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La proyección es, en general, una transformación homográfica que transforma puntos en puntos y
rectas en rectas, lo que la hace apropiada para representar modelos definidos a partir de aristas y
contornos. Además, el proceso es semejante a la visión humana, por lo que permite obtener
figuras planas que, al ser observadas, evocan al modelo tridimensional del que proceden.
(d)
(d)
a) b)
Son propiedades que se conservan. En función del tipo de proyección de que se trate, se tiene:
1. Paralelismo. Dos rectas paralelas en el espacio (s1) y (s2) se proyectan según dos
rectas paralelas s1 y s2 (figura 2.6). Según esto la proyección de cualquier recta (r)
paralela al plano π de proyección, se producirá siempre según una recta r paralela a
la (r).
b)
a)
1. La proyección de un segmento es
siempre menor o igual a dicho
segmento. En la figura 2.8 se puede
observar que ab = (A)(B1) = (A)(B)
cos α y como el coseno puede
adoptar, en valor sobsoluto, valores
entre 0 y 1, ab será siempre menor,
o a lo sumo igual, que (A)(B).
1. SISTEMA CÓNICO
Queda definido por el plano de proyección π (plano del cuadro) y el centro de proyección (V)
(propio) (figura 2.9 a). En este sistema un punto(M) queda determinado conociendo su proyección
central M, intersección de su rayo proyectante (M)(V) con el plano π, y para garantizar su
restitución al espacio, conociendo además su proyección ortogonal m’ sobre π. Existe un punto
notable, que es la proyección del centro de proyección (V) sobre el plano del cuadro. Este punto
recibe el nombre de punto principal P, y la condición que has de cumplir los puntos M (proyección
central) y m’ (proyección ortogonal) es que la recta m’M pase por el punto P.
b)
a)
Figura 2.9. Sistema cónico.
Existen otras modalidades este sistema: sistema cónico con plano geometral y sistema cónico con
plano geometral y plano del cuadro inclinado.
a) b)
3. SISTEMA DIÉDRICO
b)
a)
4. SISTEMA AXONOMÉTRICO
b)
a)
Para representar un punto (P) del espacio, en primer lugar se proyecta ortogonalmente este punto
sobre las tres caras del triedro trirrectángulo, obteniendo las proyecciones previas (p’), (p’’) y (p’’’),
de modo que los segmentos (P)-(p’’’), (P)-(p’’) y (P)-(p’), serán iguales, respectivamente, a las
coordenadas (x), (y) y (z) del punto (P) en el espacio.
A continuación se proyecta (oblicua u ortogonalmente) el conjunto del espacio sobre el plano del
cuadro (que se hace coincidir con el plano del dibujo), constituido por el punto (P), sus
proyecciones (p’), (p’’) y (p’’’), y los ejes (X), (Y) y (Z) sobre el plano del cuadro, obteniendo una
proyección directa P del punto (P) del espacio, tres proyecciones laterales p’, p’’ y p’’’ de las
previas (p’), (p’’) y (p’’’), y las proyecciones X, Y y Z de los ejes (X), (Y) y (Z) del espacio.
En esta nueva proyección están reunidas las proyecciones de las tres coordenadas del punto (P);
es decir, los segmentos P-p’’’, P-p’’ y P-p’ (figura 2.12 b).
La relación numérica entre dichas coordenadas y sus proyecciones se expresa en función de unos
coeficientes ei, que, en virtud del carácter invariante de la proporcionalidad de segmentos en
proyección paralela, son de aplicación general para cualquier segmento (coordenada) tomado
paralelamente a un eje.
Los segmentos P-p’’’, P-p’’ y P-p’ y las coordenadas (x), (y) y (z) de cualquier punto del espacio (P)
guardarán, por tanto, una relación de proporcionalidad que, de ahora en adelante, se expresará
mediante los coeficientes eZ, eY y eX.
