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Desde la más tierna infancia se les enseñaba que la familia de la cual eran
miembros constituía una auténtica unidad social y religiosa, cuyos poderes
estaban todos concentrados en la cabeza, en el paterfamilias, que era el
propietario de todo, con derecho de vida y muerte sobre todos los miembros de
la familia.
Hasta los siete años era la madre la encargada de la educación de los hijos. La
madre es la maestra en casa. Ejerce, pues, un papel de suma importancia: no
se limita sólo a dar a luz al hijo, sino que luego continúa su obra cuidándolo física
y moralmente. Por eso su influencia en el hijo será importante durante toda la
vida de éste.
entre los siete y los once años. En esta escuela el maestro, magíster ludi,
enseñaba escritura, lectura, cálculo y la Ley de las Doce Tablas. Se seguía el
sistema de la memorización y los castigos físicos eran muy frecuentes la letra
con sangre entra. Su aprendizaje estaba supervisado por un miembro del
servicio doméstico, el paedagogus.
Entre los 12 y 18 años Si la familia podía costeárselo los jóvenes proseguían sus
estudios con un grammaticus. Con él aprendían fundamentalmente teoría
gramatical, a leer con elegancia y entonación, algo muy difícil puesto que los
textos latinos no tenían separadas las palabras y además carecían de
puntuación, (se puede hacer una actividad con un texto sin separación de
palabras y sin puntuación y que lo hagan los alumnos) y a comentar textos de
los clásicos griegos y latinos.
Desde que el joven tomaba la toga viril hasta los 20 años. Los alumnos que
seguían estos cursos pertenecían a la clase alta. Esta etapa estaba impartida
por los rhetores. Enseñaban el arte de la oratoria y también, filosofía y
derecho ya que los alumnos se preparaban para la carrera política o las leyes.
Aunque la cultura y la educación romanas se han desarrollado más tarde que las
griegas, ambas han seguido una marcha semejante, como parte de un mismo
todo, que Toynbee y otros historiadores han llamado la "civilización helénica".
Sin embargo, la educación romana posee, a nuestro juicio, una importancia tan
destacada y su influencia ha sido tan grande en el mundo occidental, sobre todo
en los países latinos, que merece ser estudiada independientemente.
La cultura romana tiene como fondo, igual que la griega, una civilización anterior,
en este caso la etrusca, que alcanzo un gran desarrollo y que ha influido
grandemente en aquella, sobre todo en su arte y su religión, y se sospecha que
también en su educación, aunque carecemos de datos suficientes para
demostrar esto último.
A pesar de su estrecho parentesco, existen bastantes puntos de divergencia
entre la cultura y la educación griega y la romana. A nuestro juicio, y expuestas
muy sintéticamente, las principales características de la cultura y la educación
romanas son las siguientes:
1º.- En lo humano, la valoración de la acción, de la voluntad sobre la reflexión y
la contemplación.
2º.- En lo político, la acentuación del poder, del afán de dominio, de imperio.
3º.- En lo social, la afirmación de lo individual y de la vida familiar, frente o junto
al estado.
4º.- En la cultura, la falta de una filosofía, de una investigación desinteresada,
pero en cambio, la creación de las normas jurídicas, del derecho.
5º.- En la educación, la acentuación del poder volitivo del hábito y el ejercicio,
con una actitud realista, frente a la intelectual e idealista griega.
6º.- La necesidad del estudio individual, psicológico del alumno.
7º.- La consideración de la vida familiar, y sobre todo del padre en el ejercicio de
la educación.
8º.- Esto no obstante, en época mas avanzada, la creación del
primer sistema realmente de educación estatal, extendiéndola fuera de roma a
todos los confines del imperio.
En relación con la historia de la cultura, se puede dividir la historia de la
educación romana en los siguientes tres grandes periodos:
1º.- La educación de la época heroica-patricia, desde el siglo VI hasta el III a.C.
