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El perverso Narcisista NO ADMITE su condición.

Puede llegar a aceptar que es en


algunos aspectos un poco perverso, pero no tiene la capacidad de verse como tal. Esto lo
pondría en una realidad que heriría su ego. El ego del perverso narcisista es el motor de
todas sus acciones de su auto satisfacción, de su comportamiento manipulador, del
ataque silencioso contra sus víctimas, de la negación de su enfermedad.
Los motivos que convierten a un ser en un Perverso Narcisista, son múltiples.
Excesiva admiración por parte de la madre en la etapa de la infancia, baja autoestima,
carencia de afecto.
El pensamiento más recurrente de un perverso es hacer ver a los demás como
perversos”, afirma Horney, quien advierte que un perverso siempre asocia cada acto de
su vida con situaciones que involucran dolor, sufrimiento y humillación. La sicoanalista
recuerda que cuando un perverso está a punto de sentirse emocionalmente feliz, la
rechaza con hostilidad, pues "no soporta tener pensamientos sanos hacia los demás y
hacia el mundo mismo".

Los rasgos comunes de un perverso son la constante impulsividad, agresividad,


inmoralidad, egoísmo, búsqueda de la perfección, inadaptabilidad, intolerancia,
irrespeto hacia los otros, y una mala comunicación.
Necesitados de adulación y reconocimiento, se sienten insuperables y especiales y -
por lo mismo- las reglas no se aplican a ellos, por lo cual demandan un trato
preferencial. Por eso, ni pensar en hacer una critica al perverso. ¿Hubo un error?
Sin duda es responsabilidad de los demás, pero los éxitos son propios sin
discusión.
Asimismo, es habitual que alguien se sienta especial porque tiene algunas
fortalezas y habilidades que lo hacen destacar. "Los problemas se producen
cuando estos rasgos se exacerban y el individuo se siente superior a todos y
demanda un reconocimiento constante de los demás.

Los individuos perversos narcisistas son aquellos que, bajo la influencia de su


granilloso yo, intentan crear un vínculo con un segundo individuo, atacando muy
especialmente su integridad narcisista con el fin de desarmarlo. Atacan asimismo
al amor hacia sí mismo, a la confianza en sí mismo, a la autoestima y a la creencia
en sí mismo del otro. Al mismo tiempo, intentan, de alguna manera, hacer creer
que el vínculo de dependencia del otro en relación con ellos es irreemplazable y
que es el otro quien lo solicita

Los perversos narcisistas son considerados como psicóticos sin síntomas, que
encuentran su equilibrio al descargar sobre otro el dolor que no sienten y las
contradicciones internas que se niegan a percibir. No hacen daño ex profeso; hacen daño
porque no saben existir de otro modo. A ellos también los hirieron durante su infancia, e
intentan sobrevivir de esta manera. Esta transferencia del dolor les permite valorarse en
detrimento de los demás".

EL NARCISISMO
"La personalidad narcisista se describe como sigue y tiene que presentar al menos cinco
de las siguientes manifestaciones:

—el sujeto tiene una idea grandiosa de su propia importancia;


—lo absorben fantasías de éxito ilimitado y de poder;
—se considera «especial» y único;
—tiene una necesidad excesiva de ser admirado;
—piensa que se le debe todo;
—explota al otro en sus relaciones interpersonales;
—carece de empatía;
—envidia a menudo a los demás;
—tiene actitudes y comportamientos arrogantes.

La descripción de la patología narcisista que Otto Kernberg realizó en 1975 se aproxima


mucho a lo que hoy en día se define como perversión narcisista: «Los rasgos
sobresalientes de las personalidades narcisistas son la grandiosidad, la exagerada
centralización en sí mismos y una notable falta de interés y empatía hacia los demás, no
obstante la avidez con que buscan su tributo y aprobación. Sienten gran envidia hacia
aquellos que poseen algo que ellos no tienen o que simplemente parecen disfrutar de sus
vidas. No sólo les falta profundidad emocional y capacidad para comprender las
complejas emociones de los demás, sino que además sus propios sentimientos carecen
de diferenciación, encendiéndose en rápidos destellos para dispersarse inmediatamente.
En particular, son incapaces de experimentar auténticos sentimientos de tristeza,
duelo, anhelo y reacciones depresivas, siendo esta última carencia una
característica básica de sus personalidades. Cuando se sienten abandonados o
defraudados por otras personas, suelen exhibir una respuesta aparentemente
depresiva pero que, examinada con mayor detenimiento, resulta ser de enojo y
resentimiento cargado de deseos de venganza, y no verdadera tristeza por la
pérdida de una persona que apreciaban».

Son insensibles. No tienen afectos. ¿Cómo podría ser sensible una máquina de
reflejos? De este modo, no sufren. Sufrir supone una carne, una existencia. No tienen
historia porque están ausentes. Sólo los seres que están presentes en el mundo pueden
tener una historia. Si los perversos narcisistas se dieran cuenta de su sufrimiento, algo
nuevo empezaría para ellos. Se trataría de algo distinto que supondría el final de su
funcionamiento anterior".

"Los perversos entran en relación con los demás para seducirlos. A menudo, se los
describe como personas seductoras y brillantes. Una vez que se ha pescado al pez, basta
con mantenerlo enganchado mientras se le necesite. El otro no existe, no se le ve ni se le
escucha; es simplemente «útil». En la lógica perversa, no existe la noción del respeto al
otro.

La seducción perversa no conlleva ninguna afectividad. El mismo principio del


funcionamiento perverso es evitar cualquier afecto. El objetivo es no tener sorpresas.
Los perversos no se interesan por las emociones complejas de los demás. Son
impermeables al otro y a su diferencia, salvo en los casos en que perciben que esa
diferencia puede molestarles. Se produce una negación total de la identidad del otro,
cuya actitud y cuyos pensamientos tienen que conformarse a la imagen que los
perversos tienen del mundo.

La fuerza de los perversos estriba en su insensibilidad. No conocen ningún escrúpulo de


orden moral. No sufren. Atacan con absoluta impunidad, pues, aun cuando sus víctimas
utilicen defensas perversas como respuesta, se las ha elegido porque no alcanzan nunca
el virtuosismo del que supuestamente las protege.
Los perversos pueden apasionarse con una persona, una actividad o una idea, pero estos
destellos son muy superficiales. Ignoran los verdaderos sentimientos y, muy
especialmente, los de la tristeza y el duelo. En ellos, las decepciones producen ira o
resentimiento, y un deseo de venganza. Esto explica la rabia destructora que los
embarga cuando tienen que afrontar una separación. Cuando un perverso percibe una
herida narcisista (una derrota o una repulsa), siente un deseo ilimitado de obtener una
revancha. No se trata, como sería el caso en un individuo colérico, de una reacción
pasajera y desordenada, sino de un rencor inflexible al que el perverso aplica todas sus
capacidades de razonamiento.

Los perversos, del mismo modo que los paranoicos, mantienen una distancia afectiva
suficiente que les permita no comprometerse realmente. La eficacia de sus ataques es un
resultado del hecho de que ni la víctima ni un observador externo pueden imaginar que
alguien carezca hasta tal punto de atención o de compasión ante el sufrimiento
ajeno.

El problema del perverso narcisista es que tiene que remediar de algún modo su
vaciedad. Para no tener que afrontar esta vaciedad (lo cual supondría su curación), el
Narciso se proyecta sobre su contrario. Se vuelve perverso en el primer sentido del
término: se desvía de su vacío (mientras que el no perverso afronta ese vacío). De ahí su
amor y su odio hacia la personalidad maternal, la figura más explícita de la vida interior.
El Narciso necesita la carne y la sustancia del otro para llenarse. Pero es incapaz de
alimentarse con esa sustancia carnal, pues ni siquiera dispone de un inicio de sustancia
que le permita acoger, agarrar y hacer suya la sustancia del otro. Esta sustancia termina
por convertirse en un peligroso enemigo, pues no hace más que revelarle su propio
vacío.