El valor de eX, eY y eZ, el de los ángulos ZOX, ZOY, XOY que forman las proyecciones de los ejes
entre sí, así como la existencia o no de relación entre los coeficientes y dichos ángulos, depende
del ángulo que forma la dirección de proyección con el plano del cuadro y de la orientación del
triedro de referencia con relación a este último
Para que un punto esté representado en este sistema bastará conocer dos de sus cuatro
proyecciones, pues a partir de ellas se obtienen las otras dos trazando paralelas a las
proyecciones de los ejes hasta completar la proyección del paralelepípedo de la figura 2.12 b.
b)
a)
Para reunir la planta y el alzado de dicha figura en un mismo plano se hace girar el plano
horizontal alrededor de la recta intersección de ambos planos (LT) hasta hacerlo coincidir con el
vertical que, a su vez se hace coincidir con el del Dibujo (figura 2.14 b).
Los planos horizontal P.H. y vertical P.V. de proyección dividen al espacio en cuatro regiones.
Para denominar los dos semiplanos de cada plano de proyección y las cuatro regiones diédricas,
tomando a los planos efectivamente uno como horizontal y otro como vertical, se supone colocado
al espectador en uno de los diedros. El semiplano horizontal sobre el que se apoya se llama
horizontal anterior y el otro horizontal posterior, haciendo referencia estos dos calificativos de
anterior y posterior a su situación con respecto al otro plano de proyección. El semiplano vertical
que está por encima del horizontal se llama vertical superior y el otro vertical inferior. Se llama
PRIMER DIEDRO al limitado por el horizontal anterior y el vertical superior en el que se supone
situado el observador; SEGUNDO DIEDRO al limitado por el vertical superior y el horizontal
posterior; TERCER DIEDRO al limitado por el horizontal posterior y el vertical inferior, y CUARTO
DIEDRO al limitado por el vertical inferior y el horizontal anterior (figura 2.15).
Figura 2.15. Regiones del espacio resultantes
En el plano del dibujo la línea de tierra, que divide en dos zonas a éste, se subraya en sus
extremos mediante dos trazos, de manera que la zona superior corresponde al semiplano vertical
superior y al semiplano horizontal posterior, y la zona inferior corresponde al semiplano horizontal
anterior y al semiplano vertical inferior.
Debe observarse (figura 2.16) que si las dos proyecciones de un objeto, alzado y planta,
permanecen fijas en el plano del dibujo y se traslada paralelamente a si misma a la línea de tierra,
ello indica, únicamente que ha tenido lugar una traslación conjunta de los dos planos de
proyección. Para estudiar las propiedades de un objeto por medio de sus proyecciones, una
traslación de esta clase carece de importancia. Por este motivo, muy frecuentemente, la línea de
tierra no se dibuja, ya que cada objeto queda determinado por su planta y alzado, sin necesidad
de la línea de tierra. Este es el fundamento del denominado sistema diédrico directo.
El plano de perfil forma, con los dos planos de proyección, un triedro trirrectángulo (figura 2.17)
cuyas aristas pueden ser tomadas como ejes de un sistema de coordenadas cartesianas
ortogonales, siendo el origen del mismo el punto común a los tres planos.
El conjunto de los tres planos coordenados Horizontal, Vertical y de Perfil dividen el espacio en 8
octantes. Un punto cualquiera del espacio se referirá a dichos planos a través de sus distancias a
ellos.
Para dar numéricamente puntos, se utiliza este sistema de coordenadas proporcionándo como en
Geometría Analítica por la terna de tres números (x, y, z) correspondientes a su:
z z
ALZADO PERFIL
IZQUIERDO
Desviación Alejamiento
A'' A'''
Cota
Cota
x Y x Y
PLANTA
Alejamiento
A'
Y Y
La disposición de estos planos se efectúa de manera que los planos PH, PV, PP y los nuevos
planos de proyección formen las caras laterales de un ortoedro en cuyo interior se encuentra el
objeto (figura 2.19 a). Obtenidas las proyecciones sobre las caras del ortoedro, al desarrollar éste
sobre el plano del dibujo (plano Vertical) se obtienen las seis vistas que constituyen la
representación multivista de dicho objeto (figura 2.19 b).