2º.- La educación de la época de influencia helénica, desde el siglo III al I a.C.
3º.- La educación de la época imperial, desde el siglo I a.C. al V d.C.
La pedagogía romana
Aunque los teóricos de la educación romana tienen menos importancia que los
de las griegas, pues entre ellos faltan los pensadores de la altura de platón y
Aristóteles, no dejaban de ofrecer interés, sobre todo por la influencia que han
ejercido sobre la posterior escolaridad occidental, que ha acudido a ellos aún
más que a los helenos.
Respondiendo al carácter de la educación romana, sus teóricos tienen un
carácter más pragmático que idealista, y más retórico que filosófico. Pero
también hay entre ellos pensadores que dieron una orientación ética, espiritual
a sus escritos. Característica en este sentido es la frase de la juvenal "se debe
al niño el máximo respeto" (máxima debelur puero reventia).
Catón el viejo (234-149 a. de c.) se puede considerar a Porcio Catón mayor como
el primer romano que escribe de educación. Redacto dos libros: sobre educación
de los niños y preceptos para el hijo por Plutarco, según hemos indicado
anteriormente. Defensor de las costumbres antiguas, lo decisivo para el era la
formación del carácter conforme a la tradición su ideal era "el hombre bueno,
diestro en discursos". Se oponía a la corriente helenista, intelectualista, de su
época, y acentuaba el valor de agricultura en la vida y la educación en general
era un espíritu conservador, arcaizante, aunque en los últimos años de su vida
reconoció el valor de la cultura griega. Marco Terencio Varrón (116-27).
Representa la transición de la educación antigua a la nueva, helenística. Autor d
una obra famosa, disciplinas en nuevos libros, que constituye una especie de
enciclopedia didáctica, trato especialmente la gramática y su enseñanza en un
modo científico. Su obra influyo grandemente en enciclopedias con fines
escolares, que tanto desarrollo alcanzaron posteriormente.
Marco Fulio cicerón (106-43 el mas grande de los pensadores romanos ejerció
también
Una gran influencia sobre la educación. Dotado de una gran cultura, reconoció
todo el valor que tenía la cultura y la filosofía griega para la cultura y la educación
romanas. Representa el tipo más puro de los humanistas, de la paideia, de la
cultura espiritual, Su finalidad es en este sentido la formación del político-orador,
que no solo debe conocer la retórica, sino también la filosofía. El ideal está
comprendido dentro del estado, pero un estado no solo nacional, sino también
mundial. Desde el punto de vista individual, ese ideal se manifiesta en el vir
bonus, pero con una amplia base cultural. Cicerón fue uno de los primeros en
tratar la educación desde el punto de vista psicológico al estudiar la selección de
la profesión, que debe acumularse a la peculiaridad individual. Escribió diversas
obras sobre el orador y, como platón, una sobre la republica y otra sobre las
leyes. Según Dilthey, cicerón" ha llegado a ser uno de los mas grandes maestros
de los pueblos modernos europeos".
Lucio Amneo Séneca (4 a. de c. - 66 d. c.). El gran filósofo estoico, nacido
en España, fue también educador como preceptor de Nerón. En sus obras
aparece frecuentemente la preocupación por la actividad educativa.
Respondiendo a su concepción filosófica estoica, la finalidad de la educación es
el dominio de si mismo, de las pasiones y a petitos personales. La educación
tiene así un carácter activo como lo manifiestan sus célebres frases: "no hay que
aprender para la escuela, si no para la vida". "los ejemplos conducen al fin mas
pronto que los preceptos. Aprendemos mejor enseñando". Séneca realzo
también la necesidad de conocer la individualidad del educando, y por tanto el
valor de la psicología para la educación. Asimismo, dice que la educación
retórica debe reducirse y en cambio aplicarse la filosófica: finalmente, exalta la
importancia del educador, a quien debemos apreciar como uno de nuestros más
queridos y próximos familiares"
Plutarco (48-120 d.C.). Su mayor influencia educativa la ha ejercido por medio
de sus célebres vidas paralelas, que han servido a lo largo de la historia para
inspiración de numerosas y prominentes personalidades. Se le atribuye también
un tratado sobre la educación de los niños, aunque no todos lo reconocen como
autor. En general, su ideal de educación es más bien ecléctico, tratando de
conciliar los fines helénicos con los romanos, en este sentido acentúa el valor de
la música y de lo bello en la educación, así como el de los ejercicios físicos, pero
también reconoce como fin supremota formación de carácter, por ultimo, da su
preferencia a la educación domestica sobre la escolar y afirmar la necesidad de
conocer la peculiaridad individual.
