Es posible, entonces, que a lo largo de los dos siglos, el crecimiento demográfico haya
constituido más un incentivo que un obstáculo al crecimiento económico. Por razones teóricas
podemos suponer que en las décadas próximas, la recesión y el envejecimiento demográfico
pueden tener efectos opuestos.
El desarrollo demográfico no está condicionado por el económico, aunque como hemos visto
estas dos se pueden influir mutuamente.
Que no estén condicionadas no implica la ausencia de relación, sino la ausencia de relaciones
visibles. Pues en el curso de los últimos dos años, el crecimiento demográfico no ha impedido
el desarrollo económico.
5. LAS POBLACIONES DE LOS PAISES POBRES.
Pero, el aumento de coste de crianza de los hijos, creación de mecanismos de protección social
(que elimina la idea de hijo como recurso sustentador de los padres ancianos) etc, supone que el
nivel de fecundidad disminuya.
India y China.
CHINA, natalidad se ha reducido a la mitad. INDIA, apenas una cuarta parte.
6. Fertilia y Esterilia.