GRIS – VEUX-TU DANCER?
Je ne suis que l’ombre d’une
ombre qui se pavane oisivement
Sur les dalles miroitantes
des longs pavés triomphants
Personne ne peut me croire
et nul ne saurait me voir
Je l’entends déjà me
répondre « et moi alors ?»
Tu ne peux me toucher car
je porte la pire des infections
Je la répands contre ceux que
j’aime aux grés des impulsions.
Jamais je n’ai voulu propager
cette odieuse bactérie
Pardonnez-moi, je n’aurais pas
du rester plâtré dans vos vies
Pourquoi fallait-il que je sois
doté de cette terrible malédiction
Cet affreux syndrome qu’est celui
d’aimer d’une force sans nom
Mais surtout pourquoi donc
m’avoir aimé en retour?
Moi, le pauvre magicien
qui a raté son dernier tour
Qui suis-je? D’où viens-je? Où vais-je?
Cela m’est aussi clair qu’un sanglot dans la neige
L’accordéon ne joue plus ses accords de fêtes
Et il a craché sa dernière note sinistre sur ma tête
La Solitude s’éprend de mon cœur
Écorché par mes songes en pleurs
Mon âme est pourfendue par
ses cents milles poignards
Déchirée par ses innombrables rasoirs…
Et toi alors? Veux-tu toujours
te fondre en mon cœur tuméfié?
Me dire que tu danses encore
avec la vie tant qu’elle te laisse mener?
La piste de danse est plus glissante
pour moi qui n’y suis jamais allé
Tu ne sais pas qui je suis,
moi non plus mais voilà comment je suis nommé:
Je suis la laideur maquillé et le bonheur mal habillé
Je suis la peste soignée et la joie balafrée
Je suis la croix délabré et le clou mal forgé
Je suis le Jésus athée et le bouddha taré
No soy más que la sombra de una
sombra que camina ociosamente
sobre las losas relucientes
de los largos caminos triunfantes.
Nadie podría creerme,
y nadie me podría ver;
ya prefiero
responderme, “¿y yo, entonces?”
No puedes tocarme:
porto la peor de las infecciones,
la propago contra aquellos que
quiero desde mis más íntimos impulsos.
Jamás he querido propagar
esta odiosa bacteria.
Perdonadme, no debería
descansar escayolado en vuestras vidas.
¿Por qué entonces estoy
dotado de esta terrible maldición,
este horrible síndrome que es el que
me hace amar con una fuerza sin nombre?
Pero sobretodo, ¿por qué entonces
Debieron haberme correspondido?
Yo, el pobre mago
que ha perdido su último duelo.
¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Adónde voy?
Está tan claro como una mancha de sangre en la nieve.
El acordeón no toca sus acordes festivos,
ya ha perdido su última nota siniestra en mi cabeza.
La Soledad se ampara de mi corazón,
escucha mis tristes lloros.
Mi alma ha sido profundamente golpeada
por cientos de miles de puñetazos,
resquebrajada por innombrables cortes.
¿Y tú entonces? ¿Querrías para siempre
fundirte en mi corazón tumificado?
¿Me dirás que sigues bailando
con la vida, tal y como ella te dejó llevarla?
La pista de baile es demasiado resbaladiza
para mí, que no he ido nunca.
Tú no sabes quién soy;
Yo no más, pero aquí tienes como soy llamado:
Soy la fealdad maquillada y la suerte mal vestida.
Soy la peste curada y la felicidad herida.
Soy la cruz estropeada y el clavo mal forjado.
Soy el Jesús ateo y el Buda tarado.