N o es necesario esperar a su materialización para po-

der disfrutar de una obra arquitectónica. Su proyecto,

la plasmación más inmediata de la idea originaria, es ya
en sí objeto de contemplación artística y, como tal, nos
empieza a abrir ese mundo que el arquitecto pretende
crear para el ciudadano.
Es un verdadero honor haber podido impulsar esta
maravillosa exposición compuesta por los trabajos fin
de máster y de grado de los alumnos de la Escuela de
Arquitectura de la Universidad de Alcalá. Una visión al-
ternativa sobre uno de los ámbitos de nuestro distrito,
el Eje Histórico-Cultural de la Alameda de Osuna, con
más proyección para erigirse en una nueva centralidad
cultural para el resto de la ciudad.
Mi enhorabuena a los alumnos por estos magníficos tra-
bajos y a su profesor, Luis Ramón-Laca, por la dirección
de los mismos. Y, por supuesto, mi agradecimiento a
unos y otro por hacer posible que los vecinos del distrito
de Barajas puedan disfrutar de esta exposición.

David Carrascosa
Presidente de la Asociación Cultural
“Barajas BIC”
L a identidad de un lugar se fundamenta en gran medida en
la memoria colectiva de sus habitantes, pues a partir de ella se
construye un entramado de afectos y de valores.
El patrimonio tangible e intengible constituye una parte esen-
cial en este proceso, ya que permite evocar y aglutinar recuer-
dos, vivencias y experiencias únicas que contribuyen a hacer
de cada lugar un enclave singular y diferenciado de otros.
Como aspectos esenciales de este patrimonio, la arquitectura
y el paisaje urbano son el resultado de la cultura de un pueblo,
la materialización de la actividad de quienes lo habitaron a lo
largo de los siglos. Es en su interior y en su entorno donde la
memoria histórica cobra una importancia especial, pero a la
vez resulta el ámbito idóneo para que las propuestas de futuro
se integren naturalmente en esta memoria colectiva.
Es por ello que la iniciativa conjunta de la Exposición que pre-
sentamos es tan oportuna e interesante, ya que vincula las
propuestas más puramente académicas que desarrollamos en
la Universidad con las inquietudes reales de los vecinos mani-
festadas a través de la actividad de la Asociación Cultural Ba-
rajas BIC y del Centro Cultural “Teresa de Calcuta” de Barajas.
El magnífico trabajo desarrollado por el profesor Luis Ra-
món-Laca y sus alumnos reúne los resultados de tan fructífera
colaboración y conjunción de intereses, concretados en una
serie de propuestas para el futuro del lugar, que están sólida-
mente cimentadas en el conocimiento científico de su patri-
monio construido, pero también en los complejos valores de
la arquitectura y la ciudad contemporáneas.
El conocimiento en profundidad de estos valores se encuentra
entre los objetivos prioritarios de la Escuela de Universidad de
Alcalá, que en la línea liderada por el profesor de Arquitectura
Ramón-Laca persigue la protección y la difusión de los bienes
les, así como sus posibilidades de rehabilitación y la integra-
ción de nuevos usos al servicio de la comunidad.
A través de esta experiencia conjunta, y con la libertad que
caracteriza a los proyectos académicos de arquitectura como
los que se exhiben en la Exposición, han surgido distintas pro-
puestas museográficas, ideas para centros de arte e incluso
proyectos para otros usos residenciales o de servicios.
En todos ellos la modernidad se vinvula a la cultura del lugar
para reforzar su identidad presente y futura.
“Cultura es el sistema vital de las ideas en cada tiempo”, decía
en 1930 Ortega y Gasset en su Misión de la Universidad, cuan-
do recordaba que la fortaleza de una nación es indisociable de
la bondad de la educación que imparte.
No puede haber un mejor ejemplo que este tipo de iniciati-
vas para poner en evidencia la callada pero esencial labor co-
tidiana de la Universidad y de los representantes locales, ni
un mejor medio para hacer efectiva la transferencia entre la
universidad y la sociedad.
Pilar Chías Navarro
Directora de la Escuela de Arquitectura
de la Universidad Alcalá
L A P L A Z A D E L D U Q U E

