Discurso del Presidente de la

Sociedad Nacional de Minería,

Alberto Salas Muñoz

Buenas noches. Agradezco a todos los presentes, y muy especialmente a Su Excelencia la

Presidenta de la República, señora Michelle Bachelet Jeria, por acompañarnos en esta Cena Anual de
la Minería.

Con este encuentro, que ya se extiende por más de 25 años, continuamos una tradición como
gremio representante de la pequeña, mediana y gran minería metálica y no metálica del país,
reunirnos una vez al año para revisar los grandes temas nacionales y muy especialmente de nuestro
sector productivo, compartiendo nuestra visión de cómo, desde la condición de empresarios, seguimos
aportando al crecimiento de Chile.

Nuestro país ha vivido este 2015 -sin lugar a dudas- importantes procesos en lo político, social
y económico.
En el centro del debate están los parámetros éticos en que se desenvuelven las actividades
privadas y públicas. Impera hoy un clima de preocupante desconfianza por parte de la ciudadanía. Ello
es innegable.

Esa percepción de parte de muchos chilenos, aunque en ocasiones haya implicado críticas
indiscriminadas, debemos enfrentarla y para esto no hay otro camino que actuar con total
transparencia y de cara a la ciudadanía.

A nombre del empresariado, quiero insistir en que rechazamos explícitamente todas las
actuaciones apartadas de la ley y la ética, a todo nivel y en todo ámbito.

Confiamos en que los tribunales hagan su trabajo, con independencia, sin presión alguna y que
apliquen las sanciones que establece la legislación.

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 La base para recomponer la confianza parte de nosotros mismos, de cada uno de los chilenos,
actuando con ética y transparencia.

Este es el primer y gran fundamento sobre el cual comenzaremos a reconstruir la confianza,

indispensable para un sano y correcto funcionamiento de todas las instituciones públicas y privadas y
de una sociedad en democracia.

Es más, como empresarios tenemos el compromiso de actuar y promover las mejores prácticas
y conductas éticas en nuestro quehacer. A este respecto, con gran satisfacción, quiero señalar que la
Sociedad Nacional de Minería, en su último Consejo General aprobó por unanimidad, un nuevo Código
de ética para nuestros asociados.

Quiero señalar que son miles los empresarios a lo largo de Chile, de distinto tamaño,
pequeños, medianos y grandes, que junto a sus colaboradores día a día trabajan apegados
irrestrictamente a la legalidad y a la ética.

Es así como hemos alcanzado una posición de liderazgo en América Latina y destacada a nivel
mundial en distintos aspectos, convirtiéndonos legítimamente en una nación confiable, tanto para
inversionistas y empresarios nacionales como extranjeros.

Hemos creado un modelo de institucionalidad, construido en los últimos decenios, sustentado

en un sólido estado de derecho, respeto a la propiedad privada, con un Banco Central autónomo, una
economía abierta al mundo y un sano manejo macroeconómico.

Hoy observamos con preocupación que la economía nacional viene experimentado una
persistente desaceleración en los últimos años.

Este proceso se explica tanto por el comportamiento de la economía mundial, particularmente

por la situación de China, como por factores internos. Todo ello ha generado grados de incertidumbre
respecto del futuro y reducido la inversión, que es la base del crecimiento futuro.

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 Estamos convencidos que Chile, para alcanzar un desarrollo integral, debe realizar los cambios
que le permitan avanzar hacia esta meta.

Por ello es fundamental que las reformas sean oportunas, con objetivos claros, y que utilicen
los mejores instrumentos para lograrlos.

Bajo estos fundamentos, compartimos desde el comienzo de la discusión, el objetivo que se

propuso la Reforma Tributaria aprobada el año pasado.

Coincidimos con la necesidad de contar con mayores recursos para mejorar la calidad de la
educación en todos los niveles, y estuvimos de acuerdo con el principio de que a mayores gastos
permanentes se requieren ingresos permanentes.

Pero a pesar de los planteamientos de expertos, economistas y empresarios sobre los efectos
negativos que la nueva ley tributaria tendría sobre la economía y los problemas que presenta su
aplicación, consideramos que faltó tiempo y mayor reflexión para lograr una mejor reforma.

Por eso, valoramos especialmente que la autoridad se haya abierto a perfeccionar y simplificar
la ley, incluso a través de una nueva iniciativa legal.

