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«Cuando no se piensa lo que se dice es cuando se dice lo que se

piensa» —Jacinto Benavente

Traducción de la palabra «reframing». Significa cambiar el


punto de vista conceptual o emocional de una situación,
ubicándola dentro de otro marco o encuadre que calce
igualmente bien o incluso mejor con los «hechos» de la misma
situación concreta, cambiando así por completo el
significado de ésta. En breve puede decirse que equivale a
cambio de significado

Los seres humanos vivimos en un mundo real. Sin embargo, no


operamos directa o inmediatamente sobre ese mundo, sino que
lo hacemos usando un mapa o modelo, o una serie de mapas o
modelos de ese mundo para guiar nuestro comportamiento en
él. Estos mapas, o sistemas representacionales difieren
necesariamente del territorio que modelan en virtud de los
tres procesos universales de modelamiento: Generalización,
Eliminación y Distorsión. Cuando las personas acuden a
terapia expresando su dolor e insatisfacción, las
limitaciones que experimentan están, generalmente, en sus
representaciones del mundo y no en el mundo en sí.

Existen tres canales de entrada fundamentales a través de


los cuales recibimos información acerca del mundo que nos
rodea: visión, audición y kinestesia (sensaciones
corporales). (Los otros dos canales sensoriales de entrada
comúnmente aceptados —olfato y gusto— son aparentemente
menos usados para obtener información acerca del mundo. Cada
uno de estos tres canales de entrada sensoriales, nos
proporcionan un torrente de información que utilizamos para
organizar nuestra experiencia. Cada uno de estos canales de
entrada, tiene una serie de receptores especializados que
transmiten tipos específicos de información. Por ejemplo,
los neurofisiólogos han distinguido que dentro del ojo hay
receptores cromáticos (conos ubicados en la fóvea ocular) y
también receptores no cromáticos (bastones ubicados en la
periferia del ojo). En el canal de entrada kinestésico, se
ha demostrado también que existen receptores especializados
para presión, temperatura, dolor y sensaciones profundas
(propioceptores). El número de distinciones posibles en cada
uno de los canales de entrada, no está limitado por el
número de receptores especializados con cada uno de estos
canales. Estímulos recurrentes o combinación de estímulos,
de uno o más de estos receptores especializados en cada uno
de los canales sensoriales, proporcionan información de
naturaleza más compleja. Por ejemplo, la sensación de
humedad puede desglosarse en una combinación de varios
receptores diferentes especializados kinestésicamente,
dentro de los receptores principales. Más aún, los canales
de entrada pueden combinarse entre sí para proveer
información de naturaleza aún más compleja. Por ejemplo,
captamos la textura mediante una combinación de estímulos
visuales, kinestésicos y (en algunos casos) auditivos.
Para nuestros fines, necesitamos señalar tan sólo que la
información recibida a través de uno de los canales de
entrada puede ser almacenada o representada en un mapa o
modelo perteneciente a otro canal.
Quizás tan frecuente, pero generalmente no reconocida en
forma consciente, es nuestra habilidad para hacer
descripciones o crear imágenes a partir de la información
que recibimos a través del canal auditivo.

Los predicados son las palabras usadas para describir las


partes de la experiencia de una persona que corresponden a
los procesos y las relaciones en esa experiencia. Los
predicados aparecen como verbos, adjetivos y adverbios en
las frases que el cliente usa para describir su experiencia.
Por ejemplo, en las siguientes oraciones, hay un ejemplo de
cada una de estas categorías:

Ella vio claramente el pijama morado.


Los predicados en esta frase son:
Verbo: vio
Adjetivo: morado
Adverbio: claramente

Identificación de las Incongruencias—, les entregamos una


serie de ejercicios. Estos ejercicios están diseñados para
ayudarles a desarrollar habilidades para detectar
incongruencias —una importante destreza para el crecimiento
como psicólogos sociales.

EJERCICIOS
DESARROLLANDO LA HABILIDAD PARA DETECTAR INCONGRUENCIAS

La percepción exacta se entrena observando conscientemente la


conducta ajena, de manera que lo percibido pueda ser descrito con
palabras concretas que se refieran a las experiencias sensoriales.
VISUALMENTE

Mientras estamos despiertos, somos constantemente


bombardeados con información visual; gran parte esta
información visual es acerca de otros seres humanos como
nosotros. Este ejercicio está diseñado para ayudarlos a
agudizar sus habilidades para identificar visualmente
paramensajes incongruentes. Al comienzo de cada día, antes
de salir de su hogar, asignen un período de treinta minutos
para ejercitar sus capacidades para identificar
comunicaciones visuales incongruentes. Elijan un tiempo y
lugar específicos —el lugar debe permitirles observar a
otras personas conversando, sin que ustedes se involucren en
la conversación. La observación debe hacerse a una distancia
entre un metro y medio y seis metros —lugares públicos como
un café, un restaurante, un aeropuerto o un parque servirán.

Paso 1 —Cuando lleguen al lugar elegido, ubíquense en una


posición cómoda, tomen una libreta y un lápiz y respiren
profundamente. Seleccionen a la persona que van a observar,
prestándole toda la atención durante los primeros diez
minutos. Ignoren todos los sonidos, especialmente aquellos
que provengan de la persona que están observando. En la
libreta tendrán anotada la lista de referencia de lo que
deben chequear, que aparece al final de este ejercicio.
Comiencen considerando consciente y sistemáticamente los
primeros tres ítems de la lista; tómense su tiempo y
verifiquen uno a la vez, comparando los paramensajes que
están siendo transmitidos por cada uno de estos ítems para
ver si son congruentes unos con otros. Si consideran que no
tienen dificultad para determinar si los tres primeros ítems
están transmitiendo paramensajes congruentes, aumenten el
número de ítems hasta usar toda la lista. Al cabo de diez
minutos, seleccionen a otra persona, siguiendo la secuencia
anterior. Repítanlo por tercera vez. Comparen la experiencia
entre estas tres personas.

Paso 2 —Cuando hayan hecho el ejercicio descrito en el Paso


1 durante una semana, o cuando crean que pueden realizar el
ejercicio con facilidad, intenten lo siguiente: nuevamente
elijan un tiempo y lugar para el ejercicio —los mismos
requisitos que en el Paso 1. Elijan a una persona para
observar. Pero esta vez usen la lista de referencia para
cada lado del cuerpo —es decir, si están observando las
manos de la persona, verifiquen los paramensajes
transmitidos por la posición y movimientos de la mano
derecha con los paramensajes presentados por la posición y
movimientos de la mano izquierda. En seguida, verifiquen el
conjunto de paramensajes transmitidos por un lado del cuerpo
de la persona con el conjunto de paramensajes del otro lado.
Hagan esto durante los primeros quince minutos. En los
últimos quince minutos, observen a otra persona —esta vez
sin usar la lista, sino enfocando los ojos en un punto a
aproximadamente un metro de la persona (busquen algún objeto
para enfocar a esa distancia). Podrán detectar el movimiento
del cliente en forma más precisa al enfocar los ojos de esta
manera: presten especial atención a la suavidad (o falta de
ella) de los movimientos de la persona, si la persona
completa sus movimientos o los corta, si un lado de su
cuerpo se mueve de manera congruente con la forma en que se
mueve el otro. Observen de esta manera durante cinco
minutos. En los diez minutos restantes, simplemente observen
a la persona sin mirar la lista, fíjense si hay alguna parte
del cuerpo de la persona que sea particularmente expresiva,
para identificar incongruencias. Descubrirán, por ejemplo,
que ciertas partes del cuerpo de la persona se mueven al
unísono como si estuvieran rígidamente unidas, mientras que
otras se mueven independientemente.
Hagan este ejercicio durante una semana o hasta que lo
puedan hacer con facilidad.