L U I S R A M Ó N - L A C A
Introducción
L os paneles que forman esta exposición son una parte de
los trabajos realizados durante el curso 2016-2017 por cinco
estudiantes del Máster en Arquitectura y dos estudiantes
del Grado en Arquitectura, todos ellos hoy ya arquitectos.
La exposición ha sido posible gracias a la desinteresada co-
laboración de la Asociación Cultural BIC Barajas y el Centro
Cultural “Teresa de Calculta”.
Estos trabajos se llevaron a cabo en el ámbito del itinera-
rio de arquitectura contemporánea e intervención en el
patrimonio que coordino, formando parte del Máster en
Arquitectura que se imparte en la Escuela de Arquitectura
de la Universidad de Alcalá. Para los trabajos fin de máster,
y también los de fin de grado de un plan antiguo en proce-
so de extinción, propuse como área de trabajo los solares
existentes en el entorno de El capricho, algunos de ellos de
propiedad municipal.
La propuesta de trabajo trataba de fusionar dos concursos
entonces de actualidad: por una parte, el concurso para la
creación de un museo en el palacio de El capricho, cuyo pri-
mer premio recayó en la propuesta presentada por los ar-
quitectos Patricia Fernández y José Ramón Gámez; por otra
parte, el concurso para la ampliación del Museo del Prado,
cuyo ganador fue un equipo integrado por Foster + Partners
L.T.D. y Rubio Arquitectura S.L.P. Conocía perfectamente el
primer concurso por haberme presentado a él contando con
la colaboración de Laura Vicioso, antigua alumna de la Uni-
versidad de Alcalá. El tema propuesto por el Ayuntamiento
para el nuevo museo, el papel de la mujer en la Ilustración
parecía algo escaso para el caso de que se trataba. Por un
lado, un proyecto final de carrera tiene que ser necesaria-
mente algo de gran complejidad, puesto que se trata de
demostrar la capacitación profesional del estudiante de ar-
quitectura. Por otro lado, hay que tener en cuenta además
que el Museo del Prado cuenta entre sus fondos con una
parte importante de la antigua colección Osuna, como por
ejemplo diversas pinturas de Francisco de Goya, varias de las
cuales estuvieron colgadas en el palacio. Por estas razones,
decidí superponer los dos concursos mencionados para con-
seguir así un tema de suficiente entidad para un proyecto
final de carrera. De manera genérica, propuse a los alum-
nos el proyecto de un museo de arte, el cual se construiría
teóricamente en alguno de los vacíos existentes en torno al
palacio.
Haciendo uso de la libertad que es propia de un trabajo de
carácter académico, cinco estudiantes proyectaron un mu-
seo, si bien dos de ellos, Alba Méndez y Víctor Romero, argu-
mentaron de manera convincente la necesidad de modificar
el uso propuesto en principio, convirtiendo sus proyectos en
un museo de la Guerra Civil. La razón principal era la existen-
cia del refugio o búnker de la denominada “Posición Jaca”,
nombre en clave del cuartel general del ejército republicano
de la zona centro, al mando del cual estuvo el general Miaja.
No es casualidad que ambos proyectos presenten una ima-
gen rotunda, basada en dos piezas paralelas en el caso de
Víctor Romero, las cuales simbolizarían los dos bandos en-
frentados, y una pieza principal como herida por una brecha
en el caso de Alba Méndez.
Tres estudiantes desarrollaron un museo o centro de arte,
si bien uno de ellos, Eduardo Cilleruelo, se decantó por la
parcela ocupada hoy por un camping, imaginando que di-
cha parcela hubiera llegado a formar parte en su día de El
capricho, cosa que nunca ocurrió en realidad. La propuesta
de Eduardo Cilleruelo está formada por una serie de piezas
que conforman un entramado de gran complejidad, inspi-
rado parcialmente en el nuevo Museo del Louvre de Lens,
obra de SANAA (Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa). El proyec-
to de Ignacio López, desarrollado en el solar de propiedad
municipal que era originalmente la huerta de los Duques,
se inspira también en un proyecto de Sejima y Nishizawa,
formando una especie de bosque de columnas que sopor-
tarían un ligero edificio cerrado por los cuatro costados con
vidrio. María O’Connor desarrolló su proyecto en el mismo
solar, inspirándose en este caso en la ampliación del Museo
