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UBICACIÓN GEOGRÁFICA

Apurímac está constituida por siete provincias, 80 distritos y alberga a 377 comunidades
campesinas. Su quebrada más baja está situada a 1.700 metros sobre el nivel del mar y el
techo regional tiene como dueño al Ampay, de 5.330 metros.

Su territorio abarca una superficie de 20 891.79 Km². Cuenta con cuatro pisos altitudinales:
Quechua, Suni, Puna y Janca. Limita por el norte con las regiones de Cusco y Ayacucho (ceja
de selva); por el este con Cusco (Chumbivilcas, Paruro y Anta); por el sur con Ayacucho
(Parinacochas) y Arequipa (La Unión); y por el oeste con la región Ayacucho.

Tiene una población de 404,190 habitantes y una clara preponderancia de la población rural.
Su densidad poblacional es inferior al promedio nacional, aunque con grandes contrastes.
Mientras que la provincia de Antabamba presenta una densidad de 3,81 hab/Km2, Chincheros
posee una densidad de 41,52 hab/Km2.

Su sistema orográfico está conformado por tres cuencas hidrográficas: la cuenca del río
Apurímac, la cuenca del río Pachachaca y la cuenca del río Pampas. Presenta más de 150
ríos y riachuelos y cerca de 300 lagunas.

Las fuentes hídricas en su mayoría están formadas por las lagunas, zonas de bofedales y
nevados ubicados en las partes altas del territorio que son las que nutren las aguas
superficiales y subterráneas (manantes) que aparecen en las cuencas medias.

CULTURAL
La Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2007-2008, muestra que el nivel de educación
alcanzado por la población de Apurímac de 15 años a más fue relativamente bajo: el 20.5% de
pobladores nunca logró aprobar ningún grado de educación primaria. Poco menos de la
tercera parte de la población 32.6 % aprobó algún grado de educación primaria o consiguió
completarla. Una cuarta parte 33.3% aprobó algún grado de secundaria o logró culminarla. El
13.6% restante aprobó algún grado de educación superior universitaria o no universitaria o
logró culminarlo. De lo señalado, se desprende que Apurímac es uno de los departamentos
con menor desarrollo educativo del país.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI); Encuesta Nacional de Hogares
(ENAHO)- Anual 2007-2008.

Un análisis de género muestra que las mujeres son las que menos acceso tienen a los
servicios educativos. Este problema es estructural, pues en regiones andinas como Apurímac,
la mayoría de los roles en la casa y en la chacra los cumple la mujer, siendo responsables de
la producción y de las actividades educativas de los niños, mientras que el hombre busca
ingresos en actividades como el comercio y la construcción. Esto condiciona en gran medida
la presencia de mujeres en las escuelas e instituciones de las zonas rurales; además del
hecho de que en las zonas andinas más alejadas, el ingreso a las escuelas es tardío por las
grandes distancias que deben recorrer los menores a pié para llegar a un centro educativo (de
una a dos horas aproximadamente).

Además que el idioma quechua sigue siendo el principal en la zona, motivo por el cual el
proceso de aprendizaje y sensibilización es lento y debe de ser concebido bajo esquemas
interculturales y de inserción paulatina al escenario actual.
RECURSOS HÍDRICOS
El drenaje hidrográfico en el territorio de Apurímac tiene una orientación general de Sur a
Norte y todos sus ríos pertenecen a la cuenca del río Apurímac. Los principales ríos se
originan en la cordillera Occidental, siendo los más importantes: el Apurímac, que sirve de
límite con el departamento del Cusco, y el Pampas que constituye el límite entre el
departamento de Apurímac y el de Ayacucho.

La distribución de aguas en la región es muy heterogénea, pues a pesar de que el potencial


hidrográfico de Apurímac es abundante y diverso , existen bolsones de aridez por razones
orográficas, lo cual determina que en algunos valles el agua sea un recurso insuficiente.

