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En los años 60 un profesor canadiense Marshall McLuhan elaboró el término “la aldea

global” para hablar sobre un mundo interconectado por las maravillas de la comunicación
electrónica, en el cual las viejas barreras sociales, raciales y étnicas se derrumbarían y
llegaríamos a tener una conciencia única. ¿Hemos llegado a esta “aldea global”?1
“Como todo proceso de transformación histórica, la era de la información
no determina un curso único de la historia humana. Sus consecuencias, sus
características dependen del poder de quienes se benefician en cada una de
las múltiples opciones que se presentan a la voluntad humana." (Manuel
Castells)

Ing. Freddy Miranda, MSc2.

I. Introducción

Marshall McLuhan, murió en realidad en 1980, pero este libro vio la luz en 1989, en inglés,

en la Oxford University Press bajo el título de The Global Village y fue traducido luego en

Barcelona en 1990. Escrito que empujan a él las constantes referencias a globalización, y “lo

global”, que fue un término puesto de moda primeramente por él. Todo aquello que incluya

o repercute en la globalización nos incumbe de inmediato a todos, se quiera o no, en este

mundo de la actualidad tan basado en el internet, en lo electrónico y a la vez, tan humano y

que se encuentra tan complicado, lastimado y tan maltratado por los mismos seres humanos,

por sus prejuicios e intereses personales de poder.

McLuhan en su trabajo denomido “Aldea Global”, se proponían describir lo que entonces

parecería la intercomunicación humana a escala global; hablaban de los medios de

comunicación mundiales de finales del Siglo XX, de la globalización y de su entorno,

sosteniendo que la denominada aldea global era el primer libro escrito para el “hemisferio

1
Ensayo en la catedra de Comunicación Global
2
Cursante del Doctorado en Ciencias Organizacionales por la Universidad de los Andes, Venezuela.

1
derecho del cerebro”, una de las tesis principales que subyacen a todo este esfuerzo por

entrever lo que suponía McLuhan, que sería el futuro: nuestro presente actual.

Tan fuera de la realidad estaba el autor, al pretender que esta aldea global seria a través de

los medios interconectados la solución y búsqueda a la unión de los pueblos, a la igualdad de

pensamiento e interese, buscando una conciencia única, sin importar las barreras sociales,

raciales y étnicas y más bien lo que podemos ver en estos días es un mercantilismo por las

cosas que nos rodean y una presión por parte de occidente por vendernos todo, hasta la forma

de vivir.

La Globalización y la Aldea Global

La Globalización ha traído a las sociedades cambios, no sólo económicos, sociales,

culturales, también científicos y tecnológicos que modificaron su forma de vida, el desarrollo

de sus actividades, sus prioridades, así como sus necesidades las cuales cada vez son más

diversas. “Esto se asocia al vertiginoso avance de las tecnologías de la información en la

medida que éstas han implicado un aceleramiento notable en cada una de las dimensiones de

la vida humana” (Castells, 1999).

Para Stiglitz (2002), la globalización ha reducido la sensación de aislamiento de las personas,

en gran parte del mundo, en lo que se refiere al desarrollo y ha brindado a muchas de esas

naciones acceso a un conocimiento que hace un siglo ni siquiera estaba al alcance de los más

ricos del planeta. Este proceso en si no es bueno ni malo, siempre existirá desventajas entre

los países que tienen el control de la economía, ante los subdesarrollados, pero lo que sí es

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una realidad latente, que la globalización está aquí y vino para quedarse, tenemos que afrontar

el reto y aprovechar las oportunidades y enfrentar las amenazas, que esto trae consigo.

A decir de (Castells, 1999) que los Estados sometido a las presiones de cambio Tecnológico,

económico y cultural, no desaparece, más bien se transforman, buscando alianzas y aplicando

las mejores estrategias para tratar los problemas planteados por la globalización, esto

conlleva a la creación de redes de apoyo e innovaciones tecnológicas creadas a partir de este

proceso. La globalización ha permitido que se produzcan adelantos significativos, rompiendo

las barreras a los límites geopolíticos, lo cual genera que los países se vean obligados a

reorientar sus estructuras políticas, económicas y administrativas. Como menciona Beck

“Globalización significa la perceptible pérdida de fronteras del quehacer cotidiano en las

distintas dimensiones de la economía, la información, la ecología, la técnica, los conflictos

transculturales y la sociedad civil” (Ulrich, 1998).