Las proyecciones sobre los planos PP1, PV1 y PH1, que corresponden a puntos de vista situados
a la derecha, detrás y abajo del objeto, se distinguen de la planta, alzado y perfil en que en las
primeras unas partes del objeto se presentan visibles mientras que en las segundas no lo son y
viceversa. Esta es precisamente la ventaja de este conjunto de "proyecciones opuestas": las
aristas que en una son visibles y en la opuesta son ocultas, se pueden suprimir en esta última y
obtener, por tanto, dibujos más claros en la representación de objetos complicados (Eliminación de
las Líneas Ocultas).
b)
a)
Se denominan vistas antipódicas a aquellas que siguen la misma dirección y sentidos opuestos
(“delante y detrás”).
En función del cuadrante en que se sitúe el objeto a representar y de la posición relativa entre
observador-objeto-plano de proyección, se obtienen dos sistemas multivista diferentes,
normalizados en Europa y en América respectivamente.
SISTEMA MULTIVISTA EUROPEO
En este sistema: El Objeto a representar se sitúa en el Primer Diedro (figura 2.20 a) y está situado entre el
Observador y el Plano de Proyección (figura 2.20 b).
b)
a)
PH1
PLANTA INFERIOR
PP1 PV PP PV1
PH PLANTA SUPERIOR
La orientación del desarrollo del ortoedro que forman los planos de proyección (diferente en los
Sistemas Europeo y Americano), es suficiente para reconocer inmediatamente si el objeto en
cuestión se encuentra representado en sistema Europeo o Americano. Sin embargo, si para la
representación se omite el alzado posterior, los desarrollos de los planos de proyección en ambos
sistemas no presentan diferencias a primera vista.
El alzado posterior puede ser colocado indistintamente a la derecha del perfil izquierdo o a la
izquierda del perfil derecho.
Para que el acceso al sistema empleado sea inmediato se dispone de un símbolo que consiste en
el alzado y perfil izquierdo de un tronco de cono (figura 2.23) que se adjunta a la representación
del objeto. Naturalmente, en el caso del sistema europeo la disposición entre el alzado y el perfil
izquierdo del tronco de cono es coherente con este sistema.
En la práctica del Dibujo Técnico la arista intersección de los seis planos de proyección no se
representan, siendo la presentación habitual de las vistas la de la figura 2.23.
Figura 2.23. Sistema Multivista Europeo (V).
Si además, se desea representar las proyecciones de los ejes del triedro de referencia, el
resultado es el de la figura 2.24:
x
z z z z
Y x Y x
x
El Objeto a representar se sitúa en el Tercer Diedro (figura 2.25 a) y el Plano de Proyección está situado
entre el Objeto y el Observador (figura 2.25 b).
b)
a)
Obtenidas las seis proyecciones ortogonales sobre los planos PH, PV, PP, PH1 y PP1, se abaten
los planos PH, PP, PH1 y PP1 sobre el PV (Plano del dibujo). El plano PV1 se hace coincidir con
el PV mediante un doble abatimiento, siendo arrastrado en el primero por el plano PP1 (figs. 2.26 y
2.27).
De este modo en la disposición de vistas que se obtienen (figura 2.28), en relación al Alzado
(Proyección sobre el PV / Objeto visto por delante):
La Planta Superior (Proyección sobre PH / Objeto visto por arriba) queda: Arriba del
Alzado.
La Planta Inferior (Proyección sobre PH1 / Objeto visto por debajo) queda: Debajo del
Alzado.
El Perfil Izquierdo (Proyección sobre PP1 / Objeto visto por la izquierda) queda: A la
Izquierda del Alzado.
El Perfil Derecho (Proyección sobre PP / Objeto visto por la derecha) queda: A la Derecha
del Alzado.
El Alzado Posterior (Proyección sobre PV1 / Objeto visto por detrás) queda: A la Izquierda
del Perfil Izquierdo.
PH
PLANTA SUPERIOR
PP1 PV PP PV1
Si además, se desea representar las proyecciones de los ejes del triedro de referencia, el
resultado es el de la figura 2.30:
-Y
x
-Y x -Y x
-z -z -z -z
x
-Y
El siguiente paso es elegir como vista principal (alzado) a aquella que de una información más
clara de la geometría del objeto representado. Puesto que, en general, la geometría será
compleja, se debe intentar definir primero aquellas partes de la misma más significativas, los
"elementos dominantes" de la geometría del objeto.
