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Alejandro Magno

Alejandro Magno, también llamado Alejandro El Grande, es el apelativo por el cual se conoce
al Rey Alejandro III de Macedonia, el más famoso de sus monarcas. Nació el 21 de julio de 356
a.C., siendo hijo de los reyes macedonios Filipo II y Olimpia de Epiro.
Era un joven inteligente e inquieto, al punto de contarse que siendo niño logró domar a Bucéfalo,
un caballo propiedad de su padre, que al parecer no podía ser domado por nadie. Alejandro
contó con destacados instructores que le educaron en filosofía, artes y la actividad física. El más
importante de ellos sin duda fue Aristóteles. El famoso filósofo educó a Alejandro en las
cuestiones importantes para un rey: filosofía, política, estrategia; a una edad en que resultaba
clave conocer estas cuestiones.
Rápidamente el joven demostró habilidades para los asuntos del reino, pudiendo asumir
responsabilidades incluso a los 16 años, y una gobernación a los 18. Sin embargo, las relaciones
con su padre no eran del todo buenas, dado el carácter rebelde de Alejandro, y la decisión de
Filipo de desposar a otra mujer.
A los 20 años decide, instado por su padre, a emprender la toma del Imperio Persa. Por esos
días las intrigas de palacio dieron en el asesinato del Rey Filipo, lo que puso a Alejandro en la
posición de monarca.
Rápidamente Alejandro inició una labor de expansión del Imperio Macedonio. Completó la
campaña de conquista de Persia, la cual conquistó con relativa facilidad. Aquí se narra la famosa
historia del Nudo Gordiano: en la ciudad de Gordión, existía un carruaje amarrado con un
complicadísimo nudo, un oráculo había predicho que quien fuera capaz de desatarlo, sería el
conquistador de Asia. Una historia semi-legendaria cuenta que Alejandro deshizo el nudo
cortándolo de un tajo con su espada.
Pronto Alejandro conquistaría Egipto, cultura que lo impresionaría profundamente, y donde
fundaría una de las ciudades más afamadas del Mundo Antiguo: Alejandría, posteriormente sede
de la famosa biblioteca del mismo nombre. Allí se coronó también como faraón.
Alejandro continuó extendiendo su Imperio hacia el este, dirigiéndose hacia la India. En su ruta
de conquista fundó una gran cantidad de ciudades, la mayoría con el nombre Alejandría. Se casó
en Bactria con la princesa Roxana.
No pudo dominar el subcontinente indio, de modo que debió regresar a Babilonia, donde debió
enfrentar varios problemas, entre los que se cuentan los abusos de los encargados que dejó
durante sus campañas, y la oposición de algunos sectores de Macedonia a integrarse con la
cultura persa. Probablemente el revés que más le afectó fue la muerte de su entrañable amigo
Hefestión.
Los problemas de gobierno e intrigas palaciegas abrumaban a Alejandro, que sin embargo se
las arregló para manejarlos. El 13 de junio de 323 a.C. cae postrado en cama sin una razón clara,
para luego fallecer. Entre las posibles causas se menciona malaria, envenenamiento, o una
enfermedad preexistente.
La muerte de Alejandro desató una seria disputa por la sucesión. Todos sus familiares y
sucesores fueron mandados a asesinar para extinguir su linaje, y comenzó una encarnizada
lucha que llevó a la desintegración del Imperio.
Alejandro Magno acumuló suficientes méritos para convertirse en el ejemplo por excelencia de
lo que deber ser un rey, guerrero y conquistador. Sus hazañas tienen un tinte legendario, y en
algunas regiones que conquistó se le ha dado el estatus de deidad.
La ciudad que fundó en Egipto aún existe, con el nombre arabizado de Al-Iskandariya. Muchas
leyendas, libros y producciones de cine han ayudado a que el rey de los macedonios alcanzara
el estatus de héroe mitológico.
Alejandro Magno

Alejandro III el Magno


Alejandro III de Macedonia
Alejandro el Grande

Rey de Macedonia (336-323 a.C.)

Nació el 20 de julio de 356 a. C. en Pela, antigua capital de Macedonia.

Hijo de Filipo II, rey de Macedonia, y de Olimpia, princesa de


Epiro. Aristóteles fue su tutor.

En el verano del año 336 a.C. su padre fue asesinado y subió al trono de
Macedonia. Marchó sobre Tesalia, donde los partidarios de la independencia habían
obtenido el control, y restauró el dominio macedónico. Restableció su posición
en Grecia y un congreso de estados en Corinto lo eligió comandante del Ejército
griego para la guerra contra Persia.