Kimbell de Tejas, obra de Renzo Piano.
Lara de Diego trabajó también en el solar de la antigua huer-
ta del palacio, decantándose por una propuesta de casa de
baños de escala reducida pero de elevada complejidad es-
pacial. Finalmente, Irene Pascual eligió un solar que ofrecía
extraordinarias dificultades, el del cercano castillo de la Ala-
meda, llevando a cabo una propuesta de carácter utópico
basada en una serie de grandes torres residenciales.
En su variedad, los siete proyectos son, en opinión de quien
esto escribe, una interesante muestra de la actividad acadé-
mica que se desarrolla en la Escuela de Arquitectura de la
Universidad de Alcalá y, al mismo tiempo, del rumbo actual
de la arquitectura contemporánea. La fuerza extraordinaria
de los estudiantes de arquitectura es su capacidad de pulsar
los registros más novedosos de la arquitectura contemporá-
nea. Sin duda, son los propios autores los que mejor pueden
explicar sus proyectos, por lo que, junto a una selección de
los paneles expuestos, se incluyen en este catálogo textos
explicativos elaborados por ellos mismos.
Por el interés que pueda tener quizá para un público gene-
ral, se incluye a continuación una parte de los documentos
presentados al concurso de nuevo museo en El capricho
Madrid, noviembre de 2017.
Propuesta de museo para la ciudad de Madrid en el pala-
cio de El capricho
Luis Laca y Laura Vicioso
E l palacio de El capricho y sus jardines, es decir, la Alame-
da de Osuna, tiene su origen en una idea de deslocalización
intencionada por el Duque de Osuna y su esposa la Conde-
sa-Duquesa de Benavente del antiguo palacio de la Cues-
ta de la Vega.Si este último representaba a la perfección el
modelo de casa-palacio típico de la alta nobleza en la ciudad
de Madrid, El capricho tiene su base en el ideal de la vida
rústica, verdadero germen del proyecto tanto en lo que se
refiere a los jardines como al propio palacio.
En lo que se refiere a su localización física concreta, el pa-
lacio de El capricho se situó en el extremo oriental del par-
que, con su fachada este mirando a una plaza formada por
el propio palacio y la casa de oficios. La propuesta de Museo
para la ciudad de Madrid en el palacio de “El capricho” se
dividía en dos partes: la plaza exterior y las habitaciones del
palacio.
Comenzando por lo segundo, la propuesta pretendía respe-
tar la organización funcional del palacio, con los cuartos del
Duque de Osuna separados de los de la Condesa-Duquesa
de Benavente por una serie de salas de uso común dispues-
tas en el centro, siguiendo un modelo configurado ya en el
Alcázar de Madrid desde al menos el siglo XVI.En el palacio
de El capricho, la división entre el mundo femenino y el mas-
culino tenía su eco en los “cuartos de las señoritas”, situados
en el ala de los de la Condesa-Duquesa, y los “cuartos de los
señoritos”, en la correspondiente al Duque. Entre ambas, el
palacio albergaba una serie de estancias dedicadas al juego
(“pieza de trucos [del billar]” y antesala), al arte y a la ciencia
(“gabinete de países [paisajes]” y antesala.
En el nuevo museo, los universos femenino y masculino se
expresarían por medio de los dos materiales principales de
la propuesta, que eran la madera y las telas. Es necesario
tener en cuenta aquí que, a pesar del indudable interés his-
tórico-artístico del edificio, la decoración de sus interiores
ha desaparecido en su mayor parte, excepto en el caso del
comedor y la escalera construida en el siglo XIX. Teniendo
en cuenta esta circunstancia, así como la imposibilidad legal
y material de reconstruir la decoración de las habitaciones
del palacio (excepto en el caso del comedor y de la escalera
del siglo XIX), parecía razonable reducir las intervenciones
al mínimo, tanto en el interior del palacio como en la plaza
exterior.
Que el palacio de El capricho se haya conservado es en sí
mismo un hecho excepcional, sobre todo si tenemos en
cuenta que la mayoría de los palacios madrileños pertene-
cientes a la nobleza han desaparecido o se han visto alte-
rados de tal manera que la recuperación de sus ambientes
originales resulta hoy imposible. En efecto, la lista de casas
 La Condesa-Duquesa de Benavente y el Duque de Osuna