LISTA DE REFERENCIA PARA PARAMENSAJES VISUALES

1. Las manos de la persona;


2. La respiración de la persona;
3. Las piernas y pies de la persona;
4. Los patrones de fijación ocular;
5. La relación cabeza/cuello/hombros;
6. La expresión facial, especialmente cejas, boca y músculos
de las mejillas
AUDITIVAMENTE
Al igual que con el sentido visual, mientras estamos
despiertos somos constantemente bombardeados con información
auditiva. Este ejercicio está diseñado para ayudarles a
pulir sus habilidades para identificar paramensajes
auditivamente incongruentes. Al igual que las instrucciones
dadas para el primer ejercicio, al comenzar cada día durante
una semana, asignen un período de treinta minutos para
ejercitar esta nueva habilidad. Elijan un momento y lugar
específicos —este lugar les debe permitir sentarse lo
suficientemente cerca (metro y medio a seis metros,
dependiendo del nivel de ruido) como para oír claramente la
voz de la persona elegida. Lugares como los sugeridos para
el ejercicio visual servirán también para este propósito.
Al llegar al lugar que han elegido, busquen una posición
cómoda, tomen su libreta y lápiz y respiren profundamente.
Escojan a una persona y escúchenla con total atención. Para
ayudarse desenfoquen los ojos, ciérrenlos o enfóquenlos en
algo estático, homogéneo, del lugar —un muro blanco, por
ejemplo.
Ignoren todos los accesos visuales; concentren la atención
en la persona que han elegido. En su libreta tendrán la
lista de distinciones auditivas a las que deben prestar
atención. Revisen los tres primeros items de la lista,
considerando cada uno consciente y sistemáticamente. Luego
compárenlos en pares para determinar si los paramensajes que
están siendo transmitidos son congruentes o no. Si
consideran que no tienen ninguna dificultad para emitir
juicios de congruencia acerca de estos paramensajes,
aumenten el número de items de la lista hasta que los estén
usando todos. Destinen diez minutos del total de treinta a
esta actividad. Repitan el ejercicio con dos personas más.
Comparen los patrones de congruencia e incongruencia entre
los paramensajes de las personas a las que han observado.

LISTA DE REFERENCIA PARA PARAMENSAJES AUDITIVOS

1. La tonalidad de la voz de la persona;


2. El ritmo del discurso de la persona;
3. Las palabras, frases y oraciones empleadas por la
persona;
4. El volumen de la voz de la persona;
5. Los patrones de entonación del discurso de la persona.

VISUAL Y AUDITIVAMENTE

Repitan la preparación inicial igual que en los dos


ejercicios previos —decidan el lugar y momento asignando
treinta minutos diarios durante una semana para este
ejercicio. Está diseñado para practicar la comparación de
paramensajes en distintas modalidades para determinar la
congruencia. Ubíquense de tal forma que puedan ver y oír a
la persona que han elegido. Comiencen buscando la
congruencia entre los tres primeros ítems de la lista
visual, luego los tres primeros items de la lista auditiva,
finalmente usen las dos listas en forma transversal.
Aumenten el número de paramensajes de cada lista hasta que
estén usando ambas. Observen y escuchen a tres personas
durante diez minutos cada una. Comparen los patrones de
congruencia e incongruencia de cada una de estas personas.
Cuando esta tarea les sea fácil, comiencen a prestar
especial atención a los patrones de
congruencia/incongruencia discutidos en el Caso III —una
Base Anatómica para la Incongruencia. Específicamente,
traten de captar los patrones de
Congruencia / incongruencia de los paramensajes manuales,
verbales, y los paramensajes exhibidos en posturas y
movimientos del lado del cuerpo de la persona que es
controlado principalmente por el hemisferio dominante.
Tres procedimientos universales de modelaje humano, las
reglas de representación: modelo transformacional del
lenguaje
Las estrategias de control social:
Generalizar lo particular
Eternizar lo histórico Cumplen con el meta-modelo de
Generalización, eliminación y distorsión
Naturalizar lo social
Todos los políticos son corruptos
Siempre hubo pobres y los habrá
Los adultos mayores son una carga para la familia
El metamodelo para terapia es un modelo formal.
Específicamente es formal en dos sentidos:
1. Es un modelo explícito; es decir, describe la estructura
del proceso de terapia paso a paso.
2. Es un modelo que se relaciona con la forma, no con el
contenido. En otras palabras, el metamodelo es neutro con
respecto al contenido del encuentro terapéutico.

La primera característica por la cual el metamodelo es


formal garantiza la posibilidad de que cualquiera lo
aprenda, es decir, que al ser una descripción explícita de
un proceso es aprendible. La segunda característica
garantiza que tendrá aplicabilidad universal, sin importar
cuál sea el tema o el contenido de una sesión terapéutica en
particular; el intercambio entre el terapeuta y el cliente
involucrará necesariamente estructura de superficie; estas
estructuras de superficie son el material sobre el cual el
metamodelo está diseñado para operar.

Ver La estructura de la magia I pg. 139 – 140


Relacionarlo con las técnicas instrumentales del yo

(1) S.: A Pablo sencillamente no le importa que la


casa esté limpia.
En la estructura de superficie del cliente, esta declara conocer el
estado interior de otra persona sin establecer cómo llegó a saberlo
(adivinación); por lo tanto, rompe una de las condiciones semánticas
de lo bien formado en terapia.
(2) T.: ¿Cómo sabes que no le importa?
El terapeuta decide pedir al cliente que especifique el proceso en
forma más completa.
(3) S.: Él me lo dijo.
La cliente entrega la información solicitada. Sin embargo, su
estructura de superficie contiene una eliminación asociada con el
verbo decir (decir, ¿qué?).
(4) T.: ¿Qué te dijo, específicamente?
El terapeuta solicita el material eliminado.
(5) S.: Él dijo, «no importa si la casa está limpia o
no».
La cliente proporciona el material.
(6) T.: ¿Cómo te sientes tú ante el hecho que él te
diga que no le importa si la casa está limpia o no?
El terapeuta, sabiendo que la estructura de referencia de la cliente
debe contener sus sentimientos sobre el comportamiento de Pablo
como una condición necesaria para una estructura de referencia
bien formada en terapia, solicita este componente.
(7) S.: Siento rabia, de hecho me pongo furiosa…,
sobre esto peleamos siempre.
La cliente explica sus sentimientos con respecto al comportamiento
de Pablo. Su nueva estructura de superficie contiene un
cuantificador universal (siempre) que identifica una generalización
que el terapeuta puede objetar.
(8) T.: ¿Cómo te sientes al sentirte furiosa?
El terapeuta ignora las generalizaciones y decide cambiar niveles,
preguntando al cliente sobre sus sentimientos acerca de la imagen
de sí misma en su modelo del mundo (su estructura de referencia).
(9) S.: ¿Cómo me siento yo al sentirme furiosa?
Inicialmente la cliente aparece confundida por la pregunta del
terapeuta. En nuestra experiencia, esta es una reacción común ante
estos cambios de niveles; sin embargo, los clientes tienen recursos
ante este tipo de maniobras.
(10) T.: Sí, ¿cómo te sientes tú al sentir rabia hacia
Pablo?
El terapeuta repite la pregunta.
11) S.: Bueno, no me siento muy bien.
La cliente dice lo que siente acerca de sus sentimientos, es decir, su
autoestimación en ese momento.

