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Luciano de Samosata: Crítica a la religión y filosofía en la Asamblea de los dioses.

1. Vida de Luciano de Samosata

No se tienen vestigios de lo que fue su vida. Lo único que se tiene es lo que él mismo dejó
escrito y lo que La Suda, claro está en época Bizantina, recogió en la Enciclopedia; de estos
datos, ninguno hay que nos otorgue aspectos verdaderamente serios de su vida. El problema
que existe en esta compilación de datos es que La Suda recoge únicamente anécdotas y
datos sueltos, información que podría ser parte de la “fama” del autor en épocas posteriores
a él. Ni siquiera Filóstrato, creador de una compilación de biografías de sofistas, consideró
importante a Luciano y por lo tanto no lo catalogó como uno de los sabios dignos de ser
colocados en su obra.

Él mismo, utilizó diferentes nombres dentro de sus escritos siendo éstos Loukianós y
Likinos1. Como su nombre lo dice, nació en la ciudad de Samosata; dato que se conoce
porque él mismo lo documentó en sus obras. Samosata fue la capital de Comagena, región
semítica que en el año 65 a.C. se convirtió en provincia del Imperio Romano. No se sabe
con exactitud la fecha de su nacimiento, pero se calcula que debió haber nacido alrededor
del año 125.

Su obra El Sueño proporciona datos interesantes de su vida: sabemos que a los catorce años
de edad, su padre lo envió al taller de su tío, un escultor, para que aprendiera el ejercicio de
su profesión. El texto nos ofrece un panorama pequeño de lo que fue su adolescencia y la
disputa que sufrió al elegir su profesión ya fuera ésta en las letras o en la escultura; con ello,
se deduce que poseía una habilidad para este arte.

Perteneció a familia humilde pero con los recursos suficientes para poder enviarlo a
estudiar a Jonia (uno de los territorios más cultos en época de Augusto). Tampoco se tienen
pruebas de los estudios que realizó en ésta ciudad, pero se puede afirmar que allí amplió su
1
Respecto a su nombre, RAMÍREZ TREJO, ARTURO E. opina que Luciano o Licino son un pseudónimo más que
el nombre del autor.

1
vocabulario y conocimiento del mundo y de la lengua griega2. Se infiere que también fue la
retórica una de las áreas de estudio e interés del autor. Posteriormente se trasladó a Atenas
y luego a Antioquía, lugar donde trabajó como abogado a los veintiocho años de edad.
Según la Suda, éste fracasó como abogado, y por lo tanto decidió dedicarse a dar
conferencias en calidad de sofista.

Viajó a Roma para someterse a una consulta oftalmológica, y fue en ese momento que
sostuvo una conversación con el platónico Nigrino, quien tuvo un impacto muy grande en
nuestro autor al grado que escribió una especie de confesión personal3. Es probable que
haya tenido una conversión al platonismo, pero lo cierto es que ésta duró poco porque se
preocupó más por ganar dinero que por “filosofar”, por lo tanto decidió regresar a la
sofística4.

Siendo ésta su oficio, recorrió Siria, Palestina, Egipto, las Galias; regresó en el año 165 a su
natal Samosata y posteriormente llegó a Jonia y Antioquía, justo en el momento en el que
Lucio Vero se disponía a pelear contra los Partos. Pasado este momento de angustia,
regresó a escribir la mayor parte de sus obras a Atenas, lugar donde expuso sus ideas en
contra de la filosofía5. Pasó sus últimos días en Egipto ocupando un puesto en la burocracia.
Debió morir hacia el año 192. La Suda cuenta la anécdota de su muerte, diciendo que
falleció siendo atacado por unos perros, pues el de Samosata habló en contra de los
cristianos y fueron ellos los que documentaron su muerte poniendo en duda la veracidad de
este juicio.

2. Obra de Luciano

2
Dato que se confirma en su Cómo debe escribirse la historia.
3
Según algunos críticos como A. PERETTI, ésta anécdota no es más que un tópos cuya veracidad pone en tela
de juicio.
4
No se sabe tampoco cuál fue la razón, además de la económica, por la cual abandonó el platonismo, sin
embargo, se cree que tuvo malas experiencias en este ramo y por ello decidió abandonarlo.
5
Esta postura se refleja en Hermótimo y en El Pescador.