Es así como, la “Globalización” que estamos viviendo es muy distinta a la imaginada por

McLuhan, ésta no nos ha “unido” en absoluto; más bien pareciera haber hecho todo lo

contrario, y cada vez se parece más a un proceso que buscara resolver las cosas basándose

casi siempre en las individualidades: “Tú tienes que ser o volverte como yo.”

Pareciera que lo que realmente enfoca la globalización, es que todos fuéramos un único

mercado. Consumidores con gustos y deseos y hasta sueños estandarizados, normalizados,

porque entonces las ventas de todas las cosas agotarían todas sus inventarios y así las grandes

transnacionales, serían las beneficiadas, buscando conseguir en las personas la utopía de ser

personas felices.

3
Lo que caracterizaba el esfuerzo de McLuhan durante los últimos años de su vida era analizar,

discutir y tratar de ir hacia el futuro. Pero lo que veía a través de su análisis era que el mundo

estaba en realidad dividido por dos visiones distintas y enfrentadas: Lo que él llamaba el

espacio visual “el hemisferio cerebral izquierdo” y el espacio acústico “el hemisferio cerebral

derecho”, a los cuales quería tratar de equilibrarlos. De esta manera es como alcanzaríamos

lo que el denominaría la “La Aldea Global”, un mundo totalmente mezclado, apuntar a la

intercomunicación humana, pero a escala global, independientemente de nuestros credos,

colores, ideologías, culturas, maneras de ser, etcétera. Pero nuestra realidad en la actualidad

es totalmente distorsionada de esta visión de McLuhan, que nos incumbe a todos.

Las diferencias entre la manera de enfocar las cosas por parte de nuestros dos hemisferios

cerebrales a decir de McLuhan cerebrales que ya mencionamos anteriormente, habían

precedido los últimos cuatro mil años de la civilización occidental. “El Hemisferio Izquierdo,

o espacio visual, enfatizaba el razonamiento cuantitativo; y el derecho, el espacio acústico,

aborrecía dar prioridades y rótulos”. Junto con esto, declaraba que si no se establecían

condiciones para conciliar estos hemisferios, el resultado sería la violencia, que es lo que

estamos viviendo en nuestros días. El autor sostenía que los valores orientales eran

primordialmente acústicos, y que lo acústico y lo visual chocaban entre sí a la explosiva

velocidad de la luz (McLuhan, 1991, p 15).

Enfoquemos un par de estas características: en el hemisferio izquierdo lo estructural (el

espacio visual) es muy importante y en él todas las cosas están conectadas en forma

secuencial y los centros están separados pero tienen límites fijos. Mientras que en la

estructura del espacio acústico, la función del hemisferio derecho, los procesos se relacionan

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en forma simultánea, y existen centros en todas partes pero ningún límite. (McLuhan, 1991,

pp. 25-26).

Otro enfoque similar menciona, que la cultura del hemisferio derecho tiene una gran afinidad

por la simultaneidad de la era de la información electrónica, tal como lo explica Okakura

Kakuzo. El presente es la infinidad en movimiento, la legítima esfera de lo relativo. Así, por

un lado está lo que McLuhan llama “Espacio Visual (la forma de percepción lineal,

cuantitativa característica del mundo occidental); y por el otro, el Espacio Acústico (el

razonamiento holístico, cualitativo de Oriente). Pero además estos autores sostienen que el

medio impreso estimula y conserva la percepción del Espacio Visual; sin embargo, al igual

que la televisión, la tecnología de la base de datos, el satélite de comunicaciones y la red

global de medios de comunicación están llevando a sus usuarios hacia una orientación más

dinámica y con muchos núcleos del espacio acústico (Contratapa del libro La Aldea Global,

publicado por la editorial Gedisa) (1991).