Al ser incapaces de amar, procuran destruir con su cinismo la simplicidad de una


relación natural.

Para aceptarse a sí mismos, los perversos narcisistas tienen que vencer y destruir a
alguien al tiempo que se sienten superiores. Disfrutan con el sufrimiento de los demás.
Para afirmarse, tienen que destruir.

Hay en ellos una exacerbación de la función crítica que les conduce a pasar el tiempo
criticándolo todo y a todo el mundo. De este modo, se mantienen en su omnipotencia:
«¡Si los demás son una nulidad, forzosamente yo soy mejor que ellos!».
Desbaratan cualquier entusiasmo que se pueda producir a su alrededor e intentan
demostrar antes que nada que el mundo es malvado, que los otros son malvados y que
su propio compañero es malvado. Con su pesimismo, van arrastrando al otro hasta que
lo sumen en un registro depresivo, y luego se lo reprochan.

Los perversos narcisistas se apropian de las pasiones del otro en la medida en que
sienten pasión por ese otro o, más exactamente, se interesan por ese otro en la medida
en que detenta algo que les podría apasionar. Así, podemos ver cómo muestran un gran
corazón y, a continuación, unos desaires brutales e irremediables. Los que lo presencian
no entienden muy bien cómo alguien puede poner por las nubes a una persona un día y
destrozarla al día, siguiente, sin que aparentemente ninguna queja o reproche medie
entre ambas cosas. Los perversos absorben la energía positiva de quienes los rodean, y
se alimentan y se regeneran con ella. Y luego vuelcan sobre ellos toda su energía
negativa.
Ausentes de sí mismos, también lo están para los demás. Si no están nunca donde
se los espera, si no hay forma de sorprenderlos, es sencillamente porque no están
ahí. En el fondo, cuando acusan a los demás de ser responsables de lo que les
ocurre, no acusan, sino que comprueban: puesto que ellos mismos no pueden ser
responsables, por fuerza tiene que serlo el otro. Adjudicarle la culpa al otro,
maldecirlo haciéndolo pasar por malvado, no sólo permite desahogarse, sino
también rehabilitarse. No son nunca responsables, ni son nunca culpables: todo lo
que anda mal es siempre culpa de los demás;

Se defienden mediante mecanismos de proyección: atribuyen a los demás, todas sus


dificultades y todos sus fracasos y no se sienten culpables de nada. Se defienden
asimismo a través de la negación de la realidad. Eluden el dolor psíquico
transformándolo en negatividad. Esta negación es constante y afecta incluso a las
pequeñas cosas de la vida cotidiana, aun cuando la realidad demuestre lo contrario.
Excluyen de sí mismos el sufrimiento y la duda. Por lo tanto, los demás los tienen que
llevar. Agredir a los demás es su manera de evitar el dolor, la pena y la depresión.

Se niegan a ver el carácter depredador de su propio enganche, pues ello podría acarrear
una percepción negativa de su propia imagen. Esto explica su violencia para con un
compañero demasiado benévolo o reparador. Si este último, en cambio, se muestra
independiente, entonces lo perciben como si fuera hostil y rechazador.

LA PARANOIA
"Los perversos narcisistas suelen presentarse como moralizadores y suelen dar
lecciones de rectitud a los demás. En este sentido, se aproximan a las
personalidades paranoicas.

La personalidad paranoica responde a las siguientes características:

—la hipertrofia del yo: orgullo, sentimiento de superioridad;


—la rigidez psicológica: obstinación, intolerancia, racionalidad fría, dificultad para
mostrar emociones positivas, desprecio del otro;
—la desconfianza: temor exagerado de la agresividad ajena, sensación de ser una
víctima de la maldad del otro, suspicacia, celos;
—los juicios equivocados: interpreta acontecimientos neutros como si fueran adversos.

El perverso, a diferencia del paranoico, aunque conozca perfectamente las leyes y las
reglas de la vida en sociedad, juega con ellas para soslayarlas con un mayor
regocijo. Desafiar las leyes es lo propio del perverso. Su objetivo es confundir a su
interlocutor mostrándole que su sistema de valores morales no funciona, para luego
conducirlo hacia una ética perversa.

Como hemos visto, la perversión narcisista es un arreglo que permite evitar la angustia
al proyectar todo lo que es malo sobre el exterior. Es una defensa contra la
desintegración psíquica. Cuando atacan al otro, los perversos pretenden, sobre todo,
protegerse. Donde podría aparecer la culpabilidad, nace una angustia psicótica
insoportable que se proyecta con violencia sobre el chivo expiatorio. Este último es el
receptáculo de todo aquello que su agresor no puede soportar.

Durante su infancia, y a fin de protegerse, los perversos tuvieron que aprender a separar
sus partes sanas de sus partes heridas. Por esta razón, siguen funcionando de una
manera fragmentada. Su mundo se divide en lo bueno y lo malo. Proyectar todo lo que
es malo sobre alguien les ayuda a sentirse mejor en sus propias vidas y les garantiza una
cierta estabilidad. Los perversos temen la omnipotencia que imaginan en los demás
porque se sienten impotentes. En un registro casi delirante, desconfían de los demás y
les atribuyen una malevolencia que no es más que una proyección de su propia maldad.

Si este mecanismo resulta eficaz, el odio que proyectan sobre un blanco al que
convierten en presa es suficiente para aplacar sus tensiones interiores, lo que les permite
mostrarse como una compañía agradable en otros lugares. Esto explica la sorpresa, o
incluso la incredulidad, de las personas que se enteran de las acciones perversas de una
persona cercana que hasta ese momento sólo había mostrado su lado positivo. Las
pruebas que presentan las víctimas no parecen creíbles".

