Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
UNIDAD DIDÁCTICA 3
1. OBJETIVOS
2. INTRODUCCIÓN
Dicha prueba está basada en la hipótesis teórica de Undeutsch; según dicha hipótesis,
podemos encontrar criterios de realidad que nos permitan diferenciar relatos verdaderos
de los falsos. Pese a que se puede confundir la SVA como un simple checklist, es decir, un
listado de 11 ítems que confrontan la validez de la prueba (Steller, 1989) y que comprue-
ban otras fuentes de información más allá del contenido verbal de la declaración, en rea-
lidad, debemos conceptualizar el SVA como el sistema pautado y global de entrevista
que nos permite mantener la objetividad necesaria para obtener la información que nos
ofrecen los niños víctimas de abuso o agresión sexual, tal y como aclararon los propios
autores de la prueba y queda reflejado en los estudios actuales (Cortés y Cantón, 2000)
sobre la prueba.
z La entrevista estructurada.
z El análisis de los criterios de realidad.
z La comprobación de la validez de las declaraciones.
Numerosos autores (Lamers y Buffing, 1996; Parker y Brown, 2000; Lamb, Sternberg, Esplin,
Hershkowitz et al., 1997) entre los cuales se encuentran el creador de la prueba (Steller,
1989, 2000) consideran al análisis del contenido de la declaración, es decir, al CBCA como la
parte más importante de dicho método global.
Para una mejor comprensión de la prueba, podemos considerarla desde una doble pers-
pectiva:
Tal y como nos explica Wegener (1989) después de muchos trabajos preliminares, Steller y
Koehnken (1989) realizan con el CBCA-SVA una integración sistematizada de los criterios
estudiados. Así, este trabajo unifica los hallazgos de Undeustch, Arntzen, Trankell y
Szewczyk, combinando y organizando un total de 19 criterios en las cinco categorías que
componen el CBCA.
B. Contenidos específicos:
4. Incardinación en el contexto.
5. Descripción de interacciones.
6. Reproducción de conversaciones.
7. Complicaciones inesperadas.
B. Características de la entrevista:
4. Preguntas sugestivas, directivas o coactivas.
5. Adecuación global de la entrevista.
D. Cuestiones de la investigación:
9. Consistencia con las leyes de la naturaleza.
10. Consistencia con otras declaraciones.
11. Consistencia con otras evidencias.
Este criterio sólo puede utilizarse cuando las declaraciones han sido obtenidas en forma de
relato libre, es decir, sin la excesiva interferencia directiva del entrevistador. En estos casos, el
testimonio puede darse de una forma desconexa y sin una ordenación coherente, puesto que
los detalles suelen ser relatados “a golpes” de memoria, de forma que una situación específica
se enlaza con otra anterior y de nuevo se recupera el hilo conductor, alternándose de esta
manera los diferentes contextos de los sucesos experimentados. Pese a esta desorganización
aparente, los diferentes segmentos argumentales poseen una coherencia y una estructura
lógica que conforman un todo contextual al cual se refiere el primer criterio expuesto.
Los relatos que son fruto de la fantasía o la invención, por el contrario, normalmente se
presentan de una forma continua, estructurada y cronológica de forma que se evidencian
notablemente las conexiones causales, en un intento claro de dar estructura y coherencia
interna a un relato no experienciado, en el cual todos los detalles, para poder ser memori-
zados y relatados de forma coherente, deben seguir una estructura rígida e inalterable.
Tal y como también nos señala Hernández (1995) en relación con este criterio hay que considerar:
Existe la presunción (Arntzen, 1983) de que una gran cantidad de detalles en una declara-
ción aumentan su credibilidad. Dichos detalles se refieren tanto a las descripciones de
personas, lugares o cosas como a la sucesión de los acontecimientos paso a paso. Los
detalles repetidos sólo deben contabilizarse en una ocasión, considerándose los sucesos o
aspectos claramente distintos.
Las cadenas de acciones y reacciones del testigo, así como las discusiones y actos que son
mutuamente dependientes de la interacción de la víctima con el presunto agresor. Pese a
que Arntzen (1983) refiere que dicha descripción debe darse con fluidez, Steller y Koehenken
(1994) no están de acuerdo con esa apreciación por considerar que es suficiente con que
el niño describa las interacciones, incluso de forma torpe o extraña. Incluso Dettenborn y
cols. (1984) defienden que la presencia de errores de percepción y equivocaciones en las
descripciones de interacción son una base más sólida para este criterio de credibilidad.
En este tipo de interacciones sólo se contemplan aquí los diálogos, reconociendo a los
distintos hablantes en la reproducción verbal efectuada. Este criterio se reconoce especial-
mente en tres situaciones (Steller y Koehenken, 1994):
z Cuando se utiliza vocabulario específico del habla del autor de la agresión, el cual
debe ser atípico para la edad del testigo.
z Se incluye el razonamiento utilizado por el acusado.
z Se presentan conversaciones que revelan las distintas actitudes del agresor y la
víctima, como, por ejemplo, las insinuaciones del agresor que el niño no entendió
inicialmente.
