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Grado en enfermería
Trabajo Fin de Grado
Curso académico 2014 - 2015
Proceso de parto y
estrategias para
afrontarlo
8. 2. 2. MASAJE………………………………………………………...26
8. 2. 5. LIBERTAD DE M OVIMIENTOS………………………………......29
8. 2. 6. A CUPUNTURA ………………………………………………......29
8. 2. 7. TÉCNICAS DE RELAJACIÓN…………………………………......30
8. 2. 8. PELOTAS DE PA RTO…………………………………………....31
10. CONCLUSIONES………………………………………………………….…................38
11. REFERENCIAS...…………………………………………………………………..…....40
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1. INTRODUCCIÓN
La presente revisión bibliográfica se refiere a las técnicas utilizadas para el alivio del
dolor en el trabajo de un parto normal. Se explica las consecuencias físicas y
psicológicas que supone para la madre este proceso natural y se diferencia entre técnicas
farmacológicas y no farmacológicas de analgesia, centrándonos en la epidural como
técnica que requiere de fármacos, considerada como la más eficaz para reducir el dolor
del parto, y una serie de medidas alternativas que también pueden ser muy eficaces para
ayudar a soportarlo.
El dolor durante el proceso del parto es relatado desde la antigüedad por su intensidad,
causado por las contracciones uterinas, la dilatación del cuello uterino y el estiramiento
del suelo pélvico y la vagina. Siendo una realidad, el avance en el área de obstetricia,
del conocimiento y comprensión de los mecanismos responsables del dolor durante este
momento de la vida de la mujer, y se sabe que además de la analgesia anestésica hay
medidas de alivio no farmacológicas, que apoyan un principio general para la
obstetricia, el “parto natural.
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2. RESUMEN
Existe una amplia variedad de técnicas no farmacológicas que mediante una elección
inteligente de una o varias de ellas, siempre de manera personal, es posible suplir el uso
de fármacos y conseguir una experiencia positiva del parto restándole importancias a los
dolores.
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3. OBJETIVOS
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4. UN BUEN PARTO
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1996, p. 7), “un parto normal
comienza de manera espontánea, con un bajo riesgo tanto para la madre como para el
feto desde que empieza hasta el alumbramiento. El feto nace en posición cefálica con
37-42 semanas de gestación de manera natural y sin necesidad de intervención médica.
Tanto la madre como el bebé se encuentran en buenas condiciones” (González
Zubizarreta, 2011).
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5. CONSECUENCIAS FÍSICAS DEL PARTO PARA LA MADRE
La anatomía femenina para la reproducción consta de diferentes partes que forman los
órganos genitales, externos e internos (Sala, Fisch y Schwarcz, 1965).
En la vulva, los labios mayores representan dos rodetes cutáneos que cubren a los
labios menores. Están recubiertos de piel y vello por su cara exterior y similar a las
mucosas por la cara interna. En las multíparas se encuentran semiabiertos debido a la
distensión de los músculos del suelo de la pelvis. Y los menores están recubiertos por
mucosa separados de los mayores por el surco interlabial, y tienen en su tercio posterior
las glándulas de Bartholin.
En la parte anterior de la
hendidura vulvar, se
encuentra el clítoris, por
encima del meato urinario.
Rodeado por la comisura
de los labios menores, se
forma por encima del
glande del clítoris, el
capuchón, y por debajo el
frenillo clitoridiano. La
región que se extiende
entre los pequeños labios y
el orificio de la vagina se denomina vestíbulo, el que desemboca en el meato uretral.
Conviene retener esta ubicación topográfica del orificio externo de la uretra, pues
durante el parto o después del mismo, a veces se presenta la necesidad de cateterizar la
vejiga, que puede complicarse si existe edema de los genitales externos.
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Entre la vulva y los genitales internos se encuentra el himen, que es un repliegue
membranoso de la mucosa vaginal con una perforación en el centro (himen anular), con
el objeto de dar salida a la sangre menstrual. El himen se desgarra en el primer coito y
se destruye por completo en el parto, quedando las llamadas carúnculas mirtiformes.
Los genitales internos están formados por: la vagina, el útero, las trompas de Falopio y
los ovarios.
El útero es un órgano muscular hueco con forma de pera achatada, con su parte más
delgada dirigida hacia abajo, situada en la cavidad pelviana. Está formado por el cuerpo
y el cuello, entre los que se intercala el istmo, que es una región de transición. La
estructura uterina se compone de perimetrio, miometrio y endometrio, de fuera a dentro.