Los cambios en este nivel, el nivel de autoestimación, son


extremadamente importantes, ya que la autoimagen de la
persona afecta la forma en que organiza toda su experiencia
o estructura de referencia. Por lo tanto, los cambios en
este nivel pasan a través de todo el modelo del mundo del
cliente.

a. La forma como el cliente representa sus experiencias


pasadas en el presente, estas, a menudo, aparecen como
reglamentos sobre su comportamiento;
b. La forma cómo el cliente representa sus experiencias
actuales en el presente, es decir, sobre lo que está
consciente ahora;
c. La forma cómo el cliente representa sus posibles
experiencias futuras, es decir, sus expectativas sobre el
resultado que espera de su comportamiento.

Nótese que los cuatro componentes iniciales presentados por


Virginia Satir (sentimientos del cliente, sentimientos de
los demás, contexto, sentimientos del cliente sobre sus
sentimientos) serán componentes de cada una de estas tres
representaciones —el pasado, el presente y el futuro—, tal
como el cliente las represente ahora.

Las reglas, basadas en experiencias del cliente


representadas en el presente, son lo mismo que las
generalizaciones basadas en la experiencia del cliente, tal
como son las expectativas del cliente.

Relacionarlos con los mecanismos del inconsciente


(condensación y desplazamiento, metáforas y metonimia)

Sugerencias adicionales para una estructura de referencia


completa pueden encontrarse en las ideas de varios filósofos
(cualquiera de los filósofos occidentales que trabajaron
explícitamente la epistemología, por ej., dentro de la
tradición empírica, Locke, Berkeley, Hume y en la tradición
idealista, Kant, Hegel, Vaihinger, etc.), y de semánticos,
lógicos y lingüistas (por ejemplo, Korzybski,
Humboldt, Carnap, Tarski, Chomsky, Katz, etc.).

En lo que sigue de este capítulo seleccionaremos y


analizaremos algunas técnicas de diferentes formas de
psicoterapia. Estas técnicas, tal como se usan actualmente,
desafían implícitamente la representación del mundo del
cliente, y cada una de ellas puede integrarse al metamodelo.
Hemos elegido estas técnicas en particular, porque las
conocemos bien y sabemos a través de nuestra experiencia que
son poderosos instrumentos terapéuticos. Queremos dejar
claro que con esto no las consideramos más poderosas que
otras técnicas, o que se prestan más para ser integradas al
metamodelo.

Actuación: La representación instantánea de la experiencia


Necesariamente, la técnica de actuación conduce a una
representación que está más cerca del origen de la
referencia —las experiencias originales— que una
representación lingüística sola, ya que la actuación
requiere representación lingüística más otro sistema de
representación (ej.: el sistema de representación
semántico/físico). En este caso, la ayuda del terapeuta para
que el cliente recuerde y actúe la experiencia original es
muy importante.

Por ejemplo, una cliente tiene dificultad en expresar rabia


hacia su marido. Esto lo sabemos porque ella comenzó
presentando una serie de estructuras de superficie que
fueron sometidas a las condiciones de lo bien formado en
terapia, llegando finalmente a la representación lingüística
completa. En este punto, para determinar cuál es la
estructura de referencia de la cual deriva la representación
lingüística completa, podemos pedir al cliente que dramatice
una ocasión específica en la cual fue incapaz de expresar
rabia hacia su marido. Además de reconectar las estructuras
profundas del cliente con una aproximación más completa de
su estructura de referencia, con las técnicas de actuación,
generalmente, se obtienen otros dos resultados:

1. Al re-crear su experiencia, el cliente se da cuenta de


partes de la estructura de referencia o de la experiencia
que no tenía representación en la estructura profunda.
2. La actuación da al terapeuta acceso a dos cosas
importantes:
a. Una estrecha aproximación a la estructura de referencia
misma —la experiencia del cliente— y, por lo tanto, provee
al terapeuta de un material muy adecuado para usar en el
encuentro terapéutico.
b. Una oportunidad para que el cliente vea directamente un
ejemplo de modelaje. En otras palabras, a través de la
actuación el terapeuta dispone de una estructura de
referencia aproximada. Al compararla con la descripción
verbal del cliente, el terapeuta tiene un ejemplo de las
generalizaciones, las eliminaciones y distorsiones típicas
del cliente.

Cuando el cliente actúa su experiencia, ocurren varias


cosas.

La técnica de actuación en sí misma se hace más poderosa y


directa al desafiar explícitamente la representación
lingüística del cliente:

Esencialmente, la actuación es una dramatización de lo que


el cliente ha representado como un hecho —la actuación en sí
misma—, desnominaliza la representación; es decir,
transforma el hecho nuevamente en un proceso, y, en este
proceso, presenta una imagen mucho más específica.

La experiencia actual del cliente en sí misma llega a


desafiar y a expandir su modelo del mundo, un modelo
incompleto ocasionado por las eliminaciones a modo de
simplificación que se realiza,

Las partes del modelo del cliente, que eran vagas y


confusas, se aclaran, ya que la actuación es una experiencia
específica, equivalente a proporcionar índices
referenciales, en este caso en forma semiótica y no sólo
lingüística.

En cualquier situación terapéutica, en la cual la técnica de


actuación esté completamente integrada con el metamodelo, el
terapeuta tiene un conjunto extremadamente rico de
posibilidades. Dentro de estas posibilidades está la
sugerencia de parte del terapeuta para que el cliente
describa su actual experiencia durante la dramatización.
Esta descripción, igual que cualquiera otra comunicación
verbal del cliente hacia otros participantes de la
dramatización será, evidentemente, una serie de estructuras
de superficie. El terapeuta somete estas estructuras de
superficie a las condiciones de lo bien formado en terapia,
haciendo preguntas de acuerdo al metamodelo. Esto asegura
que el material que va apareciendo a través de la técnica de
actuación en forma implícita, sea recuperado completamente
de una manera explícita. La técnica de actuación está
diseñada para permitir una aproximación a la estructura de
referencia, de la cual se derivó la parte empobrecida de la
representación lingüística del cliente. Una aproximación
provechosa a las estructuras de referencia, proporcionada
por la actuación, incluye formas de comunicación verbal y
analógica.

El terapeuta puede asegurarse que el cliente está


representando sus sentimientos sobre la experiencia de
actuación, explícitamente, preguntándole directamente por
esos sentimientos. O, por ejemplo, el terapeuta puede poner
especial atención en comprobar si el cliente representa
explícitamente sensaciones obtenidas a través de los cinco
sentidos, es decir, el terapeuta puede comprobar si el
cliente observa y ve claramente la acción de los demás
participantes en la dramatización, o puede comprobar si el
cliente oye y escucha claramente las cosas dichas por él
mismo y por los demás participantes.

FANTASÍA DIRIGIDA. UN VIAJE A LO DESCONOCIDO


Al decir fantasía dirigida, nos referimos al proceso en el
cual el cliente usa su imaginación para crear una nueva
experiencia para sí mismo.

El objetivo de una fantasía dirigida es crear una


experiencia en el cliente, la cual no ha sido, en parte o
completamente, representada previamente en su modelo.

A menudo, el cliente siente mucha incertidumbre y miedo


sobre la resolución de estas situaciones. Por ejemplo, un
cliente se siente bloqueado en su capacidad de expresar sus
sentimientos de cariño y ternura hacia su hijo. Nunca ha
expresado estos sentimientos y siente gran preocupación
sobre lo que ocurrirá cuando lo haga, aunque no tiene una
idea clara de lo que esto será. Aquí podemos usar la técnica
de fantasía dirigida, haciendo que el cliente cree, mediante
la fantasía, esta experiencia que él quiere pero que a la
vez teme. Esta experiencia servirá como estructura de
referencia para el cliente, ayudándolo a sobrepasar su miedo
y finalmente dándole más posibilidades en esta área de su
vida.

