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Hoy os traigo algunos juegos que utilizo en mis clases que ayudan a:

– Desarrollo y conocimiento de las cualidades del sonido: duración, timbre, altura e


intensidad
– Interiorización rítmica
– Desarrollo y perfeccionamiento tanto de la motricidad gruesa como de la motricidad
fina
– Mejora de la coordinación
– Creación de una atmósfera de seguridad y relajación que ayuda al aprendizaje.
– Cooperación y ayuda
– Socialización
– Expresión corporal y verbal
– Desarrollo de la propia voz
– Desarrollo de la concentración y la escucha atenta
– Creatividad e imaginación
– Mejora de la autoestima
– Gusto por la música.

Las estatuas

Cuando la música suena los niños tienen que bailar a su ritmo y cuando paré todos se
convierten en estatuas y no pueden moverse. Los niños desarrollan habilidades de escucha
atenta, ritmo, coordinación y control y expresión corporal.

Los abrazos

Como el juego de las estatuas pero cuando la música pare el profesor dirá un número y
los niños tienen que ir a abrazarse en grupos de ese mismo número, de dos en dos, tres en
tres, todos juntos, de uno en uno (a sí mismos), etc. Además de los beneficios que aporta
el juego de las estatuas, los abrazos ayudan a crear sentimiento de grupo, cooperación,
socialización, mejora la autoestima y se trabajan conceptos matemáticos de conteo y
conjuntos.

Construir formas

Como el juego de las estatuas pero cuando la música paré, los niños tendrán que juntarse
y adoptar la forma que el profesor haya dicho en el menor tiempo posible: un círculo, una
línea, un cuadrado, una media luna, etc. Los beneficios de este juego son los mismos que
en el juego de “los abrazos” pero en este caso trabajamos la geometría corporal y
vivencial.

Las sillas musicales cooperativas


Al igual que en el juego de las sillas tradicional, para empezar la partida se colocan, en
círculo, el número de participantes que este jugando menos 1. Cuando suena la música
los niños tienen que bailar y moverse alrededor de las sillas y al parar, todos tienen que
sentarse y en cada ronda superada se quita una silla. Sin embargo, en esta versión no se
eliminan a los niños, sino que ayudándose unos a otros tienen que lograr todos “sentarse”
sin caerse para pasar a la siguiente ronda. Todos los niños se lo pasan fenomenal mientras,
en equipo, desarrollan habilidades de escucha, ritmo, control del cuerpo, cooperación,
expresión corporal, ayuda, socialización, creatividad, imaginación e ingenio.

La gallinita ciega musical

Antes de comenzar a jugar tenemos que seleccionar algunos instrumentos que los niños
conocen y que hemos trabajado con ellos antes como puede ser: los cocos, caja china,
platillos, crótalos, flauta, campana, cascabeles, pandereta, etc. Además los repasaremos
y oiremos como suenan. Después elegiremos a quien se la liga y al resto les dejaremos
coger uno de esos instrumentos.

Como el juego popular, se trata de un pilla pilla pero el niño que se la liga lleva los ojos
vendados. Se empieza con la siguiente retahíla:

Gallinita ciega,
que se te ha perdido,
una aguja y un dedal,
pues date tres vueltas y lo encontrarás.

En esta versión del juego, cuando se da la última vuelta el niño que se la liga debe intentar
coger a otro compañero y adivinar que instrumento lleva. Además de fondo suena música
y todos los niños tendrán que moverse a su ritmo (andando lento, normal o corriendo
según el tempo)

Con este juego se trabajan, de manera divertida y motivadora muchos aspectos como el
timbre, el ritmo, la escucha atenta, el nombre de los instrumentos, la concentración y el
desarrollo de la motricidad gruesa.

