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capítulo
1. Conceptos políticos de Grecia clásica actualmente vigentes
En la historia antigua de Grecia surgieron y se desarrollaron conceptos políticos que actualmente practicamos
en Occidente.
- Política
- Ciudadanía
- Régimen político
El estudio de estos conceptos debe considerar dos exigencias, en atención a las exigencias de la PSU: por una
parte, se debe estudiar estos conceptos en su contexto histórico; por otra parte, hay que compararlos con
nuestra realidad actual.
El siguiente esquema conceptual sintetiza los conceptos que se desarrollarán en esta sección:
Política Polis
Ciudadanía
Monarquía
Aristocracia
Regímenes
políticos Oligarquía
Tiranía
Democracia
1.1.1 Definición
Actualmente la palabra política tiene una connotación precisa y se refiere a la participación en los asuntos
del Estado y del gobierno, ya sea en la forma de la elección de autoridades, ya sea integrando partidos o
participando en plebiscitos.
Preuniversitarios
Para los griegos, en cambio, el concepto de política era más ambiguo e impreciso. A veces, se refería a la
legislación, que era de carácter acumulativo, y que podía estar referida a una diversidad de asuntos, ya sea
económicos, morales, u orientados a la organización del Estado.
Al mismo tiempo, los griegos inventaron el término arché (de donde proviene la raíz arquía, arca o arcos, v.
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gr., Monarquía) que significa, entre nosotros, “gobierno”, para referirse a una cuota de participación de los
ciudadanos en el gobierno y la administración de la comunidad, que se ejercía bajo propia responsabilidad en
cualquier nivel, cargo o función.
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Capítulo 2 La herencia clásica
Es tal vez, en el campo de la filosofía griega clásica, donde podemos hallar el fundamento para poder entender
cuál era la importancia para los griegos antiguos, de la palabra política.
Para Aristóteles, la política era “la más fundamental de todas las ciencias, porque las contiene a todas”. Este
filósofo ateniense del siglo IV a. de C., consideraba que el hombre era, por naturaleza, un animal político, es decir,
un ser que necesita, esencialmente, convivir. Por consiguiente, la política sirve para construir lo mejor posible
una vida humana, y esta vida en común surgió para suplir la soledad del hombre, su debilidad e indefensión.
Si seguimos desarrollando el concepto de política que elaboró Aristóteles, debemos considerar que para los
griegos antiguos, la política estaba en el centro de todo, ya que constituía la esencia de la naturaleza humana,
su natural sociabilidad.
La política se refiere a todo lo concerniente a la ciudad y al estado, que para los griegos se resumía en una sola
palabra: polis.
La polis era la ciudad en la que se asentaba la administración del Estado sobre una región determinada. Por
ejemplo, en Atenas se asentaba la administración de la región de la península del Ática; en Esparta, la de
Laconia.
En general, la polis constituía la ciudad que servía de habitación para los habitantes y donde, en la época
clásica, estuvieron emplazados los poderes públicos. Además, la polis estaba integrada por el campo y en el
caso de las ciudades ribereñas al Mar Mediterráneo, el puerto; aunque en ambos casos, el campo y el puerto
estaban claramente diferenciados de la ciudad.
Las polis más antiguas datan de la época de la civilización micénica (hacia el 1.400 a. de C.) y se caracterizaban
por constituir una acrópolis (literalmente, quiere decir “ciudad en alturas”), es decir, estar asentadas en
promontorios o montañas, escasamente amuralladas. De este tipo son las ciudades de Atenas, Argos y
Corinto.
Sin embargo, muchas de estas ciudades quedaron arruinadas e incluso fueron abandonadas durante el período
que se denominó Edad Oscura (siglos XII a IX a. de C.). Este período recibe esta denominación ya que no existen
testimonios históricos o arqueológicos que nos permitan definir sus características fundamentales.
Al parecer, esta escasez de fuentes estuvo ligada al desarrollo de procesos demográficos que afectaron la
constitución de los asentamientos: la disolución de lazos políticos, sumada a la llegada de nuevos grupos
poblacionales a la Hélade Antigua, provocaron que muchas ciudades micénicas fueran abandonadas y en su
lugar, se desarrollaran asentamientos aldeanos en las llanuras.