El criterio debe contemplar la réplica de al menos una persona y no un relato que es parte
del diálogo. La diferencia con respecto al criterio 5 es que la reproducción de la conversa-
ción se considera como una indicación más fuerte de credibilidad que la descripción de la
interacción.
En esta tercera parte de los criterios, se contemplan aquellos detalles del relato que au-
mentan su concreción e intensidad y que pueden aparecer en cualquier parte de la decla-
ración. Hernández (1995) explican que precisamente en este apartado se pretende un
análisis cualitativo y no cuantitativo, tal y como era necesario en el apartado anterior. La
base de los siguientes criterios es, precisamente, que si un testigo inventa una declaración,
ésta se basará en sus esquemas (memoria semántica) pero no en sus vivencias (memoria
episódica).
No es normal que una declaración inventada posea detalles inusuales, extraños y con poca
probabilidad de ocurrencia, por ello, en caso de que éstos se incluyan en las declaraciones
de los menores, éstos deben ser considerados como indicadores de credibilidad. A su vez,
estos detalles aumentan la viveza y unicidad del relato, confiriéndole mayor credibilidad si
no son claramente irreales.
En una declaración inventada es poco probable que se refieran detalles superfluos, por
cuanto se piensa más en dar entrelazamiento y cohesión a los detalles más sólidos que
van a dar veracidad al relato, que no en explicar detalles que aparentemente no aportan
aspectos relevantes del suceso que se desea pasar por creíble.
Este criterio refiere cuando el testigo relata conversaciones que se refieren a otros sucesos
que están relacionados. Por ejemplo, en el caso de una agresión por un conocido de la
víctima, ésta puede relatar cómo anteriormente habían hablado de sus respectivas expe-
riencias sexuales con otras personas. La asociación es externa, pero ligada íntimamente al
contenido del suceso.
Tanto Undeutsch (1967) como Dettenborn y cols. (1984) destacaron este criterio como
indicador de la credibilidad de las declaraciones. Se incluyen los estados mentales, moti-
vos, estados fisiológicos y reacciones afectivas que el menor atribuye al autor del delito.
En este apartado, se contemplan aquellos criterios que nos dan indicaciones sobre cómo
el menor se relaciona con su propio testimonio, desvelándose sus motivos para realizar la
declaración. Si en los apartados segundo y tercero se contemplaban los aspectos cognitivos
preferentemente, en este apartado son los aspectos motivacionales sobre los cuales nos
centraremos.
Es el mismo supuesto que el criterio anterior, en el cual el testigo se pone en una situación
poco favorable, y donde los mentirosos tenderían a responder enteramente a las pregun-
tas antes que admitir la falta de memoria que evidenciara la no experimentación del suce-
so. Igualmente, podemos inferir que una vez iniciado un relato falso, es más fácil introdu-
cir elementos nuevos (inventados) que admitir una laguna de memoria.
Sigue el mismo razonamiento de los dos criterios anteriores. Puede presuponerse que una
persona que desea parecer creíble no va a dudar ella misma del testimonio que está rela-
tando.
Este criterio parte de la base de que si se dan explicaciones que favorecen al acusado o lo
excusan, y/o al mismo tiempo no se hace uso de las posibilidades obvias para otras
incriminaciones, dicho indicador favorece la credibilidad de la declaración.
Este último apartado contiene aquellos elementos del testimonio que “pese a que no se
relacionan con la viveza de la declaración, sí que se relacionan normalmente con el cri-
men” (Steller y Koehenken, 1994).
Este criterio está basado en aquellas formas típicas de abuso o agresión sexual con meno-
res (intrafamiliar, extrafamiliar) en las cuales la investigación criminal ofrece un estándar
sobre su curso, evolución y características, que muchas veces contradicen las creencias de
los legos, y que, sin embargo, deben considerarse como fuente de credibilidad cuando
surgen en el relato de la víctima.
z 3ª. Fase. Evaluación de los aspectos relacionados con el testimonio, mediante los
11 criterios del listado de validez (checklist). En esta tercera fase, se evalúan as-
pectos tan importantes como:
Características psicológicas del menor (inteligencia, lenguaje, memoria,
sugestión).
Tal y como expresa Hernández (1995) todos los testigos tienen dificultades en la recupera-
ción de la memoria del suceso vivido (episódica), y para ello los técnicos experimentados
en el uso de esta prueba pueden facilitar el acceso al recuerdo mediante técnicas tales
como:
z Marionetas.
z Dibujos.
z Muñecos anatómicamente correctos.
¿Por qué estas dos opciones? Por un aspecto que debemos considerar esencial: la valora-
ción del contenido de los criterios del CBCA y la valoración del listado de validez, debería
hacerse basándose en el acuerdo inter-jueces, es decir, cotejando las valoraciones de dos
profesionales que hayan podido acceder a la entrevista. Ésta es la recomendación que
Manzanero (1997) expresa para realizar la evaluación de la credibilidad mediante esta
técnica, y que compartimos totalmente.
z Creíble.
z Probablemente creíble.
z Indeterminado.
z Probablemente increíble.
z Increíble.
Queremos destacar que esta clasificación ofrece una escala de categorías únicamente
probabilística, sin considerar, tal y como hace Steller, la categoría absoluta de creíble o
increíble.