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Lección 8 La Vida

¿Qué sentido tiene esta vida terrenal? ¿Es indispensable el tener que afrontar tantos sinsabores y
trabajos?

Ponemos demasiado interés en las cosas de este mundo, tendemos a pensar que nada hay tan
importante como la vida sobre la Tierra, sin embargo la verdad es que, sobre la Tierra, no somos
nada más que unos actores sobre la escena, cambiando el vestuario al compás de nuestros papeles
y, al final de cada acto, retirándonos por un rato, para comparecer en el siguiente, vestidos con
otras trazas.

Vemos la vida como es vivida en este mundo como si fuera la única cosa importante, cuando en
realidad es la cosa que menos importa, cuando existimos como espíritus, somos indestructibles,
somos inmunes a las penas y enfermedades, por eso el espíritu, que necesita ganar experiencia,
ocasiona un cuerpo de carne y huesos (un cuerpo que es una masa de protoplasma animado) para
que por medio de este pueda aprender las lecciones que da la experiencia sobre la Tierra, el cuerpo
es como un títere, saltando y danzando a las órdenes del Súper-yo o Alma que, a través del Cordón
de Plata, ordena y recibe mensajes.

Por un momento, veamos las cosas de una manera más bien diferente: una persona que llega a la
Tierra por vez primera, quizás es una criatura inerme, algo parecido a un recién nacido, incapaz
de hacer planes por sí mismo, por consiguiente, los planes se los deben hacer otras personas.

De momento no hay que preocuparse de los que aún se enredan por evolucionar, porque los que se
encuentran ahora estudiando este curso es porque se hallan en un estado de su evolución que les
capacita para más o menos planear las cosas que les faltan por aprender.
Examinemos cómo se encuentran las cosas antes de que un individuo regrese a caminar sobre la
Tierra: Un individuo (un ser) ha regresado al Súper-yo o Alma, en los planos astrales, de vuelta de
su vida terrenal, este Ser habrá visto todos los errores y faltas de esta vida y habrá decidido (solo o
tal vez en compañía de otros) que ciertas lecciones no han sido aprendidas y que hay que volver de
nuevo, de manera que se han hecho planes para que este Ser, esta Entidad, pueda ingresar
nuevamente en un cuerpo físico. Se hace una investigación para hallar unos padres que ofrezcan
las facilidades necesarias en relación al tipo del entorno familiar que se requiere, esto es, una
persona que está acostumbrada a manejar dinero, tiene que nacer de padres ricos; en cambio, si
una persona tiene que ascender socialmente, será hijo de padres pobres indispensablemente.
Podrá nacer estropeado o ciego, depende de lo que tiene que aprender en la vida, un ser humano
sobre la Tierra viene a ser lo que un niño en la clase de un colegio, pensemos en términos
colegiales; el niño está con un tipo de compañeros de clase, supongamos que, por la razón que sea,
este chico determinado no hace lo que debería, y al final del curso hace un triste papel en los
exámenes, los profesores, ante esa conducta, deciden que no está preparado para ascender al
grado superior inmediato, este chico, cuando llegan las vacaciones, se encuentra con la amarga
verdad de que le será preciso, cuando terminen éstas, repetir el curso, al reanudarse las actividades
escolares, el chico que no tiene aprobado el curso repite sus estudios, las mismas lecciones, para
tener nuevas oportunidades, mas, todos aquellos que han estudiado con más ahínco, pasan el
curso y son admitidos en un grado superior y tal vez sean tratados con más consideración por sus
maestros, porque son muchachos que se han esforzado, que han dominado las lecciones y han
realizado progresos.

Aquel que se ha quedado atrás se siente responsable ante los nuevos alumnos y tiende a darse
importancia, con el fin de hacerles ver que si no pasó a un grado superior fue porque no le
importaba, si al final de su curso el chico no muestra ningún signo de haber hecho progresos,
puede ser muy bueno que los profesores tengan una reunión y que puedan incluso decidir que el
chico es de una mentalidad inferior, en cuyo caso se le recomienda que vaya a un tipo diferente de
escuela.

Si los chicos del colegio cumplen con su deber y realizan progresos satisfactorios en sus estudios,
entonces llega el momento en que tienen que decidir qué dirección quieren emprender en su vida
¿Quieren ser médicos, abogados, carpinteros, choferes de autobús? Lo que sea que decidan, tienen
que realizar los estudios necesarios. Un futuro médico se ve obligado a realizar estudios diferentes
a los de un futuro chofer de autobuses, consultando con los profesores, dichos estudios son
efectuados por los discípulos.

Pues bueno, de semejante manera sucede en el mundo del espíritu; antes de que un ser humano
nazca, algunos meses antes de su nacimiento, en algún sitio del mundo espiritual, se hace una
conferencia, el que tiene que entrar en un cuerpo humano dialoga con sus “consejeros” el modo de
aprender determinadas “materias”, de semejante manera que un estudiante de la Tierra dialoga
sobre cómo realizar sus estudios para obtener las calificaciones deseadas. Los consejeros
espirituales tienen facultad para decidir de qué forma, finalmente, el futuro estudiante, de la
escuela de la vida, será hijo de una determinada pareja matrimonial, sigue una diálogo sobre las
“materias” en las que tiene que ser “instruido” y las “pruebas” por las cuales tendrá que pasar,
porque a veces es una triste evidencia que las adversidades enseñan más que las facilidades.

