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Sin embargo,
no podía creerlo. Jamás me imaginé que un viaje al extranjero cambiara su
mentalidad drásticamente. Debo confesar que, me alegré en gran manera al ver los
cambios que habían acontecido en su vida. Había dejado la carne, se había
comprado un número considerables de libros de Elena G. de White, y su trato mismo
era distinto, constantemente ignoraba las conversaciones que intentábamos entablar
con él.
Todo hubiera sido positivo hasta que un día, nos invitó a su casa, y allí con
gran elocuencia nos animaba a un reavivamiento espiritual. Nos dijo entre otras
cosas que era tiempo de invertir nuestras vidas de mejor manera. Nos dijo que
somos jóvenes y que Dios nos llama a hacer la obra de Nehemías y Esdras. Dios desea
que seamos los pregoneros de la verdad presente. El cuarto ángel de Apocalipsis 18.
Nos quedamos estupefactos. Éramos cinco jóvenes que atentamente y
sorprendidos escuchábamos una cadena continua de comentarios ácidos e hirientes
contra la organización adventista (en palabras suyas, la corporación). Nos habó de el
mal uso de los diezmos, de un supuesto pacto que ha entablando la conferencia
general con el vaticano, de los pecados de la administración, y otras desgracias
terribles supuestamente, nos habló del presidente de la Asociación General de la
IASD y su educación en una universidad católica, etc.
Habría hablado unos quince minutos hasta que uno de los que escuchábamos
se puso en pie, y le dijo que la iglesia no es perfecta, pero es el pueblo de Dios.
Bastó eso, para que el expositor sacara un papel de su saco y dejándolo en el
escritorio, se marchara raudamente. La carta decía entre otras cosas lo siguiente:
Es Dios quien hace la separación de los dos grupos y las juzga de acuerdo a su
divina justicia.
“Aun cuando existan males en la iglesia, y los habrá hasta el fin del mundo,
ésta en estos últimos días ha de ser la luz de un mundo que ha sido mancillado y
desmoralizado por el pecado. La iglesia, aunque es débil y defectuosa, y necesita
ser reprobada, amonestada y aconsejada, constituye el único objeto en la tierra al
cual Cristo otorga su suprema consideración.”16[17]
La iglesia debe ser amonestada, aconsejada, reprobaba, pero dentro de la
iglesia, no fuera de ella. Esa es la labor de los cada uno de nosotros, heraldos del
Señor.
El fin de la cizaña
El señor no señala el tiempo de cuándo será separada la cizaña, pero esto se
dará en el zarandeo. Después de este evento se notará con claridad quién es quién.
“Conforme vaya acercándose la tempestad, muchos que profesaron creer en
el mensaje del tercer ángel, pero que no fueron santificados por la obediencia a la
verdad, abandonarán su fe, e irán a engrosar las filas de la oposición.”17[18]
Cuando leí este texto por primera vez me pregunté, ¿quiénes son la oposición?
Pues bien, la oposición lo conforman todos aquellos que arremeten en contra del
pueblo remanente de Dios, a decir, la IASD, entonces, ¿los movimientos disidentes
que hoy se afanan en decir que la IASD es babilonia, o ha apostatado, etc. No se
constituyen en oposición? Desde luego, no es necesario ahondar mucho para
entender que el “zarandeo” ya empezó pues claramente estamos viendo cómo es
que muchos abandonan aseverando que conformarán un “nuevo remanente”. Sin
embargo, hay oportunidad para abandonar esa vana manera de pensar, y volver a
Dios conforme su Palabra habla (Is.1:18).
La mensajera del Señor señala que el Salvador no nos señala un tiempo en
que toda la cizaña se convertirá en trigo. El trigo y la cizaña crecen juntamente
hasta el tiempo de la cosecha, el fin del mundo. Entonces la cizaña se ata en
manojos para ser quemada, y el trigo se junta en el granero de Dios. "Entonces los
justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre". Entonces "enviará el Hijo
de Dios sus ángeles y cogerán de su reino todos los escándalos, y los que hacen
iniquidad, y los echarán en el horno de fuego: allí será el lloro y el crujir de
dientes".18[19]
CONCLUSIONES
De plano, la iglesia adventista del séptimo día es militante, es la que vemos
hoy, imperfecta, débil, a ella pertenecemos o pertenezco, no obstante, sé que la
iglesia triunfante es la que será al final. Pero ello debe ser demostrado con
frutos.19[20]
Después de un breve recorrido por la Biblia y el Espíritu de Profecía podemos
concluir:
Primero, a la luz de la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis y el
Espíritu de profecía, la idea de un pueblo escogido por Dios que se constituye como
el remanente del fin, es real.