Carrera musical

Para este juego suelo utilizar una canción de la película del Rey León, concretamente ”
Yo quiero ser rey león” porque cantan por un lado los dos leones y por otro el pájaro. Se
asignan dos equipos que se colocan en la línea de salida como si fuesen dos trenecitos. A
cada equipo se le asigna uno de los personajes, o el loro o los leones y se les da las
siguientes pautas: sólo se pueden mover cuando suene su personaje o todos los animales
a la vez, si sólo suena música pero nadie canta ninguno de los dos grupos se puede mover.
Por otro lado, todos los niños se colocarán con las piernas abiertas menos el último de la
fila que tiene que pasar por debajo de sus compañeros siempre y cuando suene su
personaje o todos los animales, sino tienen que estar quietos en la posición que les haya
tocado. No gana el grupo más rápido, sino el que esté más atento y realice el ejercicio
bien.

Con este juego queremos desarrollar habilidades de escucha atenta, timbre y cooperación
principalmente. Por supuesto también se desarrollan muchas habilidades motrices.

El director de orquesta

Uno de los jugadores tiene que separarse del grupo hasta que no oiga nada. El resto de
los niños elegirán a un director de orquesta que irá haciendo ritmo o música con su cuerpo
(palmadas, pisotones, golpecitos en la cabeza, silbidos, etc) y el resto tendrán que copiarlo
disimuladamente. Cuando estén todos colocados en círculo y ya estén copiando al
director, se avisará al niño que estaba apartado para que entre en el círculo e intente
adivinar quien es el director. Es importante que este director vaya cambiando de ritmos y
sonidos para que en un desliz de algún jugador pueda el del centro adivinar quien es.
Cuando de con él, el director será el siguiente en ligársela.

El oso

El oso es un juego para trabajar principalmente la cualidad de la música, la altura, es decir,


agudos y graves y la escucha atenta. Además, de manera secundaria se trabaja el ritmo,
la imaginación, la creatividad, la coordinación y la motricidad gruesa. Cuando toquemos
(a modo de cancioncilla o mini improvisación) los agudos, los niños tienen que moverse
por la clase imaginándose que son pájaros. Cuando se toque cerca del “do” central del
piano los niños tienen que imaginarse que son soldados y moverse como tales. Cuando
toquemos graves, los niños se imaginarán que viene un gran oso y tienen que esconderse.

Pitagorina

Se hace un corro con todos los niños menos uno que elige ser Pitagorina o Pitagorin.
Este se situará dentro del corro y al ritmo de la canción ira moviéndose de manera
circular pasando cerca de sus compañeros. Cuando la canción termina, le preguntará al
compañero que tenga más cerca: ¿quiéres ser mi amigo? Si este dice que sí, se darán un
abrazo, apreton de manos, etc. y el nuevo niño ocurapá el puesto de Pitagorina.

Pitagorina, Pitagorina,
busca amigos, busca amigos.
Pitagorina, Pitagorina
busca amigos de verdad.

En un salón francés

Los niños se colocan en corro agarrados primero por las manos, luego agarrando el
hombro del compañero siguiente, y así hasta que al final unos están sentados unos
encima de otros en cuclillas. Se tienen que mover, en cada ronda intentando no caerse,
cantando la siguiente canción:

En un salón francés,
se baila el Minuet.
En un salón francés
se baila el Minuet.

Con este juego los niños desarrollan habilidades de cooperación, ayuda, ritmo, canto y
coordinación. A continuación os dejo un vídeo de una clase jugando a este juego. Según
la edad de los participantes podemos adaptarlo un poco.

Nacho Micho

Podemos utilizar la siguiente rima para trabajar todas las cualidades del sonido y el
ritmo:

Nacho Micho por capricho


Mecha la carne del macho
y ayer decía un muchacho
mucho macho mecha micho

Al ser una ritma el ritmo ya lo tiene incorporado, por tanto va a estar presente
continuamente. Lo vamos a marcar con nuestras manos golpeando nuestras pantorrillas,
palmada, pantorrillas, palmada, etc.

El timbre lo vamos a trabajar diciendo primero con voz normal la rima y en la segunda
ronda vamos a susurrar. Los niños podrán observar que el timbre de nuestra voz no es
igual cuando hablamos que cuando susurramos.