En las nulíparas el útero tiene un diámetro longitudinal de 60-70 mm, un diámetro
anteroposterior de 30-40 mm, un diámetro trasverso de 30-50 mm y su peso oscila entre
40-50 g. En las multíparas
estas dimensiones están
aumentadas 10-20 mm y
pesa un poco más de 70 g
(Schwarcz et al. 1995). El
cuerpo es el segmento
muscular más activo, con
forma triangular y
aplanado en sentido
anteroposterior. En el
fondo de útero que es la
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parte situada por encima de la inserción de las trompas, se unen los bordes laterales,
donde se insertan los ligamentos anchos. En esta última zona se fijan los ligamentos
redondos hacia adelante y las trompas y los ligamentos útero-ováricos hacia atrás (Sala,
Fisch y Schwarcz, 1965). El cuello representa la zona más baja del útero, mide 20-30
mm de largo, y tiene una relación longitud del cuello- longitud total del útero (índice
uterino) de 1:3, para un útero adulto normal. La inserción vaginal divide al cuello en dos
segmentos, el supra e intravaginal (hocico de tenca) que se observa con el espéculo en
los exámenes ginecológicos. En las nulíparas se observa en su vértice un pequeño
orificio, pero en las multíparas este adopta la forma de una hendidura transversa por los
desgarros que se producen en los partos (Schwarcz, Duverges y Fescina, 2005).
El ovario es una glándula que tiene varias funciones en la vida de una mujer, como la
maduración folicular y la estimulación progestacional del endometrio (función
generativa), encargarse de que todo el aparato ge nital reciba estímulo para su desarrollo
y funcionamiento (función vegetativa), e imprimir los caracteres de feminidad. Los
ovarios están situados por detrás de los ligamentos anchos y suspendidos por el
ligamento útero-ovárico, oscilando sus dimensiones entre 25-50 mm de longitud, 15-20
mm de ancho y 5-15 mm de espesor, pesando 4-8 g, y presentándose de dos en dos
(Albers, 1999)
Todas las estructuras tienen una densa irrigación sanguínea, están controladas por el
sistema vegetativo y drenan su contenido linfático en los ganglios inguinales,
hipogástricos y lumbares (Albers, 1999)
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denomina “fenómenos activos”, y a los efectos de estos sobre el canal del parto y el feto
“fenómenos pasivos” (Bloom et al. 1998).
La fecha de inicio prevista del parto, tiene un amplio margen de error, y el momento
de inicio de este siempre es una incógnita que crea ansiedad y mantiene en estado de
alerta a la madre y al equipo de salud. No existe un momento exacto en el que se pueda
hablar de preparto y parto, sino que es una transición progresiva en las características de
las contracciones y en el segmento inferior del cuello.
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Durante cada contracción uterina se producen 2-6 pujos, este número no aumenta con
forme avanza el período expulsivo. El valor promedio de su amplitud es de 60 mm Hg,
que eleva la presión intrauterina. La duración media de cada pujo espontáneo es de 5 s,
que sí aumenta, al igual que su amplitud a lo largo del período expulsivo. Este aumento
puede estar vinculado a la creciente distensión que se produce en el canal del parto
(Álvarez y Caldeyro Barcia, 1950). Entre los pujos consecutivos que se producen
durante una contracción existe un intervalo aproximado de 2s, durante el cual la madre
respira ayudando a mejorar su oxigenación y la del feto. El deseo de pujar aparece con
la dilatación cervical completa y está provocado por la distensión de la vagina, vulva y
periné. El primer pujo de cada contracción se inicia cuando la presión amniótica llega a
35 mm Hg (cima de la contracción uterina), que representa el umbral de distensión del
canal del parto necesario para desencadenar el deseo de pujar. Así, coincide con la
presión expulsiva desarrollada por el miometrio y es un añadido eficaz. Las principales
funciones de las contracciones y los pujos, son la preparación del parto y la propulsión
del feto (Álvarez y Caldeyro Barcia, 1950).
Si el parto fuera con anestesia, esta produce un bloqueo de los nervios pudendos
internos, reduciendo mucho el dolor que acompaña a las contracciones. Estos nervios
inervan la vagina, la vulva y el periné, pero no envían fibras al útero. La curva de dolor
está compuesta de la fase de incremento, el acmé (la cima) y la fase de decremento, la
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intensidad para cada mujer está relacionada con la intensidad de la contracción uterina
(Álvarez y Caldeyro Barcia, 1950).
El trabajo del útero necesario para la dilatación del cuello, es diferente en arreglo a
factores como que la mujer sea o no primípara, que la presentación del feto sea
podálica, que el parto sea inducido con oxitocina o la posición en la que esté la mujer
(Schwarcz, Duverges y Fescina, 2005).