Mientras que el neurótico percibe


ciertos aspectos de la realidad en forma
distorsionada y el psicótico (o "loco")
directamente no los percibe, el perverso
hace como si dichos aspectos no
existiesen. Por lo tanto, un perverso no
está loco sino que sabe perfectamente lo
que hace, sólo que le da igual: Sabe
cuáles pueden ser las consecuencias de
sus actos, pero actúa como si no lo
supiera o le importara. Sabe que está
haciendo daño, pero actúa como si no lo
estuviera haciendo.
Mientras que el neurótico es capaz de
sentirse culpable o de dar muestras de
remordimiento o arrepentimiento debido
a que sabe lo que ha hecho, el psicótico
y el perverso son incapaces de ello, pero
el primero por no saber lo que ha hecho
y el segundo por hacer como si no lo
supiera.
En un Maltratador Perverso (en
Sentido Amplio) puede encontrarse de
manera excluyente uno de los tres
siguientes tipos.
Perfil Psicológico del Maltratador
Antisocial
Se trata de un tipo
de Maltratador Perverso que
corresponde al perfil psicológico del
trastorno mental conocido como
"Trastorno Antisocial de la
Personalidad".
Las características
del Maltratador Antisocial según el
manual de clasificación de trastornos
mentales de la Asociación Americana de
Psiquiatría (D.S.M.-IV) son:
Un patrón general de desprecio y
violación de los derechos de los
demás que se presenta desde la edad de
15 años, como lo indican tres (o más) de
los siguientes ítems:
- fracaso para adaptarse a las normas
sociales en lo que respecta al
comportamiento legal, como lo indica el
perpetrar repetidamente actos que son
motivo de detención.
- deshonestidad, indicada por mentir
repetidamente, utilizar un alias, estafar
a otros para obtener un beneficio
personal o por placer.
- impulsividad o incapacidad para
planificar el futuro.
- irritabilidad y agresividad, indicados
por peleas físicas repetidas o agresiones.
- Despreocupación imprudente por su
seguridad o la de los demás.
- irresponsabilidad persistente, indicada
por la incapacidad de mantener un
trabajo con constancia o de hacerse
cargo de obligaciones económicas.
- falta de remordimientos, como lo
indica la indiferencia o la justificación
del haber dañado, maltratado o robado a
otros.
El sujeto tiene al menos 18 años.
Existen pruebas de un trastorno disocial
que comienza antes de la edad de 15
años.
F. El comportamiento antisocial no
aparece exclusivamente en el transcurso
de una esquizofrenia o un episodio
maníaco.
Aunque este tipo de persona comparte
un perfil muy próximo al del más
popularmente conocido como
"psicópata", les diferencia un mayor
nivel de gravedad de éste, así como un
historial delictivo no necesariamente
presente en el mismo.
Perfil Psicológico del Maltratador
Psicópata
Denominamos Maltratador Psicópata a
aquel cuyo perfil psicológico coincide
con el del trastorno mental conocido
como Psicopatía.
El Maltratador Psicópata es
el Maltratador Perverso más grave de
los tres tipos mencionados, así como el
Maltratador más peligroso de todos y
el más difícil de descubrir o identificar.
Se considera que el trastorno mental
del Maltratador Psicópata es el único
que no puede curarse: Un Psicópata no
podría cambiarse. Hasta el presente no
existe ningún tipo de técnica, método,
fármaco o tratamiento psiquiátrico y/o
psicológico posible para curar o hacer
cambiar de manera positiva a un
psicópata. Sólo durante su adolescencia,
por no estar la personalidad totalmente
formada, puede llegar a realizarse una
psicoterapia con éxito. Ya en la adultez,
es casi imposible.
ElMaltratador Psicópata puede
afirmarse que actualmente está
condenado a serlo el resto de su vida, o
hasta que nuevos conocimientos
terapéuticos demuestren lo contrario.
Por otra parte, debe acabarse con el mito
de que todo psicópata es un psicópata
asesino: En realidad, todo psicópata es
un Maltratador Psíquico, pero sólo en
muy pocos casos un psicópata llegará
a convertirse en un asesino. A pesar de
lo que muestra el cine y demás medios
de comunicación, muy pocos psicópatas
llegan a matar. El porcentaje de
psicópatas que llegan a asesinar a
susVíctimas en realidad resulta
drásticamente bajo en comparación con
el de psicópatas que jamás lo llegan a
hacer. Estos resultan muchísimos más,
pero no debe bajarse la guardia por ello,
sino que se debe tener la conciencia
del gravísimo peligro psíquico y de
todo tipo que implica un psicópata,
aunque no asesine.
Además, en caso de identificar a un
psicópata, la Víctima o
posibleVíctima debe evitarle a toda
costa, ya que no existe manera de saber a
qué lado de dicho porcentaje pertenecerá
éste en particular, y en última instancia
el riesgo de sufrir graves consecuencias
físicas y/o psíquicas es máximo.
Por supuesto, cabe esperar que el
psicópata no permita o se resista a que se
le evite, pero la única defensa posible
ante un psicópata es huir de él cuanto
antes.
En definitiva, la psicopatía se considera
el peor y más grave de todos los
trastornos mentales y, lamentablemente,
hoy día se considera también el trastorno
mental más frecuente de todos.
En cuanto al otro mito popular de que
los psicópatas son "muy inteligentes" -
como sugiere el famoso caso de "Anibal
Lecter" en la película "El Silencio de
los Corderos"-, puede considerarse así a
nivel de su conducta, pero no a nivel de
sus procesos mentales. Todo psicópata,
sea cual sea su verdadera inteligencia,
juega con las ventajas que confiere el
poseer una personalidad fría,
despiadada, despojada de ansiedad y
sentimientos, y con años de mucha
práctica. De esta manera, todo psicópata
tiene el camino despejado para elucubrar
sus planes con absoluta calma y
tranquilidad, hasta donde su experiencia
y su estructura mental enferma le
permitan, obteniendo resultados que a
las personas normales pueden resultar
sorprendentes.
La aparente inteligencia del psicópata es
poco más que la de cualquier profesional
con talento y dedicación.
Por otra parte, si medimos la inteligencia
como "Inteligencia Emocional", un
psicópata es un deficiente mental.
Evidentemente, su comportamiento
hacia los demás, e incluso hacia sí
mismo, puede fácilmente apreciarse
como muy poco inteligente.
Perfil Psicológico del Maltratador
Narcisista-Perverso o Perverso (en
sentido narcisista)
Se trata de un tipo
de Maltratador Perverso relativamente
menos grave que
el Maltratador Psicópata, pero que
comparte muchas características de estos
y que por ello debe
considerarse altamente peligroso.
Aunque todavía no se ha clasificado
como trastorno en los manuales de
clasificación internacionales, se trata de
sujetos ampliamente conocidos y
estudiados, con la particularidad de
poseer una estructura de personalidad
narcisista que ha derivado en perversa,
lo que da denominación a este tipo
de Maltratador como "Narcisista-
Perverso".
Ver Estructura de la Personalidad
Narcisista
En términos generales,
el Maltratador Narcisista-Perverso es
una persona que necesita atacar u odiar a
otra persona con la finalidad de no darse
cuenta de sus propios defectos o
problemas internos.
¿Por qué alguien no querría o podría
darse cuenta de sus propios defectos?
¿Por qué ello le resultaría tan
importante?
Justamente, su marcada necesidad de
odiar o atacar guarda una estrecha
proporción con la magnitud de los
defectos personales que tiene o cree
tener. Cuanto mayor sea su defecto,
mayor la necesidad de no verlo y de que
sea el otro quien lo tiene.
Por otra parte, así como no soporta lo
malo en sí mismo, tampoco soporta lo
bueno en los demás, y por ello también
su agresividad. No se puede decir que el
perverso niegue la existencia de un
defecto o problema, pero necesita
situarlo en cualquier parte menos en sí
mismo, o de lo contrario ello podría
darle la para él catastrófica sensación de
que no es tan perfecto como necesita a
toda costa creer.
Consecuentemente,
el Maltratador Narcisista-
Perverso necesita evitar toda
responsabilidad de sus acciones, para
asegurarse que sus posibles
consecuencias negativas no repercutan
sobre él. Para ello, por ejemplo, es
habitual que intente culpabilizar en la
medida de lo posible a la Víctima de la
manera más exclusiva posible, en
relación a cualquier tema que se trate e
que implique la más mínima
responsabilidad del primero.

Se trata de un tipo
de Maltratador no clasificable
como Perverso, pero que presenta
el perfil de un Trastorno
Narcisista de la Personalidadtal
como se describe a continuación.
El Trastorno Narcisista de la
Personalidad, según el manual de
clasificación de trastornos
mentales de la Asociación
Americana de Psiquiatría
(D.S.M.-IV), presenta al menos
cinco de los siguientes ítems:
A. Tiene una idea grandiosa de
la propia importancia.
B. Tiene fantasías de éxito
ilimitado y de poder.
C. Se considera especial y único.
D. Tiene una necesidad excesiva
de ser admirado.
E. Piensa que se le debe todo.
F. Explota al otro en sus
relaciones interpersonales.
G. Carece de empatía (entendida
como la capacidad de ponerse en
el lugar de los demás y
comprender sus sentimientos).
H. Tiene envidia a menudo de los
demás.
I. Tiene actitudes y
comportamientos arrogantes.