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Hacia los inicios del siglo VIII a. C., es decir, en los comienzos de la época histórica de Grecia Antigua, la mayor
parte de lo que podríamos llamar “ciudades”, estaban constituidas como un conjunto de tribus, organizadas
y asentadas en aldeas, en cada región. Estas aldeas carecían, en esta época, de edificios públicos y murallas,
y poseían una pobreza de viviendas y del emplazamiento urbano en general, que hace más sorprendente su
explosivo desarrollo posterior. 51
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En esta época no había una clara diferencia entre lo urbano y lo rural. La aldea se identificaba con la vivienda de
la población, mientras lo rural, se asociaba con la explotación agrícola y el cuidado de los rebaños.
La agricultura se sustentaba en la explotación de la uva, los higos, las aceitunas, y como cereal, la cebada era
más abundante que el trigo. Las tierras destinadas a los cultivos estaban en proceso de expansión, debido a la
habilitación de zonas anteriormente improductivas.
Pero, más importante que la agricultura, era la actividad ganadera. El ganado vacuno era, en general, escaso en
esta época; abundaban mucho más la cabra y el cordero. Por lo tanto, económicamente hablando, las aldeas
estaban compuestas por un grupo importante de pastores y agricultores.
El desarrollo urbano heládico correspondió, propiamente tal, a los siglos VII y VI a. de C. Este desarrollo estuvo
organizado en torno de tres edificaciones principales: el taller, el templo y los edificios públicos destinados
al gobierno. A ellos habría que agregar el amurallamiento de los contornos urbanos, en muchas ciudades
heládicas.
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La Basílica de Posidonia
Capítulo 2 La herencia clásica
a. El sinecismo
b. La guerra
Por otra parte, las guerras provocaron cambios en la organización del poder interno de las ciudades, ya que
en un comienzo la lucha se desarrolló entre las aristocracias de las respectivas ciudades, las que constituían
pequeños ejércitos de jinetes.
Pero, posteriormente, el desarrollo de las guerras provocó la demanda de nuevos soldados, provenientes de
otros grupos sociales, lo que provocó el nacimiento de los hoplitas, provenientes de los grupos medios e
inferiores de las polis. Esta mayor importancia adquirida por los grupos inferiores en las guerras urbanas, fue la
base del reclamo de estos sectores por mayor participación en el gobierno de las polis.
Finalmente, con las guerras se expandió la institución de la esclavitud, a partir del sometimiento de los vencidos
tomados prisioneros.
c. El comercio exterior
Muchas ciudades nacieron y se desarrollaron sobre la base del principio de la autarquía, que quiere decir
autonomía económica. En virtud de este principio, producían lo que necesitaban para sobrevivir, y para no
depender de la producción de otras ciudades.
Este principio de autarquía fue el factor que favoreció el fuerte localismo de las poblaciones urbanas, las que se
identificaban más con su propia ciudad que con el conjunto de la civilización (la Hélade). Solo con las Guerras
Médicas (490- 479 a. de C.) se desarrollaría un sentimiento común, semejante a nuestra noción moderna de
nación, desconocida para los helenos.
Pese a esta autarquía, existen actualmente numerosas fuentes de que en esta época hubo numerosas ciudades en
las que se desarrollaron especialistas, que producían un excedente destinado al comercio exterior, especialmente
en el campo de la artesanía, y asociados al desarrollo de talleres.
Se desconoce de qué modo se hacían los contactos y las transacciones entre regiones y ciudades distintas, ya
que no existía una escala de tasación en común de las mercaderías. Sí se sabe que hacia mediados del siglo VI,
en muchas ciudades, comenzó la acuñación de monedas, lo que permitió la expansión del comercio entre las
ciudades helénicas, y entre estas ciudades y otras regiones del mundo conocido hasta entonces.
La moneda helénica podía ser de oro, de plata o de electro (una aleación de oro y de plata). La mayoría de las
monedas, en todo caso, eran de plata, al menos en la Hélade Continental, ya que ahí escaseó el oro.
d. La colonización
La colonización helénica correspondió al período comprendido entre el 750 y el 550 a. de C., con dos etapas
que se articulan convencionalmente en el 675 a. de C. Durante el primer período se solían elegir los lugares
de asentamiento en función de sus posibilidades agrícolas; mientras que en el segundo, primaban los motivos
comerciales y estratégicos.