Una vez que el cuello está completamente dilatado, las contracciones junto con los
esfuerzos de pujo, completan el descenso y parto del feto. Tanto las contracciones antes
de que comience a dilatar el cuello, como las de alumbramiento y en muchos casos
también las del puerperio, no producen distensión del tracto genital y por ello son
menos dolorosas. Sobre todo en el período expulsivo el dolor es principalmente
perineal, aunque algunas mujeres se quejan de dolores lumbares o sacros (Álvarez y
Caldeyro Barcia, 1950).
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Cuando el feto está fuera y respira por sí solo, sin estar unido al cordón umbilical
(período placentario normal o de alumbramiento), es entonces cuando se expulsa la
placenta, que se separa de su inserción y sale junto con las membranas ovulares. En este
momento, es muy importante controlar el estado de salud materno, pues se producen la
mayoría de las hemorragias graves, siendo una de las principales causas de muerte
materna (Benirschke, 1961).
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6. CONSECUENCIAS EMOCIONALES DEL PARTO PARA LA MADRE
La fisiología del parto se puede considerar igual para to das las mujeres, mientras que
su significado es increíblemente diferente y personal. Es descrito como un evento
significativo de poderosa importancia psicológica en la vida de una mujer (Nichols,
1996).
La llegada de una nueva vida a la familia, además de ser un hecho biológico importante,
tiene un enorme significado cultural. Se nace en un determinado contexto, el cual ha
cambiado mucho a lo largo de la historia. Hoy día el proceso de parto, es una
experiencia de interés social cargada de valor político y económico (Montes-Muñoz,
2007).
La mujer se encuentra en un entorno extraño, está fatigada, desnuda, tiene dolor y debe
realizar un gran esfuerzo (Chalmers, Enkin y Keirse, 1989). La OMS promueve
prácticas como: respeto a la elección informada de la mujer, del lugar del parto, del
derecho de la mujer a su intimidad, a la elección de los acompañantes, libertad de
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posición y de movimientos durante todo el parto, apoyo afectivo de los asistentes, a que
las mujeres tomen decisiones acerca de su cuidado y desaconseja aquellas que limitan
estas propuestas (Lanox, 1994).
De promedio el parto suele durar solo un día (a cada parto de una mujer, el tiempo de
duración se estima normalmente, que es la mitad del anterior), pero en la vida de una
mujer no existe otro evento que conlleve tanto estrés emocional, vulnerabilidad, dolor,
cansancio, riesgo de daño o muerte, que traiga co mo consecuencia un cambio de rol
permanente y la responsabilidad de un pequeño y dependiente ser humano (Alva
Colunga, 2005). El trabajo de parto es una prueba a la autoestima de la mujer, que
dependiendo del estilo aprendido para afrontar los problemas, responderá de cierta
manera a las circunstancias del trabajo de parto (Simkin, 2000).
Los trastornos de ansiedad están entre los problemas psiquiátricos más frecuentes en la
población, al igual que los síntomas de ansiedad son los más comunes (Simkin, 2000).
Cuando afrontamos una situación estresante y los síntomas ansiosos son exagerados en
relación con la situación que se afronta, o cuando no hay motivo explícito para la
presentación de los síntomas, ésta ansiedad se considera patológica. La ansiedad está
asociada con el riesgo de aparición de problemas obstétricos, daños en el desarrollo
fetal, problemas emocionales y comportamentales y con el tiempo de gestación (Alva
Colunga, 2005).
El momento del parto suele ser temido por las embarazadas. En nulíparas, el “miedo a
lo desconocido”, aunque también, experimentan sentimientos de esperanza y alegría
(Oria y Ruiz, 1995). Cuando no es el primer parto, las mujeres saben lo doloroso y duro
que se hace el procedimiento, creando sentimientos de ansiedad o angustia, pero
también de control y crecimiento personal (Oria y Ruiz, 1995). Hay estudios que
relacionan el buen estado de ánimo frente al parto con buenos resultados de este, y
otros en los que una situación mantenida de tensión emocional, aumenta el riesgo de
que se produzca un parto a pre-término.
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En un estudio realizado con mujeres de diferentes culturas, se coincide en que es una
experiencia agridulce, con sentimientos encontrados de amor, desafío y afrontamiento
del dolor, culminando en el nacimiento de un niño. Las palabras utilizadas para
describirlo incluyeron abrasador, punzante, picando, duro, doloroso, agotador, cansado,
intenso, visto como algo difícil, aún teniendo el respaldo de la experiencia de otros
partos (Nichols, 1996).