2
Luciano es considerado como “modelo y maestro de lo griego”6, porque no siendo oriundo
de Grecia logró reunir todas las características de la época en sus sesenta o más escritos y
tuvo una visión crítica acerca de todo lo que le rodeaba, razón por la cual no existe una
escuela filosófica que embone con su pensamiento.

Su obra fue “didáctica, novelesca y poética”7; destacó la crítica a través del diálogo, pero
ésta fue constructiva y no profunda. Todo ello fue escrito en lenguaje ático, pues su
objetivo era demostrar la belleza de la principal lengua en la época clásica, y poseer un
mayor número de lectores. Para esta época el griego empezaba a dejar de usarse y el latín
era la nueva lengua de moda. Así, es evidente que durante ésta época, fue la prosa y no la
poesía la corriente literaria que dominó toda la literatura de este siglo; además ésta prosa se
pintaba con tintes poéticos y retóricos.

Escribió alrededor de ochenta y seis obras, de las cuales es altamente probable que el diez
por ciento del total sea espuria. Dentro de su obra existen diversos criterios de clasificación.
Muchos han tratado de disponer sus obras en diferentes categorías como:
1. Escritos Sofísticos.
2. Escritos tradicionales.
3. Diálogos mímico-cómicos.
4. Diálogos de tipo menipeo.

Algunos más han tratado de dividir sus obras con más propuestas, como por ejemplo de
manera cronológica, pero resulta casi imposible deducir cuando fueron escritas. Lo que nos
ocupa no es clasificar, sino entender el arte de Luciano, así que debemos tener en mente la
formación helenística que tuvo Luciano aunado a la principal corriente literaria de su época:
la mímesis (emulación con respecto a las grandes obras de su época). De todas estas
clasificaciones, unas se han aceptado, otras no tanto, pero lo cierto es que la opera de
Luciano puede ser dividida según el criterio de cada quien.

6
Cfr. RAMÍREZ TREJO, ARTURO E. Diez diálogos de Luciano de Samosata. D.F.: Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM). 1985. Pág.: 9
7
Ibídem.

3
Luciano en esta época se convirtió en “el líder de la literatura”, siendo hoy en día colocado
en la conocida Segunda Sofística8. Ésta corriente, utilizó el aticismo o imitación de los
modelos clásicos. En la actualidad, Luciano es considerado como el autor más importante
de la Segunda Sofística, y curiosamente, fue al único al que Filóstrato no incluyó en su obra
Vida de los Sofistas9.

Luciano no es un moralista, por el contrario, jocosamente María del Carmen Cabrero le


llama inmoralista 10 , optó por escribir acerca de su ideología a través de un modelo
anecdótico. El objeto de su crítica fueron todos aquellos que se denominaban sofistas, es
decir, aquellos que “contenían un conjunto de prejuicios incapaces de ser puestos en
debate”11.

Así, en la Asamblea de los dioses, de manera crítica y didáctica, está poniendo en tela de
juicio la religión sino el mundo de la filosofía, las supersticiones, la magia y la ignorancia.
Sin embargo dado que es el su pensamiento y su crítica puesto en escena de manera
anecdótica, se puede inferir que no se está deteniendo en tener un sentido demostrativo al
escribir.

3. Brevísima síntesis de la Asamblea de los dioses

La historia habla básicamente de los dioses ajenos al Panteón griego original, en éste,
Momo, la censura, cuestiona, reprocha y se queja con Zeus a causa de la presencia de
dioses ajenos al panteón olímpico original12. Comienza por preguntar cuál es la razón por la
que tres héroes sean ahora dioses (Heracles, Asclepio y Dioniso); cuestiona la apoteosis de
Ganimedes y su estancia y de igual manera su divinización en el Olimpo. La charla

8
Es un término regularmente aplicado en nuestra actualidad al período que corre del año 60-230, cuando la
declamación se convirtió en la actividad más prestigiosa de la literatura en el mundo griego. Fue Filóstrato
quien introdujo este término en su Vida de los Sofistas estableciendo un vínculo entre los sofistas de la época
clásica y al movimiento cuyo primer miembro identificó como Nicetes de Esmirna en tiempos de Nerón. En
HORNBLOWER, SIMON. The Oxford Classical Dictionary. Nueva York: Oxford University Press. 1996. Ad loc.;
la traducción es propia.
9
Las razones por las cuales no fue agregado en su obra son desconocidas.
10
En ¡Arriba el telón! Discurso, identidad e ideología en tres diálogos de Luciano. D.F.: Nova Tellus. Vol.
25. 2007. Pág. 209.
11
Íbid, pág. 212,
12
Lo cual es una paradoja, porque en ese sentido, Momo tampoco pertenece a los Olímpicos.

