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global” para hablar sobre un mundo interconectado por las maravillas de la comunicación
electrónica, en el cual las viejas barreras sociales, raciales y étnicas se derrumbarían y
llegaríamos a tener una conciencia única. ¿Hemos llegado a esta “aldea global”?1
“Como todo proceso de transformación histórica, la era de la información
no determina un curso único de la historia humana. Sus consecuencias, sus
características dependen del poder de quienes se benefician en cada una de
las múltiples opciones que se presentan a la voluntad humana." (Manuel
Castells)
I. Introducción
Marshall McLuhan, murió en realidad en 1980, pero este libro vio la luz en 1989, en inglés,
en la Oxford University Press bajo el título de The Global Village y fue traducido luego en
Barcelona en 1990. Escrito que empujan a él las constantes referencias a globalización, y “lo
global”, que fue un término puesto de moda primeramente por él. Todo aquello que incluya
que se encuentra tan complicado, lastimado y tan maltratado por los mismos seres humanos,
sosteniendo que la denominada aldea global era el primer libro escrito para el “hemisferio
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Ensayo en la catedra de Comunicación Global
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Cursante del Doctorado en Ciencias Organizacionales por la Universidad de los Andes, Venezuela.
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derecho del cerebro”, una de las tesis principales que subyacen a todo este esfuerzo por
entrever lo que suponía McLuhan, que sería el futuro: nuestro presente actual.
Tan fuera de la realidad estaba el autor, al pretender que esta aldea global seria a través de
pensamiento e interese, buscando una conciencia única, sin importar las barreras sociales,
raciales y étnicas y más bien lo que podemos ver en estos días es un mercantilismo por las
cosas que nos rodean y una presión por parte de occidente por vendernos todo, hasta la forma
de vivir.
de sus actividades, sus prioridades, así como sus necesidades las cuales cada vez son más
medida que éstas han implicado un aceleramiento notable en cada una de las dimensiones de
en gran parte del mundo, en lo que se refiere al desarrollo y ha brindado a muchas de esas
naciones acceso a un conocimiento que hace un siglo ni siquiera estaba al alcance de los más
ricos del planeta. Este proceso en si no es bueno ni malo, siempre existirá desventajas entre
los países que tienen el control de la economía, ante los subdesarrollados, pero lo que sí es
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una realidad latente, que la globalización está aquí y vino para quedarse, tenemos que afrontar
el reto y aprovechar las oportunidades y enfrentar las amenazas, que esto trae consigo.
A decir de (Castells, 1999) que los Estados sometido a las presiones de cambio Tecnológico,
las mejores estrategias para tratar los problemas planteados por la globalización, esto
las barreras a los límites geopolíticos, lo cual genera que los países se vean obligados a
Es así como, la “Globalización” que estamos viviendo es muy distinta a la imaginada por
McLuhan, ésta no nos ha “unido” en absoluto; más bien pareciera haber hecho todo lo
contrario, y cada vez se parece más a un proceso que buscara resolver las cosas basándose
casi siempre en las individualidades: “Tú tienes que ser o volverte como yo.”
Pareciera que lo que realmente enfoca la globalización, es que todos fuéramos un único
porque entonces las ventas de todas las cosas agotarían todas sus inventarios y así las grandes
transnacionales, serían las beneficiadas, buscando conseguir en las personas la utopía de ser
personas felices.
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Lo que caracterizaba el esfuerzo de McLuhan durante los últimos años de su vida era analizar,
discutir y tratar de ir hacia el futuro. Pero lo que veía a través de su análisis era que el mundo
estaba en realidad dividido por dos visiones distintas y enfrentadas: Lo que él llamaba el
espacio visual “el hemisferio cerebral izquierdo” y el espacio acústico “el hemisferio cerebral
derecho”, a los cuales quería tratar de equilibrarlos. De esta manera es como alcanzaríamos
colores, ideologías, culturas, maneras de ser, etcétera. Pero nuestra realidad en la actualidad
Las diferencias entre la manera de enfocar las cosas por parte de nuestros dos hemisferios
precedido los últimos cuatro mil años de la civilización occidental. “El Hemisferio Izquierdo,
aborrecía dar prioridades y rótulos”. Junto con esto, declaraba que si no se establecían
condiciones para conciliar estos hemisferios, el resultado sería la violencia, que es lo que
estamos viviendo en nuestros días. El autor sostenía que los valores orientales eran
espacio visual) es muy importante y en él todas las cosas están conectadas en forma
secuencial y los centros están separados pero tienen límites fijos. Mientras que en la
estructura del espacio acústico, la función del hemisferio derecho, los procesos se relacionan
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en forma simultánea, y existen centros en todas partes pero ningún límite. (McLuhan, 1991,
pp. 25-26).