Durante el parto la mujer experimenta una sensación de dolor enorme que acompaña a
la normalidad del proceso fisiológico del nacimiento. Puede verse de diferentes
maneras, que incluyen verlo como una crisis, una tarea de desarrollo, una prueba de
feminidad y/o el primer acto de maternidad. Emocionalmente, la mujer se encuentra
ilusionada con el hecho de ser madre, pero durante la dilatación, el expulsivo y el
alumbramiento vive una pesada carga con respecto al tiempo de parto y a sobrellevar el
dolor hasta que el bebé nace sano y se expulsa la placenta (Nichols, 1996).
El parto de una mujer es algo único y especial predeterminado por numerosos factores
(culturales, morales, sociales, etc.) y también por las expectativas y experiencias
anteriores. Es un proceso dinámico desde las contracciones hasta la adquisición del rol
de madre, y conlleva una serie de momentos críticos y reflexivos de los que la mujer
puede salir fortalecida o sentirse derrotada y decepcionada (Lundgren, 2004). De modo
que si la experiencia de haber dado a luz ha resultado positiva, relacionada con niveles
altos de confianza, fortalece el vínculo madre-hijo, afianza el desempeño del nuevo rol,
favorece el éxito de una lactancia eficaz y mantenida y define las expectativas ante
posibles próximos partos e incluso modifica las relaciones entre la pareja (Simkin,
2000). Si la experiencia es negativa, la mujer puede verse dañada psicológicamente,
produciéndose problemas de pareja, depresión postparto o estrés post traumático e
incluso no querer volver a parir o pedir cesárea para próximos partos. Si por cualquier
causa el bebé nace muerto o muere poco después del parto, la madre se hunde
anímicamente y podría necesitar ayuda de profesionales para superar el trauma (Larkin,
Begley y Devane 2009).
La gravidez, el parto y el puerperio son períodos sensibles del ciclo vital de la mujer
(Alva Colunga, 2005). Estos períodos provocan grandes cambios fisiológicos,
psicológicos y del rol socio-familiar femenino. Tras el nacimiento de un niño a término
y saludable, la madre debe adaptar su imagen idealizada de bebé al bebé real, que está
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presente. Esto se complica si nace un bebé prematuro, ya que el impacto es mayor y
tiende a ser una experiencia estresante, estando las madres más expuestas a presentar
síntomas de ansiedad, incluso cuando el bebé está clínicamente estable (Klaus, Kennell,
Robertson y Sosa, 1986).
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7. ALIVIO DEL DOLOR DURANTE EL PARTO
Desde hace ya algunos años, se ha prestado una gran atención a la importancia del
alivio del dolor en el parto. Poco a poco comenzó a extenderse el uso de la analgesia
neuroaxial, técnica invasiva y con riesgos que obliga a prestar una mayor vigilancia y,
dificultad la movilidad y difumina la sensación de pujo, pero es muy eficaz (Norris,
2001).
Tal y como la GPC NICE (National Collaborating Centre for Women´s and Children´s
Health, 2007) afirma: “el deseo de analgesia y la elección del método se ven
influenciados por muchos factores, entre ellos las expectativas de la mujer, la
complejidad del parto y la intensidad del dolor. Para muchas mujeres el dolor del parto
es severo, y la mayoría requiere algún tipo de alivio del dolor. El dolor extremo puede
dar lugar a traumas psicológicos para algunas mujeres, mientras que para otras, los
efectos secundarios indeseables de la analgesia pueden ser perjudiciales para la
experiencia del nacimiento. El alivio del dolor durante el parto contribuye a aumentar el
bienestar físico y emocional de la gestante y debe ocupar un lugar prioritario en los
cuidados de la matrona (IPN de la FAME, 2007), aunque las formas más eficaces de
alivio del dolor no están necesariamente asociadas a una mayor satisfacción con la
experiencia del parto y, a la inversa, el fracaso del método elegido puede conducir a la
insatisfacción”.
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8. MÉTODOS DE ANALGESIA OBSTÉTRICA
Toda mujer tiene derecho a un parto sin dolor. Para los profesionales sanitarios es
fundamental que el parto de una mujer sea lo más seguro y cómodo posible. El uso de la
analgesia se traduce en el bloqueo de las sensaciones dolorosas sin llegar a afectar ni a
la efectividad del pujo ni a la movilidad de la madre, permitiendo que no se agote
durante el proceso de dilatación del útero (OMS, 1996).
Finalmente el método más eficaz, que a lo largo de los últimos 20 años, en España y
especialmente en Andalucía se ha popularizado tanto en su conocimiento como en su
uso, es la anestesia epidural. La elección de analgesia epidural es un derecho que la
mujer tiene, y únicamente estará limitado su uso por las condiciones físicas y de salud, y
por los recursos disponibles en el hospital en el mo mento del parto (Biedma Velázquez,
García de Diego y Serrano del Rosal, 2010).