Magnífico ejemplar de plátano de sombra que se conserva en la parte sur de la plaza

El palacio de la Cuesta de la Vega y el palacio de El capricho en el siglo XIX

El comedor del palacio de El Capricho antes de 1936 (Fototeca del IPCE)

-palacio derribadas en Madrid durante los siglos XIX y XX,
en el Paseo del Prado, en la calle de Alcalá y en la zona de
“las vistillas”, es desgraciadamente muy extensa. Entre esas
casas-palacio se encontraba precisamente la de Benavente,
que incluía las de Infantado, Osuna-Pastrana.
En el caso del palacio de El capricho, cabe preguntarse qué
sentido tendría llevar a cabo una intervención digamos
“convencional”, introduciendo los complejos sistemas ac-
tuales de instalaciones de acondicionamiento en un edi-
ficio que no conserva ninguna obra de arte en su interior.
De hecho, las excelentes fábricas del palacio, con muros de
grandes espesores, garantizarían en realidad una perfecta
conservación de obras de arte si, llegado el caso, se expusie-
ran estas en él, siempre que el número de visitantes se man-
tuviera en unos límites razonables. Así, lo que se proponía
era prescindir totalmente de obras de fontanería, llevando
la cafetería y los aseos a un pabellón que se construiría en
la plaza exterior. Con ciertas limitaciones de aforo, no sería
necesaria tampoco ninguna instalación de aire acondiciona-
do o renovación de aire; en un caso similar, los palacios y
los museos del monasterio de San Lorenzo de El Escorial,
tampoco hay instalaciones de este tipo. Simplemente sería
necesaria una nueva instalación de electricidad, de menor
impacto sin duda que las instalaciones de fontanería y aire
acondicionado, así como de iluminación, que en gran parte
podría incluirse en las piezas portátiles de madera y tela que
albergarían los nuevos usos propuestos para el palacio.
La propuesta era, pues, de carácter efímero, montable y
desmontable, renovable y transformable en el caso de las
salas de exposiciones permanentes y temporales e incluso
en el de la biblioteca y las salas de música; en el pabellón
exterior, la propuesta era también de carácter transforma-
ble dependiendo de las estaciones del año, disponiéndose
un sistema de contraventanas-persianas correderas y toldos
extensibles, que se abrirían o cerrarían dependiendo del
uso y del momento del año (más cerrado en invierno, más
abierto en verano).
En definitiva, se trataba de utilizar recursos propios de la
escenografía teatral, construidos en este caso con los dos
materiales principales en los que se basaba toda la inter-
vención, dentro y fuera del palacio, madera y tela. Estos dos
materiales aparecen citados repetidamente en el inventario
del palacio realizado en 1795. Aunque existen otros inven-
tarios posteriores del palacio, se tomó este como base de
inspiración tanto en lo que se refería al proyecto de restau-
ración como al proyecto museográfico. Así, el inventario re-
fiere mesas de nogal embutidas, un reloj con caja de caoba y
cortinas de China en el comedor principal, cortinas de tafe-
tán encarnada en el cuarto de señoritas, cortinas de tafetán
blanco y doce sillas de junco en el gabinete de la Duquesa,
cortinas rayas de hilo y seda en la alcoba de la Duquesa,
cortinas de tela blanca con cenefa de China azul y de gasa y
un anteojo de larga vista (un telescopio) en la antealcoba. A
estos dos materiales principales, madera y tela, se sumarían
otros como alfombras y esteras, que se dispondrán sobre
todo en las salas centrales del palacio. Con todo ello, el ca-
tálogo de elementos, todos ellos de carácter diagramático,
quedaba configurado de la siguiente manera:
- alfombras y esteras en el suelo
- paneles longitudinales (para exposiciones de obras de arte)
- piezas cúbicas de madera de lamas y de paneles (para ex-
posiciones, biblioteca, etc.)
- techo acústico de madera en la sala de los pianos
- telas (blancas y rojas) en el techo
A estos elementos se añadirían algunos muebles y otros
objetos diversos. Sabemos que en el gabinete de la Conde-
sa-Duquesa, por ejemplo, había doce sillas de junco; en el
del Duque, una mesa de juego; en otras salas, había un te-
lescopio o un reloj. Todos estos elementos podrían incluirse
en el nuevo museo, sin que necesariamente tuvieran que
ser réplicas de los antiguos. Así, por ejemplo, la instalación
de un telescopio portátil, de características ópticas similares
a las de la época de la Condesa-Duquesa, permitiría recrear
la experiencia de observar la luna, una actividad frecuen-