La fantasía dirigida sirve de instrumento al terapeuta para


lograr dos objetivos:

1. Dar al cliente una experiencia que es la base para una


representación en su modelo, donde previamente no había
representación o había una representación inadecuada. Esto
le sirve de guía para un futuro comportamiento y para poder
enfrentar esa área determinada.
2. Dar a conocer al terapeuta una experiencia que él puede
usar para desafiar el actual modelo.
Además de esto, una fantasía dirigida es una oportunidad que
tiene el terapeuta para observar al cliente creando no
solamente una nueva experiencia, sino que también una
representación de esa experiencia. A través de esta fantasía
el terapeuta ve los procesos universales de modelamiento, la
generalización, la eliminación y la distorsión tal como son
empleados por el cliente.
Esta técnica se diferencia de la actuación, en que la
actuación recupera y trae al presente algo como una
estructura de referencia el pasado del cliente, mientras
que la fantasía dirigida crea una estructura de referencia
para el cliente en el presente.

El terapeuta puede, preguntando, dirigir al cliente para que


informe sobre sus sentimientos en diferentes momentos de la
fantasía, o dirigir la atención del cliente hacia uno o más
de sus cinco sentidos para asegurarse que surgirá una
estructura de referencia completa en la fantasía.

Una cliente llega a una sesión terapéutica lamentándose de


ser incapaz de demostrar su enojo frente a alguien con quien
ella trabaja.
Con las técnicas de metamodelo descubrimos que también se
sentía incapaz de expresar su enojo frente a su padre y a su
marido. Y, de hecho, no era capaz de identificar a nadie
frente a quien pudiera expresar su enojo. Hay varias
técnicas del metamodelo que sirven para desafiar esta
generalización, sin embargo, la fantasía dirigida es
particularmente adecuada para situaciones en las cuales el
cliente no tiene, o tiene pocas, representaciones en su
modelo para esas experiencias. Si a través de la fantasía
dirigida, el cliente logra expresar enojo hacia alguien (sin
importar quién sea), entonces habrá creado una nueva
estructura de referencia que contradice la generalización de
su modelo. A menudo, cuando el cliente ha logrado generar
estructuras de referencia que contradicen la generalización
de su modelo, la generalización desaparece y los problemas
que eran consecuencia de la generalización también
desaparecen o al menos se reducen.

Al hablar de solución o resolución de un «problema»,


mediante una metáfora de la fantasía dirigida, nos referimos
a una situación en la cual el cliente usa la fantasía
dirigida para crear una nueva estructura de referencia o
experiencia en la cual logra algo que anteriormente no era
posible. Una vez que la nueva situación —aquella creada en
la fantasía— se resolvió en forma exitosa, el «problema» que
tenía originalmente el cliente «desaparece», o al menos
pierde importancia y, generalmente, el cliente se siente
capaz de enfrentarlo. El «problema» creado y el «problema»
original deben compartir una estructura similar; ambos deben
ser «problemas» relacionados con la misma generalización que
empobrece el modelo del mundo del cliente.
Una vez que el terapeuta ha tenido éxito en el desarrollo de
una fantasía guiada por su cliente, esta fantasía es una
experiencia disponible para el proceso de actuación.

DOBLE VÍNCULO TERAPÉUTICO

El doble vínculo terapéutico implícitamente desafía el


modelo del cliente forzándolo a una experiencia que
contradice las limitaciones que empobrecen su modelo. Luego,
esta experiencia sirve como una estructura de referencia que
amplía el modelo del mundo del cliente. En el metamodelo,
cuando el terapeuta descubre una generalización que
empobrece al modelo del cliente, particularmente si contiene
una malformación semántica de causa-efecto y/o un operador
modal, el terapeuta puede desafiar esta generalización
preguntando al cliente si la generalización es siempre y
necesariamente verdadera.
Si estas tres técnicas no logran producir la experiencia
contradictoria y si el terapeuta lo estima conveniente,
puede decidir crear un doble vínculo terapéutico, situación
en la cual la respuesta del cliente es una experiencia que
contradice su generalización empobrecedora.

<<No puedo tratar de hacer nada nuevo, porque puedo


fracasar.>>

Cuando el terapeuta, usando una técnica del metamodelo le


preguntó que pasaría si tratara de hacer algo nuevo y
fracasara, ella contestó que no estaba segura, pero que
sería muy malo. Expresó mucho miedo de las consecuencias de
fracasar ante algo nuevo, reiterando que era, por lo tanto,
imposible para ella tratar de hacer algo nuevo. En este
punto el terapeuta decidió imponer un doble vínculo
terapéutico, usando el tiempo entre cada sesión para
eliminar esta atadura. Hizo el siguiente contrato con ella:
cada día, entre una sesión y otra, ella tratará de hacer
algo nuevo y fracasaría. Nuevamente, noten la estructura de
la situación creada para la cliente por el terapeuta.

1. La cliente tiene la generalización en su modelo No puedo


fracasar ante algo nuevo;
2. El terapeuta estructura un doble vínculo en el contrato
Cada día, entre una sesión y otra, tratarás de hacer algo
nuevo y fracasarás.
3. Noten las posibles alternativas del cliente:
a. Puede tratar de hacer algo nuevo cada día entre una
sesión y otra y fracasar, es decir cumple con el contrato
(No fracasando al hacer algo nuevo), o,
b. Puede fracasar en cumplir el contrato, una nueva
experiencia en sí misma (Lo cual implica ser capaz de hacer
algo nuevo).
4. En cualquiera de las dos situaciones la cliente tendrá
una experiencia que va a contradecir su generalización y le
dará una estructura de referencia que aumentará las
alternativas disponibles en el mundo para representarlas en
su modelo.
OTROS MAPAS PARA EL MISMO TERRITORIO

El ejemplo más común de sistema de representación analógica


es la expresión corporal.

CONGRUENCIA
Diferentes partes de la estructura referencial de una
persona pueden ser expresadas por diferentes sistemas
representacionales. Esto puede ocurrir en forma simultánea.
Hay dos posibilidades lógicas cuando dos sistemas
representacionales distintos están expresando
simultáneamente diferentes partes de la estructura de
referencia de la persona.

Primero, la parte de la estructura referencial de la persona


que es expresada por un sistema representacional, calza, o
se adecua con la parte de la estructura referencial de la
persona que es expresada por el otro sistema
representacional. Nos referimos a esta situación como un
mensaje doble consistente, o congruencia, o comunicación
congruente, de la persona involucrada.

Segundo, la parte de la estructura referencial, que es


expresada por un sistema representacional, no se adecua con
la parte de la estructura de referencia expresada por el
otro sistema representacional. Nos referimos a esta
situación como un mensaje doble inconsistente, incongruencia
o comunicación incongruente. Por ejemplo, si en una sesión
terapéutica un cliente está sentado tranquilamente en una
silla, hablando con una voz baja y controlada y dice:

Estoy realmente furioso. A la mierda, esto no lo voy


a aceptar.

Tenemos un ejemplo clásico de un mensaje doble inconsistente


o comunicación incongruente. El sistema digital (lenguaje) y
el sistema analógico (actitud corporal y calidad de la voz)
son inadecuados, son incongruentes.