Quintiliano
Cada sociedad sufre un proceso de cambio, es por ello que se da una mirada al
pasado en el caso de la educación romana, la cual nos dio grandes aportes en
el sistema educativo que tenemos hoy en día. “Esta ciudad ubicada en el corazón
de Lacio nació como una urbe de pequeñas dimensiones en medio de un valle
rodeado por siete colinas, la mayoría de sus fundadores eran latinos.”¹ Aquí
radica la importancia de experiencias educativas de ese tiempo para relacionar
y dar identidad al quehacer educativo en México. Debido a que actualmente en
todo el mundo las instituciones educativas deben enfrentar retos particularmente
difíciles: debe formar ciudadanos capaces no simplemente de adaptarse a los
inadvertidos cambios de la sociedad y de las actividades técnicas y científicas,
sino de generar y conducir dichos cambios; deben de encontrar las formas de
incidir de manera cada vez más decidida, eficazmente en la sociedad y rescatar
el valor cultural de la educación. En base a esto, se debe conseguir un verdadero
cambio en la enseñanza del estudiante, para que así se pueda entender y
mostrar con evidencia, la herencia de esta cultura romana y comprobar cómo las
formas de enseñanza antiguas nos ayudan a entender mejor el presente en la
realidad educativa. Palabras clave: educación, sistema de enseñanza,
instituciones educativas, sistema romano.
INTRODUCCIÓN
tradición romana frente a los aires helenizantes de comienzos del siglo II a. C.,
quien educó personalmente a su hijo M. Catón Liciano, ya que, “según Plutarco
(Abbagnano, 1993), él mismo le enseñaba las letras, le daba a conocer las leyes,
y lo ejercitaba en la gimnasia, adiestrándolo no solo a tirar con el arco, a manejar
las armas y a gobernar un caballo, sino también a herir con el puño, a tolerar el
calor y el frio y a vencer nadando las corrientes y los remolinos de los ríos”; y el
propio Plinio el Joven, refiriéndose a los primeros momentos de la Historia de
Roma, recoge esta misma caracterización, pero de forma genérica: “cada uno,
afirma, tenía por maestro a su propio padre, y quien carecía de él tomaba como
padre a algún anciano distinguido y prudente; así aprendían de la forma más
segura, por los ejemplos y la práctica, cuál era el poder de los relatores, el
derecho de los que se oponían, la autoridad de los magistrados, la libertad de
los otros…” (De león, 2013) En principio, al cabo del año terminaba ese
aprendizaje propiamente dicho y el joven romano partía para enrolarse en el
ejército” (Marrou, 2004)”; pero el aprendizaje político era una cosa demasiado
seria como para considerarlo concluido con tanta rapidez. El joven noble
continuaba siguiéndole los pasos a un hombre político de éxito, a su propio padre
o con más frecuencia, a un gran protector. Lo mismo ocurría con la carrera militar.