Todos podemos tener una parte perversa. Un perverso narcisista, por contra, sólo se
construye a sí mismo al saciar sus pulsiones destructoras.
Alberto Eiguer: “Los individuos perversos narcisistas son aquellos que, bajo la
influencia de su grandioso yo, intentan crear un vínculo con un segundo individuo,
atacando muy especialmente su integridad narcisista con el fin de desarmarlo. Atacan
asimismo al amor hacia sí mismo, a la confianza en sí mismo, a la autoestima y a la
creencia en sí mismo del otro. Al mismo tiempo, intentan, de alguna manera, hacer creer
que el vínculo de dependencia del otro en relación con ellos es irreemplazable y que es
el otro quien lo solicita”.
Otto Kernberg: “Los rasgos sobresalientes de las personalidades narcisistas son la
grandiosidad, la exagerada centralización en sí mismos y una notable falta de interés y
empatía hacia los demás, no obstante la avidez con que buscan su tributo y aprobación.
Sienten gran envidia hacia aquellos que poseen algo que ellos no tienen o que
simplemente parecen disfrutar de sus vidas. No sólo les falta profundidad emocional y
capacidad para comprender las complejas emociones de los demás, sino que además sus
propios sentimientos carecen de diferenciación, encendiéndose en rápidos destellos para
dispersarse inmediatamente…”
Su vida consiste en buscar su propio reflejo en la mirada de los demás. El otro no existe
en tanto individuo, sino solamente como espejo. Un Narciso es una cáscara vacía que no
tiene una existencia propia; es alguien falso que intenta crear una ilusión que enmascare
su vaciedad. Su destino es un intento de evitar la muerte. Se trata de alguien a quien no
se ha reconocido nunca como un ser humano y que se ha visto obligado a construirse un
juego de espejos para tener la sensación de que existe. Como en el caso del
caleidoscopio, por mucho que este juego de espejos se repita y se multiplique, el
Narciso no deja de estar formado por el vacío.
Los perversos entran en relación con los demás para seducirlos. A menudo, se los
describe como personas seductoras y brillantes. En la lógica perversa, no existe la
noción del respeto al otro.
Cuando un perverso percibe una herida narcisista (una derrota o una repulsa), siente un
deseo ilimitado de obtener una revancha. No se trata, como sería el caso en un
individuo colérico, de una reacción pasajera y desordenada, sino de un rencor inflexible
al que el perverso aplica todas sus capacidades de razonamiento.
La violencia perversa en la pareja
…..Una de las simplificaciones psicoanalíticas del perverso (narcisista) es hacer de
la víctima el cómplice o incluso el responsable del intercambio perverso. Esto
supone negar la dimensión de la influencia, o el dominio, que la paraliza y que le
impide defenderse,…….

…..Pretende mantener al otro en una relación de dependencia, o incluso de


propiedad, para demostrarse a sí mismo su omnipotencia. La víctima, inmersa en
la duda y en la culpabilidad, no puede reaccionar.

…..Este proceso sólo es posible gracias a la excesiva tolerancia de la persona


agredida. En la mayoría de los casos el origen de la tolerancia se halla en la lealtad,
la carencia, el creer que el otro puede cambiar y en aceptar un papel de persona
reparadora del narcisismo del otro, una especie de misión por la que uno debería
sacrificarse.

…..Se trata de una violencia indirecta que se ejerce esencialmente a través de una
falta de respeto….
LA SEDUCCIÓN PERVERSA

…..La víctima pierde poco a poco su resistencia y tiene cada vez menos posibilidades
de oponerse. Pierde toda opción de criticar……

LA COMUNICACIÓN PERVERSA

…..el perverso no practica la comunicación directa porque “con los objetos no se


habla”….

….Basta con encogerse de hombros o suspirar. ….como nada se habla claramente, lo


reprochado puede ser cualquier cosa….por encima de todo hay que impedir que el otro
piense, comprenda o reaccione…..Nos vemos obligados a interpretar….la víctima
puede llegar a pedir disculpas por lo que haya podido hacer consciente o
inconscientemente…….

……Otro procedimiento verbal habitual en los perversos es el de utilizar un lenguaje


técnico, abstracto y dogmático que obliga a su interlocutor a considerar cosas de las que
no entiende nada y sobre las cuales no se atreve a preguntar por miedo a parecer
imbécil…..

…..Las víctimas cuentan a menudo que los argumentos de sus agresores son tan
incoherentes que lo que deberían hace es morirse de risa……

….Otro procedimiento perverso consiste en nombrar las intenciones del otro, o en


adivinar sus pensamientos ocultos…..

Dígase lo que se diga, los perversos siempre encuentran la manera de tener razón

En suma, para desestabilizar al otro, basta con

• Burlarse de sus convicciones, de sus ideas políticas y de sus gustos


• Dejar de dirigirle la palabra
• Ridiculizarlo en público
• Ofenderlo delante de los demás
• Privarlo de cualquier posibilidad de expresarse
• Hacer guasa con sus puntos débiles
• Hacer alusiones desagradables, sin llegar a aclararlas nunca
• Poner en tela de juicio sus capacidades de juicio y de decisión

….El perverso utiliza la descalificación, que consiste en privar a alguien de todas sus
cualidades. Hay que decirle y repetirle que no vale nada hasta que se lo crea.

…..Se trata de dar la impresión de conocer mejor las cosas, de detentar la verdad, “la”
verdad. El discurso del perverso es un discurso totalizador que enuncia
proposiciones que parecen universalmente verdaderas. El perverso “sabe”, tiene
razón, e intenta que el otro acate su discurso……la víctima debe actuar tal y como lo
espera el perverso y debe pensar según sus normas.

LA VIOLENCIA PERVERSA

El odio se muestra

…..El perverso no ha sentido nunca amor en el sentido real del término…….

…..Cuando tiene que justificar su odio, el perverso lo hace depender de una


persecución por parte de su víctima. Se coloca así en una situación de legítima
defensa…..

…..adopta una actitud pleitista. Todo aquello que no funciona es culpa de los demás.

Mediante un fenómeno de proyección, el odio del agresor es proporcional al odio que él


mismo imagina en su víctima. Lo ve como un monstruo destructor, violento y nefasto.
En realidad, en este estadio, la víctima no siente ni odio ni ira, aun cuando esto le
permitiría protegerse. El agresor le atribuye una intencionalidad malvada y se anticipa
agrediendo él en primer lugar. En cualquier caso, la víctima sigue siendo
permanentemente culpable de un delito de intención.

La violencia actúa

…..Se trata de una agresión a perpetuidad…..

El perverso se las arregla para comunicarle a la víctima, con mensajes a veces


confusos, que es el único capaz de entenderla. Que no habrá nadie mejor que él, y
que todo ese padecimiento por parte de la víctima son pura y exclusivamente
generados por ella. Se mostrará dispuesto a ayudar a la víctima, la aconsejará y
hasta le dará un plan a cumplir entre ambos para que ese vínculo querido, crezca y
se fortifique. Sin embargo, manejará los cómo, cuándo y dónde. Luego de ofrecer
su ayuda, el perverso se retirará y hasta podrá desaparecer, haciendo uso de su
juego, en tanto que la victima sufrirá esperando su presencia.
…..El perverso intenta que su víctima actúe contra él para poder acusarle de
“malvada”. Lo importante para él es que la víctima parezca responsable de lo que
le ocurre……

…..Se trata de una violencia “limpia”. Nadie ve nada de nada.

La víctima está acorralada

…..basta con cargar las tintas en la provocación y el desprecio para obtener una
reacción que luego se la podrá reprochar……

….Para un perverso, el mayor fracaso es el de no conseguir atraer a los demás al


registro de la violencia. Por lo tanto, ésta es la única manera de atajar la
propagación del proceso perverso.

EL AGRESOR

….La noción de perversidad implica una estrategia de utilización del otro y luego
una estrategia de destrucción del otro, sin que se produzca ningún sentimiento de
culpa…..