Una de las situaciones más empobrecedoras que hemos


encontrado en terapia es cuando una persona mantiene
aspectos contradictorios en su estructura referencial.
Generalmente estas partes contradictorias aparecen como dos
generalizaciones contradictorias aplicables a una misma área
de comportamiento.
Habitualmente, una persona cuya estructura referencial
contiene estas dos generalizaciones inconsistentes, se
siente inmovilizada, muy confundida y oscilando entre dos
formas inconsistentes de comportamiento. Esto puede ser
reconocido por el terapeuta cuando ve que hay una
incongruencia o un mensaje doble inconsistente.

Nótese que en cada una de las técnicas que hemos presentado


en este capítulo, la estrategia general que el terapeuta ha
adoptado es aquella especificada explícitamente por el
metamodelo para desafiar y ampliar los aspectos empobrecidos
del modelo del cliente. Lo característico es que aparezcan
como recuperación (actuación) o creación (fantasía dirigida)
de dobles vínculos terapéuticos, una estructura de
referencia que contradice y, por lo tanto, desafía y limita
las generalizaciones en el modelo del cliente.

En este caso, la comunicación incongruente es, en sí misma,


un indicador de los dos aspectos de la estructura de
referencia inconsistente de la persona, dos generalizaciones
que pueden servir como estructuras de referencia
contradictorias entre ellas. La estrategia del terapeuta
aquí es poner en contacto las dos generalizaciones
contradictorias. Esto puede lograrse en forma más directa,
llevando las dos generalizaciones al mismo sistema
representacional.

Yo debería, siempre, apreciar a mi madre por todas


las cosas que ella hizo por mí.

Nótese, que sólo con las técnicas del metamodelo esta


estructura de superficie presenta al terapeuta varias
posibilidades (el operador modal debería; los
cuantificadores universales siempre, todas; la falta de
índice de referencia del sustantivo cosas). Sin embargo,
cuando el cliente estaba pronunciando esta estructura de
superficie, el terapeuta observó que tenía su puño derecho
apretado y que golpeaba suavemente el brazo de la silla
donde estaba sentado. Esto identifica un mensaje
incongruente.

Ignorando por el momento las violaciones a lo bien formado


en terapia de la estructura de superficie del cliente, el
terapeuta decide llevar las partes incongruentes del
comportamiento del cliente al mismo sistema
representacional, esto lo hace pidiendo al cliente que
exprese el aspecto analógico de la comunicación incongruente
en el sistema digital.
Yo debería apreciar, siempre, a mi madre por todas
las cosas que ella hizo por mí, pero siempre estuvo
de parte de mi padre y eso me enfurecía.

Usando técnicas del metamodelo, estas dos generalizaciones


contradictorias fueron mantenidas en contacto en el mismo
sistema representacional hasta que las generalizaciones
fueron objetadas y el cliente llegó a un nuevo modelo —más
rico y detallado—, en el que apreciaba a su madre por
algunas acciones y tenía resentimientos por otras.

TERAPIAS FAMILIARES

Las formas de terapias familiares que mejor conocemos y


manejamos hacen amplio uso del concepto de congruencia
(Satir, Bateson, etc.). En este caso, la comunicación
congruente puede ser un instrumento muy útil para observar a
los miembros individuales de la familia o a la familia como
unidad. De hecho, se sostiene que modelos de comunicación
incongruente, que se repiten frecuentemente, son una de las
causales mayores de la esquizofrenia (ver Jackson, 1967).

Uno de los mejores indicadores de un aspecto empobrecido o


limitado del modelo de una persona es el área en la cual la
persona siente dolor o insatisfacción.

De manera similar, en las familias el sufrimiento también


sirve como una indicación clara de una experiencia que
empobrece y limita el modelo.
En el contexto de terapia familiar se aplican los mismos
principios formales del metamodelo.
Ampliar la propia capacidad perceptiva

— El primero indica el proceso interno seguido por el individuo


para acceder a la información buscada. En PNL, este elemento
recibe el calificativo de sistema guía.
— El segundo elemento lo constituye aquella parte de la experiencia
actualizada que se vuelve consciente por contener la respuesta a la
pregunta formulada. Nos referiremos a él como sistema
representativo.
— El tercer elemento nos descubre cómo el individuo comprueba la
veracidad de la experiencia actualizada. En nuestro caso, la persona
lo ha hecho de modo kinestésico. En PNL este elemento se
denomina sistema de referencia.

Representaciones visuales recordadas (Vr)


— ¿De qué color son los ojos de tu madre?
— ¿De qué color es la luz superior de los semáforos?
— ¿Qué aspecto tenían las mesas y sillas del aula donde pasaste tu
primer año escolar?

Representaciones visuales construidas (Ve)


— ¿Qué tal te sentaría el pelo verde?
— ¿Qué aspecto tendrías si te vieras con mis ojos?
— ¿Qué aspecto tendría tu salón si pusieras la mesa en otro lugar?...

Representaciones auditivas recordadas (Ar)


— ¿Qué obra musical es la que más te gusta?
— ¿Cómo suena el timbre de tu puerta?
— ¿Cómo suena tu nombre en labios de cierto amigo tuyo?...

Representaciones auditivas construidas (Ac)


— Haz caer un plato mentalmente. ¿Cómo suena?
— ¡Imagínate que a diez metros de distancia está aterrizando un
helicóptero!
— ¿Cómo sonaría una pieza de Mozart si aumentaras la velocidad
de reproducción?...

Representaciones cinestésicas (C)


— ¿Qué sensación te produce el agua cuando estas nadando?
— ¿Cómo te sientes cuando te despiertas por la mañana?
— ¿Qué sensación tienes al acariciar a un gato?...

La técnica del reflejo

El diálogo controlado
La conversación debe ajustarse al patrón siguiente:
«A» inicia el diálogo con un comentario
«B» repite el mensaje de «A», con otras palabras pero respetando
su sentido (diálogo controlado)
«A» asiente
«B» contesta al comentario de «A»
«A» repite el mensaje de «A», con otras palabras pero respetando
su sentido (diálogo controlado)
«B» asiente
«A» contesta al comentario de «B»
«B» practica el diálogo controlado
«A» asiente

La escucha activa

Llamamos «activa» a esta manera de escuchar porque se trata de


señalar al otro que se ha comprendido lo que éste sólo había
expresado implícitamente, sin llegar a formularlo.

Papel de «A»:
1. (indignado)
2. (entusiasmado)
3. (indeciso)
4. (herido)
5. (excitado)
6. (regocijado, orgulloso)
7. (irritado, enfadado)
8. (emocionado)
9. (optimista, esperanzado)
10. (desanimado)

Papel de «B»:
1. (ilusionado, excitado)
2. (desencantado)
3. (asqueado, mareado)
4. (enfermo)
5. (contento)
6. (indignado)
7. (entusiasmado)
8. (explotado, desorientado, indefenso)
9. (herido)
10. (asustado)

Cliente (v): Mi mujer no me ve como la pareja adecuada.


Terapeuta (c): ¿Cómo se siente usted por ello?
Cliente: ¿Cómo dice?
Terapeuta (c): ¿Qué es lo que siente usted cuando su mujer lo trata
como si no fuera usted la pareja adecuada?
Cliente (v): Esa pregunta es muy difícil. No sé, este asunto me
resulta bastante borroso.
Terapeuta (c): Pero para usted debe ser un problema grave no
sentirse aceptado, ¿no es así?
Cliente (v): De todos modos, creo que no tenemos perspectivas.