Segundo, el pueblo escogido de Dios y remanente del fin, no es ajeno a la
imperfección, es defectuosa, no es perfecta, tal como el Arca de Noé y la vida de
muchos “hombres de Dios”, pero es la propiedad de Dios.
Tercero, el pueblo escogido de Dios y remanente del fin, es imperfecta
porque la constituyen humanos de carne y hueso, hombres y mujeres con tendencia
al mal, no obstante, es de realista presentar que en ella hay “cizaña y trigo”, y esto
lo advirtió Jesús mismo.
Cuarto, el campo de la parábola no es el mundo sino la iglesia de Dios. La
cizaña representa a los no convertidos, pero es Dios quien le pondrá fin a esta
mixtura entre el trigo y la cizaña.
Quinto, los opositores de la iglesia de Dios, son todos aquellos que se afanan
en sindicarla como la babilonia, la corrupta o la apóstata.
Sexto, no hay apoyo bíblico ni de Elena G. de White para la idea de un
remanente del remanente. Esta idea es opositora, es satánica.
Y séptimo, la IASD no es perfecta, esto no es algo nuevo. Pero, “puede
parecer que la iglesia está por caer, pero no caerá. Ella permanece en pie, mientras
los pecadores que hay en Sion son tamizados, mientras la paja es separada del trigo
precioso. Es una prueba terrible, y sin embargo tiene que ocurrir. Nadie fuera de
aquellos que han estado venciendo mediante la sangre del Cordero y la Palabra de su
testimonio serán contados con los leales y los fieles, con los que no tienen mancha ni
arruga del pecado, con los que no tienen engaño en sus bocas. Debemos despojarnos
de nuestra justicia propia y vestirnos con la justicia de Cristo”.20[21]
Antes de terminar este sencillo escrito, no puedo olvidar a Roberto, mi
compañero de estudios que después de haber colportado en Ecuador y Colombia y
haber tenido contactos con un grupo de individuos que entre otras cosas enseñaba
sobre “un nuevo remanente del remanente”, decidió abandonar su carrera teológica
e involucrarse con los disidentes.
Cuando estaba a punto de terminar este escrito, recibí un nuevo mensaje de
Roberto. Su mensaje me dejó triste y a punto de llorar. Por tres años había
predicado por Colombia, República Dominicana, Ecuador y México, durante ese
tiempo sentía que lo que hacía era correcto, iba a iglesias poco atendidas por los
pastores y se ofrecía a predicar, le invitaban a predicar a diferentes lugares,
hermanos desde los Estados Unidos, le daban ayudas económicas. La obra que
realizaba estaba en popa. Sin embargo, un día reflexionó sobre el ministerio que
había emprendido con éxito. Se preguntaba ¿cuál era su fin? No obtenía respuestas
concretas, se dedicaba a predicar en contra de la iglesia que le hizo conocer a
Cristo, predicaba en contra de los diezmos, de la organización de la corrupción de
los pastores, de la administración mafiosa que imperaba en la obra, de el estilo de
vida, y en tres años había visto que la Iglesia Adventista seguía creciendo, y el grupo
al que pertenecía menguaba cada día más. Algunos se cansaban, y se hacían de
familias, etc.
Fue en ese momento en que decidió abandonar el ministerio opositor en
contra de la Iglesia que le había enseñado a conocer a Cristo, y que un día lo motivó
a ser pastor.
Durante el tiempo en que predicaba en contra de la IASD, muchas veces lo
confrontaron bíblicamente y con los escritos de EGW, sin embargo aunque su error
era desenmascarado, su orgullo fue más.
Alejado de su ministerio disidente, quiso regresar a la IASD, pero no tenía el
valor. Por meses pasaba los sábados en su departamento, cuando iba a las iglesias
adventistas, no aceptaba predicar y cuando le invitaba también porque no quería
mostrar contradicciones con lo antes había dicho. Es por ello que como observador
pasivo en la obra de Dios, un día cayó en pecado.
Son casi dos años que Roberto está lejos de Dios, es ilegal en los Estados
Unidos, no asiste a la iglesia.
Desde aquí invito a todo aquél que un día se apartó de la IASD para engrosar
las filas disidentes de cualquier tipo, a que reflexiones sobre lo que hacen. La
reforma, el reavivamiento empieza en cada uno. Dios tiene un pueblo y vendrá por
ella muy pronto.
¡Maranatha…!
Por
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví