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Mujeres, peronismo e identidad

étnica: Sandra, una intendeta


"alemana"

III Jornadas de Sociología de la UNLP

10 al 12 de diciembre de 2003

Cita sugerida:
Mujeres, peronismo e identidad étnica: Sandra, una intendeta "alemana". III Jornadas de
Sociología de la UNLP, 10 al 12 de diciembre de 2003, La Plata, Argentina. La Argentina
de la crisis: Desigualdad social, movimientos sociales, política e instituciones. En
Memoria Académica. Disponible en:
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MUJERES, PERONISMO E IDENTIDAD ÉTNICA:

SANDRA, UNA INTENDENTA “ALEMANA”

INTRODUCCIÓN

En esta ponencia desarrollaré la trayectoria de Sandra oriunda de Valle una

colonia agrícola de menos de 3 mil habitantes ubicada en una provincia del nordeste

argentino. El municipio tenía al mismo intendente reelecto de origen “alemán” y de la

UCR desde 1983 hasta 1999. Sandra era considerada en su comunidad una líder “mujer”

del peronismo local, pero además era también “alemana” como el intendente. En 1999

fue la única que pudo ganarle a los radicales después de 16 años en el poder. El

municipio tenía una proporción importante de población de origen alemán, sin embargo,

en una provincia multiétnica, los nativos también contaban en esta categoría a las

personas que eran blancas de piel y tenían ojos claros, como los descendientes de

ucranianos, noruegos, suizos, polacos, austríacos, entre otros. En esta ponencia

mostraré, a partir de un análisis etnográfico, cómo la identidad peronista y el campo de

lo político deben relativizarse en tanto los agentes son portadores de múltiples

identidades y actúan en distintas esferas de la vida social que trascienden el dominio de

lo político. Esta investigación es producto de un trabajo de campo etnográfico realizado

durante el año 2000, centrado en las técnicas de co residencia con los nativos,

observación participante y entrevista abierta.

SANDRA: ENTRE EL PARTIDO Y LA EMPRESA

Sandra Kohen provenía de Valle, que se creó en 1946 y fue recategorizado en

1983, está ubicado en la zona centro de la provincia y hacia el año 2000 era una colonia

caracterizada por la presencia de medianos (de 25 a 50 hectáreas) colonos yerbateros y


tealeros donde todavía sobrevivían, a pesar de la crisis, algunos aserraderos, secaderos

de yerba mate y de té. La mayoría de los colonos estaba buscando nuevas alternativas a

los cultivos tradicionales invirtiendo principalmente en forestación. Sandra es una mujer

de cabello rubio, de ojos claros. Sus abuelos paternos y maternos eran de origen alemán,

austríaco, polaco y ucraniano, eran agricultores, tenían plantaciones de yerba, pino y

tung. Ninguno de sus abuelos ni sus padres había terminado la escuela primaria. Los

padres eran argentinos, cuando se conocieron el padre y la madre de Sandra, decidieron

irse a vivir a Valle y buscar trabajo allí. Entre los dos instalaron un negocio de ramos

generales que atendía la madre por las tardes y que todavía conservan. Durante 30 años

la madre fue empleada del correo por las mañanas. El padre fue chofer de colectivos

hasta que a principios de 1970 puso una empresa de colectivos que hacía recorridos

cortos dentro de la provincia. La empresa progresó y en pocos años se convirtieron en

empresarios prósperos de Valle. El matrimonio tuvo 4 hijos, tres mujeres y un varón:

Sandra, la mayor de todos los hermanos, Lorena, Jorge y Lucía. Desde joven el padre

había militado activamente en el peronismo y en 1973 integró la lista de candidatos a

concejales del municipio. Su padre siempre llevaba a la familia a los actos políticos y

los hijos recuerdan haber estado con él desde pequeños en reuniones con importantes

dirigentes provinciales. Sandra desde muy pequeña escuchó historias relacionadas con

Perón, contadas por sus abuelos y padres. Joâo de Pina Cabral (1990) dice que durante

la infancia y la adolescencia, en el seno de la casa de los padres, y en el vecindario en

que esta se inserta, ego es sistemáticamente confrontado con una serie de imágenes que

le son fortalecidas como representando el comportamiento típico de nuestra familia.

Estas imágenes tienden a integrarse en una narrativa que este autor denomina leyendas

familiares. La facilidad con que estas leyendas familiares son objetivamente


confirmadas es bastante común. La familia en estos casos está asociada a una referencia

identitaria importante que marca al joven desde su infancia y que lo seguirá por toda la

vida. Las mujeres de la familia eran particularmente “fanáticas” de Evita y recordaban

con frecuencia la manera en que la colonia había progresado en las décadas de 1940 y

1950 bajo la primera y segunda presidencia peronista. Según la leyenda familiar habían

recibido juguetes, ropa y útiles escolares de parte de Evita. Las primeras escuelas y salas

de primeros auxilios de la colonia se las “debían” a Perón. Sandra dijo que “en mi

familia era imposible no ser peronista”.

En 1983 y por su trayectoria dentro del Partido fue candidato a intendente de

Valle pero perdió contra un mediano empresario yerbatero de origen alemán del partido

opositor. Esta derrota fue explicada así por Sandra: “[…] nos desprestigiaron mucho

porque éramos peronistas, los peronistas eran gente pobre y negra y nosotros éramos

todo lo contrario: alemanes y estábamos bien económicamente”. Al igual que otras

colonias agrícolas de la provincia, Valle era considerado un municipio “alemán” y

“radical”. En estas comunidades el rol de la etnicidad en la configuración de los grupos

de la comunidad era muy relevante: el éxito o fracaso de los agricultores era explicado

en términos de su “herencia” (étnica) y la prosperidad de toda una colonia y/o su

pobreza eran igualmente atribuidas al “origen” (étnico) de sus habitantes (Bartolomé,

1974). La identidad étnica implicaba cierta expectativa de comportamiento y

lineamiento político: en Valle se esperaba que los “alemanes” tuvieran la piel clara,

fueran de status socioeconómico medio o medio alto y estuvieran afiliados o votaran al

partido radical (U.C.R.) y que los “paraguayos”, “criollos” o “argentinos”

(descendientes de italianos, polacos, españoles), militaran dentro del peronismo. En este

sentido, la pertenencia étnica de Sandra se correspondía con su aspecto físico y su


posición económica, pero no con su adscripción política. Sin embargo, en la interacción

social, la etnicidad era una variable que estaba lejos de ser estable y fija (Barth, 1976).

En este sentido, si bien estaban enfrentados políticamente con el intendente y con otros

políticos de Valle, todos se relacionaban cotidianamente porque frecuentaban los

mismos ámbitos comunitarios, eran vecinos, se encontraban en reuniones sociales, en la

iglesia, iban a las mismas escuelas. Sandra dijo que “una cosa es la sociedad y otra la

política, están separadas” 1.

En 1984 el padre de Sandra murió de una enfermedad, y le dejó en herencia a

sus cuatro hijos el capital político y social acumulado en tres décadas de activismo

político en el peronismo de Misiones; esto es, recursos actuales o potenciales, una red

duradera de relaciones, conocimientos y reconocimientos mutuos más o menos

institucionalizados. Como señala Pierre Bourdieu (1997), en tales circunstancias la

familia asume un papel determinante en el mantenimiento del orden social y en la

reproducción de la estructura del espacio social y de las relaciones sociales; es uno de

los lugares por antonomasia de la acumulación de capital bajo sus diferentes especies y

de su transmisión entre las generaciones. Del padre heredaron las relaciones con

importantes dirigentes del Partido Justicialista a nivel provincial, y en particular con

Julio Humada.