te en la época de la Ilustración en Madrid. Los referidos
elementos de carácter diagramático albergarían objetos o
cosas relacionadas con alguno de los temas siguientes: la
astronomía, el juego, los libros, la música, la pintura (u otras
artes), los relojes y la vida rústica. Aquellas habitaciones que
todavía conservan restos importantes de decoración en te-
chos y paredes, como la escalera principal, el comedor y la
escalera secundaria, se restaurarían. Para llevar a cabo esta
labor se podría contar, por ejemplo, con las placas fotográ-
ficas que existen en la fototeca del Instituto del Patrimonio
Cultural Español.
En contraposición al palacio, la plaza exterior se conserva
relativamente bien, por lo que su recuperación resultaría
tarea bastante sencilla. Además de la fachada del palacio,
destacan en esta plaza dos de plátanos de sombra (Platanus
orientalis L. var. acerifolia Aiton), sobre todo un magnífico
ejemplar situado en la parte sur, de porte realmente monu-
mental; se trata sin duda de uno de los árboles más bellos
que existen en Madrid, salvado milagrosamente de las po-
das excesivas que a menudo sufren los árboles de la capital.
La belleza de la plaza exterior nos lleva a recordar aquí la
medida intervención que los arquitectos franceses Lacaton
& Vassal llevaron a cabo en la plaza Léon Aucoc de Burdeos
(Francia). Sorprendidos por su genuina belleza, dichos ar-
quitectos propusieron un programa de mínima interven-
ción, al que alguien se ha referido con el lema “urgente, no
hacer nada (do nothing with urgency)”. De la misma mane-
ra, la plaza exterior de El capricho es ya, de partida, un lugar
excepcional, por lo que limitar al mínimo las intervenciones
propuestas redundaría sin duda en un mayor lucimiento de
los elementos ya existentes, el palacio, los plátanos y la an-
tigua casa de oficios. No obstante, teniendo en cuenta los
valores de tan singular espacio, llama la atención su escaso
uso, a no ser el de aparcamiento. De hecho, nadie utiliza
hoy la puerta del palacio y tampoco la de la antigua casa de
oficios, ya que la entrada de la Escuela de Música está situa-
da en la parte opuesta del edificio. Por otra parte, una valla en el centro de la plaza hasta época reciente, cuyas piezas
de poco valor reduce los límites originales de la plaza. En la se encuentran almacenadas en El capricho. Se proponía
parte norte, la plaza aparece delimitada de manera irregular asimismo eliminar la diferenciación actual de pavimentos,
por un terraplén que contiene quizá escombros proceden- asfalto en la actual calle Rambla, arena en la plaza. Se po-
tes de antiguas construcciones. La propuesta era construir dría limitar el tráfico a residentes, mediante la instalación de
un pequeño pabellón que serviría de pieza de acceso al Pa- pivotes móviles de control a determinadas horas. El tráfico
lacio y albergaría al mismo tiempo una serie de usos que, rodado se podría restringir quizá a los habitantes de la colo-
en opinión de los autores de esta propuesta, no tendrían nia situada entre la plaza y la avenida de Logroño. Sería po-
ningún sentido en el interior del Palacio: aseos, bar-cafete- sible incluso, al menos en un determinado horario, permitir
ría y taquillas. el doble sentido de la calle Rambla en su parte superior, li-
mitando el tráfico de la calle a partir de la iglesia de Santa
La construcción de un pabellón en la parte norte de la plaza Catalina de Alejandría, hacia abajo.
contribuiría muy probablemente a un mejor uso de la pla-
za. Por otra parte, una terraza de verano tendría allí todo
el sentido y no molestaría a nadie, puesto que los únicos
habitantes de la plaza son, por así decirlo, el palacio y la casa
de oficios: las antiguas huertas pertenecientes a la Casa de
Osuna forman un solar vacío en la actualidad, situado ade-
más a una cota bastante inferior; de la misma forma, en la
parte norte, las primeras casas de la colonia construida en
los años 80 del siglo XX según un proyecto del arquitecto
Ricardo Aroca se encuentran situadas a una cota bastante
más elevada. No se trata aquí de añadir cuerpos innecesa-
rios, sino de rematar de una manera digna la plaza exterior,
formando una especie de telón de fondo en la parte alta de
la misma. En su versión abierta (en verano), el pabellón, con
los toldos desplegados podría utilizarse incluso para peque-
ños conciertos o representaciones teatrales al aire libre.
Por otro lado, sería necesario recuperar la fuente que había
 Proyecto museográfico:

