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CURSO: CIUDADANIA Y REFLEXION ETICA

AULA: 56A0504

TURNO: NOCHE

DOCENTE:

INTEGRANTES:

 Reynaga Andrade, Cristian


 Quintana Martínez, Alfredo Gustavo
 Ramos Ramaycuna, Carlos

TEMA:

“¿Cómo se da el abuso sexual femenino en el sector laboral en el


Perú entre los años 2004-2005? “

AÑO:

2016
TEMA:

Abuso Sexual Femenino en el Sector Laboral en el Perú entre los años 2004-2005.

PREGUNTA:

¿Cómo se da el abuso sexual femenino en el sector laboral en el Perú entre los años
2004-2005?

DEFINICIONES BASICAS:

Concepto: Abuso Sexual


Título de la Ficha:
- El abuso sexual hacia la mujer.
Título de la ficha:
- Niveles jerárquicos del abuso sexual.

MOTIVACION:
En el Perú un 90% de mujeres son acosadas sexualmente en el sector laboral, en algunos
casos este acoso llega a pasar los limites, pasando de un simple acoso a un abuso contra
la mujer, es por eso que mediante este trabajo se pretende informar respecto a los casos
de abuso sexual hacia la mujer en el sector laboral.

JUSTIFICACION:
Se justifica la investigación del presente trabajo para poder darnos cuenta de la realidad
en el sector laboral con respecto a cómo un acoso pasivo puede convertirse a un delito
siendo este el abuso sexual.
El abuso sexual es un fenómeno social de múltiples y diferentes dimensiones, el cual
pueden ser víctimas los hombres como las mujeres. Sin embargo la mujer es principal
víctima del mismo porque su situación en el mercado laboral es claramente inferior
respecto a los hombres, dada por su inestabilidad en el empleo y su subordinación
jerárquica profesional.

También, en el trabajo es un nuevo término que describe un viejo problema.


Generaciones de mujeres han sido víctimas de una atención sexual molesta en el trabajo
y de un comportamiento ofensivo basado en su sexo. Ha sido en los últimos 20 años
cuando se ha dado un nombre a esta conducta.

El acoso sexual puede tener un grave impacto negativo en el derecho de las mujeres a
vivir en una vivienda segura y asequible. El derecho a elegir vivienda también afecta a
otros aspectos de la vida de las mujeres, como su capacidad para ir y volver de forma
segura a su lugar de trabajo, a las escuelas a las que asisten sus hijos, y para acceder de
forma segura a los bienes y servicios del vecindario.

En muchos casos presenciamos que el acoso sexual está indisolublemente unido al


poder, teniendo en cuenta que las mujeres y los hombres tienden cada vez más a trabajar
juntos a niveles similares, se producen numerosos casos de acoso sexual entre personas
del mismo nivel jerárquico, como también distintas.

En definitiva, el acoso sexual es un ataque a la dignidad de la persona y, en


consecuencia, constituye un obstáculo para el buen funcionamiento de un mercado de
trabajo en el que mujeres y hombres trabajamos juntos.

La mujer desde siempre se ha visto envuelta en una serie de factores tanto de abuso
como de discriminación en diversos aspectos. Uno de ellos es el aspecto laboral.
Partiendo desde la exclusión de las mujeres al derecho al trabajo. Respecto a esto
podemos encontrar en los textos históricos la descripción de la lucha para su incursión del
sexo femenino al ámbito laboral.

“En efecto, durante gran parte de la historia universal y del Perú, la mujer se ha
visto injustamente relegada a un papel secundario, minimizando sus derechos e
infravalorándola como persona y sujeto de Derecho con dignidad. Sin embargo,
desde el siglo XVIII, con las revoluciones liberales y los procesos independistas,
las mujeres han luchado por su reconocimiento como ciudadanas al interior de los
Estados, con los mismos derechos que el varón, incluyendo “en su agenda
reivindicativa y su acción política, la extensión de la educación a las mujeres,
derechos laborales y económicos” (ARROYO: 225)
Por ello, es que en los textos constitucionales se ha hecho hincapié en el tema de la
defensa de los derechos de la mujer, de tal forma que se incluya en los artículos ciertos
mandatos que conlleven a que la mujer pueda desarrollar sus habilidades en las mismas
condiciones que el varón y con el debido respeto a sus derechos fundamentales. Es
justamente el artículo 23 de la Constitución Política de 1993 que señala lo siguiente: “El
trabajo, en sus diversas modalidades, es objeto de atención prioritaria del Estado, el cual
protege especialmente a la madre, al menor de edad y al impedido que trabajan”

Pero ¿Por qué habría de protegerse a la mujer en el ámbito laboral?