Durante el primer año se prestaba servicio como soldado raso: se creía
conveniente que un futuro jefe aprendiese ante todo a obedecer, y para una
futura carrera política siempre se veía bien haber recibido alguna herida gloriosa
o haber realizado alguna hazaña de novato. Pero, desde luego, los jóvenes
nobles no eran tratados como simples soldados: tenían padrinos encargados de
dirigirlos y protegerlos. Por otra parte, muy pronto dejaban de ser meros soldados
para servir como oficiales de estado mayor, ya porque fuesen elegidos para ese
grado por el pueblo o porque los designase el mismo general en jefe. “Agregado
administrativo” u oficial del estado mayor, el joven aristócrata romano concluye
su formación a la sombra de una alta personalidad a quien profesa respeto y
veneración. Para enlazar esta formación educativa de los romanos que tenían
de manera participativa en el ámbito social, cultural y político con el contexto
actual de México, se vislumbra en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos que nos rige en su artículo 24. “Toda persona tiene derecho a la
libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar,
en su caso, la de su agrado. Esta libertad incluye el derecho de participar,
individual o colectivamente, tanto en público como en privado, en las ceremonias,
devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o
falta penados por la ley”. Ahora bien, definiendo el contenido de aquella antigua
educación, advierto, en primer lugar, un ideal moral: lo esencial es formar la
conciencia del niño o del adolescente, inculcarle un sistema rígido de valores
morales, de reflejos seguros y un estilo de vida. En suma, lo que caracteriza a
Roma es que ese ideal romano no fue discutido jamás. La educación moral del
joven romano, se alimentaba por una selección de ejemplos que se ofrecían a
su admiración; poco importaba que muchos de estos ejemplos fuesen
legendarios: se los presentaba y se les revivía como históricos. Se encuentra
aquí la dominante familiar en la educación. La cultura romana será siempre una
cultura aristocrática: al viejo patriciado le sucede una nueva nobleza, no menos
preocupada por ilustrar sus tradiciones familiares. Al joven noble no sólo se le
educa en una atmósfera de respeto a la tradición nacional, sino también de
respeto a las tradiciones propias de su familia.
Así de esta manera, el joven romano aprende únicamente aquello que debe
saber un buen propietario rural, y en primer término, la agronomía. Es preciso
que él mismo sepa dar valor a sus bienes: sino cultiva él mismo la tierra, por lo
menos debe dirigir la explotación, supervisar el trabajo de los esclavos, aconsejar
a su granjero o a su capataz. En términos generales, la aristocracia romana supo
adaptarse con flexibilidad a la evolución de las condiciones económicas y
aprovechar todo el aporte de la agronomía científica, helenística o cartaginesa.
Junto con la agricultura, se preocupan por enseñar a sus hijos todo cuanto un
gentil hombre rural estima útil conocer.
LA EXPANSIÓN ROMANA
No fue este el sistema que subsistió, ya que se produjo un cambio tan radical en
el concepto de la enseñanza que los sistemas resultaron totalmente diferentes.
Debido que “a partir del siglo VI al I a.C. se iniciaba la expansión romana,
sufriendo un cambio completo como consecuencia de las modificaciones que
tiene la sociedad y la cultura, este período del proceso se denomina Roma
republicana.” La contraposición entre romanos y griegos se funda ante todo en
el contraste entre dos estadios de desarrollo anacrónicamente correlacionados:
lo que gusta corrientemente llamarse virtud “romana” no es otra cosa que la vieja
moral de la ciudad antigua, a la que se mantuvieron fieles los romanos de la
República. Por una parte, la originalidad romana, frente a la griega, se haya
marcada por ese arcaísmo remanente. Roma no se liberará jamás por completo
del ideal colectivo que consagra el individuo al servicio del Estado; jamás
consentirá en renunciar a él, ni aun cuando la evolución de las costumbres la
haya alejado de aquél; Roma volverá sus ojos con nostalgia hacia ese ideal y se
esforzará periódicamente por retornar a él. Durante los primeros siglos de su
desarrollo, la civilización romana se fue forjando de manera independiente, al
margen del mundo griego, sin sufrir todavía profundamente la influencia de éste.