L a propuesta de nuevo Museo para la ciudad de Madrid

en El capricho se enmarcaba en una época de grandes cam-
bios en lo que se refiere a los conceptos desarrollados por
la nueva museología tanto a nivel nacional como interna-
cional. Temáticas en boga en la actualidad, como la rela-
ción entre patrimonio y colecciones, la educación y la co-
municación, la relación con el mundo contemporáneo o la
ciber-museología estarían perfectamente representadas en
el nuevo Museo, como veremos a continuación.

El paso del tiempo y las guerras, sobre todo, contribuyeron a

disipar el sueño de un mundo mejor que la Condesa-Duque-
sa vio cumplido en El capricho. Precisamente, el argumento
principal del proyecto museográfico sería la reconstrucción
virtual de ese sueño hecho realidad en época de la Conde-
sa-Duquesa. A falta de una colección de objetos valiosos, se
trataría de reconstruir virtualmente el esplendor de la casa
de Osuna, tanto en lo que se refiere a hazañas llevadas a
cabo en tiempos de paz y de guerra por miembros de di-
cha casa como a obras de arte atesoradas a lo largo de los
siglos por los mismos. Las hazañas de miembros de la casa
Propuesta de Luis Ramón-Laca y Laura Vicioso para la plaza del Duque
de Osuna y las obras de arte relacionadas con ella servirían
de argumento para un sinfín de exposiciones permanentes
y temporales.
En el caso que nos ocupa, no contamos con una colección
de objetos únicos, la base sobre la que normalmente se
construiría un museo, pero se ha conservado en cambio
el espacio original en el cual dicha colección existió. En un
sentido metafórico, se podría decir que un halo de energía
desprendido por obras de arte de la mano de Goya y otros
artistas de los siglos XVIII y XIX habría permanecido quizá en
el lugar para el que dichas obras fueron creadas, el palacio
de El capricho. En términos de Walter Benjamin, lo que fal-
taría a cuadros de Goya procedentes de la Alameda que hoy
se conservan en el Museo de El Prado, como por ejemplo la
pradera de San Isidro, es su presencia única en el lugar para
el que dicha obra fue creada.
En el nuevo Museo de El capricho, se trataba de aprove-
char la circunstancia de que se haya conservado el edificio
histórico que albergó una variada y rica colección de obras
de arte y al mismo tiempo reunió a científicos y artistas en
la corte de los Duques. Para ello, se utilizarían sobre todo
sistemas de realidad virtual, entre ellos la copia digital. En
la actualidad, la copia digital basada en una combinación de
datos tomados con escáner y fotografía hace posible resti-
tuir a su plenitud la obra de arte, quizá sería mejor dicho
una copia de esta, en su contexto original. Un excelente
ejemplo en este sentido es la copia de las bodas de Canáa
elaborada por una empresa con sede en Madrid a partir del
original conservado en el Museo de El Louvre dispuesta re-
cientemente en el escenario para el que fue concebida por
Veronés, el refectorio de San Giorgio Maggiore en Venecia.
En el caso de El capricho, la copia se podría referir a una
parte del rico conjunto de lienzos que Goya pintó por en-
cargo de los Duques de Osuna para la Alameda o a un sin-
fín de obras relacionadas con otros miembros de la casa de
Osuna, como por ejemplo las trazas del Palacio Real, que
pertenecieron a la casa de Infantado. En el último caso, el
de las trazas de Herrera, se trata de una colección única for-
mada por 72 planos de arquitectura elaborados por Juan de
Herrera y otros en el siglo XVI. Hay razones para creer que
dichos planos formaron parte de las trazas que se conser-
vaban en el llamado “cubillo de las trazas” del Alcázar de
Madrid. Siguiendo a Bruno Latour y Adam Lowe (Benjamin),
cabe preguntarse si “el aura” de dichas trazas se habría disi-
pado debido a su reproducción mecánica en artículos cien-
tíficos y libros a partir de su redescubrimiento a principios
del siglo XX. Lo cierto es que, por motivos de conservación
y seguridad, hoy es imposible contemplar las trazas del Pa-
lacio Real en su verdadera magnitud. Sin embargo, sí sería
posible exponer copias fidedignas de las mismas, así como
de otras obras de arte relacionadas con la casa de Osuna,
como la ya referida La pradera de San Isidro, con evidentes
efectos positivos en lo que se refiere a la divulgación cultural
y científica. No se trata, por tanto, de una reconstrucción vi-
sual o formal de la época de la Condesa-Duquesa, una tarea
imposible, sino de evocar el ideal de perfección que esta
mujer tan singular persiguió.
Obras de Goya pintadas para el palacio de los Duques de Osuna en El capricho
(placas fotografiadas conservadas en la fototeca del IPCE)
Exposición
Agradecimientos: L U I S R A M Ó N - L A C A Y
E D U A R D O C I L L E R U E L O T E R Á N
A Pau Soler (prof. asoc., UAH) por e d i t o r e s d e l c a t á l o g o
enseñarnos qué es un museo; a Isa-
bel Pérez (prof. de la Universidad
Alfonso X), por compartir generosa-
mente con nosotros su conocimien-
to sobre El capricho; a Fernando
Quesada (PTU, UAH), Maite Escaño
(prof. asoc., UAH) y Pablo Moreno
Mansilla (arquitecto), miembros
del tribunal que juzgó los trabajos
fin de máster, por sus comentarios
sobre los trabajos que aquí se pre-
sentan. A Gema López por su guía
con el diseño estructural y a Maite
Escaño por su colaboración en el
desarrollo constructivo.
TFM camping UAH
Caprichos
personas Alba Méndez García

Víctor Romero Eje Alcalá caballerizas

PFG huerta
público
urbanismo
urbanismo plaza Lara de Diego Arquitectura
Entorno
La Alameda estática
trinchera
Alcalá
trinchera
Camino
Alcalá
ejército
dinámico
María O’Connor Nebot
Luis-Ramón Laca
urbanismo Museo
urbanismo
naturaleza El capricho Nacho López

Aeropuerto ver
Alcalá árbol
Espacio Eduardo Cilleruelo Terán
Duquesa
contemplar
Alcalá
diseño
proyecto
Lugar Innovación
pensar muro
historia Goya Alcalá palacio
parcela urbanismo
construcción Irene Pascual Adell leer
Un museo militar
“trasladar todas las sensaciones de la arquitectura militar al edificio”

V Í C T O R R O M E R O D Í A Z
E l principal nexo histórico del Museo con el
entorno se establece a través del búnker de la
Posición Jaca. Ubicada junto al Palacio de los
duques, se trata de un gran refugio antiaéreo
subterráneo para el Alto Estado Mayor del Ejér-
cito del Centro, al mando del cual estaba el Ge-
neral José Miaja. Constituía uno de los lugares
más relevantes durante el período de guerra
en Madrid. El proyecto consiste en dos grandes
bloques paralelos de hormigón postesado (que
recuerdan a los dos bandos obligatorios existen-
tes en un conflicto), sobre una gran explanada
verde que cubre tres plantas soterradas, las
cuales reciben luz natural a través de unos pa-
tios interiores de diferentes alturas (a modo de
trincheras).