4
continúa y de un momento a otro, Momo menciona otra categoría de dioses con los que
sigue en desacuerdo: los extranjeros (deidades de Egipto, Atis, Sabacio, Mitra, y Coribas).
A la brevedad, la censura le reprocha a Zeus que humanos que dieron oráculos al igual que
los anteriores, sean ahora parte del panteón Olímpico: Trofino, Anfíloco, Polidamante,
Teágenes, Héctor y Protesilao. Por último, Momo se queja de aquellas deidades que se
convirtieron en tales gracias a los filósofos, como por ejemplo la Virtud.

Una vez expresadas sus quejas Zeus le contesta en tono amable que creará un consejo para
cuidar “la élite” de los dioses, pero sólo lo hace con la intención de calmarlo. Finalmente,
Zeus da a entender que no hará ese consejo, pues así él no lo desea.

4. Panorama político de Grecia en la época imperial.

Eulalia Vintró opina acertadamente que Luciano de Samosata, vivió en una época que
define como el “hundimiento del helenismo”13. José Alsina, por su parte, dice que vivió en
una época de una sociedad cansada14. Esta época se caracterizó por tener un descenso de
natalidad15, con lo cual Grecia perdía su primacía día con día; en lo religioso, la idea de
Dios en el cristianismo estaba encaminada a la contemplación de la deidad principal, y es
por ello que se generó una esquizofrenia espiritual16: por un lado, a pesar de la presencia
del cristianismo, la superstición tenía gran auge, y por otro, la gente dejaba de creer en
dioses y se inclinaba hacia el ateísmo.

La fecha inicial de la época imperial, puede datarse desde el año 31 a.C, pues en ese año,
sucedió la famosa batalla de Accio, con la derrota de Antonio, y siendo Roma anexada a
Egipto, último pueblo helenístico independiente; así también en el año 27 a.C., Grecia es
convertida en provincia senatorial; a partir de ese año al 100 d.C., se genera un período de
“transición”17:

13
Ello lo escribe en Luciano de Samosata. Barcelona: Editorial labor. S.A.
14
En Obras.Madrid:1996. Pág: 12
15
Lo cual se puede vislumbrar en los Diálogos de los muertos del mismo Luciano.
16
Ibid.
17
Cfr. LÓPEZ FÉREZ, J. A. Historia de la literatura griega. Madrid: Cátedra. 1988. Pág.: 989.

5
 La cultura koiné fue en retroceso.
 Se dio un amaneramiento sentimental en la prosa.
 Moralización del arte dentro de la estética helenística.
 Influjos Orientales.
 Inclusión de supersticiones.
 Desarrollo del Cristianismo.

Emperadores como Marco Aurelio y Adriano, decidieron retornar a los modelos de la época
Clásica. En el siglo II, se renovaron las doctrinas propensas al misticismo (como el
pitagorismo y el platonismo mencionado), hostilidad con los epicureístas. Sin desearlo de
tal manera, los emperadores provocaron un declive literario debilitado con el rescate de la
tradición clásica, pues el regreso de las costumbres literarias de la época de oro impidió que
se documentaran con veracidad los hechos que en esos momentos pasaban.

Desde la época de Augusto, cuando Roma ya poseía provincias occidentales, pudo poner
más atención a sus provincias orientales, de manera que el filohelenismo se agrandó en
Roma, claro está, gracias a los emperadores. Así, pudieron fundar bibliotecas y escuelas
que se encargaban de impartir retórica, filosofía, para finalmente establecer un “modelo de
educación”.

Al hablar de literatura en época imperial, fue la retórica la disciplina que tuvo un mayor
seguimiento. Por consiguiente, los textos políticos sobresalieron gracias a su fácil y vasta
producción. La prosa se convirtió en la corriente de la época y la retórica, se impuso como
un sistema educativo en la formación humana. Mucha filosofía se documentó en la
literatura, por ello sabemos que todas las corrientes filosóficas terminaron convertidas en
teología o por lo menos trataron ese aspecto incluso antes del cristianismo. De hecho,
gracias a la prosa se pudo crearse así la novela y la mencionada Segunda Sofística.