Quiero ser muy claro. No estamos buscando ni solicitando pagar menos impuestos ni disminuir
la recaudación, sino hacerlo con claridad y sin premura.

Por ello es clave, en esta instancia, realizar este trabajo con voluntad de diálogo, entendimiento
y el tiempo necesario, de manera que los resultados sean los mejores para todos.

Con ese ánimo colaborativo estamos trabajando y lo seguiremos haciendo.

En cuanto a la Reforma Laboral, conscientes de la necesidad de modernizar el mundo del

trabajo, hemos planteado que Chile requiere una Agenda que apunte a lograr más y mejores
oportunidades de empleo, alzas en las remuneraciones, mejoras en productividad y en competitividad.

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 Para alcanzar estos objetivos, nosotros los empresarios estamos dispuestos a colaborar en
mejorar y adaptar las condiciones para que más mujeres, jóvenes y adultos mayores puedan
incorporarse al mundo del trabajo, con todo el círculo virtuoso que ello trae en igualdad de
oportunidades, crecimiento y bienestar, aspectos que no contempla el actual proyecto de ley.

Respecto al rol de los sindicatos, los valoramos porque son formas legítimas y muy valiosas de
organización y representación de los trabajadores que libremente los integran.

Trabajadores y empresarios formamos parte de un proyecto común, y ambos aspiramos a que

a todos nos vaya bien y a que la relación entre nosotros sea equilibrada y constructiva.

Con la mirada puesta en la existencia de empresas sustentables, y competitivas en un mundo

globalizado hemos planteado que determinados aspectos de la reforma no son compatibles con esta
visión.

Me refiero a la titularidad sindical, al reemplazo en huelga, a la posibilidad de dar origen a

trabajadores de distintas categorías al no poder acceder todos a los mismos beneficios; o si se le da a
los dirigentes sindicales la capacidad de prolongar una huelga que cause un daño por sobre lo que se
está negociando, saliendo perjudicados la empresa, los trabajadores, los consumidores y los
proveedores.

En el caso de la minería, hemos presenciado en los últimos meses paros ilegales que
transgreden –incluso con violencia- todas las normas a este respecto. La toma de faenas puede llegar
a forzar una negociación fuera de la ley. Cuando una minera es afectada por un paro al margen de la
ley, éste impacta no sólo a la empresa, sino a todo el sector.

Con responsabilidad y con el conocimiento real que tenemos del mundo del trabajo, pedimos al
gobierno y a los parlamentarios introducir las mejoras que este proyecto requiere para no causar un
daño al buen funcionamiento de las empresas, con los consecuentes perjuicios que ello trae al empleo,
el crecimiento y la calidad de vida de las personas.

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 Quiero ser enfático en que, en la medida que prime un diálogo racional, técnico y franco,
creemos firmemente que será posible llegar a los consensos indispensables en esta reforma laboral.

Siempre con una visión de largo plazo para el beneficio del país, hemos planteado que uno de
los ejes que debemos promover en conjunto es el incremento de la productividad, entendida como una
tarea común y no como un asunto privativo del empresariado para optimizar utilidades.

Si no logramos transmitir con eficiencia y convicción el real alcance de la productividad y

fomentarla con efectividad, involucrando también a los trabajadores y al propio Estado, recuperar el
crecimiento de nuestra economía será aún más complejo.

Retomar el dinamismo productivo significará más y mejores empleos y traerá encadenamientos

productivos de bienes y servicios que, a su vez, implican más recursos para el Estado.

Eso incluye además una mayor incorporación de mujeres y jóvenes al mercado de trabajo,
avanzar en materia de adaptabilidad entre empleador y trabajador y mejorar el sistema de
capacitación.

Por lo demás, recordemos que no hay país en el mundo que haya alcanzado el desarrollo sin
haberse enfocado estratégicamente en la productividad.

Señoras y señores:

La minería no ha sido la excepción dentro de las actividades económicas que han

experimentado la desaceleración, lo que se ve reflejado en la producción de cobre, exportaciones,
crecimiento y precios.

Para ilustrar esta afirmación, quiero compartir con ustedes algunas cifras de nuestro sector.
Este año, proyectamos que la producción de cobre será superior a la de 2014, pero no alcanzaremos
las seis millones de toneladas estimadas a fines del año pasado. Asimismo, observamos una menor
producción en oro, plata, molibdeno y hierro.