S i algo destaca en las fachadas principales son

los grandes ventanales que las recorren de ex-
tremo a extremo. Es una reinterpretación de las
troneras, pequeñas ventanas alargadas y estre-
chas que se construían en los búnkers y castillos,
y que servían para disparar con protección en el
desarrollo de los combates.El programa del edi-
ficio se establece con una distinción drástica en-
tre lo público y privado, que comparten escena-
rio, pero cuyos flujos están separados, haciendo
que los desplazamientos sean lo más directos
posibles.El programa expositivo se desarrolla en
los dos bloques, mientras que el resto de activi-
dades se distribuyen por las plantas soterradas.
Una ciudad residencial
“dándole vueltas al concepto de muralla, parece razonable buscar una similitud con un skyline medieval”

I R E N E P A S C U A L A D E L L
L a Alameda de Osuna y, por consiguiente, la
parcela del castillo, se encuentra ubicada entre
la Feria de Madrid (IFEMA) y el Aeropuerto. Es
por eso que, el programa se centra en dar alo-
jamiento a los habitantes temporales que, o vie-
nen de turismo y quieren conocer algo más que
el centro de Madrid, o por el contrario, vienen
de negocios y necesitan un alojamiento cerca
de IFEMA y del aeropuerto. Así pues, se busca
crear una micro-ciudad de alta densidad,que dé
servicio a un gran número de personas. Es por
esto que, tras una larga evolución de proyecto,
se ha llegado a la conclusión de que la tipología
óptima es el edificio en altura.

D e este modo obtenemos 5 torres de uso

residencial, de planta cuadrada de 18x18m.Di-
chas medidas proceden de la planta de la torre
del homenaje preexistente en el castillo.Estas
torres cuentan además con un núcleo portan-
te, igualmente serpenteante, en un guiño a la
propia planta del proyecto.Dicho núcleo es
accesible desde la planta de equipamientos, a
cota 0.00m. Por lo que respecta a las alturas, las
torres cuentan con las siguientes dimensiones –
proyectadas a semejanza de las alturas de las to-
rres de San Gimigniano – 100m, 81m, 77m, 57m
y 52m; enmarcando el castillo las dos torres de
menor altura.
Un museo de colecciones
“el patio de la fuente del Palacio y el patio de la casa de oficios,
los cuales serán la medida para el desarrollo formal del proyecto. ”

M A R I A O C O N N O R N E B O T
E n la actualidad el barrio está configurado ma-
yoritariamente por colonias residenciales que
se combinan con equipamientos deportivos y
escuelas para niños de diferentes edades. Cuen-
ta con una situación bastante privilegiada con
respecto a la ciudad ya que está muy próximo
al aeropuerto y perfectamente conectado con la
capital por numerosas autovías, contando tam-
bién con un par de estaciones de metro. Todos
los nuevos barrios que han surgido alrededor de
este son barrios dormitorio que carecen de vida.
La Alameda de Osuna necesita una revitalización
que le ayude a recuperar el interés que tiene
como lugar singular de Madrid y de su historia.

S e pretende crear una continuidad visual en-

tre la plaza y la cubierta del nuevo edificio que
se proyecta, por lo que se hará un volumen bajo
que sigue el desnivel del terreno y de los restos
del muro de las caballerizas creando unos ban-
cales. Al pretender que sea una edificación que
siga la línea del muro preexistente tendrá en la
mayor parte de su superficie una única planta
por lo que se ocupará la mayor parte de la su-
perficie de la parcela. El edificio está llamado a
ser un nuevo museo que albergue las coleccio-
nes mas singulares del mundo, muchas de ellas
réplicas, con el fin de atraer al visitante a aque-
llas piezas que son díficiles de ver.
Unas termas en El capricho
“viajes de agua que fueron soterrados y abandonados
son elementos de gran repercusión en el diseño de los nuevos elementos de agua ”

L A R A D E D I E G O P A N T Í N
E l gran protagonista es el jardín, creado entre
el año 1787 y 1839, que ofrece en sus 14 hectá-
reas un diseño compuesto por diferentes estilos
paisajísticos: un parterre o jardín francés, situa-
do frente a la fachada oeste del Palacio, un giar-
dino italiano, que se encuentra en la cota más
baja del jardín, siendo el espacio más antiguo
junto a un laberinto de laurel, y por último, una
gran extensión de paisaje inglés, que evoca la
naturaleza en su estado más puro, con recorri-
dos variados para pasear libremente, donde se
encuentra presente en todo momento el agua
como elemento de diseño, e incluso de vía de
transporte.