Hace poco más de dos décadas eran las matronas las encargadas de la sedación de las
parturientas que tenían un parto muy doloroso, siendo este un trabajo delegado de los
ginecólogos, quienes creían que no era necesario combatir el dolor por ser un síntoma
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natural del parto. Hoy día, se ha de tener en cuenta de manera primordial el alivio del
dolor en el parto y son los anestesiólogos los encargados de realizarla al ser una técnica
de analgesia mediante anestésico (Ministerio de Salud de Chile, 2013).
Sólo si el bebé está encajando la cabeza es tarde para pedirle al anestesiólogo que te
coloque el catéter de epidural, pero si no ocurre esto, no hay un momento exacto para
administrar el anestésico, sino que depende de cada mujer (Covino y Scott, 1985). Hay
casos en los que la mujer tiene tan claro el uso de epidural, que la pide recién llegada al
paritorio antes de empezar la fase activa del parto, otras la solicitan una vez comenzada
esta fase, o la mujer puede esperar a que el parto avance y ver cómo se siente. Un
inconveniente de este último caso, sería que el anestesiólogo estuviera ocupado y
tardara en acudir a administrarla.
Una vez suministrada, el efecto no se nota de inmediato, sino que aparece de forma
progresiva alcanzando el alivio o haciendo los dolores más soportables pasados unos
minutos tras su administración. El grado en el que disminuye esta sensación dolorosa
puede ser variable según cada mujer. Aun así, se notará un consuelo significativo del
dolor en las contracciones, percibidas como una sensación de presión, la cual resultará
beneficiosa llegado el momento de pujar (Fernández Martínez, Ros Mora y Villalonga
Morales, 2000).
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el período expulsivo, si no existe sensación de pujo, la mujer deberá seguir las
indicaciones de la matrona (Somuah, Smyth y Howell, 2005).
En tal caso que el parto acabara siendo una cesárea, el nivel de anestesia epidural que
tiene la madre puede ser suficiente para llevarlo a cabo, estando en manos del
anestesiólogo administrar otro tipo de anestesia, dependiendo de las condiciones del
parto.
CONTRAINDICACIONES CONTRAINDICACIONES
ABSOLUTAS RELATIVAS
Rechazo de la mujer Cardiopatías previas (p.ej., insuficiencia
cardíaca)
Alergia a fármacos Deformidades medulares (p.ej., espina
bífida)
Infección general o local Deformidades vertebrales (p.ej.,
escoliosis)
Alteraciones de la coagulación Intervenciones vertebrales previas
Enfermedad neurológica (p.ej., esclerosis Obesidad mórbida
múltiple)
Deficiencia mental (funcionamiento Tatuaje en la zona de punción
intelectual inferior al normal)
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Los inconvenientes a destacar de este método se recogen en la siguiente tabla:
A partir de este los profesionales de la Salud toman su referencia para guiarse en sus
obligaciones y responsabilidades obstétricas. En cualquier caso la analgesia obstétrica
estará determinada por la indicación clínica del profesional obstetra de guardia, así
como tras el consentimiento informado de la madre firmado. Además, se debe haber
verificado la no existencia de contraindicación, “sine qua non”.
* Recursos materiales
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8.2. Métodos no farmacológicos de alivio del dolor
La utilización del agua caliente para el alivio del dolor es una constante a lo largo de la
historia, utilizada con éxito en numerosos procesos dolorosos. Una ducha o baño en
agua caliente durante el parto, produce un inmediato alivio del dolor de las
contracciones, facilita la relajación y movilidad de la mujer, y reduce significativamente
el uso de analgesia regional.
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completamente sumergido, la temperatura del agua debe ser la adecuada y se debe evitar
la administración de opiáceos en mujeres que quieran utilizar esta técnica.
La inmersión en el agua ofrece flotabilidad a la mujer, esto hace que le sea más
cómodo tomar posturas verticales, reduce su esfuerzo para aguantar el peso del
abdomen y como consecuencia, la ayuda a relajarse (Odent, 1998).
El momento exacto en el que es más eficaz el baño no está determinado, al igual que
tampoco la duración del mismo, aunque se aconseja que sea a partir de los 4-5 cm de
dilatación y mantener de 1 a 2 horas según el Protocolo SEGO, o no más de 2 horas
según IPN de la FAME.
8.2.2. Masaje
Esta técnica está basada en la manipulación de los tejidos blandos del cuerpo para
relajar la musculatura tensa y calmar a la gestante. Con el masaje conseguimos, además
de una reducción del dolor, mejorar el flujo sanguíneo y la oxigenación de los tej idos.
Para un buen ejercicio de la técnica se precisa entrenamiento, pero el simple contacto
físico ya ha demostrado ser beneficioso.