“En primer lugar, consideramos que no debemos olvidar que, per se, la mujer
constituye un grupo vulnerable dentro de nuestra sociedad. A saber de Yáñez
Málaga, dicha vulnerabilidad se hace más fuerte en el ámbito laboral, pues la
mujer “al ser responsable no sólo de su propia vida sino de la de su prole, invierte
más energía en las tareas reproductivas que el varón, lo que la puede hacer
menos productiva en el trabajo, menos calificada y por lo tanto menos deseable
como mano de obra” (ARROYO: 228)

Pero hasta antes de esto y la actualidad se ven algunos casos en que la mujer es víctima
de El acoso sexual en el ámbito laboral, el cual se inscribe en tres grandes ejes: la
violencia contra las mujeres, un entorno laboral sexista, y un marco de abuso de poder
(tanto jerárquico como de género).

En primer lugar, el acoso sexual en el ámbito laboral se inscribe en un contexto de


violencia contra las mujeres, es decir, lo que subyace al mismo es la violencia como
instrumento de poder de género. En este sentido, se defiende que su carácter sexual
sería secundario, al tratarse sobre todo de un abuso de poder masculino.

Asimismo, se incardina en un entorno laboral sexista, en el que se producen otros actos


discriminatorios contra las mujeres, tales como las diferencias de salario, el reparto de
tareas por sexos, etc. De manera secundaria, se asocia también a otros tipos de acoso
que se producen en el ámbito laboral, tales como el psicológico o moral.

En tercer lugar, se produce en un marco de abuso de poder, y por lo tanto puede


acompañar a otro tipo de conductas abusivas, no sólo sexistas, sino también racistas,
homófobas, etc. En este sentido, el acoso sexual vertical se considera más grave que el
ejercido entre compañeros/ as, puesto que en el primer caso el acosador se aprovecha de
una doble posición de ventaja: la que le proporciona ser jefe -y que de él dependan la
continuidad en la empresa de la víctima, su sueldo y su promoción-, y la que emana de su
género.

Las mujeres que sufren acoso sexual en el entorno laboral tienden a afrontarlo en
solitario, ocultar lo ocurrido y circunscribirlo a la esfera personal, aunque a medida en que
aumenta la gravedad del mismo se incrementa la búsqueda del apoyo del entorno
cercano. Del acoso por parte de la mujer trabajadora, que no dispone de ningún apoyo ni
referente externo para sobrellevar la situación y tomar decisiones ajustadas sin la fuerza
de la auto presión que sufren por la situación. Por otro, la presencia de una bolsa de
trabajadoras que sufren acoso sexual en el trabajo, que permanece oculta, sin que sea
detectada por la sociedad, con la consiguiente creación de un grupo de riesgo y
marginación sobre el que no se puede llegar a actuar

En nuestro país, en la separata publicada por el Ministerio de Salud acerca de la “Ley y


reglamento de prevención y sanción de hostigamiento sexual”, el año 2004, se define
al hostigamiento o acoso sexual como aquella “serie de conductas verbales o físicas
de naturaleza sexual, llevadas a cabo por una persona jerárquicamente superior a
otra o por un compañero de trabajo o estudio, y que se suponen el ataque a
determinados derechos fundamentales de la víctima”

En el año 2003 Perú publicó la Ley 27942 de Prevención contra el Hostigamiento sexual,
describiendo ampliamente el tipo y estableciendo medidas preventivas y sancionadoras a
nivel administrativo, civil y laboral.

