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MECANISMOS INICIALES DE FORMACIÓN DE CUENCAS

La formación de una cuenca tiene siempre, en mayor o menor grado, una relación con la
dinámica existente entre el manto superior y la litosfera en una zona más o menos próxima a la
citada cuenca. Esto quiere decir que el mecanismo inicial de la formación de dicha cuenca no
hemos de buscarlo en la propia cuenca puesto que difícilmente será coetáneo a la misma, sino
que empezaría posiblemente a gestarse decenas de millones de años antes.
Si nos preguntamos dónde se forma una cuenca, tendríamos que responder por partes; primero,
que está en relación con la dinámica en las placas litosféricas y si hay tensión, compresión o
estabilidad en ellas o entre ellas y, segundo, ver dónde y cómo se ha generado dicho esfuerzo y
cuánto dura. En función de esta respuesta obtendremos cómo se ha iniciado la cuenca, pero el
tipo de cuenca y su estilo de relleno se debe ya a la interacción de diferentes procesos que
veremos más adelante.
Los mecanismos que alteran la estabilidad de las placas litosféricas incluida la de la parte
superior de éstas, que es donde de generan las cuencas, se inician en el límite entre la litosfera y
la astenosfera o, mejor dicho, inciden en dicho límite, pero se generan en zonas más profundas
del manto. Las dos ideas con mayor respaldo científ co sobre las primeras etapas de génesis de
las cuencas se basan en la actividad de movimientos convectivos en el manto superior o en la
tensión en el interior de las placas; en ambos casos terminan provocando subsidencia mediante
extensión, contracción o deformación flexible

Cuencas
Cuencas pull apart se ubican entre la gruesa corteza continental y la delgada corteza oceánica
generalmente costa afuera.

Cuencas transtensionales
En el movimiento de una falla en dirección que presente ondulaciones se formarán áreas
deprimidas en las zonas de transtensión. Estas zonas recibirán sedimentos procedentes de sus
bordes y áreas elevadas por plegamiento y fracturación (en las zonas de transpresión) que
también aportarán sedimentos a las zonas deprimidas. Esto se puede dar en curvaturas suaves
o muy acusadas, aunque la forma es ligeramente diferente (Crowell, 1974a; fi gura 22.34), en
el primer caso se forma una cuenca en forma lenticular vista en planta, llamada cuenca de
disipación (releasing bend), mientras que en el segundo se forma una de forma oblonga
denominada cuenca de separación

(pull-apart basin). Estos últimos tienen mayor importancia, aunque la escala de estas cuencas
varía desde unos pocos metros a va rias decenas de km de longitud. La corteza continental se
estira y puede llegar a dar lugar a la aparición de rocas volcánicas en el centro de la cuenca
(Crowell, 1974b; fi gura 22.36).

Los sedimentos pronto rellenan el espacio creado por el movimiento. Es habitual que primero
se forme un lago si el fenómeno ocurre en áreas continentales, pero como la diferencia de
relieve entre el fondo de la cuenca y los bloques marginales es grande, descienden abanicos
aluviales que pueden colmatar la cuenca, y si el movimiento continúa, pueden formarse en el
centro redes fl uviales longitudinales. Hay que destacar la importante potencia estratigráfi ca
de estos sedimentos. La Brecha Violín, asociada a la falla San Gabriel en el S de California tiene
unos 12.000 m de sedimentos acumulados (Crowell, 1974a) y Steel y Gloppen (1980) describen
en otros ejemplos espesores cercanos a los 26 km. Los trabajos de Cunningham y Mann (2007)
y Storti et al. (2003) son las referencias básicas modernas sobre estas cuencas.
El mar Muerto constituye un ejemplo clásico de este tipo de cuencas. Tiene más de 10 km de
sedimentos acumulados desde el Mioceno hasta la actualidad y su depocentro migra
rápidamente hacia el N. Su relleno está formado por tres grandes grupos (Neev y Emery, 1967;
Zak y Freud, 1981), comenzando por 2.000 m de depósitos continentales clásticos miocenos al
S, cerca del mar Rojo, seguidos por 4.000 m de evaporitas marinas depositadas en la Fosa de
Sodoma, algo más al N, y de edad Plioceno-Pleistoceno inferior. Actualmente la sedimentación
tiene lugar en la fosa Amora-Lisan, donde se han acumulado unos 3.500 m de evaporitas y
carbonatos lacustres y sedimentos aluviales asociados, que han reaccionado a los esfuerzos
tectónicos deformándose diapíricamente. Las cuencas pull-apart con evaporitas como
componente principal de su relleno han recibido poca atención comparadas con sus
equivalentes con relleno dominado por sedimentos siliciclásticos. El mar Muerto es un pull-
apart originado en un sistema de fallas en dirección sinistrales con un ligero componente
extensional provocado por una ligera componente de separación de los bloques litosféricos
implicados

Fallas de transformación son fallas de rumbo especiales. Este tipo de fallas se puede encontrar
en el fondo marino, segmentando la placa oceánica. La génesis de placa oceánica en el lomo
central oceánico no ocurre con la misma velocidad en todos sectores. Significa un segmento
tiene una velocidad alta un otro segmento una velocidad más baja. Los dos segmentos muestran
entonces un desplazamiento entre sí. Al otro lado del lomo central los segmentos se mueven
hacia el otro continente. La misma falla de transformación puede ser una falla sinistral en un
sector y en el otro sector una falla destral. Normalmente, en la geología tradicional, las fallas de
rumbo no pueden cambiar su sentido destral o sinistral a lo largo de su apariencia. Las fallas de
transformación son un buen ejemplo en que forma la teoría de la deriva continental cambió
algunos principios geológicos básicos.
Se llaman fallas transcurrentes a las grandes fallas con salto en dirección (movimientos
horizontales). Las fallas transformantes son un tipo particular de estas que cortan a las
dorsales o las zonas de subducción. Las fallas generalmente no son rectilíneas y pueden
presentar sectores con componentes de extesión (áreas transtensivas) y de compresión (áreas
transpresivas).

Transtensión y transpresión
Sistemas de transtensión y transpresión muestran una cierta componente de strike-slip (falla de
rumbo) y una componente vertical, que puede ser tensional o compresional. En el diagrama de
"tipos de desplazamientos" se puede incorporar a las fallas obligues o fallas tipo dip-slip, fallas
con componente strike-slip y componente vertical.

El modelo de RIEDEL puede explicar en forma satisfactoria el fenómeno.


Sistema de Riedel (según RIEDEL, 1929) son un conjunto de varias estructuras tectónicas a
causa de dos fallas de rumbo (fallas principales):
1. Fallas conjugadas (destral o sinistral: las fallas que corren entre los dos sistemas principales.
2. Estructuras de transpresión: Cabalgamientos, fallas inversas, horst
3. Estructuras de expansión: Diques, vetas, fallas normales, graben
Un aspecto importante que hay que resaltar antes de empezar este capítulo es que, la
reconstrucción de una cuenca con sus diferentes estados evolutivos, objetivo final de los
procesos sedimentarios, no puede realizarse sin tener en cuenta que la evolución tectónica del
área es una de las causas inmediatas que controlan dichos procesos, y por tanto, su resultado
final, las facies sedimentarias

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