Otro enfoque similar menciona, que la cultura del hemisferio derecho tiene una gran afinidad
un lado está lo que McLuhan llama “Espacio Visual (la forma de percepción lineal,
cuantitativa característica del mundo occidental); y por el otro, el Espacio Acústico (el
razonamiento holístico, cualitativo de Oriente). Pero además estos autores sostienen que el
medio impreso estimula y conserva la percepción del Espacio Visual; sin embargo, al igual
global de medios de comunicación están llevando a sus usuarios hacia una orientación más
dinámica y con muchos núcleos del espacio acústico (Contratapa del libro La Aldea Global,
Los antiglobalizadores se indignan por la forma en que nos están vendiendo la idea de un
mundo globalizado, como si hubiera un contagio colectivo a aceptar esas propuestas sin
plantearse preguntas, o sólo hacerlo y es que entre las muchas cosas que están pasando es
que la reglas respetadas hasta ahora están cambiando, como lo atestiguan las reglas del libre
comercio o más conocido como outsourcing, que permite que en muchas partes sea posible
producir y comerciar con impuestos fiscales mínimos (paraísos fiscales) y sin ningún respeto
esos países adonde acuden las multinacionales a buscar lo que necesitan para hacer real la
globalización; no es ninguna casualidad que vayan ahí a menudo, pues se trata de países muy
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aprovechando los costos bajos, principalmente de mano de obra. “La globalización necesita
una competición dura, radical y despiadada, necesita grandes beneficios para hacer grandes
inversiones, necesita la selección porque practica un juego duro y no puede acarrear consigo
II. Conclusiones
Podemos afirmar que lo avizorado por McLuhan, si cada vez hay unos medios más
floración de diversas culturas que todavía ostenta. Todos los demás pueblos, perderán su
identidad, y el mundo futuro va a ser menos pintoresco, impregnado de menos color local
con subproductos de ruda calidad. Seria, la cultura de masa globalizada. Esta situación nos
lleva a la plantearnos el futuro que nos puede traer y en ciertos casos somos testigos de lo
Lo que diagnostico en los años 60 Marshall McLuhan y denominó “la aldea global” para
hablar sobre lo que produciría un mundo interconectado en el futuro, por las maravillas de la
comunicación electrónica. Las imágenes audiovisuales de los medios pasaron a formar parte
de nuestra vida cotidiana casi con el mismo peso que las que percibimos directamente. Antes
éramos habitantes de un mundo construido desde nuestro hogar y donde a lo sumo leíamos
historietas sobre tiempos y lugares lejanos. Ahora vivimos en una aldea donde nos cruzamos
permanentemente con todos los lugares y todos los tiempos en forma automática, que muchas
veces predominan sobre las personas y lugares con los que convivimos. El inmenso mundo
que para nosotros era cuando niños, se ha convertido para nosotros en una pequeña aldea
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global, y las características de los medios vuelven a emerger en la sociedad comportamientos
tribales. Evidenciando que las barreras sociales, raciales y étnicas, en vez de derrumbarse se
agudizaron en las sociedades, sin poder llegar a tener una conciencia única o una aldea para
todos.
Fukuyama, F. (2004). La construcción del Estado. Hacia un nuevo orden mundial en el siglo
XXI. Barcelona: B, pag 143-153.
McLuhan, Marshall y Powers, B.R. (1991). La Aldea Global, 1ª edición, México, PAIDOS,
1991, p. 203.
Palacios, J. (2011). El orden mundial a inicios del siglo XXI. El orden mundial a inicios del
siglo XXI , XVIII (52) . Guadalajara: Espiral.