El narcisismo
….La personalidad perversa (narcisista) tiene que presentar al menos 5 de las siguientes
manifestaciones:
• El sujeto tiene una idea grandiosa de su propia importancia
• Le absorben fantasías de éxito ilimitado y de poder
• Se considera “especial” y único
• Tiene una necesidad excesiva de ser admirado
• Piensa que se le debe todo
• Explota al otro en sus relaciones interpersonales
• Carece de empatía
• Envidia a menudo a los demás
• Tiene actitudes y comportamientos arrogantes

….Definición de narcisista, por Otto Kernberg, psiquiatra: “Los rasgos sobresalientes


son la grandiosidad, la exagerada centralización en sí mismos y una notable falta
de interés y empatía hacia los demás, no obstante la avidez con que buscan su
tributo y aprobación. Sienten gran envidia hacia aquellos que poseen algo que ellos no
tienen o que simplemente parecen disfrutar de sus vidas. no una verdadera tristeza por
la pérdida de una persona que apreciaban”

Son insensibles. No tienen afectos….De este modo, no sufren. Si se dieran cuenta de


su sufrimiento, algo nuevo empezaría para ellos….
Los perversos pueden apasionarse con una persona, una actividad o una idea, pero
estos destellos son muy superficiales.
Mantienen una distancia afectiva suficiente que les permita no comprometerse
realmente. La eficacia de sus ataques es un resultado del hecho de que ni la víctima
ni un observador externo pueden imaginar que alguien carezca hasta tal punto de
atención o de compasión ante el sufrimiento ajeno.
Para el agresor, ella no tiene nada especial. Es un objeto…..que ha cometido la
torpeza de dejarse seducir –y, a veces, de ser demasiado lúcida
En la relación con el perverso no hay simetría, sino dominación de un individuo
sobre otro, e imposibilidad de que la persona sometida reacciones y detenga el
combate…..La negociación es imposible; todo es impuesto. Para la víctima, dejarse
arrastrar a esta situación perversa es una forma de defenderse…..Y de repente se
encuentra engullida por una relación destructiva y sin medios para poder
escaparse.

….Las víctimas no sólo padecen su situación de víctima, sino que también sienten
vergüenza por no saber defenderse.

La diferencia entre las víctimas de los perversos y los individuos masoquistas es


que las primeras, cuando, tras un inmenso esfuerzo, consiguen separarse de sus
verdugos, sienten una enorme liberación. Y se sienten aliviados porque el
sufrimiento por el sufrimiento no les interesa.
Si se han dejado capturar en el juego perverso –a veces, durante un largo período-,
es que están vivas y coleando y, por lo tanto, dispuestas a dar la vida, inclusive si
deben afrontar la tarea imposible de entregar la vida a un perverso: “Conmigo
cambiará”….

….No renuncian porque son incapaces de imaginar que no hay nada que hacer y
que es inútil esperar algún cambio. Por lo demás, si abandonaran a su compañero,
se sentirían culpables.
Sus escrúpulos

….Cuando un perverso ataca a su víctima, suele apuntar a los puntos débiles que
se sitúan en el registro del descrédito y la culpabilidad. Un procedimiento evidente
para desestabilizar al otro consiste en hacer que se sienta culpable…..

….Esto lleva a las víctimas a justificarse permanentemente. Los perversos, al


percibir su fragilidad, disfrutan instaurando la duda: “¿Habré sido, sin darme
cuenta, realmente culpable de lo que me reprocha?” Aunque las acusaciones no
sean fundadas, estas personas terminan por no estar seguras de lo que ocurre y se
preguntan si no deberían asumir el error a pesar de todo…..

….De hecho, las víctimas adoptan la culpabilidad del otro. Interiorizan aquello que
las agrede: la mirada, los gestos y las palabras. Mediante un fenómeno de
proyección, los perversos narcisistas vuelcan su culpabilidad sobre su víctima.
Cuando tiene lugar una agresión, a los perversos les basta con negarla para que las
víctimas entren en duda……

…..Podríamos decir que las víctimas potenciales son portadoras de una melancolía
parcial que, por un lado, se acompaña de un punto doloroso ligado tal vez a un
trauma infantil, y, por otro, de una vitalidad muy grande. Los perversos no atacan
la parte melancólica, sino la parte viva: perciben la vitalidad e intentan apropiarse
de ella.
Su vitalidad

….Las víctimas son envidiadas porque enseñan demasiadas cosas…..


…..La víctima tiene una tendencia natural a culpabilizarse; y el perverso rechaza
cualquier culpabilidad.

Para que el juego valga la pena, la víctima tiene que estar “a la altura”, es decir,
tiene que mostrar una cierta resistencia al principio, para luego acabar
cediendo…..

Su transparencia

….Las víctimas parecen ingenuas y crédulas. Como no se pueden creer que el otro
es básicamente destructor, intentan encontrar explicaciones lógicas y procuran
deshacer entuertos…..Al que no es perverso le resulta imposible imaginar de
entrada tanta manipulación y tanta malevolencia.

Para desmarcarse de su agresor, las víctimas intentan ser transparentes y


justificarse. Cuando una persona transparente se abre a alguien desconfiado, es
probable que el desconfiado tome el poder…..

….A veces las víctimas sienten que tiene una misión que cumplir. Creen que son
capaces de comprenderlo todo, de perdonarlo todo y de justificarlo todo. Están
convencidas de que, mediante el dialogo, van a encontrar una solución, cuando esto
es precisamente lo que le permite al perverso –que rechaza cualquier tipo de
diálogo- hacerlas fracasar con total eficacia. Las víctimas alimentan la esperanza
de que el otro cambiará, de que terminará por comprender que inflige un
sufrimiento, y de que lo lamentará. Confían en que sus explicaciones o sus
justificaciones aclararán los malentendidos y se niegan a aceptar el hecho de que la
comprensión intelectual y afectiva no las obliga a soportar cualquier cosa.

Mientras que los perversos narcisistas se agarran a su propia rigidez, las víctimas
intentan adaptarse, procuran comprender qué desea consciente o
inconscientemente su perseguidor, y no dejan nunca de preguntarse por su propia
parte de culpabilidad. La víctima muestra una capacidad de perdonar y una falta
de rencor que la colocan en una posición de poder. Para el agresor, esto resulta
intolerable, pues señala la facultad que tiene la víctima de renunciar a su derecho a
rebelarse. El agresor se siente frustrado. Su víctima se convierte en un reproche
viviente, lo que le conduce a odiarla todavía más…..

…..A menudo nos preguntamos por qué las víctimas no reaccionan. Advertimos su
sufrimiento y su renuncia a vivir una vida propia. Permanecen junto a su agresor y
temen incluso que éste pueda abandonarlas. Sabemos que marcharse sería su
salvación, pero no pueden hacerlo mientras no se desmarquen…..

Las víctimas comprenden, pero, al mismo tiempo, “ven”. Poseen una gran lucidez
que les permite nombrar la fragilidad y las debilidades de su agresor.

La renuncia
…..Las víctimas de los perversos, en un movimiento altruista ilusorio, se resignan
de este modo a someterse a sus abusos. Al tiempo que se quejan de las actitudes
negativas de su agresor, siguen idealizando sus aspectos positivos (es muy
inteligente, es un buen profesional,….)
La confusión

….El establecimiento del dominio sume a las víctimas en la confusión: o no se


atreven a quejarse o no saben hacerlo. Es como si estuvieran
anestesiadas……describen un verdadero empobrecimiento, una anulación parcial
de sus facultades y una amputación de su vitalidad y de su espontaneidad.

Aunque sientan que son objeto de una injusticia, su confusión es tan grande que no
tienen ninguna posibilidad de reaccionar….someterse es la única salida….

….La presencia imprevista de testigos sobre los que ninguno de los protagonistas
ha tenido tiempo de ejercer influencia es muy importante….

La duda
…..Se trata de un proceso impensable. Las víctimas, así como los eventuales
testigos, no pueden creer lo que tiene lugar ante sus ojos, pues, a menos que
también se trate de perversos, esta violencia que carece completamente de
compasión les resulta inimaginable. Se tiende a atribuir al agresor unos
sentimientos (culpabilidad, tristeza, remordimiento) que no tiene de ningún modo.
La víctima no puede comprender, se queda anonadada y niega la realidad de algo
que es incapaz de ver: “No ha podido ocurrir esto, no me lo puedo creer!”.

Frente a esta violenta repulsa, percibida pero verbalmente negada, las víctimas
intentan comprender y justificarse en vano. Buscan razones que expliquen lo que
les ocurre…..”¿Qué he hecho para que me traten de esta manera? ¡Tiene que
haber sin duda una razón!” Buscan explicaciones lógicas, pero el proceso es
autónomo y no tiene nada que ver con ellas…..La condena a la impotencia es la
peor de las condenas…….