A continuación, se deben utilizar tantas vistas más como sean necesarias para definir
completamente al objeto, pero sin incluir vistas superfluas (vistas que no aporten nueva
información). Este criterio se suele denominar de "vistas mínimas", ó de "economía de vistas".
Debe destacarse que el objetivo de simplificar la ejecución, se alcanza reduciendo al mínimo las
vistas necesarias para definir un objeto, pero este criterio solo afecta a quien realiza la
representación. No debemos olvidar que el objetivo de dicha representación es transmitir
información sin ambigüedad, por lo que simplificar la interpretación puede requerir más vistas
de las estrictamente necesarias para definir el objeto. En definitiva, la economía de vistas debe
entenderse como la eliminación de vistas superfluas para interpretar, no como una minimización
del número total de vistas a realizar.
Por último, cuando se pueda elegir entre diferentes representaciones, que aporten la misma
información y que cumplan los criterios anteriores, se preferirá aquella que minimice el empleo de
aristas ocultas y la repetición de detalles.
En la representación multivista la distancia relativa entre las vistas es función de la distancia del
objeto representado a las caras de los planos coordenados PH, PV y PP y a los planos auxiliares
PH1, PV1 y PP1.
En la práctica se pueden dar dos situaciones:
a) Que el objeto esté referido de antemano a un triedro de referencia, a través de una
posición y una orientación dadas. En este caso, la separación entre el alzado y la planta y
el alzado y el perfil, vienen impuestas. La separación entre el resto de las vistas es función
de la distancia a que situemos los planos PH1, PV1 y PP1 respecto del objeto. A fin de
conseguir un cierto orden en la disposición global de las vistas, se colocan los planos PP1,
PH1 y PV1 separados la misma distancia de la pieza que los planos PP, PH y PV
respectivamente (figuras 2.31 a y b).
b) Que el Objeto no lo tengamos inicialmente referido a un triedro de referencia. En este caso
orientaremos el objeto dejándolo con sus caras principales (si las tiene) paralelas a los
planos del triedro y lo situaremos equidistante (a una distancia conveniente) de los planos
PH, PV, PP, PH1, PV1 y PP1. De manera que, tras el desarrollo de los mismos, las vistas
queden equidistantes entre sí.
A'' A'''
A'
a)
Z
O
A'
A
Y
X
A'' A'''
b)
En la sección 2.1.6 se indicó cómo se podía situar fácilmente un punto por medio de sus
coordenadas, observando que los segmentos correspondientes a cada coordenada, se proyectan
con valores proporcionales a las relaciones que existen entre segmentos cualesquiera tomados
sobre los ejes y sus proyecciones (invariante de proporcionalidad de la proyección paralela). Estas
relaciones de proporcionalidad reciben el nombre de coeficientes de relación o deformación, eX, eY
y eZ, de modo que (PX) = eX PX, (PY) = eY PY y (PZ) = eZ PZ.
Los distintos valores que pueden tomar los coeficientes eX, eY y eZ, así como las diferentes
posiciones relativas que pueden adoptar las proyecciones de los ejes son función, por un lado, de
la orientación del triedro de referencia respecto del plano del cuadro y, por otro, de la relación que
existe entre la dirección de proyección y el plano del cuadro (figuras 2.33 a y b).
a) b)
En particular, cuando la dirección de proyección es ortogonal al plano del cuadro diremos que la
Axonometría es Ortogonal (figura 2.33 b), en el resto de los casos diremos que la Axonometría es
Oblicua (figura 2.33 a).
Existe una relación que liga los coeficientes de reducción. Consideremos el sistema axonométrico
de la figura 2.35 a, y en él un plano π1 paralelo al del cuadro π (no dibujado), que como es sabido
pasa por el origen (O) del triedro. Tracemos (O)(M) perpendicular a π1.
(Z)
(M)
(O)
(Y)
(X)
(M)
b)
a)
MX = (O)(M) cos θ1, MY = (O)(M) cos θ2, MZ = (O)(M) cos θ3, por lo que:
2 2 2 2 2 2 2 2
M X +M Y +M Z = (O)(M) = (O)(M) (cos θ1 + cos θ2 + cos θ3), de donde:
2 2 2
cos θ1 + cos θ2 + cos θ3 = 1.