Aquí hay que hacer notar que el que una persona ocupe en esta vida una situación servil no
necesariamente significa que ésta sea inferior en el mundo del espíritu, suele ser común el caso de
personas que desempeñan funciones consideradas bajas en la Tierra, pero es debido a las
enseñanzas que deben asimilar, en la vida futura serán formalmente personas de la mayor
categoría social. Además, si tenemos algún desarrollo, podemos darnos cuenta de la real categoría
de la supuesta persona baja. Porque la real categoría espiritual de una persona elevada, aunque
desempeñen funciones bajas, no se le pasa desapercibida a alguien un poco desarrollado
generalmente se la reconoce por el denominado “Don de Gente”.

Es un hecho lamentable que sobre la Tierra una persona solo sea estimada por la cantidad de
dinero que logró acumular o por lo que son sus padres o familia a la cual pertenece, esto,
ciertamente, es absurdo, equivale a juzgar a un estudiante en la escuela por el dinero que tiene su
padre, en vez de juzgar al chico por sus propios progresos escolares.

Repetimos una vez más; nadie ha sido capaz de llevarse ni un centavo más allá de la barrera de la
muerte, sin embargo, todos los conocimientos adquiridos y todas las experiencias se almacenan y
nos acompañan en la vida del más allá, así que todos aquellos que crean que por tener millones les
va asegurar un asiento preferente en el cielo, van por el camino de llevarse un triste y desagradable
desengaño, dinero, posición, raza o color no importan en lo más mínimo, lo único importante es el
grado de espiritualidad que cada quien haya alcanzado. Y, en todo caso, la posesión de grandes
bienes, solo implica una responsabilidad mayor, pues se deberá administrar de modo de por lo
menos, asegurar el empleo de quienes mediante su labor los mantienen y acrecientan. Y si es
posible generar mayor empleo para todos los que siendo aptos lo necesiten.

Volvamos a nuestro espíritu, a punto de entrar en una nueva encarnación: Cuando se le han
encontrado unos padres adecuados, entonces el espíritu entrará en el cuerpo en formación del
infante por nacer, y con la entrada en aquel cuerpo sobrevendrá una instantánea cancelación de la
memoria consciente de toda la vida anterior, pues sería una cosa terrible que el niño tuviese un
recuerdo vivo de quién fue, sería trágico y triste que el niño pudiera acordarse de haber sido un
gran rey, mientras ahora quizás es un pobre entre los más menesterosos, por esta razón (entre
otras más) es un acto caritativo que las personas corrientes no se puedan acordar de sus vidas
pasadas, pero una vez que pasen de su vida presente y vuelto al mundo del espíritu, todo,
absolutamente todo, es recordado.

Para aquellos a quienes les haya tocado vivir una experiencia en un medio ambiente hostil,
aquellos que alguna vez afirman que su vida es un infierno entre sus familiares, nos gustaría decir
de un modo absolutamente definitivo, con toda certeza, que si nos sentimos desgraciados con
nuestros padres, no los volveremos a ver en el mundo del espíritu, pues en ese mundo reina la ley
de la Armonía, y es absolutamente imposible para todas las personas encontrarse con otras que les
sea incompatible, igualmente, si estamos casados y unidos con nuestra pareja sólo por un
casamiento de conveniencia, que no nos atrevemos a romper por el qué dirán los vecinos, jamás
nos volveremos a ver con nuestra pareja en el mundo espiritual, a menos que uno de los dos
cambie y se establezca de este modo una compatibilidad, sí ustedes y sus padres son
incompatibles, si no existe una mutua comprensión, si no se sienten felices juntos, si no existe
afinidad, NO los encontrarán en ningún otro plano de la existencia.

Lo mismo se puede decir de los parientes o de los cónyuges, tiene que haber compatibilidad y
completa armonía para encontrarse de nuevo, ésta es una de las razones que tiene el espíritu para
deber encarnarse en un cuerpo físico; porque sólo en el cuerpo físico pueden ponerse en contacto
dos seres antagónicos para que puedan eliminar esos rencores entre sí, alcanzando un real y
mutuo entendimiento.

Nosotros pensamos, erróneamente, que somos la más importante de las formas de existencia, esto
es equivocado del todo, y muchas veces se trata de una idea impuesta por las religiones
organizadas, éstas enseñan que el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto,
no es posible creer que haya nada más elevado que el hombre, la verdad es que en otros mundos
hay algunas altísimas formas de vida, Dios no es un viejo señor benévolo que nos observa
amablemente a través de las páginas de algún libro, Dios es un ser muy real, un Espíritu viviente
que nos guía a todos, pero no indispensablemente en la forma que nos ha sido enseñada.

Por último, vamos a puntualizar sobre nuestras relaciones con nuestros padres, nuestros
compañeros, nuestros muertos ¿Nos sentimos felices a su lado? ¿De veras? ¿O vivimos apartados
de ellos? ¿Podemos imaginarnos viviendo con alguna de esas personas continuamente, por toda la
vida? Recordemos que, cuando íbamos a la escuela, había una serie de personas en la clase, junto
con nosotros, además de los profesores, teníamos que respetar a estos últimos, pero no estaban
continuamente asociados a nuestra vida, su medida era temporal, se trataba de gente empleada
para vigilar nuestra formación. Nuestros padres igualmente son individuos que hemos elegido
(con su permiso en el mundo espiritual), para que compartan e inspeccionen nuestro desarrollo. Si
una persona ama sinceramente a sus padres (no porque algún mandamiento religioso se lo
imponga) sentirá sin duda un gran placer sabiendo que los hallará definitivamente en el otro lado,
las condiciones del más allá las hemos de crear durante nuestro paso por la Tierra.

Cuestionario;

1- ¿Con qué aspecto de nuestra vida podemos comparar nuestro paso por la Tierra?

2- ¿Cuál es la ley que reina en el mundo espiritual?

3- ¿Qué tipos de personas nos encontraremos en el reino espiritual?

Prometeus Studiosus.

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