Para centrarnos en la altura, es decir, en la diferenciación de los sonidos graves y agudos,


vamos a recitar “Nacho Micho” como si fuese un canon, con varias voces. Podemos
explicar como en los coros hay varias voces según su altura: soprano, contralto, tenor y
bajo y ahora nosotros vamos a hacer como si fuésemos un coro.

La intensidad, es decir el grado de energía con el que emitimos la música (fuerte/suave),


se trabaja diciendo la rima como si tuviese un regulador, es decir, empezamos suave y
poco a poco vamos a ir intensificando el tono de nuestra voz hasta que terminemos muy
fuerte. También podemos probar a hacerlo al revés, empezando fuerte y terminando
suave.

Por último, para ocuparnos de la duración, vamos a utilizar sólo el final de la rima “mucho
macho mecha micho”. Puede trabajarse a la vez que la altura y así la repasamos, pero esta
vez, cada grupo va a ser una figura musical diferente:

 Agudo: corcheas
 Medio: negras
 Grave: blancas
Quedando algo así:

Mucho macho mecha micho mucho macho mecha micho Mucho macho mecha micho

Mu cho ma cho me cha mi cho Mu cho ma cho


Mu – u cho – o ma – a cho – o me – e cha – a


El baile:

Se realizan grupos de 4 y cada uno de estos grupos se colocará en círculo y eligen quien
va a ser el primero. Este niño tendrá que elegir una postura o “estatua” y el resto le
imitarán. Luego le tocará al segundo, tercero y al final al cuarto. Después los niños
tendrán que intentar hacer las posturas de su grupo una detrás de otra en el orden que se
han creado. Cuando las hayan ensayado, se pone música de fondo y los niños harán estas
“estatuas” al ritmo de la música. Si son niños de primaria, podemos añadir después otros
4 movimientos. Cuando todos los grupos estén listos, mostrarán su “coreografía” al resto
de la clase y votarán la que más les haya gustado. Los ganadores le enseñarán su baile al
resto de los compañeros. Otra opción es practicar las coreografías con distintas músicas,
unas más lentas y otras más rápidas.

Con este juego los niños desarrollarán habilidades de cooperación, ayuda, ritmo, escucha
atenta, coordinación, equilibrio, expresión corporal, socialización, motricidad gruesa,
coordinación, autoestima, y duración.

Sentir el ritmo

Es como el teléfono escacharrado pero en este caso se pasará el mensaje reproduciendo


un ritmo corto en la espalda del compañero que a su vez lo pasará al siguiente hasta llegar
al último. El último reproducirá el ritmo para que entre todos veamos si el mensaje
musical ha llegado bien o no. Este juego es muy bueno para practicar ritmo y duración
además de cohesionar al grupo y ayudar al desarrollo del sentido del tacto. Además, a
diferencia de otras actividades, los niños pueden evaluarse a sí mismos sin necesidad de
que un profesor les diga si lo han hecho bien o mal.

El espejo humano musical

Es como el juego del espejo pero al ritmo de la música, por tanto los niños desarrollan
habilidades de coordinación, ritmo, escucha atenta, socialización y expresión corporal a
la vez que mejoran su motricidad gruesa.
Las marionetas musicales

De dos a cuatro jugadores serán los músicos y el resto las marionetas. Cada músico tendrá
un instrumento que suenen muy distintos entre sí como por ejemplo: pandereta, xilófono,
platillos y caja china. A cada instrumento se le asignará un movimiento concreto como
por ejemplo:

 Pandereta: andar hacia delante hasta la siguiente señal


 Caja China: andar hacia atrás hasta que suene la siguiente señal
 Xilófono: mover los brazos arriba y abajo
 Platillos: Girar

Los músicos irán tocando los instrumentos (de uno en uno al principio) mientras sus
compañeros marionetas hacen los movimientos.

Con este juego los niños desarrollan su sentido del ritmo, expresión corporal,
coordinación, escucha atenta, motricidad y trabajan el concepto de timbre aumentando su
conocimiento sobre algunos instrumentos musicales.

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