Ejercicio: La igualación verbal

Encuentre comentarios que empleen un sistema representativo


similar al de cada uno de los siguientes enunciados:

 Está claro que mi marido no tiene interés alguno en cambiar la


situación.
 El hecho de que me haya abandonado ha destrozado mi
equilibrio.
 Si consiguiera hacerle sentir cómo me pesa este asunto en el
alma...
 No para de criticarme durante todo el día, y a veces me dan
ganas de gritarle. Pero esa tampoco es la reacción adecuada.
 No hay otra cosa que discordia entre nosotros. Todos mis
esfuerzos carecen de resonancia.
 Siempre ha intentado limitarme, ponerme trabas. Entre
nosotros no hay más que sombras y aburrimiento, ninguna
perspectiva de que esto pueda cambiar alguna vez.
 Quizás pudiera enderezar las cosas si comprendiera de qué va
todo esto.
 Mi trabajo me exige mucho. Mis colaboradores me critican
bastante pero, a pesar de ello, en el fondo estamos de acuerdo.

El efecto de algunas estructuras superficiales


específicas y la utilidad de averiguar su razón
profunda

Además de los procesos de eliminación, generalización y distorsión


ya citados, existen otras formas lingüísticas que señalan la existencia
de discrepancias entre la estructura profunda de una experiencia y su
estructura superficial verbalizada: las substantivaciones, los verbos
que carecen de complemento, las suposiciones y las conjeturas.

Las eliminaciones
Las preguntas más importantes en este sentido son: quién, qué,
cómo, de qué, sobre qué, etc.

Técnica interrogatoria para descubrir las eliminaciones


Para aprender a descubrir los fragmentos suprimidos de una
experiencia deben darse los siguientes pasos:
1. Escuchar observando la estructura superficial
2. Determinar los verbos
3. Comprobar si los verbos podrían tener más complementos de los
que contiene la estructura superficial
4. Preguntar por los complementos inexistentes
Técnica interrogatoria para restablecer una eliminación concreta
1. Eliminación relacionada con un adjetivo

Aprenda a descubrir los fragmentos suprimidos alrededor de un


adjetivo dando los siguientes pasos:

Técnica interrogatoria para restablecer una eliminación concreta


2. Eliminación relacionada con los comparativos y superlativos

Técnica interrogatoria para restablecer una eliminación concreta

Cada oración está precedida por un contexto que hace que una interpretación sea más
posible que las otras.
Cuando percibimos el lenguaje oscilamos entre dos tipos de actividad, períodos de input y
procesamiento inconsciente (durante el cual la ambigüedad potencial puede tener efecto) , y
períodos de análisis interno y percepción y percepción consciente de la unidad precedente (
durante el cual las ambigüedades potenciales son ignoradas a favor de una interpretación ) .

La experiencia de imaginar un cuadro es una actividad que ocurre en el hemisferio


dominante - esta es esencialmente la construcción de una imagen visual usando el sistema
lingüístico para liderar la construcción. Las imágenes que resultan de este proceso son,
típicamente, pobres en calidad, mal enfocadas y poco claras, siendo poco parecidas a las
imágenes que el paciente puede ver con sus ojos abiertos. En general, los pacientes que
tienen al sistema visual como su sistema representacional más valorado, responderán más
satisfactoriamente a la técnica de acceso visual al hemisferio no- dominante El hipnotizador
solo necesita pedirle al paciente que visualice, para que comience ya en forma efectiva su
proceso de inducción al trance.

La comunicación verbal hace referencia al habla, es decir, lo que se dice en la


conversación, el contenido de la misma.

La comunicación gestual es la base de este libro.

La paralingüística se refiere al volumen, la intensidad, la velocidad, el énfasis,


el acento.
La emoción es una función biológica del sistema nervioso, es una actividad
física. El sentimiento en cambio es mental, es la interpretación que hace la
corteza de la actividad física que se lleva a cabo en el sistema límbico para
atribuirle significado.

Vance Packard «La capacidad de persuasión siempre funciona mejor cuando


la persona a la que se intenta convencer no se da cuenta de que la están
manipulando».

Proxémica
El término fue introducido por el antropólogo Edward T. Hall (1914-
2009) en 1963 para describir las distancias medibles entre las
personas mientras estas interaccionan entre sí. El término proxemia se
refiere al empleo y a la percepción que el ser humano hace de su
espacio físico, de su intimidad personal y de cómo y con quién lo
utiliza.
Hall diferenció dos espacios en el sentido del territorio propio:
Espacio fijo: es el marcado por estructuras inamovibles, como las
barreras de los países, los edificios
Espacio semifijo: espacio alrededor del cuerpo. Varía en función de las
culturas, ya que cada cultura estructura su espacio físico. Este espacio
puede ser invadido. Si interactuamos con un territorio de otra persona
con falta de respeto (mirar fijamente a alguien u ocupar dos asientos
con bolsas cuando hay gente de pie), se da una violación del terreno.
Por otro lado, la distancia social entre la gente está generalmente
correlacionada con la distancia física. Hall describe cuatro tipos de
distancia:
Distancia íntima: de 0 a 15-45 centímetros. Para que se dé esta
cercanía, las personas tienen que tener mucha confianza y en algunos
casos estarán emocionalmente unidas, pues la comunicación se
realizará a través de la mirada, el tacto y el sonido. Es la zona de los
amigos, parejas, familia, etc. Dentro de ésta se encuentra la zona que
comprende una distancia inferior a unos 15 centímetros del cuerpo, es
la llamada zona íntima privada.
Distancia personal: se da entre 46 y 120 centímetros.
Esta distancia se da en la oficina, reuniones, asambleas, fiestas,
conversaciones amistosas o de trabajo. Si estiramos el brazo,
llegamos a tocar a la persona con la que estamos manteniendo la
conversación.
Distancia social: se da entre 120 y 360 centímetros. Es la distancia
que nos separa de los extraños. Se utiliza con las personas con
quienes no tenemos ninguna relación amistosa, la gente que no se
conoce bien. Por ejemplo: la dependienta de un comercio, el albañil,
los proveedores, los nuevos empleados, etc.
Distancia pública: se da a más de 360 centímetros y no tiene límite.
Es la distancia idónea para dirigirse a un grupo de personas. El tono
de voz es alto y se utiliza en las conferencias, coloquios o charlas.