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Capítulo 2 La herencia clásica
OCÉANO Tanais
ATLÁNTICO
Olbia
ETRUSCOS Caliatis
Teodosia
Agathe Masalia
Rhode Nikaia MAR NEGRO Fasis
Emporion
MAR NEGRO
Atalia
CÓRCEGA Sinopa
Sagunto
Bizancio Calcedonia
Hemeroscopeion Cumas Epidamnos
Akra Leuke BALEARES CERDEÑA Nápoles Apollonia
Alonis Tarento
Mainake Baria Corfu Mitilene PERSAS
MAR MEDITERRÁNEO Crotona Focea
Megara
Éfeso
SICILIA Atenas
Mileto
Siracusa Sida
Esparta
Thera
Rodas
Territorios griegos en el siglo VII a.C.
FENICIOS
Zonas de expansión en los siglos VII - VI a. C.
Tauquira Apollonia
Polis
Naucratis
Barca Girene
Colonias
(Archivo Cpech)
El movimiento de colonización dio lugar a distintos tipos de empresas colonizadoras. En general, se distinguen
dos tipos: las apoikías y las cleruquías.
Las apoikías (literalmente, “separación de la casa”) era un asentamiento de ciudadanos que pasó a tener
autonomía respecto de la ciudad original de la que provenían. Es decir, la colonia nacía como ciudad nueva, con
independencia política respecto de sus respectivas metrópolis, y con sus propios ciudadanos, que dejaban de
serlos de la metrópolis. Pese a esta autonomía, las apoikías mantuvieron lazos fraternales con su metrópolis
hasta épocas muy tardías.
Por otra parte, la cleruquía (el término kleros designa a “un lote de tierra asignado a un individuo”), era una
creación ateniense, según la cual cada colono recibía una tierra en el nuevo asentamiento, pero sin perder su
ciudadanía en la metrópolis. En muchos casos, las cleruquías tuvieron una función estratégica.
En la época helenística (siglos IV a II a. de C.), surgió un tipo de asentamiento de colonos con carácter
exclusivamente militar. A este tipo de asentamiento se le denominó katoikía.
Finalmente, es común la distinción que se hace entre apoikía y empórion. El emporio era un lugar de comercio
(un mercado), destinado a controlar una ruta comercial. No eran ciudades propiamente tales, y en algunos
casos, como Naucratis, pertenecían a diversas ciudades.
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Como parte de este proceso de colonización, los griegos fundaron ciudades nuevas en el sur de lo que hoy es
Italia (Magna Grecia), Sicilia, Córcega, varias islas del mar Adriático, el sur de Francia (Massalia y Nicea, hoy
Marsella y Niza), la Península Ibérica (Emporio, hoy Ampurias), Egipto (Naucratis, colonia de otra colonia,
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Mileto), la Propóntide (paso que lleva al Mar Negro) y por supuesto, el Asia Menor, que fue la zona de más
intensa colonización, en donde se desarrollaron grandes colonias como la de Mileto.
Esta colonización provocó un verdadero renacimiento comercial que hizo confluir a Grecia un sinnúmero de
nuevas mercaderías, y que enriquecieron tanto a los comerciantes como a las ciudades.
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En síntesis, las características principales de las polis griegas antiguas eran las siguientes:
La ciudad fue el centro de administración del territorio de cada región. Hacia el siglo
Política VII a. de C., en ella surgieron edificios públicos destinados a la participación de la
ciudadanía en las instituciones de gobierno.
Para Aristóteles, en la organización del Estado había tres principios que debían preservarse:
• La armonía de los ciudadanos, para que se alcanzara “lo que conviene a todos”, ya que nada en el Estado
había de regirse por principios egoístas.
• La autarquía que, como hemos señalado, expresaba la independencia y autosuficiencia de la polis. En
opinión de Aristóteles, cuando la ciudad e incluso el ciudadano perdía esa independencia, que permitía vivir
y pensar libremente, era cuando comenzaba la destrucción de la ciudad como entidad política.
• La educación, que debía ser la tarea esencial del Estado, orientada a crear los mejores ciudadanos. Esta
educación debía estar orientada tanto al desarrollo de lo natural (physis), como de la estructura moral y
de los valores –solidaridad, generosidad, creatividad- de los jóvenes, y debía fomentar su inteligencia y
capacidad de pensar. Por ello, Aristóteles sostenía que era el Estado el que debía organizar la educación.
