Claudia Gaete Cisternas

Ayudantía introducción al psicoanálisis II

Ficha 2

Datos bibliográficos:
Autor: Sigmund Freud
Título: Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos (1925)
Traducción directa del alemán: José Luis Etcheverry
Editorial: Amorrortu
Año publicación por editorial: Primera edición en castellano, 1979. Buenos Aires.
Tesis:
La diferencia anatómica de los sexos genera diferencias psíquicas.
Esto es lo que argumentaba Freud en su escrito sobre algunas consecuencias psíquicas de
la diferencia anatómica entre los sexos en el año 1925, texto que, si bien puede parecer un
tanto machista, mirado desde el ojo actual, sirve para situar la época desde donde escribía
Freud: la época victoriana. caracterizada por la represión sexual, y por el miramiento de
inferioridad hacia la mujer. Hecho que de cierta forma deja entrever una explicación en este
texto.
Freud parte de la premisa que comparte con sus discípulos: es necesario indagar en la
sexualidad infantil ante la neurosis (1925) por lo tanto y siguiendo la lógica de su teoría, la
sexualidad en la primera infancia es un hecho que alberga las potencialidades del futuro del
individuo. Por lo que es un área que entregaría aportes significativos.
Un aporte significativo que Freud constata es el llamado “Complejo de Edipo” que en
primera instancia puede resultar simple pero que hay ciertas cuestiones que lo vuelven
complejo. “la situación del complejo de Edipo es la primera estación que discernimos con
seguridad en el varoncito” (Freud, 1925, p.268). Freud manifiesta, como se percibe en la
cita, que esta estación es segura en el niño, que mantiene como objeto a la madre y que el
padre resulta perturbador (1915) así se presenta el típico cuadro edipico, cuasi mitológico
que deviene al momento: la historia entre Yocasta, Edipo y Layo. Sin embargo, la armonía y
simpleza sexual parece estar lejos de lo que es el ser humano.
“Aun en el varoncito, el complejo de Edipo es de sentido doble (…) también él quiere
sustituir a la madre como objeto de amor del padre; a esto lo designamos como actitud
femenina” (Freud, 1925, p. 269). Esto es el “complejo” de Edipo este carácter bisexual que
más tarde Freud (en este mismo escrito) también plantearía.
Comienza la indagación en la prehistoria del complejo de Edipo en el varón, que como decía
más arriba: “la situación del complejo de Edipo es la primera estación que discernimos con
seguridad en el varoncito” (Freud, 1925, p.268). comienza en la fase fálica, posterior a eso
Claudia Gaete Cisternas
Ayudantía introducción al psicoanálisis II
Ficha 2
se instala el temor a la castración, para así por medio de ese temor instaurar las leyes
morales. Este tema se planteará también más adelante.
En el caso de la niña este proceso es distinto, puesto que hay una fisiología distinta y esto
conllevara a otro ordenamiento.
“inicialmente, la madre fue para ambos el primer objeto, y no nos asombra que el varón lo
retenga para el complejo de Edipo. Pero, ¿Cómo llega la niña a resignarlo y a tomar a cambio
al padre por objeto? (Freud, 1925, p. 270). Esa pregunta puede responderse con otras
conjeturas, que se revisaran ahora.
Efectivamente, como dice la tesis de esta ficha, hay diferencias anatómicas entre un niño y
una niña, y es evidente que hay diferencias psíquicas como consecuencia de eso. Y la más
notable es la falta de pene en las niñas. Con esto Freud instalaría la idea de “envidia del
pene” (1925) por lo tanto en los niños, la amenaza de la castración es más bien un problema
posterior, en contraste con las niñas que ya fueron castradas. Y aquí entraran en juego
factores muy complejos, puesto que como se mencionaba más arriba, éstas diferencias con
sus conformaciones respectivas acompañarían la vida tanto del niño que teme ser castrado,
como de la niña qua ya sufrió el enorme castigo: la desmembraron. Castigo que podría ser
etiología de cierto rechazo hacia la madre: “una tercera consecuencia de la envidia del pene
parece ser el aflojamiento de los vínculos tiernos con el objeto-madre” (Freud, 1915, p.273).
Durante el escrito Freud menciona las consecuencias de la envidia del pene por parte de la
niña, parece impactante como se podría relacionar esto con los índices de violencia que hay
actualmente, por frases como estas que se arrastran inconscientemente hasta la actualidad:
“con la admisión de su herida narcisista, se establece en la mujer- como cicatriz, por así
decir- un sentimiento de inferioridad” (Freud, 1915, p. 272). Inferioridad que sería admitida
por la falta de pene. Pero esta reflexión no es tan pertinente en este trabajo bibliográfico.
Siguiendo con la instauración del complejo de Edipo, en la niña ocurre luego de “verse
castrada”.
la libido de la niña se desliza- solo cabe decir: a lo largo de la ecuación
simbólica prefigurada pene=hijo- a una nueva posición. Resigna el deseo
del pene para remplazarlo por el deseo de un hijo, y con este propósito
toma al padre como objeto de amor. (Freud, 1925, p.274)
Así se instala el complejo de Edipo como una formación secundaria (Freud, 1915)

A modo de conclusión, Freud escribe una frase que resumiría muy bien el escrito. “mientras que el
complejo de Edipo del varón se va al fundamento debido al complejo de castración, el de la niña es
posibilitado e introducido por este último” (Freud, 1925, p.275). allí es palpable la diferencia
psíquica de las diferencias anatómicas entre los textos.
Claudia Gaete Cisternas
Ayudantía introducción al psicoanálisis II
Ficha 2
Finalmente, se puede ver la sexualidad como una instancia que es sujeta a la sublimación. Seres
que se vuelcan a la creatividad, a la literatura, al deporte. Para amortiguar el peso de las pulsiones
sexuales, que en primera instancia fueron hacia un objeto incestuoso: El padre o la madre. El niño
por temor a ser castrado como la niña, y la niña… según Freud el término de estos instintos
incestuosos podría ser cuestionable. (1925).
Claudia Gaete Cisternas
Ayudantía introducción al psicoanálisis II
Ficha 2

Referencias:

Freud, S. (1925). Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los

sexos. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.