CLIMA
Dada la heterogénea topografía de la región Apurímac, existe una diversidad de climas y
micro climas enmarcados en dos grandes ciclos naturales: el período de lluvias que
comprende los meses de noviembre a marzo y el estiaje que abarca el resto del año, con un
período crítico entre septiembre y octubre. Las lluvias se ausentan de abril a septiembre y la
temperatura desciende entre junio y septiembre, con fuertes heladas desde las partes altas
hasta las bajas, afectando la flora y fauna. Las precipitaciones más intensas se producen a
partir de noviembre y pueden extenderse hasta el mes de abril, alcanzando un promedio de
600 a 700 milímetros por año.

Los análisis climatológicos son escasos, puntuales y limitados a zonas específicas, sin
embargo, se puede indicar que en los últimos cinco años, las precipitaciones han disminuido y
aumentado su intensidad en los últimos meses de cada año; también se han venido
presentando sequías de corto plazo – veranillos, que corresponden a una interrupción de
varias semanas de la lluvia torrencial. La temperatura se ha incrementado en la estación
cálida y las heladas son más intensas en los meses de junio y julio.

BIODIVERSIDAD
La fisiografía de la región Apurímac ha generado condiciones para que se presenten varios
microclimas que favorecen el crecimiento de una flora variada y que el hombre ha podido
reconocer y utilizar para sus diversos fines. Estas formaciones vegetales han permitido la
presencia de herbívoros pequeños y grandes, favoreciendo a su vez la llegada de carnívoros
como el zorro andino, el puma, el gato montés y las comadrejas pequeñas.

El ámbito del Proyecto presenta un predominio de praderas y pastizales, conformados por


ecosistemas de pajonales, dominados por gramíneas altas apetecibles por el ganado como:
Calamagrostis ovata, Calamagrostis vicunarum, Stipa spp. y Festuca sp. Alternándose, con
asteráceas tales como Baccharis caespitosa, Belloa sp. o representantes de otras familias
como Gentiana sedifolia, Opuntia flocosa, etc; y bofedales u oqonales, por encima de los
4,000 msnm, conformados por suelos inundados que albergan plantas arrosetadas que crecen
pegadas al suelo, tales como Azorella sp. o Distichia muscoides.

Estos ecosistemas están asociados a la cultura pastoril de las comunidades altoandinas, pues
proveen de alimento al ganado que es criado por los pobladores. Una variedad de especies de
aves y mamíferos frecuentan estos ecosistemas, como perdices (Tinamidos), palomas y
torcazas (Columbidos), mineritos y dormilonas (Furnaridos) y jilgueros (Fringillidos) en los
pajonales; y ganso andino (anatidos), chorlitos y gaviotas en los bofedales. De los mamíferos
grandes encontramos principalmente a la taruka (Hippocamelus antisensis), vicuñas, y ganado
exótico (euqinos, vacunos, ovinos).
Otro ecosistema típico en la zona es el monte ribereño conformado por especies vegetales
verdes que crecen en los márgenes de los cauces de los ríos de forma natural. Las especies
representativas de este tipo de vegetación son del género Bacharis, Bidens, Calceolaria. En
este ecosistema se pueden observar aves insectívoras.

En las zonas de pendientes colinosas y pronunciadas, el ecosistema de matorral se


caracteriza por especies típicas estacionales, dependiendo de las lluvias para su continuidad.
Entre las especies encontradas tenemos a asteráceas de los géneros Baccharis, Berberis, y
Bernadesia.

En algunas zonas, la roca madre está desnuda, formando condiciones para que se desarrolle
una vegetación adaptada a las condiciones que brindan las rocas de almacenar calor y
humedad durante el día. En esta vegetación se encuentran varias especies de interés
biogeográfico (especies endémicas) y para la conservación como Puya sp (Bromeliaceae) y la
gran mayoría de los pteridófitos y las valerianáceas.

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