……A menudo el círculo de allegados refuerza esta culpabilidad. Igualmente


confuso, rara vez sabe apoyar sin juzgar, y realiza comentarios o interpretaciones
salvajes: “Deberías ser menos así y mas asá….Si es así es porque tú se lo
consientes”….

El estrés

…..Aceptar la sumisión supone pagar un precio importante de tensión


interior……Frente a una situación de estrés, el organismo reacciona adoptando un
estado de alerta y produciendo sustancias hormonales…..y una modificación de los
neurotransmisores cerebrales……si la situación de agresión se prolonga en el
tiempo…..la activación de los sistemas neuroendocrinos perdura de un modo
crónico…..Llegados a este punto, las interrupciones neurohormonales pueden
producir desórdenes funcionales y orgánicos (afectación de las tiroides)……

El miedo

….Todas las víctimas reconocen tener miedo…..Están permanentemente en vilo, al


acecho de una mirada, de un gesto tirante o de un tono glacial de su agresor, que
puede enmascarar la agresividad que éste no llega a expresar. Temen su reacción,
su tensión, cuando no se ciñen a lo que se espera, y temen asimismo las
observaciones hirientes, el sarcasmo, el desprecio y el escarnio.

Tanto si las víctimas se someten aterrorizadas como si reaccionan, se equivocan.


En el primer caso, los perversos, y tal vez también el circulo de allegados, dirán sin
dudarlo que las víctimas nacieron víctimas; en el segundo, se hará hincapié en su
violencia y se las acusará no sólo de ser responsables del fracaso de la relación, sino
también de todo lo que no funciona en general.

Con el fin de eludir la violencia, las víctimas tienden a mostrarse cada vez más
amables y conciliadoras. Viven con la vana esperanza de que ese odio se disolverá
en el amor y la benevolencia. Pero de poco les sirve, pues cuanta más generosidad
se le ofrece a un perverso, tanto más crece su capacidad de desestabilizar…..

El aislamiento

….A la hora de afrontar lo que les pasa, las víctimas se sienten solas……La
destrucción subterránea es indecible…..

…..La violencia sólo se vierte sobre la víctima/s elegida/s. Sus amistades no se


pueden imaginar lo que ocurre…..

…..Las víctimas dudan de sus propias percepciones y llegan a sospechar que están
exagerando……

LAS CONSECUENCIAS A LARGO PLAZO

El choque

……El choque tiene lugar cuando las víctimas toman conciencia de la


agresión……Por mucho que otras personas ajenas a la situación les hubieran
señalado su sumisión o su excesiva condescendencia en relación con una falta de
respeto evidente, se habrían negado a reconocerlo. Sólo de forma brutal
comprenden por fin que han sido objeto de manipulación…….

Se sienten entonces desamparadas y heridas. Todo se desmorona. La importancia


del choque se debe al efecto sorpresa y a su falta de preparación, que es una
consecuencia del dominio al que estaban sometidas….el dolor y la angustia se
confunden…..”Me dice cosas terribles y me siento como un boxeador que está en el
suelo y al que siguen moliendo a palos”.

Incluso después de haber tomado la decisión de separarse, las víctimas no suelen


rebelarse ni indignarse. La rabia, sin embargo, las ayudaría a liberarse…..

….Esperan que su agresor se disculpe, pero eso no sucederá. Y si sucede, es una


falsa disculpa condicionada y promovida para continuar al lado de la persona a la
que puede seguir agrediendo……

El desequilibrio
…..Las víctimas se han quedado debilitadas a causa de la fase de dominio, se
sienten directamente agredidas. Las capacidades de resistencia de un individuo no
son ilimitadas, se desgastan con el tiempo y conducen al agotamiento
psíquico…….el trabajo de adaptación deja de poder realizarse y se produce un
desequilibrio. Aparecen entonces trastornos que pueden resultar más duraderos.
En general, los psiquiatras solemos conocer a las víctimas durante esta fase
posterior de desequilibrio…..

…..Durante una agresión perversa, el agresor procura parecer todopoderoso y dar


una impresión de rigor moral y de prudencia. Para la víctima, que se lo creyó, la
desilusión es, por tanto, doble. Es perder un ideal o una idea que se valoraba en
exceso. Esta perdida produce una sensación de inutilidad, de impotencia y de
derrota…..

……En una situación de acoso, tras numerosos intentos de diálogo fallidos, se


instaura un “gélido” estado de ansiedad permanente…..

…..Algunas víctimas muestran una respuesta fisiológica: ansiedad, úlceras,


enfermedades cardiovasculares o de la piel, etc.…

….Hay víctimas que responden directamente a la provocación perversa de un


modo caracterial, a través de su comportamiento…..

La separación

….Dos posibles reacciones:


• Someterse y aceptar la dominación, con lo que el agresor, a partir de ese
momento, puede proseguir tranquilamente su obra de destrucción;
• Rebelarse y combatir, con la idea de marcharse

….Las víctimas suelen reaccionar cuando encuentran un aliado o una ayuda


exterior….

….La separación, siempre que se pueda llevar a cabo, es un asunto de las víctimas,
y nunca de los agresores. El proceso de liberación está cargado de dolor y de
culpabilidad, pues los perversos narcisistas adoptan la posición de víctima
abandonada y encuentran en ello un nuevo pretexto para su violencia…..

…..el chantaje y la presión se llevan a cabo a través de los hijos, o a través de los
pleitos que tienen que ver con los bienes materiales…..El agresor se queja de haber
sido dañado, cuando, en realidad, la víctima es la que lo pierde todo.

La evolución

….Aunque las víctimas pierdan todo contacto con el agresor….este periodo de su


vida en las que son relegadas a la posición de objeto tiene para ellas unas
consecuencias dramáticas….

….Al principio el alejamiento físico de la víctima respecto a su agresor constituye


una liberación. Tras la fase de choque, tiene apetencia de actividad, pero nada
tiene lugar sin dificultad….

…..algunas personas superan la situación sin más secuela psíquica que la de un


mal recuerdo, algunas con algún trastorno retardado…..otras pueden desarrollar
una serie de síntomas que se aproximan a la definición del estrés postraumático
(DSM-IV)….las humillaciones y agresiones se inscriben en la memoria y se vuelven
a vivir a través de imágenes, pensamientos y emociones intensas y repetitivas, ya
sea durante el día o por la noche. Las víctimas necesitan hablar de los
acontecimientos que les traumatizaron…..

….Las víctimas no reclaman venganza casi nunca. Ante todo, piden que se
reconozca todo lo que han aguantado, aunque una injusticia no se puede reparar
nunca completamente…..es inútil esperar remordimientos o arrepentimientos
sinceros de un agresor. El sufrimiento de los demás no tiene ninguna importancia
para él.

CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LA PAREJA Y LA FAMILIA

No se vence nunca a un perverso.

A lo sumo se puede aprender alguna cosa acerca de uno mismo.

A la hora de defenderse, a la víctima le dan tentaciones de recurrir a los mismos


procedimientos que utiliza su agresor. Sin embargo, deber saber que, si se
encuentra en la posición de víctima, ella es la menos perversa de los dos. Nunca
vencerá.

Identificar

Fases:
• Identificar el proceso perverso
• Analizar el problema “fríamente”, dejando de lado la culpabilidad
• Abandonar la idea de tolerancia absoluta y reconocer que alguien a quien ama, o
a quien ha amado, presenta un trastorno de personalidad.
• El trastorno de personalidad es peligroso para ella
• Tiene que entender que debe protegerse
• Las madres tienen que reconocer a la persona que es, directa o indirectamente,
perniciosa para sus hijos, aunque éste sea el padre.

….La defensa se producirá cuando haya sustracción del dominio, es decir, cuando
la víctima acepta que el agresor es peligroso para ella y tiene malas intenciones....

