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INFORME SOBRE PELÍCULA AMISTAD (1997)

CÓDIGO: 16037015

CURSO: Seminario de Literatura Latinoamericana IV

En una noche del verano de 1839, un grupo de esclavos negros que viajaban a bordo del
navío "La Amistad" se amotinaron y tomaron el control del barco frente a las costas de
Cuba. Así, con una escena que da cuenta de la épica lucha de los esclavos en altamar por
recuperar su libertad inicia el filme Amistad, la cual fue dirigida por Steven Spielberg y
estrenada en el año de 1997. Esta película se basa en la historia real de un grupo de
esclavos africanos que se amotina en el barco español del mismo nombre al ser
transportados de Cuba en 1839. Amistad era muy esperada por la crítica porque señalaba
el regreso de Spielberg al cine dramático de calidad. No obstante, The New York Times y
Los Angeles Times, a pesar de reconocer el valor cultural de la propuesta de Spielberg,
mencionaron que la película es "difusa" y que "el sistema de Spielberg no funciona" ya
que no puede esconder los vicios de un cine comercial.

Si bien la recepción de Amistad no fue la esperada, en este breve informe intentaremos


delinear una crítica en base a la representación de la esclavitud en el imaginario
cinematográfico de Hollywood. En primer lugar, debemos volver a la trama inicial y
observar como después de sublevarse, los esclavos liderados por el mende Joseph Cinqué
fracasan en su intento de regresar a África y son detenidos por tropas americanas cerca de
Long Island. Ahora ellos se encuentran en un país extraño y a merced de un sistema
judicial que les es ajeno. Al principio son juzgados por los cargos de piratería y asesinato,
pero luego la situación cambia cuando representantes de la reina Isabel II, los oficiales de
la Marina estadounidense y los españoles sobrevivientes del navío José Ruiz y Pedro
Montes alegan tener plenos derechos sobre los esclavos, lo cual inicia una disputa por
recuperar estos “bienes”. He ahí una primera mirada a la manera en como son percibidos
los esclavos. Estos son tratados como propiedad. Incluso el abogado que busca
defenderlos John Baldwin, inicia su alegato considerándolos bienes que fueron adquiridos
ilegalmente. Vale recordar que para esa época en Estados Unidos ya se prohibía la trata
internacional de esclavos, aunque aún se aceptaba en los territorios en que ya existiese.
Por otro lado, tenemos la mirada de los abolicionistas americanos. Estos, movidos por su
afán antiesclavistas, buscan la liberación de los cuarenticuatro esclavos. Sin embargo, la
poca determinación de uno de ellos, Tappan, demuestra que su postura está sometido a
las ideas de cristiandad, por lo que en un momento crucial deseará no la liberación sino el
martirio de los esclavos. Es decir, se devela el interés que muchos abolicionistas buscaban
con el sufrimiento del negro.

Otro acierto de la película es mostrar la crudeza de lo que significó la diáspora africana.


Nos referimos a la escena del flashback de Cinqué, donde recuerda cómo fue apresado en
su tierra natal de Sierra Leona y llevado como esclavo en el barco portugués “Teçora”. La
barbarie de los esclavistas queda demostrada cuando deciden arrojar a cincuenta esclavos
encadenados por la borda, debido a que faltaban provisiones para continuarla travesía.
Calcularon mal los víveres para el viaje y no había comida para todos. De ahí que su
desgarrador grito en un inglés incipiente ¡Déjennos libre!, logre emocionar a toda la
audiencia de la corte, en especial a los esclavos libertos como Theodore Joadson (Morgan
Freeman) y al intérprete James Covey. Y es que este filme deja observar el problema de la
comprensión entre dos culturas diferentes: la africana y la americana.

La incomprensión se da en muchos aspectos, por ejemplo, en los ritos funerarios, cuando


los esclavos observan a negros con ropa igual a los blancos, pero sobre todo en el
lenguaje. Esto también puede acarrear situaciones divertidas como cuando el abogado
Baldwin y Joadson deciden visitar a los esclavos en la prisión acompañados de un lingüista.
Dado que ninguno podía entender el idioma del otro se produce una serie de
malentendidos. A pesar de ello, notamos que son los esclavos quienes muestran una
mejor comprensión del lenguaje del otro. Tal es el caso de Yamba, a quien le entregan una
biblia. Él, a través de las imágenes insertas en este libro, logra contar a Cinqué la historia
de Cristo, sus principales acciones y vía crucis. Además, logra deducir la inmortalidad del
alma. Llegado a este punto, debemos mencionar que la película de Spielberg le otorga
demasiada importancia a la religión, lo cual influye negativamente en la trama. Es así
como presenciamos los cánticos de los peregrinos que buscan mitigar infructuosamente la
pena de los esclavos y las imágenes de los mástiles que remiten a la crucifixión.

Pero no solo el mostrar la incidencia de lo religioso puede verse como una debilidad de la
película, sino también la suma importancia que le otorgan al poder judicial
estadounidense. Es así como Amistad al recrear uno de los juicios más importantes de la
historia de los EE.UU. propone que su sistema descansa en los ideales de libertad y
justicia. Así, desde la determinación inicial del empresario y abolicionista Lewis Tappan
pasando por la defensa de Roger Baldwin hasta el alegato final del ex-presidente John
Quincy Adams ante el Tribunal Supremo, el juicio de los Estados Unidos contra el barco
español Amistad es un ejemplo de cómo talentos a menudo divergentes son capaces en
equipos adaptables de generar un valor indescriptible. Esto se logra en la medida que los
personajes involucrados son capaces de comprender al otro. Asimismo, la película gesta la
figura del salvador blanco que ayuda a los desvalidos africanos. Esta figura está encarnada
en el rol de Adams (Anthony Hopkins), quien a pesar con su simpatía por la causa
abolicionista no había querido defender la causa de los esclavos rebeldes en una primera
instancia. Pero son las desleales acciones emprendidas por el sureño Calhoun en
complicidad con el timorato presidente Van Buren que lo hacen volver al ruedo. Es por
ello que su intervención resulta decisiva y/o mesiánica para conseguir la libertad de los
amotinados y logren, finalmente, volver a casa. Su posición contra la ideología esclavista
de los sureños y su crítica a la Corona española no son lo más resaltante de su alegato,
sino más bien cómo representa a Cinqué a partir de los ideales de libertad y justicia, lo
cual consigue al igualar sus acciones a la de un patriota blanco. También, debemos
mencionar el paralelo que establece entre los antepasados africanos de Cinqué y los
expresidentes que enseñaron a actuar con valores y a hacer lo justo, es decir, una
enseñanza que desde la Declaración de Independencia identifican a la sociedad
norteamericana.

Finalmente, podemos argüir que la libertad de los esclavos se consigue cuando el hombre
blanco consigue entender al negro. Esto se demuestra cuando, después del fallo del
Tribunal Supremo, Cinqué se acerca a Adams y le pregunta qué le dijo a los jueces para
que los dejen libres, a lo que el veterano congresista responde “solo use tus palabras”. En
ese sentido, la memoria no solo se relaciona en el rescate del legado de los antepasados,
sino con su persistencia en el presente. “Hablo de mis antepasados. Alzaré mi voz hacia el
pasado, hasta el comienzo de los tiempos y les suplicaré que vengan a ayudarme en el
juicio. Llegaré hasta ellos y haré que entren en mí. Tendrán que venir porque en este
momento soy la única razón por la que han existido”, menciona Cinqué a Adams. Es decir,
es el pasado el que dignifica al presente. Esto lo entiende Joadson cuando recibe de
Cinqué el colmillo de león, que había servido de amuleto protector.

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