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 En cuanto a las exportaciones mineras, llegarán sólo a US$ 36 mil millones. Es decir, US$ 9 mil
millones menos que el año pasado, con un crecimiento total del PIB Minero en torno al 2%.

En los últimos meses hemos visto una fuerte caída en la cotización del metal rojo. Algunos
creen que el gran ciclo del cobre ha terminado, pero hay que tener cautela frente a esta afirmación. El
precio del metal tiene una alta volatilidad por lo que, aunque podría variar en los próximos meses,
estamos confiados en que la tendencia a la baja se revertirá en el mediano plazo.

Aun así, no cabe duda de que estamos ante un momento en que el precio de los commodities
está en un ciclo bajo.

Esto afecta a la industria en su conjunto, tanto a la pequeña como a la mediana y gran minería.
En este contexto, la cartera de inversiones mineras en su totalidad ha experimentado las
consecuencias de esto.

La crisis de precios que afecta a todo el sector minero, se hace naturalmente más severa en la
pequeña y mediana minería por tener costos más altos, en razón de sus diferencias de escala. Esta
condición objetiva de la PYME minera, que se hace sentir justamente en períodos de bajos precios del
cobre, permite valorar como el Estado chileno a lo largo de la historia ha enfrentado estas
circunstancias.

Para ello creó creó la ENAMI hace más de 55 años y estableció después, en el 2003 una
Política de Estado para la Pequeña y Mediana Minería, con la promulgación del DS 76.

Es así, como hoy y gracias a instrumentos de política como los señalados, a través de ENAMI
la pequeña minería recibe un crédito sectorial de sustentación de precios con financiamiento público –y
que siempre ha sido devuelto íntegramente, Capital e Intereses-. A su vez la mediana minería que
tiene contratos con esta entidad estatal, recibe créditos individuales de tarifa, financiados por Enami
contra garantías reales.

Se trata de importantes recursos, todos créditos, que han permitido hasta ahora mantener
activas casi el 100% de las faenas del sector.

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 Digo esto con un doble propósito; reconocer a la ENAMI en su gestión, que le ha permitido
actuar oportunamente en este contexto de bajos precios, pero también resaltar la importancia de
contar con Políticas de Estado en materias relacionadas con la Pequeña y Mediana Minería.

En tal sentido valoramos el trabajo realizado en la Comisión de Minería y Energía de la

Cámara de Diputados, en pro de una legislación para la PYME minera. manifestamos nuestro claro
interés en colaborar en esta iniciativa, aportando nuestra visión, experiencia y representatividad.

Ahora, no puedo dejar de referirme al momento que vive la Inversión minera. Más de la mitad
de la carpeta de inversiones de nuestro sector está en proceso de revisión o se ha postergado su
fecha de puesta en marcha.

Por ello, necesitamos que el Estado contribuya eficazmente a reactivar esta situación. Esto,
considerando iniciativas proinversión y haciendo más eficiente el otorgamiento de permisos.

Quiero ser aquí especialmente enfático. El sistema regulatorio de los permisos necesarios para
llevar adelante un proyecto de inversión se ha vuelto en extremos complejo y burocrático.

Con el correr de los años, se ha venido construyendo un sistema regulatorio y de otorgamineto

de permisos inorgánico en que cada repartición cumple su rol sin que exista una mirada integral sobre
el sistema.

Además, en la práctica no existen plazos a los cuales atenerse para obtener los permisos, aun
cuándo se esté cumpliendo con toda la normativa.

Sin duda se necesita por parte del estado una revisión global de nuestro sistema regulatorio
que contribuya a recobrar competitividad y certeza jurídica en relación a los permisos.

Otro de los aspectos relevantes para la minería hoy es la ley de normas de emisión para las
fundiciones, que aumenta la exigencia de captura de azufre para estas instalaciones.

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 Las fundiciones nacionales están en una situación compleja, tanto en materia de costos como
ambiental. En primer lugar, para el cumplimiento respectivo se requieren cuantiosas inversiones.

Estimamos que debieran destinarse unos US$2.000 millones para llegar al 95% de captación
exigido y otros US$2.500 millones para alcanzar el 98%, al que también obliga esta regulación.

Nuestra propuesta es que junto con cumplir la norma del 98%, lo hagamos en un contexto de
cambio tecnológico que incluya la adopción de tecnologías que recuperen muchísimos elementos
valiosos que contienen los concentrados de cobre que hoy no son recuperados, generando de esta
manera un cumplimiento a la norma con creación de valor para esta industria.

