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TÍTULO DE LA NARRACIÓN
¿CÓMO ESTÁN?
DOCUMENTADA:
¿CÓMO ESTÁN?
Así que llego el día, procure ir temprano al jardín para no perderme la llegada de ningún
bebé, para poder organizar mi espacio y materiales. Sentía que los nervios me
traicionaban pero me propuse a dar lo mejor de mí. Recibí a cada bebé y trate de
interactuar con ellos para crear un ambiente más armonioso y en el cual ellos puedan
entrar en confianza y jueguen conmigo.
Era hora de empezar, y yo seguía con nervios, me dispuse a sentarme en medio del
aula y a pedirle a los bebes que hagan lo mismo, respiré y me dije ¡Yo puedo! Sabía
que talvez sería un poco difícil, solo talvez, porque los bebés no me conocían, es por
ese mismo motivo que al planificar mi sesión considere llevar dos títeres de dedo de dos
animales: cerdo y llama, con los cuales nos saludaríamos y así podría llamar su
atención, y efectivamente, así fue.
con mi amigo el cerdito quien me contaba que había traído a un amigo: la llama. Pude
observar los rostros de algunos de los bebés y en mi opinión parecía que ellos se
preguntaban así mismos: ¿quién será el amigo del cerdito? Todos estaban sentados, a
la expectativa de saber que sacaría de mi mandil, porque es de allí de donde salió el
amigo cerdito. Empecé a cantar y todos miraban mi dedo, porque allí estaba la llama, al
terminar la canción volví a preguntar ¿Cómo están?, las respuestas iban incrementando
pero no todos aun respondían así que junto a los dos títeres de dedo, volví a cantar y
preguntar ¿Cómo están? Es en ese momento en donde me di cuenta que el recurso
empleado fue el indicado, todos los bebés respondieron a una sola voz: Biennnnnn. Sus
rostros reflejaban una sonrisa, era buena señal, entonces les gusto, y yo gracias a eso
me sentí más segura y feliz de ver en ellos esa sonrisa.
Les mostré una caja sorpresa y les comente ¿que podrá ser?, ¿qué habrá?, ellos
miraban fijamente la caja mientras yo me disponía a sacar lo que había dentro.
Comencé a sacar pañuelos de colores y les mostraba mencionando el color de cada
pañuelo de esa manera ellos irían teniendo noción con lo que trabajaremos en clase.
Ahora sí pregunte: ¿Quién quiere jugar conmigo? Se pusieron de pie y empezaron a
saltar diciendo, yo, yo, yo. Salimos al patio agarrados de una soga. Mientras
caminábamos encontramos la piscina de pelotas que estaba cubierta con una tela
negra, juntos descubrimos que había. Cada bebé comenzó a jugar con las pelotas, a
ingresar y salir de la piscina. Hasta ese momento todo marchaba bien. Pero como
estaban jugando con las pelotas, comenzaron a lanzarlas por varios lados, inclusive
hasta el otro patio casi llegan, les pedí que colocáramos todas las pelotas nuevamente
dentro de la piscina, todos ayudaron.
Saque dos caminos de colores que estaban hechos de plástico, por donde cada bebé
tendrá que pasar, fui a sacar una bolsa grande en donde estaban guardados los carros,
todos se acercaron y querían saber que había, es así que les entregue a cada uno un
carro, comenzaron a brincar, y volvieron a poner en su rostro esa sonrisa que yo quería
ver. Uno de ellos pregunto: ¿y qué vamos hacer con este carro?, me sorprendí al
escuchar esa pregunta, así que les dije: hoy voy a trasladar las pelotas de la piscina
hacia las cajas. Por este lado tenemos la piscina de pelotas, yo voy a coger con mis dos
manitos las pelotas e iré llenando mi carro, solo llenaré las pelotas que alcancen. Mi
carro tiene una cuerda y jalare de ella arrastrando de esta manera por el camino.
Termino de recorrer el camino y echo las pelotas a la caja. Regresaré a la piscina de
pelotas por este lado y volveré a llenar las pelotas en mi carrito. Así que cada uno
comenzó a llenar su carro, era gratificante verlos, ver que realizaban la indicación sin
necesidad de estarle diciendo en todo momento las cosas. Bueno efectivamente a unos
tres bebés aún les costaba realizar las acciones, pero lo intentaban y yo estaba ahí para
ayudarlos. Los bebés estaban encantados, les gustó mucho jugar con las pelotas y
sobre todo arrastrar su carro, cada vez que lo hacían regresaba rápidamente a seguir
llenando su carro con las pelotas.
Para terminar con la actividad se tendió una tela en el suelo y se pidió a los bebés
sentarse ubicándose de tal manera que formemos un círculo y que cada uno esté detrás
del otro. Se les entrega a cada bebé una pelota, la cual tenían que pasar por la espalda
de su compañero, de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba. Hice la demostración
con uno de los bebés, el resto me observaba, parece que era algo nuevo para ellos.
Comenzó la relajación y coloque de fondo una canción “Sonata Claro de Luna-
Beethoven” para hacer de ella un momento más acogedor, porque la intensión es que
todos los bebés se relajen luego de haber jugado. Estaba emocionada al ver a cada
bebé realizando la relajación, como movían sus manitos de arriba hacia abajo y pasaban
la pelota por toda la espalda de su compañero.
Fue un día muy enriquecedor, tanto para mí, como para los bebés. Ver que con tan
pocos años de vida tratan de realizar las cosas por sí solos, ver como disfrutan lo que
hacen, y sobre todo que reforzaron y otros aprendieron a trasladar objetos y arrastrar
otros. Y yo, yo aprendí a que si quieres llegar a ser una buena docente tienes que
siempre pensar en los niños, en preocuparte por ellos, en brindarle los materiales
adecuados y pertinentes de acuerdo a la edad que se encuentran, y que tan importante
son los recursos que empleemos para motivarlos y enseñarles.
III. ANEXOS:
Preguntado a los bebés ¿Cómo están? Mostrando a dos títeres de dedo a los niños Descubriendo que contiene la caja sorpresa
Colocando el camino de colores Khale, llenado las pelotas de la piscina en Bruno, arrastrando su carro
su carro