….Dado que el objetivo final del perverso es pervertir a su víctima y convertirla en


una mala persona, la nunca victoria es no convertirse como él y en no responder
con agresividad. Sin embargo, si queremos que sus agresiones fracasen, es
importante conocer sus tácticas y su modo de funcionamiento.

Una de las reglas esenciales que debemos cumplir cuando nos acosa un perverso
moral es DEJAR DE JUSTIFICARNOS. Nos dan tentaciones de hacerlo porque el
discurso del perverso está plagado de mentiras que éste profiere.
CUALQUIER COSA QUE HAGAMOS O DIGAMOS SE PUEDE VOLVER EN
CONTRA NUESTRA. ES MEJOR CALLAR.

….Tras la separación, el acoso se realiza por teléfono…..Por lo que toca a las


cartas ofensivas o tendenciosas, también es preferible que conteste y las abra una
tercera persona, pues las cartas perversas vuelven a introducir, mediante pequeños
toques veneno y sufrimiento, los cuales desestabilizan de nuevo a la víctima.

Actuar
La víctima tiene que actuar firmemente y sin temor al conflicto. Su determinación
obligará al perverso a desenmascararse…..debe abandonar su posición de
inmovilizada y convertirse en la persona que impide que las cosas sigan dando
vueltas en la misma dirección….puede parecer que ella es la agresora, pero es la
única manera de producir un cambio….es la única vía posible de solución. Cuanto
más se retrase, más violento resultará.

Resistir psicológicamente

Es imprescindible recibir algún tipo de apoyo….los únicos apoyos válidos son los
que se contentan con estar ahí, presentes y disponibles, sin emitir juicios; estos son
los que, ocurra lo que ocurra, no dejaran de ser ellos mismos.

Hacer que intervenga la justicia

…Utilizar esta mirada exterior permite aclarar las cosas y decir “no”….

…..cuesta demostrar el maltrato psicológico…..

LA AYUDA PSICOLÓGICA

Cómo curarse

…..Una ayuda psicológica suele resultar necesaria. No es frecuente que una


persona sola lo consiga….

….Han absorbido los ataques como esponjas….han de definirse a sí mismas de


nuevo….

Terapia:
• Definir la perversión y nombrarla
• Liberarse
• Desembarazarse de la culpabilidad
• Sustraerse al sufrimiento
• Curarse

Un repaso general
Los personas narcisistas son personas que podrían haber sido grandes enfermos
mentales o psicóticos pero que escapan a la enfermedad mental gracias a su
inteligencia y su adaptabilidad a la sociedad. Son personas que además tienen mucho
éxito en la vida profesional porque carecen de escrúpulos: pueden aplastar a los otros,
mentir y falsificar con total aplomo.
En primer lugar, hay que aclarar que cualquiera de nosotros puede ser victima de un
perverso. No hay que creer que existe un perfil que predestine a la posición de víctima
porque eso implicaría decir que las víctimas son masoquistas y el agresor diría: "se
lo merece". No estoy de acuerdo con eso. Simplemente, hay personas que se defienden
mejor que otras y hay personas que sufren más que otras. Las personas que caen más en
la trampa son escrupulosos que ponen muchas expectativas en su tarea. Quieren dar una
buena imagen, se culpan si les dicen que el trabajo no está bien hecho y, sin duda, no
tienen una gran autoestima. Cuando el otro les dice que no tienen valor, que son
malos e incapaces, no están seguros de que no sea cierto. El agresor engancha a la
víctima porque se niega a cargar con la culpa de lo que hace y todo lo que le sale mal es
culpa de la víctima.
La característica más significativa de la estructura de personalidad narcisista es la
grandiosidad: son personas que se sobrevaloran y que esperan (o incluso exigen)
que se les trate de forma exclusiva. Generalmente piensan que las normas y las
reglas sociales no están hechas para ellos sino para los demás, razón por la cual no
dudan en burlarlas si están seguros que su comportamiento no les acarreará
consecuencias nefastas y que este incumplimiento de lo establecido les permitirá
satisfacer sus necesidades.
Las personas narcisistas consideran que son tan especiales y "complejos" que
pocas personas pueden entenderlos por lo cual adoptan un aire de superioridad en
relación con los que le rodean. No obstante, la realidad es bien distinta. El
narcisismo oculta una incapacidad para ser empáticos y ponerse en el lugar del
otro, por lo que no muestran ningún reparo en relacionarse de forma explotadora,
exigiendo más y más sin dar nada a cambio.
Contradictoriamente a lo que cabría imaginar, su autoestima es bastante voluble y
depende de la valoración y el reconocimiento de los otros sobre su desempeño.
Prueba de ello es que en muchas ocasiones ¿sabiamente?, la persona con tendencia
al narcisismo tiende a rodearse de otras personas que le admiren o tengan una
propensión a rendirle pleitesía.
Por supuesto, cuando se les critica suelen reaccionar con gran rabia y en muchas
ocasiones planean un verdadero ataque (con todas las implicaciones del término)
bastante destructivo. Otro sentimiento bastante común es la envidia (aunque de
más estaría decir que ellos no la reconocen); simplemente no pueden soportar que
otras personas triunfen donde ellos no han podido o que simplemente les resten
protagonismo.

Como son personas con una baja tolerancia ante la insatisfacción y los errores,
usualmente se resguardan en la imaginación donde exageran sus capacidades y
minimizan sus defectos. Vale aclarar que las evidencias de fracaso pueden
conducirlos a periodos depresivos, aunque normalmente estos estados son bastante
cortos ya que inmediatamente adoptan estrategias racionalizantes que les permiten
recuperarse o simplemente, poner la culpa en el otro.
Las representaciones sobre experiencias pasadas están ancladas firmemente y
sirven para evaluar las nuevas experiencias (justo de la misma manera que de vez
en cuando nos sucede a todos); pero se observa una diferencia esencial: las
representaciones narcisistas están compuestas por recuerdos ilusorios y
cambiantes donde las problemáticas han sido redefinidas para que estén en
consonancia con su autoestima. Las evaluaciones negativas se transforman con el
fin de conservar una imagen artificial de sí mismos y de su pasado.

Las tendencias narcisistas suelen observarse en personas que durante su infancia y


adolescencia no se les enseñó a cooperar, a responsabilizarse por sus actos y a tener
en cuenta los derechos, intereses y el bienestar de los demás. Muchos hacen
referencia a una prevalencia del trastorno entre los hijos únicos.

Sus pensamientos prototípicos serían: "Soy una persona muy especial", "Como soy
superior, tengo derecho a un trato y privilegios especiales", "Si los demás no respetan
mi status, deben ser castigados", "Las personas no tienen ningún derecho a
criticarme", "Sólo me comprenden las personas tan inteligentes como yo".

Probablemente está de más especificar que coexistir con una persona narcisista
resulta bastante complejo ya que en muchas ocasiones la excesiva adoración que se
profesan a sí mismos obliga al resto de las personas que le rodean a ponerse a su
disposición a despecho de sus propias necesidades.

(1) Tiene un grandioso sentido de la autoimportancia (exageran los logros y las


capacidades, esperan ser reconocidos como superiores sin unos logros
proporcionados.

(2) Está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o
amor imaginarios.

(3) Se considera especial y único, así que solo puede relacionarse o ser
comprendido por otras personas o instituciones que son especiales o de alto status.

(4) Exige una admiración excesiva.


(5) Es muy pretencioso, tiene expectativas irracionales de recibir un trato especial
o de que se cumplan automáticamente sus expectativas.

(6) Es interpersonalmente explotador, saca provecho de los demás para conseguir


sus metas.

(7) Carece de empatía, es reacio a reconocer e identificarse con los sentimientos y


necesidades de los demás.

(8) Frecuentemente envidia a los otros o cree que los demás le envidian.

(9) Presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbias.