Como (O)(M) es perpendicular al plano del cuadro (por serlo a π1) θ1, θ2 y θ3 son complementarios
de α, β y γ, con lo que:
Por tanto:
2 2
sen α + sen β + sen
2
γ = 1, es decir, 1 - cos2 α + 1 - cos2 β + 1- cos2 γ = 1
o sea:
2
cos α + cos β + cos
2 2
γ =2 o bien e
2
X + e
2
Y + e
2
Z =2 (1),
lo que permite afirmar que en toda axonometría ortogonal, la suma de los cuadrados de los
coeficientes de reducción vale siempre 2.
Las escalas axonométricas, EX, EY y EZ, son valores enteros o fraccionarios proporcionales a los
coeficientes de reducción:
es decir:
A O
Figura 2.36. Coeficientes de reducción.
Determinación gráfica.
De igual forma:
2.3.4 Relación entre las proyecciones de los ejes y las escalas axonométricas: problemas
directo e inverso (Teorema de Schlömilch)
Se denomina triángulo las trazas de un plano π1.paralelo al del cuadro π al triángulo que se
origina al intersectar el plano π1.con los planos coordenados del triedro de referencia. Los vértices
A, B y C de este triángulo son los puntos de intersección de los ejes (OX), (OY) y (OZ) del triedro
con π1 (figura 2.37 a).
Al ser π1 paralelo a π el triángulo de las trazas se proyectará sin deformar sobre el plano del
cuadro. Por el mismo motivo, la imagen de cuantos elementos proyectemos sobre π1 será
coincidente con la que ofrezcan al proyectarlas sobre π.
b)
a)
El eje (O)(Z) es perpendicular al lado AB del triángulo de las trazas, por serlo al plano coordenado
(X)(O)(Y) en el cual está contenido AB. Además, al estar AB contenido en π1 por aplicación del
teorema de las tres perpendiculares, las proyecciones ortogonales de (O)(Z) y AB sobre π1 se
producen según dos rectas perpendiculares. De donde se concluye que la proyección ortogonal
sobre π del eje (O)(Z) es perpendicular a la del lado AB del triángulo de las trazas. Análogamente
se deduce que la proyección del eje (O)(Y) es perpendicular al lado AC y que la del eje (O)(X) lo
es al lado BC. Por tanto, en, una, axonometría ortogonal, las proyecciones de los ejes, son
siempre perpendiculares a los lados del triángulo de las trazas de cualquier plano paralelo al del
cuadro (figura 2.37 b).
PROBLEMA DIRECTO DE LA AXONOMETRÍA ORTOGONAL
Si de un sistema axonométrico ortogonal conocemos las proyecciones de los ejes, los coeficientes
de reducción respectivos los podremos hallar si conseguimos contrastar, en el plano del dibujo, la
verdadera magnitud de tres segmentos tomados sobre los ejes y sus respectivas proyecciones.
Para ello es preciso abatir los planos coordenados. Supongamos que se abate el plano
coordenado (X)(O)(Y). La figura formada por los puntos OABC (figura 2.38) es la proyección plana
de la pirámide triangular formada por el triedro trirrectángulo de vértice (O) y el plano π1. La cara
(O)AB abatida sobre π1 es un triángulo rectángulo por lo que el punto OXY (considerado
perteneciente al plano coordenado (X)(O)(Y)) se encontrará en la circunferencia de diámetro AB
(figura 2.39). Además el vértice abatido se encontrará en la perpendicular a la charnela (recta AB)
trazada por la proyección ortogonal, O, de (O), luego la intersección de dicha perpendicular con la
1 2
circunferencia fija las dos posibles posiciones abatidas de (O), [O] XY y [O] XY, posiciones que se
obtienen según el sentido de abatimiento.
Los ejes abatidos [X] e [Y] se han trazado sabiendo que han de pasar por [O]XY y por A y B
respectivamente. Análogamente se ha procedido en los abatimientos de los planos (X )(O)(Z) e
(Y)(O)(Z) (figuras 2.40 y 2.41).
Figura 2.39. Posiciones abatidas del vértice del triedro (I).