En el años 2004, se encuestó a 125 mujeres trabajadoras, de cuatro AAHH de Zapallal-


Lima, y entrevistó a 16 que sufrieron violencia en ambientes laborales, se encontró que la
proporción de mujeres que han sido víctimas de violencia física en el trabajo es de 9,6%,
abuso verbal 17,6% y 1.6%; encontrándose un nivel de precisión alto; así para la violencia
física el intervalo de confianza oscila entre el 9.1% al 10.1%, el abuso verbal entre el 17%
hasta el 18.2%, y el hostigamiento sexual oscila entre el 1.4 y 1.8.

Unos dos o tres casos del total de mujeres que recibieron una agresión se enfrentaron a
su agresor diciéndole que parara, y otras lo reportaron a su superior o patrón. Sea en uno
u otro caso aún es escaso el número de mujeres que busca ayuda ante un hecho violento,
sin embargo las mujeres están asumiendo paulatinamente su propia defensa, aun cuando
esto les cause muchas veces miedo, temor o vergüenza.
Ahora bien, frente a estos problemas son muy pocos los empleadores que sabiendo el
hecho ofrecen ayuda a sus trabajadoras, mediante consejería, o tan solo el espacio para
hablar sobre lo sucedido, o cualquier otro apoyo. Lo mismo sucede en cuanto a la
consecuencia para el abusador, en donde sólo 5 de 12 agresores recibieron algún tipo de
sanción a su agresión, pero en el caso de abuso verbal, en 14 de los 22 casos de abuso
verbal no hubo ningún castigo.

En consecuencia, pocas son las mujeres que se encuentran satisfechas con la resolución
de sus casos. Para el caso de violencia física sólo 2 de las 12 mujeres y en abuso verbal
10 de las 22 mujeres quedaron satisfechas por como se manejó la situación. En el caso
de hostigamiento sexual las dos mujeres quedaron satisfechas por cuanto consideraron
que sus agresores habían recibido una sanción ejemplar, pues habían sido echados de
los ambientes de trabajo. Al parecer aún cuando las mujeres consideran algunos eventos
como típicos, esperan una sanción ejemplar

Según un estudio en los años 2004 y 2005, realizado por el Programa Nacional contra la
Violencia Familiar y Sexual del MIMDES, el 70% de quejas frente a los empleadores
reseñadas por las trabajadoras del hogar menores de 18 años son sobre hostigamiento
sexual”. Desde esa perspectiva debe enfatizarse que las mujeres son en su mayoría
víctimas del hostigamiento sexual a diferencia de los hombres de similares características
etarias o sociales.

la Conferencia Internacional del Trabajo (1985) reconoció que el acoso sexual deteriora
las condiciones de trabajo y las perspectivas de empleo y promoción para quienes lo
sufren, y aboga por la incorporación de medidas para combatirlo en las políticas de
promoción de igualdad. Es por ello que considera que el acoso sexual afecta la salud y
seguridad en el trabajo y que es una condición inaceptable, así como una forma de
violencia que se ejerce en contra de las trabajadoras.

El Estado peruano ha formulado la Ley Nº 28983 de Igualdad de Oportunidades entre


mujeres y hombres. Esta enfatiza la adopción de las medidas necesarias que permitan
erradicar todas las formas de discriminación por sexo. Por ejemplo, garantizando el
derecho a un trabajo productivo ejercido en condiciones de libertad, equidad, seguridad y
dignidad humana, que incluye la protección frente al hostigamiento sexual.

La Presidencia del Consejo de Ministros brinda seguimiento y monitoreo a la prevención y


sanción del hostigamiento sexual en el ámbito institucional del sector público a nivel
nacional, mientras que el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo lo hace en el
ámbito institucional del sector privado
BIBLIOGRAFIA:

 http://www.csj.gob.sv/genero/images/pdf/acoso_sexual_laboral.pdf
 https://www.navarra.es/NR/rdonlyres/A04A9545-E338-4BD3-9970-
EFF76D737307/153599/AsepeyoAcoso_Sexual.pdf
 https://www.clubensayos.com/Temas-Variados/Acoso-Sexual/498839.html
 http://www.psicologia-online.com/ebooks/riesgos/capitulo6_2.shtml
 https://es.scribd.com/doc/194133042/Ensayo-Acoso-y-Hostigamiento-Sexual

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