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ASPECTOS GENERALES DE

LA ALFARERIA
TERMINOLOGÍA DESCRIPTIVA DE LA ALFARERIA
En la actualidad todavía se sigue documentando como uno de los problemas
más importantes para el estudio de la cultura material y, en nuestro caso, para
el estudio de la alfareria, la falta de una terminología descriptiva homologada,
y común a los diferentes autores que se dedican a su estudio (Martins, 1987:
39), originando ello una ambigüedad en la utilización del vocabulario y la
dificultad de poner en relación resultados Obtenidos por diferentes
investigadores.
El objetivo no radica en el establecimiento de una terminología global, pero sí
al menos en la definición del sentido concreto que se otorga a cada uno de
los términos adoptados, no únicamente como un ordenamiento de las técnicas
empleadas en la fabricación de una vasija, sino también como la exposición de
una nomenclatura que "en su discusión concreta y en su estructuración
metodológica con el resto de las categorías, se convierte en un elemento útil
y operativo que actúa al interrelacionarse en la ecuación arqueológica"
(Heras y Martínez 1992:9). Para que exista una homogeneidad en la
descripción de cualquier elemento de cultura material es coherente establecer
criterios para la definición de una terminología descriptiva.

LA FABRICACIÓN DE LA ALFARERIA
El conocimiento que tenemos sobre el proceso de fabricación de la alfareria
procede de distintas fuentes. La ciencia de los materiales nos informa con
detalle sobre el comportamiento que tienen la arcilla y otros materiales bajo
distintas condiciones especialmente cuando se los mezcla con agua o son
calentados a elevada temperatura. Existen textos básicos con descripciones
desde un punto de vista arqueológico (Shepard, 1956; Rice,1987), donde
existe información referente al entorno físico y químico que rodea el proceso de
fabricación de la alfareria.
MATERIAS PRIMAS PARA LA FABRICACIÓN DE LA ALFARERIA
Las materias primas esenciales de un producto alfarero son la arcilla y agua. Se
pueden añadir productos no plásticos (también conocidos como desgrasantes)
a la mezcla de arcilla y puede que se necesiten engobes, pinturas o barnices
para el acabado de las vasijas (Orton et. al. 1997: 134).
El término genérico de la alfareria agrupa a un conjunto heterogéneo de
productos, fruto de diferentes procedimientos técnicos, para los cuales varia en
alguna medida incluso la materia prima empleada (Mannoni y Giannichedda,
2007). El ciclo general permanece sin embargo, grosso modo, invariable, y para
ser tratado unitariamente no puede más que ser descrito en modo muy genérico.
El punto de partida común es la arcilla, un minera natural de origen sedimentario
que tras haber sido extraído puede ser inmediatamente elaborado o dejado
envejecer al aire libre durante periodos incluso largos, con la intención de
permitir la putrefacción de restos orgánicos mezclados con ella o la eliminación
de materiales extraños (por ejemplo la oxidación de impurezas tales como la
pirita, que puede ser derrubiada como sulfato de hierro). El objetivo de esta
operación, que por otra parte y como se ha dicho no es indispensable, era el
de obtener coloidales más puros y más hidratables y por tanto mayor plasticidad,
con el fin de poder conseguir mejores resultados formales que los disponibles
con arcillas no tratadas.
Otra fase del proceso, aunque también ésta es accesoria, es la depuración con
agua, efectuada con la intención de separar los materiales con más alto peso
específico (piedras, arenas, limo) de la suspensión acuosa de la arcilla (hecha
por sedimentación, levigación o tamizado con agua). El resultado es una
suspensión más o menos fina de agua y arcilla llamada barbotina‖ que se deja
secar hasta alcanzar una consistencia plástica (Mannoni y Giannichedda, 2007).
Una vez realizados los procesos de depuración, la plasticidad obtenida puede
no ser aún apta para las siguientes operaciones de elaboración y para las
características requeridas por el producto final.
Si la plasticidad es demasiado elevada (arcilla grasa), durante la elaboración del
producto tenderá a aflojarse o, como mínimo, a fisurarse durante el secado y la
cochura. Si, por el contrario, la plasticidad es escasa (por ejemplo, por exceso
de arena), la fabricación se hará difícil y el secado será rápido, dañando el
producto. Si la arcilla es poco plástica, el único remedio es corregirla
mezclándola o sustituyéndola por arcillas mejores, mientras que, si es
demasiado grasa se puede intervenir con el añadido de productos llamados
desgrasantes (materiales inertes no hidratables, y por tanto no plásticos), por
ejemplo desgrasantes típicos son la alfareria triturada, la arena o la roca
triturada.
Una vez acabada la elaboración del objeto, es puesto al secado, para que pierda
el exceso de agua y llegue al horno con la denominada dureza de cuero. –Solo
–después del secado se pueden aplicar los eventuales revestimientos, que se
dejan secar antes de pasar a la cocción.
Para entender cómo se llevó a cabo el proceso de selección, el arqueólogo debe
estudiar las clases de materias primas empleadas en la manufactura y el
procesamiento requerido para lograr el producto final. Sin embargo, las razones
que impulsan tal o cual utilización son aspectos difíciles de dilucidar. Un aporte
a estas interrogantes son los datos etno-geográficos de la localización de las
fuentes de arcilla, pero éstos debieran ser complementados con el
conocimiento de la conformación geológica de la región y la del mismo sitio
arqueológico, de modo de tener un sustrato base donde ver el origen de los
materiales utilizados en la manufactura.

TÉCNICAS DE MANUFACTURA
Las fuentes etnohistóricas prácticamente no nos informan acerca de los
procedimientos tecnológicos usados en la elaboración de la alfareria. Sin
embargo, resulta muy sugerente lo que los datos etnográficos nos aportan al
respecto. La mayor diversidad de tradiciones manufactureras la encontramos
sin lugar a dudas en Perú, hay regiones donde se combinan dos y a veces tres
técnicas estructurales de manufactura en un mismo material alfarero,
seguramente por efecto de una estrecha relación entre poblaciones con un
bagaje tecnológico diferenciado, promovido por movimientos de población,
situación bastante documentada en esas regiones (Varela 1992: 51-62).
Los procedimientos de manufactura del material alfarero, son concluyentes en
muchos aspectos. Se sabe a través de las evidencias etnográficas, que no toda
arcilla es buena para la alfareria; entre los alfareros unos prefieren la tierra roja,
otros la negra, unos la amarilla, algunos utilizan el caolín, sin embargo tiene que
ser purificada y trabajada (Ravines, 1994).
Los procedimientos de manufactura según varios autores son diversos, pero
entre los más conocidos están el modelado y el moldeado, y estas a su vez se
han separado en: modelado sobre una base fija, modelado sobre una base
giratoria y moldeado que a su vez puede ser en molde o sobre molde y
paleteada, elaboraciones tomadas según Ravines (1994).
En general hay cierta dificultad en establecer el procedimiento de manufactura,
debido a que los procesos de alisado y acabado de superficie borran todo
indicio, sin embargo es recomendable observar la superficie interna de la vasija,
y sobre todo, las secciones más próximas a las asas (Ravines, 1994).

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