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La sociedad medieval fue durante siglos una sociedad básicamente rural.

El noventa por ciento


de la población vivía en el campo, centro de toda actividad y vida diaria para los habitantes de
aquella época; una gran parte de la población vive con escasez de recursos.

En los primeros siglos medievales, los campesinos se organizaban entorno a unas tierras propias
y otras comunes, como bosques, que compartían con sus vecinos. En grupos reducidos,
imponían sus leyes y justicia, organizaban las cosechas y los recursos que de ellas obtenían.

Poco a poco, estas comunidades fueron absorbidas por señores, laicos o religiosos, a los que
habían sido entregadas esas tierras. Así da comienzo lo que hoy en día hemos llamado sistema
feudal o feudalismo, instaurándose como modo de organización social.

La sociedad estaba dividida en estamentos: en la base encontramos a los campesinos, libres o


siervos, quienes suponían la inmensa mayoría de la población; en el escalafón intermedio se
encuentran los militares y los nobles, laicos o eclesiásticos. No todos tenían la misma categoría
sino que el estatus dentro de estos dos grupos variaba. Acabamos en la cúspide con la realeza, es
decir, el rey y su familia.

El pertenecer a uno u otro grupo estaba marcado por el nacimiento, no pudiendo pasar de uno a
otro dado el carácter blindado de los estamentos. Así lo articularon los estudiosos de la época
quienes buscaron una explicación divina para la nueva organización social que se estaba
produciendo. Cada uno cumplía una función, siendo importantes todas ellas ya que dependían
unos de otros mediante un intrincado sistema de lazos llamado sistemas de dependencia o
vasallaje, donde los campesinos juraban fidelidad o vasallaje a los señores quienes, a cambio del
trabajo en sus tierras y parte de la cosecha, les proporcionaban protección.

Los señores y los militares, a su vez, juran fidelidad al rey por medio de la ceremonia del
homenaje, asegurando su apoyo y fuerzas en tiempos de guerra. El rey, agradecido, entregaba
unas tierras o feudos a los nobles a modo vitalicio y hereditario, pasando a ser dirigidas y
gobernadas por ellos desde sus castillos o fortalezas, centros de actividad no sólo política sino
también económica.

El S. XI es de gran importancia en la historia occidental. Se produce un resurgimiento de la vida


económica, el comienzo de las ciudades modernas, aumento de la demografía, la resurrección de
la cultura, el comienzo de las universidades y el auge de la arquitectura románica, a la que
posteriormente sucederá el arte gótico. Este período de esplendor no finalizará hasta el S. XIV.
A partir del siglo XI , la ciudad empieza a ganar importancia y surgen dos nuevos centros
culturales: La Catedral y la Universidad. El S. XIV vive el nacimiento de una sociedad urbana
que se distancia del teocentrismo medieval.

Una sociedad religiosa: los monasterios

La sociedad medieval es una sociedad religiosa, que estaba convencida de que el ser humano
vive para Dios y para la eternidad. La iglesia tiene un enorme poder religioso, espiritual y
político.

Se construyen numerosos monasterios por toda Europa.

San Benito, ya a mediados del siglo VI, estableció un modelo de vida funcional, organizativa e
incluso formal para los monasterios y el clero. La vida de los monjes giraba entorno a tiempos
de rezos, a partir de los cuales se establecían de modo milimétrico el resto de actividades que se
llevaban a cabo, consideradas tan importantes como la oración.

Los monasterios eran autosuficientes gracias a los huertos que solían cultivar en los alrededores
o a los productos que obtenían los campesinos trabajando las tierras de influencia del mismo.
Eran estos productos, junto al pan y al vino y otros derivados del ganado, los únicos que
consumían los monjes. Aquellos que no trabajaban el huerto, dedicaban la mayoría del día a
copiar manuscritos y traducir al latín obras clásicas de la antigüedad griega y árabe; se educa a
los futuros sacerdotes y a los hijos de los nobles, convirtiéndose en espléndidos centros de
estudio y de transmisión de la cultural y el conocimiento.

Música y universidad

Tomás de Aquino y su Escolástica (siglo XIII) estableció la segmentación de los planes de


estudio de las primeras universidades, amparadas por la Iglesia y estableció así una
diferenciación entre el trívium y el cuadrivium, al que correspondía el estudio de la música
además de la aritmética, la geometría y la astronomía que junto a la gramática, la retórica y la
dialéctica del trívium (llamadas siete artes liberales) preparaban al alumno para ingresar a las
facultades de teología, derecho y medicina.

Música y arquitectura

La arquitectura de la baja Edad Media (S. XI-XV) desarrolló dos estilos, llamados románico y
gótico, que simbolizan momentos diferentes en el desarrollo de la sociedad medieval, y que
coinciden, respectivamente, con el fenómeno del feudalismo y el nacimiento de las ciudades y la
vida urbana.

El románico, que florece entre los S. XI y XIII, producen edificios gruesos y pesados muros, sin
apenas orificios que permitan la entrada de luz exterior. Las peregrinaciones religiosas
contribuyeron notablemente a la internacionalización del arte románico. En torno a las rutas de
peregrinos se levantaron algunos de sus principales templos y monasterios. Buen ejemplo de
ello son los que se levantan a lo largo del Camino de Santiago: San Isidoro en León, San martín
de Frómista y la propia Catedral de Compostela, por citar ejemplos en nuestra península.

El arte gótico surge en Francia en torno a la Catedral de Notre-Dame de París y se desarrolló


entre los siglos XII y XVI. Refleja una actitud espiritual y gusto completamente distintos. El
ansia de elevación y luz, el rechazo de lo macizo caracterizan este estilo. Torres de flechas que
se elevan hasta lo más alto, arcos apuntados en ojiva, amplísimos espacios con vidrieras que
representan lo opuesto a las minúsculas ventanas románicas. Si la obra representativa del
románico es el monasterio (una pequeña ciudad en si misma, como ya te he comentado), el
edificio donde el gótico alcanza su expresión más plena es la catedral, que se levanta en el
centro de la gran ciudad y cuya altura y magnificiencia es el orgullo de sus ciudadanos.

La evolución de la música medieval es el reflejo de ambos estilos arquitectónicos. El románico


se equipara musicalmente con el canto gregoriano, con su imponente, serena y austera
melodía, producto de una sociedad que estaba convencida de que el hombre vive para Dios y
parala eternidad. El paralelo del estilo gótico se corresponde con el nacimiento y evolución de la
polifonía, música a varias voces que ascienden y descienden, elevándose hacia las alturas.

Función de la música y del músico.


La música ocupa un lugar esencial en el culto religioso. Para la iglesia, el compositor es
anónimo , (una mente creativa y una personalidad trabajan en el anonimato). Los primeros
compositores en salir de ese anonimato serán Leonin y Perotín

Machaut supone un cambio en el estatus del músico: no trabaja en el coro de un monasterio o


catedral, sino que se convierte en una especie de funcionario civil que compone para protectores
sociales. La música profana tendrá la función de entretenimiento y diversión.

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