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Hay varios tipos de masajes que se podrían realizar:
Masaje superficial, con la yema de los dedos sobre el abdomen, espalda, cuello,
zona lumbar o pies.
Masaje profundo, con la palma de la mano, el puño, un masajeador o una pelota,
acompañado de aceite o crema sobre la zona lumbar.
Bolsa de agua caliente, toallas,…
Compresas mojadas en agua fría, sobre la frente o nuca.
El masaje y contacto físico está recomendado (GPC del Ministerio de Sanidad, 2010;
IPN de la FAME, 2007; Protocolo de la OMS 1996).
Las inyecciones comienzan a hacer efecto a los pocos segundos, su efectividad alcanza
su punto máximo a los 30 - 40 minutos de su aplicación y puede durar en torno a los 90
minutos (Dahl y Aarnes, 1991). Esta analgesia no sirve para aliviar el dolor abdominal o
perineal y se recomienda su aplicación temprana durante la fase de dilatación en una
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contracción y simultáneamente por dos profesionales para el alivio del dolor lumbar
(Burton, 1974).
La inyección de agua estéril se considera un método eficaz de alivio del dolor lumbar
durante el parto (GPC del Ministerio de Sanidad, 2010; IPN de la FAME, 2007),
también Martensson y Wallin (1999) encontraron evidencias de su eficacia, con una
disminución importante del valor, en la escala visual analógica del dolor siendo 10 el
máximo de dolor y 0 ningún dolor. Pero este método no está extendido en la sociedad,
considerando su mayor desventaja, el intenso escozor y dolores momentáneos que
indican las mujeres durante la administración de las inyecciones.
Los efectos de la permanencia en forma continua de una persona, elegida por la mujer
durante el parto o por el personal sanitario, produce una menor necesidad de analgésicos
y mayor satisfacción con la experiencia, además de disminuir el índice de partos
instrumentales (Hodnett, Gates, Hofmeyr y Sakala, 2006). Según una revisión
sistemática de literatura científica, el apoyo continuo durante el parto está relacionado
conuna reducción de los nacimientos por cesáreas, la duración del trabajo de parto y la
necesidad del uso de oxitocina, siendo además mayores las puntuaciones del recién
nacido en el test de Apgar; además a largo plazo, el apoyo continuo está asociado a
menos depresiones postparto, buen amamantamiento y percepciones positivas del
nacimiento (Hodnett, Gates, Hofmeyr y Sakala, 2006).
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apoyo, ha de mantenerse en silencio, acompañar transmitiendo tranquilidad, confianza y
sin juzgar los comportamientos de la mujer en este momento, brindar apoyo físico y
emocional, y así demostrar total confianza en la capacidad de parir de la mujer
(Contreras, 1998).
A lo largo de la historia, en casi todas las culturas, las mujeres que iban a parir eran
cuidadas y apoyadas por otras mujeres, incluso en pinturas antiguas que representan el
parto se muestran a dos acompañantes como mínimo, que asisten y ayudan a la
parturienta. La Doula es el nombre que reciben estas mujeres en la actualidad (Sárries y
Vergés, 2005).
En el libro “The Doula Book” citado en Lamaze (2003) se define Doula como “la
acompañante de trabajo de parto con experiencia que proporciona a la mujer y a su
pareja, tanto apoyo físico como emocional a través de todo el trabajo de parto y el
nacimiento del bebé y en algunos casos este apoyo se puede extender el post parto
inclusive”.
Otras posiciones que pueden ser beneficiosas son, con las piernas abiertas y
flexionadas con la espalada apoyada en la pared, arrodillada, de pie con las piernas
separadas, etc. (IPM de la FAME, 2007).
8.2.6. Acupuntura
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que procede de la medicina china y actuaría bloqueando los estímulos dolorosos y
aumentando la producción de endorfinas que reducen el dolor (Furlan et al. 2005).
La acupuntura podría ser útil como método alternativo de alivio del dolor de parto,
pero es necesario la realización de más estudios sobre su (Rammerö, Hanson y
Kihlgren, 2002).
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proporciona tranquilidad (Montes Berges y Aranda López, 2012). Entrenan la capacidad
de automatizar el control voluntario de la respiración, pero necesitan de entrenamiento,
aunque breve y fácil de aprender (Montes Berges y Aranda López, 2012).
El yoga es una técnica que trabaja el complejo cuerpo- mente de tal manera que con el
control de la respiración y el centrado interno, se intenta conseguir una relajación
centrada en el interior y acabar con las preocupaciones externas. Esto se acompaña de
posturas físicas con el fin de conseguir una coordinación de fuerza, flexibilidad y
equilibrio (Fisher, 2004).