E n cuanto al aspecto formal del edificio y su

materialización,se ha tenido especial cuidado
debido al respeto que existe hacia el lugar, que
condicionará la escala del mismo. No se trata de
hacer una nueva pieza que reste protagonismo
a lo preexistente, sino que siguiendo la línea del
programa, sea un elemento que se integre en el
lugar y mejore la situación actual. Para esto se
plantea una pieza en tres niveles que resuelve
el desnivel natural del terreno entre el Paseo de
la Alameda de Osuna y la Plaza del Palacio con
cada una de sus plantas. Esto a su vez tendrá
repercusión en la organización del programa en
el interior, que contará,como se ha dicho ante-
riormente, con diferentes grados de privacidad.
Un espacio en El capricho
“El edificio se concibe como una sucesión de módulos funcionales
que van cayendo por la parcela adaptándose a su relieve”

I G N A C I O L Ó P E Z J I M É N E Z
E l proyecto se desarrolla a través de dos líneas
de trabajo: por un lado está centrado en el pro-
yecto urbano del eje histórico-artístico-cultural
de la Alameda, que va desde “La puerta este” de
Madrid situada en Canillejas hasta el Castillo de
la Alameda, datado en el siglo XV; por otro lado,
el proyecto discurrirá en la rehabilitación de la
antigua casa de oficio,donde se alojarán servi-
cios y dotaciones para el barrio y para el nuevo
edificio Espacio Capricho

E l proyecto Espacio Capricho se concibe en

dos partes: tomando el punto de vista de la es-
quina inferior izquierda de la parcela se abre un
gran paseo que deja ver el Palacio de el capri-
cho y que divide así la parcela en dos: paisaje
y edificio, pero todo en uno pues el edificio se
concibe como una naturaleza estática.Los nu-
merosos pilares dispersos dentro de su orden
crean un bosque artificial (naturaleza estática)
que se encuentra rodeado de una naturaleza
viva: existente y creada. Creada porque se pro-
pone un proyecto de paisaje creando en la par-
te izquierda de la parcela una continuación del
parque de el capricho a través de una alameda
que se junta con los árboles que ya habitaban la
parcela, creando así un nuevo bosque.
Una trinchera como museo
“dentro de la actuación, distinguimos principalmente entre elementos construidos y espacio público ”

A L B A M É N D E Z G A R C Í A
E l proyecto pretende conectar urbanística-
mente el eje Histórico-Cultural de la Alameda de
Osuna. Los elementos patrimoniales de la zona
tienen un gran interés, sin embargo no se en-
cuentran relacionados unos con otros. La idea es
crear un eje de regeneración urbana que enlace
estos lugares y potencie el patrimonio histórico
de la zona. Así pues, en medio de esta conexión
encontramos ,una parcela deshabitada donde
históricamente se situaba el Ayuntamiento de la
Alameda. Por lo tanto, la parcela elegida funcio-
na como centro del eje Histórico-Cultural, pro-
porcionando a la zona un museo, un centro de
exposiciones y una escuela de artes, y espacios
de restauración, además de crear un enorme
espacio público que sirve como punto de en-
cuentro vecinal y plaza de la Alameda.

s e propone un Museo de la Guerra Civil Es-

pañola debido a la historia de la Alameda de
Osuna en la Guerra Civil Española. La Alameda
de Osuna ofrecía una serie de ventajas para el
establecimiento del Cuartel General del Ejército
Republicano de Centro, también conocido como
la “Posición Jaca”. Ésta se encontraba fuera del
alcance de la artillería enemiga, ubicada en la
Casa de Campo, y la zona arbolada permitía el
camuflaje de los carros de combate.
Una casa para las musas
“musa, musae, museum, museo ”

E D U A R D O C I L L E R U E L O T E R Á N
L a Alameda de Osuna constituye una entrada
a Madrid. El Palacio de El capricho es el primer
(o último) palacio de un eje que acaba en el Pa-
lacio Real. ¿Cómo se devuelve esta alineación a
la realidad?Pensando en el lugar, entendí la ne-
cesidad de presentar un programa que generara
un foco sobre El capricho. El jardín histórico está
fuera de los límites de la ciudad, Madrid no lo
reconoce como una parte de sí. Necesitaba po-
ner esa atención sobre el lugar para reinvindicar
la importancia de su conexión histórica. Todos
los esquemas apuntaban a utilizar la parcela del
camping, por ser el inicio del conjunto histórico
y estar desligada tanto programática como ur-
banísticamente de los jardines de El capricho.
Hacer una entrada, una plaza, una puerta.

E l arte es sin duda una de las piezas que ha-

blan por sí solas del lugar. La relación histórica
entre arte y palacio me hizo pensar la forma de
poder conjugar un palacio moderno que alber-
gara esas obras de arte, en definitiva un museo.
Museo es una palabra de origen latino que tiene
la siguiente derivación: musa, musae, museum,
museo. Por tanto un museo es el lugar para exhi-
bir lo más preciado, las musas. Quería una Casa
de las Musas en El capricho, que hiciera posible
pensar en nuevas formas de aproximarnos a la
pieza de arte a la vez que el propio proyecto pre-
sentara una reflexión sobre el espacio público.