En consecuencia, lo más lógico sería postergar la entrada en vigencia de dicha norma, con una
visión estratégica.

De ahí que valoramos el acuerdo que en este mismo sentido adopto la Comisión de Minería y
Energía del Senado.

Otra de las normativas que hemos solicitado reevaluar es la ley de cierre de faenas mineras.

La nueva exigencia, de entregar un depósito para constituir garantías financieras que cubran
los costos de los planes de cierre de instalaciones y faenas, sobreexige a la industria en momentos
complejos para nuestro sector y el país en general.

En la mediana minería el impacto económico que genera hoy es particularmente relevante. Es

más, Sernageomin ha interpretado que debe otorgarse, adicionalmente, garantía financiera al IVA de
los planes de cierre, aun cuando este impuesto sea un crédito que el propio fisco devuelve.

Como Sonami estamos trabajando con las autoridades para evitar este innecesario incremento
de costos por una interpretación que a nuestro juicio es errónea.

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 Una de las labores prioritarias que tenemos como país es velar por el mejor aprovechamiento y
uso más eficiente de agua, de lo cual nos estamos haciendo cargo como industria. Tenemos claro
primero que la prioridad debe estar siempre en el consumo humano, en eso no hay discusión.

Ahora, como minería hemos hecho grandes inversiones y tenemos una eficiencia de consumo
de clase mundial.

A modo de ejemplo, entre el año 2000 y 2014, los procesos de concentración -por tonelada de
mineral tratado- han disminuido en un 52% el consumo de este elemento. Y, en el caso de los
procesos hidrometalúrgicos, ese número llega al 73%.

La reforma al Código de Aguas, no toca este tema esencial. Tal como está la propuesta, no
prioriza la utilización del recurso, sino que se enfoca en la propiedad del mismo.

El punto es que cuando existe escasez de agua, es secundario si los derechos pertenecen al
Estado o a los privados. Por lo tanto, faltan estímulos para mejorar la oferta hídrica e incentivar su uso
eficiente, en un escenario de menor disponibilidad de este elemento.

En cuanto a otro de los recursos más importantes de nuestro país, los glaciares, valoramos la
relevancia que el gobierno está dando a su preservación.

Sin duda que ellos son uno de los patrimonios ambientales más significativos no sólo de Chile,
sino de la humanidad.

Ahora, pensamos asimismo que cualquier regulación sobre el tema debe considerar al país en
su conjunto, el entorno medioambiental y actividades productivas.

Dicho esto, quisiera plantear que para nuestro ámbito es necesario poder realizar actividades
en zonas adyacentes a glaciares que no tengan un rol significativo como fuente de abastecimiento de
agua para consumo humano.

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 Los glaciares están debidamente protegidos con la normativa que ya existe. Lo que sí es
necesario y lo hemos señalado con anterioridad es investigarlos en profundidad, para conocer la
capacidad hídrica de cada uno de ellos. Es decir, debemos crear un fondo de investigación para
determinar el estado de los glaciares, su número y características.

No puedo terminar estas palabras sin destacar que, hace algunas horas recibimos una
importante noticia para la industria minera del país. Teck y Goldcorp, empresas mineras canadienses,
miembros de la Sociedad Nacional de Minería, han anunciado un acuerdo para combinar sus
proyectos El Morro y Relincho, para desarrollar de manera conjunta el proyecto minero Corredor en la
Región de Atacama, que contempla, inicialmente, una inversión aproximada de USD 3.500 millones.

Felicitamos a ambas empresas por este acuerdo que refleja el espíritu de entendimiento y
colaboración que anima a nuestra industria.

Señora Presidenta:

A nombre de los empresarios de Chile, quiero insistir en que estamos convencidos que
recomponiendo un clima de diálogo constructivo, que ha sido el sello de Chile en las últimas décadas
es posible también retomar la inversión y crecimiento que necesitamos todos los chilenos..

Ello significará más y mejores empleos, emprendimientos, encadenamientos productivos

diversos y -por cierto- una mayor tributación disponible para el rol que le corresponde al Estado.

Los empresarios seguiremos comprometidos con ese espíritu por el bien de Chile, valorando, al
mismo tiempo, lo que somos y tenemos como país.

Muchas gracias.

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