Por su parte, Platón, en su definición del régimen ideal de gobierno de las polis, distinguía tres tipos o niveles
de organización de los ciudadanos:
• Un nivel superior, que correspondía al logos, a la racionalidad y la reflexión. A este nivel pertenecían los
gobernantes (archos), tales como los arcontes, que fundan su superioridad en el saber (sophía), una forma
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comerciantes, artesanos, etc., que mantenían a las otras dos clases de ciudadanos.
Si bien esta estructura respondía a una organización ideal, muchas de sus características provenían de la realidad
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política de Atenas.
Capítulo 2 La herencia clásica
Si la polis era el centro de la vida y de la cultura para los griegos antiguos, la ciudadanía era un concepto
fundamental. El politéis, político o ciudadano, era mucho más que un habitante ordinario: él estaba llamado a
ser administrador y defensor de la ciudad estado.
Si bien el número de ciudadanos fue variable de una polis a otra, y dentro de una misma ciudad en épocas
diferentes, la ciudadanía siempre constituyó un privilegio de una minoría que conllevó grandes
responsabilidades e importantes derechos.
Conceptos fundamentales
- Los hombres,
- Mayores de edad (la mayoría de edad se obtenía, en la mayoría de los casos, a los 20 años);
- Que hubiesen nacido libres;
- Y que hubieran nacido en los límites de la ciudad.
Además, como el ciudadano cumplía funciones militares, debía haber cursado el servicio militar, el que era
obligatorio para los hijos de ciudadanos.
Por consiguiente, la mayor parte de la población de la polis estaba excluida de la ciudadanía: mujeres,
niños y esclavos, constituían en muchos casos el 75% de la población de las polis, y en el caso de Esparta, los
ciudadanos no representaban más del 20% de la población total.
- Participar en la defensa de la ciudad. El ciudadano helénico tenía esta doble dimensión: era el ciudadano-
soldado. Ahora bien, esta participación en la defensa de la ciudad dependía de los cargos o funciones que
tuviera el ciudadano en el gobierno de la ciudad. Los que ocupaban los puestos superiores del Estado,
también ejercían en los puestos superiores del ejército.
En general, la calidad de ciudadano otorgó importantes derechos, no solo políticos, sino también económicos,
religiosos, etc. Entre estos derechos se pueden considerar los siguientes:
- Derechos políticos: el voto, tanto para elegir a representantes, como para aprobar o rechazar las leyes. Ser
elegido, sorteado o designado para cumplir funciones públicas.
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- Derechos económicos: El comercio dentro de los límites de la ciudad estado estaba reservado solo a
los ciudadanos. Si un extranjero deseaba comerciar dentro de la ciudad, necesitaba el patrocinio de un
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ciudadano. Además, solo los ciudadanos podían acceder a la propiedad de tierras, esclavos y otros bienes
muebles e inmuebles.
- Religiosos: El acceso a los santuarios, como el Oráculo de Delfos, estaba reservado a los ciudadanos. Salvo
por este caso, la mayor parte de las actividades y festividades religiosas no tenían restricciones políticas. 57
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1.3 El concepto de régimen político
“¿Sabes que hay tantas especies de caracteres humanos como de regímenes políticos? ¿O piensas que los
regímenes nacen de una encina o de una piedra y no del comportamiento de aquellos ciudadanos que, al
inclinarse hacia un lado, arrastran tras ellos a todos los demás?” (Platón, República, Libro VIII, 544 d-e).
1.3.1 Definición
Los regímenes políticos en Grecia Antigua, fueron diferentes formas de organizar la participación de los
ciudadanos en el gobierno de la polis.
Estos regímenes políticos eran establecidos en constituciones, de modo que había tantas constituciones como
regímenes políticos.
El concepto platónico de régimen político estuvo sustentado en el comportamiento de los ciudadanos. Para
Platón el régimen político era el resultado de la degradación que ocurría en la práctica política de los ciudadanos,
desde el abandono de lo que él consideraba el régimen ideal, la aristocracia.
En la última parte de su libro titulado República, Platón hace un análisis de los diferentes regímenes políticos y
establece, por primera vez en Occidente, la relación entre los ciudadanos y el régimen bajo el que viven.
a. Aristocracia
En opinión de Platón este era el régimen más perfecto, ya que entendía “aristoi” como a los individuos dotados
de excelencia, la que en el pensamiento platónico era sinónimo de inteligencia y generosidad, fundamento
del equilibrio de las clases sociales. A partir de este régimen superior, los otros regímenes manifestaban una
inevitable decadencia.
b. Timocracia
Dominaba en esta forma de gobierno el elemento pasional sobre el racional. Se ambicionaban honores y riquezas.