Paralingüística
La paralingüística es la parte del estudio de la comunicación humana que se
interesa por los elementos que acompañan a las emisiones propiamente
lingüísticas y que constituyen señales e indicios, normalmente no verbales,
que contextualizan, aclaran o sugieren interpretaciones particulares de la
información propiamente lingüística.
Existe cierta evidencia en favor de que, tal como sucede con las emisiones
propiamente lingüísticas, gran parte de la información paralingüística implica
un código aprendido ya que, por ejemplo, los locutores japoneses no utilizan
las mismas variantes sonoras que los hispanohablantes para expresar la
sorpresa o la ira. Aún así, se trata de un compendio de códigos aprendidos,
imitados e innatos.
Algunos elementos que conforman la información paralingüística son:
La intensidad o el volumen de la voz.
La velocidad de emisión de los enunciados.
El tono y las variantes de entonación y la duración de las sílabas. El énfasis en
las palabras.
El llanto, la risa, el ritmo, la fluidez, el control de órganos respiratorios y
articulatorios, etc.
Los tiempos y silencios.
El uso adecuado de los elementos paralingüísticos influye en la comprensión
del mensaje. Así, por ejemplo, la poca fluidez al hablar suele denotar
nerviosismo o poco conocimiento sobre el tema. Otros factores como las
pausas o los silencios también conllevan consecuencias pragmáticas en la
interpretación de los enunciados.
Otro factor importante a tener en cuenta es que hay personas que se catalogan
como visuales, otras son auditivas y otras kinestésicas.
Las personas visuales hablan rápido y escuchan también mejor cuando se les
habla rápido, tienden a hablarnos mezclando los temas puesto que les «vienen
a la mente» a la vez y es común que nos estén contando una cosa y sin haber
terminado de contarla nos empiecen a contar otra distinta. Necesitan que las
miren para saber que las están escuchando. Requieren de un contacto visual
directo. Se expresan en términos visuales, es decir, con frases como: «no lo
veo claro», «mira lo que te digo...» o «¡es deslumbrante!».
Las personas dentro del sistema representacional auditivo no son tan
rápidas como las visuales en cuanto a pensamiento y rapidez de habla se
refiere. Cuando comunicamos con ellas, para que sepan que estamos
escuchando y entendiendo lo que dicen, podemos utilizar expresiones como,
por ejemplo, «ajá», «umm», «sí»... Recuerdan mejor sonidos, melodías y se
expresan en términos de: «me suena raro», «me hace ruido»
Finalmente, los kinestésicos son personas que manifiestan y asimilan su
comunicación mediante sensaciones táctiles, gustativas y olfativas. Necesitan
tiempo para procesar la información puesto que tienen mucho diálogo interno
o reflexión. Cuando se comunican con alguien, necesitan tener contacto físico.
Son personas que nos dan una palmadita en la espalda, nos ponen la mano en
el hombro... Se expresan en términos del tipo: «intuyo que hay algo más» o
«siento que pienses así».
Dentro de los kinestésicos existe un subtipo denominado digitales. Estas
personas son las más reflexivas e introvertidas. Le dan vueltas a cualquier
toma de decisiones y «se comen el coco» constantemente, recordando,
analizando, reflexionando y pensando en posibilidades.

Todo el mundo tiene un porcentaje de cada uno de los sistemas


representacionales, pero uno de los tres destaca sobre el resto y es entonces
cuando hablamos de personas visuales, auditivas o kinestésicas. Es importante
conocer el marco representacional en el que encaja nuestro interlocutor o
interlocutores para amoldarnos mejor con ellos en la forma de comunicar. Un
visual hablando con un kinestésico mantendrá una comunicación poco
efectiva: el kinestésico sentirá que va demasiado rápido, no asimilará la
información y por tanto no habrá entendimiento. El visual en cambio se
aburrirá, pensará en otras cosas y no recibirá información efectiva. Si ambos
entienden que comunican de forma diferente y pueden amoldarse el uno al
otro, la comunicación fluirá y se hará efectiva.
Podemos aplicar esto a otro ejemplo como el de una posible discusión. Si
queremos hacer entender nuestro punto de vista sobre un conflicto,
modificando nuestro habla para acoplarlo al mismo sistema representacional
que utiliza la otra parte, tendremos una mayor probabilidad de que sea
recibido correcta y eficazmente por parte de ésta. Lo que hacemos es
sintonizar con el interlocutor, como si de una emisora de radio se tratara, hasta
conseguir que los mensajes sean nítidos, «sin ruido».
Veamos ahora un ejemplo para aclarar el aspecto paralingüístico enfático en la
comunicación.
Alguien dice a su interlocutor:
Hoy no quiero ir al cine contigo.
Es una frase que en principio nos da una información sobre una persona que
no quiere hacer algo. Si ponemos el énfasis de la entonación en la palabra
«hoy» decimos:
Hoy no quiero ir al cine contigo.
Lo que queremos dar a entender es que cualquier día podremos ir al cine, pero
no hoy. Si enfatizamos la palabra «cine» lo que queremos indicar es que
podemos ir al teatro, a cenar, a pasear, pero no al cine. Sin embargo, dando
mayor énfasis a la palabra «contigo» comunicamos el hecho de que contigo no
iré al cine, pero con otro sí.
Dar el énfasis adecuado a la palabra adecuada aumenta la información en el
emisor.
Hoy no quiero ir al cine contigo.
Por último, en cuanto al uso de elementos paralingüísticos se refiere,
mencionaremos el silencio. Permanecer en silencio cuando se supone que
debería haber habla, sonidos o gestos. Mantener una actitud latente frente al
interlocutor o interlocutores o frente a un escenario con el fin de dar más
énfasis a lo que estamos comunicando, de obtener una respuesta improvisada
por parte del receptor, de hacer reflexionar dando tiempo para asimilar lo que
decimos... Si su utilización se hace de forma correcta, si nos hacemos expertos
en el manejo de los silencios, los resultados que obtenemos pueden ser
sorprendentes. El silencio normalmente incomoda: la otra parte no sabe o no
está preparada en principio para responder a algo que no es una pregunta ni
una afirmación, tampoco es una misión de la palabra expresa o de un gesto,
simplemente es un silencio que se puede alargar varios segundos
interminables en el tiempo.

Kinésica
La kinésica estudia el significado expresivo de los movimientos corporales y
de los gestos aprendidos solos o en relación con la estructura lingüística,
paralingüística y proxémica en el contexto de la situación comunicativa.
También es conocida con el nombre de comportamiento kinésico o lenguaje
corporal. Aporta un significado especial a la palabra oral.

Gestos emblemáticos: son señales emitidas intencionalmente y que todo el


mundo conoce su significado. Un claro gesto emblemático sería cuando
alguien saluda de lejos a otra persona subiendo la mano abierta y mostrando
su palma.
Gestos ilustradores: son gestos que acompañan a la comunicación verbal
para matizar o recalcar lo que se dice, para suplantar una palabra en una
situación difícil, etc. Se utilizan intencionadamente. Este tipo de gestos son
muy útiles en los discursos y cuando se habla en público.
Gestos reguladores: con ellos se sincroniza o se regula la comunicación. Se
utilizan para tomar el relevo en la conversación, para iniciar y finalizar la
interacción o para ceder el turno de la palabra.
Gestos que expresan estados emotivos o muestras de afecto: este tipo de
gestos reflejan el estado emotivo de la persona y es el resultado emocional del
momento. Como ejemplo podemos mencionar gestos que expresan ansiedad o
tensión, muecas de dolor, triunfo, alegría, etc.
Gestos de adaptación o adaptadores: son aquellos gestos que se utilizan
para manejar emociones que no queremos expresar, para ayudar a relajarnos o
tranquilizarnos, etc. Aquí podemos distinguir los signos dirigidos a uno mismo
(como, por ejemplo, pellizcarse), dirigidos hacia los objetos (bolígrafo, lápiz,
cigarro, etc.) y los dirigidos hacia otras personas. Los adaptadores también
pueden ser inconscientes, unos ejemplos muy claros son el de morderse una
uña o chuparse el dedo.
Aunque en todos los integrantes de esta tipología podemos encuadrar los
gestos inconscientes, es en los gestos adaptadores donde mejor se encuadran o
más se prodigan.
A la hora de interpretar los gestos, los errores que pueden producirse, hay que
valorar el conjunto y el contexto en el cual se producen. Existen muy pocos
gestos que por sí solos pueden interpretarse sin lugar al error. Son gestos o
posturas que «nos hablan» por sí solos.

Reglas generales
La parte izquierda de nuestro cuerpo hace referencia a los sentimientos,
mientras que la derecha es la racional (al contrario que en los hemisferios
cerebrales). Es algo que hay que tener en cuenta a la hora de identificar un
gesto, caricia o rascado. Acariciarse o rascarse desde nuestro cuerpo hacia
fuera es un signo de apertura, de extroversión. Cuando los gestos se dirigen
hacia dentro, es un síntoma de cerramiento, de introversión o reflexión
profunda.