En el 335 a.C. dirigió una campaña brillante contra los rebeldes tracios cerca del río
Danubio. A su regreso a Macedonia, reprimió en una sola semana a
los ilirios y dardanelos cerca del lago Pequeño Prespa y después se dirigió
hacia Tebas, que se había sublevado. Arrasó la ciudad y sólo respetó los templos y
la casa del poetaPíndaro, esclavizando a unos treinta mil habitantes capturados.
Inició en el 334 a.C. una guerra contra Persia, tras cruzar el Helesponto con un
ejército de unos 365.000 hombres de Macedonia; sus oficiales eran macedonios,
incluidos Antígono (más tarde Antígono Monoftalmos), Tolomeo (más
tarde Tolomeo I) y Seleuco (más tarde Seleuco I).

En el río Gránico, cerca de la antigua ciudad de Troya (hoy Turquía), atacó a un


ejército de 40.000 persas y griegos hoplitas. Vencieron al enemigo y tan sólo perdió
110 hombres. Continuó avanzando hacia el sur y se encontró con el ejército principal
persa, bajo el mando de Darío III, en Isos, en el noroeste de Siria. Según la
tradición, el ejército de Darío se estimaba en 500.000 soldados. La batalla de Isos,
en el año 333 a.C., finalizó con la victoria de Alejandro. Aunque cortó la retirada,
Darío huyó, abandonando a su madre, esposa e hijos a Alejandro, quien les trató
con respeto debido a su condición de familia real.
Tiro, un puerto marítimo muy fortificado ofreció una resistencia obstinada, pero lo
tomó por asalto en el 332 a.C. después de un asedio de siete meses.
Capturó Gaza y pasó a Egipto, donde fue recibido como libertador. Estos
acontecimientos facilitaron el control de toda la línea costera del Mediterráneo. En el
332 a.C. fundó en la desembocadura del río Nilo la ciudad de Alejandría, que se
convirtió en el centro literario, científico y comercial del mundo griego.

Cirene, la capital del antiguo reino de Cirenaica, en el norte de África, se rindió a


Alejandro en el 331 a.C., extendiendo sus dominios a todo el territorio de Cartago.
En la primavera del 331 a.C. peregrinó al gran templo y oráculo de Amón-Ra, el dios
egipcio del Sol a quien los griegos identificaron con Zeus. Se creía que los primeros
faraones egipcios eran hijos de Amón-Ra, y Alejandro, el nuevo dirigente de Egipto,
quería que el dios le reconociera como su hijo.

Partió hacia el norte, reorganizó sus fuerzas en Tiro y salió hacia Babilonia con un
ejército de 40.000 infantes y 7.000 jinetes. Cruzó los ríos Éufrates y Tigris y se
encontró con Darío al frente del ejército persa, que sufrió la derrota en la batalla de
Arbela (Gaugamela) el 1 de octubre del 331 a.C. Darío huyó al igual que hizo en
Isos y un año más tarde fue asesinado por uno de sus propios colaboradores.
Babilonia se rindió después de Gaugamela, y la ciudad de Susa, fue conquistada.
Más tarde se dirigió a Persépolis y tras hacerse con los tesoros reales, quemó la
ciudad.

Cruzó el río Indo en el 326 a.C. e invadió el Punjab, alcanzando el


río Hifasis (hoy Bias); en este punto los macedonios se rebelaron, negándose a
continuar. Entonces construyó una flota y bajó navegando el Hidaspo hacia el Indo,
alcanzando su delta en septiembre del 325 a.C. La flota continuó hacia el golfo
Pérsico. Cruzó el desierto de Susa en el 324 a.C.

Llegó a Babilonia en la primavera del 323 a.C., murió el 10 o el 13 de junio de 323


a.C.posiblemente de fiebres tifoideas o de un colapso hepático. Tras dos años de
disputas se preparó una carroza funeraria para trasladarlo a la ciudad griega
de Ege (Macedonia). Entre tanto, su cuerpo se mantuvo conservado gracias que fue
sumergido durante ese tiempo en miel.

Alejandro expresó su deseo de ser enterrado en Alejandría o en Siwa, ciudad


egipcia situada al noroeste del país. Cuando todo estaba dispuesto para su traslado
a Macedonia, Tolomeo, gobernador de Egipto y amigo de Alejandro atacó la comitiva
y se apoderó del cadáver de su rey dispuesto a hacer cumplir su deseo sobre el
lugar de su enterramiento. Envió primero el cadáver a Menfis donde fue enterrado
según la costumbre macedonia (Pausanias) y posteriormente fue llevado a la ciudad
de Alejandría.

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