En la medida en que subsista alguna influencia de ese sentido primitivo en la
cultura latina posterior, incluso cuando haya sido como absorbida en el área
helenística, Roma continuará contraponiéndose a Grecia. En particular, si la
educación latina sigue siendo, hasta el fin, algo muy distinto de la educación
clásica griega, a la cual sin embargo veremos que se amolda estrechamente, es
en la medida en que conserva ciertos rasgos de aquella vieja y original educación
romana. De esta manera, la educación dejó de ser patriarcal con la llegada de
los esclavos griegos, mucho más instruidos que los romanos, se crean en Roma
las primeras escuelas. El niño ya no estará al lado del paterfamilias, si no que
pasará a manos de magister. Por lo que hizo necesario abrir nuevos caminos en
el mundo de la educación, el resultado de todo ello fue la implantación de “un
sistema educativo (Ludus litterarius) distribuido en tres niveles de enseñanza:
primaria, secundaria y superior.” (Marrou, 2004). Así, las familias que tenían
medios económicos pudieron disponer de este sistema de estudios para sus
hijos: En la primera etapa educativa, las escuelas estaban a cargo de un ludi
magister ("maestro"), que impartían la educación elemental (Ludus Principalis).
Aquí el niño a partir de los siete años aprendía con un maestro a leer, escribir y
hacer algunas operaciones elementales. La disciplina era severa, pero los niños
jugaban con letras de madera o marfil y con ellas aprendían a leer y a escribir.
Por eso a esta escuela le llaman «juego» (ludus) y el maestro era magister ludi.
La escuela se situaba en un pequeño cuarto 4
Ahora, la época de esplendor del imperio del Siglo I al V d.C. se caracteriza por
tener una gran influencia de la cultura griega. Debido a la formación de una
nueva clase social que ostenta el poder político, se exige una educación superior.
El espíritu de la nueva educación busca el ideal de la perfección humana. Este
ideal se enfoca en la formación del Político y del Orador basándose en una
cultura político- jurídica. Además, el político o el orador debían estar versados en
Retórica y Filosofía. Por lo anterior, la institución educativa debe cambiar y la
manera de enseñanza
también, ya que hoy en día las instituciones educativas en todo el mundo deben
enfrentar retos particularmente difíciles: debe formar ciudadanos capaces no
simplemente de adaptarse a los inadvertidos cambios de la sociedad y de las
actividades técnicas y científicas, sino de generar y conducir dichos cambios;
deben de encontrar las formas de incidir de manera cada vez más decidida,
eficazmente en la sociedad y rescatar el valor cultural de la educación. Estos son
algunos de los aspectos en que se resume el reto de mejorar la institución
educativa presente, como fue ejemplar el pueblo de Roma; que en su proceso
evolutivo fue renovando la enseñanza. Por tanto, la institución educativa se
ocupa de la socialización del alumno y de la transmisión de la herencia cultural
de una sociedad de una generación a otra (en este caso de la herencia romana).
De esta manera, es interesante ver la ubicación temporal de la modernidad
centrado en nuestro tiempo y centrado en la educación. Con el Imperio, cambia
la estructura política y social y por tanto la educativa en Roma. Así mismo, se
identifica por adoptar la educación helenística al espíritu romano y a los medios
de la expresión latina. La pedagogía romana tuvo un sentido pragmático y fue
más retórica que filosófica. En la época anterior, en la roma republicana ya
existía el modelo de educación básica, se distingue de la anterior, por su
organización; deja de ser un asunto particular, privado, para convertirse en una
educación pública. Debido al panorama anterior, se realizará una analogía con
la actual Educación Pública en México, en la que su objetivo general de acuerdo
a la Secretaria de Educación Pública es “Garantizar el derecho a la educación,
entendido como la igualdad de oportunidades para el acceso, la permanencia y
el logro educativo de todos los niños y jóvenes del país en la educación básica.