Sandra debió abandonar sus estudios universitarios y volver a Valle a hacerse

cargo de la empresa familiar, en su calidad de “hija mayor”. Soltera, joven y sin hijos,

se transformó en una empresaria reconocida en el medio: “[…] lo hice todo sola, si bien

mi mamá y mis hermanos me ayudaron, yo saqué adelante esto, hago la parte contable,

todo el papeleo, me ocupo del mantenimiento de los coches, vigilo a los choferes de

1
Sandra dijo que en esa época, ella y la hija mayor del intendente eran compañeras en el colegio
secundario que quedaba en una ciudad a 20 km de Valle. Su padre y el intendente se turnaban para
cerca, es cansador”. Al mismo tiempo, Sandra fue consolidando la relación de

patronazgo con Humada de quien recibía los recursos necesarios para poder conformar

y sostener su propia red de clientela política en Valle, y a través de él consiguió, por

ejemplo, que en una de las zonas rurales más pobres del municipio llegara la

electrificación rural. Sandra solucionaba las consultas de los vecinos sobre documentos,

repartía las pensiones provinciales, y distribuía cajas de comida. En los comienzos de su

trayectoria política el local del Partido Justicialista era alquilado y “estábamos

cambiando a cada rato de lugar”. Sandra decidió comprar con fondos propios una casa

que hoy es la sede oficial del Partido en el municipio. Ella se encargaba de mantener

abierta la casa del Partido y de atender personalmente a la gente que se acercaba, “tal y

como lo hacía Evita”, según lo admitió. Taylor (1981) sostiene que una de las

tradiciones más duraderas asociadas a Evita era que recibía a la gente personalmente y

resolvía los problemas, abrazando la “abnegación” y el “sacrificio” de manera

voluntaria e incluso, alegre.

Además de la relación que tenía con Humada, Sandra se valió de la ayuda de sus

tres hermanos y de su madre para actuar en el campo político. Sumado a estas relaciones

de patronazgo y de parentesco, Sandra debió establecer alianzas con otros peronistas de

Valle. “Éramos una isla, nosotros éramos los únicos peronistas de Valle, nosotros

quedamos aislados también porque económicamente nos bancábamos solos y no

dependíamos del intendente, como mucha gente en el pueblo”. Sandra dijo que su

familia se alió a otras cuatro, también peronistas. Este grupo se mantuvo unido liderado

por ella durante más de diez años, y con el aporte de esas familias peronistas de Valle,

Sandra fue electa intendente en 1999. Al tiempo que Sandra decía diferenciar lo que era

llevarlas y traerlas en auto todas las semanas.


y no era “política” afirmaba que de las relaciones cotidianas que establecían en los

diferentes ámbitos adonde actuaban, obtenían información que utilizaban para hacer

política. Según Sandra, “[…] peleábamos para ser presidentes en todas las comisiones:

de primeros auxilios, de policía, ex alumnos de la escuela, la Iglesia, cooperadora de la

escuela, no nos gustaba mucho trabajar sino era tener la dirección, hacer presencia en

todos los lugares”. Toda su familia estaba atenta a conseguir información que le pudiera

ser útil para sus actividades políticas. Cada uno de los miembros de la familia mantenía

una red de relaciones propias que se ocupaba de sostener y ampliar para la carrera de

Sandra. La madre, que había sido empleada del correo durante 30 años, conocía a

mucha gente del pueblo y después de jubilada seguía atendiendo el negocio de ramos

generales que tiene la familia; por medio de ella, dijo Sandra, “nos enterábamos de los