No hay una revisión sistemática de estudios que verifiquen la eficacia de estas técnicas
en la reducción del dolor, aunque si se concluye que existe una percepción subjetiva de
mayor control por parte la mujer. Existe también una disminución de la ansiedad, una
mayor distracción de la atención al dolor y una reducción de su percepción (Fisher,
2004).
Es una técnica que proviene de Suiza, consiste en el uso de grandes pelotas de goma
(que se suelen utilizar en la práctica de pilates) para relajar la musculatura y mejorar la
movilidad de la pelvis, entre otros usos. Este método se ha popularizado en gimnasios y
servicios de rehabilitación.
En los últimos años, se ha comenzado a usar en las salas de parto para tratar de buscar
el bienestar de las mujeres, relajar la musculatura y proporcionar un tipo de asiento
cómodo amoldándose de forma elástica, adoptando posturas confortables,
proporcionando un lugar de apoyo, y permitiendo la movilidad de la pelvis, que se
traduce en alivio del dolor (Smith, Levett, Collins y Crowther, 2011).
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8.2.9. Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS)
El método TENS es una técnica analgésica utilizada en varias patolo gías que se basa
en una estimulación eléctrica transcutánea repetida que aporta beneficio psicológico y
autonomía, con la intención de inhibir la transmisión de impulsos nociceptivos a nivel
medular, es decir, inhibir la información dolorosa. Esto es debido a que los estímulos
originados por el aparato viajan más rápido que los dolorosos, bloqueando la
transmisión de estos hacia el cerebro (Alva Colunga, 2006).
El efecto analgésico de TENS es muy limitado, aunque permite el control por la propia
mujer, mantener la deambulación y no afecta al estado de consciencia ni tiene efectos
secundarios maternofetales. Además, parece influir en la secreción de endorfinas
aumentando sus niveles y carece de efectos adversos, salvo una leve irritación de la piel
(Carroll, Tramer, McQuay, Nye y Moore, 1997).
Para las mujeres que lo han usado, se ha tratado de medir el grado de satisfacción que
les causó la técnica y los resultados son ciertamente altos, aunque hay que tener en
cuenta que la mayoría de las mujeres también usaron alguna otra forma de analgesia
(Johnson, 2012).
Está recomendado como complemento para el manejo del dolor en el parto y cuando
los métodos farmacológicos están desaconsejados (Johnson, 2012). Se determina su
eficacia no demostrada (IPN de la FAME, 2007).
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el pulso, relajar la musculatura y la respiración, y conseguir movimientos más rítmicos.
Además, es un elemento distractor que aumenta la sensación de control y provoca un
aumento de los niveles de endorfinas.
La musicoterapia, emplea técnicas que pretenden hacer efectos beneficiosos sobre los
tres ámbitos psicológicos sobre los que la música ejerce influencia (afectivo, cognitivo y
psicomotriz) (Santiago Marí, 2015).
Estas ventajas contribuyen a mejorar el estado de ánimo de la mujer, que con una buena
y personalizada elección de la música, puede modificar notablemente su carácter y
hacer frente a este momento de forma más tranquila y sosegada (Palos, 2011).
No hay estudios que constaten un efecto positivo de este método sobre la TA, pero sí
se sabe que puede mejorar el estado de ánimo de la parturienta. Para conseguir este
resultado se usan aceites de masaje, velas, hierbas y dispensadores aromáticos
(manzanilla, salvia silvestre, lavanda, jengibre, eucalipto, naranja, enebro, jazmín, rosa,
clavo, hierba limón, azahar), siempre teniendo en cuenta, el tipo, la calidad y cantidad
del recurso utilizado.
No debemos menos preciar el poder de este método y siempre hemos de utilizarlo con
conocimiento o bajo tutela de un profesional. Siendo una alternativa complementaria a
otras técnicas de alivio del dolor (Romero, 2015).
8.2.12. Hipnoterapia
33
Existen varios ensayos clínicos del manejo del dolor mediante la hipnosis, en algunos
se precisó menos analgesia con el uso de la hipnoterapia (Freeman, Macaulay, Eve,
Chamberlain y Bhat, 1986), sin embargo otros no consideran demostrada su eficacia
respecto al menor requerimiento de otros métodos farmacológicos de alivio del dolor
(Smith, Levett, Collins y Crowther, 2011).
Con lo estudiado hasta el momento, se puede decir que la técnica puede tener utilidad
en cuanto al alivio del dolor en el parto pero sin una muestra concluyente de su
capacidad analgésica (Smith, Levett, Collins y Crowther, 2011).
34
9. PARTOS, Y POSIBILIDADES EN LOS HOSPITALES DE JAÉN Y
PROVINCIA
Aún así, el porcentaje de madres que usaron la anestesia epidural fue del
95%.(Agencia Sanitaria Alto Guadalquivir, 2015).