En cuanto a la filosofía de la época, las escuelas que pervivían eran: la epicureísta, la


estoicista, neopitagorista, la sympátheia -perteneciente al estoicismo-, las corrientes

6
gnósticas, (que estaban más inclinadas hacia la religión que hacia la filosofía18 - así como
las subsiguientes), el pietismo, y el cristianismo. Todas estas corrientes filosóficas
provocaron cambios en el pensamiento del hombre antiguo, y muchas teorías modernas las
han tratado de estudiar desde la perspectiva desde diferentes perspectivas, pero
generalmente con estas mismas escuelas.

Es posible observar que durante este tiempo se desarrolló de un sincretismo característico


del helenismo, y no solo hablando de la filosofía19, sino de la religión también. Norden20
propone que la concepción de que Dios pudo haber tenido un origen oriental y que los
griegos no habían tenido una concepción de monoteísmo hasta antes de Filón de Alejandría.
¿Qué quiere decir todo lo anterior? Que Grecia en ésta época, está situada ante un
fenómeno influjo oriental en diversos aspectos de la vida cotidiana.

5. De la Filosofía a la Religión. Momo y la situación social.

La teología hasta ese momento había sido platónica. Incluso el mismo Platón fue llamado
“el verdadero iniciador de la religión helenística”21; ésta ciencia es analizada por autores
posteriores como Cicerón en su De natura deorum. La relación que se establece en estos
tratados del hombre con dios, es por vía mística y conocible. El presente trabajo dejará de
lado la explicación del platonismo, pero se debe rescatar la siguiente idea: existen objetos
abstractos que son perceptibles y no inteligibles o inteligibles pero no perceptibles.

18
Debo remarcar que a pesar de que religión y filosofía no son ni fueron lo mismo, ambas llegaron a
influenciarse de tal manera que la religión era entendida como filosofía y viceversa, ello gracias a que la
filosofía al cuestionarse todo de manera continua, en algún punto, las filosofías se llegaron a contestar en
éstos aspectos marcando así diferencias entre una y otra doctrina.
19
Se pueden observar doctrinas de Platón y Aristóteles mezcladas, sobre todo en materia de Teología, por
ejemplo.
20
En su Agnostos Théos.
21
Cfr. ALSINA CLOTA, JOSÉ. Tragedia, religión y mito entre los griegos. Barcelona: Editorial labor S.A. 1971.
Pág.: 155. La traducción es propia.

7
Esta idea con el tiempo fue utilizada para afirmar la existencia de deidades, como el
mencionado anteriormente Filón de Alejandría, y para la época de Luciano de Samosata. El
Cristianismo se apoyó de ésta filosofía para justificarse, sobre todo con Orígenes y
Clemente de Alejandría.

Junto al Platonismo, también se encontraban, en época imperial, el Estoicismo y el


Epicureísmo. Pues gracias al helenismo, la inclusión de corrientes orientales provocó un
descenso de seguidores de otras escuelas filosóficas. Las nuevas filosofías tenían nuevas
visiones que aportaron nuevas formas de contención y de conocimiento.

Por su parte, los Estóicos y los Epicúreos lograron establecer “sustentos lógicos para la
religiosidad de un sujeto en tránsito desde su acotada ciudadanía a esas primeras
expresiones del cosmopolitismo”22. A todo ello se le sumó la superstición, la hechicería y la
magia, que a diferencia de las escuelas filosóficas, e incluso de la misma religión, carecían
de un sustrato lógico. Por eso Luciano de Samosata se vuelve crítico con ellos.

La corriente filosófica del epicureísmo, se desliga de la crítica a la religión diciendo, a


grandes rasgos, que los dioses existen pero que ellos viven en un plano diferente al de
nosotros; Luciano quizás con un desde su posible perspectiva epicureísta23, me atrevería a
decir, que incluso con desdén hace toda una crítica al sistema religioso en la Asamblea de
los dioses (a través de Momo, personaje al que algunos traducen o identifican con la
censura24, y otros más lo identifican con el Destino o la Providencia25).

22
Íbid, pág. 213.
23
Recuérdese que Luciano de Samosata no sigue una escuela filosófica como tal, y al ser éste un crítico, se
desliga de todos los imaginarios colectivos y se enfoca en el suyo para juzgar su vida.
24
Como Juab Botella y Zaragoza y Carlos García Gual.
25
Como María del Carmen Cabrero.