últimos chismes del pueblo que nos servían después para la campaña”. El único

hermano varón tenía una carpintería y un taller donde arreglaba autos y los colectivos de

la empresa. Si alguno de los choferes estaba de licencia o tomaba vacaciones, él

manejaba los colectivos. Jugaba con frecuencia al fútbol y les daba “una visión diferente

de las cosas” porque se relacionaba con hombres y ocupaba otros espacios que las

mujeres de la familia no. También se encargaba de trasladar a los enfermos de las

chacras más alejadas a los puestos sanitarios del centro y de llevar a los colonos los

domingos a la iglesia del pueblo. Lorena era maestra y la única peronista de las escuelas

donde trabajaba. Era muy querida en la comunidad porque tenía buena relación con los

niños a quienes por lo menos una vez al año llevaba a conocer alguna localidad del

interior provincial o a Posadas en los colectivos de la empresa familiar. Siempre estaba

organizando actividades fuera del horario escolar para juntar dinero y así llegó a ser la

presidenta de la cooperadora. En 1998 fue a vivir a Posadas porque el entonces Ministro


de Bienestar Social, que pertenecía a la red política de Julio Humada, la llamó para

ocupar un puesto en la Subsecretaría de la Juventud. La maestra que la cubrió en el

cargo cuando ella se fue a Posadas era del partido opositor, “y en la campaña ella y la

nuera del intendente radical nos apoyaron, no era que se habían vuelto peronistas sino

que me apoyaron a mí como persona y porque le debían favores a Lorena”. Lucía era la

única abogada de Valle y tenía a su cargo todas las causas legales de la gente del

pueblo. Realizó su carrera universitaria en otra provincia y una vez recibida fue a vivir a

Posadas porque consiguió trabajo en la Cámara Legislativa gracias a la relación que

tenía Sandra con el presidente del partido. Alquilaba una casa grande donde por lo

menos una vez a la semana se alojaba su hermana intendenta. Ella viajaba a su vez todas

las semanas a Valle. Su puesto de asesora de los diputados del Partido era muy

importante para la carrera política de Sandra ya que le permitía mantener las relaciones

políticas anteriores y hacer nuevas. Además, era el lugar donde se discutían las leyes

fundamentales que afectaban a los municipios de toda la provincia. Por otro lado, tanto

Lorena como Lucía militaban activamente en grupos de la Iglesia católica, lo que les

brindaba otra red de relaciones locales y provinciales. Las cuatro hermanas eran

jóvenes, solteras y sin hijos. En el ambiente político eran conocidas como “las chicas

Kohen”.

El grupo político era dirigido por un “alemán”, Roberto. En las elecciones de

1987 el grupo consideró que Sandra era muy joven para presentarse a algún cargo

electivo y creía que su condición de mujer no los ayudaría a ganar. Se decidió que fuera

como candidato a intendente Roberto, quien a pesar de no ser electo pasó a ocupar un

cargo como concejal; al tiempo que, en las elecciones provinciales de ese año Julio

Humada era elegido gobernador. Los miembros del grupo fueron ocupando puestos
alternadamente dentro del Partido: por ejemplo, Lucía fue delegada por el Secretariado

Municipal de la Juventud, Sandra por el Consejo Provincial y el hermano por el Consejo

Político Municipal. Cuando se creó en Misiones el Secretariado Provincial de la Mujer

en 1994, la primera delegada por el Secretariado Municipal de la Mujer fue la esposa de

Roberto, en 1998 resultó elegida Lorena, y Lucía fue a integrar el Secretariado

Provincial de la Juventud. En las siguientes elecciones de 1991, Roberto nuevamente se

postuló a intendente, pero fue derrotado por el candidato del otro partido político; sin

embargo, fue reelecto concejal, en tanto que Federico Ramón Puerta fue elegido

gobernador por el Justicialismo. En 1995 “las chicas Kohen” volvieron a proponerla a

Sandra como candidata. Humada intervino en la disputa y a la luz de los reiterados

fracasos de Roberto, decidió apoyar a Sandra. Se presentó como candidata a intendenta

por primera vez y perdió por un estrecho margen, pero asumió como concejala y fue la

primera mujer que ocupó ese cargo en la localidad.