Los antiglobalizadores se indignan por la forma en que nos están vendiendo la idea de un

mundo globalizado, como si hubiera un contagio colectivo a aceptar esas propuestas sin

plantearse preguntas, o sólo hacerlo y es que entre las muchas cosas que están pasando es

que la reglas respetadas hasta ahora están cambiando, como lo atestiguan las reglas del libre

comercio o más conocido como outsourcing, que permite que en muchas partes sea posible

producir y comerciar con impuestos fiscales mínimos (paraísos fiscales) y sin ningún respeto

por el medio ambiente; que es precisamente lo que caracteriza a la “desregulación”. Y es a

esos países adonde acuden las multinacionales a buscar lo que necesitan para hacer real la

globalización; no es ninguna casualidad que vayan ahí a menudo, pues se trata de países muy

alejados de Occidente, de hecho eso ayuda a dar la impresión también de globalización y

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aprovechando los costos bajos, principalmente de mano de obra. “La globalización necesita

una competición dura, radical y despiadada, necesita grandes beneficios para hacer grandes

inversiones, necesita la selección porque practica un juego duro y no puede acarrear consigo

a individuos débiles” (McLuhan, 1991, p. 46).

II. Conclusiones

Podemos afirmar que lo avizorado por McLuhan, si cada vez hay unos medios más

controlados podemos esperar una homogeneización cultural, una globalización de la cultura,

básicamente occidental o americana que terminará por imponerse, aniquilando la rica

floración de diversas culturas que todavía ostenta. Todos los demás pueblos, perderán su

identidad, y el mundo futuro va a ser menos pintoresco, impregnado de menos color local

con subproductos de ruda calidad. Seria, la cultura de masa globalizada. Esta situación nos

lleva a la plantearnos el futuro que nos puede traer y en ciertos casos somos testigos de lo

que trae consigo la globalización.

Lo que diagnostico en los años 60 Marshall McLuhan y denominó “la aldea global” para

hablar sobre lo que produciría un mundo interconectado en el futuro, por las maravillas de la

comunicación electrónica. Las imágenes audiovisuales de los medios pasaron a formar parte

de nuestra vida cotidiana casi con el mismo peso que las que percibimos directamente. Antes

éramos habitantes de un mundo construido desde nuestro hogar y donde a lo sumo leíamos

historietas sobre tiempos y lugares lejanos. Ahora vivimos en una aldea donde nos cruzamos

permanentemente con todos los lugares y todos los tiempos en forma automática, que muchas

veces predominan sobre las personas y lugares con los que convivimos. El inmenso mundo

que para nosotros era cuando niños, se ha convertido para nosotros en una pequeña aldea

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global, y las características de los medios vuelven a emerger en la sociedad comportamientos

tribales. Evidenciando que las barreras sociales, raciales y étnicas, en vez de derrumbarse se

agudizaron en las sociedades, sin poder llegar a tener una conciencia única o una aldea para

todos.

III. Referencias Bibliográficas

BECK, U. (1998). Qué es la Globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la


globalización. Reseña: Qué es la Globalización? . Barcelona: Editorial Paidos.

Castells. (2009). COMUNICACIÓN Y PODER. Barcelona: Alanza Editorial.

Castells. (1999). GLOBALIZACION, IDENTIDAD Y ESTADO EN AMERICA LATINA.


Temas de Desarollo Humano Sustentable . Berkeley, California-Santiago de Chile: Programa
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CEPAL. (2002). Globalización y Desarollo. Globalización y Desarollo , 29/3 . Brasilia:


CEPAL, Secretaria Ejecutiva.

ENRED. (2002). La Sociedad de la Información en el siglo XXI: un requisito para el


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Fukuyama, F. (2004). La construcción del Estado. Hacia un nuevo orden mundial en el siglo
XXI. Barcelona: B, pag 143-153.

Huntington, S. (2001). El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial


(Vol. I Edición). Buenos Aires: Paidos.

McLuhan, Marshall y Powers, B.R. (1991). La Aldea Global, 1ª edición, México, PAIDOS,
1991, p. 203.

OIT. (2004). Comision Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización. Ginebra:


Publicaciones de la OIT, Oficina Internacional del Trabajo.

Palacios, J. (2011). El orden mundial a inicios del siglo XXI. El orden mundial a inicios del
siglo XXI , XVIII (52) . Guadalajara: Espiral.

Stiglitz, J. E. (2002). El malestar en la globalización (Vol. Traducción de Carlos Rodríguez


Braun).

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