8
Según Cabrero, Luciano, en la religión separa a la población en tres grupos que creían en la
Providencia26:

 Los cultos: Grupo en el que se encontraban los filósofos como los pitagóricos,
peripatéticos, y pitagóricos.
 Los incultos: Grupo en el que se encontraban todos aquellos que creían en cultos
orientales.
 Los que dudan: Formado por un grupo epicureísta.

En el caso de las corrientes orientales, los ciudadanos adoraban a deidades que tenían un
tinte monárquico y no la de un dios sabio como las otras corrientes religioso-filosóficas. Es
por ello que Luciano no encuentra en los dioses orientales un sustento o incluso un temor
como suele tenérsele a las deidades, pues él cree en ellos en cuanto a literatura y ficción. Y
por ello Luciano quiere discutir ese aspecto de la religión en ésta obra, su objetivo; el
medio por el que lo hace es la burla, la risa, el ridículo, la queja, y la parodia.

Las herramientas que el de Samosata utiliza para criticar la religión son una combinación
de comedia y diálogo platónico. Así trata de llegar a un concilio de crítica a la humanidad y
a la humanidad en la que él se encuentra inmerso. Por eso, en lugar de adoptar una corriente
filosófica, adopta un tinte marginal para llegar, no a una conclusión dentro de su obra, sino
para entender él la religión del mundo que lo rodea.

La actitud del personaje de Momo, no es más que, desde mi perspectiva, el juez para llegar
a un orden que ya no se tiene, un “árbitro restaurador del orden”, orden que ya no se tiene
por la situación social que se vivía en esos días. Momo es un personaje que opina que todo
aquél dios que no pertenece al panteón Olímpoco no es digno de adorarse.

26
Pues negar la providencia era prácticamente negar la religión.

9
Conclusión

En varias ocasiones se utilizan los términos “decadencia” o “angustia” para definir o


describir la época imperial desde Marco Aurelio hasta Constantino. En todos ellos se narra
que el cristianismo tomaba gran poder gracias a que la situación social permitía o
provocaba que la población tuviera en ese momento un vacío espitutual que no podía ser
subsanado con otra cosa que no fuera filosofía o religión, que en el caso de esta época, fue
el cristianismo quien pudo “lograr” una relativa estabilidad emocional en la población de
aquella época.

Es entendible a mi parecer que Luciano de Samosata, al ser un filósofo, observador de la


cultura, de la sociedad, de la filosofía y sus problemas, decidiera criticar no de una manera
directa como todos los filósofos lo hacían sino indirectamente a la manera de Aristófanes:
entreteniendo y haciendo reír. Quizás mediante éste método, podría llamársele en nuestra
actualidad, pedagógico, la intención de Luciano fue, a mi parecer, dar forma a la Grecia
sometida por los romanos.

También encuentro lógico que Luciano no se declarara a favor de ninguna escuela


filosófica, pues cada una de ellas juraba tener la razón. Con o sin argumentos, se declaraban
a favor del conocimiento, pero Luciano, al ser observador de todo lo que acontecía no solo
en Grecia, sino en Asia Menor y Roma (gracias a que ofreció un sinfín de conferencias en
muchas ciudades como sofista), se daba cuenta que la “verdad absoluta” que pudieron tener
las escuelas filosóficas no fueron suficientes para liberar a la gente de su realidad o de
modificar el pensamiento de la época porque las situaciones sociales eran más intensas, la
gente moría más, estudiaba menos, y el círculo de personas que tenían la oportunidad era
cada vez más reducido.

Es por ello que en la Asamblea de los dioses, me di a la tarea de analizar por qué ésta
historia no solo pone en tela de juicio que la religión, a pesar de haberse contaminada desde

10
el helenismo, continuaba con la introducción de deidades orientales como Atis, sino
también encontrar una respuesta al porqué dentro de la misma Asamblea de los dioses
juzga a aquellas divinidades que fueron introducidas por filósofos. Además, cabe
mencionar que los autores consultados que mencionaban características de su filosofía
decían que era probablemente pitagórico, otros que era probablemente epicureísta y otros
más diciendo que no perteneció a ninguna escuela filosófica.