La importancia de diagnosticar adecuadamente el trastorno se debe a que


normalmente estas personas necesitan ayuda especializada para superar algunas
de sus deficiencias. Al contrario, si hablamos de una "personalidad acentuada", en
algunas ocasiones basta hacerle comprender (de forma asertiva) sus deficiencias
para comprometerlo con el cambio.
Para convivir con un narcisista creo que existen algunos puntos fundamentales:
1. Comprender que se trata de una persona con una patología que entraña
dificultades y que no siempre él o ella lo pasa del todo bien a pesar de la imagen
que proyecta al exterior.
2. Aceptar a la persona tal cual es, intentando cambiar solo aquellas características
que son susceptibles de cambio siempre desde una postura comprensiva.
3. Armarse de paciencia y crear redes sociales de apoyo (amigos o familiares).
4. No dejarse manipular. Aunque podemos escuchar lo que nos tiene que decir la
persona narcisista y podemos aceptarlos, esto no implica que nos dejemos
manipular o que nos pongamos a su merced. Los límites deben quedar bien claros:
"te acepto pero no acepto que manipules mi vida".

Es bueno saber que


Niegan quienes realmente son y adoran a la imagen sobrevalorada que tienen de sí
mismos. Niegan sus sentimientos de depresión y cualquier trauma que hayan
podido sufrir. Durante una psicoterapia suelen negar también cualquier tipo de
problema.
Arrogancia e intolerancia a las críticas

La persona narcisista se siente ofendida con facilidad, reacciona con rabia cuando
la critican, tratando de destruir o infravalorar a esa persona o bien arma tal jaleo
que al final los demás tienen que darle la razón.

Manipulación

Dado que consideran que los demás están ahí para satisfacer sus necesidades, no
dudan en manipularlos y en tratarlos como objetos que le sirven para lograr sus
objetivos.

Fantasías

Fantasea con lograr éxito, admiración, belleza, poder en cantidades ilimitadas y


con encontrar el amor ideal y perfecto.

Se consideran los mejores en su trabajo

Incluso por encima de sus superiores o de sus profesores en el caso de estudiantes.


Irradian una imagen de gran seguridad en sí mismos y pueden ser capaces de
convencer a otros de que no hay nadie mejor que ellos. Suelen hacer grandes
logros en su trabajo, aunque a veces su narcisismo puede perjudicarles debido a
que no toleran que sus propuestas sean rechazadas y a que es posible que no se
molesten en mejorar y aprender cosas nuevas porque piensan que ya lo saben todo.
Buscan el triunfo por el triunfo mismo. No toleran el fracaso y esto puede llevarlos
a veces a no arriesgarse.

Interpretación distorsionada de los resultados y recuerdo selectivo

Exageran sus éxitos y se atribuyen mayores habilidades que los demás al


conseguirlos, mientras que atribuyen los fracasos a circunstancias externas.

Otros sentimientos
Vergüenza, humillación, depresión, manía. Se ha asociado con anorexia nerviosa y
abuso de cocaína.

 Como hemos visto, debajo de ese enorme ego se esconde una persona con
una autoestima muy baja, sensación de poca valía personal e inmadurez
emocional.
 Esos sentimientos le parecen inaceptables y los oculta.
 En su lugar crea un ego grandioso y superior para compensar.
 Al ser este ego falso, necesita demostrar continuamente dicha superioridad
a través de la aprobación y los elogios de los demás, ya que es el único modo
que tiene de verla confirmada. Es como si no llegara a creerse del todo esa
grandiosidad que trata de transmitir.
 Las críticas echan abajo esta frágil construcción. Por eso reaccionan ante
ellas con tanta rabia: ven amenazada su valía personal. El narcisista
humillado querrá destruir al causante de dicha humillación para demostrar
así que no es cierto lo que dijo de él y poder recuperar sus sentimientos de
valía personal.
 La falta de empatía procede de una preocupación excesiva por sí mismo y
de la dificultad para reconocer a los demás como individuos separados con
sus propias necesidades (inmadurez emocional).
Lograr mantener una pareja estable suele ser de gran ayuda al narcisista. Sin
embargo, no suele ser fácil para ellos encontrar a alguien. Necesitan una persona
equilibrada, segura de sí misma, que los acepte tal y como son sin intentar
cambiarlos y les transmita sensación de seguridad.

Sentirse opacados o puestos en ridículo....Se trata de experiencias que echan por


tierra sus creencias de grandiosidad. Cuando Luis, acostumbrado a sacar las
mejores notas en sus estudios, se encontró en un cursillo profesional rodeado de
personas con un nivel alto de inteligencia y preparación y obtuvo unas notas
mediocres, no tuvo más remedio que hacer un reajuste en la percepción de sí
mismo. Sin embargo, para que esto suceda, las desilusiones deben ir a la par de los
logros, o de lo contrario, el fracaso sucesivo puede llevarlo incluso a agravar su
narcisismo.

El estafador
Es una persona encantadora cuyos motivos son absolutamente egoístas. Pretende
utilizar y explotar a los demás utilizando ese encanto personal. Le divierte engañar
al amante confiado con infidelidades, fraudes, etc. y disfruta planeándolo. Su
autoestima aumenta al verse capaz de hacer ese tipo de cosas. Las normas morales
no se las aplica a sí mismo. Eso es para los demás y ellos se consideran por encima.

Cómo tratar al narcisista

Si te ha tocado un narcisista en tu familia y no tienes más remedio que convivir con


él o ella, estas pista pueden ayudarte:

1. Distánciate a nivel emocional


Ten en cuenta que su necesidad de sentirse superior puede llevarle a tratar de
rebajarte y humillarte. Puede ser insensible contigo, arrogante y pedante. No dejes
que te afecte lo que te diga.

2. No intentes cambiarlo

Probablemente sólo conseguirás que se enfade. Te resultará más fácil cambiar tu


comportamiento que el suyo. Por ejemplo, deja de sentirte ofendido si tu suegra
narcisista nunca se queda con tus hijos una noche para que puedas salir a
divertirte. Acepta que no va a hacerlo y busca a otra persona que lo haga por ella.

3. Al narcisista le gusta ser el centro de atención y sentirse importante

Concédele ese privilegio de vez en cuando y escucha las historias que te cuente
acerca de sus grandes logros o dile algo que lo elogie. Recuerda que en el fondo se
cree una persona sin valor e indigna de ser amada por sí misma. Demuéstrale que
esto no es cierto.

4. Es muy probable que al mostrarle tus sentimientos, el narcisista los ignore

Tal vez sea mejor mantener una relación más superficial. Por ejemplo, si te sientes
deprimido o enfermo, el narcisista no tendrá ganas de escuchar eso y si intentas
hablarlo es probable que te sientas rechazado y herido. Más vale buscarte a otra
persona más receptiva y limitarte a decirle al narcisista que no te sientes muy bien
últimamente para luego cambiar de tema con rapidez.

Las temáticas del malestar suelen versar sobre:


– Dificultades relacionales (en especial de pareja), sexualidad sin compromisos,
sentimientos de vacío, artificialidad, fracaso, soledad e indiferencia.
– Violencia cotidiana, exclusión social, dialéctica de lo vacío y lo pleno.
– Manifestaciones somáticas sin sostén en la fantasía, dificultades en la
simbolización y en la reflexión.
– Predominio de conflictos actuales con la realidad y por ende, empobrecimiento
de la asociación con los referentes temporales, con estagnación en el presente y un
futuro deslibidinizado.
No es difícil avisorar un vínculo de potenciación de los desequilibrios psíquicos
preexistentes, dadas las pautas culturales en curso. Tal vez se trate del
levantamiento de murallas narcisísticas frente a los embates de una realidad
insoportable, buscando una restauración especular de sí y por lo tanto sea una
respuesta contemporizadora.
Para Didier Anzieu, la necesidad de sobrecargar la envoltura narcisista aparece
como la contrapartida defensiva de una fantasía de piel descarnada: ante un
peligro de ataque externo-interno, es necesario reforzar el escudo de un yo piel en
sus funciones de paraexcitación y de continente psíquico.

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