Predominaba la clase militar y sus representantes oprimían a las clases inferiores.
c. Oligarquía
Es el gobierno “en el que mandan los ricos, sin que el pobre tenga acceso al poder”. Según Platón, la oligarquía
provenía de la timocracia, ya que donde se admiraba la riqueza y a los ricos, “se menosprecia a la verdadera
virtud y a los buenos” (República, VIII, 550e- 551 a).
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El ciudadano propio de la oligarquía era un “amontonador de tesoros”, que buscaba en todo la ganancia y
que olvidaba el único tesoro público: el de la educación y el de la solidaridad. Este deseo insaciable de riqueza
corrompía a los ciudadanos y acababa corrompiendo al régimen entero.
d. Democracia
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La democracia “nace, creo yo, al vencer los pobres” y extender a todos el poder, mediante elecciones.
58 Para Platón este era el régimen más hermoso; pero, como los oligarcas negaron la verdadera educación al
pueblo, el goce de libertad que la democracia generaba, no iba a durar: “El ansia de libertad y el descuido de todo
lo demás, hace cambiar a este régimen político y lo va poniendo en manos de la tiranía”.
Capítulo 2 La herencia clásica
e. Tiranía
El pueblo acaba aceptando al tirano que parece establecer el orden, bajo premisas falsas: “para seguir dominando
y empobreciendo mental y materialmente al pueblo, el tirano suscita guerras para que el pueblo tenga necesidad
de jefes y para que los ciudadanos empobrecidos se obsesionen por sus propias necesidades y no conspiren
contra él”.
La evolución de los regímenes políticos discrepa bastante de las definiciones filosóficas del siglo IV a. de C.
Entre el siglo VIII y el siglo IV a. de C. se desarrollaron los regímenes políticos más conocidos actualmente de
Grecia Antigua.
Al despuntar el siglo VIII a. de C., las formas políticas en la Hélade daban cuenta de una identificación de la
estructura política con la estructura social en términos selectivos. Es decir, los poderes con los que se ejerce
el gobierno de la comunidad y la administración de justicia, son ejercidos por individuos sobrevalorados por la
pretendida excelencia de su linaje (a esto se refiere la raíz aristoi, v. gr. Aristocracia), frente a los cuales vivían
todos los demás en una situación de dependencia personal.
Este modelo, en el que se diferenciaba claramente a los que mandaban de quienes obedecían, revela la
importancia de las aristocracias en las ciudades de Grecia continental.
Tres instituciones hicieron su aparición en este período, cuyos rasgos y atributos no son del todo
reconocibles actualmente:
- Los reyes, entendiendo por tales a figuras que ejercían poderes muy concretos y específicos. Aunque bien
podían ser de transmisión hereditaria, eran sometidos al control y la aceptación de la comunidad o de sus
dirigentes.
- La asamblea de los ciudadanos, orientada a decidir o ratificar las decisiones de los magistrados superiores,
y a votar las leyes de la comunidad.
- El consejo, que tuvo tal preponderancia que llegó a ejercer un monopolio del poder político, tanto frente a
la asamblea como frente a los reyes y a los magistrados.
La evolución de las instituciones básicas estuvo condicionada por el desarrollo de un consejo de extracción
aristocrática, es decir, integrado por representantes de los dueños de lotes de tierra. Los dos regímenes
aristocráticos más documentados son los de Atenas y Esparta, a los que nos referiremos en esta sección.
CPECH
• La constitución aristocrática de Atenas (siglos VIII- VII a. de C.): La primera constitución ateniense
estableció diversas instituciones, muchas de las cuales tendrían una larga vida en la evolución política de la
polis. Estas instituciones fueron las siguientes:
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- El arcontado: Los arcontes (“gobernantes”), eran nueve: el arconte epónimo, que le daba su nombre al año
y tenía funciones judiciales y poderes ejecutivos en el ámbito civil; el basileus (“rey”), asumía la jurisdicción
en materia religiosa, con importante papel en determinados cultos religiosos; el polemarca (“conductor de
la guerra”), era jefe supremo del ejército, incluida la flota, y tenía competencias judiciales en ese terreno. 59
Finalmente, un colegio formado por seis arcontes tesmotetes (“fijadores de las leyes”) actuaba en el campo
de la jurisprudencia y la legislación.