Considero interesante la idea de que probablemente, a pesar de que sus obras eran para
leerse en público, tenían no sólo la intención de entretener: Cabrera en su artículo menciona
que no tenía la intención demostrativa en sus escritos, juicio con el que parcialmente estoy
de acuerdo, pues a juzgar por el género, cómo los Relatos Verdaderos, o incluso la misma
Asamblea de los Dioses, podrán demostrar verdades o falsedades, cuando éstas son
historias fantásticas. En lo que no estoy de acuerdo es que en el caso de la Asamblea de los
Dioses, ese supuesto cuestionamiento a Zeus por parte de Momo, no es del todo irreal,
porque está juzgando a dioses que efectivamente existieron y que ciertamente entraron
como deidades abstractas como la virtud, o de manera política como los dioses Egipcios.
Mi intención en este punto no es señalar hasta qué punto la historia es fantástica o desde
dónde se habla de lo real, pero sí opino que el simple hecho de “cuestionar”, nace de una
inquietud que Samosata vivió y que, a mi juicio, no está de acuerdo.

Pienso también que el hecho de tratar temas desde tal o cual perspectiva filosófica,
reduciría a Luciano en sus narraciones, es decir, el hecho de tomar como eje una sola
perspectiva filosófica, reduciría el retrato social que tuvo el de Samosata y sus obras
perderían esa brillantez con la cual copistas y filólogos desde la antigüedad se molestaran
en pensar o deducir qué es lo que el simbolismo de Luciano tuvo en sus obras. Así
estaríamos diciendo que tal o cual obra de Luciano pertenece a tal corriente filosófica, y
ello nos reduciría a un conjunto de normas y de creencias que no aportarían nada a ni a la
literatura ni a la sociedad de aquella época. Además, ha quedado sin documentación la
verdadera historia que Luciano vivió con Nigrino, y por qué su repentino abandono a la

11
filosofía para dedicarse de lleno a ser sofista. Probablemente este hecho hizo que Luciano
comenzara “tomar tirria” de los filósofos y no tanto a la filosofía. Incluso tengo la ligera
sospecha de que por qué Filóstrato no lo documentó en su Vida de los Sofistas.
Desafortunadamente no se tienen ni vestigios ni testigos con quienes consultar estas
cuestiones, pero a mí me permiten pensar que pudieran ser éstas unas de las razones por las
cuales Luciano no es filósofo sino sofista.

Yo considero que Luciano de Samosata tuvo oportunidades mayores frente a todos por el
simple hecho de viajar, pues qué mejor manera que adquirir conocimiento de otras culturas
a través de la gente oriunda de cada lugar, y qué perspectiva tienen ellos de los griegos, o
de los Sirios o de los de Samosata. Me parece que la genialidad de Luciano pudo haber
venido del contacto que tuvo con las culturas, y de su perspicacia en documentar quejas de
una manera sutil en sus obras. Si es o no filósofo, si está a favor o en contra de la religión o
si pertenece a tal o cual ciudad, me parece que es lo menos importante de él, para mí lo
importante es su manera tan sutil de hacer dudar a las personas digamos “atacando al
subconsciente”; su manera de retratar en quejas divertidas el funcionamiento de la sociedad,
y por lo tanto el aporte que hoy en día tenemos gracias a sus escritos.

12
Bibliografía

ALSINA CLOTA, JOSÉ. Obras (traducción y notas por Andrés Espinosa). Madrid: Gredos.
1981.

ALSINA CLOTA, JOSÉ. Tragedia, religión y mito entre los griegos. Barcelona: Editorial labor
S.A. 1971.

HORNBLOWER, SIMON. The Oxford Classical Dictionary. Nueva York: Oxford University
Press. 1996.

LÓPEZ FÉREZ, J. A. Historia de la literatura griega. Madrid: Cátedra. 1988

RAMÍREZ TREJO, ARTURO E. Diez diálogos de Luciano de Samosata. D.F.: Universidad


Nacional Autónoma de México (UNAM). 1985

VINTRÓ, EULALIA. Luciano de Samosata. Barcelona: Editorial labor. S.A.

13
Índice

1. Vida de Luciano de Samosata 1


2. Obra de Luciano 2
3. Brevísima síntesis de la Asamblea de los dioses 4
4. Panorama político de Grecia en la época imperial 5
5. De la Filosofía a la Religión. Momo y la situación social. 7
Conclusión 10
Bibliografía 13
Índice 14

14

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