En marzo de 1999 hubo elecciones internas en el peronismo de Misiones para

elegir presidente del Justicialismo provincial. Julio Humada le pidió a Sandra que se

presentara por la lista “Afirmación Peronista” - que él encabezaba -, a la vez que era

presionada por otro referente provincial del Partido para que apoyara a la lista rival

“Unión para el Cambio” - que lideraba Federico Ramón Puerta. Roberto se “pasó” a

Puerta y Sandra decidió seguir fiel a su líder - Humada - y consiguió que en Valle

triunfara la lista de “Afirmación Peronista”, derrotando a Roberto. Esta victoria

posicionó a la figura de Sandra en un lugar privilegiado en el escenario político

provincial, porque según las interpretaciones nativas, su triunfo había sido resultado de

la trayectoria política y del prestigio social que ella tenía en Valle, y no por su adhesión

a la lista partidaria de Humada, quien a nivel provincial había sido el gran perdedor.
En octubre de ese año hubo elecciones nacionales, provinciales y municipales. A

raíz del éxito de marzo, Sandra, con 37 años se presentó nuevamente como candidata a

intendente y resultó electa por un amplio margen de votos ante el rival del partido

opositor, el ex jefe comunal durante 16 años (1983-1999). Era la primera vez que

ganaba el peronismo en el municipio y una mujer ocupaba el cargo de intendenta. El

alto porcentaje de votos que benefició a Sandra dejó en evidencia que buena parte de los

afiliados al partido radical y muchos “alemanes” la votaron en esa oportunidad. Es

altamente probable que estos electores consideraran que el “origen étnico” de su familia

y su status socioeconómico medio alto eran atributos que contribuían positivamente a

construir una candidatura aceptable, independientemente del partido al que pertenecía.

Este caso etnográfico nos muestra que lo que suele denominarse como identidad

peronista es una categoría que está lejos de ser fija y debe analizarse relacionada con

otras identidades que portan los agentes, tales como el género, la identidad étnica, la

posición económica y social. Sandra era mujer, su patrón político era el jefe del partido

a nivel provincial e integraba las estructuras partidarias. Tal como lo dictaban los

criterios de género realizaba tareas de “acción social” desde la sede local del partido.

Además era una referente importante de las distintas esferas sociales de la comunidad

alemana: empresaria, miembro de la iglesia, presidenta de la cooperadora escolar y

hermana de la única abogada de la colonia. Su éxito en las elecciones adonde se

presentó mostraron que era una dirigente social y política más prestigiosa que Roberto,

el candidato peronista y alemán que perdió sistemáticamente todas las elecciones

adonde participó. Así, el éxito o fracaso de los candidatos peronistas en una elección

deben interpretarse desde las múltiples esferas de actuación de los agentes. En este

sentido, el enfoque etnográfico permite relativizar la concepción de la política y de los


políticos como agentes que se desenvuelven en un dominio especializado ajeno a los

múltiples modos en los cuales lo político, lo económico, lo étnico y el género se

entrecruzan e interpenetran (Balbi y Rosato, 2003).

Bibliografía citada

BALBI, Fernando y ROSATO, Ana (comp.) 2003. Representaciones sociales y

procesos políticos. Estudios desde la antropología social. Buenos Aires, Antropofagia-

IDES.

BARTH, Fredrik (comp.) 1976 Los grupos étnicos y sus fronteras México, Fondo de

Cultura Económica.

BARTOLOMÉ, Leopoldo. (1974). Los colonos de Apóstoles. Estrategias adaptativas y

etnicidad en una colonia eslava en Misiones Ph. D. Dissertation, Wisconsin University.

BOURDIEU, Pierre. (1997). Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción.

Barcelona, Anagrama.

CARDOSO DE OLIVEIRA, Roberto.(1976). Identidade, etnia, e estrutura social Sao

Paulo, Pioneira.

PINA CABRAL, Joâo de. (1990). Os contextos da Antropologia. Lisboa: Difel.

TAYLOR, Julie M. (1981). Evita Perón: los mitos de una mujer Buenos Aires,

Belgrano.

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