Garantizar que todos los niños y jóvenes que cursen la educación básica
adquieran conocimientos fundamentales, desarrollen competencias, valores y
comportamientos necesarios para alcanzar una vida personal y familiar plena
para ejercer una ciudadanía responsable y comprometida, participar en el trabajo
productivo y continuar aprendiendo a lo largo de la vida.” “Esta transformación
comienza en el S. I a.C. con la creación de escuelas municipales, en las que el
estado interviene más bien con asistencias y una cierta inspección; pero después
llega a hacerse su legislador y director.” Aun en esta época del Imperio, la
instrucción colectiva en la escuela es ya una costumbre arraigada desde mucho
tiempo atrás, se discuten todavía, según el testimonio de Quintiliano, las ventajas
y los inconvenientes de ambos sistemas, y no siempre se renuncia al viejo
método que retenía al niño en el seno de la casa familiar. La organización de la
enseñanza siguió siendo parecida a de época anterior con sus tres grados del
literato, el gramático y el retórico; pero con su nuevo sentido imperial, de
absorción y nacionalización de los países conquistados. A la liberación de la
cultura de la época anterior, siguió ahora la universalización de la cultura romana
y en particular de la lengua latina, así como de su derecho. También en este
periodo surgen las Universidades o las Instituciones de Educación Superior,
indiscutiblemente estas instituciones eran y siguen siendo los centros
generadores del pensamiento, los saberes y el conocimiento de las sociedades
como se ha apuntado y, son por excelencia también, los centros que sintetizan
lo importante de las nuevas formas culturales que emergen y al mismo tiempo
conservadoras de las manifestaciones culturales que proveen de identidad y
pertenencia. Producto de esta incertidumbre frente al panorama surgen
interrogantes como; ¿se tendrá claro en las instituciones educativas
actuales sobre qué tendencias operan sus cambios?, ¿los cambios se están
generando a partir de una conciencia de estudio de los antecedentes históricos
educativos? Evidentemente desde las instituciones, los actores educativos
deben reflexionar conforme a esas tendencias. Esto se somete a que aun cuando
muchas instituciones pueden estar seriamente interesadas en mejorar, no lo
hacen porque no saben cómo hacerlo. Se hace indispensable, entonces, la
generación de elementos que aporten apoyo en todos los renglones relevantes
para el mejoramiento de la calidad y la eficiencia de las instituciones y los
programas de innovación y actualización, métodos de enseñanza, entre otros.
Aquí radica el impacto y trascendencia que tiene el sistema de enseñanza
romano hasta nuestros tiempos actuales, en donde debe de haber un progreso
significativo y aprender de la experiencia. Es por ello como afirma Marco Tulio
Cicerón "Quien olvida su historia está condenado a repetirla".
CONSIDERACIONES FINALES
La cultura romana tiene como fondo, igual que la griega, una civilización anterior,
en este caso la etrusca, impugnar la incómoda presencia de un pueblo de origen
extranjero, hablo de los etruscos (quienes eran las personas que pertenecían al
pueblo que habitó en Eutroria antes de ser dominado por Roma) que alcanzó un
gran desarrollo y que ha influido grandemente en aquella. La educación en Roma
no es algo inalterable, sino que se vio sometida a diferentes transformaciones a
lo largo de la historia. Por un lado, el cambio de la sociedad romana y por otro la
influencia de Grecia que se proyectaron sobre el modelo educativo de Roma.
Los romanos plasmaron una cultura que sustituyó una síntesis superior de las
culturas anteriores, pero con el sello peculiar de su realidad telúrica, histórica y
social. Por lo tanto, la educación romana posee una importancia tan destacada
y su influencia ha sido tan grande en el mundo occidental, sobre todo en los
países latinos dejándole una herencia en diversos temas de formación (música,
artes, escritura, etc.). Muestra de ello es el impacto y aporte que tiene hasta
nuestros días, por ello resultó imprescindible conocer la historia y evolución del
sistema de enseñanza informal y formal el cuál ha sido transformado, pero con
la iniciativa de esta cultura.