35
Al igual que en el Hospital Alto Guadalquivir de Andújar, permite que las mujeres
elijan el modo en que quieren parir, expresando por escrito sus deseos y expectativas. El
hospital cuenta con una silla vertical, bañera, pelotas de parto, etc. Su iniciativa es
conseguir un parto natural (Europa Press, 2013).
Para las mujeres que les correspondía parir en este hospital, se dispuso para que
realizaran una visita durante el tercer trimestre de embarazo, que según el protocolo de
Educación para la Salud, permite a las mujeres y a sus parejas conocer las instalaciones
y con ello disminuir su miedo y ansiedad (Servicio Andaluz de Salud, 2013).
En Úbeda, en el Hospital San Juan de la Cruz, solo en el primer semestre hubo 561
partos, con una media de 3 partos diarios (Europa Press, 2013). La Junta de Andalucía
afirma que en el paritorio de Úbeda se aplican diversas actuaciones incluidas en el
Programa de Humanización de la Atención Perinatal, como la atención humanizada al
parto, la participación de la madre y la adecuación del entorno físico, al igua l que en el
hospital de Andújar (Europa Press, 2013).
El centro cuenta con un documento donde se recogen los deseos y expectativas de las
mujeres, llamado Plan de Parto y Nacimiento, con el se pretende llegar a un acuerdo con
el personal sanitario para afrontar el parto como ellas quieran. Por todo esto, el hospital
36
está reconocido por la Consejería de Salud como “de interés para la formación” (Europa
Press, 2013).
37
10. CONCLUSIONES
Este trabajo pretende revisar el proceso del parto y los métodos que existen y son
usados para aliviar los dolores de parto. Tras ello, se pueden sacar dos conclusiones. La
primera es, que el uso de anestesia epidural es la alternativa más escogida por su
demostrada eficacia en el momento de los dolores, como una vía de alivio rápida ante
un proceso único y especial, en el que con unas pequeñas molestias se traería una vida
al mundo. Por supuesto, todo no son ventajas, y la comodidad y facilidad de elección de
este método conlleva una serie de riesgos que pudieran aparecer por diferentes motivos,
aunque esto no les importe demasiado a muchas mujeres en el momento de la elección.
El alivio del dolor de parto es una parte importantísima del trabajo de la matrona a la
hora de atender a la gestante, ya que, como se puede evidenciar si se aborda de la
manera correcta según las preferencias de la mujer, el desarrollo del parto será óptimo, y
la mujer se encontrará más relajada y centrada en ella misma y en su bebé.
Como segunda conclusión, y teniendo claro que el alivio del dolor es una parte
importantísima del partos, sería deseable que las mujeres próximas al momento del
parto se preguntaran sobre la existencia de otra manera de soportar el dolor. Como
método anestésico está la posibilidad de la epidural, pero como métodos no
farmacológicos, hay una amplia variedad a elegir que presenta la gran ventaja de la
carencia demostrada de cualquier efecto secundario materno- fetal. Partiendo de esto, y
sabiendo que ninguno va a reducir tanto el dolor como la anestesia epidural, se garantiza
que en el amplio abanico alguno o algunos (diferente para cada mujer) van a hacer que
el dolor se haga un trámite, se sobrelleve de forma natural y se tenga una experiencia de
parto real, 100% sana y sin riesgos, y seguramente positiva.
El uso por parte de las parturientas de este tipo de técnicas alternativas hace de ellas
mujeres con autonomía, dueñas de su parto, donde la mujer da una lección de fuerza y
capacidad de sufrimiento para traer a la vida a su bebé y adoptar el rol de madre.
Michel Odent (1977) decía que los mamíferos se aíslan para dar a luz, garantizándose
la intimidad y la tranquilidad, lo cual debe ser una necesidad en el parto. Por lo que la
mujer debe de tener el embarazo y parto como un hecho fisiológico saludable, siendo
protagonista de sus decisiones a la hora de elegir la forma de parir, el lugar y la
38
compañía adecuada para este momento, por ello, es respetable cualquier decisión que
tome.
Este trabajo puede ser un posible punto de partida para investigaciones y/o
intervenciones futuras, ya que estudia aspectos importantes a tener en cuenta, siendo
estos tan relevantes para darle a la mujer su espacio de elección a la hora del parto,
ofreciendo así, alternativas más ventajosas que las conocidas generalmente. De esta
forma, ante el conocimiento adquirido, se comenzaría a aplicar, o a informar desde un
primer momento, a las mujeres embarazadas de una forma más clara y específica sobre
los métodos alternativos que tienen a disposición a la hora de parir.
39
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