Entendemos como zonas corporales delicadas los órganos genitales y el pecho


en las mujeres. Son las partes más proclives a ser protegidas intuitivamente.
Los hombres principalmente muestran el torso y los genitales. Las mujeres
generalmente el pecho y la cola. Una posición común en los hombres es la de
los pulgares en los bolsillos y el resto de los dedos apuntando a los genitales.
De esta manera se señala la sexualidad a modo reivindicativo.
En ambos sexos sacamos pecho, como se suele decir, para afrontar situaciones
y remarcar de nuevo nuestra sexualidad. Son formas de decir «aquí estoy yo»
además de servir para la seducción. Igualmente se utilizan en situaciones en
las que hay que afrontar un desafío.
Los pulgares por dentro de los bolsillos y los dedos restantes marcando la
zona genital expresa una posición de desafío. Cuando los pulgares se
encuentran por fuera de los bolsillos y los demás por dentro, expresa una
posición de confianza.
Las mujeres interpretan los gestos mejor que los hombres. Ello, en parte, es
debido a que su visión es más holística, más general que la del hombre. Se
fijan más en los pequeños detalles. El hombre en cambio posee una visión en
tubo: ven mejor a distancia pero focalizan un único punto de atención. Les
pondré un ejemplo distendido para poder entender este hecho: caminamos con
nuestra pareja por la calle y a nuestro lado pasa una mujer de aspecto
llamativo. Intuitivamente miramos rápidamente alguna parte puntual de su
anatomía (seguramente sin pensarlo y sin prestarle atención consciente). Solo
hemos movido nuestros ojos para mirar una décima de segundo. Nuestra
pareja ni se ha inmutado pero unos pasos más adelante nos dirá: ¿Qué estabas
mirando? No nos podemos explicar cómo nos ha visto mirar a esa mujer si,
primero, ha sido una mirada fugaz y, segundo y más importante, ni siquiera
hemos visto que girara la cabeza hacia nosotros para percibir hacia donde
mirábamos. Es como si su visión fuera de 360º. Sin embargo, el hecho es que
las mujeres no necesitan focalizar sus ojos en un punto en concreto para verlo
y por ello su captación general de los gestos es más completa que la de los
hombres.

Cuando en nuestra comunicación, mediante los movimientos, mostramos las


palmas de las manos, queremos demostrar nuestra sinceridad y nuestra
intención pacífica al interlocutor. Es un acto que, mediante una perspectiva
abierta y honesta, refleja la intención de mostrarle nuestro interior. Puede ser
también coquetería si lo que mostramos es la muñeca (en mujeres y hombres
de inclinación homosexual).
Mostrar la palma hacia abajo se interpreta como un deseo de alcanzar algo que
se pueda sentir a través del tacto. La palma de la mano hacia abajo significa
ocultación, autoridad y deseo reprimido, pero también puede significar un
deseo por encontrar calma y su interpretación final, como siempre, dependerá
de cada contexto.

La cabeza
Los gestos y posturas que se relacionan con esta parte del cuerpo son los que
están más cercanos a nuestro cerebro y los más visibles para nuestros
interlocutores. Por cabeza se entiende la parte que va desde el cuello hacia
arriba.
Primero analizaremos los que conllevan una interacción con las manos:

Cuando intentamos recordar o buscar algún tipo de información ante una


pregunta, nos llevamos la mano a la cabeza. Excusamos un olvido sobre algo
llevándonos la mano a la frente. Será un gesto en el que damos a entender una
molestia que nos causa el olvidarnos de algo, pero exagerándola para que
nuestro interlocutor sepa que nos molesta. Si la molestia por el olvido es real,
se produce un golpe como castigo en la frente.
Cuando nos tocamos alguna parte de nuestra anatomía facial debido a un
picor, lo primero que hay que tener en cuenta es que no existe la casualidad.
Los picores se producen por algo: son la respuesta fisiológica adaptativa a
la vasodilatación correspondiente a músculos o zonas corporales que
escapan a nuestro control emocional. Como respuesta a la represión de los
sentimientos, inconscientemente se activan estas zonas.
Si dijéramos todo lo que se nos pasa por la cabeza cuando hablamos con
alguien, lo más probable es que ese alguien no nos volviera a dirigir la
palabra. Pensaría que estamos locos, que somos unos descarados, mal
educados o demasiado sinceros. Las normas sociales establecidas,
generalmente tácitas, obligan a guardar unas formas y a ocultar cierto tipo de
información.
A lo largo de una conversación, toda la información que procesamos a través
de nuestros sentidos es inmensa.
Mucha de esa información es gestionada por el inconsciente y la otra parte por
el consciente. Pero toda la información que asimilamos pasa por una serie de
filtros cognoscitivos. Datos con los que no estamos de acuerdo, cosas que
decimos de las que disentimos o «mentiras piadosas» son aspectos que
intentamos ocultar o retener para nosotros. Pero esa información que
guardamos para nosotros tiene una válvula de escape: los gestos.
Analicemos ahora este tipo de gestos que tiene que ver con la parte superior de
nuestro cuerpo.

Durante un acto comunicativo, nos tocamos una parte de nuestra anatomía


facial ante un repentino picor. Una regla básica a la hora de interpretar estos
picores es tener en cuenta la dirección que toma el rascado: cuando es hacia
fuera, es decir, hacia el exterior de la cara, indica apertura hacia el interlocutor
o interés. Si, por el contrario, el rascado se produce hacia el interior del rostro,
lo que muestra es incomodidad o desacuerdo.

Muestra interés hacia lo que dice su interlocutor al tiempo que busca


información en su cerebro.

Tocarse la frente es siempre un indicativo de que queremos acceder a cierta


información o recuerdos. Hay que tener en cuenta cómo son los movimientos
y en qué circunstancias se dan (contexto).

En la siguiente fotografía, observamos como la modelo muestra su agrado con


el interlocutor jugando con un mechón del cabello. Es una actitud de flirteo:
está cómoda y le agrada su acompañante.

En la siguiente fotografía, se produce una reflexión retrospectiva, un


pensamiento regresivo sobre el pasado que se refleja en las vueltas que da el
mechón sobre los dedos de la modelo.
Y en esta, el interés por el interlocutor se torna en una actitud hostil como
muestra el puño cerrado sosteniendo el mechón de cabellos. Si la mirada se
dirigiera hacia el mechón, podríamos añadir un desdén y menosprecio.

En estas tres imágenes apreciamos tres signos distintivos en cuanto a los ojos
se refiere:

1. Hay una ocultación de la mirada que puede significar un deseo


recóndito de no querer ver o todo lo contrario, es decir, querer ver más
de lo que se muestra.

2. En la segunda fotografía, la modelo se acaricia la zona cercana al ojo


mostrando su escepticismo en lo que percibe. Al igual que en la
fotografía anterior, puede interpretarse como un deseo de no querer ver
o de querer ver más de lo que se le muestra. En cualquier caso, su
interlocutor no la está convenciendo.

3. En la tercera fotografía existe un claro interés por parte de la modelo.


Hay una intención de querer verlo más claro en el gesto de estirar el ojo.
Además es un gesto que siempre se utiliza de dentro hacia fuera y,
como hemos mencionado, esto es indicativo de apertura, de
acercamiento, de querer ver más y mejor ya que el interés es real.
Ahora veamos con respecto a la atención:
Existe un interés real por lo que comunica su interlocutor. Se muestra
concentrada y atenta.

Sigue habiendo interés, pero en esta ocasión interfieren pensamientos


negativos.

El interés es fingido. Probablemente se aburra. La cabeza permanece


completamente apoyada en la mano.

Algo oculta o no quiere decir. Se tapa los labios para evitar contradecirse o
mentir.

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