Z
Siguiendo el procedimiento anterior, en la figura
[O] xz
C 2.42 se han abatido los planos (X)(O)(Y) y
l
l [O] yz
(X)(O)(Z). El primer abatimiento ha permitido
l obtener los valores de eX y eY, y el segundo el de
l eZ, además de comprobar el de eX. Por su parte, el
O abatimiento del plano (Y)(O)(Z), ha permitido
comprobar los valores de eZ y eY. Obsérvese que
en las construcciones de la figura los extremos de
X B
A Y los segmentos tomados sobre los ejes y las de sus
proyecciones correspondientes, definen
e x = l x/l l alineaciones perpendiculares a las charnelas de
l
e y = l y/l abatimiento.
e z = l z/l [O] xy
b) Teorema de Schlömilch-Waisbach.
Los lados del triángulo órtico del triángulo de las trazas son proporcionales a los
cuadrados de las escalas axonométricas o los coeficientes de reducción. Es decir:
Como consecuencia de lo anterior, conocidos los valores de los coeficientes eX, eY y eZ, o los de
las escalas axonométricas, EX, EY y EZ, o, en general, los de tres valores proporcionales a éstos,
siempre podremos a partir de ellos construir un triángulo órtico MNP del sistema axonométrico
correspondiente, las bisectrices del cual serán las proyecciones de los ejes.
Da d os los valores de EX, EY y EZ, para averiguar las proyecciones de los ejes tendremos que
construir un triángulo cuyos lados sean proporcionales a . Los valores de dichos lados
los podremos obtener analítica o gráficamente. Procediendo del segundo modo, si tomamos un
segmento arbitrario OS (figura 2.44) mayor que la mayor de las escalas, trazamos la
semicircunferencia de diámetro OS y con centro en O llevamos sobre la misma las cuerdas OD ,
OE y OF iguales respectivamente a EX, EY y EZ y bajamos las perpendiculares DD', EE' y FF',
teniendo que en todo triángulo rectángulo los catetos son media proporcional de la hipotenusa y
de sus proyecciones sobre ésta se cumplirá:
D E
F
D’ E’ F’
O S
Resultando que:
por lo que a = OD’, b = OE’, c = OF’ son segmentos proporcionales a los cuadrados de las escalas
y por tanto con ellos se puede construir un triángulo órtico del de trazas, siendo las bisectrices del
mismo las proyecciones de los ejes del sistema axonométrico definido inicialmente a través de sus
escalas (figura 2.45).
Naturalmente cualquier triángulo semejante al obtenido permitirá obtener las proyecciones de los
ejes. De hecho si partiéramos de cualquier terna de valores numéricos proporcionales a los
coeficientes de reducción obtendríamos triángulos semejantes al de lados a, b, c. Por ello, con
carácter genérico a estos triángulos se les denomina, "de reducción".
Este método de obtención de las proyecciones de los ejes tiene el inconveniente de que éstas no
quedan en una posición conveniente en el dibujo, para lo cual, ordinariamente se prefiere que la
proyección del eje Z resulte vertical. Ello se consigue utilizando el método que a continuación
vamos a explicar:
Lo que viene a expresar este teorema es que las rectas OX, OY y OZ elegidas arbitrariamente son
las proyecciones de unos ejes axonométricos y los coeficientes eX, eY y eZ, igualmente elegidos
arbitrariamente, son los coeficientes de relación para dichos ejes, y simpre existe un sistema
axonométrico oblicuo que responde a estas características.
Además justifica teóricamente la posibilidad de croquizar, como se hace de hecho en la práctica,
tomado tres ejes y tres escalas arbitrarias.
Para remediar, en parte, este inconveniente, podemos elegir un sistema axonométrico en el que el
plano del cuadro sea uno de los planos coordenados, o en general uno paralelo a él, por ejemplo,
el (X)(O)(Z). Entonces, las figuras planas situadas en ese plano y en todos sus paralelos se
proyectarán paralelamente en verdadera magnitud y sin deformación, coincidiendo la proyección
que de ellos se obtenga con la que obtendríamos en un sistema diédrico en el que ese plano fuera
uno de los de proyección, en nuestro ejemplo, el vertical, es decir, obtendremos para esas figuras
su vista en alzado (figura 2.51).
Naturalmente que tal sistema axonométrico no podrá ser ortogonal, puesto que en tal caso la
proyección del tercer eje (Y), perpendicular al plano coordenado tomado como del cuadro, se
reducirá a un punto. La proyección deberá ser oblicua y por tanto el sistema axonométrico será
oblicuo. El que la proyección sea oblicua y no ortogonal, en general supone alguna mayor
complicación en las construcciones. Pero dentro de las axonometrías oblicuas, ésta de cuadro
paralelo a un plano coordenado presenta, por esta particularidad, notables simplificaciones que
compensan la dificultad general de las axonometrías oblicuas.
Pasando, pues, a considerar los elementos fundamentales del sistema de perspectiva caballera
supongamos que el plano (X)O(Z) coincida con el plano del cuadro, por lo que los ejes (X) y (Z)
están situados sobre el mismo, viniendo dados en verdadera magnitud todos los segmentos y
ángulos situados en dicho plano y en los paralelos a él. Dichos ejes, por lo tanto, quedan situados
en el cuadro, en el que aparecen como dos rectas perpendiculares.
El eje (O)(Y) se representa por medio de su proyección OY, que puede ser una recta cualquiera
pasando por O, según sea la dirección de proyección. Pero esta proyección de O(Y) no basta para
determinar completamente la dirección de proyección, pues considerando el eje O(Y) en el
espacio (figura 2.52) perpendicular por O al plano del cuadro, para una cierta recta OY que
tomemos como proyección del eje (Y), cualquier recta del plano O(Y)Y, que es el plano
proyectante del eje (Y), puede ser tomada como dirección de proyección, ya que con cualquier
dirección proyectante contenida en ese plano obtenemos para O(Y) la misma representación, la
recta OY. Esta indeterminación desaparece al fijar la escala axonométrica, o lo que es lo mismo, el
coeficiente de relación eY correspondiente al eje OY, siendo en este sistema el único coeficiente
de relación que se ha de fijar, por venir dados los correspondientes a los otros ejes, ya que e X = eZ
= 1.
El coeficiente eY es la relación existente entre cualquier segmento del eje O(Y) proyectado y la
verdadera magnitud de éste. Esta relación, como hemos visto, es constante en todo sistema
axonométrico, por tratarse de proyecciones paralelas, y en este caso resulta igual a la cotangente
del ángulo que forma la dirección de proyección con el plano del cuadro. En la figura 2.53 se
observa que:
eY = lY / l = cotg θ
En la figura 2.53, conocidas las proyecciones de los ejes y el valor de eY, se ha obtenido el ángulo
θ que forma la dirección de proyección con el plano del cuadro π. Para ello se ha abatido el plano
que determinan el eje O(Y) y su proyección OY, sobre π.
Anteriormente se ha visto como una misma proyección OY podía obtenerse con diferentes
direcciones de proyección (figura 2.52) y por tanto quedar establecidos distintos sistemas de
perspectivas caballeras con las mismas proyecciones de ejes pero diferentes coeficientes e Y. En
la figura 2.54 se comprueba como también se pueden obtener diferentes sistemas de P.
caballeras con proyecciones de ejes diferentes y el mismo coeficiente e Y. Ambas constataciones
demuestran la independencia que existe en caballera, como caso particular de axonometría
oblicua, entre las posiciones relativas de las proyecciones de los ejes y los coeficientes de relación
(Teorema de Pohlke).
La perspectiva militar o a vista de pájaro (figura 2.56) es una perspectiva caballera en la que el
plano del cuadro coincide con el plano XOY.
Otra perspectiva oblicua también empleada, es la perspectiva a vista de rana (figura 2.57) en la
que de nuevo el plano del cuadro coincide con el XOY, pero con la que se pretende conseguir el
efecto contrario a la anterior.
Obsérvese que en las perspectivas militar y a vista de rana, las posiciones de los ejes X e Y están
intercambiadas de una a otra perspectiva. En la militar, el objeto aparece visto por arriba, mientras
que la de a vista de rana el objeto está visto por debajo.
Figura 2.56. Perspectiva militar.